LAS
FORMAS ALREDEDOR DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
(Juan
7:23-24) “23 Si recibe el hombre
la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea
quebrantada, ¿Os enojáis conmigo
porque en el día de reposo sané completamente a un hombre? 24 No juzguéis según las apariencias,
sino juzgad con justo juicio”. El
temor de Dios filial es aquel por el que se detesta el pecado o se
aparta de él, no por las penas con que son castigados los pecadores, sino porque aquello es una ofensa a Dios,
algo que le desagrada a Él. Por otra parte, temor servil es el que evita el pecado por la pena que lleva consigo.
Es
decir: hay tres estados en los que se puede agradar a Dios.
1) Hacemos
lo que agrada a Dios por temor al castigo y entonces estamos en la condición de
esclavos.
2) Buscando
la ventaja de un salario cumplimos las órdenes recibidas en vista de nuestro
propio provecho, asemejándonos así a los mercenarios.
3) Finalmente,
hacemos el bien por el bien mismo y estamos así en la condición de hijos".
SERVIL
se aplica a la persona que, para obtener algún beneficio o favor, se humilla
ante otra. Por lo tanto, la obediencia no es una actitud servil sino una
conformidad voluntaria que sirve con atención y diligencia.
De
hecho, es un avance revolucionario frente al enfoque judío de la ley mosaica.
"El temor de Dios" no
es "el temor a Dios" y si (Proverbios 9:10) “El temor de
Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo
es la inteligencia”. Deja muy claro que se refiere al poder de hombre de "desear" el conocimiento divino del bien y del mal.
(Salmos
111:10) “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen
entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; Su loor
permanece para siempre”.
(Proverbios
1:7) “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos
desprecian la sabiduría y la enseñanza. Amonestaciones de la Sabiduría”.
Desde siempre el hombre se ha
esmerado en elevar las formas por sobre los principios. No importa tanto el objetivo, sino que las formas de alcanzarlo,
sería la premisa más arraigada en nuestros corazones y naturalezas caídas por
causa del pecado. El texto que encabeza esta predicación habla de los principios sobre las formas.
El Señor Jesús, autor y consumador de todas las cosas, aparece reivindicando
los principios por sobres las formas, situación que genera un intenso ardor en
las religiones en ese tiempo y en este tiempo. Frente al texto selecto de las santas escrituras citado arriba, se deja
ver que a los religiosos más les importaba las tradiciones que la salvación de
un individuo.
Eran los religiosos judíos, aquellos
altivos de espíritu y celosos de la liturgia y ceremonias, pero que no lograban
ver más allá de las formas, y es por
eso que su juicio solo quedaba en la cáscara (apariencia) y no en la esencia
del fruto.
(Mateo
23:24-33) “24
¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y
tragáis el camello! 25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del
vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia.
26
¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de
dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio. 27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois
semejantes a sepulcros blanqueados, que
por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de
huesos de muertos y de toda inmundicia. 28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis
llenos de hipocresía e iniquidad. 29
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de
los justos, 30 y decís: Si
hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices
en la sangre de los profetas. 31 Así que
dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que
mataron a los profetas. 32 ¡Vosotros también llenad la medida de
vuestros padres! 33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la
condenación del infierno?”.
El apóstol Pablo define muy bien el
sentir de aquellos fariseos que con el esmero de guardar las formas y el
ritualismo (inclusive “extra” escritural), pensaban que estaban agradando a
Dios: (Filipenses 3:4-7) “4 Aunque yo tengo también de qué confiar en
la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5 circuncidado al octavo día, del
linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la
ley, fariseo; 6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la
ley, irreprensible. 7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como
pérdida por amor de Cristo.”
Los
fariseos eran y son la facción del judaísmo más legalista y formalista que
nadie jamás ha conocido. El apóstol Pablo fue uno de ellos,
por tanto, sabía como pensaban y con que “celo”
defendían sus postulados religiosos por sobre los legítimos intereses de Dios. Para
ellos lo más importante era el envase más que el contenido. Era más
preponderante los sacrificios que la misericordia (Oseas 6:6) “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y
conocimiento de Dios más que holocaustos”.
Cuando llegó Jesucristo y estableció
la Sana Doctrina de Cristo, como única enseñanza válida para tener al Padre y
al Hijo, cayeron muchas formas y estableció el principio celestial. (Mat 22:37-40) “37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás
a tu prójimo como a ti mismo. 40
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.
La
Biblia presenta con claridad a un pueblo que es tomado y establecido en medio
de formas, de ceremonias y rituales que deben de ser cumplidas cabalmente.
