lunes, 23 de noviembre de 2015

LA SANA DOCTRINA DE CRISTO TE ENSEÑA CÓMO TENER UNA VERDADERA RELACIÓN CON JEHOVÁ DIOS Y JESUCRISTO

LA SANA DOCTRINA DE CRISTO TE ENSEÑA CÓMO TENER
UNA VERDADERA RELACIÓN CON JEHOVÁ DIOS Y JESUCRISTO

Las falsas doctrinas establecidas en las religiones y denominaciones que separan al pueblo de Dios y le quitan su relación con Él. ¿Cómo puede haber verdadera relación con Jehová Dios? Solo es posible creyendo en el evangelio de la Sana Doctrina de Cristo revelado por el Espíritu Santo. La Sana Doctrina de Cristo en la Biblia dice que si afirmamos tener comunión con Jehová Dios, pero sin embargo caminamos en tinieblas nos engañamos a nosotros mismos, y que si caminamos a la luz de la Verdad, como el Señor Jesucristo está en la luz, entonces tenemos verdadera relación con Jehová Dios. Por lo tanto podemos darnos cuenta que nosotros, los santos y siervos de Dios, también tenemos verdadera relación los unos con los otros a través de la fe solo cuando estamos en la luz de la Verdad. (Efesios 2:1-7) “1 Y Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. 4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”.

Creemos en la luz de la Sana Doctrina de Cristo revelada por el Espíritu Santo que es la Verdad de Jehová Dios, y también predicamos a otros este evangelio que nuestro Señor Jesucristo nos trajo y nos lo enseñó, el evangelio de la salvación, para que puedan ser liberados de su muerte espiritual por fe. (1 Juan 1:1-10) “1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida 2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); 3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro Gozo sea cumplido. 5 Este es el mensaje que hemos oído de Él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Él. 6  Si decimos que tenemos comunión con Él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la Verdad; 7 pero si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la Verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él mentiroso, y su Palabra no está en nosotros”.

Nuestra fe es vivir en obediencia en la luz de la Verdad de Jehová Dios que es la Sana Doctrina de Cristo entonces también somos hijos de la luz que practicamos la Verdad. Por lo tanto, para que tengamos verdadera comunión los unos con los otros, primero tenemos que aceptar con fe en nuestro corazón el evangelio de la Verdad que es la Sana Doctrina de Cristo. Si, por otra parte, fallamos en descubrir la luz de la Verdad revelada por el Espíritu Santo esplendorosamente a nosotros en el evangelio de Cristo, y no tenemos la capacidad de habitar en esta enseñanza de cambios constantes, entonces finalmente terminaremos habitando en tinieblas.

Es por esto que debes confesar tus pecados ante la Verdad de Jehová Dios y creer en la verdadera luz de la Sana Doctrina de Cristo como único evangelio, si tú aún no tienes fe en este evangelio de la Sana Doctrina de Cristo entonces sigues caminando en tinieblas. (2 Juan 1:6-10) “6 Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio. 7 Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. 8 Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. 9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la Doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la Doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. 10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta Doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!”. Es por no creer en la verdadera Doctrina de Cristo que es la luz de la salvación por lo que terminamos como mentirosos ante Dios. Por lo tanto, todos debemos creer con nuestro corazón en la Verdad del evangelio, ya que Jesucristo nos ha liberado de todos nuestros pecados, ya que Él nos amó demasiado por lo que vino a esta tierra, fue bautizado, y aún murió sobre la Cruz. Al hacerlo, entonces debemos pasar el resto de nuestras vidas esparciendo la luz de la Verdad de la Sana Doctrina de Cristo.

La Sana Doctrina de Cristo por medio del apóstol Juan nos dice que todos podemos tener verdadera comunión solo cuando estamos en la luz de la Verdad de Jehová Dios. (1 Juan 1:3,4; 1:6,7) “3 Sea con vosotros gracia, misericordia y paz,  de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor. 4 Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre. 6 Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio. 7 Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo”. Cuando la gente lee 1,2 Juan, se encuentra con muchos versículos que no pueden ser entendidos con pensamientos carnales. Así que todos están conformes y de acuerdo en que existen muchos versículos difíciles. Pero si uno tiene al Espíritu Santo entonces tendremos un entendimiento correcto del bautismo que Jesús recibió y de su derramamiento de sangre sobre la Cruz, y si creemos en ellos, no es tan difícil comprender y entender (1,2 de Juan).

En la Palabra de Jehová Dios, no existe verdad que no pueda ser resuelta con la Palabra de la Sana Doctrina de Cristo, porque la palabra de Jehová Dios se interpreta con la misma Palabra Escrita. La Sana Doctrina de Cristo, está llena con la Palabra de la Verdad que no puede ser interpretada sin el evangelio verdadero. En otras palabras, solo aquellos que han sido lavados de sus pecados pueden comprender y entender (1,2 Juan) y saborear la esencia de su verdad. Esto se debe a que a través de su Epístolas, el apóstol Pablo habló acerca del verdadero evangelio de Jehová Dios y la vida de luz de los santos en la Verdad.

