JESUCRISTO
COMO EJEMPLO NOS ENSEÑA A TRAVÉS DE LA SANA DOCTRINA COMO SER UN VERDADERO
SIERVO DE DIOS
(Filipenses
2:3-8) “3 Nada hagáis por contienda o por
vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo; 4 no mirando
cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 5 Haya,
pues, en vosotros este sentir que hubo
también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el
ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí
mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.
(1
Corintios 2:12-16)
“12 Y nosotros no hemos
recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que
sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13
lo cual también hablamos, no con
palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu,
acomodando lo espiritual a lo espiritual. 14
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente. 15 En cambio el
espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 16 Porque ¿quién conoció la mente del
Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros
tenemos la mente de Cristo”.
(Efesios
4:22-24) “22
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos, 23
y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad”.
Estas enseñanzas de la Sana Doctrina
de Cristo a través del apóstol Pablo, son un verdadero manual para ser un
verdadero siervo de Dios. Nos está diciendo al pueblo de Dios: “Haya, pues, en vosotros este sentir que
hubo también en Cristo Jesús”.
Tanto
el sentir, como el pensamiento de Jesús también tienen que llegar a ser nuestro
sentir. Su sentir es lo único que tenemos que buscar.
¿Qué
significa tener la mente de Cristo? Significa pensar
y actuar como Jesús lo hizo. Significa, que como Jesús lo hizo así tenemos que
seguir sus pisadas y su ejemplo, hacer las decisiones que determinen como vamos
a vivir. Significa ordenar todas las facultades de nuestra mente para
conducirlas al punto de poder tener el sentir de Cristo.
(1Pe
2:21-24) “21 Pues para esto fuisteis llamados; porque
también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus
pisadas; 22 el cual no hizo pecado,
ni se halló engaño en su boca; 23
quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no
amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; 24 quien llevó él mismo nuestros
pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los
pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”.
Cada
vez que miramos en el espejo de la Palabra de Dios, debemos preguntarnos: ¿Lo
que veo acerca de mí mismo refleja la naturaleza y el pensamiento de Jesucristo?
¿Estoy cambiando de mi imagen a la imagen de Jesucristo, y conforme a su
semejanza, por cada enseñanza de su Sana Doctrina de Cristo que Dios trae a mi
vida?
De
acuerdo con la Sana Doctrina de Cristo por medio del apóstol Pablo, aquí está
el sentir de Cristo: (Filipenses 2:7) “sino que se despojó a sí mismo, tomó la forma de siervo y se
hizo semejante a los hombres”. Jesús
descendió al mundo como un humilde Siervo. Y él buscaría ministrar en vez de
ser ministrado. (Juan 3:17) “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo
para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. (1Jn 1:6-10)
“6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas,
mentimos, y no practicamos la verdad; 7
pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y
la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros
mismos, y la verdad no está en nosotros. 9
Si confesamos nuestros pecados, él es
fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si
decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en
nosotros”.
Un
Verdadero Siervo de Dios formado a través de la Sana Doctrina de Cristo siempre
va a menguar su voluntad de modo que pueda Crecer la Suya. Todo lo que diga y
haga tiene que venir de parte de Dios y enseñado en la Sana Doctrina de Cristo.
Renuncio a todo para ser totalmente dependiente de Jesucristo. (Lucas 10:21) “En aquella misma hora
Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos,
y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó”.
Ahora,
muchas personas que hoy profesan ser seguidores de Jesús nunca han hecho una
decisión para vivir como Jesús vivió. En cambio, viven
confortablemente con su carne y sus temperamentos, sus caracteres defectuosos,
sus pecados secretos. Nunca han deseado cambiar. Dicen, “Esa es mi naturaleza, y así soy y al que no le guste que no me
mantenga”
Pero
cuando la Sana Doctrina de Cristo nos enseña por medio del apóstol Pablo donde valientemente
declara, “Tengo la mente de Cristo,” está declarando: También he renunciado a
mi reputación. Como Jesús, he tomado el papel de un
siervo. Y Pablo sostiene que lo mismo debe ser verdad para cada creyente en su
Doctrina: (1 Corintios 2:16) “Porque
¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la
mente de Cristo”.
