LA
SANA DOCTRINA DE CRISTO
NOS
ENSEÑA CÓMO SER SEMEJANTES A JESUCRISTO
Estoy convencido por la Sana
Doctrina de Cristo, que el propósito para todo cristiano verdadero está en las
Escrituras. (1Pe 2:9,10) “9 Mas
vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10
vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios;
que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis
alcanzado misericordia”.
(Juan
15:16) “No me elegisteis vosotros a mí, sino que
yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y
vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre,
él os lo dé”.
¿CUÁL
ES EL FRUTO QUE DEBEMOS LLEVAR?
Llevar fruto significa reflejar la
semejanza de Jesús. Y la frase “mucho fruto” significa la siempre creciente
semejanza de Jesucristo.
El crecer cada vez más a la
semejanza de Jesús es el propósito central en la vida cristiana. Tiene que ser
el centro a todas nuestras actividades, nuestro estilo de vida, nuestras
relaciones. Ciertamente, todos nuestros dones y llamados, nuestro trabajo,
ministerio y testimonio, deben fluir de este propósito central.
El propósito de Dios se cumple en mi
solo por lo que me estoy convirtiendo en semejanza de Jesucristo. La semejanza
de Jesucristo no se trata de lo que yo hago por el Señor, sino acerca de cómo estoy
siendo transformado por la Sana doctrina de Cristo para hacerme a su semejanza.
(Santiago
3:7-15) “7
Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del
mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; 8 pero ningún hombre puede domar
la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
9 Con ella bendecimos al Dios y
Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. 10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos,
esto no debe ser así. 11 ¿Acaso
alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? 12 Hermanos míos, ¿puede acaso la
higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede
dar agua salada y dulce. 13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros?
Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14 Pero si tenéis celos amargos y
contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que
desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica”.
Todo esto que está en nuestro
alrededor va a caer. Ninguna piedra permanecerá. Todo este gentío se va
dispersar, y aun los pastores huirán. Todo lo que está aquí que los impresiona,
todo lo que parece tan religioso, será rechazado. Y sucederá porque esto no
revela a Cristo. Caerá todo lo que está centrado en el hombre, y revela al
hombre.
(Mat
24:2) “Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo
esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea
derribada”.
El hecho es, los discípulos estaban
enfocados en el templo equivocado. Ellos tenían sus ojos sobre este templo
hecho por los hombres. Su enfoque estaba en la actividad religiosa. Y eran
impresionados por las cosas equivocadas. Lo que pasaba allí no representaba al
Padre. El templo se había convertido en una guarida de ladrones y cambistas.
Los profetas y sacerdotes estaban buscando lo suyo.
(Juan
2:14-16) “14 y
halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. 15 Y
haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los
bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; 16 y
dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de
mi Padre casa de mercado”.
La Sana Doctrina de Cristo nos
enseña a través del apóstol Pablo que nuestro cuerpo debe de ser un templo (1Corintios 6:19) “¿O ignoráis que
vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”.
El hecho es, que el Espíritu Santo está
en su templo en todo tiempo. Él Espíritu Santo habita en nuestros cuerpos. Y el
Espíritu Santo está preparándonos para llevarnos a su propósito de nuestro Dios.
Eso significa que debemos tener nuestra casa espiritual en orden.
Hay tiempos cuando somos llamados a
hacer justo juicio. Las Escrituras llaman a cada cristiano a descubrir falsa
doctrina y falsos profetas.
La Sana Doctrina de Cristo también
nos da esta enseñanza a través del apóstol Pedro que el juicio comienza en la casa de Dios. (1Pedro 4:17) “Porque es tiempo de
que el juicio comience por la casa de Dios;
y si primero comienza por nosotros,
¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?”.
Y “casa” no solo significa la
iglesia, sino nuestro templo humano también. Yo debo juzgarme a mí mismo, mirar
la condición de mi propio templo, antes que pueda juzgar cualquier cosa que vea
en la iglesia.
Jesús
dice, (Juan 15:2,6) “2 Todo pámpano que en mí no lleva
fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve
más fruto. 6 El que en mí no
permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los
echan en el fuego, y arden”.
