LIBERTAD VERDADERA NO LIBERTINAJE
(Judas 1:4) “Porque algunos hombres han entrado
encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta
condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro
Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo”.
(Gálatas 5:1) “Estad, pues,
firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez
sujetos al yugo de esclavitud”.
(Hechos 15:10) “Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los
discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?”
Jesucristo nos
habla por medio del apóstol Pablo a los cristianos sobre un punto que es muy
importante, y es algo que el Señor Jesús ha estado poniendo en mi corazón, lo
cual he estado orando, porque hay problemas y muchos de nosotros no hemos
entendido el propósito de Dios en nuestras vidas, y algunos, aunque lo
entendemos, no hacemos lo que tenemos que hacer en obediencia al evangelio de
Cristo.
Dice Jehová Dios el Señor que nosotros fuimos llamados a
libertad, Cristo Jesús nos vino a hacer libres, Cristo vino a romper las
ataduras y podrir todos los yugos que impedían que nosotros camináramos de
acuerdo a su propósito. De hecho, muchos de nosotros no sabíamos acerca de la Sana Doctrina de
Cristo, ni teníamos idea de cuál era la Verdad en la Palabra de Dios, cuál era
su voluntad, desconocíamos su propósito; la mayoría o algunos nos dejábamos
guiar por alguna religión, denominación o por preceptos muy personales, en fin,
no hacíamos de acuerdo a lo que Dios establece en la Doctrina de Cristo.
Cuando compartimos
la Palabra de Jehová Dios, debemos hablar que hay un solo Salvador y mediador
entre Dios y los hombres, que Cristo Jesús nuestro Señor, ha venido al mundo
para darnos salvación, esto significa que cuando muramos no vamos a morir por
la eternidad, es decir, no vamos a ser enviados al lago de fuego, que por
nuestra fe vamos a vivir en la presencia de Dios y lo haremos por la eternidad,
y eso lo entendemos muy bien, y eso nos agrada. A mí me agrada mucho saber que
un día iré a la presencia de Dios y viviré con Él por la eternidad, esto no
sólo me goza sino que me motiva para seguir viviendo.
Cuando estaba
en el mundo vivía con otros conceptos, con otras ideas, con una forma diferente
a la de Cristo Jesús, pero hoy día que conozco a mi Rey Jesucristo el Señor, sé
de su Gracia y de la misericordia de Jehová, puedo advertir su presencia, su
poder, su mano de bendición en mi vida, y en la de la gente que está a mi
alrededor como todos Ustedes, los Santos y remanente de Dios mismo; de hecho
creo que nosotros estamos siendo preparados de acuerdo al propósito de Dios,
para que podamos cumplir con su voluntad y vivamos en plena bendición.
Me da mucha
tristeza escuchar mujeres que dicen: "Fulana
cayó en la depresión de la menopausia, en una depresión casi suicida, está en
una situación difícil". Y me da tristeza porque en esas situaciones,
en esas depresiones, en esos problemas, en esas crisis internas cae la gente
que no tiene a Cristo Jesús en su corazón. La palabra de Dios nos enseña su
voluntad y dice que nuestro Señor Jesucristo nos trae salvación, nos limpia de
todo pecado y nos da una relación estrecha con Dios conforme su propósito; una comunión santa, verdadera, perfecta, no
tenemos que esperar a morir, pues no es lo mismo tener problemas sin Cristo que
con Cristo, pues su diestra nos sostiene y con Jesús todo lo podemos porque Él
nos da fuerzas.
Hoy día,
tenemos comunión y relación con Dios gracias a que Cristo Jesús tomó nuestro
lugar y pagó por nuestro pecado, pero lo importante no es sólo llegar a un
punto, a un nivel, lo importante y lo difícil es sostenerse en ese lugar; el
apóstol Pablo así lo sabe, ve a la gente que está a su alrededor, los problemas
y las luchas que los propios cristianos tienen, él ya lo había enfrentado, como
señala la Biblia en otros libros, y hace un llamamiento: Estad, pues, firmes,
firmes en la libertad que tienes en Cristo Jesús, es decir, no vuelvas a ser
esclavo, no vuelvas a vivir lo que vivías en el pasado, tienes que ser libre. (1Co 15:58) “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo
en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en
vano”. (1Pe 2:16) “como libres, pero no como los que tienen la libertad como
pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios”.
Los judíos le
dijeron a nuestro Señor Jesucristo: ¿libres, de qué? Si nosotros no somos
esclavos de nadie, nuestro padre Abraham así nos lo enseñó, y Jesús dijo: eres
esclavo del pecado porque haces el pecado, por eso eres esclavo; no eres libre
y en tanto permanezcas haciendo el pecado, no tendrás libertad, y les agregó:
Por eso he venido yo, para darles libertad. (Juan 8:31-34) “31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían
creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis
verdaderamente mis discípulos; 32 y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido
esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? 34 Jesús les respondió: De
cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del
pecado.”