¿CUÁNDO
DEJO PABLO SU MUNDANA REPUTACIÓN?
Ustedes pueden preguntarse: ¿Cuándo
y cómo tomo Pablo la posición de un Siervo? Este hombre había sido un
perseguidor de creyentes, un asesino de corazón. ¿Cómo pudo un hombre semejante
llegar a tener la mente de Cristo?
Pablo podía señalar cuándo esto
sucedió exactamente. (Hechos 9:1-20)
describe cómo y dónde tomó lugar esta decisión: en Damasco, en la calle llamada
Derecha, en la casa de un hombre llamado Judas. En esos tres días, la mente de Saulo fue renovada. Ahí fue cuándo Saulo empezó a ser Pablo.
Este hombre había sido muy altivo y
orgulloso. Él estaba lleno de celo descontrolado y procuraba la aprobación
de otros hombres altivos y religiosos. Lo que sucedió con el apóstol Pablo es
que Cristo vino y se reveló asimismo en él, y renunció a sus antiguos caminos. Nunca más tratando de complacer a los
hombres, nunca más siguiendo el rumbo y las tendencias religiosas. Ahora
comienzo a ser de Cristo.
(Filipenses
3:8) “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas
como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por
amor a él lo he perdido todo y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”. Pablo fue un hombre que podría decir: (Yo,
una vez, fui alguien. Todos mis semejantes, incluyendo mis camaradas fariseos,
tenían que levantar la cabeza para mirarme. Fui un Fariseo entre Fariseos,
subiendo la escala, llegué a ser considerado un hombre santo, un poderoso
profesor de la ley. Tuve una reputación en la tierra y ante los ojos de la
gente fui intachable). Pero, cuando
Cristo me aprendió, todas las cosas cambiaron. La lucha, la competencia
cada cosa que pensé que daba significado a mi vida fue rendida. Me di cuenta
que había pasado por alto al Señor completamente.
Por
esta razón, Pablo declaró: (1 Corintios 9:19) “Por lo
cual, siendo libre de todos, me he hecho
siervo de todos para ganar a mayor número”. Pablo vio que Jesús tomó sobre sí mismo la vida de un siervo. Aquí
estuvo el mismo Hijo de Dios, pero, con un corazón de siervo. De la misma
manera, Pablo supo que él también había sido un hijo de Dios por el sacrificio
de Cristo en la Cruz. Entonces, como
Jesús, también deseó ser un hijo con un corazón de siervo. Así, entonces,
determinó ser un esclavo para Cristo y su iglesia.
Hermanos, si decimos que somos hijos
de Dios, así como Pablo también tenemos que cambiar nuestra mente a una mente
de Cristo. Y un corazón de siervo como el de Cristo. (Filipenses 2:5) “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo
también en Cristo Jesús”. Tener el sentir o la mente de Cristo significa ir más
allá. Significa menguar nuestra propia voluntad para tomar lo que preocupa o
concierne a Jesús.
No
sé de qué otra manera se puede dejar de ser uno mismo, y alejarse de la
ambición y reputación mundana, o de que otra manera para ser un siervo de Jesucristo
y su iglesia solo con y a través de la oración.
Ananías
conocía la reputación de Saulo. Se dio cuenta
que ir allí era peligroso. No obstante, así es como el Espíritu Santo recomendó
a Saulo a Ananías: (Hechos 9:13,14) “13 Entonces Ananías respondió: Señor,
he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en
Jerusalén; 14 y aun aquí tiene
autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu
nombre”.
