lunes, 23 de noviembre de 2015

TÚ DECIDES EN DONDE ESTAR, EL MUNDO DICE DEPRESIÓN Y ESTRÉS; DIOS DICE ANSIEDAD, ANGUSTIA

TÚ DECIDES EN DONDE ESTAR, EL MUNDO DICE DEPRESIÓN Y ESTRÉS; DIOS DICE ANSIEDAD, ANGUSTIA

(Juan 7:15-18) “15 Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? 16 Jesús les respondió y dijo: Mi Doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. 17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. 18 El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca;  pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia”.

La Sana Doctrina de Cristo nos enseña la Verdad única que nos da tanta estabilidad y seguridad en nuestro diario vivir porque en lo que creemos Escrito está. También porque la Enseñanza está fuertemente sustentada en toda la Palabra Escrita e inspirada por el Espíritu Santo, para todos los que creemos en Jesucristo.
Y entonces: ¿Porque aunque somos creyentes caemos en Ansiedades que nos ponen en un estado de desánimo total? ¿Has estado como el mundo dice en depresión? ¿Alguna vez has estado tan preocupado y perplejo que has pasado noches sin dormir? ¿Tuviste tiempos cuando tu auto-estimación esta tan baja que te molesta que nadie te pueda ayudar o consolar? ¿Has estado tan mal que tuviste deseos de rendirte, y sintiéndote que tu vida era un fracaso total? (Juan 12:45-50) “44 Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; 45 y el que me ve, ve al que me envió. 46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. 47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. 49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, Él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 50 Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho”.

1. No me estoy refiriendo a alguna condición física.
2. No me estoy refiriendo a personas que tienen algún desequilibrio químico o enfermedad mental.
3. Estoy hablando de cristianos que de vez en cuando luchan contra la ansiedad (depresión) que los azota de la nada. (Salmos 119:28) “Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra”. Su condición a menudo no viene de una sola fuente, sino de muchas. (1Pedro 5:7) “echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”. A veces son azotados de todos lados, hasta que están tan abrumados que no pueden ver más allá de su desesperación.
(Juan 14:23-26) “23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. 24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. 25 Os he dicho estas cosas estando con vosotros. 26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.

Cuando un cristiano esta en medio de la ansiedad y angustia (depresión, estrés) entonces va a tener estas características de angustias durante el día pero especialmente por las noches en vela como lo dice Dios en su Palabra: (Salmo 77:1-4) “1 Con mi voz clamé a Dios, a Dios clamé, y Él me escuchará. 2 Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a Él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo. 3 Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba,  y desmayaba mi espíritu. 4 No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba”.  Si esto te describe, entonces fue escrito para ti. Su significado es para señalarte la salida de tu pena y temor. Después que tú hayas caído en un horrible hoyo de desesperación. Estoy seguro que te sientes en esta condición tan mala que te sientes mucho más allá del consuelo: (Sal 77:2) “… mi alma rehusaba el consuelo”. Como cristiano(a) te sientes estar en tal desesperación, que nada que te digan te puede sacar de tu condición. Ni siquiera puedes pronunciar palabra: (Sal 77:4) “… estaba yo quebrantado y no hablaba”. Mas sin embargo, la Sana Doctrina nos enseña que seamos hombres y mujeres de oración. Vemos esto en: (Sal 77:1) “Con mi voz clamé a Dios, a Dios clamé porque él me escucha”.

La Sana Doctrina de Jesucristo por medio del Rey David nos muestra la solución para la ansiedad y aquí empezamos una separación de aprender lo que dice Dios y lo que dice el mundo porque los resultados son diferentes por ejemplo: Depresión y Estrés son el camino largo; la ansiedad y angustia son el camino corto tan corto que está a la distancia de esta oración: (Salmo 34:15) “Los ojos de Jehová están sobre los justos y atentos sus oídos al clamor de ellos”. Tenemos que aprender a hablar con la palabra de Poder que Dios nos ha dado para nuestro bien (Salmo 34:4-6) “4 Busqué a Jehová, y Él me oyó, y me libró de todos mis temores. 5 Los que miraron a Él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados. 6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias”.