Cualquier cosa en la iglesia que no
sea un reflejo de Jesucristo, cualquier cosa que sea corrupta o falsa, o no
lleva a su pueblo a su semejanza, será tratado. Jesucristo lo echara fuera. Y Jesucristo
hará que ese ministerio y sus seguidores malos se sequen. Con el tiempo, Jesucristo
lo descubrirá, los llevara a bancarrota y lo cerrara del todo.
Estoy convencido que Jesús trajo un azote
y limpió la casa de su Padre. Y echo abajo todos los ministerios corruptos que
operaban en ella. Y que lo volverá hacer tan pronto y regrese por segunda vez. Hoy,
servimos al mismo Jesucristo que limpia templos. Y Jesucristo es fiel para
echar fuera toda corrupción en su iglesia, en su tiempo y a su manera. Si Jesucristo
quiere, él puede echar abajo a cada falso profeta de un día para el otro. Por
lo tanto, debemos confiar que Jesucristo se encargara de su iglesia. Nuestra
parte es asegurarnos que ninguna mundanalidad entre en nuestro propio templo
humano.
La
Sana doctrina de Cristo dice por medio del apóstol Pablo,
que
somos llamados según sus propósitos.
(Romanos
8:28) “Sabemos, además, que a los que aman a
Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. El mensaje a
través de Pablo aquí, es sencillo: “Todas las cosas deben estar obrando para
bien en las vidas de aquellos que aman a Dios y andan en sus caminos.”
Lo cierto es, que muchos de nosotros
ponemos mucha presión sobre nosotros mismos para estar al día con el espíritu
competitivo del mundo hoy. Nosotros presionamos a nuestros hijos a ser
doctores, abogados, gente de negocio prominente, hasta ministros “exitosos.”
Pero no tenemos que producir nada para encontrar nuestro propósito en la vida.
No tenemos que levantar edificios, escribir libros o atraer un gentío. La
Palabra de Dios nos muestra claramente en su sana enseñanza por medio de Pablo
dice que somos predestinados para ser conformes a la imagen de Cristo, y ese es
nuestro propósito: (Romanos 8:29) “A
los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes
a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.”.
Jesús estaba completamente entregado
al Padre, y eso era todo para Él. Jesús declaró: (Juan 5:30) “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así
juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del
que me envió, la del Padre”.
Ser semejante a nuestro Señor
Jesucristo es hacer también la voluntad del Padre tal como Jesucristo nos lo
dejó por ejemplo.
Jesús
dijo, (Juan 15:9) “Como el Padre me ha amado, así
también yo os he amado; permaneced en mi amor”.
Veremos tres áreas donde debe
comenzar el amor incondicional de Cristo:
1.
ESTE AMOR DEBE COMENZAR EN NUESTROS HOGARES.
El mandamiento de Jesús tiene que
ver como yo trato a mi cónyuge e hijos. Para los solteros, tiene que ver como
tratan a sus compañeros, cristianos y la gente más allegada. Esta verdad está
al centro de la profecía de Malaquías.
(Malaquías 2:13) “Pero aún hacéis más: Cubrís el altar de Jehová de
lágrimas, de llanto y de clamor; así que no miraré más la ofrenda, ni la
aceptaré con gusto de vuestras manos”.
¿Por
qué Dios no acepta el ministerio de estos hombres?
(Malaquías 2:14,15) “14 Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado
entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo
ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. 15
¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque
buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no
seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud”. Todo esto tiene que ver
con los matrimonios.
No
hay manera de evitarlo. Si yo debo convertirme en el hombre
y ministro que Dios me ha llamado a ser, entonces mi esposa debe decir con toda
honestidad ante el cielo, Ustedes y todo el mundo: Mi esposo me ama como Cristo ama a la iglesia. Él comete errores, pero
es más paciente y me está entendiendo. Él está poniéndose más tierno y amoroso.
Y el ora conmigo. Él no es un falso; él es lo que predica.
Pero si mi esposa tiene un dolor
secreto en su corazón, pensando, “Mi esposo no es el hombre de Dios que
aparenta ser” entonces todo en mi vida es en vano. Todas mis obras, las
predicas, los logros, las dadivas caritativas, se suman a nada. Soy una rama
inútil, que está marchitándose, que no da fruto de la semejanza de Cristo. Jesucristo
hará que otros vean la muerte en mí, y valdré poco para su reino.
