Predica; 23 de Diciembre de 2018
“UN NIÑO NOS ES NACIDO, HIJO NOS ES
DADO”
EXÉGESIS Y SU CONTEXTO DE: (Isaías
9:1-3) “1 Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia,
tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la
primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin
llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de
los gentiles. 2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban
en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. 3 Multiplicaste la
gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en
la siega, como se gozan cuando reparten despojos”. Los Capítulos 7 y 8 de
Isaías, relatan la relación entre Isaías y el Rey Acaz en una época cuando el
Rey Rezín de Siria y el Rey Peca de Israel se unieron para atacar a Jerusalén
(Isaías 7:1) “Aconteció en los días de Acaz hijo de Jotam, hijo de Uzías, rey
de Judá, que Rezín rey de Siria y Peka hijo de Remalías, rey de Israel,
subieron contra Jerusalén para combatirla; Pero no la pudieron tomar”. (Isaías
7:2) “Y vino la nueva a la casa de David, diciendo: Siria se ha confederado con
Efraín. Y se le estremeció el corazón, y el corazón de su pueblo, como se
estremecen los árboles del monte a causa del viento”. Isaías aconsejó Acaz que
no temiera a Rezín y Peca (Isaías 7:3) “Entonces dijo Jehová a Isaías: Sal
ahora al encuentro de Acaz, tú, y Sear-jasub tu hijo, al extremo del acueducto
del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador”, porque Jehová
redimiría Jerusalén. Acaz solo tenía que confiar en Jehová. Pero Acaz no confió
en Jehová y envió mensajeros al rey Tiglath-pileser de Asiria jurando alianza a
Asiria y pidiéndole que salvara Jerusalén de Rezín y Peca (2 Reyes 16:7)
“Entonces Acaz envió embajadores a Tiglat-pileser rey de Asiria, diciendo: Yo
soy tu siervo y tu hijo; Sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de mano
del rey de Israel, que se han levantado contra mí”. Para alentar aún más a
Tiglath-pileser, Acaz tomó la plata y el oro del templo, tesoros dedicados al
servicio de Jehová, y los mandó a Tiglath-pileser (2 Reyes 16:8) “Y tomando
Acaz la plata y el oro que se halló en la casa de Jehová, y en los tesoros de
la casa real, envió al rey de Asiria un presente”. También adoptó la alabanza
de dioses asirios (2 Reyes 16:10) “Después fue el rey Acaz a encontrar a
Tiglat-pileser rey de Asiria en Damasco; Y cuando vio el rey Acaz el altar que
estaba en Damasco, envió al sacerdote Urías el diseño y la descripción del
altar, conforme a toda su hechura”. Tiglath-pileser hizo lo que pidió Acaz en
733-732 a.C., derrotando Israel y poniendo su gente en cautiverio, a cambio,
Jerusalén se convirtió en vasallo de Asiria, una relación que empobreció a la
ciudad y que, finalmente, la llevó a la esclavitud. Esto fue “en el tiempo” que
se menciona en: (Isaías 9:1) “Mas no habrá siempre oscuridad para la que está
ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que
livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de
Neftalí; Pues al fin llenará de Gloria el camino del mar, de aquel lado del
Jordán, en Galilea de los gentiles”. El tiempo de “tinieblas” que se menciona
en (Isaías 9:2) “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que
moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos”. El tiempo
antes del exilio y durante el exilio. Fueron tinieblas causadas por el mal
liderazgo de Acaz, por su falta de confianza en Jehová, por su desafortunada
alianza con Tiglath-pileser. Pero Jehová no se ha rendido de Jerusalén. Habrá
mejores días por venir, el tiempo mencionado en (Isaías 9:1), el tiempo cuando
Jehová glorificará “por la vía de la mar, de esa parte del Jordán, en Galilea
de las gentes”. En capítulo 7 de Isaías, le contó a Acaz de una señal de
esperanza por parte de Jehová: (Isaías 7:14) “Por tanto el mismo Señor os dará
señal: He aquí que la virgen concebirá, y parirá hijo, y llamará su nombre
Emmanuel”. Veremos de nuevo la promesa de un niño en (Isaías 9:6) “Porque un
niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de
Paz”. (Isaías 9:1) “Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en
angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente
tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; Pues al
fin llenará de Gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea
de los gentiles”. Las tinieblas que han vivido no serán el final, porque Jehová
redimirá el futuro. Zabulón y Nephtalí eran dos de las doce tribus de Israel y
ocupaban la tierra cerca del Mar Galileo, tierra que en el tiempo de Jesús
formaría parte de la Galilea que resultó ser tan importante para su ministerio.
