ES MEJOR LUCHAR CON
EL ENTENDIMIENTO QUE NOS DA LA SANA DOCTRINA
(Efesios 6:10) “Por lo demás,
hermanos míos, fortaleceos en el
Señor, y en el Poder de su fuerza”. Esto nos indica que somos débiles y
que por esto se nos exhorta. En nosotros no hay capacidad ni fortaleza para
resistir a los poderes de las tinieblas. Si
no tomamos conciencia de esto, entonces en medio de la batalla trataremos de
resolver muchas cosas a nuestro modo y con nuestra capacidad humana. El enemigo, entonces, hará caer temor sobre
nosotros, porque estaremos comprobando su fortaleza en nosotros y eso nos hará
dudar de nuestra capacidad. Ser
fuertes en el Señor implica no tener temor porque conocemos Su fortaleza en
nosotros.
Además, también
implica recibir poder, tener la unción del Espíritu Santo y depender de Él. Conocer
plenamente que nuestra fuerza se basa en la persona de Jesucristo, no en
algún principio, método o técnica. Nuestra fuerza es Su fuerza. Nuestra
victoria es Su victoria. Vemos esa realidad en Jesucristo en “su autoridad y
poder para hacer milagros”; su
justicia y victoria sobre la tentación; como se enfrentó al pecado y al
maligno, en fin, como enfrentó cada una de las circunstancias de la vida.
Para
tener ese poder necesitamos alimentar con la Sana Doctrina de Cristo
permanentemente nuestra alma: ¿Cómo hacerlo? Entre otras cosas: orando, leyendo
y escudriñando la Biblia; estando en los servicios de nuestra congregación;
teniendo comunión con los hermanos, (Salmos
133:1) “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos
en armonía!”.
La Sana Doctrina de
Cristo sugiere oposición vigorosa, resistencia valiente, colocarse frente a
frente contra un adversario, mantenerse uno en su terreno bíblico 100%. (Efesios
6:13)
“Por tanto, tomad toda la armadura de
Dios, para que podáis
resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. La palabra resistir, aquí es la
palabra podemos compararla con anti,
que es contra, que se traduce como
resistencia. En este caso tomad
toda la armadura de Dios nos está señalando con total claridad y
absoluta certeza, que con la autoridad y las armas espirituales que nos son
concedidas podemos resistir perfectamente a las fuerzas del mal.
(Efesios 6:14-17) “14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la
verdad, y vestidos con la coraza
de justicia, 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis
apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de la
salvación, y la espada del
Espíritu, que es la palabra de Dios”. La guerra sigue. No importa cuántas
batallas peleemos, por lo cual debemos estar siempre preparados y, dado que es
una guerra espiritual, la Palabra nos
dice que nuestras armas también tendrán que ser espirituales.
Nosotros debemos
tener mucho cuidado de usar toda nuestra armadura espiritual, y que además,
esté en condiciones. Si hay cosas que no están bien con el Padre o con el
prójimo, como falta de oración, de arrepentimiento, presencia de
resentimientos, enemistades, pecados, la armadura comenzará a presentar
“agujeros”.
Y
será precisamente por esos “agujeros”, por esas aberturas, que el enemigo
atacará eficazmente y, en lugar de ir “de victoria en victoria” con Jesucristo,
podemos ir de derrota en derrota ante las huestes satánicas. Algunas veces
podemos llegar a salir de una pelea muy mal heridos y, en algunos casos, aún
podríamos morir.
EL CINTURÓN DE LA
VERDAD: En
la armadura es una de las partes más importantes, porque todo lo demás se ata a
él. Si no está bien puesto, la armadura no estará segura.
La Verdad no es un
concepto, es una persona: Jesucristo. Si Jesucristo
no está, no hay verdad alguna. Como el cinturón debe rodearnos y ser aplicada a
toda nuestra vida. Solamente la
Verdad nos hará libres y, para eso, debemos morir a nuestras propias verdades. ¿Y
qué son los “agujeros” que mencionamos? Pueden ser varias cosas: mentiras,
engaños de palabra o de formas de vida, prácticas ocultistas aunque sea por
ignorancia, no hacer morir nuestros puntos de vista cuando no son los puntos de
vista de Dios, excusarnos por pecados y debilidades y decir que son culpa del
diablo, recuerden: satanás es “padre de mentira”.