El mismo Apóstol Juan también tuvo que habitar en la luz de Jehová Dios para tener comunicación con Él. Así que él preguntó a los lectores de esta Epístola si estaban o no habitando en la luz de la Verdad para tener comunicación con Jehová Dios. Jesús, en otras palabras, deseaba tener comunicación con ellos, pero se los dijo muy claro que primero tenían que venir a la luz de la Verdad dada por Jehová Dios. (Juan 12:48-50) “48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. 49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, Él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 50 Y sé que su mandamiento es vida eterna.  Así pues,  lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho”.

Cuando el apóstol Juan compartía su fe con sus contemporáneos y que creían en la misma luz de la Verdad de la Sana Doctrina de Cristo. Y él dijo que era posible únicamente cuando todos ellos tuvieran fe en la Palabra Escrita en el evangelio de la Sana Doctrina de Cristo que nos ha traído salvación y lavado nuestros pecados.
Si nuestra fe no es la misma, sino que es diferente de esta fe que cree en este evangelio dado por Jehová Dios a Jesús, entonces no podemos tener una comunión verdadera y sincera en Jesucristo. Es por esto que la Sana Doctrina de Cristo por medio del apóstol Juan dice: (1 Juan 1:3) “lo que hemos visto y oído,  eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo”.

Por lo tanto, para que cualquier cristiano tenga verdadera comunicación y comunión con otros Cristianos, debe tener la misma fe que y crea la Palabra de la Verdad que es la Sana Doctrina de Cristo que nos ha traído nuestro Señor Jesucristo y que está Escrita en los evangelios. En Jesucristo, creemos en el evangelio de la Sana Doctrina de Cristo porque es dado por nuestro Dios Todo Poderoso Jehová Dios. (2 Corintios 3:12-17) “12 Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. 14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. 17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”. Y por esta fe hemos muerto junto con Cristo y hemos recibido vida nueva con Jesucristo. Nuestro Señor Jesucristo nos ha dado la Palabra de la Verdad a todos nosotros, para que todos podamos ser lavados de nuestros pecados con el evangelio de la Sana Doctrina de Cristo.

Mis hermanos creyentes en la Sana Doctrina de Cristo, Ustedes deben darse cuenta que aún si dicen que creen en Jesucristo como su Salvador, mientras no crean en el evangelio de la Sana Doctrina de Cristo, y por consiguiente sus pecados no han sido perfectamente borrados de sus corazones, no pueden llegar a ser hijos de Jehová Dios.(1Juan 3:9) “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”. Porque si no creen en la luz de la Verdad que viene en la Palabra Escrita, y no han llegado a ser hijos de Jehová Dios, entonces no solo es imposible que tengas verdadera comunicación y comunión con Jehová Dios, sino además es imposible tener cualquier clase de comunión con los santos nacidos de nuevo.
(1Juan 5:18) “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca”.
Al tener comunión con aquellos que creen en la Sana Doctrina de Cristo como única Verdad revelada por el Espíritu Santo nos produce Gozo, el apóstol Juan deseaba tener doble gozo. (1 Juan 1:4) “Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido”. Nuestra comunión, es cuando estamos firmes en la Sana Doctrina de Cristo con la misma fe en que el gozo para cada uno de nosotros puede ser completo. Nuestro gozo puede ser multiplicado en el Señor cuando compartimos la Sana Doctrina de Cristo nuestra comunión es real en el Espíritu Santo, porque toda esta Sana Doctrina fue y es inspirada por El Espíritu Santo.

Es absolutamente imposible que los pecadores que se resisten en dejar las tradiciones del mundo tengan comunión con aquellos que han recibido la remisión de sus pecados. ¿Por qué se da esta situación? Se debe a que son totalmente incompatibles espiritualmente con los nacidos de nuevo, ya que ellos no creen en la Sana Doctrina de Cristo les haya lavado de pecados y que ya no practican ni se envuelven en las tradiciones del mundo. (1 Juan 4:4-6) “4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. 5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. 6 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error”.

