DIOS
QUIERE EVIDENCIAS DE NUESTRA FE
(Num
14:18) “Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la
iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable;
que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta
los cuartos”.
La vida cristiana
puede compararse con un vuelo en avión, con su despegue, su remontar las
alturas, su delicioso planear sobre las nubes, y su aterrizaje. De todas estas
instancias, la más delicada parece ser la última. ¿Qué significa “ATERRIZAR” en nuestra vida de fe? He aquí un llamado a la verdadera piedad,
y una palabra profética de advertencia a causa de un peligro que acecha.
No sé cuántos de
ustedes han tenido la experiencia de volar en avión. Algunos dicen que es muy
grato, en cambio, otros han estado temblando desde antes de embarcarse. El Señor trajo a mi corazón lo que es un
vuelo en avión, con su despegue, con su ascenso, con su desplazamiento tan
rápido por encima de las nubes, y también con su aterrizaje, COMO UNA ILUSTRACIÓN DE LO QUE ES LA VIDA
CRISTIANA.
Nosotros fuimos
tomados por el Señor y con él remontamos las alturas. (1Pe 2:9) “Mas vosotros sois
linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para
que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable”; Con el Señor alcanzamos la gloria de contemplar el cielo sin
nubes, mirar la tierra desde arriba y ver las cosas del mundo en su pequeñez.
Vimos –lo mismo que desde un avión– los grandes edificios como cajas de
fósforos, los grandes camiones como si fuesen de juguete, el inmenso mar como
si fuese un charco que levemente se mueve.
EL
SEÑOR NOS LLEVÓ MUY ALTO Y NOS MOSTRÓ SU GLORIA.
(Rom
9:22-24) “22¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar
su ira y hacer notorio su poder, soportó
con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, 23 y para hacer notorias las riquezas
de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de
antemano para gloria, 24 a los
cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino
también de los gentiles?”
Pero
tal como en un vuelo de avión, la vida cristiana también tiene que tener un
descenso. La vida cristiana no es sólo volar
en las alturas, no es sólo contemplar la hermosura de Dios y tener revelaciones
en el “tercer cielo”. En algún momento la vida cristiana tiene un
aterrizaje. Entonces, normalmente hay alguna sacudida, o alguna dificultad.
¿De
qué manera los cristianos, después de volar por las alturas con Dios,
aterrizamos en esta tierra hostil, en este ambiente que es enemigo de Dios?
Hay muchas formas de aterrizar, y también hay casos en que algunos cristianos
no han sabido aterrizar. ¿Cómo los
cristianos traemos a la tierra, a la práctica, a la vida cotidiana, esas
tremendas verdades y realidades espirituales que nos han sido reveladas? Hay
muchos a quienes nos cuesta aterrizar. ¡Nos sentimos tan a gusto en los lugares
celestiales! Sin embargo, es preciso aterrizar.
Cuando miramos
las epístolas de Pablo, nos encontramos que todas ellas tienen un alto vuelo,
pero también que todas ellas aterrizan. Efesios,
por ejemplo, tiene seis capítulos, tres
son de alto vuelo, y tres son de un avión que se posa en tierra, y que
encuentra en la tierra un lugar donde expresar la gloria de las alturas.
Efesios:
1.
El origen de la iglesia en el consejo eterno del padre, y el derramamiento de
la sangre del hijo: el sello que ha
puesto a la iglesia el Espíritu Santo. Acción
de gracias y oración por lo que nosotros podamos conocer plenamente el poder de
la gracia de Dios en Cristo para con los santos.
2.
El amor y la gracia de Dios manifestados
al darnos vida por Cristo. Su propósito al hacerlo: exhortación basada en
nuestros privilegios como templo santo, en Cristo, por el Espíritu.
3.
La función apostólica de pablo es de darnos
a conocer el misterio de Cristo que ha sido revelado por el Espíritu: oración para que ellos, por el mismo
Espíritu, puedan comprender el gran amor de Cristo.
4.
Exhortaciones a cumplir con los deberes
cristianos resultantes de nuestros privilegios cristianos. Estamos unidos
en un cuerpo, aunque somos diferentes según las gracias dadas a los distintos
miembros, para que lleguemos a ser un hombre perfecto en Cristo.