LA CORAZA DE
JUSTICIA:
La coraza se hacía de bronce y se cubría con cuero muy resistente. Protegía una
parte vital: el corazón. No protegía la espalda. El soldado jamás podría dar la
espalda para huir o simplemente por descuido porque indefectiblemente moría.
Hay
un texto que respalda esto en (Hebreos
10:38) “Más el justo vivirá por fe, y si retrocediere, no agradará a mi
alma”. En el corazón están los afectos y
sentimientos. Y Jesús dijo que desde allí salen los malos pensamientos y muchos
otros pecados (Mar 7:21,22) “21 Porque de dentro, del corazón de los
hombres, salen los malos pensamientos,
los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia,
la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez”.
Por
eso debemos pedir a Dios que examine nuestro corazón, y que nos dé un corazón
como el de Cristo, que es tener el Fruto del Espíritu Santo (Salmos 51:10) “Crea en mí, oh Dios, un
corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. Para ser oídos
debemos ser libres de toda iniquidad.
La Palabra define
como “justicia” la obediencia a la voluntad revelada de Dios (Deuteronomio
6:25)
“Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos
mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como Él nos ha mandado”. Usar la “coraza de justicia” es aceptar
obedecer, voluntariamente, la soberana voluntad de Dios, lo que sólo se logra
con una entrega completa a Jesucristo como nuestro Señor. Recordemos que
nuestra justicia no sirve, pues delante de Dios es “como trapos de inmundicia” (Isa 64:5,6) “5 Saliste al encuentro
del que con alegría hacía justicia, de
los que se acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste
porque pecamos; en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos
acaso ser salvos? 6 Si bien todos
nosotros somos como suciedad, y todas
nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros
como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento”.
Si
bien es cierto que la conducta surge de sentimientos, también lo es que la
conducta genera sentimientos. Por eso debemos perdonar, porque Dios lo exige,
no porque primero debamos sentirlo. Si lo hacemos, luego Dios pone en nosotros
el sentimiento del perdón.
Los
“agujeros” aquí, son los afectos y deseos incorrectos, pecados no confesados,
muchas veces por orgullo, raíces de amargura, falta de perdón, juicios de
condenación contra otros. Decir por ejemplo, algo así como: “Ah…ese hermano
nunca va a cambiar”, o: “es igual al padre”.
Viejos
resentimientos, quejas de todo, críticas a todos, orgullo, situaciones de
pareja no regularizadas pudiendo hacerlo, robo a Dios de diezmos y ofrendas,
chismes, falta de santidad. Es la persistencia del viejo hombre no crucificado.
PIES CALZADOS CON
EL EVANGELIO DE LA PAZ: Los pies deben de estar bien calzados, porque perder la
firmeza puede implicar la muerte. Por esto la sandalia tiene clavos especiales
de seguridad para mantener los pies bien firmes. Además es un calzado que
permite moverse con agilidad y velocidad. La
Sana Doctrina de Cristo por medio del apóstol Pablo no se refiere sólo al
evangelio de salvación sino a las buenas nuevas de paz; paz con Dios, consigo
mismo y con los semejantes, que produce la paz interior (Isaías 52:7)
“¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del
que anuncia la paz, del que trae nuevas
del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!”. Porque sólo con esa paz en nosotros
podremos compartir el evangelio con los inconversos. (Rom 10:15) “¿Y cómo predicarán
si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los
que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”. (Efesios 6:15) “y calzados los pies con el apresto del evangelio de
la paz”.
Esta
es la verdad, que tan pronto como nuestras relaciones con los demás no sean
como deben ser, el enemigo lo va a acusar de ello, su fe se vendrá abajo y no
podrá seguir firme en su confianza (Santiago
4:15-17) “15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16 Pero ahora os jactáis en vuestras
soberbias. Toda jactancia semejante es mala; 17 y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”.
(Lucas 12:47) “Aquel siervo que
conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su
voluntad, recibirá muchos azotes”. En la guerra a veces ocurren cosas
aterradoras, por esto es necesario la paz de Dios, pues ella es la que nos
quitará todo temor. Esa paz se basa en la comunión con Dios y es independiente
de las circunstancias: enfermedad, accidentes (Filipenses 4:7) “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo
Jesús”.
Los “agujeros” en
esta parte de la armadura, son: la ansiedad, los temores, las angustias, el
obrar por propia iniciativa, sin escuchar antes la voz de Dios, causar
divisiones y alianzas contra el que sea o lo que sea, propagar chismes, rumores
infundados.