Al principio, aquellos que no han nacido de nuevo tal vez no entiendan fácilmente cuando escuchen lo que los creyentes en la Sana Doctrina de Cristo les dicen, pero eventualmente llegan a entender, también llegan a tener verdadera comunicación con Jehová Dios y con Jesucristo, a los pecadores se les dificulta entender lo que aquellos que creen en esta Verdad Escrita. Al principio hasta se sienten raros con respecto a los dichos y las acciones de los nacidos de nuevo, porque se resisten en no participar en las tradiciones del mundo. (Colosenses 2:8) “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo”. En la actualidad, vemos que muchos Cristianos están tratando de recibir la remisión de sus pecados y entrar en el Reino de Jesucristo creyendo en las doctrinas que cada denominación ha establecido. Pero a través de esa fe doctrinal y religiosa hecha por los hombres, sus pecados no pueden ser borrados. Solo cuando ellos conocen la Sana Doctrina de Cristo Escrita en la Biblia, y cuando crean en esta Palabra de Verdad, pueden sus pecados ser borrados. Cuando nos damos cuenta que Jesucristo es el Salvador quién ha traído el evangelio de la Sana Doctrina de Cristo, y creamos en Jesucristo con todo nuestro corazón, la salvación perfecta se completa en nosotros. La fe del apóstol Juan, también, creyó en el evangelio de la Sana Doctrina de Cristo (1 Juan 5:3-7) “3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. 4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo;  y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 6 Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. 7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno”.
Debemos examinar nuestra fe si es la fe en la Sana Doctrina de Cristo, o la fe doctrinal y religiosa de los pensamientos humanos.
Ya que no creen en el evangelio de la Sana Doctrina de Cristo, aún no han recibido la remisión eterna de sus pecados aunque creen en Jesucristo. Y por lo tanto aún no han descubierto la luz real de la Verdad. Es solo en sus emociones que desean la misericordia de Dios y por eso lloran.
¿Cómo es que han llegado a tener una fe tan vana y tan centrada en las emociones? Se debe a que han estado sufriendo por sus pecados, y se debe a que no han podido entender la Palabra de Dios aún cuando la leen, ellos dependen demasiado en sus propias emociones para expresar su desviada pasión.
Sin embargo, con esa fe tan celosa que tienen, los frutos de la salvación no pueden nacer, sino solo nacen los frutos vanos y necios del pecado. Debido a que tienen pecado, no pueden dar los frutos del Espíritu Santo aunque tratan de darlos, ni verdaderamente pueden amar a otros sin importar que tanto se esfuercen.

Nuestro Señor Jesucristo dijo que al árbol se le conoce por sus frutos. (Mat 12:33-35) “33 O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo;  porque por el fruto se conoce el árbol. 34 ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas”. Si ciertamente los humanos son pecadores desde que nacen, entonces jamás podrán ser justos a menos que crean en la Sana Doctrina de Cristo.

Si alguien aún tiene pecado oculto en su corazón y dice que cree en Jesús como el Salvador, será revelado como un mentiroso ante Jehová Dios, ya que su fe es una fe falsa. (Mat 7:13-17) “13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. 15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos”. Y ya que tal gente no conoce la Sana Doctrina de Cristo, no creen en el amor de la Verdad con su corazón, y de esta manera continúan como pecadores. Sin embargo actúan como si hubieran sido transformados de pecadores entre justos. Esto, sin embargo, es solo un acto de hipocresía que engaña al pueblo de Jehová  Dios, a la gente y a ellos mismos. Tal gente es falsa aún si asiste a la Iglesia de Jehová Dios.

Si alguien no tiene los frutos del Espíritu Santo, entonces es alguien que aún no conoce el la Sana Doctrina de Cristo. Aquellos que creen en la Sana Doctrina de Cristo son guiados por Dios, ya que el Espíritu Santo mora en su corazón. Pero para los pecadores, debido a que el Espíritu Santo no habita en su corazón, no son guiados por la Palabra de Dios sino que viven de acuerdo a sus deseos, y por lo tanto al final perecerán. (Lucas 6:43-46) “43 No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. 44  Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. 45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. 46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?”.

¿Existe gente que piensa que no hay ningún justo en la actualidad? Si, pero se debe a que no conocen  la Sana Doctrina de Cristo. (Romanos 3:10-14) dice: “10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 13 Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; 14 Su boca está llena de maldición y de amargura”. La gente ha mal interpretado estos textos. Este contexto bíblico en realidad habla acerca de la condición de la humanidad antes de creer en la Sana Doctrina de Cristo. Y podemos darnos cuenta de esto con los siguientes pasajes.

La Sana Doctrina de Cristo en la Biblia dice que cuando éramos pecadores, Jesucristo nos limpió al liberarnos del pecado con la justicia de Jehová Dios. Debido a que todos sus pecados fueron pasados a Jesús a través de Su bautismo, y por lo tanto pueden decir que ahora están sin pecado. (1 Pedro 3:21,22) “21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo, 22 quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles,  autoridades y potestades”. Aquellos que tienen esta clase de fe son los que pueden ser guiados por el Espíritu Santo, ya que habitan en la luz de la Verdad y dan el fruto del Espíritu Santo.

