Predica; 07 de Abril de 2019
SEAMOS IMITADORES DE DIOS COMO HIJOS AMADOS
Los
seres humanos nos caracterizamos por ser seres sociales.
Cómo seres humanos tenemos la
tendencia de imitar. Cuando
observamos a otros seres humanos inevitablemente sale nuestro “IMITADOR” que tenemos en nuestro ADN y podemos incluso realizar
los mismos gestos y comportamientos. Esta tendencia natural y
que ha evolucionado durante tantos años de existencia nos hace que actitudes como la fuerza de voluntad sea contagiosa
entre nosotros. Si vemos a
una persona luchando por un objetivo o meta nos motivamos en las metas nuestras o incluso en poder ayudarle para
conseguirla conjuntamente. Esta
forma de imitar PRODUCE
EMPATÍA por la persona que
nos acompaña en una circunstancia de la vida, sea esta casual o
buscada. El humanismo promueve el
individualismo; Que es entregarnos a la profundidad de la experiencia
para poder resurgir originales, el humanismo habla que está mal imitar a la
gente. El humanismo, es la corriente de pensamiento de este mundo, y promueve
el individualismo de manera ambiciosa y sin escrúpulos. Pero nuestro Padre
Celestial y Dios promueve todo lo opuesto. ¿Qué dicen las Sagradas Escrituras,
sobre la imitación? (1 Corintios 11:1,2)
“1 Sed imitadores de mí, como
también yo lo soy de Cristo. 2 Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí,
y retenéis las instrucciones tal como
os las entregué”. (Filipenses
3:17 al 19) “17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según
el ejemplo que tenéis en nosotros. 18
Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun
ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; 19 El fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre,
y cuya gloria es su vergüenza;
Que sólo piensan en lo terrenal”.
(1 Tesalonicenses 1:6,7) “6 Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del
Señor, recibiendo la Palabra
en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo, 7 de tal manera que habéis sido ejemplo
a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído”. También dice en el
Libro de: (Hebreos 6:11,12) “11 Pero deseamos que cada uno de
vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la
esperanza, 12 a fin de que no os
hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia
heredan las promesas”. Por ejemplo,
hoy hay muchos cristianos que pretenden reinventar el Evangelio o la
predicación, cuando ya las Sagradas Escrituras, nos hablan de la Verdad
y ya la iglesia sabe cómo se debe predicar. ¿No es mejor imitar a los que ya
saben, para así aprender de ellos y ser un mejor predicador?
Cuando el apóstol Pablo dice que
seamos imitadores de él, es porque, él está imitando a Jesucristo; En lo que
dice en éste Libro: (Marcos 1:1;14,15)
“1 Principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. 14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el
Evangelio del Reino de Dios, 15
diciendo: El tiempo se ha cumplido,
y el Reino de Dios se ha acercado;
Arrepentíos, y creed en el
Evangelio”. Jesús y sus discípulos viajaban y predicaban a todos el REINO de Dios: (Lucas 8:1 al 3) “1 Aconteció
después, que Jesús iba por todas las
ciudades y aldeas, predicando y anunciando el Evangelio
del REINO de Dios, y los doce
con ÉL, 2 y algunas mujeres
que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se
llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3 Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras
muchas que le servían de sus bienes”. ¿De
qué siguieron hablando sus discípulos cuando Jesucristo resucito? Nos dice en el Libro de los Hechos que
no fue de otra cosa que del REINO de Dios: (Hechos 1:1 al 3) “1 En
el primer tratado, oh Teófilo, hablé
acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a Enseñar, 2 hasta
el día en que fue recibido arriba, después
de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había
escogido; 3 A quienes también, después de
haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables,
apareciéndoseles durante cuarenta
días y hablándoles acerca del
REINO de Dios”. Queda demostrado que el Evangelio que predicaron Jesús
y sus discípulos en diferentes pueblos y ciudades fue el REINO de Dios. El mismo Jesús dijo que para esto, es
decir, para la predicación del REINO
de Dios, fue enviado por Su Padre al mundo (Lucas
4:42,43) “42 Cuando ya era de
día, salió y se fue a un lugar desierto; Y la
gente le buscaba, y llegando
a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos. 43 Pero él les dijo: Es necesario que también a otras
ciudades anuncie el Evangelio del REINO de Dios; Porque para esto he
sido enviado”. Vamos a ver algunos ejemplos cuando el apóstol Pablo
imita a Jesús en su predicación acerca del REINO de Dios: (Hechos 19:8) “Entrando
Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo
y persuadiendo acerca del REINO DE
DIOS”.
