Predica; 10 de Febrero de 2019
NO ACTUAMOS COMO TODO EL MUNDO
Todos enfrentamos, los problemas y las
dificultades en la vida, que vienen con fuerza para destruirnos, amedrentarnos
y atemorizarnos; Nuestra lucha no es contra carne y sangre porque el diablo anda
como león rugiente. (2 Corintios 10:3 al
6) “3 Pues, aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino Poderosas en Dios para la destrucción de
fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el Conocimiento
de Dios, y llevando cautivo
todo pensamiento a la Obediencia a Cristo, 6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta”.
Las Sagradas Escrituras dicen que somos un pueblo de vencedores y más que
vencedores, porque Jesucristo venció, nosotros vencemos (Rom. 8:37) “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores
por medio de aquel que nos amó”. Pero
tenemos 8 armas para vencer por Ej.
de Josafat (2 Crónicas 20) HUMILLACIÓN, ORACIÓN – (vs. 3)
“Entonces él tuvo temor; Y Josafat
humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo
Judá”. POR LA AYUDA DE DIOS - (vs.4) “Y se reunieron los de Judá para pedir
socorro a Jehová; Y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová”.
RECONOCER LA GRANDEZA DE DIOS – (vs. 6,7)
“6 y dijo: Jehová Dios de nuestros
padres, ¿No eres tú Dios en los
cielos, y tienes dominio
sobre todos los reinos de las
naciones? ¿No está en tu mano
tal Fuerza y Poder, que no
hay quien te resista? 7 Dios
nuestro, ¿No echaste tú los moradores
de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre?”.
RECORDAR LAS PROMESAS DE DIOS – (vs. 8,9)
“8 Y ellos han habitado en ella, y
te han edificado en ella Santuario a tu Nombre, diciendo: 9 Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o
pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti
(porque tu Nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás”.
CONFIAR EN DIOS - (vs. 15) “y dijo: Oíd,
Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice
así: No temáis ni os amedrentéis
delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra,
sino de Dios”. OBEDECER A DIOS. Porque
Espíritu de Dios te indicará lo que has de hacer, para actuar o esperar.
- (vs. 16) “Mañana descenderéis
contra ellos; He aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo,
antes del desierto de Jeruel”. CREER A DIOS - (vs.
20) “Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y
mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores
de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro
Dios, y estaréis seguros;
Creed a sus profetas, y seréis prosperados”. ADORAR, ALABAR Y GLORIFICAD A DIOS – (vs. 18,19, 22) “18 Entonces
Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron
delante de Jehová, y adoraron
a Jehová. 19 Y se levantaron
los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz.
22 Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra
los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos
que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros”. Para Disfrutar de la paz de Dios por
medio de Jesucristo; Podemos aplique este principio de guerra a los
problemas de nuestra vida: (Zacarías
4:6) “Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es Palabra de Jehová a
Zorobabel, que dice: No con ejército,
ni con fuerza, sino con MI Espíritu, ha dicho Jehová de los Ejércitos”.
La batalla de los pensamientos es la batalla más importante que tenemos que
aplicar estos versículos de, 2
Corintios 10:3 al 5, que leímos al principio: Ahora en la versión (TLA) “Es
verdad que vivimos en este mundo, pero no actuamos como todo el mundo, ni
luchamos con las armas de este mundo. Al contrario, usamos el Poder de Dios para destruir las fuerzas del mal, las acusaciones y el orgullo de quienes quieren impedir
que todos conozcan a Dios. Con
ese Poder hacemos que los pecadores cambien su manera de pensar y obedezcan a Cristo”. El Estudio de la Palabra de Dios, en
las Sagradas Escrituras, nos llevan siempre a aprender algo nuevo y a
ampliar el Conocimiento que ya hemos adquirido, por eso es bueno e importante
y más en los tiempos actuales que estamos viviendo, el mensaje de
Dios para nuestras vidas. Nuestro Padre Celestial por medio del Apóstol
Pablo, denota la importancia del mensaje dónde interpreta a la mente del ser humano,
en un conflicto cotidiano de lucha contra los malos pensamientos. Todos estamos
en la condición de la naturaleza humana y vivimos dentro de esta condición,
pero no militamos según la carne, el
Apóstol solía utilizar la señal de una guerra, representando la vida
y las pruebas de un ministro cristiano.
