JEHOVÁ
DIOS A TRAVÉS DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
NOS
ESTÁ HACIENDO UN LLAMADO
En las Escrituras se habla de muchas
clases de fuego, pero uno de ellos, es el fuego de Dios en los creyentes, debe
ser atendido y avivado en estos últimos días de apostasía. La Sana Doctrina de Cristo a través del profeta Jeremías nos describe
cómo se siente alguien con un llamado de parte de Dios (Jeremías 20:9) “Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más
en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en
mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. Jeremías
lo describe como un fuego que está metido en sus huesos, como una pasión
que no lo dejaba dormir ni estar tranquilo hasta que no hace algo por su
llamado. Así mismo le ocurre a cualquier persona que tiene un llamado de Dios,
siente un fuerte deseo, una fuerte pasión o un fuego.
SOLO
VAMOS A ANALIZAR TRES TIPOS DE LLAMADOS
1.
LLAMADO GENERAL: (Mat 22:14) “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos”. Todo cristiano
es llamado por Dios; para llevar a cabo sus planes y propósitos. Tales como:
evangelizar, interceder, servir, etc. Todos los creyentes estamos llamados a
hacer todas estas cosas, pero no necesariamente son nuestro llamado personal. El
llamado general en el Señor es hacer cualquier cosa dentro y fuera de la congregación.
2.
EL LLAMADO ESPECIAL: es la voluntad
especial de Dios para un creyente, en la cual se le da unción, autoridad y habilidades
especiales para cumplirlas. Cuando hemos fracasado en cumplir el llamado
general de Dios no se nos puede dar el llamado especial, si usted no sabe
cantar en el baño, Dios no lo pondrá en el altar. (1 Juan 2:19-21) “19 Salieron de nosotros, pero no eran de
nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con
nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. 20 Pero vosotros tenéis la unción del
Santo, y conocéis todas las cosas. 21 No
os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque
ninguna mentira procede de la verdad”. (2
Corintios 1:21,22) “21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el
que nos ungió, es Dios, 22 el cual
también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros
corazones”. Cada creyente debe empezar
haciendo y cumpliendo la voluntad y el llamado general de Dios, y cuando es
fiel en esto, entonces Dios le va a mostrar su llamado especial.
3.
LLAMADO ESPECÍFICO: es el llamado que Dios nos hace
para servirle en un área específica. Este va más allá de los dos primeros
llamados, porque no sólo debimos haber cumplido con el llamado general, sino,
con el llamado especial para que luego se nos dé el llamado especifico. La
Biblia espera que caminemos en las buenas obras que Dios preparó de antemano
para nosotros (Efesios 2:10) “Porque
somos hechura suya, creados en Cristo
Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas”. Y (Romanos 12:2)
dice, “No os conforméis a este siglo,
sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Estos
llamados pueden marcarnos a cualquier edad: Algunas personas ponen restricciones
de acuerdo con su talento, inteligencia o experiencia.
Otras se preocupan por la edad. Sin embargo, para Dios, una persona puede
marcar la diferencia y cumplir con su llamado, independientemente de las
circunstancias o la situación.
LA
EDAD NO SIGNIFICA NADA PARA DIOS. Cuando Jesús
alimentó a los 5, 000, un joven ofreció panes y pescado. (Juan 6:1-13) “9 Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada
y dos pececillos; mas ¿qué es esto
para tantos? 10 Entonces Jesús dijo:
Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron
como en número de cinco mil varones. 11
Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los
discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces,
cuanto querían. 12 Y cuando se
hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para
que no se pierda nada”. Y en el caso de
Noé, cuando empezó a llover y entró en el arca, tenía 600 años de edad, tú
nunca eres demasiado viejo ni demasiado joven, para marcar la diferencia por
Dios.
Los
que marcan la diferencia son diferentes; no permitan que nadie los aparte de su
llamado. No teman hacer algo por primera vez. Noé
estaba más preocupado por obedecer a Dios y cumplir su llamado, a que lo
tomaran por loco. No permitan que las
palabras, de otras personas, les impidan cumplir su llamado en Dios. Cuando
vean un arco iris, recuerden que una sola persona puede marcar la diferencia.
