lunes, 31 de octubre de 2016

PORQUE NO TENEMOS LUCHA CONTRA SANGRE Y CARNE

30 de Octubre de 2016
PORQUE NO TENEMOS LUCHA CONTRA SANGRE Y CARNE

Si eres cristiano entonces tendrás luchas espirituales constantes. Por consiguiente necesitas conocer a tu enemigo, y saber cómo nos ataca y sobre todo, como podemos enfrentarlo y vencerlo. (Efesios 6:12) “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Cuando los españoles conquistaron América, en un principio durante las batallas, los indígenas lanzaban sus flechas contra los caballos no contra el jinete. Ellos pensaban que el enemigo era el caballo; no se dieron cuenta que el caballo sólo estaba siendo usado.

Tu lucha ha estado siendo con las mismas estrategias indígenas, porque no conoces al enemigo por lo tanto atacas al enemigo equivocado, porque tu enemigo no son tus hijos, no es tu cónyuge, tu suegra, ni tampoco tu vecina ni tus hermanos, tu enemigo satanás los usa igual como los españoles usaron sus caballos. Estas son algunas actitudes que espíritus inmundos pueden provocar en la gente o en nosotros si no estamos alertas y usamos nuestras armas: división y desintegración familiar, opresión, sentido de culpabilidad, envidia, inseguridad y ansiedad, duda respecto a DIOS y Su Palabra, hostilidad contra otros, sentido de inferioridad o fracaso, o por el contrario sentido de superioridad, inhabilidad para concentrarse en la oración, la lectura bíblica o la alabanza, adicción o hábitos que no se pueden vencer, pensamientos obsesivos, blasfemos o fuera de la realidad, ceguera de los incrédulos a las cosas de Dios (2Cor.4:3,4) “3 Pero si nuestro Evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; 4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. En cambio con Jesucristo el Evangelio resplandece el entendimiento como dice en este libro: (2Co 3:14-16) “14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará”.

La vida cristiana es una vida que incluye el conflicto espiritual entre las fuerzas de maldad y los hijos de Dios. Anteriormente acabamos de leer el versículo #12 pero ahora leamos desde el 11 hasta el 13 (Efesios 6:11-13) dice: “11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en la regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. Una de las cosas más importantes es estar FIRMES para resistir al diablo: (Stg 4:7) “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Y esta otra recomendación de nuestro Padre Celestial por medio del apóstol Pedro: (1 Pedro 5:8,9) “8 Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”. Los versículos recién mencionados nos dicen que tenemos un enemigo que está al acecho, intentando destruirnos.
Esta clase de conflicto no es entre seres humanos sino contra fuerzas las espirituales de maldad. El conflicto espiritual se divide en dos partes importantes:
1. Nuestras batallas personales contra las fuerzas espirituales de maldad.
2. Nuestras batallas grupales, como iglesia, contra las fuerzas del diablo.
Pero la Palabra de Dios en las Sagradas Escrituras es nuestra Poderosa arma porque escrito está: (Col 2:13-15) “Col 2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con ÉL, perdonándoos todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.
Como creyentes en Cristo no podemos permanecer ciegos a esta realidad, que para muchos es causa de asombro y temor, pero  para El Señor Jesucristo es un asunto de bendición para el pueblo de Dios. ¿Por qué? Porque gracias a la obra de Cristo en la cruz del calvario una vez y para siempre, Cristo venció a la muerte, el pecado y al mismo diablo, nosotros hoy podemos resultar vencedores en nuestras batallas personales y grupales como Iglesia de Jesucristo. Como hombres y mujeres de Dios, debemos aprender a entender los tiempos, etapas o estaciones en las cuales podemos recibir los severos ataques del enemigo.

Necesitamos entender que la guerra espiritual “tiene su tiempo”, como todo lo que vivimos bajo el sol (Ecl.3:1) “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. La idea de Dios no es que evitemos el conflicto sino que lo enfrentemos en el Nombre del Señor Jesucristo y ganemos la batalla para la gloria de Su Santo Nombre. En Efesios 6:13 dice “habiendo acabado todo”, dando a entender que existen tiempos determinados, con un comienzo y un final específico, de las batallas espirituales. Por cierto este proceso se repite una y otra vez a lo largo de nuestro andar cristiano. En (Lucas 4:13) leemos acerca de Jesús: “y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de ÉL por un tiempo.” Jesús aquí había enfrentado diversas batallas, venciendo al enemigo con la Palabra de Dios, pero esto no significaba que nunca más iba a tener que volver a enfrentarse con el enemigo.

Ahora bien debemos grabarnos en nuestra mente que nuestras batallas espirituales siempre son por una razón específica y
 por una etapa específica.
Los propósitos de Dios en las batallas espirituales. Básicamente son tres:
• Aprender a estar firmes en Cristo (Ef. 6:11) “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”.
• Aprender a vencer y disfrutar la victoria.
• Darle toda la gloria al Señor Jesucristo.