Puedes
evangelizar todo lo que quieras, testificando. Puedes venir a la congregación
semana tras semana y cantar alabanzas a Dios. Pero, ¿qué tiene que decir tu familia
acerca de ti? ¿Qué clase de vida llevas en el hogar?
Hemos tenido el privilegio de ser
testigos del principio de una infinidad de hermosas restauraciones y sanidades.
Nunca podemos arreglar nuestros fracasos pasados. Pero cuando hay verdadero
arrepentimiento, Dios promete restaurar todo lo que el gusano ha destruido.
Sin
embargo, la traición que Malaquías describe no es tan solo acerca de adulterio
o fornicación. Incluye
todo lo que pueda ser llamado sin semejanza a Cristo, tal como mal de ánimo o
alguien que hace maldad, amargura y deshonestidad. Estas clases de
traiciones también vacían los logros de nuestra vida. Dios dice a todos los que
lo cometen, “No aceptare tus obras, tu adoración o cualquier cosa que traigas a
mí. Tengo una controversia contigo.”
No hay otra escuela tan difícil e
intensa como la escuela del matrimonio. Y nunca te gradúas. Dios está
haciéndolo claro: nuestra vida con nuestros seres queridos es el pináculo, la
misma cumbre, de todas nuestras pruebas. Si erramos aquí, erraremos en toda
área de nuestra vida.
2.
SEMEJANZA A CRISTO TAMBIÉN TIENE QUE VER EN
COMO
YO TRATO A AQUELLOS FUERA DE MI FAMILIA.
Ser semejante a Cristo es reconocer
a Jesucristo en los demás. Aunque nunca hemos visto antes a alguien tenemos un
testimonio del Espíritu Santo que ellos están llenos de Cristo. Y en el momento
que los conocemos, nos damos cuenta sin pronunciar palabra, Esta persona ha
estado con Jesús. Esta persona está satisfecha en Jesucristo.
Sabemos
que la semejanza a Cristo significa amar a los demás como él nos ama. Sin
embargo, también significa amar a nuestros enemigos, aquellos que nos odian,
quienes nos usan con desprecio, quienes no son capaces de amarnos.
Y debemos hacer esto sin esperar nada a cambio. Por supuesto, amar de esta
manera es imposible, en términos humanos. No hay libros de enseñanza, ni
conjuntos de principios, ni ninguna cantidad de inteligencia humana para
enseñarnos como amar a nuestros enemigos como Jesucristo nos ama. Pero somos
ordenados a hacerlo. Y debemos hacerlo con creciente propósito. Según Jesús,
ese es el fruto que debemos llevar.
Así que, ¿cómo lo hacemos? ¿Cómo
puedo amar a la gente que dirige sitios de Internet donde me llaman un falso
profeta? ¿Cómo puedo amar a homosexuales que desfilan por las Avenidas llevando
letreros que declaran, Jesús es homosexual? ¿Cómo puedo amarles verdaderamente
en Cristo?
Todo
esto, tiene que ser obra del Espíritu Santo. Como Jesús oró al Padre, (Juan 17:26) “Yo en ellos, y tú en mí,
para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me
enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado”. Cristo
le pide al Padre que ponga su amor en nosotros. Y Jesucristo promete que el
Espíritu Santo nos mostrara como podemos demostrar ese amor:
(Juan
16:13-15) “Pero cuando venga el Espíritu de verdad,
él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que
hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me
glorificará, porque tomará de lo mío y os lo hará saber. Todo lo que tiene el
Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío y os lo hará saber”.
¿Pueden escuchar lo que Jesús está
diciendo aquí? El Espíritu Santo fielmente reunirá todas las maneras como
Cristo amó a los demás y te “lo hará saber.” Ciertamente, el Espíritu se
deleita en mostrarnos más de Jesús. Es la razón por la cual él mora en nuestros
templos corporales para enseñarnos a Cristo. (Juan 14:16,17,26) “16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al
cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con
vosotros, y estará en vosotros”.
3.
FINALMENTE, UNA DIVISIÓN SIN SEMEJANZA A CRISTO EN LA IGLESIA
LE
HA ROBADO DE PODER E INFLUENCIA EN CADA NACIÓN.
Pablo y sus jóvenes pastores y
evangelistas predicaban sin temor. Ellos llenaron ciudades y naciones enteras
con el mensaje de Jesucristo. Aquí había
una iglesia conocida por su semejanza a Cristo, su poder para afectar el cielo
y la tierra.