La gente de Zabulón y Nephtalí, por estar ubicada en el extremo norte de
Israel, fue la primera o estaba entre las primeras en caer bajo Asiria, pero también
estará entre las primeras en ver la obra del Mesías. “Galilea de las gentes”
(Isaías 9:1). Esto también puede traducirse como “Galilea de los gentiles”. El
extremo norte de Israel siempre tuvo una población significante de gentiles, en
parte porque se encuentra junto rutas de comercio y en parte por su proximidad
a las naciones gentiles (Phoencia y Aramea en sus primeros años y Siria y la
Decapolis después). Aunque Isaías se encuentra en Jerusalén, aconsejando a un
rey de Judá, este versículo muestra la constante preocupación de Jehová por
Israel tanto como por Judá – Israel que, en efecto, cesó de existir como nación
a causa de las victorias de Tiglath-pileser. Pasajes como éste tienen un
significado para ejemplo de la audiencia en estos últimos tiempos en que
estamos viviendo. “Después de la destrucción de Jerusalén en 587 a.C., este
pasaje se convirtió en la base de las expectativas judías para reestablecer el
reino de David”. Aún más tarde, la iglesia católica y cristiana lo ha
interpretado de nuevo como la llegada del niño Dios. En el Libro de, (Mateo
4:13-16) dice: “13 y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad
marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí, 14 para que se cumpliese lo
dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: 15 Tierra de Zabulón y tierra de
Neftalí, Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; 16
El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de
sombra de muerte, Luz les resplandeció”. Entonces, estas provincias que primero
sufrieron el reinado de tinieblas causado por las victorias de Tiglath-pileser,
serían las primeras en ver la gran luz del Mesías.
VERSÍCULOS 2y3 de Isaías: EL PUEBLO
QUE ANDABA EN TINIEBLAS. (Isaías 9:2) “El pueblo que andaba en tinieblas vio
gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre
ellos”. La pesadumbre del versículo anterior desaparece con la luz que trae
este versículo 2. Un poquito de luz puede dispersar mucha oscuridad, pero esto
no se trata de una luz pequeñita, sino de una gran luz, el tipo de luz que se
espera de un gran Dios (Isaías 60:1-5) “1 Levántate, resplandece; porque ha
venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. 2 Porque he aquí que
tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá
Jehová, y sobre ti será vista su gloria. 3 Y andarán las naciones a tu luz, y
los reyes al resplandor de tu nacimiento. 4 Alza tus ojos alrededor y mira,
todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus
hijas serán llevadas en brazos. 5 Entonces verás, y resplandecerás; se
maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del
mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti”. La oscuridad se asocia
con una variedad de cosas desagradables. En la oscuridad, una persona tiende a
moverse despacio o caminar sin dirección. Solemos tener más miedo en la
oscuridad, en parte porque no podemos ver los peligros que veríamos claramente
a la luz del día pero también porque hay algo de la oscuridad que eleva
nuestros temores. Aún en la seguridad de nuestra propia cama, con las ventanas
y las puertas bien cerradas, a menudo nos despertamos con el pulso acelerado
por una ansiedad que desaparece con la luz del día. Ahora imagine el pueblo de
Dios, que ha vivido en las tinieblas por mucho tiempo, de repente parpadeando
ante la brillantez de la luz de Dios. (Isaías 9:3) “Multiplicaste la gente, y
aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega,
como se gozan cuando reparten despojos”. La gente disfruta una nueva
prosperidad, como la celebración de la siega después de un verano difícil, como
la celebración de una victoria después de una batalla.