Les
dijo a los pobladores de efesios, que había llegado
a ellos para “Predicar acerca del REINO
de Dios” (Hechos 20:25) “Y
ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado
predicando el REINO DE DIOS,
verá más mi rostro”. Que Pablo
predicaba a Jesús como el gobernante de un REINO literal, es evidente
por la reacción de sus adversarios en Tesalónica. Ellos acusaron a
Pablo de decir cosas en contra del gobierno de Cesar: (Hechos 17:6,7) “6 Pero
no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de
la ciudad, gritando: Estos que trastornan
el mundo entero también han venido acá; 7 A los cuales Jasón ha recibido; Y todos éstos contravienen los decretos de César, diciendo
que hay otro rey, Jesús”. Por
supuesto que el gobierno de Jesús fue visto como una amenaza para el emperador
romano. El apóstol Pablo, aun estando en prisión por sus creencias pudo
decirles a sus visitantes: (Hechos
28:20) “Por la esperanza de
Israel estoy sujeto con esta cadena”. Esta esperanza es definida unos
pocos versículos más tarde: (Hechos
28:23) “Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a
los cuales les declaraba y les TESTIFICABA
EL REINO DE DIOS desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas”. Toda su actividad en prisión se resume
en el último versículo de Hechos: (Hechos 28:30,31) “30 Y Pablo permaneció dos años enteros
en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, 31 PREDICANDO
EL REINO DE DIOS y enseñando
acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento”. Es de
mucha importancia, que entendamos correctamente las Sagradas Escrituras,
especialmente cuando se habla de imitar, porque el apóstol Pablo nos dice que
seamos imitadores de él, así como él ha hecho de Jesucristo, predicando el REINO de Dios. Ahora te
pregunto: ¿Estas imitando a Pablo en su quehacer evangélico, tal como él lo
hizo con Cristo?
En
lo personal, hermanos me deleito mucho saber que todo lo que Nuestro Padre
Celestial hace es con un propósito muy bien definido, así que si Dios nos ha puesto su
amor en nuestro corazón es para que seamos nosotros los beneficiados, por
favor acompáñenme al Libro de: (Romanos 8:28) “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados”. Con frecuencia este versículo lo usamos para
afirmar que el propósito de Dios es que todo nos irá bien al final o ser
librados de nuestros sufrimientos y problemas. Pero, si revisamos el contexto
de este versículo tal como el apóstol Pablo, lo plantea, veremos concretamente
qué significa “CONFORME A SU
PROPÓSITO”: (Romanos 8:29) “Porque
a los que antes conoció, también los
predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que ÉL sea el primogénito entre muchos hermanos”. Nosotros, como creyentes, estamos situados entre este
puente entre el llamamiento por el Evangelio y la glorificación.
Es decir, en el tiempo presente estamos siendo santificados y moldeados por
Dios a través de Jesucristo y el Espíritu Santo, a la imagen y semejanza de
Jesucristo. Dios usa los
sufrimientos, tribulaciones, persecuciones y momentos difíciles para pulir
nuestro carácter y que sea cada día más como el de Su Hijo, según la medida de
gracia que Él nos concede y obra en nosotros. Es un propósito que opera
en nosotros a raíz de haber sido llamados por el Evangelio de la Gracia (Hechos 20:24) “Pero de ninguna cosa
hago caso, ni estimo preciosa mi vida
para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús,
para dar testimonio del Evangelio de
la Gracia de Dios”; Aunque en el
Libro de Romanos se enfoca en la grandeza de la “cadena de oro” de la
salvación; Esta vez quiero enfocarme en este glorioso propósito: (Romanos 8:28
al 30) “28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su
Propósito son llamados. 29
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; Y a los que
llamó, a éstos también justificó; Y a los que justificó, a éstos también
glorificó”. Ahora bien, las Sagradas Escrituras nos Enseñan que
sea en tiempos de paz o tribulación, hemos de ser como Jesucristo en toda nuestra manera de vivir. ¿Cómo
pondremos en práctica la semejanza a Jesús a lo largo de nuestra vida diaria?