La
Sana Doctrina de Cristo,
son Enseñanzas verdaderas y puras,
vienen de Dios y llevan a Él
y las acompaña con su Poder en los corazones de aquellos que la oyen, ésta Sana Doctrina de Cristo, es
la que nos permite derribar las fortalezas, y es la que se refiere Nuestro
Padre Celestial por medio del Apóstol Pablo. Desafortunadamente existen personas que los principios de
razonamiento u opiniones son muy personales y los usan para
asumir sus propios sistemas éticos, las enseñanzas pretendidamente
sublimes. Cómo no tienen ningún sustento dejan a un lado, la
obediencia a Jesucristo, la conducta y bendición en contra de los
ídolos paganos de todas las épocas, por esta razón, la bendición
del Evangelio no existe entre los paganos modernos. El apóstol Pablo en
su tercer viaje misionero a Corintios y en una breve estadía de tres meses, Escribe
la más influyente de las epístolas paulinas (Hechos 20:2) “Y después de recorrer aquellas regiones, y de
exhortarles con abundancia de palabras, llegó a Grecia”. La Epístola a los Romanos. Como siempre y con la Bendición
de Dios que lo acompañaba el Espíritu Santo, quiero mencionar un versículo de
esta epístola, (Romanos 8:5) “Porque
los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; Pero los que son del Espíritu,
en las cosas del Espíritu”. Nuevamente
en la alerta de la Sana Doctrina de Cristo, de Dios en la vida cotidiana del
hombre, el cuidado de los malos pensamientos y sus consecuencias, el deseo
carnal en el hombre natural, veamos cómo es esto. Pero aquellos que son
del Espíritu y fueron redimidos de sus pecados a través de la sangre expiatoria
de Cristo, se ocupan de lo Espiritual, pasan de tal manera de lo temporal; Que
no pierden los VALORES y ENSEÑANZAS de la Palabra de Dios que es ETERNA. Ahora veamos el significado de andar en la carne, porque en la carrera espiritual,
nuestra meta es llegar al final y
ser aprobado por Dios, nuestro
Padre Celestial, para no
haber corrido en vano; Pues desde
hace mucho tiempo se nos ha Enseñado diciendo: (1 Corintios 9:24) “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio?
Corred de tal manera que lo obtengáis”.
También se nos dice que no es el que se alaba a sí mismo el que es aprobado: (2 Corintios 10:18) “Porque no es aprobado
el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba”. En el mundo, siempre vamos a
estar expuestos, al pecado y a las obras de la carne y es
obvio que vamos a producir, de acuerdo a la naturaleza que opere o
domine en nosotros; Porque un Espíritu es el que Dios ha hecho morar en
sus hijos y otro espíritu es el que opera en los hijos de desobediencia. Veamos
(Efesios 2:1 al 3) “1 Y ÉL os dio vida a
vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro
tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la
potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en
los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y
de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los
demás”. Jehová Dios quiso que nuestra
naturaleza fuese carne, fuimos
formados del polvo de la tierra, hizo Dios nuestra carne y nuestros
huesos y todos vinimos a participar de la carne y sangre, según la voluntad de
Dios. (Génesis 6:3) “Y dijo Jehová: No contenderá MI Espíritu con el hombre
para siempre, porque ciertamente él es carne; Mas serán sus días
ciento veinte años”. Nos damos cuenta
entonces que la carne es nuestro sostén en este mundo, y mientras permanezcamos en él, nos
veremos siempre afectados por lo referente a la carne, la salud, la enfermedad, la
vejez, las pasiones, etc.- Jesús nos enseñó refiriéndose a la
naturaleza humana, diciendo: En (Juan 3:6)
“Lo que es nacido de la carne, carne
es; Y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. El permanecer en la carne expone al cuerpo a muchas cosas, entre
ellas podemos mencionar: El
pecado y las enfermedades. Andar
en la carne y por su naturaleza, no pueden heredar los bienes
espirituales; Pues la carne
está condicionada por el tiempo, a
morir y a padecer. El Señor Jesucristo, conociendo la naturaleza
humana, quiso participar de la carne y la sangre; Para solidarizarse con la
raza humana y darle una oportunidad de traspasar la naturaleza humana y renacer
en la naturaleza Espiritual. En (Hebreos
2:14,15) “14 Así que, por cuanto los hijos participaron de
carne y sangre, ÉL
también participó de lo mismo, para
destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte,
esto es, al diablo, 15 y librar a
todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a
servidumbre”. La carne en sí misma, según el Señor Jesucristo, dice que
para nada es provechosa, porque es el Espíritu el que da vida al cuerpo.