Pero la prosperidad es secundaria al
hecho que Jehová es el que la ha traído. Jehová es el que ha multiplicado la
nación y Jehová es el que ha aumentado su alegría. Jehová es el enfoque de su
celebración, igual que Dios es al que damos gracias el Día de Acción de
Gracias. El hecho que sea Jehová el que ha dado razón de celebrar significa que
pueden mirar hacia un buen futuro tanto como un buen presente. Jehová proveerá
para mañana igual que provee para hoy. “UN NIÑO NOS ES NACIDO, HIJO NOS ES
DADO”. ¿Por qué dice el profeta: “Un niño nos es nacido”, “hijo nos es dado”?
He aquí por qué. Jesús nació en Belén como un bebé. Tuvo un nacimiento humano
real. Era un bebé de carne y hueso. El profeta Miqueas predijo su nacimiento
más de 700 años antes de que sucediera. (Miqueas 5:2) “Pero tú, Belén Efrata,
pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será
Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la
eternidad”. Miqueas nos dice que Jesús el Mesías nacería en Belén. Y eso es
exactamente lo que pasó. Cuando nació Jesús, los reyes magos vinieron del
Oriente buscándole. Fueron al Rey Herodes y le preguntaron dónde estaba. Pero
Herodes no sabía dónde el Mesías iba a nacer. Llamó a sus escribas, que
estudiaban las Escrituras del Antiguo Testamento de día y de noche. Los
escribas inmediatamente le dijeron al Rey Herodes la profecía de Miqueas. El
niño Jesús nacería en Belén. Sí, Jesús tuvo un nacimiento humano. Él nació en
un establo, y Su madre envolvió al bebé y lo metieron en un abrevadero para el
ganado. Fue un nacimiento humilde, un lugar muy pobre para que naciera un bebé.
¿Pero quién era este bebé? El profeta Isaías dijo: “Porque un niño nos es
nacido, hijo nos es dado”. Él no era sólo un niño. ¡Él era también un hijo – el
Hijo de Dios! No tenía padre humano. Jehová Dios era Su Padre. Antes de que
naciera el ángel Gabriel le habló a María y le dijo: (Lucas 1:35) “El Espíritu
Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo
cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”. “El santo ser
que nacerá, será llamado Hijo de Dios”. ¡Amén! ¡El Hijo de Dios nacido de una
virgen era la segunda persona de la Familia de Dios! Él fue “dado”. “Hijo nos
es dado”. (Juan 3:16) dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna”. Dios envió a su Hijo unigénito del Cielo. Él “dio” Su Hijo
a la humanidad. Él “fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:14) “Y
aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. A su tiempo es Su
venir, de la virginal matriz: En la carne a Dios mirad; Es velada deidad, con
nosotros mora Él, que es Jesús Emanuel. Ángeles, anunciaron, “Gloria al nacido
Rey”. Jesús vino como ambos, un niño y un hijo. (Isaías 9:6) “Porque un niño
nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará
su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. Él
bajó del Cielo. Estaba vestido de carne humana. Él era un hombre perfecto, sin
pecado. Pero era más que eso. “Dios fue manifestado en carne” (1 Timoteo 3:16)
“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado
en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los
gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en Gloria”. ¡Cristo era Dios en
la carne! Como el Dios-hombre Perfecto, Él tomó el pecado de la humanidad sobre
sí Mismo. Él permitió ser clavado en un madero de tormento, para pagar el
castigo por el pecado del hombre. Pero espera, hay algo más que quiero decir.
El texto dice: “Hijo nos es dado”. Cristo fue “dado” al mundo. Él bajo del
Cielo, afuera del mundo. Después se levantó de entre los muertos, subió de nuevo
al Cielo. (Hechos 1:9) “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue
alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos”. Jesús vino del Cielo.
Él fue “dado” a nosotros por un tiempo. Luego volvió al Cielo. El ángel dijo:
(Mateo 28:6) “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar
donde fue puesto el Señor”. ¡Y esto es aún más cierto hoy que en la primera
Pascua! “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo”.
