UN
NUEVO NIVEL ESPIRITUAL DÓNDE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO TE ENSEÑA COMO TENER UN
EQUILIBRIO EN ESTOS TIEMPOS DIFÍCILES
Lo primero que
la Sana Doctrina de Cristo va a comenzar hacer en ti son cambios en el carácter
para poder tener un buen equilibrio en nuestras vidas, empezando con nuestras familias y también en nuestros trabajos y sobre todo con nuestra relación con Jehová Dios, nuestro Señor
Jesucristo y el Espíritu Santo en estas tres áreas de nuestras vidas no lo
vamos a poder lograr en nuestras fuerzas y mucho menos en nuestro
entendimiento, tenemos que reconocer humildemente que necesitamos de Dios a
través de Espíritu Santo que pula nuestro cochino carácter para lograr tener
una mente de Cristo. (1 Corintios
2:14-16) “14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del
Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente. 15
En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 16 Porque ¿quién conoció la mente del
Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”.
Empezare
diciéndoles que todos los verdaderos cristianos que están siendo preparados
para cuando venga Jesucristo por segunda vez pueda encontrar fe y frutos en
nosotros, a través de la Sana Doctrina de Cristo, que es la única Doctrina que
te lleva a cambiar.
(1
Timoteo 6:11-12) “11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la
justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 12 Pelea
la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo
fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”. (2 Timoteo 3:17) "A fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra".
La Guía para todos los que ministramos la Palabra de Dios
está muy clara en la Sana Doctrina de Cristo a través del apóstol Pablo, esto
es sin escusas para todos los que servimos en congregaciones dondequiera que
estén: (1 Corintios 11:1) “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”. (Filipenses 3:17) “Hermanos,
sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo
que tenéis en nosotros”. (1
Tesalonicenses 1:6,7) “6 Y
vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la
palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo, 7 de tal manera que habéis sido ejemplo
a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído”. Muchos ministros adoptan fácilmente palabras como estas (Fíjate en
Jesucristo que es perfecto porque yo soy carne y soy imperfecto) pero el
ejemplo debe de ser empezando con los ministros es esto la enseñanza.
En la Sana
Doctrina de Cristo destaca el apóstol Pablo como ejemplo porque también era
carne imperfecta como tú y yo participantes de la misma fe tal como lo respalda
la Escritura: (2 Pedro 1:1) “Simón
Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la
justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que
la nuestra”. Y esto es Sana Doctrina de Cristo solo lo que está Escrito y
fue inspirado por el Espíritu Santo como
lo fue el apóstol Pablo: (Tito 2:11-15)
“11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los
hombres, 12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y
a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, 13 aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo, 14 quien se dio a sí
mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un
pueblo propio, celoso de buenas obras. 15
Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie”. El apóstol Pablo fue llamado con
este muy claro propósito porque él vivió en tiempos en que el judaísmo, con
toda la herencia de Moisés y los profetas, era, para los judíos, probadamente
la religión verdadera. En este contexto, Pablo debió establecer claras diferencias entre el
judaísmo y la Sana Doctrina de Cristo, y mostrar ésta GRAN DOCTRINA no como un mero complemento de aquélla, sino
como la nueva y definitiva revelación de Dios, no sólo para los judíos, sino
para el mundo entero. En tal dilema, Pablo hubo de echar mano a toda la luz que
de Dios había recibido, para proclamar y defender el verdadero evangelio, la
salvación sólo por la fe de Jesucristo, la gracia como contrapuesta a las obras
de la ley, la libertad del creyente en Cristo, y la absoluta separación del cristianismo de todo estorbo judaico.
En
tal misión hallamos a Pablo enfrentando públicamente a Pedro en Antioquía
(Gálatas 2:11-15) “11 Pero cuando Pedro vino a Antioquía,
le resistí cara a cara, porque era de
condenar. 12 Pues antes que viniesen
algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron,
se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13 Y en su simulación participaban
también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado
por la hipocresía de ellos.
14
Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio,
dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo
judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles
a judaizar? 15 Nosotros, judíos de
nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, 16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la
ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo,
para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por
cuanto por las obras de la ley nadie será justificado”.