Nunca había visto un arco iris hasta después que Noé terminó lo que Dios le
pidió, colocó el arco iris en el cielo como un pacto para la humanidad de que
nunca más destruiría el mundo con agua.
(Lucas
3:15-17) “15
Como el pueblo estaba en expectativa, preguntándose todos en sus corazones si
acaso Juan sería el Cristo, 16 respondió
Juan diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más
poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él
os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 17
Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su
granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará”.
Palabras
de nuestro Señor Jesucristo: (Lucas 12:49) “Fuego
vine a echar en la tierra; ¿y qué
quiero, si ya se ha encendido?”.
EL
FUEGO EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO EN LAS ESCRITURAS
Cuando la zarza ardía y Moisés se
acercó y Dios le habló desde la zarza ardiendo, la zarza no se consumía. Pero
desde ese lugar habló en llama de fuego Jehová Dios, para enviar a su siervo
Moisés.
El profeta Habacuc, Isaías y Juan lo
dicen con estas palabras, con respecto también al trono de Dios: (Hab. 3:3-6) “3 Dios vendrá de Temán, y
el Santo desde el monte de Parán. Selah su gloria cubrió los cielos, y la
tierra se llenó de su alabanza. 4 Y
el resplandor fue como la luz; Rayos
brillantes salían de su mano, y allí estaba escondido su poder. 5 Delante
de su rostro iba mortandad, y a sus pies
salían carbones encendidos. 6 Se levantó, y midió la tierra; Miró, e hizo
temblar las gentes; Los montes antiguos fueron desmenuzados, los collados
antiguos se humillaron. Sus caminos son eternos”. (Isaías 6:6,7) “6 Y voló
hacia mí uno de los serafines, teniendo en
su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; 7 y tocando con él sobre mi boca, dijo:
He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado”. (Apocalipsis 1:14) “Su cabeza y sus
cabellos eran blancos como blanca lana, como
nieve; sus ojos como llama de fuego”. El fuego está asociado con el poder, con
la majestad, con la autoridad de nuestro Dios.
Juan, cuando vio al Señor Jesús en
la isla de Patmos, dice que los ojos del Señor eran como llama de fuego.
El
fuego en la Sana Doctrina de Cristo en las Escrituras también está asociado con
la prueba. En
Isaías dice: (Is. 43:1,2) “1 Ahora,
así dice Jehová, Creador tuyo, oh
Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse
nombre, mío eres tú. 2 Cuando pases por las aguas, yo estaré
contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”.
Porque cuando Jehová Dios está con
nosotros, ni el fuego puede arder en nosotros.
HAY
FUEGOS DE PRUEBA. (1Pe 4:12,13) “12 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que
os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13 sino gozaos por cuanto sois
participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación
de su gloria os gocéis con gran alegría”. Esto
ocurre en el mundo entero: hay una prueba permanente sobre todos los hijos de Dios.
Y en el primer siglo, una prueba de fuego y de persecución había sobre la
iglesia de Dios.
PERO
TAMBIÉN NUESTRA FE ES PROBADA. (1Pe 1:6-9) “6 En lo cual vosotros os
alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser
afligidos en diversas pruebas, 7 para que sometida a prueba vuestra fe,
mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego,
sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, 8 a quien amáis sin haberle visto, en
quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y
glorioso; 9 obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras
almas”.
En
el libro de Daniel se registra el caso de tres varones, Sadrac, Mesac y
Abed-nego. Ellos declararon: (Dan 3:17) “He aquí nuestro
Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu
mano, oh rey, nos librará”. Ellos
pasaron por el fuego, pero no se quemaron, ni olor a humo salió en ellos. También
en Corintios dice: (1Co 3:13) “la obra de cada uno se hará manifiesta;
porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada
uno cuál sea, el fuego la probará”. El
fuego de prueba revelará la realidad de la obra de cada uno, de la fe de cada
creyente. El fuego de Dios, el fuego de la prueba viene sobre cada creyente.