Si en este momento les pregunto: ¿Quién de Ustedes quiere tener una batalla con el diablo? ¡Seguramente diríamos que yo no! Muchos de nosotros hemos abrazado el Cristianismo de las Sagradas Escrituras, perdiendo de vista que bajo la óptica de Dios no existe vida cristiana sin batallas o luchas que enfrentar. Sumado a esto, por años el enemigo se encargó que, desde los púlpitos, se suprimiera la enseñanza sobre el tema, originando una generación cristiana mayormente derrotada. La ignorancia espiritual y Escritural siempre conduce al Pueblo de Dios a la derrota (Oseas 4:6) “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”.
Si usted cree que el enemigo va a perdonarle que usted haya renunciado a su reino para ir al reino de Jesucristo, ¡Está equivocado! Es por esto que las batallas espirituales son únicamente enfrentadas por aquellos que son parte del Reino de Dios. Los que están sin Jesucristo, hablando de verdaderos cristianos, formados con la Sana Doctrina de Cristo y aunque viven en este mundo no participan en las tradiciones del mundo y se esfuerzan en no hacer amistad con los del mundo que viven bajo el dominio del diablo. También es bueno aclarar que bajo el punto de vista de las Sagradas Escrituras todos los cristianos deben atravesar las batallas.

Las Sagradas Escrituras lo llama “padecimiento”. (1 Pedro 5:9) “Resistidlo firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”. Para ser sinceros, existe una diferencia muy grande entre el cristianismo de aquel entonces y el nuestro. Hoy día cualquiera se hace llamar “creyente” o “cristiano” cuando el requisito para ser un verdadero cristiano en las Sagradas Escrituras, no califica para tal término. Los creyentes que son atacados más por el enemigo son aquellos que se comprometen más con la causa de Cristo, anhelan hacer toda la voluntad de Dios, caminan en real santidad y sirven a Dios con un corazón puro. El enemigo no se va a molestar en atacar a alguien que ya está “conquistado” por sus propias debilidades de carácter, pecados e influenciado totalmente por el mundo.

Los creyentes cristianos, nos hemos acostumbrado por todo, a echarle la culpa al diablo, cuando muchas veces somos nosotros, pues con nuestra vida no glorificamos al Señor Jesucristo. Ahora bien, a continuación quiero compartir algunas maneras básicas que nos ayudaran a detectar aquellas etapas o estaciones de ataque satánico que vienen sobre nuestras vidas individualmente y grupalmente (como Iglesia local):
1.   El diablo siempre elige, cuando va a atacar, el momento y el lugar más débil.
En esta parte de las Sagradas Escrituras veremos nuestro primer ejemplo en la vida del profeta Elías. Este hombre y profeta de Dios venía de haber orado y hacer que la lluvia viniera sobre la tierra luego de varios años de sequía; venía de haber clamado a Dios y hacer que el fuego descendiera sobre la tierra para vencer y destruir a los profetas de Baal. Ahora lo vemos de esta manera: (1 Reyes 19:4-8) “4 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. 5 Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. 6 Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. 7 Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. 8 Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios”.

LA PREGUNTA QUE TODOS NOS HACEMOS ES: ¿Cómo puede ser que a semejante profeta de Dios le pueda suceder esto? Veamos los detalles de las Sagradas Escrituras para poder contestar esta pregunta: Elías anduvo un día por el desierto, afectado por el sol, el calor, transpirando a más no poder y, por lo que Escrito está, sin comer y beber. Estaba exhausto, muy cansado. Para Elías era su momento más débil. Fue allí donde el enemigo le sugirió la idea de morirse. Dios es dador de vida y vida abundante no de muerte, allí está el ataque espiritual que Elías enfrento.
Es en los momentos más débiles donde el enemigo se “agarra” de ese estado para atacarnos y perjudicarnos. Es por eso que la Palabra nos exhorta a fortalecer nuestras debilidades (Joel 3:10) “Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy”. En leemos acerca de Jesús en las tentaciones y dice: (Lucas 4:2,3) “3 Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan. 4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios”. Cuando el enemigo vio la debilidad, lanzó su feroz ataque. ¡Gloria a Dios que el Señor Jesús tiene recursos espirituales para que podamos vencer, pero necesitamos dejar de ser ignorantes acerca de las maquinaciones del enemigo! Además tienes todas esta armas para que luches diciendo: Escrito está: (Salmo 18:1,2) “Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en Él confiaré; mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio”.
(2 Corintios 12:9,10) “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. (Filipenses 4:13) “Todo lo puedo EN CRISTO que me fortalece.”

2. El enemigo ataca, cuando tenemos que tomar alguna determinación importante. Esta decisión puede ser al elegir una carrera, un mejor trabajo, un cambio geográfico, ministerial, aceptar una propuesta comercial, servir a Dios, dejar alguna adicción, etc. ¿Cómo ataca el enemigo? Básicamente con tres dardos:
• Demoras
• Aplazar, posponer
• Apuros
• Una gran ansiedad
• Tentación
Lo que el enemigo no puede detener, intentara demorarlo, aplazarlo o adelantarlo fuera del tiempo de Dios. La clave para vencer este ataque es el aprender a esperar en el Perfecto tiempo de Jehová Dios, pues es la clave para tomar el próximo paso en Dios.
(Lamentaciones 3:23-27) dice: “23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. 24 Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en ÉL esperaré. 25 Bueno es Jehová a los que en ÉL esperan, al alma que le busca. 26 Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová. 27 Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud” (Hebreos 6:12) nos dice también: “A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas”.
Aprender a esperar en el Perfecto tiempo de Jehová Dios puede ser una experiencia dura y un severo trato de Dios, especialmente para aquellos a los cuales les gusta todo lo rápido y automático, pero ese trato especial del Espíritu Santo se hace necesario para que a nuestra fe le sumemos paciencia; (Hebreos 6:12) “a fin de ser bendecidos y ver cumplidas en nuestras vidas y congregaciones las promesas de Dios”.