¿Cuándo
recibió Saulo este conocimiento de la Sana Doctrina de Cristo? ¿Cómo recibió él
esta visión, esta Palabra Pura de Dios? Esta vino a
través de oración y súplica ferviente. De hecho, yo creo que las Palabras del
Espíritu a Ananías revelan que el corazón de Dios se movió respecto de Saulo: (Hechos 9:11) “Y el Señor le dijo:
Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he
aquí, él ora”. Saulo había estado encerrado con Dios por tres días,
rechazando todo alimento y agua. Todo lo que deseaba era al Señor. Por eso
continuó sobre sus rodillas todo el tiempo, orando y buscando a Dios. Cuando
existe un verdadero cambio de mente es cuando uno ora y el Espíritu viene sobre
de uno, y con intensidad divina.
Tenemos
que estar sobre nuestras rodillas y con lágrimas en nuestros ojos y gimiéndole
y clamándole con fuerte clamor, para que Dios escudriñe nuestros corazones de
que hay sinceridad en nuestro clamor, pidiéndole perdón y suplicándole que
cambie nuestra mente.
Si queremos escuchar departe de Dios
su revelación de Cristo, tenemos que tener la mente de Cristo esto no viene
sólo a través del estudio de la Sana Doctrina de Cristo en la Biblia. Esto
viene a través de la oración y obediencia. Viene de buscar a Dios en la recámara
secreta. Si hay alguna medida visible de Cristo en mí, se debe a pasar tiempo
con Él en el lugar secreto.
Pero, si el enemigo de nuestras
almas se acerca demasiado a alguien y cuando le permitimos que manosee nuestro
corazón, lo primero que te va a quitar es la oración y luego, luego vas a
comenzar a sentirte espiritualmente flojo y seco, dejando la oración.
Hay
horrorosas y terribles consecuencias por desatender la oración.
(Hebreos
2:2-4) “2
Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda
transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3 ¿cómo escaparemos
nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido
anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, 4 testificando Dios juntamente con
ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del
Espíritu Santo según su voluntad”. ¿Cómo
podría alguno de nosotros que estamos en Cristo, esperar evitar las
consecuencias del descuido de la oración?
Muchos
batallan con la soledad, la fatiga, incredulidad, con un molestoso sentido de
haber logrado muy poco en la vida, hasta pensamientos de desistir del
ministerio. Y las bendiciones de Dios son
entorpecidas: Las relaciones con los hermanos se agrian, se pierde el
discernimiento y las revelaciones frescas de Jesucristo no vienen más. Sin embargo, se puede tener la gloria de
volver a estar con el Señor en oración. Tan pronto como se regrese a su
cuarto de oración, las bendiciones empezarán a fluir otra vez. Tendrán gozo y
paz, las relaciones serán sanadas y la Palabra de Dios volverá a tener vida.
Veamos unos ejemplos en la Palabra
de Dios cuando uno decide buscar a Dios en oración. (2 Crónicas 26:5) “Y persistió en buscar a Dios en los días de
Zacarías, entendido en visiones de Dios;
y en estos días que buscó a Jehová, él le prosperó”.
(2
Crónicas 14:7) “Dijo, por tanto a Judá: Edifiquemos estas
ciudades, y cerquémoslas de muros con torres, puertas, y barras, ya que la tierra
es nuestra: porque hemos buscado a Jehová nuestro Dios, lo hemos buscado, y él
nos ha dado paz por todas partes.
Edificaron pues, y fueron prosperados”.
(2
Crónicas 15:15) “Todos los de Judá se alegraron de
este juramento; porque de todo su corazón lo juraban, y de toda su voluntad lo
buscaban: y fue hallado de ellos; y les dio Jehová paz por todas partes”. La escritura establece esto con claridad:
los siervos que oran encuentran bendiciones y descanso por todos lados.
Cuando
su mente es la mente de Cristo entonces estará centrada en agradar a Cristo, nunca
necesitarás el aplauso y la aprobación de los hombres. Si buscas satisfacer al
hombre, simplemente no puedes ser un siervo de Cristo. Si nuestro corazón está
motivado por la aprobación de otros, si esa es la disposición, que influencia
mi manera de vivir mi realidad estará dividida. Siempre estaremos empeñados en
satisfacer a alguien u otro más que a Jesús.