Me refiero al pueblo de Jehová Dios. En el transcurso de su historia, este
pueblo celoso por cumplir aquel inventario ceremonial, fue constantemente
olvidando los principios por debajo de las formas, llegando al extremo de volverse a mas de una religión, cuyo síntoma es
el mismo de todas; presentar méritos delante de Dios para recibir sus favores. En
otras palabras, si yo hago esto o aquello, recibiré como recompensa eso o
aquello.
En contraste la Biblia dice: (Romanos 11:33-36) “33 ¡Oh profundidad
de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son
sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34
Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?
35
¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? 36 Porque de él, y por él, y para
él, son todas las cosas. A él sea la
gloria por los siglos. Amén.”
Las
religiones son el prototipo de los defensores de las formas por sobre los
principios. Tan solo recordemos el contenido de la ley; los principios estaban
en el decálogo (10 mandamientos) y las formas en la ceremonia y los ritos.
(Hechos 15:1) “Entonces algunos que venían de Judea
enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme
al rito de Moisés, no podéis ser salvos”.
Sin duda, que el pueblo se jactaba
de cumplir las ceremonias, pero olvidaban constantemente los principios. Ellos
ponderaban más los ritos que la relación con Dios y con su prójimo. Se
preocupaban de las vestimentas y de los emblemas, pero dejaban atrás los
principios elementales de la ley. En ese evidente fracaso, se deja ver que, no
solo el pueblo de Israel, sino que en todo corazón humano se asila en forma
férrea, aquel apego solo por la liturgia y el olvido de los principios de la
misma.
Recordemos
un pasaje muy ilustrativo al respecto: (Deuteronomio 6:4-9) “4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma,
y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón; 7 y
las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando
por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales
entre tus ojos; 9 y las escribirás en
los postes de tu casa, y en tus puertas”.
Cuando revisamos las tradiciones y
formas del judaísmo respecto a pasajes como estos, descubrimos que ellos bajo “interpretación literal” adoptaron el
uso de las afamadas “filacterias o
tefilín” que eran pequeñas cajitas o envolturas de cuero que contenían
pequeños pasajes de las escrituras y que los religiosos judíos se colgaban en
sus manos y en sus cabezas como señal de cumplimiento ortodoxo del mandamiento
de Dios.
También incluyeron, y que hasta en
la actualidad es practicado por todos los judíos en todo el mundo, el uso de la
“mezuzá” que es una pequeña cajita
que contiene un pasaje de las escrituras y que se instalaba en las puertas de
las casas. De este modo, cumplían la segunda parte del mandamiento.
Sin duda, que esta tradición del
judaísmo ponderó solo las formas por sobre el principio del mandamiento, el
cual versa así:
Con justa razón el Señor Jesucristo
les decía a los religiosos defensores de formas: (Mateo 23:4-5) “Porque atan
cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los
hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Antes, hacen todas sus
obras para ser vistos por los hombres. Pues
ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos”.
Los fariseos, como promotores y defensores
de las formas por sobre los principios, eran expertos en poner cargas y pesadas
listas de códigos religiosos sobre sus feligreses, aún sabiendo que ni ellos
mismos las cumplían. Exigían, pero no
daban nada, predicaban, pero no practicaban. De ahí que sus religiosos,
vistosos y distinguidos atuendos, incluyendo sus filacterias, no eran más que
una inmensa máscara de hipocresía. No en vano el Señor les echaba en cara: (Mateo 24:27) “Ay de vosotros, escribas y
fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que
por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de
huesos de muertos y de toda inmundicia”.
CRISTO
EL EXTERMINADOR DE LAS FORMAS
A diferencia del pecaminoso corazón
humano que insiste insolentemente en agradar a Dios cumpliendo ritos y
tradiciones, el Señor Jesús nos muestra en su enseñanza, que los principios siempre deben ser considerado
por sobre las formas. Justamente es esa la actitud que tanto repudian los
religiosos de todas las épocas.
Cristo sanó en día de reposo (Juan7:23-24) “Si recibe el hombre la
circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada,
¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre?”,
comió con pecadores (Mateo 9:9-13) “9 Pasando Jesús de
allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los
tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió. 10 Y
aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos
publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con
Jesús y sus discípulos. 11
Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? 12 Al
oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los
enfermos. 13 Id, pues, y aprended lo
que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al
arrepentimiento”, conversó en extenso con una mujer samaritana (Juan 4:20-26) “20 Nuestros padres
adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se
debe adorar. 21 Jesús le dijo:
Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén
adoraréis al Padre. 22 Vosotros
adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación
viene de los judíos. 23 Mas la hora
viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre
tales adoradores busca que le adoren. 24
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que
adoren. 25 Le dijo la mujer: Sé que
ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas
las cosas. 26 Jesús le dijo: Yo soy,
el que habla contigo.”, escogió a un
publicano (Mat.9:9) “9 Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos
públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió”, sanó a una sirofenicia (Marcos
7:24-30) “24 Levantándose de allí,
se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que
nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. 25
Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él,
vino y se postró a sus pies. 26 La
mujer era griega, y sirofenicia de
nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. 27 Pero Jesús le dijo: Deja primero que
se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a
los perrillos. 28 Respondió ella y
le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las
migajas de los hijos. 29 Entonces le
dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. 30 Y cuando llegó ella a su casa, halló
que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama”, salvo a un criminal. (Lucas 23:43) “Entonces Jesús le dijo:
De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” y perdonó a una
adúltera (Juan 8:11) “Ella dijo:
Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques
más”.