5.
Exhortaciones al amor; y contra los
deseos y tratos carnales. La
prudencia en la conducta: rescatando el tiempo; siendo llenos del Espíritu;
cantando al señor con agradecimiento. El deber de la esposa para con el
esposo se apoya en el deber de la iglesia para con Cristo.
6.
Los deberes mutuos de padres e hijos y
del Pastor y las obejas. Nuestra vida, una lucha; la armadura espiritual
que se necesita para luchar contra los enemigos espirituales.
Tito
y Timoteo
En
estos días, el Señor nos ha estado hablando acerca de todo esto:
de cómo aterrizamos los cristianos del PEQUEÑO
REMANENTE. Y han venido a nuestro corazón dos epístolas (y aun tres) de
Pablo: las dos epístolas a Timoteo y la
epístola a Tito. Las cartas a
Timoteo, lo mismo que la dirigida a Tito, son cartas personales de Pablo a dos
de sus colaboradores más cercanos. Estas cartas contienen más elementos
propios del aterrizaje que del alto vuelo.
Tito:
1.
El propósito de dejar a tito en Creta.
Y establecer Requisitos de servidores: para
que los contradictores sean necesariamente
reprendidos.
2.
Instrucciones a tito: como exhortar a diferentes clases de
creyentes: la gracia de Dios en Cristo, nuestro gran impulso a vivir piadosamente.
3.
Lo que tito ha de enseñar acerca de la
conducta de los creyentes para con el mundo: cómo ha de tratar con un blasfemo.
1Timoteo:
1.
El propósito de Pablo al dejar a Timoteo en Éfeso, es decir, oponerse a los
maestros falsos; el uso legitimo de la ley; en armonía con el evangelio;
la gracia de Dios en llamar a pablo, antes
blasfemo, a experimentar el evangelio y a predicarlo.
2.
El servicio público. Direcciones en cuanto a la intercesión por todos los
hombres, ya que Cristo solo trajo una enseñanza que es un rescate para todos.
Los deberes de los varones y mujeres
respecto de la oración publican. La subordinación de la mujer; su espera de
deber.
3.
Reglas acerca de Pastores y diáconos.
La iglesia y el misterio del evangelio ahora revelado a ella, son el fin de
todas las tales reglas.
4.
Predicción de un próximo alejamiento de la fe: el deber de Timoteo al
respecto de predicar solo la Palabra de Dios: y direcciones generales para él.
5.
Direcciones generales acerca de como debería Timoteo tratar con las diferentes
clases de personas en la iglesia.
6.
Exhortaciones en cuanto a las distinciones de rango civil: el deber de las ovejas,
en oposición a la enseñanza falsa de los que buscan ganancias;
el empeño de Timoteo ha de ser la piedad, la que es una posesión eterna: solemne y fiel de hacerlo en vista de la
venida de Cristo: exhortación para ser dada a los ricos.
2Timoteo:
1. Grata expresión de amor y deseo de verle: Exhortación a despertar el don de Dios en él y a no
temer las aflicciones, alentado por la libertad de la gracia de Dios en nuestra
vocación del evangelio, y por el ejemplo del apóstol.
2. Exhortaciones: a la fidelidad como buen soldado de
Cristo; errores a ser evitados; el buen fundamento del señor: el espíritu
propio para un siervo de Cristo.
3. Días malos venideros: ya hay señales de este mal: contraste en la doctrina y vida de pablo, que debería seguir Timoteo, de
acuerdo con su temprana enseñanza en las escrituras.
4. Solemne cargo a Timoteo para que cumpla su deber con mucho
celo porque se acercan los tiempos de apostasía, y el apóstol esta cerca de su fin triunfante: le pide
que venga a roma y traiga a marcos consigo. Pues solo Lucas esta con él.
Habiéndose ido los demás: también su capote y pergaminos: advertencia contra Alejandro.
