martes, 27 de mayo de 2014

A INCREDULIDAD ES UN PECADO CONTRA LA DOCTRINA DE CRISTO

LA INCREDULIDAD ES UN PECADO CONTRA LA DOCTRINA DE CRISTO
Esto es una verdad en la actualidad, y si hoy vemos epidemias sobre la tierra, enfermedades contagiosas e incurables, la peor epidemia que profetizo el Señor Jesús para este último tiempo, se llama “incredulidad”. (Marcos 16:14) “Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado”. Jesús dijo: (Lucas 18:8) “Cuándo venga el Hijo del hombre, ¿hallara fe en la tierra?”. La pregunta implica no solo falta de fe en la tierra sino también en el pueblo de Dios. ¿Por qué Jesús diría esto? La fe es uno de los temas más hablados en la iglesia. Entonces, ¿Qué nos está diciendo Jesús cuando pregunta, ¿encontrare algo de fe?

Nuestra identidad, como cristianos creyentes debemos de estar caracterizados por la fe. Un creyente sin fe sería una contradicción de la Doctrina de Cristo. Sin embargo, la enseñanza de las Escrituras y nuestra honestidad nos llevan a admitir que la presencia de la incredulidad es muy real en los creyentes. Ciertamente es una misericordia divina el hecho de que nuestra salvación no dependa de la cantidad de nuestra fe, sino del objeto de la misma. Si tú puedes venir a Cristo y descansar en Él no será en vano. No llegues a pensar que es el vigor de la fe lo que justifica. No, no; nuestra justificación es en Cristo y gracias a su justicia, la cual se recibe por la fe.
En varias ocasiones describió a los discípulos como “hombres de poca fe” (Mt.6:30; 8:26; 14:31; 16:8; 17:20). Obviamente hubiera preferido que se caracterizaran por ser hombres de mucha fe. La debilidad en la fe nos expone a ansiedades y temores, a derrotas espirituales y a una vida de oración infructífera.

Los discípulos que iban camino a Emaús estaban muy tristes (Luc.24:17). Humanamente hablando tenían razones para sentirse así. Su maestro había muerto. Pero lo peor era que sus esperanzas habían muerto también. Observemos cómo hablan de sus expectativas en tiempo pasado: “Esperábamos que él era el que había de redimir a Israel” (v.21). Oyen el reporte de que estaba vivo, y no se produce un cambio de actitud en ellos. ¿Qué mensaje tenía Cristo para ellos? “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!” (v.25). Sabemos que los once apóstoles fueron culpables de la misma falta de incredulidad. Y Cristo resucitado se dirigió a los once y (Mr.16:14) “Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado”.
Jesucristo no se limitó a ver la tristeza de sus discípulos, sino que habló de la raíz del problema; su incredulidad y falta de fe, porque no comprendían el conocimiento vivido con Jesús durante los tres años que vivieron con Él, y no lo podían entender hasta que Jesucristo les abrió el entendimiento, (Lucas 24:45) “Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras”.

(Hebreos 3:12-15,19) “12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. 14 Porque somos hechos participantes de Cristo,  con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, 15 entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. 19 Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad”.

La Doctrina de Cristo nos dicen que debemos reconocer la incredulidad en nosotros mismos cuando nos “apartamos del Dios vivo”. Sin embargo, ¿qué significa apartarse del Señor? Esto pasa por nuestra duda acerca de la fidelidad de Dios. Si permitimos crecer aun pequeñas semillas de incredulidad en nuestro corazón, terminaríamos en una condición penosa. Este pasaje nos advierte, que velemos, y no permitamos que nada de incredulidad eche raíz en nosotros. La incredulidad tiene que ver con rechazar la relación de amistad que quiere Dios establecer y mantener con el hombre a través de su hijo, Jesucristo y es por eso que nos dio una instrucción y se llama Doctrina de Cristo.