Lo cual podemos leer en, (Juan 6:63)
“El Espíritu es el que da vida;
La carne para nada aprovecha;
Las Palabras que YO os he hablado son Espíritu y son vida”. Es la Palabra de Dios, en las Sagradas Escrituras son las que
trasladan el CONOCIMIENTO ESPIRITUAL,
para que cada uno aproveche el significado de Dios en las vidas de las personas
y saber que hemos sido salvados de un destino cruel, terrible y temible.
Pues
el pecado arrastra,
pierde y mata, a los seres humanos. Por medio del
apóstol Pablo nuestro Padre Celestial, nos da un ejemplo y hace
una exposición sobre el significado de andar en la carne, diciendo lo
siguiente: (Romanos 7:17 al 24) “17 De manera que ya no soy yo quien
hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 18 Y yo sé que, en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; Porque
el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien
que quiero, sino el mal que
no quiero, eso hago. 20 Y
si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que
mora en mí. 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior,
me deleito en la ley de Dios;
23 Pero veo otra ley en mis miembros,
que se rebela contra la ley de mi mente, y que
me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24 ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará
de este cuerpo de muerte?”. Es
interesante ver cómo, nuestro Padre Celestial, por medio del
apóstol concluye esta parte con una pregunta, que tiene una única
respuesta: LA OBEDIENCIA A JESUCRISTO. Reconocemos que andamos en
la carne, pero que nuestra
militancia, no opera según la
carne, y que las decisiones
que tomemos en la carne (cuerpo), determinarán el destino eterno del ser
espiritual que habita en nosotros. Leamos por favor: (2 Corintios 5:10) “Porque es necesario que todos nosotros
comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según
lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea
malo”. Mientras permanezcamos
en el cuerpo, siempre vamos a estar expuestos, el peligro
siempre va a estar presente para nuestra condición espiritual, pero va a depender de nosotros, que naturaleza va a dominar y a
operar. Pues se nos dice que: (2
Corintios 11:3) “Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a
Eva, vuestros sentidos sean de alguna
manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo”. (Romanos 6:12) “NO REINE, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus
concupiscencias”. Andar en la
carne, no significa hacer la voluntad de la carne y hacer lo malo,
más bien es una oportunidad para probar, que podemos ser aprobados
por Dios, si nos arrepentimos de nuestras debilidades en la carne, de
nuestros pecados, de nuestros malos deseos y pasiones, y le damos paso a la naturaleza espiritual para que gobierne en nuestras vidas,
rindamos nuestra voluntad a Dios. ¡Él te
ama! Y no sabemos cuándo será
nuestro último día en la carne. Puede
ser hoy nuestra oportunidad. También debemos de aprender a derribar los
argumentos que se levantan contra el conocimiento de Dios. Tenemos que
saber derribar los argumentos que se levantan contra el conocimiento de Dios. Los de este mundo quieren pensar que
ellos tienen razón en rechazar la Verdad de las Sagradas Escrituras. Ellos piensan que hoy en día hay nuevo
conocimiento que es superior a lo antiguo. Con todo el avance
científico, piensan que tiene que ser que el conocimiento va mejorando. Para poder soportar este argumento
tienen que decir que la verdad es relativa. Por ejemplo, hago esta pregunta; ¿Cuáles son los
argumentos que se levantan contra el Conocimiento de Dios? Son
argumentos promovidos por los más potentes medios de comunicación. Lo que la
gran mayoría cree es lo que más a menudo se escucha. La historia ha probado una y otra vez que la mayoría no
siempre tiene razón. Cristóbal
Colón probó que la mayoría estaba equivocada en creer que la tierra era
plana. Nicolás Copernio probó
que la mayoría estuvo equivocada en creer que el sol giraba alrededor de la
tierra. Luis Pasteur probó
que la mayoría estuvo equivocada en creer que los gérmenes tienen un principio
espontáneo. Hay los que dejan sus
sentimientos determina lo que, para ellos, es la verdad. Si
se sienten bien en creer algo dicen, “para mí es la verdad”. Ellos
menosprecian la Verdad revelada en las Sagradas Escrituras. Su religión se trata mucho en
sentimientos y poco en conocimiento. Para ellos, no hace falta
pasar el tiempo estudiando. En vez de
buscar conocimiento, buscan experiencia. Pero la experiencia sin
verdad es la amenaza y miseria del cristianismo insensato. Para
poder derribar estos argumentos tenemos que saber razonar y hacer
preguntas. Es prudente preguntar si las filosofías modernas tienen
buenos resultados. Hay filosofías que suenan bien en teoría, pero no rinden
buenos resultados. Otra pregunta es
si la filosofía sirve en levantar una barrera en contra de la maldad.