La fascinante historia del Rey David cómo él tuvo que huir de Gat para alejarse de Saúl. David tuvo que hacerse pasar por un loco en ese pueblo para escapar con su vida. Este exiliado siervo del Señor se sintió tan bajo en ese tiempo, como un gran fracasado, que él clamó a Dios. El busco al Señor en su ansiedad y angustia que le producía agonía, y David testifica que él fue totalmente liberado. De hecho, Dios puso un canto en el corazón de David.
Vemos a David relatando su nuevo canto de fe en: (Salmos 40:1-3) “1 Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. 2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. 3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová”.

Jehová Dios por medio del salmista nos dice que si no tenemos respuestas a nuestras oraciones, es por esta única razón, porque hay pecado (Salmos 78:1-4) “1 Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad vuestro oído a las Palabras de mi Boca. 2 Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos, 3 Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron. 4 No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, y su potencia, y las maravillas que hizo”. Desde siempre Jehová Dios ha manifestado su enojo por causa de nuestra incredulidad que es la raíz de desobediencia. (Salmos 78:7,8) “7 A fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, 8  Y no sean como sus padres, generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu”.

Cuando el pueblo de Dios está en angustia y ansiedad entonces vuelven a pecar porque dudan del Poder de Jehová Dios y de lo que nos está diciendo constantemente el Espíritu Santo que Jesucristo dice (Mat 11:28) “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Pero en lugar de hacer esto como ya están en un estado de duda entonces buscan a un hermano o hermana para que oren pero no nomas uno sino que a todos los que se encuentra a su paso, y ¿Por qué es esto? Porque no le creen a Dios (Salmos 78:17-19) “17 Pero aún volvieron a pecar contra Él, Rebelándose contra el Altísimo en el desierto; 18 Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto. 19 Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto?”. Es tal la angustia y desesperación que se transforma en ANSIEDAD, que se sale fuera de control y es cuando comienzan a buscar ayuda exterior y su vocabulario es el primero que cambia y comienzan a hablar de Estrés y Depresión igual como el mundo se expresa.  

Normalmente cuando el cristiano pasa por desilusión al sentir el silencio de parte de Dios comienza a tomar ventaja ganando terreno el enemigo de nuestras almas trayendo pensamientos de desánimo observemos como empieza todo: (Salmos 77:2,7-9) “2 Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a Él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo. 7 ¿Desechará el Señor para siempre, y no volverá más a sernos propicio?
8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa? 9   ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades?”. Y en conclusión podrías caer en este pensamiento que ni siquiera es tuyo sino que el enemigo de tu alma ha sembrado la duda acompañada de este tipo de pensamientos “¡Dios no contesta mis oraciones!”

Pero como todo lo que conocemos ha tenido un principio así también la ansiedad y angustia o la depresión y estrés y el primer paso es estar abrumados por el desánimo. Y pocos pueden viene su nube oscura. Rara vez parece salir por una sola cause, sino más bien era el resultado de un problema sobre otro.

También tenemos otro ejemplo a través del apóstol Pablo que sufrió angustias y ansiedades. (2 Corintios 1:8) “Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida”. Esto parecería demasiado pesado para ser llevado por un hombre. Sin embargo, todo junto le produjo una profunda desesperación y angustia la que Pablo sentía. Muchas personas como Pablo, son presionados más allá de su resistencia.


Lo que le estaba sucediendo al apóstol Pablo era una combinación de pruebas. Entre una de las angustias, era la profunda angustia mental, causada por personas que Pablo amo y que luego se volvieron contra suya. Estos amigos cercanos no solo abandonaron a Pablo sino que regaron mentiras acerca de él. Ellos difamaron su nombre. Además, Pablo se angustiaba por enfermedades violentas. El experimento naufragio en más de una ocasión. Y complots malignos eran planeados contra él, con la meta de quitarle la vida. Además de estas cosas, Pablo tenía ansiedad por el cuidado de muchas iglesias.

En primer lugar tenemos a nuestro Señor Jesucristo que es nuestro ejemplo a seguir en todas las áreas de nuestras vidas, y esta angustia desesperación y ansiedad no es una excepción.
Cristo es tocado con los sentimientos de nuestras enfermedades. Y hasta Jesús enfrento tal hora de profunda prueba. Él le dijo a Andrés y a Felipe: (Juan 12:27) “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora”. Cuando Jesús dijo esto, Él estaba enfrentando la cruz, sabiendo que su tiempo de muerte estaba cerca.
Jesús estaba enfrentando la prueba más intensa de su vida. De hecho, era tan profunda y oscura, que después Jesús clamaría, (Mat 27:46) “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”. Tomadas al pie de la letra, tales palabras podrían hacernos creer que Jesús murió en la desesperación.
PERO NO FUE ASÍ. Jesús al pronunciar esa frase, en realidad estaba orando un salmo. En efecto, si buscamos en nuestra Biblia, veremos que el salmo 22 empieza precisamente así: (Salmos22:1-11) “1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? 2 Dios mío, clamo de día, y no respondes; y de noche, y no hay para mí reposo. 3 Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel. 4 En ti esperaron nuestros padres;  Esperaron, y tú los libraste. 5 Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados. 6 Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. 7 Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: 8 Se encomendó a Jehová;  líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía. 9 Pero tú eres el que me sacó del vientre;  El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre. 10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios. 11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude”.