Que mas podemos decir del Hijo de
Dios que vino a elevar los principios por sobre todas las cosas. Él hizo lo que “no se debía hacer” En
lugar de observar el día sábado, había que descubrir al Señor del sábado que
otorga el verdadero reposo, y en lugar de condenar a los pecadores, había que
clamar “ni yo te condeno” frase que
desactivó las fuerzas de los hipócritas defensores de formas por sobre los
principios.
Cristo fue el más grande demoledor
de formas y por tal razón, se ganó el repudio de los fariseos quienes preferían
guardar las tradiciones y eliminar los fundamentos de Dios.
A estos, El Señor les dice: (Mateo 15:7-9) “Hipócritas, bien profetizó
de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón
está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas,
mandamientos de hombres”.
Esta punzante declaración del Señor,
surgió luego de que los fariseos legalistas estaban preocupados del porque los
discípulos de Cristo no se lavaban las manos al comer pan, quebrantando la
tradición de los ancianos. Jesús, les indica que ellos guardando las
tradiciones, infringían la ley por la hipocresía, ya que pretendiendo agradar a
Dios por obras (formas) anulaban los principios fundamentales y trascendentales.
Este y otros pasajes, nos indican con
claridad que El Señor jamás enseñó la importancia de las formas por sobre los
principios.
EL
CRISTIANISMO Y LAS FORMAS
Bien
sabemos que las formas en el cristianismo tienen una importancia más allá que
la que deberían tener. El pretexto de ser “celoso” por El Señor, muchos se ven
envueltos en medio de las telas del formalismo religioso, defendiendo
tradiciones, dogmas humanos y visiones parciales
extraídas de la biblia, las cuales son defendidas por frases tales como: “siempre se ha hecho así” o “así me
enseñaron”, lo cual no dista mucho de los “pioneros” del legalismo que tratamos en la parte anterior.
Existe una sola Sana Doctrina de
Cristo que analiza lo que debemos hacer cuando la pandemia del legalismo
formalista quiere invadir nuestros pensamientos e iglesias.
HAY
COSAS BÍBLICAS, NO BÍBLICAS Y ANTI BÍBLICAS.
Esta sencilla trilogía nos permite,
cual antídoto, frenar los efectos nocivos del legalismo formalista que ataca a
las iglesias. De los tres conceptos, el
único que nos debe hacer sonar la “alarma” es el tercero, es decir, las cosas
ANTI BIBLICAS.
Evidentemente
aquellos que defienden las formas por sobre los principios, también darán
énfasis al segundo punto y para que mencionar el primero.
Ciertamente hay puntos de la biblia
que son abiertamente doctrinal, por ejemplo, la Deidad del Señor Jesús, su
resurrección, su muerte vicaria, su segunda venida, etc. Puntos que son
indiscutibles e inflexibles.
Sin embargo, hay temas que no son
bíblicos ni menos doctrinales, por ejemplo, la realización de reuniones de
niños, de jóvenes, etc., pero que de ninguna manera son anti bíblicos, por el
contrario, son de provecho para la iglesia.
Ahora bien, en estos puntos, defender formas es un grave error ya que lo único
que se produce es desacuerdo derivado de la carnalidad y egoísmos de los
hombres.
Por
consiguiente, descubrimos que defender formas en la iglesia es la muestra más
clara de inmadurez y religiosidad. Es lo contrario de la gracia de Dios y
la libertad en Cristo. Es poner yugo sobre la cerviz de los hermanos y
es enfatizar el envase y la cáscara por sobre el contenido y esencia.
El apóstol Pablo hablando de las
formas judías que estaban invadiendo las iglesias fundadas sobre la base de la
gracia de Dios, declara: (Gálatas 3:3) “¿Tan
necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la
carne?”.
Esta pregunta de Pablo, está
diciendo, después de haber conocido la verdad misma de las cosas y haber
disfrutado de “los principios” de Dios,
¿vais a terminar defendiendo formas nuevamente?.