HAY
UN FUEGO TAMBIÉN QUE ES UN FUEGO DE APROBACIÓN.
Cuando Elías el profeta desafió a los falsos profetas, a los baales, él los
desafió que el Dios que respondiera con fuego, ése fuera Dios. (1 Reyes 18:1-31),
Ustedes conocen la historia, todos los artificios que
hicieron los falsos profetas y no hubo respuesta. ¡Cómo iba a haber respuesta,
si Baal no es Dios! Sin embargo Elías, cuando le tocó su turno, puso el altar,
lo edificó, puso la leña, puso el buey descuartizado, hizo una zanja alrededor,
la llenó con agua. Cuando Elías oró,
fuego del cielo descendió y consumió el holocausto, porque nuestro Dios
responde. Nuestro Dios es real, vivo, verdadero. ¡Bendito sea su Santo Nombre!
VEAMOS
CUANDO MOISÉS CONSAGRÓ A LOS SACERDOTES. Esto lo voy a
leer brevemente. (Lv. 9:23,24) “23 Y
entraron Moisés y Aarón en el tabernáculo de reunión, y salieron y bendijeron al pueblo; y la
gloria de Jehová se apareció a todo el pueblo. 24 Y salió fuego de delante
de Jehová, y consumió el holocausto con las grosuras sobre el altar; y viéndolo
todo el pueblo, alabaron, y se postraron sobre sus rostros”.
EL
FUEGO DE APROBACIÓN, EN CRÓNICAS. En la inauguración
del templo de Salomón, ese templo lleno de oro, tan precioso, (2 Crónicas 7:1) “Cuando Salomón acabó
de orar, descendió fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las
víctimas; y la gloria de Jehová llenó la casa”. La gloria de Jehová Dios llenó su casa, y los sacerdotes no podían entrar
a causa de la gloria de Jehová Dios. Nuestro Dios es "fuego
consumidor", dice Hebreos. (Heb 12:27-29) “27 Y esta frase: Aún una
vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. 28 Así
que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante
ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29 porque nuestro Dios
es fuego consumidor”. El fuego está
asociado con Jehová Dios, el fuego de aprobación. Cuando Dios aprueba, responde
con fuego desde el cielo.
Hay
otro fuego que también está muy cercano en nuestro conocimiento de la Sana
Doctrina de Cristo de Jehová Dios nuestro Señor.
Todos hemos leído o alguna vez escuchado en los días de Abraham, cuando fuego
del cielo cayó sobre las ciudades impenitentes, sobre las ciudades pecadoras,
Sodoma y Gomorra. Fuego descendió, y en un instante fueron consumidas, y el
humo de la ciudad subió como el humo de un gran horno, porque el fuego del
juicio de Dios se dejó caer en aquel tiempo.
El libro de Hebreos dice que a los
que rechazan la gracia de Dios,
aquellos que pecan voluntariamente, aquellos que cierran su corazón, sólo les
espera una horrenda expectación de juicio y de hervor de fuego que ha de
devorar a los adversarios. Hermanos dice
la Palabra de Dios en: (Heb 10:31) “¡Horrenda cosa es caer en manos del
Dios vivo!” ¡Ay de aquel que ataca al Dios vivo, porque nuestros Dios es fuego
consumidor!
NUESTRO
SEÑOR JESUCRISTO TAMBIÉN HABLÓ DEL FUEGO ETERNO.
Porque hay un fuego eterno preparado para satanás y todos sus ángeles. (Mat 25:41) “Entonces dirá también a
los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para
el diablo y sus ángeles”. Hay un lago de
fuego donde irán todos aquellos que no están inscritos en el libro de la vida
del Cordero. Todos los soberbios, todos los altivos, todos aquellos
inteligentes, los filósofos de nuestros días, irán a parar allí, todos los que
no se arrepintieron. Aun la venida del
Señor será en llama de fuego, en retribución para castigar a los rebeldes, a
los que no han recibido la Sana Doctrina de Cristo en el Evangelio.