En contraste, aquellos que no creen en la Sana Doctrina de Cristo en la Biblia no pueden atreverse a decir ante Jehová Dios que están sin pecado, ya que todos sus pecados permanecen intactos en sus corazones. (Romanos 6:3-7) “3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con Él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado”. Esto se debe al hecho de cada árbol da fruto de acuerdo a su clase. Así como los espinos dan espinas y los cardos dan su fruto, también es un hecho que el árbol de la manzana da manzanas.

Los justos continuamente ofrecen sacrificio de alabanza a Dios, esto es, el fruto de sus labios, dando gracias en Su Nombre (Hebreos 13:5-9,15) “5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; 6 de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. 7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. 8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. 9 No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas”.

Aquellos que han recibido la remisión de sus pecados creyendo en la Sana Doctrina de Cristo. Nuestro Señor habita en los corazones de los hijos de luz, los justos, y hace que no tengan sed jamás.
Nosotros somos los siervos de Jesucristo quién, al saturar nuestros corazones con la Sana Doctrina de Cristo en todo tiempo, son fieles al Señor Jesucristo quién nos ha limpiado de nuestros pecados. Esto no significa que ya no cometemos pecado. Al contrario, descubrimos más debilidades en nosotros. Pero debido a que la Sana Doctrina de Cristo ha lavado nuestros pecados, estamos sin pecado.

Así lo hizo el Apóstol Pablo. Antes de que él llegara a ser un siervo de Dios, ciertamente había sido un blasfemo que perseguía a los Cristianos. Después de que él nació de nuevo, él asociaba su persona anterior como “un blasfemo, un perseguidor, un hombre insolente y el jefe de los pecadores” (1 Timoteo 1:12-17) “12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, 13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. 14 Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. 15 Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. 16 Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna. 17 Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén”. De hecho, él había perseguido a los creyentes en Jesús, pero él llegó a creer que el Señor Jesús limpió todo su pecado a través de la Sana Doctrina de Cristo. Es así como el Apóstol Pablo se convirtió en siervo de Jehová Dios creyendo en Jesucristo quién llegó a ser su Salvador.

En una ocasión él confesó sus perversas obras ante el Rey Agripa: (Hechos 26:9-11) “9 Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; 10 lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. 11 Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras”. Aunque él había sido el jefe villano entre todos los pecadores, gracias a la gran paciencia de Dios, él llegó a descubrir la luz de la Sana Doctrina de Cristo y a recibir la remisión del pecado. Él está dando testimonio que es así como, creyendo en el verdadero evangelio, él llegó a ser un siervo de Dios.

El nombre propio de Jesús significa Salvador, como está Escrito, (Mateo 1:21) “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”. Cuando caemos en pecado, Jesús vino a este mundo, y borró todos nuestros pecados con Su bautismo y derramamiento de sangre; y creyendo en esta Verdad es la fe que té guía a la salvación perfecta. El Apóstol Juan, como un hombre justo, predicó para que los pecadores pudieran recibir la remisión de sus pecados para llegar a ser justos, y por otro lado, también exhortó a los justos a llevar una vida apropiada de luz.
Aquellos que dicen que no han pecado aún después de haber cometido transgresiones y de romper la Palabra de Dios (1 Juan 1:6-10) “6  Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros”. Tienen la clase de fe que únicamente es religiosa. No hay lugar en tal gente para que entre la Palabra de Dios, y por lo tanto están destinados a la destrucción.

La Sana Doctrina de Cristo por medio del apóstol Juan nos dice que, solo los justos pueden tener comunión con Dios y con los santos. (1 Juan 2:2-11) “2 Y Él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. 3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en Él. 6 El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo. 7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. 8 Sin embargo,  os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros,  porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. 9 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. 10 El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. 11 Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos”. Jesús también sé convirtió en nuestro Abogado quién intercede por nosotros con su evangelio ante Dios Padre. Amados hermanos, por encima de todo, primero debemos tener fe en Dios Padre, y creer en la Sana Doctrina de Cristo con el corazón. Entonces Dios té enseñará y alimentará tú alma a través de Su Iglesia para que puedan vivir su vida como verdadera luz.

La comunión con Jesucristo que anhelamos tener es posible solo a través de la Sana Doctrina de Cristo que sé encuentra en el amor de Jehová Dios. Es por creer en la Sana Doctrina de Cristo que también nosotros podemos llegar a ser Su pueblo. Yo agradezco eternamente a Jesucristo por salvar a Sus creyentes de todos sus pecados a través de su derramamiento de sangre sobre la Cruz.
PREDICADOR DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO: Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama; Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo.
Mi interés es que me des la oportunidad de servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando toda basura de ignorancia. Por favor si les interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin cuestionar nada y que el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido en este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes de gracia dalo de gracia.
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