1ª
Timoteo y Tito son muy parecidas. Fueron
escritas más o menos en el mismo tiempo. Y en ellas nosotros encontramos a un
apóstol preocupado. Pablo está viendo que la doctrina –la santa y sana doctrina de Jesús, la recta doctrina–, que él ha
enseñado se ha viciado en algunos creyentes. Que el testimonio del Señor ha sido manchado por algunos creyentes. Pablo
mira hacia delante y observa días de decadencia. Ve que comienza la apostasía. Entonces, trata de advertir a los
cristianos y prepararlos para enfrentarla (“VIDEO”).
UN
LLAMADO A LA PIEDAD
¿En qué consiste
la advertencia y el llamado del apóstol? La primera carta a Timoteo está
impregnada de un llamado a la piedad,
a vivir piadosamente, que es exclusivo y propio de esta carta. La
palabra “piedad” aparece aquí nada menos que diez veces, en tanto que en
las demás epístolas no aparece, con la
excepción de Tito (una vez).
Hoy en día, la
palabra “piedad” está desprestigiada en nuestro medio, porque se la asocia con
una religiosidad, con unas manos unidas
para orar, con una limosna que se da
a vista de todos, y, definitivamente, con la hipocresía.
Sin
embargo, contra todo ese desprestigio, debemos reinstalarla en su verdadero
lugar, es decir, el lugar que le dan las Sagradas Escrituras por medio del
evangelio de Cristo.
La
palabra “piedad” es la reverencia, obediencia,
temor, y también de la adoración que procede de ese temor piadoso a Jehová Dios.
Es la actitud recta y correcta para con
Dios, porque le otorga a Dios el lugar que debe ocupar en la vida, el
pensamiento y la devoción del creyente.
Ante el peligro
que se avecina, Pablo hace un llamado a temer a Dios, a reverenciarlo, a vivir
rectamente para con él, y no sólo a profesarlo. En Tito 1:1 dice: “Pablo, siervo de Dios y del Señor Jesucristo,
conforme a la fe de los escogidos de Dios, y el conocimiento de la verdad, que
es según la piedad”; y en 1ª Timoteo
6:3: “Si alguno enseña otra cosa y no se conforma a las sanas palabras de
nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad...” Notemos la semejanza de estas dos frases.
En Tito dice: “La verdad que es según la piedad”, y en Timoteo: “La doctrina
que es conforme a la piedad”.
No
es la verdad o la doctrina sola, sino acompañada de la piedad, aún más, fundida
y manifestada a través de ella. Un hombre
piadoso es aquel que no sólo cree correctamente, sino que es el que vive
correctamente. Es aquel en quien la fe
va acompañada de una conducta recta, de un comportamiento irreprensible.
1ª
Timoteo y Tito hablan de la piedad, y su mensaje es un llamado de Cristo
atraves del apóstol para que los creyentes no se olviden de aterrizar,
para que los creyentes no piensen que la fe cristiana consiste en revelaciones
y más revelaciones, sino que consiste
también en una conducta de acuerdo a ciertos principios y de acuerdo a la vida
que de Dios hemos recibido.
UNA
PALABRA PROFÉTICA
Pero en estas
epístolas de Pablo no sólo hay un llamado a vivir piadosamente. Hay también en el entendido de una dolorosa
advertencia a causa de un peligro que se avecina.
Para
explicarlo, usaremos otra figura. Al
comparar 1ª y 2ª Timoteo nos da la impresión que la primera es como un anuncio
en las calles “Alto”. Es decir, cuando hay un anuncio en las calles “Alto” en
la carretera, realmente hay que detenerse.
1ª
Timoteo es como un anuncio en las calles “Alto”. Si un automóvil se enfrenta
con una línea férrea, donde hay un anuncio “Alto”, el automovilista sabe que
tiene que parar. Si no lo hace, se expone a ser arrollado por una locomotora.
2ª de Timoteo, en cambio, nos muestra las consecuencias (en algunos cristianos
que están allí mencionados) de no haber respetado el anuncio “Alto”.
2ª
Timoteo contiene pasajes como éste: “Ya sabes esto, que me abandonaron todos
los que están en Asia”, “Demas me ha desamparado amando este mundo”. “Alejandro
el calderero me ha causado muchos males”. “En mi primera defensa nadie estuvo a
mi lado”.