EL ESCUDO DE LA FE:
El
escudo medía más o menos un metro de ancho por un metro y medio de alto. Se
usaba para apagar los dardos de fuego del enemigo y, al mismo tiempo
aprovechando su conformación, para esconderse detrás de él cuando se les
arrojaban flechas.
La
fe es vital en nuestra vida cristiana, ya que (Hebreos 11:6) dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios;
porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es
galardonador de los que le buscan”. Es
confianza basada en solo lo que está Escrito en la Sana Doctrina de Cristo: que
es la Palabra de Dios.
La fe viene por el
oír
(Romanos 10:17) “Así que la fe es
por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Muchas veces nosotros creemos en
Dios pero no le creemos a Dios. Por ejemplo, cuando Jesús dijo que las cosas
que Él había hecho, nosotros las haríamos y aún mayores.
Pero
la fe no es nuestra, sino que Jesús es el autor y consumador de la fe, pero no
es algo numérico pues nos ha sido dada a cada uno, una medida completa de fe.
Pero debemos ejercitarla y afirmarla.
Los
dardos de fuego son todos los pensamientos y circunstancias agradables o
desagradables que el maligno lanza contra nosotros. La fe es nuestra victoria
sobre el mundo, tal como dice la escritura, y ella nos impulsa a la obra, al
servicio, ya que la fe sin obras, es muerta.
Los correspondientes
“agujeros” en el escudo, son aquellos que tienen que ver con: la duda, la
incredulidad, que muchas veces es tapada. Escondida, camuflada con el clásico
“y…si Dios quiere…”, desconocimiento de la Palabra de Dios, de Su Voluntad, de
Sus promesas.
EL YELMO DE LA
SALVACION: El yelmo protege otra parte vital: la cabeza. En nuestras
cabezas están las ideas y pensamientos, captamos el mundo interior y el
exterior, damos forma y sentido a nuestras sensaciones, sentimientos o
emociones. Es la “sede” de la mente, de
la guerra espiritual. Ya vimos que el principal campo de batalla se encuentra
allí. Por esto debemos afirmarnos en que (tenemos la mente de Cristo) y para eso debemos madurar cada día,
llevando cautivo todo pensamiento a Jesucristo, (1Co 2:16) “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le
instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”. (Romanos 7:25) “Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro.
Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la
ley del pecado”. (2Co 10:3-6) “3
Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4 porque las armas de nuestra milicia
no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez
que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo, 6
y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia
sea perfecta”.
Porque nuestros
pensamientos son, por lo general, carnales, errados y confusos. (1Pe 1:13-16) “13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro
entendimiento, sed sobrios, y
esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea
manifestado; 14 como hijos
obedientes, no os conforméis a los deseos
que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros
santos en toda vuestra manera de vivir; 16
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”. Debemos proteger nuestra mente porque dice la Escritura que: (Prov 23:7) “Porque cuál es su
pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no
está contigo”. Sometidos al Espíritu Santo nos dará una mente sobrenatural, pues
nos hará recordar todas las cosas que Jesucristo ha dicho.
En la cabeza
también están nuestros ojos y la boca, que deben ser muy vigilados. En cuanto a los
ojos, sabemos que influyen tanto en la formación de ideas y pensamientos, que
Jesús dijo que podría ser mejor sacarlos para entrar en el reino de Dios (Mateo 18:9) “Y si tu ojo te es ocasión
de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la
vida, que teniendo dos ojos ser echado
en el infierno de fuego”. Y ya Santiago habló claramente sobre la lengua (Santiago 3:6) “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta
entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la
creación, y ella misma es inflamada por el infierno”. Solamente teniendo
nuestra mente en orden, no sufriendo ninguna de las clásicas y legendarias
“invasiones” que el enemigo acostumbra a intentar, es que tomamos conciencia de
la autoridad que tenemos en Cristo Jesús.
Los “agujeros” en
el yelmo, tienen que ver fundamentalmente con el no conocer la Sana Doctrina de
Cristo en la Biblia. No conocerla por no leerla, por no estudiarla y por no
escudriñarla, permitiendo así que el enemigo ponga en nuestra mente
pensamientos que nos induzcan a error y confusión. Otros agujeros tienen que
ver con permitir que nuestros ojos y oídos jueguen con el pecado: películas de
terror, películas cargadas de obscenidad, revistas o folletos poco edificantes,
programas televisivos con lenguaje ordinario, grosero y, además, no ejercer
control alguno sobre nuestra propia lengua.