Y
luego escribiéndole con toda firmeza a las iglesias de Galacia:
(Gálatas 4:19-23) "19 Hijitos
míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea
formado en vosotros, 20 quisiera
estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy perplejo en cuanto
a vosotros. 21 Decidme, los que
queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? 22 Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la
esclava, el otro de la libre. 23
Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa";
(Gálatas 3:1-5) “1 ¡Oh gálatas
insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante
cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como
crucificado? 2 Esto solo quiero saber
de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con
fe? 3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo
comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? 4 ¿Tantas cosas habéis padecido en
vano? si es que realmente fue en vano. 5
Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre
vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?”.
Vemos
también a Pablo soportando la apostasía de algunos colaboradores (1 Timoteo
1:20) “de
los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que
aprendan a no blasfemar”. (2 Timoteo
2:16-21) “16 Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más
y más a la impiedad. 17 Y su palabra
carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, 18 que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y
trastornan la fe de algunos.
19
Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a
los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de
Cristo. 20 Pero en una casa grande,
no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de
barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. 21 Así que, si alguno se limpia de
estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y
dispuesto para toda buena obra”. Al
apóstol Pablo lo vemos, finalmente, prisionero en Roma, solitario en su primera
defensa, pero con la satisfacción de la misión cumplida, hasta su muerte poco
después.
La
Sana Doctrina de Cristo nos muestra claramente de donde realmente proviene la
sabiduría y las fuerzas del apóstol Pablo, ciertamente cuando el apóstol Pablo
dependía de su religión y de sus conocimientos teológicos siempre caminó en
error y no salió de este error hasta tener un encuentro verdadero con la Verdad
de la Sana Doctrina de Cristo la cual lo hizo libre: (Filipenses 3:3-9) “3
Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y
nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. 4 Aunque yo tengo también de qué
confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo
más: 5 circuncidado al octavo día,
del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a
la ley, fariseo; 6 en cuanto a celo,
perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley,
irreprensible. 7 Pero cuantas cosas
eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8 Y ciertamente, aun estimo todas las
cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi
Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar
a Cristo, 9 y ser hallado en él, no
teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de
Cristo, la justicia que es de Dios por la fe”. Su religión y anterior formación farisaica es, para él,
"pérdida" y "basura", al igual que todas las demás cosas de
la carne. No es, por tanto, en su formación humana, sea intelectual o
religiosa, en donde tenemos que buscar el origen de nuestro equilibrio en
nuestra vida, para ser competentes en nuestra familia, trabajo y nuestra
relación con nuestro Dios Todo Poderoso, con Jesucristo y El Espíritu Santo;
(Juan 8:31-33) “31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en
él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis
discípulos; 32 y conoceréis la Verdad,
y la Verdad os hará libres. 33 Le
respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie.
¿Cómo dices tú: Seréis libres?”.
En lo que está Escrito en la Bendita
Palabra Inspirada por El Espíritu Santo, La Sana Doctrina de Cristo es
claramente expositiva, que nuestra competencia y nuestra capacidad no proviene
de nosotros mismos, así como de dónde sacamos fuerzas, de dónde sabemos y
podemos hacer cualquier cosa que se nos encomienda en la Obra de Jesucristo: (2 Corintios 3:2-6) “2 Nuestras cartas sois vosotros,
escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; 3 siendo manifiesto que sois carta de
Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del
Dios vivo; no en tablas de piedra, sino
en tablas de carne del corazón. 4 Y
tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo
como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 6 el cual asimismo nos hizo ministros
competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la
letra mata, más el Espíritu vivifica”.
Porque Jehová Dios es bueno y solo
por esta razón es esta capacitación de parte del Dios Vivo por medio de nuestro
Señor Jesucristo ejecutado por El Espíritu Santo a través de los Dones y
Talentos que hacen idóneos hombres y mujeres en la Obra de Dios donde nuestro
Señor Jesucristo es la Cabeza de este Cuerpo bien formado, dónde toda
revelación en la Palabra Escrita proviene de la Cabeza que es Jesucristo: (Gal 1:11,12) “11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí,
no es según hombre; 12 pues yo ni lo
recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”. También está el testimonio de dónde somos
tomados por Dios y puestos en el taller de Nuestro Señor Jesucristo para que
por medio del Espíritu Santo nuestro cochino carácter sea triturado para poder
expones frutos dignos de arrepentimiento: (Gál.1:13-17) “13 Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en
otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y
la asolaba; 14 y en el judaísmo
aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso
de las tradiciones de mis padres.15 Pero
cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me
llamó por su gracia,16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le
predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre, 17 ni subí a Jerusalén a los que eran
apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco”. Es de esta revelación fundamental, y de la
revelación de las Verdades de Dios para su tiempo, de donde procede su
competencia y utilidad para Dios. Lo que importa, en definitiva, es si se ha
visto algo de parte de Dios o no en cada uno de nosotros. Es un asunto de
frutos, no de formación.
