ES MEJOR ANDAR EN EL ESPÍRITU QUE EN LA CARNE
(Gálatas 5:16-26) “16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no
satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es
contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen
entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, 20
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, 21 envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las
cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios. 22
Mas el fruto del Espíritu es amor,
gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han
crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26 No nos hagamos vanagloriosos,
irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
(Gálatas 6:1-18) 1Hermanos,
si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales,
restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que
tú también seas tentado. 2Sobrellevad
los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. 3Porque el que se cree ser algo, no
siendo nada, a sí mismo se engaña. 4Así
que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de
gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro; 5porque cada uno llevará su propia carga. 6El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa
buena al que lo instruye. 7No os
engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará. 8Porque el que
siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para
el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo
segaremos, si no desmayamos. 10Así
que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la
familia de la fe. 11Mirad con cuán
grandes letras os escribo de mi propia mano. 12Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que
os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de
Cristo. 13Porque ni aun los mismos
que se circuncidan guardan la ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis,
para gloriarse en vuestra carne. 14Pero
lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por
quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. 15Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la
incircuncisión, sino una nueva creación. 16Y
a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y
al Israel de Dios. 17De aquí en
adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del
Señor Jesús. 18Hermanos, la gracia
de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.”
La Sana Doctrina de Cristo nos enseña como podernos mantenernos en el
Espíritu y es que nosotros debemos predicar y debemos seguir el Poderoso
evangelio de Cristo.
Por medio del apóstol Pablo aprendemos acerca del
Espíritu Santo en su epístola a los Gálatas. (Gálatas 5:13,14) él dijo, “13 Porque
vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la
libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los
otros. 14 Porque toda la ley en esta
sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Desde que hemos sido salvados y nos hemos librado del pecado creyendo en
el Poderoso Evangelio de Cristo, nosotros no debemos tomar esta libertad como
una oportunidad para complacernos en la lujuria de la carne, sino que a través
del amor debemos servirnos unos a otros y debemos seguir la Sana Doctrina de Cristo. Dios nos ha perdonado de todos nuestros
pecados, por lo que es justo que prediquemos la Sana Doctrina de Cristo. Pablo también dijo: (Gálatas 5:15) “Pero si os mordéis y os
coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros”.
Tenemos que andar en la Sana Doctrina de Cristo, para ser llenos del
Espíritu Santo.
La Sana Doctrina de Cristo dice en (Gálatas
5:22-26) “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos
vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros”.
Aquí, la Sana Doctrina de Cristo, por medio del apóstol Pablo nos dice que si nosotros
caminamos en el Espíritu, llevaremos el fruto del Espíritu. El Espíritu Santo nos exige que caminemos
en el Espíritu. Pero nosotros vivimos en la carne.
Los seres humanos nacimos con una carne que no puede
llevar el fruto del Espíritu. Aun cuando nosotros intentemos
caminar en el Espíritu, nuestra naturaleza no puede cambiarse. Por esto,
sólo aquellos que reciben la vida en el Espíritu Santo creyendo en la Sana Doctrina de Cristo, pueden
caminar en el Espíritu y pueden llevar el fruto del Espíritu Santo.
Cuando la Sana Doctrina de Cristo, en
la Biblia nos dice que andemos en el Espíritu, significa que debemos predicar
el Evangelio para que otros también puedan ser perdonados de sus pecados. Si
vivimos para esta Sana Doctrina de
Cristo, en el evangelio, llevaremos el fruto del Espíritu. En otras palabras, no es una cuestión de la
naturaleza humana cambiante. Cuando nosotros caminamos con la Sana Doctrina de Cristo, nosotros
podemos llevar el fruto del Espíritu, a saber amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. El fruto del Espíritu nos ayuda
a salvar a otros de sus pecados para que tengan vida eterna.
LA LUJURIA DE LA CARNE CONTRA LOS DESEOS DEL ESPÍRITU
La Sana Doctrina de Cristo, dice en: (Gálatas 5:17)
“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra
la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”.