LA ESPADA DEL
ESPÍRITU, QUE ES LA PALABRA DE DIOS: Preten atención a este detalle muy
importante: la espada es la única arma ofensiva que poseemos como soldados de
Jesucristo.
Y tiene filo
cortante en gran medida de ambos lados y termina en una aguda punta que le
permite ingresar en cualquier cosa como si fuera mantequilla. (Hebreos 4:12) “Porque la palabra
de Dios es viva y eficaz, y
más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el
espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las
intenciones del corazón”. Observemos
algo. No dice que la palabra está viva, dice que es viva. ¿Por qué?
Porque todo lo que está vivo, se muere. Por eso la Palabra es vida porque es
eterna. Esto nos deja bien en evidencia
que el cristiano no sólo deberá defenderse como algunos suponen, sino también
atacar. Y para atacar con posibilidades de éxito y victoria, deberá hacerlo
con la Palabra Escrita que es la que El Espíritu Santo respalda dándole Vida. (Juan 6:63) “El espíritu es el que da
vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son
espíritu y son vida”.
En
estos textos también vemos que la misma Palabra es capaz de convencer de pecado
(Juan 16:8) “Y cuando él venga,
convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”, de justicia, y que
siendo inspirada por Dios, es: (2Tim
3:16,17) “16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar,
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
17 a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Que
es verdadera “potencia” de Dios y que Jesús nos mostró que, por quedarse firme
en el “Escrito está”, podemos mantenernos firmes también y hacer retroceder al
príncipe de este mundo el diablo.
Debemos conocer y
diferenciar entre la Palabra Escrita, la voluntad de Dios, sus promesas, y el
RHEMA, que es la palabra revelada para este exacto momento. Muchos de nuestros
errores y fracasos provienen por desconocimiento de la Escritura. Los
“agujeros” en el uso de la espada tiene que ver con no leer ni escudriñar la Sana
Doctrina de Cristo que es la Palabra que Jehová Dios le confió a Jesús para que
nos la enseñara; falta de fe en esta Palabra, el legalismo, que es deseo de vivir para Dios pero según los
principios de la ley perdiendo así el Poder de la Gracia. Recordemos
también que la espada no sirve si está envainada.
LA LLENURA DEL
ESPÍRITU:
Cuantas preguntas giran en derredor de la mente bien intencionada de tantos y
tantos cristianos nobles y sinceros. ¿Qué significa ser lleno del Espíritu
Santo? ¿Por qué debemos ser llenos del Espíritu Santo? La Biblia misma tiene
todas las respuestas, no los hombres por sí mismos. (Efesios 5:18) “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay
disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”. El Espíritu Santo no es un líquido ni es un gas. Tampoco somos nosotros
un recipiente que puede llenarse más o menos. Estar lleno del Espíritu
Santo significa estar gobernado, dominado por el Espíritu Santo. Esto glorifica a Jesucristo y lo hace real
en nosotros, como nuestro Señor. Es decir: el amo, el dueño absoluto de nuestra
voluntad. No se trata de hacer nosotros lo mejor que podamos para el Señor,
sino de dejar que Jesucristo haga lo mejor por medio de nosotros. No es que tengamos más del Espíritu
Santo, sino de que el Espíritu Santo tenga todo lo que tiene que tener de
nosotros.
Su
presencia plena hace “madurar” al fruto del Espíritu y nos llena de bendiciones
con una sola y simple intención: que nosotros seamos, a nuestra vez, de
bendición para otros. También nos permite usar el o los dones que nos capacitan
para el servicio. Entonces la gran pregunta, es: ¿Qué produce esta llenura que
debe ser diaria? Aquí van algunas respuestas: Capacidad para comunicar con Poder y de una manera comprensible las
maravillas de Dios. (Hechos 2:11) “9
Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en
Capadocia, en el Ponto y en Asia, 10
en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene,
y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, 11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las
maravillas de Dios”.
Valor para
enfrentar las circunstancias hostiles. (Hechos 4:8,19,29,30) “8
Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: gobernantes del Pueblo y
ancianos de Israel. 19 Más Pedro y
Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a
vosotros antes que a Dios. 29 Y
ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo
hablen tu palabra. 30 mientras
extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el
nombre de tu santo Hijo Jesús.
Libertad para dar
testimonio. (Hechos 4:31) “Cuando hubieron
orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del
Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios”.