3. El enemigo ataca cuando una persona nace con un destino especial de Dios
Existen muchos casos en las Sagradas Escrituras, pero sólo mencionaré dos del Santo Evangelio: El nacimiento de Moisés en: (Éxodo 1:16) “Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva”. Faraón (que es una figura del diablo) dio la orden de asesinar a todos los hijos varones nacidos entre el pueblo Hebreo.
El diablo sabía que Moisés iba a ser el futuro libertador, ungido por Dios, para sacar al Pueblo de Dios de la esclavitud y conducirlos por el desierto hacia la Tierra Prometida. Fue por eso que lanzo ese ataque perverso contra los niños nacidos en aquel tiempo. También mas adelante en el Santo Evangelio volvemos a ver el mismo ataque con la matanza de los niños durante el tiempo del nacimiento del Señor Jesús es una prueba infalible del plan del enemigo de exterminar a alguien con propósito futuro de Jehová Dios (Mt. 2:13) “Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo”. ¡Jesús era el Mesías de Dios!

4. El enemigo ataca cuando un milagro específico ha salido de la mano de Jehová Dios hacia nosotros (Daniel 10:12,13) dice: “12 Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. 13 Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quede allí con los reyes de Persia”. Esta parte de las Sagradas Escrituras nos da luz para entender porque a veces las respuestas a nuestras oraciones no llegan.
Aquí el pasaje claramente dice que desde la primera vez que le había pedido algo a Jehová Dios, no solo había sido oído, sino que la respuesta había salido del Trono de Jehová Dios  respuestas celestiales y divinas hacia la tierra… pero algo se interpuso en el camino.
La frase “veintiún días representa el intento del enemigo por impedir la llegada de la bendición a la vida de un hijo de Dios. Muchas veces en tiempos así nos enojamos con Jehová Dios cuando en realidad está sucediendo todo lo contrario. ¡Abramos nuestros ojos espirituales para ver la realidad espiritual! El Propósito de Jehová Dios el enemigo no puede robártelo.

5. CUANDO ESTAMOS POR LANZAR O COMENZAR ALGO NUEVO PARA JEHOVÁ DIOS. Un ejemplo clásico de esto lo vemos en la vida de Jesucristo. Leemos en (Lucas 3:21,22) “21 Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, 22  y descendió el Espíritu Santo sobre Él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”. Que Jesús primero fue bautizado en las aguas y luego ungido con el Espíritu Santo. Si prestamos atención al ejemplo y leemos más adelante en su contexto (Lucas 4:14) leemos: “Y Jesús volvió en el Poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor”. Notaremos que entre estos dos capítulos (3:21,22 y 4:14) hubo un tiempo de conflicto espiritual contra el diablo.
El diablo sabía que si Jesús salía airoso del desierto iba a ministrar con poder sanador, libertador glorificando a Dios, entonces fue cuando lanzó todo su ataque con la idea de frenarlo e impedir su promoción espiritual.

Muchos creen que porque tienen un diploma de alguna casa de estudios respetable ya están en condiciones de servir; otros cuando reciben la Unción del Espíritu Santo, dejan sus iglesias pensando que “ya llego el día de tener su propio ministerio”, cuando en realidad vemos que si queremos empezar u alcanzar un nuevo nivel de ministerio debemos previamente batallar contra el diablo y vencerlo en el Nombre de Jesucristo.

6. EL ENEMIGO LANZA SU ATAQUE CUANDO SOMOS LOS PRÓXIMOS EN LA FILA para ser promocionados por Jehová Dios. Otro ejemplo importante que les encargo y lo lean de una mañanera como Jesús nos lo manda en: (Juan 5:39)Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de MÍ”. El ejemplo está en la vida de José en los capítulos: (Génesis 37 al 50) es un ejemplo preciso para graficar este punto: Cuando era joven Jehová Dios le dio dos sueños proféticos acerca de cuál sería su futuro en la obra de Jehová Dios. Fue por esta razón que sus hermanos le tenían envidia, celos y quisieron acabar con vida. La protección de Jehová Dios sobre José era grande así que decidieron venderlo como esclavo. Luego el relato nos dice que en Egipto fue condenado injustamente de acoso sexual y llevado de por vida a una cárcel de exiliados políticos. Note cada uno y todos los intentos del enemigo por impedir que José llegar al trono por decisión de Jehová Dios. A pesar de todo, Jehová Dios preparó la hora determinada para ubicar a José en el lugar determinado por Jehová Dios de antemano. Quizás hoy ustedes estén siendo atacado brutalmente por el enemigo de diversas maneras o de todas las maneras posibles.

