viernes, 20 de noviembre de 2015

LA SANA DOCTRINA DE CRISTO SON LAS AGUAS DEL ESPÍRITU SANTO

LA SANA DOCTRINA DE CRISTO SON LAS AGUAS DEL ESPÍRITU SANTO
Tenemos que estar vivos como el evangelio  lo está. Un evangelio muerto y religioso no se siente ni se vive en la profundidad del Reino de Dios.
El Señor nos dice: (Mat 12:30-32) “30 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama. 31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; más la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. 32 A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado;  pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”.

El que se mueve fuera de la Sana Doctrina de Cristo, está en un evangelio que no saldrán de rituales y sistemas sociales mundanos o incluso de tinieblas, para muchos y diría, para millones de cristianos se mueven en esta visión y limita su techo espiritual no sobrepasando el nivel de las aguas del Espíritu en los primeros mil codos, llegando al límite de los tobillos (Ezequiel 47:1-12) Estas aguas representan el evangelio de Cristo.

El sentir de estos creyentes es que ya tienen a Cristo y ya les va bien como están. Son cristianos que sienten un refrigerio y una unción, pero la realidad es que sólo caminan con Jesús, pues no tienen la plenitud del Espíritu Santo (no están llenos). Estoy hablando de personas que no avanzan y sus ojos sólo ven su mundo que es religioso y no entienden ni comprenden cuando se les cruza un pequeñito miembro de la iglesia y que está vivo en Jesús y les habla del Santo Evangelio.

Cuando esto acontece, se sienten incómodos sacando faltas con argumentos como que es un exagerado, un  fanático y poseído de fantasías, argumentando que el Señor no es como lo describe ya que Jesús es bueno y me ama como soy. La conversación puede llegar a menospreciar al que le exhorta. Como estoy diciendo estos creyentes no tienen plenitud en el Espíritu Santo por arrastrar en si mismos problemas de envidia, de celos, de odio, de amargura, de pereza, de orgullo, de falsedad y religiosidad.

El que es espiritual en Cristo, es una persona que no es religiosa y se nota por sus frutos y modos de comportamiento como ser amable, abierta, no legalista, llena de comprensión con sensibilidad, actúa, trabaja, da apoyo, podríamos decir que es  un todo terreno.

Cuando un creyente supera los primeros mil codos y las aguas suben por encima de los tobillos llegando a las rodillas (mil codos más) hay un gran cambio en el creyente pues el Señor puede trabajar en él. El significado del agua hasta las rodillas es porque has doblado tus rodillas espirituales a Cristo y estas rodillas son el orgullo propio de la persona (ya no vivo yo, vive Él en mí) Cuando el Señor ve nuestra humillación, sabe que estamos maduros para empezar a moldear nuestro ser.

Ser discípulo es una transformación, es ir de mil codos a otros mil codos, de un nivel espiritual a otro nivel más alto, avanzando codo a codo (un codo es igual a medio metro y mil equivale a quinientos metros).

En los próximos mil codos las aguas cubren  los lomos o pecho, lugar donde cuesta mantenerse en equilibrio por la corriente del río que nos quiere arrastrar. Puedes luchar o dejarte llevar (el significado es que te dejes llevar por la corriente del Espíritu Santo). Llegando a esta profundidad espiritual San Pablo nos deja una palabra para entender en que nivel estamos: (1 Corintios 2:9) “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”. 


Predica por: Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama

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