EN
PRIMER LUGAR, recordemos que sin Jesucristo nada
podemos hacer (Juan 15:4,5,10) “4 Permaneced
en MÍ, y YO en vosotros.
Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid,
así tampoco vosotros, si no
permanecéis en MÍ. 5 Yo SOY
la VID, vosotros los pámpanos;
El que permanece en MÍ, y YO en él, éste lleva mucho fruto; Porque separados de MÍ nada podéis hacer.
10 Si guardareis mis mandamientos,
permaneceréis en MI AMOR; Así
como YO he guardado los mandamientos
de MI Padre, y PERMANEZCO EN
SU AMOR”; Jehová Dios dispone el
querer como el hacer (Filipenses 2:13) “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer,
por su Buena Voluntad”; Todo esto es
únicamente apoyados en el Poder de la Gracia del Señor Jesucristo (2
Corintios 12:9) “Y me ha dicho: BÁSTATE
MI GRACIA; Porque MI PODER
se perfecciona en la debilidad.
Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que
repose sobre mí el poder de Cristo”. Somos
hechos y creados en Cristo Jesús (Efesios
2:10) “Porque somos hechura suya,
creados en Cristo Jesús para buenas
obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en
ellas”. Jesucristo es quien nos
moldea a través del Espíritu Santo, de la oración y de las
Sagradas Escrituras (Romanos 12:1,2) “1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable
a Dios, que es vuestro culto
racional. 2 No os conforméis
a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la Buena Voluntad de Dios, agradable
y PERFECTA”; Muchos de nosotros enfrentamos muchos problemas, sin embargo,
las Sagradas Escrituras, nos enseñan que imitemos a Dios como hijos amados. Y No
hay mejor manera de enfrentar un nuevo día, que reconocer que nuevas son sus
Misericordias, cada mañana, con una nueva mentalidad, con nuevos propósitos,
nuevos sueños, nuevos planes. La vida continúa. Lo pasado quedó atrás. Nosotros seguimos hacia adelante hacia…
(Filipenses 3:14) “A la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Su odio por el pecado,
y su búsqueda de la santidad, muestran que tienen una parte en la
salvación del Evangelio. Estos pecados excluirán del Reino de Jesucristo
a los hombres. Pero, ¡cuánta gente que se dice cristiana vive así y
dicen que esperan de las bendiciones del cielo! -Se enumeran los frutos del
Espíritu, o de la naturaleza renovada, que tenemos que hacer (Gálatas 5:22,23) “22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, 23
mansedumbre, templanza; Contra tales cosas no hay ley”; Lo que fue el instrumento para obtener fe es también es el medio
para aumentarla y confirmarla, a saber, las ordenanzas de Dios; Como la
fe viene por el oír, así es también
confirmada por el oír: (1
Tesalonicenses 3:9,10) “9 Por lo
cual, ¿Qué acción de gracias podremos
dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa
de vosotros delante de nuestro Dios, 10
orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro,
y completemos lo que falte a vuestra
fe?”; Lo que nos falta a muchos de nosotros en nuestra fe es, poner nuestra
fe en acción, pues la fe sin obras es muerta, : (2
Tesalonicenses 3:4,5) “4 Y
tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado. 5 Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la
Paciencia de Cristo”. Ya no vivimos
para nosotros, sino que Él vive en nosotros; Puesto que somos su propiedad, porque fuimos comprados con su
Sangre Bendita, que fue derramada en el Calvario: (Romanos 14:8)
“Pues si vivimos, para el Señor vivimos; Y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que
muramos, del Señor somos”; (Gálatas 2:20) “Con Cristo estoy
juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más
vive Cristo en mí; Y lo que
ahora vivo en la carne, lo
vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Esto no implica que seremos
perfectos en esta vida, pero sí que
seremos perfeccionados poco a poco para ser como Él.