Nosotros
sabemos esto y aunque entendemos claramente que ese es el propósito de Dios,
muchas ocasiones no permanecemos en la libertad que hemos recibido, en realidad
no entendemos la magnitud de lo que significa la palabra libre; es muy fácil
repetir las palabras que dice la Biblia: "soy
libre porque Cristo Jesús está en mi vida, ahora voy a vivir por la eternidad,
gloria a Dios".
Si alguien pregunta: ¿Quién es libre? Todos vamos a
gritar: "Amen", porque todos nos sentimos libres, pero en realidad no lo somos. Puedo
advertir, y el Señor me ha estado hablando en este sentido: hay problemas en
nuestro interior que nos mantienen atados y esclavizados.
(Isaías 61:1) escrito está: “El Espíritu de
Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar
buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar
libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel”.
Mira mis amados hermanos Jesucristo no le puso nombre a
su Iglesia pero si la cimentó en una sola Doctrina de Cristo que hace dar
frutos a quien la: obedece, la entiende y se llena del conocimiento del
evangelio de Cristo para distinguirse de cualquier otra falsa doctrina que no
da frutos.
La Palabra está
hablando de una promesa, de lo que sucedería, Isaías está profetizando aspectos
muy importantes de nuestro Ministerio de
Reconciliación y del propósito de nuestro Señor Jesucristo, no solo vendría
Jesús a hablar las buenas nuevas de salvación, no solo hablaría de la
posibilidad de vivir por la eternidad en la presencia del Padre, sino que señala algo muy trascendente: viene a
vendar a los quebrantados de corazón, a darles consuelo, a sanar toda herida
que haya en nuestro corazón; viene a publicar libertad a los cautivos, a los
que estamos cautivos nos viene a decir que, efectivamente, tenemos la seguridad
de no ser más cautivos, ni esclavos, que podemos ser libres y, además, viene a
dar apertura de la cárcel a los presos.
Si estás preso, el Señor viene a abrir la cárcel en la
que te encuentras para darte libertad; tal vez digas como dijeron los judíos:
Es que no soy preso de nadie, soy libre, transito con toda libertad en este
país y hago lo que quiera porque soy libre. La promesa de traer libertad, Dios la estaba dando no
sólo a su pueblo, sino a la humanidad. Siglos después, cuando nuestro Señor
Jesucristo entró al templo, buscó entre todos los libros y abrió el de Isaías y
leyó: (Lucas 4:18-20) “El
Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a
pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; A poner en libertad a
los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo
dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos
en él”.
¿De qué habla Jesús? Yo soy salvo. Y tú puedes preguntarte
lo mismo en este momento: ¿Pues, de qué habla el hermano Víctor? Esta no es una campaña evangelistica para que nos hablen
de la salvación. (Lucas 4:21) “Y
comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”. Hoy
es un día en el cual nosotros tenemos que mirar a nuestro corazón, mirar a
nuestro interior para saber cuál es nuestra situación real, para conocer si
somos esclavos o somos libres. (Juan 8:32) “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.
El problema, es
que muchas ocasiones no queremos conocer la verdad, preferimos vivir en la
mentira, preferimos vivir engañados, y no por la mentira y el engaño de los que
están a nuestro alrededor, sino de nosotros mismos; nos engañamos, nos
mentimos, no queremos ver lo que verdaderamente somos, queremos justificar
nuestras actitudes y nuestra esclavitud, culpando a los que nos rodean, es
fácil hacerlo.
(Juan 8:34) “Jesús les respondió: De cierto, de cierto
os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado”.
Tal vez en
estos momentos estés pensando en aquellos pecados que están escritos en los
diez mandamientos, pero hay otras situaciones y pecados ocultos por las cuales
tú estás preso. Piensa en lo que hay en tu interior, piensa en cuál es la
situación real, verdadera de tu corazón, sin que nadie te la diga. ¿Hay resentimientos, odios, corajes,
molestias, rencores? ¿Qué es lo que hay en tu corazón que te ha hecho esclavo
de eso mismo, que no te permite vivir en la libertad que dice la palabra del
Señor? ¿Qué hay? No te engañes, lo tienes que ver, Dios lo sabe, pero Él no
hará nada si tú no le dices: Señor tengo este problema, quiero ser
verdaderamente libre, como dice tu palabra; necesito conocer la verdad para ser
libre y vivir en la libertad que Cristo Jesús ha traído.