La injusticia es una de las características de nuestro mundo, y por eso la esperanza del cristiano no está en esperar que este mundo se torne mejor, sino en el retorno glorioso de Jesucristo al final de la historia. Mientras tanto, es el deber de los cristianos mantenerse suplicando en oración que Dios haga justicia. Sólo la fe nos inspirará a persistir a pesar de las dificultades, los obstáculos y la oposición. Es una fe que debemos pedir a Dios que nos dé, y una que también debemos ejercitar cada día, de modo que no vivamos tanto por la vista, sino en la práctica continua de la confianza en Jehová Dios y sus promesas. La incredulidad está muy cimentada en nuestro mundo. Y cuando Cristo vuelva, la fe estará en su nivel más bajo. La pregunta de Jesús implica que tal fe no será hallada en la tierra a menos que sus discípulos aprendan a orar siempre y no desmayar. Propongámonos, en dependencia de Dios, que con nosotros como pequeño remanente será diferente. (Heb. 10:39) “nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma”.

La incredulidad en el hombre se manifiesta con actitudes de rebeldía frente a la Doctrina de Cristo porque es muy fácil cuando alguien te dice que pertenece a una religión, pero cuando nosotros decimos que somos de la Sana Doctrina de Cristo no creen que sea de parte de Dios. Si nosotros permitimos que crezcan aunque sean pequeñas semillas de incredulidad en nuestro corazón, respecto si estamos con la Doctrina de Cristo a la mejor mal entonces, terminaremos en una condición muy lamentable, dolorosa y triste.

En la Doctrina de Cristo con mucha seguridad nos enseña lo siguiente: (Hebreos 11:6) “Sin fe es imposible agradar a Dios: Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. ¿Cuál era, sin embargo, el tipo de cosas que llamaban la atención del Señor Jesucristo? Mencionare solo ocho pasajes donde la fe siempre le llamó la atención a Jesús.
1. Cuando los amigos del paralítico le bajaron por el tejado, se nos dice que el Señor observó su fe: (Lucas 5:20) “Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados”.
2. Podemos mencionar igualmente aquella ocasión cuando Cristo sanó a la mujer enferma de flujo por doce años: (Mateo 9:22) “Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado”.
3. Encontramos el caso de la mujer cananea. ¿Qué escuchó del Señor? (Mateo 15:28) “Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres”.
4. Vemos la pregunta que hizo a los discípulos: (Mateo 16:8) “¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan?”.
5. Cuando confrontó a los escribas y fariseos, les recriminó el haber dejado lo más importante de la ley: (Mateo 23:23) “la justicia, la misericordia y la fe”.


6. Recordemos también a los discípulos en medio del mar en tempestad. De todas las cosas que Cristo les pudo preguntar, la fe tuvo la preeminencia: (Marcos 4:40) “¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?”.
7. Fue la fe del centurión lo que más le llamó la atención: (Lucas 7:9) “Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe”.
8. Cuando de los diez leprosos sanados, uno regresó dando gracias, lo que Jesús mencionó explícitamente no fue su gratitud, sino su fe: (Lucas 17:19) “Levántate, vete; tu fe te ha salvado”.
Sin duda, la santísima fe ocupa un lugar central en la escala de valores de nuestro Señor Jesucristo y por falta de fe viene la incredulidad.

Déjenme mostrarles cuan seriamente Jehová Dios toma nuestro pecado de incredulidad. La incredulidad es el pecado que irrita a Dios. En Éxodo 17, Israel llegó al desierto llamado Sin. No había señal de agua para beber, y el pueblo reprendió amargamente a Moisés: “Danos agua para que podamos tomar” (Éxodo 17:2). Ellos trataron al escogido de Dios como si fuera su obrador personal de milagros. Ustedes conocen el resto de la historia. Dios dijo a Moisés que se pare delante de una roca y la golpee. Cuando lo hizo, fluyeron ríos de agua, mas que suficiente para calmar la sed del pueblo. Pero Jehová Dios puso un nombre a este episodio de incredulidad. Él llamó aquel lugar Masah y Meriba, que significa provocación, exasperado, harto, irritado. Sin embargo, Jehová Dios no fue provocado solamente con las quejas del pueblo. Era mucho peor que eso. Ellos lo habían acusado de abandonarlos en su prueba. Ellos habían dicho a Moisés: (Éxodo 17:3,7) “3 Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? 7 Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová,  diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?”.

La deducción de ellos es como la de muchos ahora que siguen pensando así: sí Dios está con nosotros, ¿Dónde está ahora? Nosotros no vemos ninguna señal de su presencia o poder pues estoy enfermo(a). ¿Está el Señor vivo o muerto? ¿Cómo podemos creer en un Dios que permite cosas tan terribles?

No, Dios estaba exasperado por una buena razón. La razón la encontramos después en las Escrituras, mientras Moisés recordó el episodio en Masah. Él dijo, (Deut. 9:23,24) “También fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios, y no le creísteis, ni obedecisteis a su voz. Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día que yo os conozco”. Ellos como muchos ahora nunca se han comprometido totalmente en confiar en Jehová Dios. De hecho, así como estos israelitas habían albergado ídolos todo el tiempo muchos que no se comprometen tienen ídolos en sus corazones todavía.

Y así como ellos conservaron pequeños dioses ocultándolos en sus tiendas de campaña, para regresar a ellos en caso que Dios falle así muchos los ocultan es sus corazones y se les nota porque siempre tienen buenas escusas pero la verdad nunca le sirven a Jehová Dios en su obra. Jesucristo dijo: (Hechos 7:42-43) “… me ofrecisteis víctimas y sacrificios…en el desierto… (Pero) llevasteis el tabernáculo de Moloc, y la estrella de vuestro dios Renfán, figuras que os hicisteis para adorarlas”.


¿Por qué Jehová Dios no ha respondido muchas oraciones? Porque nuevamente ahora mismo existen muchos con excelentes pretextos, y es por eso que no están aquí en esta predicación, iguales que en el desierto, ellos se volvían a dioses extranjeros para que los ayuden. El enojo de Dios aquí; es un estruendoso llamado al arrepentimiento.
Hoy mismo Ustedes han introducido ídolos extraños a su casa que es de Dios. Y es tu música impía, y telenovelas, e ídolos de flojera los cuales saben que Dios detesta. Y ahora han corrompido a todo el rebaño con eso. Saquen dice Jehová Dios esos ídolos de sus corazones, y aléjenlo de sus casas. Entones Dios se manifestara en medio de ustedes. Pero si todavía eres un incrédulo y falto de fe nunca vas a obedecer de sacar inmediatamente y desacerté de esa música y en su lugar poner música de adoración y dejar tus telenovelas y de activarte en su obra. Esto es exactamente lo que Dios quiere hacer en nosotros. Jehová Dios está diciendo al pueblo, acerca de las cosas ocultas en nuestra vida.

¿Ustedes creen que Dios ve nuestras cosas ocultas? ¿Ustedes creen que Jehová Dios bendice a los cristianos que tratan de servirle mientras esconden cosas en su corazón? Ese es el verdadero crimen de la incredulidad: muchos piensan que como no pasa nada porque ven que Dios los sigue bendiciendo a pesar de que oyen y ven telenovelas y disfrutan de la flojera, piensan que el exagerado soy yo igual como pensaron de Moisés en el desierto (Eclesiastés 8:11) “Por cuanto no se ejecuta luego la sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres esta en ellos dispuesto para hacer el mal”. Ellos dieron por supuesto la declaración de Jeremías: (Lamentaciones 3:22) “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias”.

La incredulidad impide toda liberación del poder y dominio de Satanás.
Estoy convencido que todo pecado no sometido es causado por la incredulidad. Y ahora mismo, multitudes de cristianos están peleando una batalla perdida con su pecado. De hecho, muchos ya se han dado por vencidos en la pelea. Ellos están convencidos que algún poderoso espíritu demoníaco ha levantado fortaleza en ellos y no puede ser expulsado. Y por esto, ellos viven infelices, atados por un pecado que los acosa. Pablo expresa el clamor de su corazón: (Romanos 7:24) “¡Miserable de mí! ¿Quién me librara de este cuerpo de muerte?”.

Pero Pablo responde a su propia pregunta en el próximo versículo: (Romanos 7:25) “Gracias doy a Dios por Jesucristo Señor nuestro”. En otras palabras, Jesucristo me hace libre del poder y el domino del pecado. La respuesta es tan sencilla, que a veces no la entendemos. Los judíos también rechazan esta verdad, prefiriendo guardar 630 reglas y estatutos, esperanzados en equilibrar los libros por sus pecados. Aun muchos cristianos preferirían añadir algunas reglas de confianza en sí mismos a su liberación. Ellos hacen promesas a Dios y tratan de vencer todo los deseos de su carne con su propia fuerza. Pero aquí está el extracto y nada complicado Evangelio: Donde hay arrepentimiento genuino, hay perdón instantáneo. Y hay limpieza instantánea, como también continuo acceso al trono de Dios. Si creemos estas verdades, somos hechos libres. El pecado hace querer ocultarnos de la presencia de Dios.
Aquí está la esencia de la incredulidad entre los cristianos: Cuando nosotros pecamos, fallándole a Dios, tendemos a huir de su presencia. Pensamos que Él está demasiado enojado para querer comunicarse con nosotros.


Así que dejamos de orar. En nuestra vergüenza, pensamos, Yo no puedo ir a Dios en esta condición. Esto es una incredulidad malvada, y es un crimen a los ojos de Dios. Cuando confesamos nuestros pecados, incluyendo los hábitos que nos persiguen, Dios no nos interroga. Cuando Jesús nos reconcilio con el Padre en la Cruz, fue por siempre. Eso significa que si peco, ya no tengo que reconciliarme con Dios una y otra vez; no soy cortado de la presencia de Dios, repentinamente no reconciliado con Él. No, el velo de separación fue rasgado permanentemente en la Cruz, y nosotros por siempre tenemos acceso al trono de Dios, a través de la sangre de Cristo. La puerta nunca está cerrada para nosotros; (Efesios 3:12) “En quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en Él”.

La Doctrina de Cristo expresa claramente que si alguno de nosotros peca, tenemos abogado con el Padre en Cristo Jesús. Pero si permanecemos ahí, rehusando entrar, no estamos siendo humildes; estamos actuando en incredulidad. (Hebreos 4:16) “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.
Aún más, no tenemos que esperar a tener nuestras almas limpias. (1 Juan 1:9) “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. La misma fe que nos salva y perdona, es también la fe que nos guarda. Pedro dice que (1 Pedro 1:5) “somos guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero”. Que verdad tan increíble ¿Verdad?.

Lucas 1 incluye uno de los casos más revelantes de la gravedad de la incredulidad. Recuerdan la historia del piadoso Zacarías, el padre de Juan el Bautista. Zacarías fue un fiel sacerdote que sufrió a causa de un episodio de incredulidad. Su historia ilustra precisamente cuan seriamente Dios toma este pecado. La escritura dice que Zacarías fue (Lucas 1:6) “Justo delante de Dios, y andaba irreprensible en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor”. En resumen, Zacarías fue fiel y obediente, un siervo que ansiaba la venida del Mesías. Dios envió al ángel Gabriel a decirle que su esposa tendría un hijo. De pronto, la mente de este hombre devoto se llenó de duda, y se rindió a una terrible incredulidad. Él le preguntó al ángel, (Lucas 1:18) “¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada”. Dios no tomó amablemente la duda de Zacarías, y él dictó sentencia al sacerdote: (Lucas 1:20) “Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo”.

La incredulidad cierra nuestros oídos a Dios, aun cuando Él nos está hablando claramente. Esto nos corta de una revelación fresca. Y nos impide una comunión íntima con el Señor. No importa cuán fieles o diligentes podamos ser. Como Zacarías, traemos sobre nosotros mismos una parálisis de ambos, oídos y lengua.
Somos confrontados en Hebreos: (Hebreos 3:19) “Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad”. Solo un pecado mantuvo a Israel lejos de la tierra prometida: La incredulidad. Canaán representa un lugar de reposo, paz, fruto, seguridad, plenitud, satisfacción, todo lo que un cristiano desea. Es también un lugar donde el Señor habla claramente a su pueblo, dirigiéndolos a través del Espíritu Santo.


Todos estos pecados como: ira, celos, pereza, duros de corazón, idolatría secreta son el resultado de la incredulidad. Este pecado, incredulidad, que estorbó al pueblo de Dios a entrar a Canaán. Por lo tanto, Hebreos nos insta hoy, (Hebreos 4:11) “Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia”.
El siervo cristiano, creyente en la Doctrina de Cristo se apega a la promesa del Nuevo Pacto de Dios: (Ezequiel 36:27) “Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”. Él también se aferra a esta Palabra: (Jeremías 30:21, 31:9) “Y le haré llegar cerca, y él se acercará a mí…y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán”. Pero todavía hay muchos que están inseguros, inquietos, cuestionando la guía de Dios a través de mi vida, preocupados por su futuro. ¿Por qué? Porque muchos tienen una habitual levadura de incredulidad. Toda su devoción y actividad han sido inefectivas por esa razón.

De todas las cosas que Jesús enseñó acerca de la incredulidad, hay tres que quiero destacar ya para terminar:
1. La incredulidad deja al creyente a merced del miedo y el temor.
El temor al futuro es un problema de fe. Es en el contexto del afán de los hombres ante el porvenir que Cristo calificó a sus oyentes como (Mt.6:30) “hombres de poca fe”. La ansiedad generada ante la incertidumbre de la vida sólo puede ser contrarrestada por medio de la fe. En la medida en que tenemos nuestra confianza depositada en las promesas del Dios que nunca miente, en esa medida nos libraremos de la ansiedad. ¿Creen de todo corazón en las palabras de Jesucristo cuando dijo: (Mt.6:33) “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”? La fe hace la diferencia cuando en condiciones que normalmente incitan al afán y a la ansiedad, vemos al hijo de Dios disfrutar de una paz incomprensible para el hombre natural.
(Fil.4:6-7) “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. La fe nos lleva a poner el asunto en las manos del Dios Todopoderoso, y si ya está en sus manos, entonces podemos descansar. Esa es la fe en acción.
¿De dónde brotó el miedo de los discípulos en alta mar? En los evangelios resaltan el punto de que para Cristo el problema fue la falta de fe. (Mr.4:40) “¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?”. Lucas tiene una pregunta más directa: (Luc.8:25) “¿Dónde está vuestra fe?”. Para nuestro Señor la fe debió elevarles por encima de las circunstancias a esperar refugio seguro en medio de la tempestad. Jesucristo no está exigiendo de la fe algo imposible de lograr. Esa bendita virtud es capaz de eso y de mucho más. Pero la realidad es que tenemos un problema de falta de fe, de poca cantidad de fe, no tenemos ni siquiera la fe del tamaño de una semilla de mostaza. Es, pues, la fe la solución para muchos de nuestros problemas de temores, dudas y ansiedades. (Isaías 26:3) “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”.

2. La incredulidad nos hace más vulnerables ante la tentación.
Es de mucha ayuda observar que cuando Jesucristo a través del apóstol Pablo describe la armadura del cristiano, la fe desempeña un papel muy importante en la defensa contra los ataques de Satanás.