Por ejemplo: La ciencia ha descubierto algunas cosas maravillosas. La
televisión, por ejemplo, es una maravilla, pero está siendo usada para
corromper la humanidad. Se puede decir lo mismo del Internet y el teléfono
celular. En vez de ser usados para
bien, son usados para el mal. Lo de bueno del conocimiento de
Dios es que sirve para promover buenas relaciones humanas y frenar la maldad. Una crítica
del cristianismo es que aun en los países cristianos hay un alto nivel de
crimen. Es verdad, pero la gran mayoría de los que se llaman cristianos no lo
son. El cristianismo bíblico no aprueba la maldad. La palabra “DERRIBAR” es una palabra militar. Tenemos que saber que, si estos
argumentos quedan en pie, nos impedirán de tener plena confianza en el
conocimiento de Dios. Tienen
que ser derribados. Cada ejército tiene un capitán. Jesucristo es nuestro capitán.
Tenemos que tener plena confianza en lo que él dice. Tenemos que dejar a ÉL
controlar nuestra manera de pensar. Cada
vez que nos damos cuenta de que un pensamiento no concuerda con la Sana
Doctrina de Cristo, (Enseñanza
bíblica), tenemos que
derribarlo. Al principio de mi caminata con Dios yo tuve temor de hacer
esto. Yo pensaba “tal vez esto va a llevarme a algunos conflictos graves en la
vida”. Sin embargo, después de caminar con Dios por varios años puedo decir que
ni una sola vez me he encontrado en un conflicto grave por hacer caso a lo que
Dios dice en su Palabra. Las armas de
nuestra milicia son Poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Nos
conviene adiestrarnos en manejarlas. Ahora podemos hacernos esta
pregunta: ¿Qué significa caminar en la carne y andar en el Espíritu?
¿Qué dicen las Sagradas Escrituras acerca de las diferencias entre estos dos caminos?
Primeramente; ANDAR EN EL ESPÍRITU,
nuestro Padre Celestial por medio del apóstol Pablo Escribe caminar en el
Espíritu con una “E” mayúscula lo que significa que
la Palabra Espíritu tiene un significado de sustantivo propio que es de Jehová Dios el Espíritu del que
se habla en, (Gálatas 5:25) “Si
vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”. (Colosenses 1:9,10) “9
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por
vosotros, y de pedir que seáis llenos
del Conocimiento de su Voluntad en toda
sabiduría e inteligencia
espiritual, 10 para que
andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda
buena obra, y creciendo en el
Conocimiento de Dios”. Si un creyente está caminando de una manera
digna del Señor Jesucristo “y es”
totalmente agradable a Él entonces estará “llevando fruto en toda buena obra, y
creciendo en el Conocimiento de Dios” por lo que alguien que está caminando en
el Espíritu de Dios estará produciendo buenos frutos que demuestran que él o
ella está caminando en el Espíritu y que también está “creciendo en el
conocimiento de Dios”. Esto significa
que ellos tendrán necesariamente una sed y un hambre de la Palabra de
Dios y estarán leyendo las
Sagradas Escrituras, Estudiando la Palabra, oyendo las enseñanzas
de las predicaciones, y como consecuencia, creciendo en el
conocimiento de Dios. Tenemos un ejemplo más en la vida de, David que tuvo
esta hambre y sed también, (Salmo 42:1,2)
“1 Como el ciervo brama por las
corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. 2 Mi
alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me
presentaré delante de Dios?”. Esto
nos da una imagen de un ciervo que ha estado caminando hacia las corrientes de
agua, lo cual es indicativo de tener una sed no sólo por la Palabra de
Dios, sino por Justicia. Esto se une con un hambre de Dios y
cualquier persona que tiene hambre de Dios está devorando la Palabra de Dios,
que es el PAN de cada día que todos necesitamos para sostenernos en nuestro
caminar diario con Dios. No somos justificados por la manera de nuestro
caminar, sino por estar en Cristo Jesús.