Cierto día, fuimos
a casa de unos hermanos y sentí muy feo en mi corazón el ver como unos malos
pastores aquí en Lerma Estado de México mantienen prisioneros a las ovejas de
Cristo por medio de manipulaciones y de malas enseñanzas, y además por promesas
a alguien; y se encuentran prisioneros en un lugar donde NO está Cristo y tampoco el Espíritu Santo. De verdad hermanos
existen muchas personas que asisten a iglesias aun cuando las maltratan las
menosprecian y están convencidas del error siguen ahí prisioneras y dicen: yo no estoy prisionera, solo estoy por una
promesa, Cristo los quiere libertar pero no quieren ser libres porque están
engañados por ellos mismos pensando que son totalmente libres, estos pastores panteoneros que le predican
a muertos y a todos les dicen amén, en lugar de obedecerle a Dios en su
Palabra para ser libres les pasan videos para entretenerlos.
Mira lo que la Palabra dice: (2Timoteo 4:1) “1
Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y
a los muertos en su manifestación y en su reino, 2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda
paciencia y doctrina. 3 Porque
vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de
oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”.
Creo que el cristiano
actual, ya está en las fabulas muy entretenido viendo videos y escuchando
prohibiciones por ejemplo: de que el esposo debe de dormir en otra habitación
porque es pecado que duerman juntos, escuchando lenguas extrañas y profecías
diciendo que Dios dijo pero yo te aseguro que Dios no lo ha dicho nada de lo
que ellos dicen que dijo. (1Co 14:17-20)
“17 Porque tú, a la verdad, bien das gracias;
pero el otro no es edificado. 18 Doy gracias a Dios que hablo en
lenguas más que todos vosotros; pero en la iglesia prefiero hablar cinco
palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez
mil palabras en lengua desconocida, 20 Hermanos, no seáis niños en el modo
de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar”.
Solo tenemos
que venir delante de Jesucristo el Señor y le pedimos que nos haga libres
diciéndole: perdona nuestros pecados,
quita nuestra inmundicia, quita nuestros problemas, y sabemos que el Señor los
quita, y tan lo hace que nos sentimos bien, sin embargo, seguimos guardando
en nuestro corazón severos sentimientos en contra de los demás, que ocasionan que vivamos con traumas, con
frustraciones, con amargura, con dolor, con odios, con resentimientos, con
envidias, con egoísmos y con tantas cosas más. Seguimos atados sin entender la
verdadera libertad a la que nos ha traído Cristo Jesús.
Decimos que
somos libres porque creemos en Jesucristo, decimos que somos libres del pecado
porque sabemos que el Señor nos perdonó, pero seguimos con ataduras y con
resentimientos en nuestro corazón que destruyen no solo nuestra vida, nuestra
paz interior, sino la de quienes están a nuestro alrededor afectando
principalmente a nuestras familias; y seguimos mal, muy mal, puedo advertir que
en muchos hermanos cuando me platican algunas situaciones, hay todavía rencor,
el odio está anidado en lo más profundo de su corazón, en lo más profundo de
sus huesos, y eso es delicado; así, no podremos ser verdaderamente libres.
Siempre hay justificaciones y podremos decir que actuamos
con molestia porque nos hicieron algo, pero vamos anidando "cosas" en
el corazón y seguimos esclavos de nuestros propios resentimientos y
sentimientos.
(Romanos 6:16) “¿No sabéis que si os sometéis a alguien
como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea
del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?”.
Si me someto a
alguien como esclavo para obedecer, me voy hacer esclavo de ese a quien yo me
estoy sometiendo, si me someto como esclavo al odio, voy a ser esclavo del odio
y no seré libre, voy a ser esclavo y no habrá libertad en mi, aunque grite y
proclame que soy libre en Cristo Jesús; las cadenas y la esclavitud más fuerte
que pueda existir en el hombre es por lo que está en su propio interior, no es
por lo que está fuera, es por lo que está en tu corazón, y eso es grave y el
Señor Jesucristo te quiere transformar, te quiere cambiar pero la decisión es
tuya.
(2 Corintios 3:17) “Porque el Señor es el Espíritu; y
donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”.
Debe haber
libertad porque el Señor se mueve en una plena libertad, el problema es que
nosotros no buscamos la libertad para ser verdaderamente libres. El propósito
de Dios es que al morar el Espíritu Santo en ti, tú seas plenamente libre
porque donde está el Espíritu Santo ahí hay libertad, la palabra del Señor lo
establece; siento tanta tristeza cuando hermanos se van de la congregación
buscando algo que les convenga a sus intereses, y que estén de acuerdo con sus
propias concupiscencias. Qué tristeza y qué pena me da ese caso, porque a donde
vayan seguirán siendo esclavos, no importa que se vayan a una iglesia del otro
lado de la ciudad, o del país o del mundo, lo que llevan en su corazón es la
esclavitud y seguirán siendo esclavos de sus propios sentimientos y seguirán
actuando como esclavos es más caminan como esclavos y todavía traen las mismas
vestiduras del pueblo en el desierto.