EN
SEGUNDO LUGAR, las
Sagradas Escrituras, nos dan direcciones para IMITAR a Jesucristo en nuestras
vidas; VEAMOS ESTOS EJEMPLOS,
PARA IMITAR Y PONERLOS EN PRÁCTICA.
Para cada área de nuestra vida,
y todo proviene de Su obra redentora de
salvación por medio de su sacrificio en el madero de tormento: Porque tenemos el ejemplo que nuestro Señor
Jesucristo, cuando dio Su
vida por sus amigos: (Juan
15:13,14) “13 Nadie tiene mayor
amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis
amigos, si hacéis lo que yo os mando”. Así como el nuestro Señor
Jesucristo nos amó; Tenemos que amar
a nuestros hermanos de la misma manera (Juan 13:34,35) “34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; Como YO os he amado, que también os
améis unos a otros. 35 En
esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con
los otros”; Por esta Razón se revela,
si los seguidores de Jesucristo no se demuestran amor unos a otros, dan
causa para sospechar de su sinceridad (Efesios 5:2) “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se
entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda
y sacrificio a Dios en olor fragante”. En el sacrificio de Cristo triunfa su amor, y nosotros
tenemos que considerarlo plenamente.
Así
como el Señor Jesucristo se despojó de Sí mismo, tenemos que
IMITARLO en su OBEDIENCIA al PADRE; (Filipenses 2:5 al 11) “5
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte
de cruz. 9 Por lo cual Dios
también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de
la tierra; 11 y toda lengua confiese
que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. IMITAR a Jesucristo en nuestras vidas; Así como el Señor
Jesucristo fue manso y humilde de corazón para llevar nuestras cargas: (Mateo 11:29) “Llevad mi yugo sobre
vosotros, y aprended de MÍ, que
soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas”.
IMITAR
a Jesucristo en nuestras vidas; Así como el Señor Jesucristo por el gozo
puesto delante de Él soportó la cruz y menospreció la vergüenza: (Hebreos 12:1,2) “1 Por tanto, nosotros también, teniendo en
derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia,
y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos
los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo
puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios”.
IMITAR
a Jesucristo en nuestras vidas; Así como el Señor Jesucristo guardó
los mandamientos de Su Padre por amor a Él: (Juan 15:10) “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi
amor; Así como YO he guardado los
mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor”.
IMITAR
a Jesucristo en nuestras vidas; Así como el Señor Jesucristo, quien
fue despreciado en la cruz, pero Él no despreció a nadie: (1 Pedro 2:21 al 25) “21
Pues para esto fuisteis llamados; Porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló
engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; Cuando padecía, no amenazaba,
sino encomendaba la causa al que juzga justamente; 24 quien llevó él
mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando
muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis
sanados. 25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora
habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas”.
IMITAR
a Jesucristo en nuestras vidas; Así como el Señor Jesucristo es la
cabeza de la Iglesia y Salvador de Su cuerpo: (Efesios 5:22 al 24, 33) “22
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la
mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es
su Salvador. 24 Así que, como la
iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en
todo. 33
Por lo demás, cada uno de vosotros
ame también a su mujer como a sí mismo; Y la mujer respete a su marido”.