Esto
demuestra que hubo cristianos que no se detuvieron ante el anuncio “Alto”, es
decir, que no oyeron las advertencias del apóstol y ahora se han extraviado de
la verdad. Me da la impresión que en 1ª Timoteo Pablo percibe una catástrofe
que está por ocurrir. Hay hombres
impíos que están introduciendo doctrinas extrañas. Hay hombres con conciencias
cauterizadas y con una fe no auténtica. Entonces Pablo comienza a repasar en
estos capítulos los distintos aspectos de la vida de un creyente, deseando, anhelando, rogando, para que estas
advertencias sean tomadas en cuenta y se produzca un retorno a la sencillez de
la fe, y a caminar con un corazón limpio. Porque vienen días terribles, días de
apostasía.
ESTE
MENSAJE DE TIMOTEO TIENE PLENA VIGENCIA HOY.
Tenemos la fuerte impresión de que nosotros estamos viviendo los días de 1ª
Timoteo, y que dentro de muy poco el mundo cristiano va a estar sumido en la
situación que presenta 2ª Timoteo. Por
tanto, al compartir sobre esta 1ª epístola tengo la firme convicción de que
este es un llamado dramático a detenernos, a considerar nuestros caminos y
decidirnos a vivir una vida piadosa. (Santiago2:20) “¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?”.
Es
tan lamentable y tan triste –más que para nosotros, es para el Señor–
ver cómo en nuestro caminar la fe es negada y los principios santos son
descuidados. Cómo el testimonio es deshonrado.
Y entonces pareciera que el Señor nos dice: “Hijo mío, no sólo me importa
que tú conozcas mi plan y propósito eternos. No sólo me importa que tú tengas
conocimiento, sino también que lo que tú sabes lo vivas en una conducta santa y
piadosa.” ¡Qué triste es conocer situaciones en las cuales pareciera ser
que hemos tenido un doble estándar, por años! Como si el Señor pudiera ser
engañado.
EL
RESULTADO DE DESECHAR LA BUENA CONCIENCIA
(1ª
Timoteo 1:18-20) “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme
a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la
buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual
naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a
quienes entregué a Satanás, para que aprendan a no blasfemar”. ¿Cuál
fue el problema de estos dos cristianos? Ellos
naufragaron en cuanto a la fe. Ellos sucumbieron. ¡El mar se los tragó! El mar,
que es el mundo con todas sus vanidades, los envolvió enteramente y los devoró.
¿Por qué? Porque desecharon la fe y,
sobre todo, la buena y única doctrina bíblica de Jesús. “Teniendo
cauterizada la conciencia” (4:2) nos dice este otro versículo de esta misma
epístola.
Cuando
el Espíritu Santo vino a nuestro corazón, la conciencia nuestra, que estaba
dormida, despertó, y comenzó a funcionar, entonces cada vez que hemos cometido
un pecado, o faltado al Señor, la conciencia nos ha reprochado.
En tal caso, lo que procede, inmediatamente, es confesar el pecado y pedir
perdón. Lo que procede es tomarse de la
preciosa sangre del Señor, para que el pecado sea perdonado y la conciencia sea
descargada.
La conciencia se
vuelve tan sensible que normalmente nos está amonestando cada vez que hacemos
algo que desagradamos al Señor. Pero hay
veces en que nos cansamos de obedecer a la conciencia. Y entonces argumentamos
contra ella a favor de nosotros. Y esto se repite una y otra vez.
Entonces
llega un momento en que el Espíritu Santo atraves de la conciencia deja de
hablar. Y, de ahí en adelante, cuando el cristiano obra mal, a él le parece que
obra bien.
Y si en la familia tuvo un problema con la
esposa o con los hijos, no ve necesario pedir perdón. Y si le faltó el respeto
al jefe en el trabajo, ya no ve necesario pedirle perdón. Se escurrirá, y le
dará una sonrisa amable... para no pedir perdón. Y entonces, la conciencia adormecida, entumecida, ya no reacciona, y
llega un momento en que está cauterizada.