Es mi oración que esta predica le dé luz y dirección para saber que ustedes van por buen camino hacia el cumplimiento del destino que Jehová Dios ha trazado para sus vidas. Recuerda siempre que el arma más Poderosa es lo que está Escrito.
(Zacarías 4:6) dice: Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es Palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los Ejércitos”. Las batallas espirituales se ganan con el Poder sobrenatural de nuestro Dios, con el poder del Santo Espíritu de Jehová Dios.

Esta batalla es invisible pero real, es espiritual y a la vez terrenal, por esto debemos saber lo que dice: (2 Corintios 10:4) “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”. Para este tipo de batallas del Espíritu de nada vale la inteligencia, habilidad o estrategia humana. Es por esto que debemos tener en cuenta lo que Escrito está: (Hebreos 4:12) Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. Necesitamos desarrollarnos como hombres y mujeres de Dios para no sólo conocer la teoría de la Palabra sino principalmente la Autoridad de la Palabra de Dios. Esto nos llevara a aferrarnos a las promesas reveladas y a confesarlas en el Nombre de Jesucristo.

PREDICADOR DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO: Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama; Mi interés es que me des la oportunidad de servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando toda basura de ignorancia. Por favor si les interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin cuestionar nada y que el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido en este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes de gracia dalo de gracia. 52 (722) 336-1411
https://viclaly5757.blogspot.com    https://www.bible.com/es/bible/149/jhn.6.rvr1960


jueves, 27 de octubre de 2016

“LA GRACIA EN JESUCRISTO TE JUSTIFICA”

Miércoles, 26 de Octubre de 2016
ENTRENANDO SOLDADOS DE JESUCRISTO
“LA GRACIA EN JESUCRISTO TE JUSTIFICA
LECCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO #13 (Tito3:1-11)
PROPOSITO DE ESTE TALLER: Es entender Cuando se ha declarado la gracia de Dios para con la humanidad, y se exhorta la necesidad de las buenas obras. Los que creen en Jehová Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo, deben cuidar de mantener las buenas obras, buscando oportunidades para hacerlas, influidos por el amor y la gratitud. Hay que evitar las cuestiones necias y vanas, las distinciones sutiles y las preguntas vanas; tampoco debe la gente desear lo novedoso, sino amar la Sana Doctrina de Cristo, que tiende mayormente a edificar. Aunque ahora pensemos que algunos pecados son leves y pequeños, si Jesucristo despierta la conciencia, sentiremos que aun el menor pesa mucho en nuestras almas.

OBSERVACIÓN
1) ¿Qué debemos de enseñar respecto a las autoridades y gobernantes? R: que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.
2) ¿Qué tienen que hacer los que son enseñados para que no difamen ni pendencieros si no amables? R: mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.
3) ¿Cómo es que éramos también cada uno de nosotros? R: insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.
4) ¿Qué sucedió con su amor para con los hombres? R: se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador.
5) Sabemos que Dios no nos salvó por obras que nosotros hubiéramos hecho ¿Cómo actuó su misericordia? R: por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.
6) ¿Cómo derramó el Espíritu Santo en nosotros? R: abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.
7) ¿Qué venimos hacer cuando fuimos justificados por la gracia de nuestro Señor Jesucristo? R: herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
8) Estas cosas son buenas y útiles a los hombres ¿Cuál es esta palabra fiel que quiere Dios para los creyentes que insistamos con firmeza? R: Que procuren ocuparse en buenas obras.
9) ¿Por qué evitar las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley? R: porque son vanas y sin provecho.
10) ¿Qué se debe de hacer con un hermano que después de una y otra amonestación cause divisiones? R: deséchalo.
11) ¿Cómo este hermano que causa divisiones que peca está condenado? R: por su propio juicio.