Pero hoy, la Sana Doctrina de Cristo
ha quedado como una débil institución, con poca credibilidad. Es mofada y
ridiculizada por todo el mundo. A menudo encuentro la iglesia en una triste
condición, marcada por un cerrado denominacionalismo. Cada grupo declara que es
de Cristo y que predican un evangelio bíblico. Pero en algunos casos, estos
grupos ni siquiera se pueden sentar juntos a una mesa.
Una gran división aún existe entre
culturas y razas, algunos de estos se han hecho exclusivos, declarando que solo
ellos tienen la verdad.
Finalmente, hay otra clase de
división en la iglesia que es absolutamente contraria a la semejanza de Cristo.
Es la cima entre lo grande y lo pequeño: aquellos que están haciendo cosas
grandes en el nombre del Señor, contra aquellos que son llamados a obras más
pequeñas. Dios tiene una reprensión para
esta clase de división: (Zacarías 4:10) “Porque los que menospreciaron el
día de las pequeñeces, se alegrarán al ver la plomada en la mano de Zorobabel”.
Esta fue su palabra a los israelitas quienes menospreciaron el fundamento del
templo hecho por Zorobabel. Ellos menospreciaron la obra nueva porque no era
tan espectacular como el templo de Salomón.
De igual manera hoy, muchas conferencias
de pastores están enfatizando crecimiento de mega-iglesia. Le dicen a los
pastores de iglesias pequeñas, en tantas palabras, “asiste a la conferencia de
este pastor de mega-iglesia y encontraras la clave para el éxito. Con el tiempo
tendrás una iglesia tan grande como la suya.”
Honestamente, me encantaría asistir
a una conferencia de ministros donde todos los presentadores fueran de iglesias
pequeñas o medianas. No tengo ningún deseo de escuchar como levantar una
iglesia grande o un enorme presupuesto. Preferiría
más bien, escuchar a veinte o treinta pastores de iglesias pequeñas acerca de
lo que Dios está diciéndoles a ellos, acerca de la revelación de Jesucristo que
están recibiendo.
La gente más útil en la iglesia de
Jesucristo son aquellos que tienen ojos para ver y oídos para oír. Sin embargo,
algunos de esos ministros no tienen ojos para ver las necesidades y oídos para
oír a la gente herida.
El
simple hecho es que el Espíritu Santo que mora en nosotros no es ciego ni
sordo. Y su Palabra dice, (1 Juan 3:17) “Pero el que
tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él
su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”. Jesús ve todas las necesidades
y heridas a mí alrededor. El escucha el quejido y clamores de los desesperados
y atados. Y si yo voy a ser más como Jesucristo, entonces yo necesito sus ojos
para ver lo mismo.
Este
es el amor de Jesucristo: escuchar el llanto desesperado de
los huérfanos, de la criatura en el barrio pobre…el solitario, el llanto ahogado
del homosexual que está cansado de su pecado, ahogando su tormento en
alcohol…el llanto agonizante del hambriento, el pobre, el encarcelado. Ser como
Cristo es tener tales “ojos para ver y oídos para oír.”
O Señor, dame un oído atento.
Ayúdame a dejar de decirle a la gente cuanto yo sé. En vez de eso, ayúdame a oír
lo que me estás diciendo a aquellos que no tienen voz pública. Ayúdame a ser un
estudiante a los pies de pastores y siervos desconocidos en el cuerpo que
realmente están llevando mucho fruto. Permíteme oír lo que tú estás diciendo a
través de ellos. Y permíteme amar a los demás no tan solo de palabra, sino en
hecho y en verdad.
Predica por: Pastor
Víctor Ramón Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro
Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y
sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de
servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación,
mi único interés es que corra la Sana
Doctrina de Cristo, estoy ofreciendo:
MATERIALES BÍBLICOS GRATIS (en formato Word)
Todo es
completamente gratis, como escritor de estos materiales te voy a dar los
originales para que tú le pongas el nombre de tu Iglesia o tu ministerio o le
hagas las modificaciones que a ti te parezcan convenientes. Mi interés es que me des la oportunidad de
servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el
de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando
toda basura de ignorancia.
Por favor si les
interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los
siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré
inmediatamente sin cuestionar nada y que
el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido en
este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes
de gracia dalo de gracia.
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