La primera parte describe los sufrimientos por los que atraviesa un hombre inocente (V. 2-23). Pero la segunda (V. 24-31) es un magnífico acto de confianza en que Jehová Dios que lo librará de todas esas angustias.

(Salmos22:24-31) “24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a él, le oyó. 25 De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré delante de los que le temen. 26 Comerán los humildes, y serán saciados; Alabarán a Jehová los que le buscan; Vivirá vuestro corazón para siempre. 27 Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti. 28 Porque de Jehová es el reino, y él regirá las naciones. 29 Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra; Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo, aun el que no puede conservar la vida a su propia alma. 30 La posteridad le servirá; Esto será contado de Jehová hasta la postrera generación. 31 Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto”.

Jesús hasta les dijo a aquellos que lo crucificaban, (Lucas 22:53) “Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de la tinieblas”. Qué declaración hace Jesús aquí. Sin embargo, Jesús estaba diciendo, en esencia, “Esta es la hora de satanás”. El periodo justo antes de su muerte fue el momento del enemigo para acosarlo. El diablo amontonó todo su poder para molestar el corazón de un Santo Hombre de Oración.

De igual manera, puedes estar seguro que tu hora oscura y molesta es obra de Satanás. El Señor no pone tan terrible depresión sobre su pueblo. ¿Cómo sabemos esto? Como tantos hombres y mujeres de Dios, nosotros oramos, adoramos, buscamos hacer la voluntad de Jehová Dios, deseamos total liberación del poder del pecado. Y esto es exactamente la clase de vida que satanás viene a dañar. Al mismo tiempo, podemos estar seguros que Dios ha permitido que esta hora llegue por una buena razón. Jesús le dijo a sus discípulos: (Juan 12:27) “¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora?”. Él les estaba diciendo, “No puedo explicártelo plenamente. Todo lo que puedo decir es que Dios ha permitido este momento, esta hora de tinieblas.”
Ahora quiero preguntarte ¿Alguna vez has pensado?, “¿Qué puedo decir? No tengo palabras para explicar lo que estoy pasando. Estoy molesto, perturbado, angustiado, desesperado y con mucha ansiedad pero no puedo decir porque. No me pidas que lo explique porque no puedo”.

¿CUÁL PUEDE SER EL PROPÓSITO DE DIOS EN UNA HORA TAN HORRIBLE?
La Sana Doctrina de Cristo por medio del apóstol Pablo nos muestra el propósito específico de Jehová Dios en nuestros tiempos de profunda prueba: (2Corintios 1:3-7) “3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. 5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. 6 Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. 7 Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación”.

¿Puedes ver el propósito de Dios aquí? En medio de nuestras aflicciones, el Espíritu Santo nos consuela. Y a su vez, somos capaces de llevar consuelo a otros que sufren profundas aflicciones. Esta es la obra del Espíritu Santo: llevar consuelo a su pueblo a través de las voces que fueron probadas. Por lo tanto, podemos saber que mientras nuestro propio sufrimiento empeora, el consuelo del Espíritu Santo es aún mayor dentro de nosotros.

¿QUÉ ES LO QUE MOLESTA TANTO QUE NO PUEDES DORMIR?
El testimonio que tú tienes es muy claro porque dices: “Clamo a Dio, oro a través de la noche, y yo sé que Dios me oye. Pero no veo respuestas a mis oraciones”.
Y Jehová Dios a través de mi vida y usando mi boca te dice esto: (Salmos 50:14-23) “14  Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo; 15 E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás. 16 Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes, y que tomar mi pacto en tu boca? 17 Pues tú aborreces la corrección, y echas a tu espalda mis palabras. 18 Si veías al ladrón, tú corrías con él, y con los adúlteros era tu parte. 19 Tu boca metías en mal, y tu lengua componía engaño. 20 Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; Contra el hijo de tu madre ponías infamia. 21 Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos. 22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, no sea que os despedace, y no haya quien os libre. 23 El que sacrifica alabanza me honrará; Y al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios”.
Recuerda que tu misión es: Él es Dios que todo lo ve y todo lo sabe, recuérdenles a otros a confiar en Dios y no a entristecerlo con incredulidad.