Desde que nosotros, quienes hemos sido redimidos, posemos la lujuria de la
carne y el Espíritu al mismo tiempo, estos dos elementos siempre se oponen
entre sí. El resultado es que ni uno
puede llenar nuestros corazones completamente.
La carne impone su deseo contra el Espíritu. Ellos se
oponen entre sí, para que no podamos hacer las cosas que deseamos. Entonces
¿Qué involucra el andar en el Espíritu? ¿Y qué tipos de cosas agradan a Dios? Dios dijo que predicar y seguir la Sana Doctrina de
Cristo es la clave para caminar en el Espíritu. Dios da corazones para andar en el Espíritu a
aquellos en quienes mora el Espíritu Santo, para que ellos puedan llevar una
vida espiritual. El mandamiento que Dios nos dio fue el de llevar el fruto del
Espíritu.
Andar en el Espíritu Santo significa vivir una vida
que agrade a Dios.
Para andar en el Espíritu, en primer lugar necesitamos que el Espíritu
Santo more en nosotros. Primero tenemos que creer en la Sana Doctrina de
Cristo, que Dios nos dio, a través de Jesucristo. Aquellos que tienen la vida
en el Espíritu Santo obedecen al Espíritu Santo y andan en el Espíritu, debido
a que el Espíritu Santo mora en ellos, aunque todavía tienen la lujuria de la
carne.
(CUERDA)
Porque a veces mientras andamos en el Espíritu,
caminamos según la carne. La lujuria de la carne y el deseo del Espíritu luchan uno con el otro
en nuestras vidas, y lo que tenemos que saber y reconocer claramente es que
aquellos que tienen la vida en el Espíritu Santo deben vivir la vida andando en
el Espíritu. Sólo de esta manera podemos
vivir vidas llenas de las bendiciones de Dios. Si aquellos que tienen la vida
en el Espíritu Santo se niegan a llevar el fruto del Espíritu, ellos terminan
pereciendo llevando las obras de la carne.
Aquellos que no nacen de nuevo no saben lo que
significa andar en el Espíritu. Así, muchas personas tratan de recibir el
Espíritu Santo por mucho tiempo en su propia manera. Ellos piensan que la
acción de desear el Espíritu Santo es igual que estar lleno con el Espíritu
Santo.
Si nosotros predicamos la Sana Doctrina de Cristo,
podremos llevar el fruto del Espíritu. (Gálatas 5:22,23) “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas
no hay ley”.
Lo más bueno a la vista de Dios es predicar la Sana
Doctrina de Cristo para el beneficio de otros. Y la Sana Doctrina de Cristo es
sentir compasión por las personas. Aquellos que tiene gracia para con otros estarán en paz sirviendo con
paciencia y bondad. Aquellos que andan en el Espíritu están contentos al ver la
obra del Señor cumplida, ama Su trabajo, ama a otros y es fiel en todas las
cosas.
Aunque nadie les dio una obligación que hacer, los que tienen el gozo de vivir en el Espíritu Santo
son fieles en Su trabajo hasta que éste sea cumplido. Es bondadoso y mantiene
la templanza. Él tiene el fruto del Espíritu. La persona que tiene el Espíritu
Santo dentro de sí tiene que andar en el Espíritu.
Pero si usted no lo hace así, usted terminará
caminando en la lujuria de la carne. Las Escrituras dicen en (Gálatas 5:19-21), “Y manifiestas son las obras de la carne, que son:
adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las
cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios.”
Las obras de la carne son evidentes. La primera
obra de la carne es el “adulterio” que significa llevar a cabo una relación
impropia con el sexo opuesto. El segundo
es “la fornicación.” El tercero es
“la inmundicia.” El cuarto es “la
Lascivia,” qué significa ser lujurioso. El quinto
es “la idolatría,” que significa servir a los ídolos en lugar de a Dios. El
sexto es “la hechicería.”