AHORA
HERMANOS, VAMOS A HABLAR DE OTRO FUEGO: el fuego de Jehová Dios en los creyentes de
la Sana Doctrina de Cristo. Esto nos interesa a todos nosotros: la provisión de
Dios para los creyentes, el fuego que te enciende a ti y que me enciende a mí,
¡esto nos interesa hoy en día!
(Jeremías 20:7-9)
“7 Me sedujiste, oh Jehová, y fui
seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido,
cada cual se burla de mí. 8 Porque
cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la
palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. 9 Y dije: No me acordaré más de él, ni
hablaré más en su nombre; no obstante, había
en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude". ¡Ayúdanos, Señor Jesucristo! Porque hemos
leído muchas veces esta Palabra para que comience a tomar una realidad en cada
uno de nosotros.
Hermanos, recordemos la palabra que
leímos al principio: (Lucas 12:49) "Fuego vine a echar en la
tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?". El fuego de nuestro Señor Jesucristo que es su Sana Doctrina de Cristo
se mete en lo más profundo de nosotros y respaldada por el Espíritu Santo nos
cambia y nos transforma. Cuando está
ésta Verdad el Fuego de Jehová Dios en nuestra persona, no está solamente
tocado en la parte externa nuestra, no es sólo un entusiasmo emocional que dura
como un suspiro. Es algo mucho más profundo: ¡a los huesos mismos!
EL
FUEGO DE JEHOVÁ DIOS NUESTRO SEÑOR SE METE DENTRO DE NOSOTROS.
Es
imposible callar, porque se encuentra un fuego metido en nuestros huesos.
¡Gloria a Jehová Dios nuestro Señor, hermanos! Es
verdad que hay tentaciones en el mundo, sí que las hay. Las tentaciones que
afectan la carne. Sí; el que está en la carne no puede prevalecer. Hermanos,
grande puede ser la atracción, grande puede ser el fuego de la tentación, pero
si tú tienes un fuego metido en tus huesos, de ahí saldrá la defensa, ¡Aleluya Gloria a Jehová Dios, nuestro Señor
Jesucristo y al Espíritu Santo! Ningún
fuego del mundo podrá atraer ni seducir ni corromper a uno que está con este
fuego de Dios metido dentro de él.
¡Bendito
sea el nombre de Jehová Dios y de nuestro Señor Jesucristo,
porque este fuego de Dios está presente en todos los creyentes, los que hemos
recibido al Señor en nuestros corazones! ¿Cuántos
tienen al Señor en su corazón? (¡Amén!). ¿Cuántos han recibido el Espíritu del Dios vivo dentro de Ustedes?
(¡Amén!). Entonces hay un fuego
metido en tus huesos, hermanos, y aunque Ustedes quisieran callar, no lo pueden
hacer. Este fuego es superior, porque más Poderoso es el que está en
nosotros que el que está en el mundo. No es el fuego del entusiasmo humano: es
el fuego del cielo metido en el corazón de un creyente. ¿Es verdad o no es
verdad? ¡Aleluya, es un fuego que prevalece, es un fuego que nos hace
vencedores!
Este fuego que arde en nuestros huesos
los que estudiamos y obedecemos la Sana Doctrina de Cristo no es un fuego que
arde en entusiasmo y emoción. Este fuego
No es algo humano, es Jehová Dios el
Señor en nosotros. Nuestro Señor Jesucristo, da testimonio de Juan el Bautista.
(Juan 5:35) “Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis
regocijaros por un tiempo en su luz”. Dice
de él, que Juan el Bautista él era una antorcha que ardía. Una antorcha es
algo artesanal, es algo que mientras arde se va consumiendo, produce calor,
irradia luz. Alumbraba porque ardía.