Uno
podría pensar que un cristiano con una conciencia cauterizada es un cristiano
silencioso. Pero no es así. Un cristiano puede tener la conciencia
cauterizada, y por causa de que tiene dones, puede seguir predicando, puede
seguir testificando, puede seguir orando, es decir, puede seguir haciendo lo
mismo de siempre. Está funcionando por los dones, no por la vida. Sus palabras naturalmente no bendecirán,
porque no tienen respaldo de vida. Es sólo un címbalo que retiñe. (1Co 13:1) “Si
yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal
que resuena, o címbalo que retiñe”.
Los cristianos
tenemos una batalla permanente dentro de nosotros, y es ésta: tenemos que
mantener la fe y buena conciencia.
Tenemos que ponernos del lado de la buena conciencia y no atacarla con
argumentos. Cada vez que se encienda una lucecita de advertencia en nuestro
corazón tenemos que atenderla.
Amados
hermanos, se puede tener mucho despliegue de dones. ¡Son maravillosos los
dones! Un hombre con dones nos lleva al tercer cielo, nos trae y nos vuelve a
llevar. Nos abre la Escritura y desentraña los misterios más escondidos. Pero
puede ser que eso no tenga ningún respaldo de vida.
(Deu
31:17) “y se encenderá mi furor contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán
consumidos; y vendrán sobre ellos muchos males y angustias, y dirán en aquel
día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí?”
Entonces,
eso no agrada al Señor, aunque deslumbre a muchos. El Señor no vino a
enseñarnos una clase de discurso: él vino a mostrarnos una clase de vida. Un
hombre piadoso no es aquel que sólo cree correctamente, sino aquel que vive
correctamente.
Seguramente
Himeneo y Alejandro, Demas, Figelo y Hermógenes,
y todos los demás apóstatas que aparecen aquí en Timoteo, antes de su caída
comenzaron a tener problemas con su conciencia. Y cuando venía la Palabra a amonestarles algo, ellos tal vez se
sacudían y decían: “Eso no es para mí.”
UNA
VIDA PIADOSA Y HONESTA
(1Ti
2:2-4) “2por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos
quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. 3Porque esto es bueno y
agradable delante de Dios nuestro Salvador, 4el cual quiere que todos los
hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”.
El
Señor quiere que nosotros vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y
honestidad en este mundo impío.
Es
imposible que Dios pueda agradarse si nosotros prestamos nuestros ojos para
pasar horas y horas mirando cómo el mundo se corrompe, riéndonos con la
corrupción del mundo, entreteniéndonos
con escenas atrevidas en la televisión, en revistas o en Internet. ¡Imposible! Si así hacemos nosotros, tal
vez mañana lleguemos a engrosar la lista de los Himeneo y Alejandro, Demas,
Figelo y Hermógenes.
En algún momento
nuestras grandes revelaciones, nuestra fe y nuestras palabras serán probadas,
entonces se verá si el mensaje de Pablo a Timoteo –este mensaje dramático de la 1ª epístola a vivir una vida piadosa para
nosotros que vivimos en el ultimo tiempo– fue tomado en cuenta o no.
Después
de 1ª Timoteo –el anuncio “ALTO”– viene 2ª Timoteo –la ruina, la catástrofe, el
tren que arrolla al vehículo–. Nosotros
estamos todavía a tiempo para detenernos y examinar nuestro camino. Aún es tiempo para enmendar. Si no lo
hacemos, tal vez nos hundamos en el mismo naufragio de Himeneo y Alejandro.
Es
cierto que la iglesia no va a fracasar en su propósito,
porque tiene el futuro asegurado en Dios, y tiene una gloria venidera que nadie
le puede quitar.
Pero el Señor
permita que nosotros también estemos incluidos en esa gloria venidera. Que
ninguno de nosotros siga jugando a ser cristiano.
QUE
NINGUNO DE NOSOTROS VIVA UNA VIDA DE DOCTRINA
Y
NO UNA VIDA PIADOSA. QUE ASÍ SEA.
(Hechos20:28) “Por tanto, mirad por vosotros, y por
todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para
apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”.
(2Pe
1:2-4) “2Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de
nuestro Señor Jesús. 3Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la
piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de
aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4por medio de las cuales nos ha
dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser
participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay
en el mundo a causa de la concupiscencia”.
Predica para Sanidad del Corazón.
Pastor:
Victor R. Preciado Balderrama.
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