LA
SANA DOCTRINA DE CRISTO, NOS ENSEÑA CÓMO VIVIR EL AMOR DE DIOS
En
las últimas semanas el Espíritu Santo ha estado llevándome a orar por una mayor
comprensión del Amor de Dios hacia nuestra con congregación y como miembros de
esta Iglesia, porque estamos por empezar un nuevo libro para nuestro
discipulado de los Miércoles. Y después de leer en la Sana Doctrina de Cristo
que por medio de Juan Bautista (1 Juan 4:16) “Y nosotros hemos
conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el
que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”, comprendí cuán poco sabemos acerca de vivir y caminar en el Amor de
Dios.
Creo
que la mayoría de los cristianos saben del Amor de Dios hacia ellos sólo teológicamente.
Han aprendido en las Escrituras sobre el
Amor y lo han oído predicar y todavía su comprensión está limitada a solo
letras como lo dice la Sana Doctrina de Cristo en: (2 Corintios 3:4-6) “4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para
con Dios; 5 no que seamos
competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino
que nuestra competencia proviene de Dios, 6
el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la
letra, sino del espíritu; porque la letra
mata, más el espíritu vivifica”. La
letra mata: la letra de la ley es la ministración de muerte; y si nos apoyamos
en la pura letra del evangelio, no seremos mejores por hacerlo así: pero el
Espíritu Santo da vida espiritual y tiene un fruto que es el cambio constante
de vida.
Decimos
que creemos que Dios nos Ama, al mundo y a los perdidos.
¡Pero es una fe con un ideal
indeterminado, vago, impreciso, indefinido, teórico e inexacto! No muchos cristianos pueden decir con
autoridad, sí, sé que Jehová Dios me Ama, porque tengo una comprensión de lo
que es su Amor. Yo lo he percibido, vivo en Él porque obedezco su Palabra. Es
el fundamento de mi diario caminar. (1 Juan 4:7-9) “7 Amados,
amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido
de Dios, y conoce a Dios. 8 El que
no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios
envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él”.
La
vida diaria de la mayoría de cristianos, sin embargo, no es una de andar y
creer en el amor de Dios porque no obedecen su Palabra Escrita.
En vez de eso, viven bajo una nube de culpa, temor, y condenación. Nunca han
sido realmente libres nunca han descansado en el Amor de Dios por ellos. (2 Corintios 3:17) “Porque el Señor es
el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”.
Pueden
estar sentados en la iglesia, levantar sus manos y regocijarse, pero llevan con
ellos un equipaje secreto en todo tiempo. Nunca ha
habido un momento cuando fueron totalmente libres, porque buscan justificación
y agradarse a sí mismos que agradar al Señor Jesucristo. Se dicen a sí mismos: Algo me está faltando, no estoy creciendo. ¡Algo
está mal!
La
Sana Doctrina de Cristo dice por medio del apóstol Pablo: (Efesios 5:2) “Y
andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por
nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en
olor fragante”. El apóstol instó a los Efesios, Jesús de verdad los ama ¡así
que caminen como uno que es amado grandemente por Dios!.
He
oído las confesiones de muchos cristianos más “viejos” personas
que han caminado con el Señor por treinta o cuarenta años quienes confiesan que
nunca conocieron el gozo de ser amados por Jehová Dios. Parecían felices y
contentos exteriormente pero, dentro, arrastraban siempre cargas pesadas de
dudas y temor. Creo que estos hermanos y hermanas simplemente no entienden, en
lo profundo, el Amor que Jehová Dios tiene por ellos. ¡Nunca experimentaron la paz que, conociendo el amor de Jehová Dios,
trae al corazón!
¡Nunca
perseguirá una revelación en la Sana Doctrina de Cristo del Amor de Jehová Dios
hasta que este harto y cansado de vivir con temor, culpa, condenación y
confusión! Y para que esto suceda, tiene que
despertarse un día y decirse a sí mismo, ¡Esto
no es vida! No puedo seguir
sirviendo a Jehová Dios con este sentimiento de ira en mí, siempre sintiéndome
condenado e indigno. Tanto como amo a Jesucristo y creo que mis pecados son
perdonados, ¿Por qué estoy tan abatido? El
hecho es que, Dios no te salvó para dejarte vivir en culpa y condenación. Jesús
dijo: (Juan 5:24) “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi Palabra, y
cree al que me envió, tiene vida eterna; y no
vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”. (Oír no es igual a escuchar)
Un
significado de la palabra “condenación” aquí es “ira”.
Jesús está diciendo que si obedeces, no vendrás bajo su juicio que en el Día
del Juicio serás libre de su ira. Pero condenación también significa el
sentimiento de nunca llenar las normas.