El séptimo es “el odio.” Si
una persona sin el Espíritu Santo anda según la carne, él no puede más que
mostrar su odio por los demás según su naturaleza pecadora. El octavo es “los pleitos.” Esto significa
reñir con nuestros amigos o familiares. Los
otros son “celos, iras, contiendas.” Todos éstos son característicos de las
personas que andan en la carne. El décimo
las “disensiones.” Cuando una persona sólo anda según la carne, es imposible
para él hacer la obra de la iglesia y en el futuro terminará dejando la iglesia
de su propia voluntad. El undécimo son
las “herejías.”
Quién anda en la carne lo hace así para satisfacer su propia voluntad.
Las “envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas”
también son obras de la carne. Aquellos que sólo caminan según la carne
practican tales cosas hasta el fin. Muchos Cristianos nacidos de nuevo llevan
este tipo de vida. Ellos viven para el bien de otros. (Gálatas 5:24-26) “Pero los que son de Cristo han crucificado la
carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también
por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros,
envidiándonos unos a otros.”
Aquellos que nacen de nuevo ya se han muerto con Jesús. Dios nos ha dado
el poder para andar en el Espíritu. Por consiguiente, quienes hemos sido
perdonados de todos nuestros pecados debemos andar en el Espíritu. Nunca se
vuelva vanaglorioso, sino viva la llenura del Espíritu Santo.
Las cosas terrenales son inútiles a las almas de otros
y sólo son para ellos mismos. Ellos sólo son buenos para su propia. (Proverbios
11:24) “Hay
quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es
justo, pero vienen a pobreza”. Aquellos que no nacen de nuevo tratan de tener
demasiado dinero. Debido a que las cosas mundanas les significan todo a ellos,
no hay lugar en su vida para cuidar de otros. Por eso ellos sólo aman y se
preocupan de sus propias vidas.
La Sana Doctrina de Cristo nos enseña a vivir bien a
través de la Palabra de Dios. Como dice en (Gálatas 6:6-10) “El
que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo
instruye. No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre
sembrare, eso también cosechará. Porque el que siembra para su carne, de la
carne cosechará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu
cosechará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo
segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien
a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.”
La Sana Doctrina de Cristo dice que hagamos todo en
una misma mente, en una misma oración y en el mismo sentir. Nosotros debemos
hacer la obra del Señor juntos. (Gálatas 6:7) “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo
lo que el hombre sembrare, eso también segará”.
Por ejemplo, uno no debe tomar la Sana Doctrina de Cristo en Palabra de
Dios ligeramente, traduciéndola en sus propias palabras y no creyendo en ellas.
Porque dice así la Palabra, “todo lo que el hombre sembrare, eso también
segará.” Esto significa que quién siembre carne cosechará corrupción, pero
quién siembre en el Espíritu cosechará vida eterna.
¿Qué segaremos si nosotros vivimos en la Sana Doctrina
de Cristo? Nosotros
recibiremos la vida eterna y el perdón de nuestros pecados. Nosotros segaremos
el fruto del Espíritu llevando las almas de otros a la redención de sus pecados
y a la vida eterna a través de las bendiciones de Dios.
¿Pero qué hay de las personas que viven para su propia
carne? Ellos
cosechan corrupción y no hay nada más que muerte en su fin. No hay nada para
ellos después de su muerte. El hombre nace con las manos vacías y muere con las
manos vacías.
Si ellos hacen la obra de salvar otros de sus pecados, ellos cosecharán
el fruto del Espíritu y tendrán la vida eterna. Pero si siguen caminando según
la lujuria de la carne, terminarán cosechando corrupción. Entonces él cosechará
maldiciones y pasará esas maldiciones a otros. Por lo tanto, Pablo que sabía
todo acerca de vivir por la fe nos aconsejó que no camináramos según la carne.
(Gálatas 6:9,10) “9 No nos
cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente
a los de la familia de la fe”.
Pablo anduvo en el Espíritu predicando la Sana
Doctrina de Cristo para salvación a otros y ayudando a salvar sus almas. Pablo también sirvió al Señor unido con aquellos que
también anduvieron en el Espíritu. Entre Cristianos, había personas que no
andaban en el Espíritu sino más bien andaban según la lujuria de la carne.