INTERPRETACIÓN
1) ¿Qué significa que se sometan al gobierno y a las autoridades? R: que nos sujetemos obedeciendo las leyes establecidas y que rigen nuestra nación.
2) ¿Qué quiere decir humilde de corazón? R: Es una actitud de la persona que no presume de sus logros, reconoce sus fracasos y debilidades y actúa sin orgullo.
3) ¿Qué significa insensatos? R: Que NO teníamos: Prudencia, buen juicio, sentido común.
4) ¿Qué quiere decir la Bondad de Dios? R: Es parte de su Naturaleza “ES BUENO”.   
5) ¿Qué significa misericordia? R: dos palabras corazón y miseria; su bendita compasión de todo su corazón en nuestras miserables vidas.
5) ¿Qué quiere decir regeneración por el Espíritu Santo? R: Restablecimiento y recuperación de los escogidos de Dios, para reconstrucción de las partes perdidas o dañadas.
6) ¿Qué significa derramar abundantemente por Jesucristo? R: Que lo llena todo.
9) ¿Qué quiere decir cuestiones necias? R: en general de que se trata: de riña, disputa y discusión.
9) ¿Qué significa genealogías? R: Conjunto de antepasados de una persona.
9) ¿Qué quiere decir contenciones? R: aferrarse alguna idea concebida en error.
9) ¿Qué significa discusiones acerca de la ley? R: que no se llegue a las discusiones sin sentido cuando no hay conocimiento de la Sana Doctrina de Cristo.
10) ¿Qué quiere decir amonestación? R: Advertencia o llamada de atención sobre un error o falta, antes de tomar una decisión negativa contra alguien.
11) ¿Qué significa pervertido? R: Es una persona que su comportamiento es inmoral y negativo.
APLICACIÓN
1) ¿Te queda claro que como ciudadanos de este país tenemos que obedecer las leyes? R: si.
1) ¿Obedecerías alguna orden que estuviera fuera de la ley de Dios? R: No.
2) ¿Eres pendenciero o amable? R: amable.
2) ¿Cómo muestras tu mansedumbre para con todos? R: tener paciencia cuando detecto ignorancia de las Sagradas Escrituras.
3) ¿Con cuáles de estas características todavía está batallando: insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros? R: SOLO SUB-RALLA.
4) ¿Alguna vez te ha beneficiado la Bondad de Dios Padre? Dar ejemplo R: cuando me he equivocado nuevamente ÉL me sigue bendiciendo.
5) ¿En qué área sientes que te ha regenerado Dios por medio del espíritu Santo? R: quitó un árbol malo para poner un árbol bueno, me quitó el velo que impedía que entendiera su Palabra en las Sagradas Escrituras (2Corintios 3:14,15).
6) ¿Cuándo es cuando tú puedes recibir este derramamiento del Espíritu Santo en tu vida? R: cuando soy bautizado en el Nombre de Jehová Dios, Jesucristo y Espíritu Santo.
7) ¿Cuándo es que tú eres heredero de esta esperanza? R: con el nuevo nacimiento.
8) ¿Qué es lo más importante que es bueno e útil para todos? R: el Agradado Manual.
9) ¿Qué haces cuando alguna persona que dice que es cristiana te comenta alguna doctrina falsa? R: Le pido que me lo muestre en las Sagradas Escrituras pero que no sea con un versículo sino con un gran contexto.
10) ¿As tenido la oportunidad de estar con alguien que quiere causar división? R: Si.
10) ¿Cómo te sientes? R: muy mal.
11) ¿As tenido la oportunidad de estar con alguien que está pervertido? R: si.
11) ¿Cuál es tu experiencia? R: es algo que se sale de control.
11) ¿Te queda en claro que todo lo que viene de parte de nuestro Padre Celestial viene acompañado de paz y no añade reproche alguno? R: Si.

lunes, 24 de octubre de 2016

UN BUEN ÁRBOL NO PUEDE DAR FRUTO MALO

22 de Octubre de 2016
UN BUEN ÁRBOL NO PUEDE DAR FRUTO MALO
Creo firmemente que cada uno de nosotros tenemos una comisión, y un propósito en la tierra. (Salmo 1:3) “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará”. Jehová Dios hará lo que tenga que hacer para cumplir su propósito en ti. Como tú eres árbol del plantío de Jehová, ÉL tiene todo el derecho de plantarte en el lugar donde solo ÉL sabe que darás fruto.
La bendición que tenemos los árboles de Jehová Dios es que estamos destinados a crecer y a llevar frutos. Estoy seguro que siempre habrá corrientes de agua. (Isaías 41:18) “En las alturas abriré ríos y fuentes en medio de los valles, abriré en el desierto estanques de agua, y manantiales de aguas en la tierra seca”. Esta es la herencia de los árboles de Jehová Dios, que aun en el desierto estamos destinados a crecer. ¿Dónde nos llevará?, no sabemos. ¿Cómo lo hará? Tampoco lo sabemos. Jehová Dios, tiene un plan bueno y perfecto. (Mateo 7:17-20) “17 De la misma manera, todo árbol bueno da fruto bueno, pero un árbol malo da fruto malo. 18 Un buen árbol no puede dar fruto malo ni tampoco un árbol malo puede dar fruto bueno. 19 Todo árbol que no dé fruto bueno, será cortado y echado al fuego. 20 Por esto digo que reconocerán a los falsos profetas por la clase de fruto que den”.

En el contexto inmediato de esta Escritura, el Señor está hablando principalmente de los falsos profetas (Mat 7:15) “Tengan cuidado con los falsos profetas, pues ellos están disfrazados de mansas ovejas, pero por dentro son lobos feroces”. Ellos parecen ser ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Así como satanás se disfraza de ángel de luz, sus siervos también pueden tener la apariencia externa de ser ministros de justicia (2Corintios 11:14,15) “14 Y no es maravilla, porque el mismo satanás se disfraza como ángel de luz. 15 Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras”. Por lo tanto, estos falsos profetas pueden ser sumamente engañosos. Parecen ser verdaderos, parecen predicar la justicia, parecen ser de la luz, de la verdad; sin embargo, son impostores en la iglesia. A pesar de que, por fuera, dan la impresión de ser correctos, el Señor Jesucristo nos advierte de que no seamos engañados. Y la forma en que debemos probarlos para no ser engañados es conocerlos por sus frutos”.