Sabiduría para
elegir convenientemente. (Hechos 1:24) “Y orando dijeron: Tú,
Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has
escogido”.
Amor semejante al
de Cristo para perdonar y orar por los enemigos, por los perdidos. (Hechos 7:55-60)
“55 Pero Esteban, lleno del Espíritu
Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que
estaba a la diestra de Dios, 56 y
dijo: he aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la
diestra de Dios. 57 Entonces ellos,
dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. 58 Y echándole fuera de la ciudad, le
apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se
llamaba Saulo. 59 Y apedreaban a
Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60 Y puesto de rodillas, clamó a gran
voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió”.
Obediencia a Jesucristo
y eficacia en la evangelización. (Hechos 2:41) “Así que, los que
recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil
personas”. (Hechos 4:4) “Pero muchos
de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era
como cinco mil”. (Hechos 8:4) “Pero
los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio”.
Gozo a pesar de las
dificultades. (Hechos 13:8-11) “8 Pero les resistía
Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al
procónsul. 9 Entonces Saulo, que
también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, 10 dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de
toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de
trastornar los caminos rectos del Señor? 11
Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no
verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y
tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano”.
Una vida de oración
victoriosa por el Espíritu nos enseña a orar y aún ora por nosotros o en
nuestro lugar. (Romanos 8:26,27)
“26
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de
pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos indecibles. 27 Más
el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque
conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”.
Elegir lo mejor de
acuerdo con la voluntad de Dios rechazando lo que esté contra de su Palabra. (2 Corintios 10:5) “derribando argumentos y toda
altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo”.
Autoridad para
reprender todo poder a las potestades demoníacas. (2Cor 4:3,4)
“3
Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; 4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos,
para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el
cual es la imagen de Dios”. Si Dios posee todo nuestro ser, no hay lugar para
ataduras del enemigo, somos canales de vida y tenemos la unción, el poder del
Espíritu Santo.
DON DE
DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS: (1 Corintios 12:10) “A otro, el hacer
milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento
de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro,
interpretación de lenguas”. La palabra nos exhorta a “probar” los espíritus
para ver si son de Dios (1Juan 4:1)
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios;
porque muchos falsos profetas han salido por el mundo”. Este don es la capacidad que da el Espíritu Santo para distinguir entre
los verdaderos y los falsos maestros, detectando así los sutiles engaños de satanás
que llevan a errores y herejías.
También
se manifiesta como una capacidad que Jehová Dios da a ciertos creyentes para
que puedan saber si una persona tiene o no demonios, u opresiones demoníacas.
Permite distinguir entre un enfermo mental y una posesión diabólica. Llega a
indicar el tipo de demonio o atadura y, a veces, los nombres de esos demonios. También
permite considerar si otros dones específicos provienen o no de Dios. El diablo es un gran imitador y si no es
por el discernimiento, podemos ser engañados muy fácilmente con lenguas,
profecías, sanidades o milagros falsos.
LA ALABANZA Y LA
ADORACIÓN:
Alabanza es la acción de glorificare a Dios, de ensalzarlo y bendecirlo
especialmente con himnos, cánticos, música y danza. Por tanto es más que
cantar, aplaudir o levantar las manos en forma mecánica, costumbrista. Es una
ofrenda, que debe salir del corazón y nos trae la maravillosa presencia de
nuestro Señor Jesucristo ya que Jesucristo nos permite estar delante de nuestro
Dios por medio de la alabanza de su pueblo.
Es lo único que
podemos darle a nuestro Dios. Se centra en lo que Dios hace, en su obrar
en cada uno de nosotros cambiando nuestro cochino carácter.
PREDICADOR DE LA
SANA DOCTRINA DE CRISTO: Pastor Víctor
Ramón Preciado Balderrama; Hola
hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y
con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me
gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo
permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es
que corra la Sana Doctrina de Cristo.
Mi interés es que me des la
oportunidad de servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser
titular sino el de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra como un río
poderoso arroyando toda basura de ignorancia. Por favor si les interesan estos
materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes correos, y
con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin cuestionar
nada y que el Espíritu Santo los dirija
y los lleve por buen camino, solo les pido en este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes de gracia dalo de
gracia.
http://viclaly5757.blogspot.com/?spref=fb
viclaly5757.blogspot.com
https://www.bible.com/es/bible/149/jhn.6.rvr1960
https://www.facebook.com/milibertadorviene
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