LA
SANA DOCTRINA DE CRISTO TE ENSEÑA QUE DIOS NO TE HA OLVIDADO
¿Has conocido alguna vez la Ansiedad
(depresión)? ¿Alguna vez has estado tan preocupado y confundido(a) que has
pasado noches sin dormir? ¿Tuviste tiempos cuando estabas tan apagado(a) y
molesto(a) que nadie te podía consolar? ¿Has estado tan apagado(a) que tuviste
deseos de rendirte, sintiendo que tu vida era un fracaso total?
No
me estoy refiriendo a alguna condición física.
No me estoy refiriendo a personas que tienen algún desequilibrio químico o
enfermedad mental. Estoy hablando de cristianos que de vez en cuando luchan
contra una ansiedad (depresión) que los azota de la nada. Su condición a menudo
no viene de una sola fuente, sino de muchas. A veces son azotados de todos
lados, hasta que están tan abrumados que no pueden ver más allá de su
desesperación. Si esto te describe, entonces el (Salmo 77:1-20) fue escrito para ti. Su significado es para
señalarte la salida de tu pena y temor.
Muchísimos hermanos en la fe caen
tremendamente presos en la ansiedad o depresión como lo entiende en el mundo, lo malo es que rehúsan la Verdad de la Sana
Doctrina de Cristo como la Palabra de Dios para su libertad: (Salmo 77:2) “Al
Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin
descanso; Mi alma rehusaba consuelo”.
Estos hombres y mujeres piadosos están
en tal desesperación, que nada que les dijéramos los puede sacar de su
condición. (Salmo 77:4) “No me
dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba”.
Mas sin embargo, tenemos esta
enseñanza acerca de la oración ferviente en nuestra desesperación. Vemos esto
en el mismo Salmo: (Salmos 77:1) “Con
mi voz clamé a Dios, a Dios clamé, y él me escuchará”. (Salmos 34:15) “Los ojos de Jehová están sobre los justos, y
atentos sus oídos al clamor de ellos”. La
Sana Enseñanza de nuestro Dios es muy clara porque si buscamos a Jehová, Él nos
oirá y nos librará de todas nuestras ansiedades, angustias y temores. (Salmos 34:4,6) “4 Busqué a Jehová, y
él me oyó, y me libró de todos mis temores. 6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus
angustias”.
David tuvo que escapar del pueblo de
Gat para salvar su vida porque lo perseguía el rey Saúl. David como exiliado
siervo del Señor se sintió tan bajo en ese tiempo, como un gran fracasado, que
él clamó a Dios. El busco al Señor en su
agonía, y David testifica que él fue totalmente liberado. De hecho, Dios puso un canto en el corazón
de David.
Vemos
a David relatando su nuevo canto de fe a sus músicos en:
(Salmos 40:1,2) “1 Pacientemente
esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. 2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos”.
En estas alabanzas de adoración en
los Salmos encontramos muchísimas Verdades que nos dan respuestas y que nos une
en la fe para estudiar más la Sana Doctrina de Cristo que nos une al Cuerpo de
Cristo, porque de esta manera tendremos oraciones contestadas, porque si Dios
no contesta es porque existe incredulidad y Dios no contesta a causa de los
pecados ocultos.
(Salmo
78:1-8) “1 Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad
vuestro oído a las palabras de mi boca. 2
Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos
antiguos, 3 Las cuales hemos oído y
entendido; Que nuestros padres nos las contaron. 4 No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación
venidera las alabanzas de Jehová, y su potencia, y las maravillas que hizo. 5 El estableció testimonio en Jacob, y
puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus
hijos; 6 Para que lo sepa la
generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo
cuenten a sus hijos, 7 A fin de que
pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden
sus mandamientos, 8 Y no sean como
sus padres, generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su
corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu”.
Cuando tu como cristiano creyente en
la Sana Doctrina de Cristo, pones limites a Jehová Dios provocan y entristecen
a nuestro Dios, como lo hicieron el pueblo de de Israel. Ellos lo provocaron y lo
entristecieron (Salmo 78:17-19) “17
Pero aún volvieron a pecar contra él, rebelándose contra el Altísimo en el
desierto; 18 Pues tentaron a Dios en
su corazón, pidiendo comida a su gusto. 19
Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto?”.
