LA SANA DOCTRINA DE CRISTO SON LAS
AGUAS DEL ESPÍRITU SANTO
Tenemos
que estar vivos como el evangelio lo
está. Un evangelio muerto y religioso no se siente ni se vive en la profundidad
del Reino de Dios.
El Señor nos dice: (Mat 12:30-32) “30 El que no es conmigo, contra mí
es; y el que conmigo no recoge, desparrama. 31
Por tanto os digo:
Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; más la blasfemia contra
el Espíritu no les será perdonada. 32
A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será
perdonado; pero al que hable contra el
Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”.
El que se mueve fuera de la Sana
Doctrina de Cristo,
está en un evangelio que no saldrán de rituales y sistemas sociales mundanos o
incluso de tinieblas, para muchos y diría, para millones de cristianos se
mueven en esta visión y limita su techo espiritual no sobrepasando el nivel de
las aguas del Espíritu en los primeros mil codos, llegando al límite de los
tobillos (Ezequiel 47:1-12) Estas aguas
representan el evangelio de Cristo.
El
sentir de estos creyentes es que ya tienen a Cristo y ya les va bien como
están. Son cristianos que sienten un refrigerio y una unción, pero la realidad
es que sólo caminan con Jesús, pues no tienen la plenitud del Espíritu Santo
(no están llenos). Estoy hablando de personas que no avanzan y sus ojos sólo
ven su mundo que es religioso y no entienden ni comprenden cuando se les cruza
un pequeñito miembro de la iglesia y que está vivo en Jesús y les habla del
Santo Evangelio.
Cuando
esto acontece, se sienten incómodos sacando faltas con argumentos como que es
un exagerado, un fanático y poseído de
fantasías, argumentando que el Señor no es como lo describe ya que Jesús es
bueno y me ama como soy. La conversación puede llegar a menospreciar al que le
exhorta. Como estoy diciendo estos creyentes no tienen plenitud en el Espíritu
Santo por arrastrar en si mismos problemas de envidia, de celos, de odio, de amargura,
de pereza, de orgullo, de falsedad y religiosidad.
El
que es espiritual en Cristo, es una persona que no es religiosa y se nota por
sus frutos y modos de comportamiento como ser amable, abierta, no legalista,
llena de comprensión con sensibilidad, actúa, trabaja, da apoyo, podríamos
decir que es un todo terreno.
Cuando
un creyente supera los primeros mil codos y las aguas suben por encima de los
tobillos llegando a las rodillas (mil codos más) hay un gran cambio en el
creyente pues el Señor puede trabajar en él. El significado del agua hasta las
rodillas es porque has doblado tus rodillas espirituales a Cristo y estas
rodillas son el orgullo propio de la persona (ya no vivo yo, vive Él en mí)
Cuando el Señor ve nuestra humillación, sabe que estamos maduros para empezar a
moldear nuestro ser.
Ser
discípulo es una transformación, es ir de mil codos a otros mil codos, de un
nivel espiritual a otro nivel más alto, avanzando codo a codo (un codo es igual
a medio metro y mil equivale a quinientos metros).
En
los próximos mil codos las aguas cubren
los lomos o pecho, lugar donde cuesta mantenerse en equilibrio por la
corriente del río que nos quiere arrastrar. Puedes luchar o dejarte llevar (el
significado es que te dejes llevar por la corriente del Espíritu Santo).
Llegando a esta profundidad espiritual San Pablo nos deja una palabra para
entender en que nivel estamos: (1
Corintios 2:9) “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído
oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los
que le aman”.
Predica
por: Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama
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