Entonces, si tenemos que reconocer a los falsos profetas y maestros por sus frutos, esto significa que debemos examinar a cada predicador del Evangelio por sus frutos, ya que no podemos saber quiénes son falsos al menos que los examinemos. Esto no contradice el mandamiento del Señor Jesucristo en (2Corintios 11:1-5) “1 ¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme. 2 Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo. 3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. 4 Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro Espíritu que el que habéis recibido, u otro Evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis; 5 y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles”.
Aunque es malo y pecaminoso juzgar a los demás cuando somos culpables de peores faltas, o juzgar según la “apariencia” con nuestra opinión, con motivos injustos o con criterio equivocado, Jesús nos manda a juzgar conjusto juicio (Juan 7:24) “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”.
Debemos usar las Sagradas Escrituras como el estándar y regla divina al juzgar con justicia si queremos examinar los frutos de los predicadores del Santo Evangelio. Y el estándar que usemos para juzgar a otros no debe ser nuestro propio estándar, ni debe ser basado en nuestras propias opiniones; más bien, debe ser el estándar que se encuentra en la Las Sagradas Escrituras que es la Palabra de Dios, y cualquier conclusión que saquemos debe estar de acuerdo con el juicio que la Sana Doctrina de Cristo, que es la enseñanza pura de la Palabra de Dios que ya ha pronunciado sobre tales cosas (2Juan 1:9) “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la Doctrina de Cristo, NO tiene a Dios; el que persevera en la Doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo”. De esta manera, estaremos obedeciendo la Verdad, juzgando justamente y no con error. Dios es el juez, y mi juicio es verdadero solo cuando está de acuerdo con, y conforme a, el justo juicio de Jehová Dios que ya ha sido proclamado en Su infalible Palabra.

Habiendo dicho esto, debemos examinar a cada predicador que escuchemos usando la Palabra de Dios como el estándar (Hch 17:11) “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”. Si no cumplen con los requisitos que se encuentran en las Sagradas Escrituras, entonces son falsos y tienen que ser expuestos por lo que son para prevenir que hagan más daño al rebaño de Dios. Y mientras que todo esto es cierto, y el contexto principal de esta Escritura es la forma en que podemos reconocer los falsos profetas, creo que hay una aplicación secundaria que se puede hacer, la cual se podría aplicar a todos nosotros en una escala más extensa. Podemos hablar mucho más de los falsos profetas y como reconocerlos, pero por el bien de esta corta exposición por favor permíteme examinar este texto con una perspectiva más amplia que se aplique a todos nosotros. Especialmente como predicador de la sana Doctrina de Cristo quiero ser juzgado por ti con las Sagradas Escrituras.

Sacaré ahora algunos puntos de aplicación de este texto, en el contexto de cómo se relaciona a todos los que dicen ser “cristianos”, porque, seamos realistas, los predicadores no son los únicos que necesitan ser probados hoy en día; ya que hay tanta falsa profesión y tanto cristianismo falso, que todos necesitamos ser examinados con las pruebas de las Sagradas Escrituras para saber si verdaderamente somos hermanos de Jesucristo. Y no solo esto, sino que cada uno de nosotros tenemos que examinarnos para asegurarnos que pasemos las pruebas de las Sagradas Escrituras en cuanto a la fe verdadera y la verdadera comunión con Jesucristo, como nuestro Hermano Mayor, (Hebeos 2:11,12) “11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12 diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu Nombre, en medio de la congregación te alabaré”.

Volvamos a lo de los árboles porque; ¿Verdad que se puede conocer a un árbol por su fruto? Jehová Dios No está interesado en discernir cada árbol literal de un bosque literal, sino en discernir entre cristianos verdaderos y falsos. Cada persona que profesa ser creyente es un árbol en el sentido de que habla de las Sagradas Escrituras. Y cada creyente profesante da algún tipo de fruto, ya sea bueno o malo. Por tanto, así como un falso profeta, la persona que se llama “cristiana” puede ser conocida por el fruto que produce. Por “fruto”, el Señor está hablando de nuestras obras. Entonces, en el sentido general, normalmente podemos determinar quién es un cristiano genuino y quién es uno falso al examinar el fruto del creyente profesante contra la Palabra de Dios, por las cosas que hacen, por las obras que se manifiestan en sus vidas. No siempre se puede hacer esto, porque hasta cierto grado las cizañas (falsos creyentes) en la iglesia muchas veces se parecen mucho al trigo (verdaderos creyentes), y Jehová Dios nos ordena a dejarlos crecer juntos pues no sea que arranquemos y dañemos a un grano bueno de trigo (Mat. 13:29,30) “29 Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. 30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”. Pero al mismo tiempo, cuando el fruto sea manifiesto y obvio, debe ser discernido y debemos tratar el malo debidamente, conforme a las Sagradas Escrituras (1 Cor. 5:12,13) “12  Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13 Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros”. El fracaso completo de la mayoría de la iglesia profesante con respecto a esto ha resultado en multitudes de cizañas, muchas más cantidades de ellas que de trigo, y esto ha destruido el testimonio que se supone que la iglesia debe tener en el mundo.