Ellos no le dieron la bienvenida a Pablo sino que se le opusieron e incluso lo
calumniaron. Pablo dijo que él no quería nada con aquellos que lucharon en su
contra y calumniaron a los discípulos de Jesucristo.
(Gálatas 5:11) dice, “Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por
qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la
cruz.” Los circuncisos eran aquellos que abanderaron la práctica de
circuncisión, ¿Por qué lo perseguían? Pablo creyó que la redención y la
bendición de vida eterna llegaron sólo por la fe en el bautismo de Jesús y Su
sangre en la Cruz. Esto es lo que él
predicó. La fe que hace a las personas justas proviene de aprender la verdad y
predicarla.
Esto es lo que él predicó. Pero los circuncisos creían
que la circuncisión era una parte esencial de la fe de una persona en la
salvación. Sin embargo no hay otro evangelio enviado por Dios, y por
consiguiente no debemos agregarle ni substraerle nada.
Cuando Pablo anduvo en el Espíritu, fue ignorado y
perseguido por sus compañeros judíos. (Gálatas 6:12-15) “Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os
obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de
la cruz de Cristo. Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley;
pero quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne.
Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo,
por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Porque en Cristo
Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva
creación”.
Pablo terminó sus relaciones con ellos. Pablo les
dijo, (Gálatasl 6:14) “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo”.
Jesucristo fue bautizado por Juan para llevarse todos
los pecados del mundo y murió en la Cruz para salvar a Pablo y todas las
personas que han sido llamadas por El Señor nuestro Dios. Pablo dijo, (Gálatas
6:15) “Porque en
Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada,
ni la incircuncisión, sino una nueva creación”.
Pablo que estaba muerto al mundo vivió de nuevo a través de Jesucristo.
Nosotros estamos realmente muertos en Jesucristo. Pero
a veces nos olvidamos de esta verdad. Nosotros debemos creerlo. Si nosotros no tenemos fe en esta verdad, estamos
limitados por la lujuria de la carne y por nuestras familias, y esto nos impide
andar con el Señor. Nuestra carne es tan
débil que incluso nuestras familias no pueden ayudarnos a seguirlo. Sólo el
Señor puede ayudarnos. Pero ahora nosotros hemos sido crucificados al
mundo. ¿Cómo un hombre muerto puede
ayudar a las personas vivas en los asuntos terrenales? Las personas que están
muertas en este mundo no pueden poseer las cosas del mundo.
Jesús fue resucitado. Su resurrección nos permitió
nacer de nuevo a una nueva vida espiritual. Aquí nosotros tenemos nuevo trabajo, nueva esperanza,
nueva familia. Nosotros somos personas nacidas de nuevo. Nosotros, como
soldados del cielo, tenemos la responsabilidad de predicar la Palabra de Dios.
Pablo dijo en (Gálatas 6:17,18) “De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque
yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús. Hermanos, la gracia de
nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.”
Pablo llevó las marcas del Señor Jesús. Aunque él estaba débil
físicamente, él estaba contento de poder andar en el Espíritu y dijo, (2 Corintios 4:16) “aunque este nuestro
hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en
día”.
“Andar en el Espíritu significa vivir para la Sana Doctrina de Cristo en
el Evangelio.” Ustedes y yo debemos
tener presente lo que andar en el Espíritu significa. No debemos ser objetos de
vanidad y en cambio si debemos servir y vivir para el evangelio. Caminemos en
el Espíritu por fe el resto de nuestras vidas.
Ahora al creer en la Sana Doctrina de Cristo es realmente andar en el
Espíritu, el Espíritu está en nuestros corazones. Dios nos responderá si oramos
de acuerdo con el evangelio. Llevar el fruto del Espíritu significa andar en el
Espíritu y reconciliar a las almas con Dios. Ustedes pueden llevar el fruto del
Espíritu, a saber el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre y templanza, cuando usted anden en el Espíritu y vivan para el evangelio.
Predica por: Pastor
Víctor Ramón Preciado Balderrama
Mi interés es que me des la oportunidad de servirles pues me
queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el de servir y que la
Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando toda basura de
ignorancia.
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