Unos pocos años después que el
apóstol Pablo se convirtió, fue a la iglesia en Jerusalén para tratar de
juntarse con los discípulos de allí. (Hechos
9:26) “Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos;
pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo”.
Los
apóstoles conocían la reputación de Pablo como perseguidor.
(Gálatas
1:20-23) “20
En esto que os escribo, he aquí delante de Dios que no miento.
21
Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia, 22 y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en
Cristo; 23 solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía,
ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba”.
Bernabé
ayudó a los apóstoles a superar el miedo respecto de Pablo y le ofrecieron su
fraternidad. Pero
Pablo decidió volverse a los gentiles. A la verdad, Pablo es cuidadoso en describir
su llamado muy claramente. Señala
que este llamado no vino a él (Gálatas
1:1) “Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y
por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos)”. Él, entonces, agrega con énfasis: (Gálatas 1:11,12,16) “11
Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según
hombre; 12 pues yo ni lo recibí ni
lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. 16 revelar a su Hijo en mí, para que yo
le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre”.
Lo
que aquí nos está enseñando la Sana Doctrina de Cristo a través del apóstol
Pablo, es aplicable a todos los que desean tener la mente de Cristo:
No tuve que leer libros o seguir métodos de hombre para lograr lo que tengo.
Recibí mi ministerio, mi mensaje y mi unción sobre mis rodillas. Si tengo alguna revelación de Cristo, esta
viene del Espíritu Santo, quien habita en mí y guía mi vida. No puedo
permitirme a mí mismo seguir rumbos, y tendencias de otros.
Por favor comprendamos que el
apóstol Pablo no fue algún orgulloso, arrogante, predicador llanero solitario.
Ya sabemos que tuvo un corazón de siervo. Renunció al YO y de toda ambición
personal y encontró total satisfacción en Cristo.
Pablo no necesitó una sola persona
para que le enseñara La Sana Doctrina de Cristo y como predicar a Cristo, o
como ganar pecadores para el evangelio. Ahora, el Espíritu Santo como a él
también en nosotros puede ser nuestro profesor.
Pablo
creyó que la mente de Cristo cambia las inclinaciones de una persona para
siempre. Cuando Cristo se convirtió en su total
satisfacción, Pablo situó sus inclinaciones e intereses sobre las cosas
celestiales: (Colosenses 3:1-7) “1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo,
buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida
está escondida con Cristo en Dios. 4
Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis
manifestados con él en gloria. 5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:
fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es
idolatría; 6 cosas por las
cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, 7 en las cuales vosotros también
anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas”.
Lamentablemente,
esta no es la práctica de muchos cristianos hoy.
El hacer dinero en el mundo es una
motivación equivocada. Confiar en su propia habilidad para construir su futuro
y cuidar nuestras familias por medio de tenerlo todo.
Al
final, todas sus inversiones estarán equivocadas, porque se enredan en
controversias respecto de sus finanzas. Cuando Pablo
escribió este mensaje sobre la mente de Cristo, primeramente lo envió a la
iglesia de Filipo. Fueron a los cristianos Filipenses que Pablo primero
presentó la verdad de la Sana Doctrina de Cristo, para que tuvieran la mente de
Cristo. Fue de detrás de las rejas que Pablo declaró que tenía la mente de
Cristo, poniendo a un lado su reputación para convertirse en siervo de Jesús y
su iglesia. Ahora, escribió, (Filipenses
2:19) “Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo
también esté de buen ánimo al tener noticias vuestras”.
Estaba
Pablo, preocupado de las condiciones espirituales y físicas del pueblo de Dios.
Dijo a las ovejas del Señor, (Mi consuelo vendrá solamente cuando sepa que
ustedes están bien, en el espíritu y en el cuerpo. Por lo tanto, envío a
Timoteo para que vea esto en mi nombre).
Entonces, Pablo hace esta alarmante
declaración: (Filipenses 2:20) “pues
a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por
vosotros”. Mientras Pablo escribió esto, la iglesia a su alrededor en Roma
estaba creciendo y siendo bendecida. Indudablemente, en esa iglesia había
líderes piadosos. No obstante, Pablo
dice, “No tengo un hombre que comparta conmigo la mente de Cristo.” ¿Por qué
esto era así?