La solución es sanar el corazón; tenemos que mirar a
nuestro interior para buscar la sanidad. Cuando Jesucristo fue llevado ante el concilio para ser
enjuiciado, él pasó por situaciones muy difíciles. (Isaías 53:7) “Angustiado
Él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como
oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”. Dios
profetizó en relación a lo que padecería nuestro Señor Jesucristo para traer
salvación a nuestras vidas, y todo se cumplió, desde que fue detenido hasta ser
crucificado.
(Mateo 26:59-63) “Y los principales sacerdotes y los
ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para
entregarle a la muerte, y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se
presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, que dijeron: Este dijo:
Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo. Y levantándose
el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra
ti? Más Jesús callaba”.
Fue una
situación muy terrible, aún el rostro de nuestro Señor Jesucristo fue
desfigurado por los golpes, no había, dice Isaías, parecer en su rostro, ya que
fue golpeado brutalmente hasta desfigurarlo, claro que en las películas nos
presentan otro aspecto, nos presentan una gotitas de sangre cayéndole del
rostro y alguien poniéndole un manto en la cara, y sale la foto instantánea
para los creyentes católicos y su fe se fortalezca.
(Mateo 27:14) “Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera
que el gobernador se maravillaba mucho”.
(Lucas 23:1-4) “Levantándose entonces toda la muchedumbre de ellos,
llevaron a Jesús a Pilato. Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos
hallado que pervierte a la nación, y que prohíbe dar tributo a César, diciendo
que él mismo es el Cristo, un rey. Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres
tú el Rey de los judíos? Y respondiéndole él, dijo: Tú lo dices. Y Pilato dijo
a los principales sacerdotes, y a la gente: Ningún delito hallo en este hombre”.
(Lucas 23:9) “Y le hacía muchas preguntas, pero él nada
le respondió”.
Jesús guardó
silencio, ¿tú por qué crees que Jesús no dijo nada? se quedó callado cuando se
pudo haber defendido y, Porque ante
cualquier mínimo detalle la gente, y nosotros nos defendemos, protestamos, y no
nos importa nada; nos cuesta trabajo quedarnos callados, siempre buscamos la
venganza. Jesús guardó silencio porque era un hombre perfecto, porque su corazón era verdaderamente libre,
porque en su corazón no había amarguras, no había odios, no había
resentimientos, no había ningún problema contra nadie, no importa lo que le
hicieran, el Señor no anidaba rencores.
Tenemos una memoria privilegiada para sacar todo lo que
sea necesario para golpear a la persona que sentimos que nos está agrediendo,
tú qué podías haber sacado en el lugar de Jesús en esos momentos en contra de
aquellos hombres; les hubieras
sacado sus trapos al sol a todos, y destrozas a Caifás, a Pilatos y a todos los
judíos que estaban ahí; te hubieras llevado cantidad de piedras para
apedrearlos a todos, ¿por qué? Porque no
somos verdaderamente libres, porque tenemos problemas en nuestro interior,
tenemos problemas con nuestros hijos, con nuestra pareja, con nuestros padres,
con nuestros hermanos, con la gente que está a nuestro alrededor, con los
miembros de la iglesia, con las personas en el trabajo, en la escuela, con los
vecinos. ¡Tenemos problemas con todo
mundo! Porque existen sentimientos
que nos están gobernando y somos esclavos de ellos, ése es el problema.
(Lucas 23:34) “Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque
no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes”.
¿No sabían lo
que hacían? Claro que lo sabían, sabían que estaban crucificando a al enviado
de Dios, sabían que estaban soltando a un delincuente en lugar de a Cristo
Jesús que era inocente, y tan tenían miedo de sus hechos, que después que lo
crucificaron pusieron guardias en la tumba para que no se fuera a escapar, pero
se les escapó porque resucitó. ¡Gloria a
Dios!
Hay sentimientos
en tu corazón que se siguen agrandando, y no puedes ser verdaderamente libre;
vas a ser verdaderamente libre, el día que tú sueltes todo lo que está en tu
interior y digas: Por favor repite conmigo: Ya no quiero tener todos estos resentimientos, ya no me interesan,
quiero ser libre; ya no quiero ser esclavo del odio, ni del rencor, ni del
coraje ni de nada, quiero ser libre en Cristo Jesús y quiero vivir en esa
libertad que él me da. El día que lo hagas, empezarás a ser verdaderamente
libre.
PREDICA en Lerma
por:
Pr. Víctor R.
Preciado Balderrama
http://viclaly5757.blogspot.com/?spref=fb
viclaly5757.blogspot.com
Buen día les
invito con mucho respeto a visitar el BLOGSPOT
que Dios me ha regalado y que, con mucho amor he puesto algunos estudios que
Dios me ha regalado en revelación, Efesios
3:8.
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