HAY
MUCHOS MÁS VERSÍCULOS,
porque no son los únicos. Esto demuestra que toda nuestra conducta
como creyentes deriva del Poder del Evangelio por el cual fuimos salvos por Gracia:
(Romanos 1:16) “Porque no me avergüenzo del Evangelio, porque es PODER de Dios para salvación a todo aquel que cree;
Al judío primeramente, y también al griego”; (Efesios 2:5) “Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
Gracia sois salvos)”. Para
este propósito hemos sido llamados, pues Cristo también sufrió por
nosotros, dejándonos ejemplo para caminar como Él anduvo: (1 Juan
2:6) “EL QUE DICE QUE PERMANECE
EN ÉL, debe andar como ÉL
anduvo”. Cuando imitamos a
Jesucristo, cómo siervo o como discípulo, dice en el Libro de:
(Mateo 10:24,25) “24 El
discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su Señor. 25 Bástale
al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron
Beelzebú, ¿Cuánto más a los de su casa?”. Estas son las implicaciones y
consecuencias del Evangelio que predicamos a todo hombre para que crean y se
arrepientan a fin de que sean salvos (Marcos
1:13 al 15) “13 Y estuvo allí en
el desierto cuarenta días, y era tentado por satanás, y estaba con las fieras; Y
los ángeles le servían. 14
Después que Juan fue encarcelado, Jesús
vino a Galilea predicando el EVANGELIO del REINO DE DIOS, 15 diciendo: El tiempo se ha cumplido,
y el reino de Dios se ha acercado; ARREPENTÍOS,
Y CREED EN EL EVANGELIO”. ¡Somos llamados a ser como Cristo! En todas
estas cosas: ¡Sólo a Jehová Dios sea la Gloria!
Es
muy importante tener la certeza de que nuestro modelo a imitar sea verdaderamente
Jesucristo para ser como el, pues en este tiempo difícil hay muchos falsos
Cristos, y la única forma de estar seguros es comprobando en las Sagradas
Escrituras:
(1Juan 4:1) “Amados, no creáis a
todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; Porque muchos falsos profetas han salido por el mundo”. Los
cristianos que están bien familiarizados con las Sagradas Escrituras pueden
discernir, en humilde dependencia de la Enseñanza Divina, a los que establecen
doctrinas conforme a los falsos ministros y aquellos que les contradicen. (2 Corintios 3:18) “Por tanto, nosotros
todos, mirando a cara descubierta
como en un ESPEJO
la Gloria del Señor, somos
transformados de Gloria en Gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del
Señor”. Es de mucha importancia que
la vida cristiana se defina en nuestro diario vivir como un cambio y transformación continua: (Juan 3:30) “Es necesario que ÉL
crezca, pero que yo mengüe”. (Efesios 4:13)
“hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de
Dios, a un VARÓN PERFECTO,
a la medida de la estatura
de la plenitud de Cristo”.
A continuación, vamos a ver tres aspectos que
determinaran estos cambios en nuestra vida cristiana.
1.
Todo lo que OBSERVAMOS, determinará e INFLUIRÁN EN NUESTRAS ACCIONES.
(Salmo 34:4,5) “4
Busqué a Jehová, y ÉL me oyó, y me libró de todos mis temores. 5 Los
que miraron a ÉL fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados”.
(Hebreos 12:1,2) “1 Por tanto, nosotros también, teniendo
en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y
del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por
delante,2 puestos los ojos en Jesús,
el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió
la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.
Todo aquello que contemplemos es en
lo que nos transformaremos, porque esto mismo influirá, afectará
y determinará la dirección y rumbo de nuestras vidas.
Por
esta razón en las Sagradas Escrituras; nuestro Padre Celestial, nos hace esta
recomendación; Mirar
hacia el cielo, las cosas que
son eternas, son los recursos
que todo creyente tendrá que desafiar: (Colosenses 3:1 al 3) “1
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad
las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
2 Poned la mira en las cosas de
arriba, no en las de la
tierra. 3 Porque habéis
muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. (2 Corintios 5:7) “Porque
por fe andamos, no por vista”.
(2 Corintios 4:18) “No mirando
nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se
ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. Si te pasas la vida
mirando y escuchando (chismes, platicas deshonestas y comentarios de desánimo,
derrota y negatividad no habrá muchas esperanzas de éxito en tu vida). Si
inviertes demasiado tiempo en solo ver problemas y defectos ajenos habrás
perdido. Si queremos lograr cosas
extraordinarias, tendremos que invertir nuestro tiempo y atención a cosas que
nos edifiquen e impulsen a ser mejores cristianos. Muchos cristianos
deben de hacer cambios de dirección en su vida y dejar de mirar y oír solo las
cosas que destruyen, deforman y tuercen sus sentidos y forma de caminar.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor. Si usted no tiene la
intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra
persona interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar
esta hoja (por favor no cambiar el texto).
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