Ahora
veamos el segundo camino de CAMINAR EN LA CARNE. Nuestro Padre Celestial por medio
del apóstol Pablo nos dice en el Libro de los Gálatas de la que:
(Gálatas 5:22 al 25) “22 Mas
el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, 23 mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley. 24
Pero los que son de Cristo han crucificado
la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el
Espíritu, andemos también por
el Espíritu”. Lo mismo que vivir por el Espíritu o mantenerse “en andar
con el Espíritu” es caminar en el Espíritu o ser controlado por el Espíritu de
Dios por no ceder nuestros cuerpos a “la carne con sus pasiones y deseos”. Por medio de Pablo nos revela que la
evidencia de un creyente es la fidelidad, mansedumbre, dominio de sí
mismo y otras características del fruto
del Espíritu de nuestro Padre Celestial y que “los que son de Cristo
Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”. Si no lo han hecho, entonces no han crucificado la carne,
sino que todavía caminan en la carne. Al caminar “por el Espíritu”
no vamos a “satisfacer los deseos de la carne” (Gálatas 5:16) “Digo, pues: Andad
en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne”. Cuando no estamos caminando en el
Espíritu de Dios, vamos a gratificar los deseos de la carne así que esa
es la diferencia entre caminar en el Espíritu y caminar en la carne.
Los frutos u obras que producimos dan evidencia de que estamos caminando en
el Espíritu, o caminado en la carne. Así
es como podemos saber si estamos o no estamos caminando en el Espíritu.
Es, por esta razón, que nuestro Padre Celestial, por medio del apóstol Pablo Escribió (2 Corintios 10:3) “Pues, aunque andamos en la carne, no militamos según la carne”, porque (2 Corintios 10:4) “porque las
armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas”. Pablo
tenía gran preocupación por todas las iglesias para que no caminaran en la
carne, porque las
consecuencias son muy graves y el
costo muy alto a ser pagado, la
muerte (Romanos 6:23) “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva
de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. Él continúa diciendo que Jesús en (Romanos 8:4 al 8) “4 para que la justicia de la ley se
cumpliese en nosotros, que no andamos
conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; Pero los que son del Espíritu, en las
cosas del Espíritu. 6 Porque
el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; Porque
no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8 Y los que viven según
la carne no pueden agradar a Dios”. Nuestro Padre Celestial, condenó al pecado en la carne: (Romanos 8:3) “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne,
Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne”.
¿Por qué no debemos caminar según la carne, sino conforme al Espíritu? Porque los que viven conforme a la carne
piensan en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu
piensan en las cosas del Espíritu. CONCLUSIÓN:
Si nunca has nacido de nuevo (Juan 3:3)
“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere
de nuevo, no puede ver el reino de Dios”, (Juan
3:18,36) “18 El que en él cree,
no es condenado; Pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído
en el Nombre del unigénito Hijo de Dios. 36
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; Pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”.
(Rom. 8:8) “y los que viven según la
carne no pueden agradar a Dios”. Si alguien rechaza a Jesucristo, ha rechazado
su única esperanza de vida eterna
y la paga por esta elección es la muerte eterna (Romanos 6:23) “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva
de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. (Romanos 3:23) “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la
gloria de Dios”. Jesús vino a la tierra y nació de una virgen, vivió una vida
sin pecado, pero se hizo pecado por nosotros, por eso cuando Dios el Padre nos
mira, Él no ve nuestro pecado, pero Él ve la justicia de Cristo y Él pone su
justicia a nosotros (2 Cor 5:21) “Al
que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en ÉL”. Hoy, si has oído su voz, arrepiéntete y confia
en Él, porque hoy puede ser tu día de salvación (2Cor 6:2) “Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día
de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; He aquí ahora
el día de salvación”. Si no lo haces, y Jesús regresa antes, te enfrentarás a
una eternidad sin Cristo y a la ira eterna de Dios (Apocalipsis 20:11 al 15) “11
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual
huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y
pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue
abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las
cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el
Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno
según sus obras. 14 Y la muerte y el
Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el
libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. ILUSTRACIÓN: Una vez un niño llamado Arturo hijo de una
hermana de Laly, que un día me preguntó a como su tío de él, de qué tamaño es
Dios. Entonces al mirar al cielo, le dije a Arturo, que viera el avión que
pasaba en lo alto, y le pregunté a Arturo de qué tamaño él lo veía el avión. Arturo
me contestó: -Muy pequeño, tanto que ni se alcanza a ver. Entonces un día lo
llevé al aeropuerto y al estar cerca de un avión le pregunté: -Y ¿Ahora de qué
tamaño es el avión? Y Arturo me respondió muy asombrado: -Tío Victor, es
enorme. Entonces le dije: – Del mismo modo es Dios para tí. Su tamaño va a
depender de la distancia que tú tengas de Él, y así mismo tu experiencia con
Él. Cuánto más cerca estés de Dios, Mayor Él será en tu vida. Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor Preciado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario