Predica; 10 de Marzo de 2019
“NUESTRA
PAZ, LA PAGÓ JESÚS CON CASTIGO”
Para
poder vivir tranquilos,
sin problemas, sin sobresaltos, como lo que estamos viviendo
justo aquí en México, el ser humano necesita paz. La paz, es
un elemento esencial en la vida del ser humano.
¿Cuál es el efecto que producen las angustias, problemas, enfermedades,
violencias, escasez, etc. en la vida del hombre? La respuesta es en efecto, que nos quitan la paz. Y
vivir en esas condiciones no es precisamente vida, mucho menos la vida en
abundancia que Cristo promete a sus fieles. Entonces, la Vida en abundancia que
Dios promete, incluye necesariamente paz. (Isaías
53:5) “Más Él herido fue por nuestras rebeliones; Molido por nuestros
pecados; El castigo de nuestra paz
fue sobre Él: Y por su llaga fuimos nosotros curados”. Jehová Dios también es un Dios de Paz, de
hecho, las Sagradas Escrituras, sostienen que: (Filipenses 4:7)
“Y la PAZ DE DIOS, que sobrepasa
todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos
en Cristo Jesús”. De este tamaño es la PAZ DE DIOS. Nuestro Padre Celestial, no
desea la violencia, el enojo, el castigo, etc. Por esta razón, todos los días
nos da nuevas cosas para que las estrenemos: (Lamentaciones 3:22,23) “22
Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron
sus misericordias. 23 Nuevas son cada
mañana; Grande es tu Fidelidad”.
Pero, así como quiere la paz; También quiere la Justicia; Dios aborrece la
injusticia, por esta razón ha enviado a nuestro Rey Jesucristo para, “rescatar
al pobre”: (Lucas 4:18,19) “18 El Espíritu del Señor está sobre MÍ,
por cuanto ME ha ungido para dar
buenas nuevas a los pobres; Me
ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a
los cautivos, y vista a los ciegos; A poner
en libertad a los oprimidos; 19
A predicar el año agradable del Señor”. En
fin, Dios es PAZ y su Hijo el Príncipe de PAZ y el Espíritu Santo nos convence
de PAZ: (Isaías 9:6) “Porque
un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; Y se
llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, PRÍNCIPE DE PAZ”. Si Jesucristo
es el Príncipe de Paz, y el Espíritu es Espíritu de Paz, Dios es Paz, así como
es amor. Nuestro Padre Celestial, siempre ha tenido pensamientos de paz para
con los hombres.
Bueno, el ser humano necesita la paz,
y fue
precisamente Jehová Dios quien tomó la iniciativa. Como Él quiere la
paz, y sabe que el hombre necesita la paz, dio a Su Hijo Jesucristo para que
muriera en la cruz por nuestros pecados. Nuestro Padre Celestial por medio del
profeta Isaías nos dice: (Isaías 53:5)
“… el castigo de nuestra paz fue
sobre Él…” Hoy nos referirnos
a esta pequeña parte de este versículo, como enfoque de este sermón. El
ya pago, Jesucristo ya dijo: (Juan
14:27) “La paz os dejo, MI
PAZ os doy; YO no os la doy
como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Ahora nos toca a nosotros tomarla. Pero…,
NO PODREMOS TENER PAZ…:
1.
MIENTRAS HAYA CULPA. No
me refiero a la culpa de lo que paso antes de venir a Jesucristo, sino la culpa cotidiana de estar en el
presente fallando siempre, y constantemente. La culpa porque sabernos que somos incapaces, de producir
nuestra propia paz y que tampoco somos merecedores la paz de Dios.
Mientras haya pecado en nuestras
vidas, habrá culpa, hay sentencia. La paga del pecado es
muerte y no puede tener paz, quien sabe que le espera la muerte. Dice Su Palabra:
(Hebreos 12:14) “Seguid LA PAZ CON TODOS, y la SANTIDAD, sin la cual nadie
verá al Señor”. La PAZ
se pone al mismo nivel de la SANTIDAD,
en cuanto al ambiente que impera en el Reino
de Jesucristo. Y cuando dice
“CON TODOS”, incluye por supuesto la paz con Dios, que es uno
de los resultantes de la justificación por la fe.
2.
MIENTRAS HAYA ENEMISTAD. Jesucristo también
dijo: (Juan 15:14,15) “14 Vosotros
sois mis amigos, si hacéis lo que YO os mando. 15 Ya no os
llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; Pero os he llamado amigos, porque
todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer”. Jesucristo
No, nos deja alternativa. Hay que obedecerle. PERO… ¿Cómo saber si somos amigos de Jesucristo, si muchas
veces no sabemos lo que nos está mandando, para poder obedecerle?
Mientras tengamos estas características en nuestro carácter, NO HABRÁ PAZ, por favor te invito a
observar el orden que nuestro Padre Celestial ha puesto un carácter mundano:
(Efesios 4:31,32) “31 Quítense
de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
32 Antes sed benignos unos con
otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó
a vosotros en Cristo”. Por supuesto
que…, aunque no lo queremos reconocer, cundo hay AMARGURA en un CORAZÓN,
habrá ENOJO, IRA, GRITERÍA
y MALEDICENCIA, y sin temor a equivocarme, que aún los hijos de Dios,
siempre que se enojan y se enciende la ira, comienza la gritería y por supuesto
que habrá malas palabras a flote, como es muy hermoso que Padre, nos dé
el consejo Divino: (Hebreos 12:15) “Mirad
bien, no sea que alguno deje
de alcanzar la GRACIA de Dios; Que
brotando alguna raíz de amargura, os
estorbe, y por ella muchos
sean contaminados”. Una de las cosas que Jesús logró en la cruz fue la
reconciliación. Pero, si no venimos a Jesucristo, jamás habrá reconciliación y
esto es grave, pues no habrá paz. Además, hay otro detalle, en el consejo de
nuestro padre Celestial: (1 Juan 2:15 al
17) “15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si
alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo,
los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no
proviene del Padre, sino del mundo. 17
Y el mundo pasa, y sus deseos; Pero el que hace la Voluntad de Dios permanece
para siempre”. (Stg 4:4) “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?
Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. La paz con Dios se establece
en la obediencia.
3.
MIENTRAS HAYA DESACUERDO. Debemos
ceder en todo con Dios. Aquí hay algo interesante, nadie puede confiar en su
propia prudencia, por eso las Sagradas Escrituras, dicen: (Proverbios 3:5,6) “5
Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Fiémonos de nuestro Padre Jehová, porque
no hay negociación con El. Dice en otra parte de las Sagradas
Escrituras: (2 Corintios 10:5) “derribando
argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y
llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. Los argumentos más difíciles de derribar
son los que nosotros mismos tenemos pero que no están de acuerdo con su Palabra
Escrita.
4.
MIENTRAS HAYA INDIFERENCIA. No hay pacto donde
una de las partes permanece indiferente. Debemos
manifestar una postura Queremos paz o no queremos paz. Esta es la cuestión. Nada es
gratis, tenemos que tomar las acciones que sean necesarias: (Deuteronomio 30:19,20) “19 A los cielos y a la tierra llamo
por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte,
la bendición y la maldición;
Escoge, pues, la vida,
para que vivas tú y tu descendencia; 20 amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a
ÉL; Porque ÉL es vida para ti, y prolongación de tus días; A fin de que habites
sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les
había de dar”.
5.
MIENTRAS NO HAYA INTIMIDAD. En nuestra
relación con Jehová Dios, el conocimiento
es indispensable. Así como en
una relación de matrimonio, tengo que conocer hasta el último detalle para
poder estar tranquilo. Demos mantener el dialogo para entendernos, debemos
estar juntos. No puede el hombre o la mujer tener paz, hasta que están junto a
su pareja, a la que aman. Es lo mismo con Dios. No hay razón para seguir sin
paz, nosotros hicimos cuanto estuvo a nuestro alcance para perderla, merecemos
el castigo de la violencia, de la escasez, de los problemas, de las
enfermedades, de las angustias, de las depresiones, pero debemos saber esto que
de mucha importancia: Jesucristo ya
sufrió el castigo para que nosotros tengamos la PAZ de Dios, y consiguió que nosotros disfrutáramos de Su
PAZ, y fuéramos libres del
castigo. El en cuanto a los problemas y aflicciones, dice: (Mateo 11:28 al 30) “28 Venid a mí todos los que estáis
trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 Porque mi yugo es fácil, y ligera mi
carga”. Aleluya. Y por otro lado, en cuanto a la enfermedad, dice también en las
Sagradas Escrituras: (Isaías 53:5) “Mas
ÉL herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; El castigo
de nuestra paz fue sobre ÉL, y por su
llaga fuimos nosotros curados”. ¡Gloria
a Dios! Y en cuanto a la escasez, dice: (Mateo 6:31 al 34) “31 No
os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué
beberemos, o qué vestiremos? 32
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; Pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas
estas cosas. 33 Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de
mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. Amén. Jesucristo
ya tomó la iniciativa para que nosotros tuviéramos paz: El castigo de
nuestra paz, ya fue sobre Él. Por eso el saludo entre su pueblo
es ¡Dios te Bendiga!, o sea, la paz de Dios esté contigo.
Ah, que glorioso es saber esto, ahora es necesario Buscarle, arrepentirse
de los pecados, obedecerle, reconciliarse con Él, darle
nuestro corazón, y tener una relación constante y profunda con Él,
y si hacemos esto: disfrutemos de Su Paz. Amén.
Nuestro Padre Celestial por medio del
profeta Isaías, nos Enseña acerca de la expiación de Jesucristo. Quiero
preguntarles, pero no me contesten, por favor: ¿Cuántas veces has exclamado “Nadie me comprende lo que estoy
pasando”? ¿Verdad que más de una ves? (Isaías 53:2) “Subirá cual renuevo delante de ÉL, y como raíz de tierra seca; no hay
parecer en ÉL, ni hermosura; Le veremos, más sin atractivo para que le deseemos”.
¿Qué podría significar que Jesucristo
subió “como raíz de tierra seca”? Una interpretación de la expresión “tierra seca” es que se refiere a la sequía espiritual
o apostasía que existía en los días de Jesús, hasta el día de hoy,
la cual resulta de la iniquidad de los líderes y sus seguidores. ¿Qué creen que signifique que “no
hay parecer en ÉL ni hermosura; y… no habrá en ÉL atractivo para que le
deseemos”? Porque, después del castigo que sufrió quedó
irreconocible, por la gran crueldad que fue azotado. (Isaías 53:3)
“Despreciado y desechado entre
los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto;
Y como que escondimos de ÉL el rostro,
fue menospreciado, y no lo
estimamos. 4
Ciertamente llevó ÉL nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores;
y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y
abatido”. ¿De qué maneras Jesucristo
fue “despreciado y desechado entre los hombres” durante Su vida?
Podríamos recordar a sus discípulos que Jesucristo fue desechado, por Su propio
pueblo y fue escupido, golpeado, torturado o azotado y ridiculizado durante Sus
padecimientos y crucifixión: (Mateo
26:67,68) “67 Entonces le
escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban, 68 diciendo: Profetízanos, Cristo,
quién es el que te golpeó”; (Mateo 27:22
al 43) “22 Pilato les dijo:
¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea
crucificado! 23 Y el gobernador les
dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea
crucificado! 24
Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y
se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de
este justo; allá vosotros. 25 Y
respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre
nuestros hijos. 26 Entonces les
soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.
27
Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron
alrededor de él a toda la compañía; 28
y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, 29 y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una
caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían,
diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! 30
Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza. 31 Después de haberle escarnecido, le
quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.
32
Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste
obligaron a que llevase la cruz. 33
Y cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: Lugar de la
Calavera, 34 le dieron a beber
vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso beberlo. 35 Cuando le hubieron crucificado,
repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho
por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron
suertes. 36 Y sentados le guardaban
allí. 37 Y pusieron sobre su cabeza
su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. 38 Entonces
crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda. 39 Y los que pasaban le injuriaban,
meneando la cabeza, 40 y diciendo:
Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si
eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. 41
De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los
escribas y los fariseos y los ancianos, decían: 42 A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de
Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. 43 Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy
Hijo de Dios”. De acuerdo con el versículo 4, ¿De quién son las aflicciones y
enfermedades que soportó Jesucristo? Jesucristo llevó nuestras enfermedades y
sufrió nuestros dolores. ¿Por qué es importante saber que el Salvador ha
llevado nuestras enfermedades y sufrido nuestros dolores?
No
hay dolor físico, no hay herida espiritual, no hay angustia de alma, pena, enfermedad
ni debilidad que nosotros afrontemos en la vida terrenal que el Salvador no
haya experimentado primero. En un momento de
debilidad quizá clamemos: Nadie sabe
lo que se siente; NADIE ME
ENTIENDE. Pero el Hijo de Dios sabe y entiende perfectamente, ya que Él
ha sentido y llevado las cargas de cada uno; Y gracias a Su infinito y Eterno sacrificio de ser castigado para
que nosotros tengamos PAZ, tiene perfecta compasión y nos puede
extender Su mano de misericordia. Él puede tendernos la mano, conmovernos,
socorrernos, sanarnos y fortalecernos. Soportar nuestras cargas con facilidad. (Isaías 53:7 al 11) “7 Angustiado ÉL, y afligido, no
abrió su boca; Como cordero fue llevado al matadero; y como oveja
delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8 Por cárcel y por juicio fue quitado; Y
su generación, ¿quién la contará? Porque
fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9 Y se dispuso con los impíos su
sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; Aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. 10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole
a padecimiento. Cuando haya
puesto su vida en EXPIACIÓN por el pecado, verá linaje, vivirá por
largos días, y la VOLUNTAD de Jehová será en su mano prosperada. 11 Verá el fruto de la aflicción de su
alma, y quedará satisfecho; Por su conocimiento justificará mi siervo justo a
muchos, y llevará las iniquidades de ellos”. ¿Qué sentimientos tienen por el Salvador al considerar que Él sufrió
el castigo por nuestros pecados? ¿Qué otras cosas enfrentaron el
Salvador como parte de Su expiación? La frase “arrancado de la tierra de los vivientes” en el versículo 8
se refiere a la muerte de Jesucristo. La frase “Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo” en el
versículo 10 significa que el Padre Celestial estaba complacido con que
Jesucristo se ofreciera voluntariamente como sacrificio por los pecados de los
demás (Juan 3:16) “Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”.
(Zacarías
12:10) “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre
los moradores de Jerusalén, espíritu de GRACIA y de ORACIÓN; Y mirarán a MÍ, a
quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose
por ÉL como quien se aflige por el primogénito”. Obviamente esta es una profecía
de Cristo, cuyo cráneo fue traspasado por espinas, cuyas manos y pies fueron
traspasados con clavos sobre la Cruz, cuyo costado fue traspasado con una lanza
Romana. Como nos dice el Apóstol Juan,
(Juan 19:34, 36, 37) “34 Pero uno de los soldados le abrió el
costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. 36 Porque
estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo. 37 Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron”. El moler y triturar de Cristo comenzó en el Huerto de Getsemaní
la noche antes de ser arrestado, cuando Jesús estaba, “en agonía... y era su
sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:42,44) “42 Y estando en agonía,
oraba más intensamente; Y era su sudor como grandes gotas de
sangre que caían hasta la tierra 44
diciendo: Padre, si quieres,
pasa de mí esta copa; Pero
no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Cristo fue herido y
molido por los azotes que recibió directamente antes de ser clavado a la Cruz,
y de ser traspasado con una lanza. Pero
el significado más profundo es ser molido es que habla de la carga de nuestros
pecados puesta sobre El, como dijo el Apóstol Pedro, (1 Pedro 2:23,24) “23 quien cuando le
maldecían, no respondía con maldición; Cuando padecía, no
amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; 24 Quien llevó ÉL mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el
madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la
justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”. Cristo fue castigado en nuestro lugar. Leí este versículo
por muchos años sin saber exactamente lo que significa. “El castigo que lleva a
nuestra paz”. Fue nuestra paz…nuestro bienestar general, nuestra bendición que
estos sufrimientos...aseguraron. La palabra “castigo” significa esto “CASTIGO”. El castigo que cayó
sobre Cristo, fue con el propósito de la propiciación. La justicia de Dios cayó
sobre Cristo – propiciando y apaciguando Su ira contra el pecado. El castigo de
nuestra paz fue sobre ÉL; o sea que el castigo de nuestros pecados fue puesto
en ÉL, por lo cual nuestra paz y reconciliación con Dios fueron hechos por
ÉL... por ello la ira Divina es apaciguada, la justicia es satisfecha y se hace
la paz.
