EL AMOR DEL MUNDO Y
EL AMOR DE DIOS
(1Corintios 13:1-8)
“1
Si yo hablase en lenguas humanas y no tengo amor, vengo a ser como metal que
resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y
si tuviese profecía y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si
tuviese toda la fe de manera que pudiese trasladar los montes, y no tengo amor,
nada soy. 3 Y si repartiese todos
mis bienes para dar de comer a los pobres y si entregase mi cuerpo para ser
quemado, y no tengo amor de nada me sirve. 4
El amor es sufrido, es benigno;
el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no
se envanece, 5 no hace nada indebido. No busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no
se goza de la injusticia, más se
goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta. 8 El amor nunca deja de ser; pero
las profecías se acabarań. Y cesarań las lenguas y la ciencia acabara”.
INTRODUCCIÓN
El
hombre y la mujer procuran gozar de felicidad, en sus vidas. Pero como hay
muchísimas personas que no encuentran el sentido a su vida, y no alcanzan la alegría
y la felicidad y se desesperan vivir una vida vacía.
Por ejemplo: Se aproxima otra
tradición del mundo del 14 de Febrero que la gran mayoría de “cristianos” están
involucrados y recibirán y quizás darán regalos, que todo esto es porque según
la tradición es el tiempo de demostrar amor por medio de regalos y flores,
aunque el resto del año sean gritos, mal-modos, desprecios y muchos malos ratos,
y después como si fuéramos personas extrañas, ¿qué es lo que sucede? ¿Porqué las personas aparentan que han
alcanzado la felicidad, y el gozo, pero sólo terminan en el vacío, la
frustración y el suicidio algunos? Porque han padecido de falta de Amor Verdadero, que es el
núcleo del gozo y la felicidad. Todo puede aparentar perfecto, pero si
padecemos de falta de Amor verdadero,
nunca podremos ser felices.
FALTA DE SENTIDO EN
LAS VICTORIAS SIN AMOR
Primero,
una victoria sin amor no tiene ningún sentido. (1Corintios 13:1-3) dice: “1
Si yo hablase en lenguas humanas y no tengo amor, vengo a ser como metal que
resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y
si tuviese profecía y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si
tuviese toda la fe de manera que pudiese trasladar los montes, y no tengo amor,
nada soy. 3 Y si repartiese todos
mis bienes para dar de comer a los pobres y si entregase mi cuerpo para ser
quemado, y no tengo amor de nada me sirve”.
Algunos piensan con
orgullo por hablar mucho en lenguas. Todo el mundo pone a estudiar inglés a sus
hijos, les envían al extranjero para estudiar donde puedan pensar, hablar y
actuar en inglés. Todo el mundo desea
dominar ese idioma mundial. Es un gran orgullo hablar bien.
La biblia reconoce el
hablar en lenguas angelicales.
(1Co 14:2-4) “2 Porque el que habla en lenguas no
habla a los hombres, sino a Dios; pues
nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. 3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.
4 El que habla en lengua
extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia”.
(1Co 14:6) “Ahora pues,
hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no
os hablare con revelación, o
con ciencia, o con profecía, o con doctrina?”.
(1Co 14:13,14) “13 Por lo cual, el
que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla. 14 Porque si yo oro en lengua
desconocida, mi espíritu ora, pero mi
entendimiento queda sin fruto”.
(1Co 14:26-28) “26 ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os
reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene
revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación. 27 Si habla alguno en lengua extraña,
sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. 28 Y
si no hay intérprete, calle en la iglesia,
y hable para sí mismo y para Dios”.
Es asombroso hablar
en lenguas angélicas. Pero si no hay amor, todo esto es como metal que
resuena o címbalo que retiñe. Todo es superficial, y su esencia no es el amor.
Para hablar en muchas lenguas debe haber mucho amor en el corazón.
(1 Juan 3:18,19) dice: “18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 19
Y en esto o conocemos que somos de la
verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él”.