Este es un pensamiento profundo para
nuestra generación. Nuestra generación se llama “post-moderna”. En pocas
palabras, esta es la diferencia entre ellos y nosotros. Mi generación es
“moderna”. Pensamos que tenemos que entender algo con nuestras mentes para
creerlo. Esa era la forma “moderna” de saber algo. Pero, tu generación es
“post- moderna”. Tienes que “sentir” algo para saber que es real. Nosotros
tenemos que entenderlo, pero tú tienes que sentirlo. ¡Nuestros padres nunca
hubieran pensado que ellos tenían que sentir a Jesús! ¡Ni nosotros tampoco!
¡Pero nuestra generación piensa que tienen que sentirlo o Jesucristo no es
real! ¿Me explico? Muchos cristianos….. “Ellos desean y quieren, anhelan como
seudo-cristianos. Por experiencia. Por la experiencia religiosa. Por la
Experiencia Religiosa Extraordinaria que pondrá todas sus piezas juntas en una
que es hermosa, santa, completa... Libre de todo el alboroto y clichés de las
religiones institucionales”, (CLICHÉS,
es una expresión, idea, elemento de un trabajo artístico que se ha convertido
en exceso hasta el punto de perder su significado, efecto original, incluso
hasta el punto de ser trillado e irritante, especialmente cuando en algún
momento anterior se consideró significativo y novedoso).
Esto describe bastante bien a algunos
cristianos que veo en la iglesia. “Una gran mayoría anhelan una experiencia,
pero una experiencia religiosa que pondrá todas sus piezas juntas en una santa,
completa forma de ser cristianos. Y si ellos no sienten esto, ellos dicen que
no son salvos. Supongo que piensan que esto es lo que las personas en los
tiempos antiguos obtuvieron en los avivamientos que menciono. Ellos gritan:
“¡Aleluya! ¡Soy salvo!” Pero no es correcto. Gritan porque sus pecados son
perdonados, no porque tienen una “experiencia espiritual que puso todas sus
piezas juntas”. Si quieres tener este tipo de sentimiento, tendrás que ir a una
iglesia “emergente”. Van a apagar las luces. Encender candelas. Tocarán música
de rock, y estarán a tu alrededor hablando en “lenguas”. Probablemente vas a
“sentir” algo, ¡pero no va a ser Jesús! Van a ser tus propios nervios
alterados. O tal vez un demonio. ¡Pero no va a ser Jesús! Mira (Isaías 8:19-20)
“18 He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová somos por señales y presagios en
Israel, de parte de Jehová de los Ejércitos, que mora en el monte de Sion. 19 Y
si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran
hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los
muertos por los vivos?”. Estaban buscando con demonios “encantadores”. Buscaban
“adivinos que susurran hablando”. Ellos anhelaban una “experiencia religiosa”
¡para demostrar su religión a través de sus sentimientos! Pero el profeta les
dijo: (Isaías 8:20) “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto,
es porque no les ha amanecido”. Isaías dijo: “¡Mira las Sagradas Escrituras, no
a las emociones extrañas y sentimientos internos!” ¿Y qué dicen las Sagradas
Escrituras acerca de Jesús? Dice, “hijo nos es dado”. Sí, se nos dio para morir
en la Cruz para pagar por nuestros pecados. Y ahora se ha ido, de vuelta al
Cielo. ¡Él no está aquí para hacerte cosquillas en la columna vertebral o
hacerte temblar en tu corazón! ¡Esta es cosa de emociones y demonios, no Jesús!
Confía en Jesús solo por fe, sin sentimientos, ¡y acaba con esto! ¡Amén! “Sólo confía
en Él. Sólo confía en Él. Sólo confía en Él ahora. Él te salva. Él te salva. Él
te salvará”. Amén. ¡Sí, Cristo viene para establecer Su Reino en esta tierra
por mil años! Entonces la oración de los siglos será respondida: “Venga tu
reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo...Porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria, por siempre. Amén”.
Predicadora de la Sana Doctrina de Cristo: SUSY. Si usted no tiene la
intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra persona
interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar
esta hoja (por favor no cambiar el texto).
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