Pero ahora, mientras un espíritu de desesperación vino sobre tu vida, y no puedes sacudirlo como lo dice Dios en su Palabra. (Salmo 77:3) “Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu”. Entonces recuerda estas Palabras de Dios mismo para traerte consuelo, otros tiempos cuando el salmista fue liberado. Él dice: (Salmo 77:5,6)  “5  Consideraba los días desde el principio, los años de los siglos. 6 Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, y mi espíritu inquiría”.
Este fiel siervo trató de recordar como Dios había contestado sus oraciones, y como después él había cantado gozosamente acerca de las victorias de la fe. Pero ahora él estaba enfrentado la prueba más grande de su vida, y estaba abrumado física, mental y espiritualmente. Él declara, me queje porque era demasiado para soportar.

¿Cuál era la queja del salmista? Él dice, (Salmos 77:7-9) “7  ¿Desechará el Señor para siempre, y no volverá más a sernos propicio? 8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia?  ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa? 9 ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades?”. El salmista estaba plagado por estas preguntas, escribiendo, (Salmos 77:10) “Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo”. Y así como el salmista te encuentras tu declarando en efecto, “Esto es lo que me apena”: Dios ha cambiado. Hay una variación en el Señor que pensé conocía. Él ha cambiado su actitud hacia mí por alguna razón. Recuerdo todas sus liberaciones pasadas en mi vida. Pero no hay ninguna para mí ahora. Simplemente, Dios no está ya a mi favor. Siento como que me ha echado a un lado. Estoy confundido, molesto, abrumado, angustiado, desesperado lleno de ansiedades y siento como que Dios está alejado de mí en esta prueba. Yo sé que el escucha mis oraciones, pero no las contesta. Hasta donde puedo ver, Dios me ha olvidado. Evidentemente, Dios no está a mi lado.”

Amado hermano o hermana, puede que no estés desesperado y angustiado. Puede que no te sientas tan devastado como lo dice Dios en si Palabra Escrita en la prueba. No dudas que Dios contesta tus oraciones, y sabes que Jehová Dios no está enojado contigo. Pero aun así, hay una desilusión en lo profundo de tu ser. Estás frustrado y con ansiedad porque cosas en tu vida no están funcionando como esperabas o planeabas.

Esta ansiedad, angustia y desesperación puede aparecer en cualquier número de áreas: finanzas, profesión, matrimonio, hijos o ministerio. Pero todo a tu alrededor, parece estar funcionando bien para los demás. Tus hermanos y hermanas en Cristo parecen estar bien. Pero tu vida parece estar estancada, o quizás empeorando. Ahora comenzaste a pensar, ¿Cómo saldré de este tobogán en descenso? Parece no haber esperanza.

¿Cómo podemos salir de estos horribles periodos de esta ansiedad, angustia y desilusión? A través de David Dios nos muestra la salida porque el salió de este tobogán con un cántico. Y Ciertamente, multitudes de santos piadosos a través de la historia han salido de su ansiedad, angustia y desesperación de esta misma manera. Las escrituras demuestran que David, Job y otros santos del Antiguo Testamento salieron de sus tiempos oscuros recordando la fidelidad de Dios a generaciones pasadas. La Palabra de Dios por medio de David escribió que cada vez que su corazón estaba desolado, (Salmo 143:4-8) “4 Y mi espíritu se angustió dentro de mí; Está desolado mi corazón. 5 Me acordé de los días antiguos; Meditaba en todas tus obras; Reflexionaba en las obras de tus manos. 6 Extendí mis manos a ti, mi alma a ti como la tierra sedienta. 7 Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu; No escondas de mí tu rostro, no venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura. 8 Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma”.

En la angustia, desesperación y ansiedad siempre debemos de refugiarnos en el refugio más seguro que es: (Proverbios 18:10) “Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él correrá el justo,  y será levantado”. (Salmos 78:35-37) “35 Y se acordaban de que Dios era su refugio, y el Dios Altísimo su redentor. 36 Pero le lisonjeaban con su boca, y con su lengua le mentían; 37 Pues sus corazones no eran rectos con él, ni estuvieron firmes en su pacto”.

Es una bendición maravillosa recordar nuestras liberaciones pasadas. Dios nos dice que recuerdes lo que pasó con su pueblo en el desierto y solo tú decides cuantas vueltas quieres darle al desierto: (Deuteronomio 8:2,11) “2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos”. Nunca bayas a cometer el error de olvidarte de Jehová Dios porque sería terrible que lo hicieras porque entonces se multiplicarán tus angustias (Deuteronomio 8:5-11) “5 Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.6 Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole. 7 Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; 8 tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; 9 tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. 10 Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado. 11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy”.

Entonces, recordar las liberaciones que Dios hiso son más que una bendición para los santos de este tiempo tan difícil en el que estamos viviendo donde la angustia y desesperación nos tienen en constante ansiedad. Es una disciplina necesaria. Los israelitas inventaron toda clase de rituales y observaciones para recordar las liberaciones del Señor en sus vidas.
De igual manera, hoy, la iglesia de Jesucristo es llamada a recordar las liberaciones pasadas de Dios. Sin embargo, hemos recibido una manera para recordar que es mucho mejor que en los tiempos del Antiguo Testamento. Como puedes ver, desde los días de David, Dios ha derramado su Espíritu Santo. Y el Espíritu Santo ahora habita en nuestros cuerpos humanos.

El Espíritu Santo no tan solo nos consuela en nuestros tiempos de oscuridad. El no solamente trae a memoria las fidelidades pasadas de Dios. El Espíritu santo también nos da un entendimiento del propósito detrás de nuestras pruebas ardientes. Y él hace esto para que nuestra fe no falle. El entendimiento de la Palabra de Dios es fundamental ya que muchos tienen el conocimiento por los años en el evangelio pero no tienen entendimiento es por esto que no pueden obedecer a Dios porque no comprenden la Sana Doctrina de Cristo y al no entender entran en duda que es pecado y le sigue la desobediencia que ya es una condenación en sí misma. Simplemente, no sabemos lo que en esta hora oscura hace en tu vida Dios, pero Dios es Bueno siempre te tiene en tu vida un guía espiritual a quien tú tienes que recurrir si lo necesitas para salir de tu desierto. Todo lo que Dios te dice es: (Salmo 77:19,20) “19  En el mar fue tu camino, y tus sendas en las muchas aguas; Y tus pisadas no fueron conocidas. 20 Condujiste a tu pueblo como ovejas por mano de Moisés y de Aarón”. La conclusión es: (Isaías 55:6-11) “6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. 8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. 10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. No puedes recuperar tu gozo, paz o reposo plenamente hasta que tengas un entendimiento claro de porque Dios ha permitido tu prueba.

Simplemente, nunca conoceremos la paz de Dios en nuestra aflicción hasta que su propósito para ella es una verdad asentada en nuestras almas. Tenemos que entender que nuestra hora oscura, nuestra prueba dolorosa, ha sido permitida por Jehová Dios para su propio propósito glorioso. ¿Cuál es ese propósito? Simplemente, seremos el enfoque del increíble consuelo del Espíritu Santo.

Vamos a salir del fuego limpio y más fuerte. Y obtendremos un ministerio mayor que de cualquier predicador famoso. ¿Cuál será este ministerio? Es el ministerio de la reconciliación y la Palabra de Reconciliación que es la Sana Doctrina de Cristo comprobado y la victoria de Jesucristo en nuestras vidas. Y el resultado de este ministerio de Reconciliación será como lo describió Jehová Dios por medio del Daniel: (Daniel 12:10) “Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán”.

¡Que increíble llamado tenemos! Sufrimos grandes pruebas para ser las manos consoladoras de Dios para otros, y tener este ministerio y también la Palabra de Reconciliación que es la sana doctrina de Cristo: (2Co 5:17-20) “17  De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”.

(Salmo 66:10-12, 19,20) “10 Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata. 11 Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. 12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste a abundancia. 19 Mas ciertamente me escuchó Dios; Atendió a la voz de mi súplica. 20  Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia”.
Y respecto a la DEPRESIÓN Y ESTRÉS; estas solo en tus fuerzas, porque solo Jehová estará contigo cuando te esfuerces.

PREDICADOR DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO: Pastor Víctor R. Preciado Balderrama; Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo.
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