(Romanos
8:1) “Ahora, pues, ninguna condenación hay para
los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu”. Toda culpa y
condenación son claramente del diablo. Y
la Sana Doctrina de Cristo a través de apóstol Pablo advirtió en: (1 Timoteo 3:2-6)
“2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola
mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3 no dado al vino, no pendenciero, no
codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 4 que gobierne bien su casa, que tenga
a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la
iglesia de Dios?); 6 no un neófito, no sea que envaneciéndose
caiga en la condenación del diablo”.
La Sana Doctrina de Cristo está
diciendo que cuando caes en condenación, has caído de la gracia, de la
seguridad que Jehová Dios nos ha ofrecido a través de la Sangre de su propio
Hijo. (Ap. 12:11) “Y ellos le han
vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de
ellos, y menospreciaron sus vidas hasta
la muerte”.
Amados
hermanos, el Espíritu Santo convence pero nunca condena. Su ministerio es
convencer de pecado. Pero el hace esto sólo para sanar para traer a hombres y
mujeres a un lugar de paz y descanso en Jesucristo. Y el Espíritu Santo hace
esto de manera redentora, no con ira.
(Romanos
8:34) “¿Quién es el que condenará? Cristo es el
que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de
Dios, el que también intercede por nosotros”. Jehová Dios está diciendo, ¿Quién te condena? ¿Por qué estás andando en
condenación, cuando tu Salvador está ahora mismo ante mí, suplicando tu causa?
La
única condenación que permanece está sobre aquéllos que rechazan la luz del
evangelio que es la Sana Doctrina de Cristo: (Juan 3:19)
“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más
las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas”.
Si
a Ustedes les gusta que la Sana Doctrina de Cristo en la Palabra de Dios venga y exponga todo
lo que hay en su corazón, entonces no serán condenados. ¡La condenación
permanece sólo para aquéllos que esconden el pecado y aman la oscuridad! Tú
amas la Verdad y la luz, ¿verdad? ¿Por qué permitir la condenación?
¡Éste
es el día para que despiertes al Amor de Jehová Dios para ti!
Pido a Dios que mientras oyes esta enseñanza y declaro que oyes y no solo
escuchas, para que el Espíritu Santo golpee profundamente tu corazón, y seas
capaz de decir, (Tienes razón, Hermano Víctor
ése soy yo, ¡no quiero vivir de esta manera!).
Si
tú tienes esta característica de ser un cristiano(a) que viven en la culpa, el
temor y la condenación no están “arraigados y establecidos” en el amor de Dios:
(Efesios 3:17-19) “17 Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin
de que, arraigados y cimentados en
amor, 18 seáis plenamente
capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud,
la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento,
para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. “Arraigados y cimentados” quiere decir construir bajo un fundamento
profundo y estable de sabiduría y entendimiento del amor de Jehová Dios hacia
ti. ¡En otras palabras, el Conocimiento que
nos da la Sana Doctrina de Cristo acerca del amor de Dios por ti es la verdad
fundamental bajo la cual todas las otras verdades se deben construir!
Por
ejemplo, sobre esto es que el temor de Dios se construye. (Pro 1:7)
“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian
la sabiduría y la enseñanza. Amonestaciones de la Sabiduría”. Un temor santo de Dios no es un pavor de
que Dios está listo para golpearte, si eres tomado en alguna pequeña falta. Más
bien, es el temor de su santidad contra la rebelión ¡y de lo que Dios le hace a
aquéllos que aman la oscuridad más que la luz!
Permítanme
compartir esta revelación en tres partes con Ustedes que el Espíritu Santo ha
estado enseñándome sobre el Amor de Dios para con nosotros.
Pido a Dios que te apropies de su Verdad que abra tus ojos y te ayude a entrar
en un completo y nuevo reino de Gozo y Paz en tu diario caminar con Dios, y les
pido en este momento que le den la orden a sus almas que presten oído a la Voz
de Jehová como lo dice la Palabra en (Salmos
146:1) “Alaba, oh alma mía, a Jehová”.
1.
¡EL AMOR DE DIOS POR NOSOTROS TIENE QUE VER CON SUS TESOROS EN GLORIA! Y no se
puede separar las provisiones de Dios de su Amor.
Su Amor por nosotros tiene que ver con las riquezas abundantes en gloria para
nuestro uso. Jehová Dios nos ha dado provisiones para cada crisis en nuestra
vida ¡para ayudarnos a vivir
victoriosamente en todo tiempo!
La revelación de su Palabra sólo
puede venir por medio del Espíritu Santo. ¡Y quiero que sepan hermanos que la
revelación de su Amor es directamente de tu corazón de Jehová Dios! Quiero que
le veamos tan claramente al grado que cambie nuestra manera de caminar en su
Sana Doctrina en su Palabra y la manera que ministramos y le servimos.
Dios
me habló en un pequeño versículo: (Juan 3:16) “Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. ¡Su amor está acompañado de sus riquezas en
gloria y sus abundantes provisiones para nosotros! Siempre y cuando estemos
en obediencia a su Palabra y nosotros en Jesucristo. (Colosenses 1:19) “por cuanto agradó al Padre que en Él habitase
toda plenitud”. (Colosenses 2:9-10) “9
Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10 y vosotros estáis completos en Él,
que es la cabeza de todo principado y potestad”. En otras palabras, en Jesucristo tenemos todas las provisiones ¡todo lo
que necesitas!
El problema es que, muy pocos
cristianos se apropian de lo que Dios ha ofrecido libremente. No lo perseguimos
o tomamos posesión de la Sana Doctrina de Cristo ¡y los tesoros de Cristo
descansan en gloria sin ser reclamados!
2.
EL AMOR DE DIOS INSISTE QUE LLEGUEMOS AL FINAL DE TODOS NUESTROS RECURSOS
HUMANOS ¡Y PROCLAMEMOS Y NOS APROPIEMOS DE SUS TESOROS ABUNDANTES! De
esto se trata la parábola del Hijo Pródigo. Es la historia de dos hijos uno que
llega al final de sus propios recursos, y otro que no reclamaría los recursos
de su padre. (Lucas 15:12) “y el
menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me
corresponde; y les repartió los bienes”. La
herencia representa sus propios intereses: sus talentos, habilidades, todas las
cosas con que acostumbramos a enfrentar la vida y todos nuestros problemas. Seguramente
ya se sentía muy capaz, de enfrentar la vida porque se creía con inteligencia,
buen ingenio, un buen trasfondo. ¡Puedo salir y hacerlo por mi propia cuenta!”
Esta
actitud describe a muchos cristianos hoy. Pero,
cuando las cosas se ponen duras, ¡cuán
rápido llegamos al final de nuestros propios recursos! ¡Qué rápidamente gastamos todo lo que tenemos dentro de nosotros! Podemos
buscar salida de algunos problemas y hallar fuerza interna para algunas
pruebas, ¡pero viene el tiempo cuando el
hambre golpea el alma! Llegas al final de ti mismo, y no sabes cuál camino
tomar. Tus amigos no pueden ayudarte. Te quedas vacío, herido, sin nada dentro
para bosquejar.
Estás
gastado ¡toda tu lucha se ha ido! Todo lo que queda es temor, ansiedad, vacío,
y desesperación. Finalmente se despertó, cuándo volvió
en sí. ¡Cuándo recordó todas las abundantes provisiones en la casa de su padre!
(Lucas
15:17) “Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos
jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de
hambre!”. ¡Decidió regresar y apropiarse
de las abundantes provisiones de su padre! ¡El corazón del amor de Dios se
encuentra en la invitación del Padre a venir y disfrutar un banquete de sus
provisiones!
No
hay una palabra en esta parábola que indique que el Pródigo regresó debido al
amor por su padre. En verdad, estaba arrepentido cayó sobre sus rodillas, llorando, (Luc
15:21) Y el hijo le dijo: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo”. Pero el nunca dijo, ¡Padre, regresé porque
te amo!” Más bien, lo que se revela aquí es que el amor de Dios hacia
nosotros es sin ataduras; no depende de nuestro amor por Él.
La
verdad es que, Dios nos amó incluso cuando estábamos lejos de Él en nuestros
corazones, aún pecadores. ¡Eso es amor incondicional! Cuando
el Pródigo regresó, su padre no revisó una lista de los pecados de su hijo. En
cambio, cayó sobre el cuello de su hijo y lo besó. Dijo a los sirvientes, “¡Maten el ternero engordado! Pónganle la túnica
nueva, un anillo en su dedo y zapatos nuevos en sus pies. ¡Tengamos una
celebración vamos a regocijarnos y alegrarnos!
¿Dónde
está la revelación del amor del Padre en este cuadro? ¿Está en su perdón instantáneo?
¿En su beso afectuoso? ¿En el ternero engordado? ¿En la túnica, el anillo y los
zapatos nuevos?
De
hecho, éstas son todas expresiones de su amor ¡pero ninguna de éstas son el
corazón del asunto! (1 Juan 4:10) “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos
amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en
propiciación por nuestros pecados”. (1
Juan 4:19) “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”.
Aún
hoy tenemos una mejor promesa: (Efesios 3:19-20) “19
y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis
llenos de toda la plenitud de Dios. 20
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”. Aquí está el amor de Dios para nosotros.
Les
pregunto ¿cuántos años has estado en las afuera? Tienes un Padre que ha estado
poniéndote un gran tesoro de provisiones. ¡Y todavía no las has proclamado!
3.
¡EL AMOR DE DIOS INSISTE EN QUE DEJEMOS DE ENFOCARNOS EN NUESTROS FRACASOS Y
PECADOS, Y EN CAMBIO NOS ENFOQUEMOS EN LAS RIQUEZAS QUE NOS OFRECIÓ EN CRISTO!
El
hijo prodigo, desenfrenado no fue castigado, reprendido o se le recordó su
pecado ¡porque Dios no permitiría que el pecado fuera el enfoque de la
restauración! Había verdadero arrepentimiento y dolor
piadoso. ¡Era tiempo de seguir a la casa del banquete de amor a la fiesta! (Lucas 15:7,10) “7 Os digo que así
habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no
necesitan de arrepentimiento. 10 Así
os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se
arrepiente”.
¿Estás cansado de vivir como un
pobre cuando has sido provisto de todo lo que necesitas? Quizás tu enfoque es
equivocado. Tiendes a hacer hincapié en tus debilidades, tentaciones y fracasos
del pasado. Y cuando miras dentro de tu propio corazón, lo que ves te desanima.
Permites que la culpa se filtre de nuevo.
Hermanos, ¡debemos estar mirando a
Jesucristo, el Autor, y Consumador de tu fe! Cuando satanás viene y apunta
alguna debilidad en tu corazón, tienes todo derecho a responder: ¡Mi Dios lo sabe todo y todavía me ama! Él
me ha dado todo lo que necesito para conseguir la victoria y mantenerla.
(1
Juan 3:20) “pues si nuestro corazón nos reprende,
mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas”. Dios sabe todo
acerca de ti y todavía te ama lo suficiente como para decírtelo.
Dios
está insistiéndote: (Hebreos 4:16) “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la
gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.
Aquí
está cómo entras a su trono de su gracia y consigues lo que necesitas:
1.
Ven confiadamente a su trono y pide grandemente por toda la gracia y
misericordia que necesitas para sobrepasar cada tentación y prueba. El diablo tiene un millón de maneras para
hacerte sentir culpable, temeroso, condenado y confundido.
Te dirá, “¡Te sientes así porque
tienes basura en tu corazón!” Pero yo dejé de mirar en mi corazón hace mucho
tiempo, porque siempre es negro.
No importa cómo te sientas.
Simplemente mira la Sana Doctrina de Cristo en la Palabra de Dios por lo que
Jesús ha hecho.
2.
Recuérdale a Dios que fue idea suya que tú entraras. No fuiste al Señor
diciendo, “¡Padre, quiero todo lo que tienes!” Fue Dios quién te invitó a
entrar, diciendo, “Todo lo que tengo es tuyo. ¡Ven y tómalo!”
3.
¡Toma la Palabra de Dios literalmente! La Biblia dice que todo lo que él tiene
para nosotros se obtiene por fe, sólo necesitas decir en fe, “Señor Jesús,
¡inúndame con tu paz porque has dicho que es mía! Te pido descanso para mi
alma.”
Esto no viene en un sentimiento,
sino más bien en la Palabra Escrita.
4.
¡Toma la Palabra de Dios, y martilla todo tu temor, culpa y condenación en pedazos!
¡Recházalo en el nombre de Jesucristo! Puedes decir, diablo mentiroso. Mi Padre
ya lo sabe todo, y Dios me ha perdonado y limpiado con la Sangre de Su Hijo
Jesucristo. No hay culpa o condenación hacia Nosotros. ¡Somos libres!” (Apo. 12:11) “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de
la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”.
Queridos
hermanos, creo que si le pides al Espíritu Santo ahora
mismo que te ayude a apoderarte de esta Verdad para arraigarte y establecerte
en ella los próximos días serán los más grandes que hayas tenido alguna vez.
Puedes decir, Señor Jesucristo, sé que voy a cometer errores. Pero nada me va a
mover porque tienes todo lo que necesito para tener la victoria y para vivir en
la Sana Doctrina de Cristo.
Entra en su presencia y Proclama
todo lo que es tuyo de parte de nuestro Padre Celestial Jehová Dios de los Ejércitos.
¡Aleluya!
Predica por: Pastor
Víctor Ramón Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de
Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus
vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la
oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o
denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo.
Mi interés es que me des la oportunidad de servirles pues me
queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el de servir y que la
Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando toda basura de
ignorancia.
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