Noten que un árbol no es conocido por la plenitud de sus hojas, sino por sus frutos. Un árbol puede parecer sano por fuera, lleno de ramas gruesas y muchas hojas coloradas, y sin embargo dar malos frutos, mostrando que es un árbol malo a pesar de su apariencia. Lo que quiero decir con esto es que un supuesto cristiano puede profesar larga y ruidosamente que cree en Cristo, e incluso presentar muchas evidencias exuberantes con el intento de tratar de respaldar su profesión de fe. Pero si está dando malos frutos, entonces tiene que ser un árbol malo. El hecho que diga que sea un cristiano que ama a Jesús no cambiará la realidad de que es un árbol malo y un creyente falso. El fruto es la evidencia. Debemos recordar que el Señor Jesucristo mismo dijo esto en: (Mateo 7:21-23) “21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. Las emociones de muchos hermanos engañados está precisamente en estas tres cuestiones: profetizamos, echamos fuera demonios, y hicimos muchos milagros.

Evidentemente, una profesión de fe, aun siendo combinada con “muchos milagros”, no significa nada ante Dios si la persona está practicando la iniquidad. Entonces si alguien dice ser cristiano y hace muchas obras maravillosas, pero vive un estilo de vida que habitualmente practica el pecado, produciendo el mal fruto de hacer continuamente lo que es perverso a los ojos de Dios, entonces no significa nada cuando dice que ama a Jesús. Eso no lo salvará. Tiene una fe adulterada; no es la verdadera, aquella fe que justifica al pueblo de Dios, e inevitablemente resulta en un estilo de vida de santidad y justicia habitual (Rom. 6:15-19) “15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de Doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia”.

El árbol produce el fruto; el fruto no produce el árbol. El fruto no determina qué clase de árbol un cierto árbol será. Más bien, el fruto sirve para identificar el tipo de árbol que es a las personas de afuera. En realidad, es la naturaleza del árbol la que produce el fruto. Es importante saber esto porque si no lo entendemos así, intentaremos solucionar el problema de una forma equivocada. Por ejemplo, si un pecador reconoce que su vida está llena de pecados horribles, y sabe que tiene que ponerse a cuentas con Dios y dejar tal vida pecaminosa, sería una necedad que intente tratar primero con sus pecados. Si levanta el hacha contra las ramas de todos los frutos de pecado en su árbol, y las corta y destruye, podrá experimentar un cierto grado de victoria por un tiempo, y posiblemente aun jactarse de lo que sus propias manos han logrado. Pero estará muy decepcionado cuando, en poco tiempo, los frutos empiecen a crecer de nuevo. Él puede tratar constantemente con esos frutos, pero continuarán creciendo. Por tanto, un pecador no puede dejar de vivir un estilo de vida pecaminoso por tratar con su pecado y resistirlo. Necesita haber una obra más profunda en su vida.

A ver si me puedo explicar hermanos; El pecador necesita reconocer que no es un pecador porque peca; él peca porque es un pecador. El problema verdadero no son las manifestaciones del pecado en tu vida. El problema verdadero es tu corazón engañoso, malo y perverso, de donde salen todos estos pecados (Lucas 13:25-28) “25  Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. 26 Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. 27 Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad. 28 Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos”. No aprovechará mucho usar el hacha para cortar solo los frutos. Necesita ser puesta a la raíz del árbol. El pecador necesita confesar ante Dios que está totalmente perdido y necesita dejar que Dios haga una obra profunda en su corazón, permitiendo que el Espíritu Santo destruya el dominio del pecado en su mismo trono donde reina: el corazón. Cuando el corazón haya sido purificado por fe (Hechos 15:8,9) “8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones”. A través del Evangelio por un poder real y sobrenatural obrando en él, el amor para los deleites pecaminosos será dominado y remplazado con un amor para las cosas santas. El viejo árbol del amor al pecado necesita ser cortado, y el poder sobrenatural del Creador necesita crear un nuevo árbol, un nuevo corazón que ama y desea todo lo que es santo y puro. Entonces, y solo entonces, dejará el fruto corrupto de manifestarse exteriormente.

De la misma manera, un árbol bueno no es bueno por su fruto. La razón que el fruto es bueno es porque el árbol mismo lo es. Esto significa que un cristiano no es salvado por sus propias obras, no importa cuán bueno sea. Más bien, él es salvo solo por gracia por medio de solo la fe en Cristo solamente; y como resultado, glorifica a Dios a través de los buenos frutos que Dios produce en él. Primero, viene la salvación solo por gracia (Ef.2:8,9) “8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe”. Y después vienen los frutos buenos y esenciales de obras que glorifican a Dios y demuestran que la gracia realmente ha salvado (Ef.2:10) “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Este orden no puede ser revertido; es imposible. Cualquier intento de hacerlo y poner las obras antes de la salvación por gracia resultará en la herejía y promoverá la auto-justicia, que para nada es buena, sino amontona pecado encima de pecado (Isa. 30:1) “¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi Espíritu, añadiendo pecado a pecado!”. No, los buenos frutos son resultados cuando Jehová Dios está obrando a través de Jesucristo y el Espíritu Santo en  la naturaleza pecaminosa de los santos haciéndolos renacer de nuevo por medio del bautismo en el Nombre de Jehová Dios, en El Nombre de Jesucristo y del Espíritu Santo. Porque esta es la orden de Jesucristo: (Mat 28:19,20) “19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. Y para entender esto se necesita discernimiento en el siervo de Dios, de otra manera siempre estará haciendo lo que solo dice la letra y no lo que le está diciendo el Espíritu en esta orden