También
dice la Doctrina de Cristo en la biblia que aunque se pueda profetizar, y tener
todos los conocimientos, fe al punto de mover los montes, pero no tenemos amor
de nada vale. La biblia dice que aunque alguien pueda profetizar o tener la fe
de mover montes, pero no tiene amor, nada es. A los ojos de los demás son
grandes pero no a los de Dios. Los ojos de Dios y los nuestros son demasiados
diferentes.
También
dice la biblia que si alguien repartiese todos sus bienes para los pobres, y no
tiene amor de nada sirve. No tiene nada
de utilidad. Hoy en día se realizar mucho estas obras sin amor. Si vemos la
demanda social de hoy en día, las empresas comerciales dan donaciones de dinero
para evitar las censuras sociales.
No
porque quieran. Pero delante de los ojos de Dios no valen nada. Si no tiene amor,
aunque reparta sus bienes no tiene ningún sentido. Hoy día hay personas que ofrendan
sus cuerpos.
Muchas personas
dicen que matan por su familia y su nación. Los terroristas aparecen como
plagas. Ponen en sus cuerpos bombas y explotan en pedazos. Pero como la razón
no es el amor, sino por venganza, no sirve de nada. Si alguna religión te dice
que puedes ir al cielo por esa acción te mienten. Todo lo hecho por odio no es
útil.
La
biblia dice que aunque se entregue el cuerpo para ser quemado, y no tiene amor
vano es. En el corazón del hombre hay un
gran vacío. Y no se llena con placeres del mundo, ni con honra ni autoridad. Más
bien se llena de desilusión, insatisfacción. Lo único que lo debe de llenar
es el Amor de Jehová Dios por medio del Espíritu Santo.
Y
sólo cuando lo recibes dentro tienes una real satisfacción. El que puede gozar
de verdadera alegría y felicidad es el que recibe al Espíritu Santo. Sólo el amor diferencia a los hijos de Dios
con los hijos del diablo. Ellos llevan la misma cruz de Cristo, dicen amén
juntos, aleluya, cantan juntos, vienen al servicio juntos, pero lo que nos distingue como hijos de Dios es el Amor.
Si no hay amor,
aunque la persona hable lenguas angelicales, profetice, sólo es metal que
resuena o címbalo que retiñe. Así se tenga poder de profecía, toda la
ciencia, y la fe para mover montañas, sin amor no somos nada. Aunque demos
todos nuestros bienes, o demos nuestro
cuerpo para ser quemado, de nada sirve. A los ojos de Dios, sólo el amor
tiene valor. Sin amor; ni el dinero, ni
la música, ni el arte y ni la vida cristiana puede ser igual, sin amor no somos
nada.
Si tengo amor, se
manifiesta la sinceridad. El ritmo del amor está en Corintios 13, y la gente
se pregunta si lo tiene. ¿Lo tienes tú? Puedes saberlo con Corintios 13.
Así como se puede
saber
si hay amor entre los hijos y padres.
¿Qué pasa si hay amor? Dice que el amor
es sufrido. ¿Cuál es la señal de que los padres aman a sus hijos? Es el
soportar. Soportar su cama llena de
orín, lo pone en una cama seca y cuidarlo hasta que se le rajen las manos de
estar lavando los cobertores y su ropa. Porque lo ama.
Lo mismo es entre
los esposos.
Si se aman, soportan procuran entenderse, y para estar de acuerdo. Si no hay
nada de esto es porque no hay amor. El amor siempre está con la paciencia. ¡Te
amo! decir esto y luego no poder soportar no es amor.
(Hebreos 12:3) dice: “Considerad
a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo para que
vuestro ánimo no se canse hasta desmayar”. Dios
soporta nuestras debilidades porque nos ama. (Santiago 5:7) dice: “Por
tanto, hermanos, tened paciencia hasta
la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la
tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la
tardía”.
Soportar por mucho
tiempo es amor.
Si quieren saber si aman o no a una persona, vean si lo soportan mucho tiempo
para entenderlo, o estar de acuerdo con ella o el.
Si hay amor hay
mansedumbre
¿No tratan los padres con suavidad a sus hijos? Es por amor. Al amor siempre lo acompaña la mansedumbre.
Si el esposo trata con suavidad a su esposa es porque la ama. O la esposa a su
esposo, o entre vecinos. Es la señal del amor.
(Efesios 4:2) dice: “Con toda
humildad y mansedumbre, soportándose con paciencia en amor”. Jesús dijo: (Mateo 11:29) “Llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil,
y ligera mi carga”. Así que si no somos suaves con alguien es porque no lo
amamos.
También dice que el
amor no es envidioso.
¿Acaso los padres que aman a sus hijos
los envidian cuando les va bien? ¡No! desean que les vaya bien, porque los
aman. El esposo que ama a su esposa no
la envidia porque le va bien. La esposa que tiene celos y envidia por su
esposo es porque no lo ama. Si envidiamos a los demás porque les va bien es
porque no tenemos amor. Pero hoy se
envidia. Si queremos probar si tenemos o no amor debemos revisar si envidiamos
a los demás. (Proverbios 17:9) dice:
El que cubre la falta busca amistad, más el que divulga, aparta al amigo”.
Si hay amor no hay
arrogancia.
El que es arrogante hace sentir a los demás inferiores. Los conceptos sociales
nos impiden compartir. Sus vidas son muy diferentes. Lo podemos ver en los
restaurantes que ellos vitan y las cuentas que ellos pagan y en su forma de
vestir lujosa ropa y dicen con arrogancia y presunción siempre, lo que comen y
visten
aprenden la arrogancia. (Proverbio 27:1)
dice: “No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el
día”. (Santiago 4:14) dice: “cuando
no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es
neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece”. (Santiago 4:16) dice: “Pero ahora os
jactáis en vuestras soberbias. Toda
jactancia semejante es mala”.
No hay nada de qué
enorgullecerse.
Porque estamos vivos por la misericordia de Dios, somos salvos por Él. La
biblia dice que el que se jacta lo haga en el Señor.
Por ejemplo: No necesitamos
mentir a los hijos diciendo: Cuando era joven yo estudiaba mucho, era
obediente, ordenada(o). Cuando el esposo se jacta ante su esposa, la mayoría no
cree y se ríe de él; o lo mismo es con la esposa que se jacta ante su esposo. El que ama no hace sentir inferior a los
demás.
Si amamos no somos
jactanciosos.
El amor no se envanece. El que se envanece dice: No hay nadie como yo. ¡Sean
como yo! Los padres que aman a sus hijos no se envanecen diciendo: ¡Sean
magníficos como yo! Si el esposo dice: Debes estar muy feliz por casarte
conmigo, o la esposa: deberías estar agradecido de haberte casado conmigo; es
porque no se aman.
¡No
pienses que encontrarías fácilmente alguien como yo! Estas palabras hacen mucho
daño. El que ama cada vez mengua más y eleva a la otra persona.
(Proverbios 16:18)
dice:
“antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de
espíritu”.
(Filipenses 2:3)
dice:
“Nada hagan por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada
uno a los demás como superiores a eĺ mismo”.
Entre esposos, o
vecinos debemos alagarnos y menguar.
(1 Pedro 5:5) dice:
“igualmente,
jóvenes estad sujetos a los ancianos; y todos sumisos unos a otros; revestíos
de humildad porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes”.
Si tengo amor soy
humilde.
Además si hay amor no hace nada indebido. El comportarse descortésmente y no
darse el tiempo para saludar a los hermanos, que hoy en día los siervos de Dios
se descuidan mucho en esta área.
Siempre
aconsejo a los siervos de esta iglesia que cuando vallan a evangelizar o hacer estudios
en las casas le traten a la gente, como superiores (Filipenses 2:3) “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes
bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”.
De lo contrario, esto es comportarse indebidamente, groseros y arrogantes. El
que usa con delicadeza palabras, acciones, u opiniones, todo debe ser con
cortesía para que haya amor.
(Proverbios 14:21)
dice:
“Peca el que menosprecia a su prójimo, pero el que tiene misericordia es
bienaventurado”. Si ven a alguien que menosprecia y actuar sin cortesía, es alguien que no tiene amor. El siervo de Dios, diacono, anciano, o servidores
de la iglesia que se comportan en forma indebida está lejos de ser cristianos
con amor. El amor siempre va acompañado de cortesía, y ́ésta tiene gran
relación con la vida cristiana.
El amor no busca lo
suyo.
¿Se puede llamar amor que un padre tenga de todo pero su familia siempre anden
deseando cosas? ¿Se puede decir que tiene amor si un esposo abandona a su
mujer? La biblia dice que el que no provee para su casa es peor que un
incrédulo, (1Timoteo 5:8) “porque si alguno no provee para los
suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un
incrédulo”. Sin no puede cuidar ni a
su familia ¿cómo podría cuidar a otros?
Si no podemos dar amor a las personas más cercanas, como son sus hijos y su
esposa ¿cómo podrá dárselo a un extraño?
He
visto hombres que hacen pasar hambre a su familia y ayudan a sus vecinos. El
que piensa que alguien así tiene amor está bien mal. El que es fiel en lo poco lo es en lo mucho. Si ama y provee a su
familia puede amar a los demás. Entonces el amor que busca lo suyo no es amor.
El buscar el bien primero el de los demás antes que el suyo, ese tiene amor.
Es difícil, pero
Dios dice: (Lucas 6:38) “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en
vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”.
Sean cosas o amor, si damos siempre
los estaremos recibiendo. (1 Corintios 10:33)
dice: “Como agrado a todos en todo,
no procurando mi bien, sino el de muchos para que sean salvos”.
El amor no se
irrita.
Para quien se enoja es poco, pero hace daño a los demás. Hoy, muchos hijos
enfrentan a sus padres y éstos se irritan y le dan las espaldas a sus padres es
porque ellos les han hecho mucho daño cuando se enojan, que es como clavarlos
con un cuchillo. Sea grandes o
pequeños el enojo siempre hace daño. Y el daño no es sólo para el que lo recibe, sino para el que se enfada.
Una persona justa y gentil no se irrita. Actúa y habla con gentileza. Alguien
superficial e imprudente se irrita fácilmente. Luego se arrepiente.
Entre esposos
cuesta la reconciliación luego de enfadarse. Entonces enojarse es totalmente
perjudicial y no realiza la justicia de Dios ni le da gloria.
(Proverbios 16:32)
dice:
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte, y el que se enseñorea de su
espíritu que el que toma toda una ciudad”.
(Santiago 1:19,20)
dice:
“Por esto mis amados hermanos; todo hombre sea pronto para oír, tardo para
hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de
Dios”. Sería bueno no enfadarnos
nunca, pero en esta vida es imposible no hacerlo. Muchos de Ustedes se
hicieron famosos cuando eran jóvenes
por ser muy enojones. Les hacían mucho daño a los demás, pero después
sentían mucho complejo de inferioridad, culpabilidad y afectaba su autoestima. Enojarse es como derramar agua, luego ya no
se puede recoger. Aguantar es tener amor. Si tenemos amor no pensamos en lo malo.
Si tenemos actitudes
de desconfianza con los demás, no tenemos amor. Y son sentimientos de odio y
del diablo.
(1 Pedro 3:9) dice: “No devolviendo
mal por mal ni maldición por maldición, sino bendiciendo, sabiendo que fuisteis
llamados para heredar bendición”.
(Santiago 1:21)
dice: “Por
lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con
mansedumbre la Palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”. Si tenemos amor no nos gozamos en las
injusticias. ¿Qué significa esto? Es el camino errado de la vida. Dios es
justo y eso es amor.
Si
nos gozamos viendo como los hijos, o el esposo o los demás están en un mal
camino, significa que no tenemos amor. (1
Juan 3:4) dice: “Todo el que comete pecado infringe la ley; porque el
pecado es infracción de la ley”.
Si
tenemos amor nos gozamos con la verdad. ¿Qué
es la verdad? Es Jehová Dios en Jesucristo que nos trajo su Palabra Inspirada
por el Espíritu Santo. Cuando evangelizamos estamos anunciando la verdad. (1 Juan 2:9) dice: “El que dice que
está en la luz y aborrece a su hermanos, todavía está en tinieblas”. (Efesios 5:9) dice: “Porque el fruto de
justicia es toda verdad, justicia y bondad”. (Romanos 13:10) dice: “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento
de la ley es el amor”. Los que andamos
en la verdad tenemos amor, Entonces somos honrados, no estamos en injusticias, maldades,
maldiciones y desesperaciones.
Si tenemos amor
todo se sufre,
todo se cree, todo se espera, todo se
soporta. ¿No son hermosos atributos? (2
Pedro 3:9) dice: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino
que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que
todos procedan al arrepentimiento”. Si
así no fuera ya estaríamos todos destruidos. Aunque pecamos todos los días, nos
perdona y no nos abandona. Así que siempre debemos tratar de entender el amor
de Dios y tratar de llevarlo a la realidad
El amor todo lo
soporta, todo lo cree, todo lo espera. (Romanos 8:35-37) dice: “35 ¿Quién nos separará del amor de
Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero. 37
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos
amó”. Triunfamos en la vida porque hay
amor. Si no tuviéramos amor, no tendíamos seguridad y no podríamos vencer en la
vida.
Ahora que sabemos más
acerca del amor;
¿Qué debemos hacer para amar? Debemos recibir al fundamento que es la Sana
Doctrina de Cristo que es donde se encuentra el Amor que es del Padre por medio
de Jesucristo, y todo Inspirado por el Espíritu Santo, en la Palabra Escrita.
Y
sólo con eĺ dentro amaremos de verdad. (1
Juan 4:7) dice: “Amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo
aquel que ama es nacido de Dios, y lo conoce. El que no ama tiene una religión
o ritualismos, pero no conoce a Dios”.
(1 Juan 4:16) dice: “Y nosotros hemos
conocido y creído en el amor que él tiene para nosotros; Dios es amor, y el que
permanece en amor, permanece en Dios y Dios en él”.
(Lucas 23:34) dice: “Y Él decía:
Padre, perdónales porque no saben lo que hacen! Cuán grande es el amor de Dios!
(1 Juan 4:9) dice: “En esto se mostró
el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al
mundo, para que vivamos por él”.
Debemos agradecer
por siempre su Amor, y orar para estar llenos de su Espíritu Santo. (Romanos 5:5)
dice:
“Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”. No somos pueblo de
Dios porque le decimos a Dios, Señor, Señor, sino porque tenemos amor.
El congregarse
fielmente lo hace, sólo cuando tenemos un amor genuino. (Filipenses 1:9) dice: “Y esto pido en
oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo
conocimiento”.
(Juan 13:34,35)
dice:
“34 Un mandamiento nuevo os doy: Que
os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis
discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.
(Juan 15:12-14) dice lo mismo. “12 Este es mi
mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que este, que
uno ponga su vida por sus amigos. 14
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando”.
El amor se empieza
por el perdón.
Si perdonamos podemos amar, si nos llenamos de amor se van las enfermedades del
corazón. El odio es del diablo, y eso nos roba, nos mata y nos destruye. Y el
amor es de Dios y con el viene la vida y vida en abundancia. (Proverbios 10:12) dice: “El odio
despierta rencillas pero el amor cubrirá todas las faltas”.
Sacar
a luz las faltas de los demás a cada rato es odio, es la obra del diablo. Todo eso
es destructivo.
Pero
el amor cubre los pecados y las faltas de los demás. Para que sea amor debe ser
imparcial. (1 Pedro 4:8) dice: “Ante
todo tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”.
Dios nos perdonó en Cristo muchas veces y nosotros no queremos hacerlo ni una
ni dos veces a los demás.
Si
yo no perdono a los demás sus ofensas tampoco Dios persona las nuestras. Es una
orden. Si tú descubres los errores de los demás y revelas sus pecados ante los
demás, eres un cristiano falso. El amor cubre los pecados, los perdona, y así también
cuando pidamos a Dios por los nuestros Él nos perdonará.
PREDICA en Lerma
por: PASTOR Víctor R. Preciado Balderrama
Hola
hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y
con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me
gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo
permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es
que corra la Sana Doctrina de Cristo.
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