¡Hermanos!
Ya pasó el tiempo en que juzgábamos según los ritos y formas, ahora es el
principio que nos convoca; no debemos retroceder hacia los rudimentos de la religión, sino que
debemos proyectarnos hacia la madurez en la Sana Doctrina de Cristo. Mirar las formas por sobre los principios,
nos llevará a la triste práctica de “colar el mosquito y tragarnos el camello”.
Pablo
agrega algo más al respecto: (Colosenses 2:16-23)
“16 Por tanto, nadie os juzgue en comida
o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo,
17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;
pero el cuerpo es de Cristo. 18 Nadie os prive de vuestro premio, afectando
humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto,
vanamente hinchado por su propia mente carnal, 19 y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo,
nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios. 20 Pues si habéis muerto con Cristo en
cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os
sometéis a preceptos 21 tales como: No manejes, ni gustes, ni aun
toques 22 (En conformidad a
mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con
el uso? 23 Tales cosas tienen a la
verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en
duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la
carne”.
El
texto es extremadamente afirmativo respecto al tema tratado.
Aunque el contexto apunta a las
prácticas judías, el valor del mismo es perfectamente aplicable a las formas
del cristianismo actual.
El
mandamiento apostólico apunta a no juzgar en cuanto a formas, y por el
contrario, la importancia ha de ser puesta en el fundamento y principio, el
cual es Jesucristo. Lo demás es solo sombra. Pablo razona
de manera que nos enseña que defender formas es como si aún viviésemos en el
mundo, sometidos a preceptos humanos y a prohibiciones de los hombres que
buscan ganarse el favor divino a cambio de buenas obras.
El
cristianismo legítimo basado en la Sana Doctrina de Cristo a diferencia de las
religiones, no es un centro de reclutamiento religioso que debe cumplir un
inventario de normas, reglas y prohibiciones legalistas.
Por el contrario, el legítimo cristianismo enseñado por Cristo es una relación
que establece Dios con el pecador en un
íntimo lazo Paternal y de continua enseñanza y crecimiento. No es el hombre que crece para Dios, sino
que Dios es el que da el crecimiento y al madurez.
FORMAS
CONTRA PRINCIPIOS BÍBLICOS
Evidentemente que no se trata de una
rivalidad entre estos conceptos. Las formas son importantes siempre y cuando
estén bajo los principios de Dios. Es
decir, yo no leo la biblia por que debo leerla, sino porque quiero leerla.
Ahí se cumple la instrucción apostólica que dice: (Filipenses 2:13) “porque Dios es el que en vosotros produce así el
querer como el hacer, por su buena voluntad” Por lo tanto, las formas solo deben ser las
consecuencias de los principios, pero jamás la causa u objetivo de los mismos. Por ejemplo, un niño que tiene como
principio el respetar a los adultos, se comportará de “forma” respetuosa con
los tales.
Si
a este ejemplo le invertimos el orden, tendremos un
actor que fingirá respetar, pero que no tiene arraigado el “principio” del respeto. Toda organización o sociedad, se reúne en
torno a estos conceptos de “formas y
principios”. La Iglesia, siendo un
organismo cuya cabeza es solo Cristo, también necesita formas y principios.
Las formas son básicamente el
acuerdo de los modos o maneras de reunirse, pero los principios son el
fundamento de la reunión. De manera que
el legítimo celo por Dios no ha de encenderse en la formas, cual fariseos de
antaño, sino que en los principios y fundamentos de la Sana Doctrina de Cristo
en las escrituras.
Los defensores de las formas por
sobre los principios, suplantan la gloria de Dios por los meritos de los
hombres, suprimen la gracia y desatan las obras y generan esclavitud a aquellos
que han sido libertados en Cristo.
Que la gracia soberana del Señor
Jesucristo nos ayude a defender los principios por sobre las formas. Que así
sea. Amén.
Predica por: Pastor
Víctor Ramón Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de
Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus
vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la
oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o
denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo, estoy ofreciendo:
MATERIALES
BÍBLICOS GRATIS
Todo es completamente gratis, como escritor de estos
materiales te voy a dar los originales para que tú le pongas el nombre de tu
Iglesia o tu ministerio o le hagas las modificaciones que a ti te parezcan
convenientes. Mi interés es que me des
la oportunidad de servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser
titular sino el de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra como un río
poderoso arroyando toda basura de ignorancia.
Por favor si les interesan estos materiales escríbanme
pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes correos, y con mucho gusto y en el
amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin cuestionar nada y que el Espíritu Santo los dirija y los
lleve por buen camino, solo les pido en este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes de gracia dalo de
gracia.
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