Por tanto, un pecador que no ha sido justificado por la fe en Jesús, que no ha nacido de nuevo, cuyo corazón no ha sido regenerado por el Espíritu de Dios por una obra de gracia, no puede hacer nada que sea bueno y agrade a Dios. Cada fruto y obra que produce es corrupta, saliendo de un corazón depravado y oscuro. Todo lo que hace nace de motivos impuros que no son aceptables para nuestro Padre Celestial. Ninguna de sus acciones fluyen de un corazón de fe verdadera en Jesucristo, y todo lo que no se hace en fe es pecado, aún si es algo inocente (Rom.14:23) “Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado”. Nada de lo que hace fluye de un verdadero amor al Señor Jesucristo, y por lo tanto hay un “anatema” pronunciada sobre ÉL; y por consiguiente, ya que el hombre está maldito, todo lo que hace también lo está (1 Cor. 16:22) El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene”.

Todavía está bajo la maldición de la Ley porque no le ha rendido a Jehová Dios perfecta obediencia como debe ser (Gál. 3:10)Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas Escritas en el libro de la ley, para hacerlas”, y todavía está bajo la misma ira de Dios (Juan 3:36) “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. Es una persona impura (Isa. 64:6) “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento”, y cualquier ser impuro que intenta a acercarse a Jehová Dios y tener Su favor solo se dará cuenta que Su ira es la única cosa que le espera.
Es un esclavo al pecado y por esto está libre en cuanto a la justicia (Rom. 6:20) “Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia”. No hay favor para tal pecador; nunca ha sido creado de nuevo por la gracia transformadora de Jehová  Dios, y nada que haga puede hacerle obtener Su favor. Es imposible que esta persona cambie su propia naturaleza en su propia fuerza y produzca frutos que sean aceptables ante Dios. (Romanos 3:12) “Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”. Que esto quede claro una vez por todas. Ha sido atribuido erróneamente muchas doctrinas falsas sé salvo y serás salvo para siempre por demasiado tiempo. Esta es una falsa doctrina que el hombre inventó cientos de años atrás; es una doctrina que se basa en una pequeña porción de la Palabra de Dios. El hombre es por naturaleza un hijo de ira, una criatura depravada, una cosa maldita, sucia, y libre en cuanto a la verdadera justicia. Así lo describe la Palabra de Dios en las Sagradas Escrituras. Nada que pueda hacer podrá agradar a Jehová Dios. No hay ni un solo ser humano no regenerado en este mundo que hace el bien. ¡No, NI SIQUIERA UNO! La gracia soberana tiene que regenerar su corazón y convertirle en una criatura nueva, creada en la imagen de Dios, impartiéndole fe para creer en lo más profundo de su alma que podrá ver a Cristo y ser salvo; y después de ser convertido ciertamente producirá buenos frutos.

Aquellos que reconocen que son árboles malos necesitan ser creados de nuevo en la imagen de Dios. La condenación ha pasado a todo hombre, porque todos han pecado (Rom. 5:12) “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. Cada hombre es un árbol corrupto y condenado por naturaleza. Y solo aquellos que son creados de nuevo y transformados en árboles nuevos heredarán el Reino de Dios. Necesita haber una obra de gracia en los corazones de los que están viviendo en pecado; una obra que cambie sus corazones, los limpie de sus pecados, y les dé una nueva naturaleza para obedecer a Cristo. Sino, morirán en sus pecados. Necesitan nacer de Nuevo (Juan 3:3) “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.

CONCLUSIÓN
Amada alma, te preguntaré ahora: ¿Serás un árbol bueno o un árbol malo? No escuche su profesión de fe, más bien permita que los frutos lo demuestren. Examínese honestamente y vea si las cosas que usted está haciendo nacen del simiente divino de Dios en su corazón, resultando en una vida santa y piadosa, o si nacen de un corazón malo de incredulidad que resulta en practicar el pecado y la iniquidad. Y si tú sabes que has sido transformado a una nueva criatura, y el fruto de tu vida lo demuestra sin duda alguna, entonces regocíjate y recibe la seguridad de fe por medio de estas palabras del Señor Jesús. El tiempo de ser convertido es ahora, antes que el gran Señor de la cosecha regrese con un hacha en Su mano. (Mat. 3:10) “Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego”.

PREDICADOR DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO: Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama; Mi interés es que me des la oportunidad de servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando toda basura de ignorancia. Por favor si les interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin cuestionar nada y que el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido en este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes de gracia dalo de gracia. 52 (722) 506-3660
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