La
Biblia no nos dice porque causa existe la ansiedad (depresión) de su pueblo.
Todo lo que sabemos es, que sus almas están tan cargadas que no pueden dormir: (Salmo 77:4) “No me dejabas pegar los
ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba”.
En
este punto, muchos se sienten desilusionados por el silencio de Dios:
(Salmos 77:2,7-9) “2 Abriré mi boca en proverbios;
Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos. 7 A fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las
obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, 8 Y no sean como sus padres, generación contumaz y rebelde;
Generación que no dispuso su corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu. 9 Los hijos de Efraín, arqueros
armados, volvieron las espaldas en el día de la batalla”.
Muchos
cristianos podrían concluir ¡Dios no contesta mis oraciones!.
¿En
este Salmo 77 están descritos hombres y mujeres piadosas desesperados, o será
que es una historia común para muchos creyentes intercesores hoy en día? ¿Será
posible que este Salmo 77 describa tu propia lucha espiritual?
Aquí se describe un hombre piadoso, fiel, e intercesor. No es algún malhechor
sensual. Este hombre amaba la Palabra de Dios y la enseñaba en la congregación.
Pero ahora él estaba enfrentando una terrible ansiedad (depresión).
El
Salmo 77 realmente refleja la creencia de la mayoría de los mexicanos.
Los sondeos declaran que la mayoría de la gente piensa que Dios escucha las
oraciones, sin embargo, pocas de esas mismas personas cree que Dios contesta
sus oraciones.
Sin embargo, hay cristianos que también
experimentan las espantosas profundidades que el Salmo 77 describe. Una
horrible melancolía caí sobre los cristianos de la nada, afligiéndolos por días
enteros. Cristianos soportan terribles pruebas de desesperación, sin ninguna
explicación racional para ellas.
Todos los que se apartan del camino
de Dios describen que son abrumados por el desánimo. Y pocos pueden explicar de
dónde vino su nube oscura. Rara vez parece salir por una sola cause, sino más
bien es el resultado de un problema sobre otro.
Ni
siquiera el apóstol Pablo fue inmune a tales depresiones. El escribió a los
Corintios, (2
Corintios 1:8) “Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra
tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más
allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de
conservar la vida”. Esta tribulación que
les abrumó sobremanera los llevó a la desesperación en este versículo se
traduce como, (No podíamos entenderlo, nos desesperamos, hasta la muerte). Él
estaba diciendo, en resumen, (ansiamos morir, porque no podíamos comprender lo
que estábamos pasando. Estábamos presionados más allá de nuestra resistencia).
Es
difícil imaginar estas palabras saliendo de Pablo. ¿Quién confiaba en Dios más
que este apóstol temerario? Sin embargo, vino sobre Pablo una hora de desánimo
tal como el nunca experimento. ¿Cuál era esta condición?
Fueron
una combinación de pruebas. Entre esta una profunda angustia mental, causada
por personas que Pablo amo y que luego se volvieron contra suya.
Estos amigos cercanos no solo abandonaron a Pablo sino que regaron mentiras
acerca de él. Ellos difamaron su nombre. El experimento naufragio en más de una
ocasión. Y complots malignos eran planeados contra él, con la meta de quitarle
la vida. Además de estas cosas, Pablo tenía ansiedad por el cuidado de muchas
iglesias.
Esto parecería demasiado pesado para
ser llevado por un hombre. Sin embargo, todo junto aun no puede explicar la
profunda desesperación que Pablo sentía. Por supuesto que Pablo fue liberado.
Él salió victoriosamente. Pero el nunca olvido esa horrible hora de desesperación.
Muchas personas piadosas, devotas,
santas, siervos de Jesús que oran, saben de lo que se trata el clamor del Salmo 77. Su condición no es un estilo
de vida. No, simplemente son amadores de Dios quienes han sido abrumados porque
Satanás ha entrado como una inundación. Como Pablo, son presionados más allá de
su resistencia.
Jesucristo
es nuestro ejemplo en todas las cosas concernientes a la vida, y esta baja
condición no es una excepción. Jesucristo es tocado con los sentimientos de
nuestras enfermedades. Y hasta él enfrento tal hora de profunda prueba. Él le dijo a Andrés y
a Felipe: (Juan 12:27) “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre,
sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora”. Cuando Jesús dijo esto, él estaba enfrentando
la cruz, sabiendo que su tiempo de muerte estaba cerca. La palabra turbado aquí
significa agitado o perturbado.
Jesús
estaba enfrentando la prueba más intensa de su vida. De hecho, era tan profunda
y oscura, que después él clamaría, (Mat 27:46)
“Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama
sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”. Jesús
hasta les dijo a aquellos que lo crucificaban, (Lucas 22:53) “Habiendo estado con vosotros cada día en el templo,
no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de
la tinieblas”. Qué declaración hace
Jesús. Sin embargo, Cristo estaba diciendo, en esencia, (Esta es la hora de
Satanás). El periodo justo antes de su muerte fue el momento del enemigo para
acosarlo. El diablo amontonó todo su poder para molestar el corazón de un santo
hombre de oración.
De igual manera, puedes estar seguro
que tu hora oscura y molesta es obra de Satanás. El Señor no pone tan terrible ansiedad
(depresión) sobre su pueblo. ¿Cómo sabemos esto? Como en el Salmos 77, nosotros
oramos, adoramos, buscamos hacer la voluntad de Dios, deseamos total liberación
del poder del pecado. Y eso es exactamente la clase de vida que satanás viene a
dañar.
Al
mismo tiempo, podemos estar seguros que Dios ha permitido que esta hora llegue
por una buena razón. Jesús le dijo a sus discípulos:
(Juan 12:27) “Ahora está turbada mi
alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a
esta hora”. Jesús les estaba diciendo, (No puedo explicártelo plenamente. Todo lo
que puedo decir es que Dios ha permitido este momento, esta hora de tinieblas).
Alguna vez te ha pasado que te
preguntas, ¿Qué puedo decir? No tengo palabras para explicar lo que estoy
pasando. Estoy molesto, perturbado, pero no puedo decir porque. No me pidas que
lo explique porque no puedo.
¿CUÁL
PUEDE SER EL PROPÓSITO DE DIOS EN UNA HORA TAN HORRIBLE?
La
Sana Doctrina de Cristo a través del apóstol Pablo nos muestra el propósito específico
de Dios en nuestros tiempos de profunda prueba: (2 Corintios 1:3-7) “3
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias
y Dios de toda consolación, 4 el
cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros
consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación
con que nosotros somos consolados por Dios. 5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de
Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. 6 Pero si somos atribulados, es para
vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra
consolación y salvación, la cual se
opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. 7 Y nuestra esperanza respecto de vosotros es
firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo
sois en la consolación”.
¿Pueden
ver el propósito de Dios aquí? En medio de nuestras aflicciones, el Espíritu Santo
nos consuela. Y a su vez, somos capaces de llevar
consuelo a otros que sufre profundas aflicciones. Esta es la obra del Espíritu
Santo: llevar consuelo a su pueblo a través de las voces que fueron probadas.
Por lo tanto, podemos saber que mientras nuestro propio sufrimiento empeora, el
consuelo del Señor es aún mayor dentro de nosotros.
¿Qué
es lo que no nos deja dormir? Saber que Dios nos escucha. Pero no vemos
respuestas a nuestras oraciones. (Salmo 50:15)
“E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás”, Claramente, son conocidas las liberaciones
a través de la oración. Muchos hemos experimentado respuestas a nuestras
intercesiones. El deber de todo fiel
ministro, es recordándoles a otros a confiar en Dios y no a entristecerlo con
incredulidad.
Pero ahora, mientras un espíritu de
desesperación viene sobre uno, no puede sacudirlo. (Salmo 77:3) “Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y
desmayaba mi espíritu”. Es importante entonces recordar de las pruebas pasadas,
donde en otros tiempos cuando fuimos liberados.
Lo
dice en este: (Salmos 77:5,6) “5 Consideraba
los días desde el principio, los años de los siglos. 6 Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, y
mi espíritu inquiría”. Este fiel siervo trató de recordar como Dios había
contestado sus oraciones, y como después él había cantado gozosamente acerca de
las victorias de la fe. Pero ahora él estaba enfrentado la prueba más grande de
su vida, y estaba abrumado física, mental y espiritualmente.
¿Cuál
era la queja de este Salmos 77? Él dice, (Salmos 77:7-9) “7 ¿Desechará
el Señor para siempre, y no volverá más a sernos propicio? 8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado
perpetuamente su promesa? 9 ¿Ha
olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades?”.
El
Samos 77 está lleno por este tipo de preguntas, (Samos 77:10)
“Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la
diestra del Altísimo”. Dios nunca cambia. Por lo tanto los que tenemos que
analizar nuestra actitud hacia Dios somos nosotros. Preguntémonos y recordemos
todas sus liberaciones pasadas en nuestras vidas. Pero si no hay ninguna para
mí ahora quiere decir que en algo ando mal.
Simplemente es muy fácil pensar,
Dios no está ya a mi favor. Siento como que me ha echado a un lado. Estoy
confundido, molesto, abrumado y siento como que Dios está alejado de mí en esta
prueba. Yo sé que el escucha mis oraciones, pero no las contesta. Hasta donde
puedo ver, Dios me ha olvidado. Evidentemente, Dios no está en el negocio de
liberar a su pueblo.
Amados
hermanos, puede que no estés deprimido. Puede que no te sientas tan devastado
como lo describen los Salmos 77 en la prueba. No dudas
que Dios contesta tus oraciones, y sabes que el Señor no está enojado contigo.
Pero aun así, hay una desilusión en lo profundo de tu ser. Estás frustrado porque cosas en tu vida no están funcionando como
esperabas o planeabas.
Esta
frustración puede aparecer en cualquier número de áreas: finanzas, profesión,
matrimonio, hijos o ministerio y asta en la temprana edad de la juventud. Pero
todo a tu alrededor, parece estar funcionando bien para los demás. Tus hermanos
y hermanas en Cristo parecen estar bien. Pero tu vida parece estar estancada, o
quizás empeorando. Ahora comenzaste a pensar, ¿Cómo saldré de este tobogán en
descenso? Parece no haber esperanza.
¿Cómo
podemos salir de estos horribles periodos de ansiedad y desilusión?
David salió de este tobogán con un
cántico. Ciertamente, multitudes de santos piadosos a través de la historia han
salido de su ansiedad(depresión) y desilusión de esta misma manera.
Las escrituras demuestran que David,
Job y otros santos del Antiguo Testamento salieron de sus tiempos oscuros
recordando la fidelidad de Dios a generaciones pasadas. David escribió que cada
vez que su corazón estaba desolado, (Salmo
143:5) “Me acordé de los días antiguos; meditaba en todas tus obras;
reflexionaba en las obras de tus manos”. (Salmos
77:11) “Me acordaré de las obras de Jah; sí, haré yo memoria de tus
maravillas antiguas”. (Salmos 78:35)
“Y se acordaban de que Dios era su refugio, y el Dios Altísimo su redentor”.
Es
una bendición maravillosa recordar nuestras liberaciones pasadas. Deuteronomio
nos dice: (Deut. 8:2,11) “2 Y te acordarás de todo el camino
por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para
afligirte, para probarte, para saber lo
que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. 11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu
Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te
ordeno hoy”.
Sin embargo, recordar las
liberaciones de Dios es más que una bendición para los santos del Antiguo
Testamento. Era una disciplina necesaria. Los israelitas inventaron toda clase
de rituales y observaciones para recordar la liberaciones del Señor en sus
vidas.
De
igual manera, hoy, la iglesia de Jesucristo es llamada a recordar las
liberaciones pasadas de Dios. Sin embargo,
hemos recibido una manera para recordar que es mucho mejor que en los tiempos
del Antiguo Testamento. Como puedes ver,
desde los días de David, Dios ha derramado su Espíritu Santo. Y el Espíritu
ahora habita en nuestros cuerpos humanos.
El Espíritu Santo no tan solo nos
consuela en nuestros tiempos de oscuridad. El no solamente trae a memoria las
fidelidades pasadas de Dios. El Espíritu Santo también nos da un entendimiento
del propósito detrás de nuestras pruebas ardientes. Y él hace esto para que
nuestra fe no falle.
Vemos la diferencia en la vida del Salmo
77. Este hombre devoto y santo no comparte ningún entendimiento con nosotros.
Simplemente, no sabemos lo que esta hora oscura hizo en su vida. Todo lo que él
pudo decirnos era: (Salmo 77:19) “En
el mar fue tu camino y tus sendas en las muchas aguas; tus pisadas no fueron
halladas”.
La
respuesta de la Sana Doctrina de Cristo a través del apóstol Pablo en el Nuevo
Testamento es muy diferente. Él nos dice: (1 Corintios 2:10) “Pero
Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña,
aun lo profundo de Dios”.
Entonces
él añade esta importante declaración: (1 Corintios 2:11) “Del mismo modo,
nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”. En resumen, sin el Espíritu Santo, los pasos de Dios en nuestras
vidas no pueden ser conocidos ni entendidos.
No
puedes recuperar tu gozo, paz o reposo plenamente hasta que tengas un
entendimiento claro de porque Dios ha permitido tu prueba al estilo Job.
Simplemente, nunca conoceremos la
paz de Dios en nuestra aflicción hasta que su propósito para ella es una verdad
asentada en nuestras almas. Tenemos que
entender que nuestra hora oscura, nuestra prueba dolorosa, ha sido permitida
por el Señor para su propio propósito glorioso. ¿Cuál es ese propósito?
Simplemente, seremos el enfoque del increíble consuelo del Espíritu Santo.
Vamos a salir del fuego limpios y más
fuertes. Y obtendremos un ministerio mayor que de cualquier predicador famoso.
¿Cuál será este ministerio? Es el ministerio del consuelo comprobado y la
victoria a un pueblo herido. Y el resultado de este ministerio será como lo
describió Daniel: (Dan. 12:10) “Muchos
serán limpios, emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente,
y ninguno de los impíos entenderá; pero los entendidos comprenderán”.
¡Que increíble llamado tenemos!
Sufrimos grandes pruebas para ser las manos consoladoras de Dios para otros. Muy
de seguido, Laly mi esposa cuando ve a una mujer con lágrimas que le corren por
el rostro. Laly les pregunta: ¿Puedo ayudarla de alguna manera? Las mujeres
responden, Usted nunca entenderá lo que estoy pasando. Finalmente, Laly anima a
las mujeres para que le cuenten su dolor. Una de las veces que recuerdo en
cuando Gina estaba internada una mujer le explicó, la Perdida de su hermano había
muerto de repente él era un director de una secundaria.
En ese momento, la dulzura del cielo
descendió. Laly puso sus brazos alrededor de esta mujer. Y mientras compartía su
historia, ambas mujeres encontraron una medida del amor sanador de Dios.
Amados
hermanos, Dios no te ha olvidado en tus pruebas profundas y oscuras. Los dejo
con esta palabra de ánimo: (Salmo 66:10-12,19,20) “10
Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata. 11 Nos metiste en la red; Pusiste sobre
nuestros lomos pesada carga. 12
Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el
agua, y nos sacaste a abundancia. 19 Más
ciertamente me escuchó Dios; Atendió a la voz de mi súplica. 20 Bendito sea Dios, que no echó de sí
mi oración, ni de mí su misericordia”.
Predica por: Pastor
Víctor Ramón Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de
Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus
vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la
oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o
denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo, estoy ofreciendo:
MATERIALES BÍBLICOS GRATIS (en formato Word)
Todo es
completamente gratis, como escritor de estos materiales te voy a dar los
originales para que tú le pongas el nombre de tu Iglesia o tu ministerio o le
hagas las modificaciones que a ti te parezcan convenientes. Mi interés es que me des la oportunidad de
servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el
de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando
toda basura de ignorancia.
Por favor si les
interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los
siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré
inmediatamente sin cuestionar nada y que
el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido en
este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes
de gracia dalo de gracia.
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