Cualquiera que es escogido por Dios
venimos con nuestros propios pensamientos y por qué no con nuestra preparación
teológica en nuestros respectivos niveles sea licenciatura o doctorado esto no
importa para Dios, lo verdadero e importante es cuando Dios decide que tengamos
este encuentro con nuestro Señor Jesucristo que para esto tiene que haber evidencias reales de tal encuentro que son las
características del Fruto del Espíritu Santo que son: amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Si alguna de estas
características faltare entonces el Fruto del Espíritu Santo estaría incompleto
por lo tanto estaríamos ante unos falsos: apóstoles; profetas;
evangelistas; pastores y maestros.
(Hechos
26:15-18) “15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el
Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 16 Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he
aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto,
y de aquellas en que me apareceré a ti, 17
librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, 18 para que abras sus ojos, para que se
conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de satanás a Dios; para
que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los
santificados”.
Después de este
encuentro con nuestro Señor Jesucristo nadie puede ser otra vez el mismo porque
nuestro sustento ahora es mirando lo Invisible como nuestra única realidad de
servir en el Cuerpo de Cristo, aun cuando exista mucha tribulación y pruebas en
medio de mucha oposición porque en nuestra mente solo está en proseguir hasta
la meta que nos ha marcado nuestro Señor Jesucristo: (2 Timoteo 4:7,8) “7
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 8 Por lo demás, me está guardada la
corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no
sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. Este es el día en que debemos de atender lo que nuestro Señor Jesucristo está demandando que
hagamos en obediencia a su Palabra
Escrita, no buscando cada quien por
lo suyo propio porque esto trae enfriamiento y por consecuencia el amor de
muchos se enfría.
El
Escudriñar las Escrituras de la Sana Doctrina de Cristo, está el verdadero
alimento Espiritual que nos hará crecer de un nivel a otro nivel con la vista
bien puesta en el Varón Perfecto que es Jesucristo, por lo tanto tenemos que
nunca dejar de crecer pues esta estatura de nuestro Señor Jesucristo nos está
muy pero muy alta, porque Él es perfecto y nosotros carne creada por Él y para
Él. (Hebreos
12:1-8) “1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan
grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia,
y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,
menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. 3 Considerad a aquel que sufrió tal
contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse
hasta desmayar. 4 Porque aún no
habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; 5 y habéis ya olvidado la exhortación
que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la
disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6 Porque el Señor al que ama,
disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. 7 Si soportáis la disciplina,
Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre
no disciplina? 8 Pero si se os deja
sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois
bastardos, y no hijos”. Si se tiene este
conocimiento firmemente establecido en el corazón, entonces habrá una obra
eficaz y la firmeza necesaria para enfrentar las dificultades, de modo que
cuando éstas surjan, se vean pequeñas ante la visión de la gloria del propósito
de Dios y de la obra terminada. Teniendo el corazón puesto en la meta y el
galardón, se puede sufrir hoy el oprobio. Teniendo ante sí la visión de la obra
completa, poco importan las contradicciones.
Es verdad que existe muchísima oposición contra la Sana
Doctrina de Cristo pues la gran y gran mayoría de todos los cristianos que se
encuentran divididos por denominaciones y religiones dicen: (NO ES POSIBLEQUE
NO TENGAN UNA RELIGIÓN O PERTENEZCAN A UNA DENOMINACIÓN), se les hace imposible
que solo existamos con una Sana Doctrina de Cristo y que seamos una Iglesia
cristiana y que todavía digamos que tenemos una firme relación con nuestro Dios
Todo Poderoso Jehová y su Hijo Jesucristo y la revelación del Espíritu Santo(2
Timoteo 1:7-11) “7 Porque no nos
ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 8 Por tanto, no te avergüences de dar
testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las
aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, 9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a
nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en
Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro
Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la
inmortalidad por el evangelio, 11 del
cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles”.
El servir es el
más grande gozo de parte de Dios para con nosotros porque es parte del fruto
del Espíritu Santo, uno puede ser el menos que nadie pero anunciar la única
Verdad revelada de la Sana Doctrina de Cristo en la biblia, sabemos que esta es
la verdadera riqueza la cual atesoramos en nuestras vidas. (Efesios
3:8-19) “8 A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada
esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables
riquezas de Cristo, 9 y de aclarar a
todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios,
que creó todas las cosas; 10 para
que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la
iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, 11 conforme al propósito eterno que
hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, 12
en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; 13 por lo cual pido que no desmayéis a
causa de mis tribulaciones por vosotros,
las cuales son vuestra gloria. 14
Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15 de quien toma nombre toda familia en
los cielos y en la tierra, 16 para
que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder
en el hombre interior por su Espíritu; 17
para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que,
arraigados y cimentados en amor, 18
seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la
anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento,
para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”.
Y esto es así no sólo con el apóstol Pablo: también lo es con cada uno que quiere servir. Seguramente en menor
grado, de acuerdo a la medida de la fe y el área de servicio de cada uno, pero
decididamente estas cosas tienen que estar presentes.
La Sana
Doctrina de Cristo nos afirma por medio de la fe como árboles plantados con
raíces profundas arraigados en la Roca inconmovible que es Jesucristo como lo
dice este Salmo (Salmo 1:3) “Será
como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y
su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará”.
(Colosenses 1:21) “21 Y a
vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra
mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros
santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; 23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin
moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en
toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho
ministro”.
La Sana
Doctrina de Cristo nos enseña a través del apóstol Pedro que debemos de
testificar: (2
Pedro 1:16-21) “16 Porque no os hemos dado a conocer
el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas
artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. 17 Pues cuando Él recibió de Dios Padre
honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía:
Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. 18 Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos
con él en el monte santo. 19 Tenemos
también la palabra profética más segura,
a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar
oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros
corazones; 20 entendiendo primero
esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, 21 porque nunca la profecía fue traída
por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados
por el Espíritu Santo”.
En este tiempo
la Sana Doctrina de Cristo, tropieza en muchas congregaciones, y duerme
debilitada en los corazones de los que deberían sostenerla. La Sana Doctrina de
Cristo, no es popular, antes bien, es resistida. No
obstante, y pese a esto, nosotros hemos de ser fieles a la Verdad revelada y a
la comisión que de Dios hemos recibido. Si otros hombres y mujeres de Dios
tienen otra encomienda, ellos son responsables de lo que han recibido, pero
nosotros tendremos que dar cuenta de lo que nosotros hemos recibido. Si tenemos
esta revelación, no la despreciemos, sino seamos fieles a la Verdad.
La
verdad se compra, pero no se vende. Hay que pagar un alto precio por ella. No
pensemos que la verdad es gratis, como muchas cosas que se ofrecen hoy a precio
de ganga. (Proverbios 23:23) “Compra la
verdad, y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia”. La verdad, posee un alto precio, y no se
rebaja por nada. Quien la ha comprado, si es que de verdad ha podido dar con el precio que esta tiene de seguro que no
procurará venderla.
En
este tiempo peligroso en el que vivimos, la Sana Doctrina de Cristo nos dice:
(2 Timoteo 3:1) “También debes saber esto: que en
los postreros días vendrán tiempos peligrosos”. (Hechos 20:29,30) “29 Porque yo sé que después de mi partida
entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. 30 Y de vosotros mismos se levantarán
hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos”.
El
signo de los tiempos que vivimos es la apostasía y la confusión. Esto está muy
bien descrito en las palabras de nuestro Señor Jesucristo.
(Mateo
24:4-5) “4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que
nadie os engañe. 5 Porque vendrán
muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán”; (Mateo 24: 10-12) “10 Muchos tropezarán
entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se
levantarán, y engañarán a muchos; 12
y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”. (Mateo 24: 23-25) “23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o
mirad, allí está, no lo creáis. 24
Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales
y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los
escogidos. 25 Ya os lo he dicho
antes”.
Para
terminar la Sana Doctrina de Cristo identifica las personas que se infiltran
entre el pueblo de Dios: (Judas 3,4,8,16) “3 Amados,
por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común
salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis
ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. 4 Porque algunos hombres han entrado
encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta
condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro
Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. 8 No obstante, de la misma manera
también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman
de las potestades superiores. 16
Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya
boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho”.
Predicado por:
Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de
Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus
vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la
oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o
denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo.
Mi interés es que me des la oportunidad de servirles pues me
queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el de servir y que la
Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando toda basura de
ignorancia.
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