(Filipenses
2:21) “Porque todos buscan lo suyo propio, no lo
que es de Cristo Jesús”. Evidentemente, no
había servidores pero si muchos líderes en Roma y estos líderes que nunca
van a contar con un corazón de siervo, ninguno que pusiera a un lado su
reputación y empezara una vida de sacrificio. En cambio, cada cual perseguía
sus propios intereses. Ninguno tuvo el
sentir de Cristo. Pablo no pudo confiar en ninguno para que fuera a Filipo y
fuera un verdadero siervo a ese cuerpo de creyentes.
De la misma manera miramos hoy
alrededor de la iglesia, vemos que la misma cosa está sucediendo en muchas
congregaciones llenas de líderes siguiendo y defendiendo religiones y
denominaciones que no salvan pero si nos separan como si fuéramos países.
Ministros y feligreses por igual, van detrás de las cosas del mundo, ya todas
las tradiciones del mudo filtradas en las congregaciones: dinero, reputación,
materialismo, éxito. Ellos son llamados
para servir a la iglesia de Jesucristo, pero, no conocen la mente o el sentir
de Cristo. Y la mente de Jesús es una de sacrificio, amor y preocupación por
los demás. En las palabras de Pablo: “Cada cual busca sus propias prioridades.”
MIRO
UN MUNDO QUE YA ESTÁ GIRANDO AL CAOS.
Me pregunto: ¿Dónde está la voz de
autoridad en Cristo? ¿Dónde están los pastores, las congregaciones, los laicos
que están pensando cómo Jesús? ¿Dónde están aquellos que no persiguen sus
agendas personales, sino que están buscando la mente de Cristo en estos
tiempos? Aquellos que están
centralizados en mejorarse a sí mismos, se están alejando de la íntima comunión
con Cristo. Pueden predicar a
Cristo, pero, le conocen menos y menos. Y se están abriendo a grandes
tentaciones.
Les
pregunto: ¿Está tu iglesia prosperando, y poniendo
sus afectos en las preocupaciones de Cristo? ¿Y qué de usted? ¿Cuándo ve a
alguien que está desempleado, ora por ellos? ¿Busca la manera cómo ayudar y
servir?
¿Dónde está el joven Timoteo de hoy?
¿Dónde están los hombres y mujeres jóvenes de Dios que rechazan la sirena que
llama al éxito y el reconocimiento y, en cambio, ponen sus corazones en
ferviente oración, trayendo todas las cosas en sus vidas bajo sujeción, para
convertirse en verdaderos servidores de Cristo y su iglesia?
Nuestra oración debe de ser: Jesucristo,
reconocemos ante ti que todavía batallamos con nuestro cochino carácter,
ayúdanos a que podamos someter nuestra carne y sus deseos a la obediencia a
Cristo Jesús y no deseo estar más sin tener la mente de Cristo. No deseo estar
preocupado por mi propio futuro. Sé que tú tienes mi vida y mi alma en tus
manos. Por favor, Señor Jesucristo, dame tu mente, tu sentir, tus
preocupaciones. Deseo tener tu corazón de siervo. Amen.
Predica expositiva por:
Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de
Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus
vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la
oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o
denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo, estoy ofreciendo:
MATERIALES BÍBLICOS GRATIS (en formato Word)
Todo es
completamente gratis, como escritor de estos materiales te voy a dar los
originales para que tú le pongas el nombre de tu Iglesia o tu ministerio o le
hagas las modificaciones que a ti te parezcan convenientes. Mi interés es que me des la oportunidad de
servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el
de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando
toda basura de ignorancia.
http://viclaly5757.blogspot.com/?spref=fb
viclaly5757.blogspot.com
Por favor si les
interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los
siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré
inmediatamente sin cuestionar nada y que
el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido en
este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes
de gracia dalo de gracia.
viclaly_57_57@yahoo.com
https://plus.google.com/u/0/communities/105936701821113953310
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