Nuestro
Padre Celestial,
usando al apóstol Pablo hablaba de Cristo “PROPICIANDO” la ira
de Dios cuando dijo, (Romanos 3:21 al 26) “21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios,
testificada por la ley y por los profetas; 22
la justicia de Dios por medio de la
fe en Jesucristo, para todos
los que creen en ÉL. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la Gloria de
Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su Gracia, mediante la redención que es en Cristo
Jesús, 25 a quien Dios puso como PROPICIACIÓN por
medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los
pecados pasados, 26 con la
mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que ÉL sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de
Jesús”. Él llevó nuestros
pecados en el sentido más amplio del significado y quedó completamente
destruido como consecuencia de ese castigo. Nuestras transgresiones y
nuestros pecados fueron la causa de su sufrimiento la sentencia violenta de
Dios. Dios ejecuta su juicio sobre el
Sustituto Divino. Para que la
sustitución sea efectiva la víctima inocente tenía que ser sin pecado.
Él estaba completamente libre de transgresiones. Él era inocente. Si hubiese sido culpable habría sido una
farsa en la justicia que dicen que Él murió en nuestro lugar. Nuestro sustituto llevaba la pena que
justamente merecían. Cristo
fue traspasado y triturado en nuestro nombre. Dado que la víctima
inocente sin pecado nos hace libres a los ojos de un Dios Santo. La única
persona que ha vivido una vida y era perfectamente capaz de morir en el lugar
del otro es Jesucristo. "Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo
murió por los impíos.... Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:6, 8) “6
Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.
8
Mas Dios muestra su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.
Nuestra paz fue adquirida por su "CASTIGO".
Este "castigo" fue el mal que se inflige al Siervo. La mejor
traducción sería en el sentido de "castigo". El siervo no está sufriendo por sus propios pecados, como con la
idea de castigo. La idea es que de la justicia de Dios se sirve. Es la imposición de la pena y la
ejecución de la sentencia. Como
resultado de su castigo, Jesucristo, ha obtenido nuestra PAZ con
Dios. Jesucristo, en
el más alto sentido de la bendición de Dios. El castigo fue sobre
Jesucristo, para que tengamos paz. El castigo del Siervo es
resultado a nuestra, "PAZ".
No había esperanza para toda la raza
humana, porque el pueblo de Dios no sabe que anda perdido: (Salmo 119:176) “Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a
tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos”. Somos como un rebaño de ovejas tontas que se han ido por mal camino.
El pecado nos separa de Dios. Se crea un cañón gigante de un-cruzamiento entre
Dios y nosotros. La parábola de Jesús del Buen Pastor: (Juan 10:11) “Yo soy el
buen pastor; El buen pastor
su vida da por las ovejas”. Fue su elección clara, volitiva. Nadie le
obligó a hacerlo (Juan 10:17,18) “17 Por eso me ama el Padre, porque yo
pongo mi vida, para volverla a tomar. 18
Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla,
y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre”. "El
Señor Jesucristo lo ha hecho" es muy claro porque significa que Jehová
cargó en ÉL, el pecado. "El Señor hizo que el Siervo sufriera colocando en
ÉL el pecado que pertenecía a todos nosotros". Dios hizo que el castigo
por el pecado callera sobre el Sustituto. Por
último, vallamos al Libro de: (Colosenses 2:13 al 15) “13 Y a vosotros, estando muertos en
pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con ÉL,
perdonándoos todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que
había contra nosotros, que
nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,
15 y despojando a los principados y
a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.
Esta Acta en todos sus puntos,
es contraria a nosotros. Cada punto, cada renglón, cada
párrafo nos desaprueba. ¿Podemos pensar en algo más contrario que
llevar con uno la maldición de Dios encima? El texto es claro en anunciar que esa acta fue anulada para aquellos
que creen en Cristo como su Salvador Perfecto. Esa acta es dejada sin
efecto, es cancelada. Si ese registro contenía cada una de las razones de la
maldición divina, es anulada, borrada. Esta acta contraria en todos sus puntos,
queda deshecha. Hoy no hay condenación para los que están en Cristo Jesús,
aquellos que han venido arrepentidos de sus pecados a Él y creyendo solo en su
justicia y todo esto porque Él anuló el acta que nos era contraria.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor. Si usted no tiene la
intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra
persona interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar
esta hoja (por favor no cambiar el texto).
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