Su
mensaje es: "¡Arrepentíos!". Su mensaje al mundo que se supone creyente
esos días, a los judíos que se supone que tenían el testimonio de Dios, es
violento: (Mateo 3:7,8) “7 Al ver él que muchos de los fariseos y de los
saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os
enseñó a huir de la ira venidera? 8 Haced,
pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9
y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre;
porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas
piedras”. Era un mensaje poderoso, un
mensaje que conmovía. La gente estaba absorta. Lo oían y temblaban, lo oían y
reaccionaban. Él los llamaba al arrepentimiento y ellos corrían, y
multitudes iban al Jordán y se arrepentían de sus pecados. Eran profundamente
conmovidos. No era un simple mensaje ni era un mensaje simpático.
Juan
Bautista ¡Estaba anunciando al Rey que venía! ¡Aleluya porque esto es lo que tú
y yo deberíamos de anunciar! Estaba tan
seguro de su mensaje que no vacilaba, estaba anunciando la venida de Alguien
precioso, poderoso. ¡Qué tremendo es este mensaje! Era un mensaje urgente. Tiene
que conmover a la gente, tienen que decirles a todos que: "¡prepárense, porque el Señor Jesucristo viene!". Porque
nosotros estamos en un tiempo parecido al de Juan Bautista que anunció la
primera venida del Señor. Ustedes
saben que ya estamos en los últimos tiempos. Los vemos todos los días, el
tiempo del fin ya está aquí. Pero nosotros no decimos: "Mire, el infierno
viene". Nosotros estamos diciendo: ¡El Rey viene otra vez! ¡Jesucristo
viene otra vez!
Hay
una Palabra que tiene que encendernos a nosotros en estos días.
Hay un mensaje, hay una encomienda divina que pesa sobre nosotros. Hay un fuego
que el Señor Jesucristo vino a encender, hermanos, y es tiempo que tú y yo
estemos ardiendo con este fuego. ¡Señor,
Señor Jesucristo! Juan Bautista era una antorcha que ardía y alumbraba. Lo hizo
en su tiempo, fue fiel en su tiempo. Y nosotros, hermanos, como Iglesia en
la Sana Doctrina de Cristo en conjunto, somos ese otra antorcha que arde y
alumbraba. Estas antorchas de los últimos tiempos, que no es un solo
hombre, sino que somos muchos. ¡Somos el
cuerpo de Cristo, que conocemos Gracias a la Sana Doctrina de Cristo que nos
fue revelada que el Señor viene! ¡Aleluya, la Gloria a Jehová Dios hermanos!
¿Cómo se lo diremos a la gente? ¿Se
lo diremos muy suavemente? ¿Se lo diremos con mucha diplomacia? No hermanos,
porque ya no hay tiempo; si el corazón nuestro se enamora de Nuestro Señor
Jesucristo y está enamorado de Jehová Dios y del Espíritu Santo, hermanos,
vamos a anunciar el retorno glorioso de nuestro Señor Jesucristo. ¡He aquí, que
nuestro Rey viene! Hermanos, cantemos canciones que anuncien la venida del
Señor Jesucristo. No nos olvidemos en las reuniones. Ojalá en ninguna reunión
dejáramos de cantar y de anunciar: "¡He aquí, que viene nuestro bendito
Señor Jesucristo!". Amados
hermanos, ¿qué más podemos decir de esto? En realidad, al ver a Jeremías con el
fuego ardiente dentro de él, al ver a Juan el Bautista que ardía y alumbraba,
eso nos está mostrando a nosotros cómo quiere el Señor vernos a nosotros.
Hermanos, nosotros no queremos ser
cristianos con una religión que nos haga las cosas de nuestra vida liviana,
superficiales y fáciles. Algo que no tiene peso, que no tiene sustancia, algo
que no produce ningún efecto ni cambios solo puras emociones. Estamos en una
cultura de religiosidad donde muchos pastores están como esos hipócritas
fariseos que querían bautizarse sin frutos dignos de arrepentimiento.
Hermanos, nosotros no queremos una religión
que nos divida y liviana de llevar, no queremos algo pasajero, no queremos
estar hoy día caminando con nuestro Señor Jesucristo y mañana negándole. No
queremos, porque no es esa la voluntad de Jehová Dios nuestro Señor estar hoy
día caminando y mañana retrocediendo. No queremos estar hoy día alabando a
Jehová Dios nuestro Señor y mañana defraudándolo. No queremos estar hoy día abrazándolo
y el día de mañana odiándolo. No queremos con esta boca estar alabando a Jehová
Dios y con la misma boca maldiciendo después. No, no queremos ninguna
irrealidad en nuestras vidas.
Si
hemos de ser creyentes de la Sana Doctrina de Cristo, seámoslo de verdad.
Si hemos de ser siervos de Jehová Dios,
hermanos, seámoslo con los recursos de Jehová Dios. ¿Y qué dijo el Señor? "Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué
quiero si ya se ha encendido?". Se encendió en el primer tiempo. El
día de Pentecostés, lenguas de fuego vinieron sobre los creyentes. ¡Aleluya Gloria a Jehová Dios, nuestro Señor
Jesucristo y al Espíritu Santo! Más tarde, se reúnen los hermanos, y a la
oración de esos creyentes encendidos, la casa tiembla, todos son llenos del
Espíritu Santo y hablan con denuedo la Palabra de Jehová Dios. Hermanos, la iglesia
no puede conformarse con una medida menos que esta. Las iglesias estaban
fortalecidas con el Espíritu Santo y los discípulos llenos de gozo y del
Espíritu Santo.
Ya
sabemos que Jehová Dios el Señor abomina y aborrece la tibieza.
La tibieza significa que el fuego se
apagó. La tibieza significa que ese fuego ya no sirve para nada, es como una
ceniza que ya no le alcanza ni para rescoldo(brasa menuda resguardada por la
ceniza). El fuego debe encenderse otra vez. Pero para que se encienda un tibio,
tiene que arrepentirse primero de corazón, arrepentirse de todas aquellas cosas
que hicieron que el fuego se fuera apagando.
Oh hermanos, hay otro fuego que no
lo he mencionado. ¿Recuerdan ustedes que cuando el Señor estaba preso, estaba
atado, estaba en el patio del sumo sacerdote? Pedro se juntó con la gente que estaba ahí, los soldados y otros, ellos
tenían un fuego y él fue a calentarse en ese fuego. Ya no tenía él fuego
dentro, necesitaba el fuego que estaba afuera, el fuego en que el mundo se
calienta.
Si
tú necesitas el calor del mundo, necesitas la alegría del mundo, si para ser
feliz necesitas los chistes del mundo, la alegría del mundo, la música del
mundo, el deporte o los ídolos del mundo, entonces te pasará como a Pedro:
estás pronto a negar al Señor. Si
te estás calentando con el fuego del mundo, si tu alegría y tu atención y tu
preocupación son el fuego que viene de la tierra, entonces no me extrañaré, no
nos extrañaremos si mañana estás negando al Señor, ¡estás a punto de negarlo!
Pero, hermanos, es el tiempo de
volvernos. Es el tiempo de volver a ser, hermanos. Porque ésta es la voluntad
de Jehová Dios nuestro Señor: Cuando Cristo es compartido, hermanos, el corazón
comienza a arder otra vez. ¡Aleluya, hermanos, qué precioso es Jesucristo para
nosotros! ¡Qué precioso es descubrir a nuestro Señor Jesucristo en las
Escrituras! ¡Qué precioso que nuestro Señor Jesucristo no trajo una Sana Doctrina
para que mi mente estuviese satisfecha! Él la trajo para que mis huesos
ardieran y tú y Yo compartamos de Él. ¡JESUCRISTO
BIENE! ¡JESUCRISTO BIENE! ¡JESUCRISTO BIENE! ¡JESUCRISTO BIENE!
PREDICADOR
DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO:
Pastor
Víctor Ramón Preciado Balderrama, Hola hermanos les saludo con mucho amor en el
Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean
edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me
dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su
doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de
Cristo. http://viclaly5757.blogspot.com/?spref=fb
viclaly5757.blogspot.com
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