(Ef.6:16) “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”, y se refiere a (1 Tes.5:8) “…la coraza de la fe…” con que podemos permanecer firmes en un mundo de tinieblas. Somos vulnerables; pero la incredulidad nos hace más vulnerables todavía.
La clave de esto está en: Lucas 22. El diablo pidió el poder zarandear a los discípulos en el momento que está aprendiendo la Doctrina de Cristo. En un instante de tanta tristeza, el enemigo aprovecha para lanzar un ataque demoledor. ¿Cuál era la esperanza? ¿Qué dice Cristo? (Lucas 22:31,32) “31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; 32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos”. La fe es ese escudo y esa coraza que nos defenderán contra estos ataques del enemigo. ¿Y nosotros hoy? ¿Cómo podremos tener victoria? Si caemos, ¿cómo podremos levantarnos? La fe es la respuesta. Es la Doctrina de Cristo a través se Pedro que, después de describir al diablo como un león rugiente, dice: (1 Pedro 5:9) “Al cual resistid firmes en la fe…”. Por la fe podemos hacer que sea el León de la tribu de Judá quien luche contra ese león rugiente y maligno. (1Jn 5:4) “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”.

3. La incredulidad lo primero que golpea es la vida de oración del cristiano.
La oración y la fe son inseparables. Hablando de la oración eficaz: (Sant.5:15) “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados”. Es Dios mismo quien ha colocado la fe como un requisito indispensable. ¿Cómo hemos de obtener sabiduría? El mismo nos dice que es necesario pedirla con fe. (Sant.1:5-7) “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”.
Observe el énfasis en la Doctrina de Cristo que es enseñanza general de la Palabra de Dios. (Sal.37:3,4) “Confía en Jehová… y él te concederá las peticiones de tu corazón”.

Es la enseñanza de Jesucristo en los evangelios. La incredulidad es señal de la presencia del padre de la mentira en los corazones cristianos que produce los pecados y se encuentra en todo pecado. Es el pecado más difícil de dominar y el último en ser removido. Sigue a todos los hombres desde la cuna hasta la tumba. Ningún cristiano está libre de su escalofriante influencia. Es el espíritu del mundo y sus tradiciones. No conoce la vergüenza, pero se burla de Dios, arroja dudas sobre la verdad de la Sana Doctrina de Cristo, niega todo lo que Cristo ha dicho o hecho, escarnece la bondad y convierte el amor en veneno… La mayor necesidad del cristiano es creer más de lo que ya cree. A la luz de todo esto que hemos visto, debemos identificarnos con la petición que los apóstoles le hicieron al Señor: (Lucas 17:5) “Auméntanos la fe”, y con la del padre del muchacho endemoniado: (Mr.9:24) “Creo; ayuda mi incredulidad”.

PREDICA en Lerma por: PASTOR Víctor Ramón Preciado Balderrama

Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificadas sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo. 

LA IDENTIDAD QUE RECIBES EN LA DOCTRINA DE CRISTO TE DA SEGURIDAD EN TÍ MISMO

LA IDENTIDAD QUE RECIBES EN LA DOCTRINA
DE CRISTO TE DA SEGURIDAD EN TÍ MISMO
(Efe.4:11-16) “11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,  evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12  a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto,  a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.
Ninguna persona que sigue a Jesucristo ha desarrollado jamás verdadera madurez espiritual sin haberse enfrentado a una variedad de batallas, que son una serie de altibajos, ya que las batallas están formadas por una serie de procesos. Tales procesos espirituales o experiencias son necesarios para activar nuestra maduración. La Identidad que recibes en la Doctrina de Cristo te da Seguridad en ti mismo para enfrentar cada una de las pruebas y oportunidades para ir creciendo porque sin proceso no hay crecimiento. 

La Identidad que recibes en la Doctrina de Cristo te da Seguridad en ti mismo se define como un sentimiento de certeza y confianza porque tenemos nuestra identidad basada en Jesucristo y sustentada en la Doctrina de Cristo. Para el cristiano esta seguridad se manifiesta en la proporción de su confianza en la Palabra de Jehová Dios. La certeza indica la confianza en una persona o cosa, se enfoca en la fe. La fe es fundamental para todo cristiano ya que (Hebreos 11:6) “sin fe es imposible agradar a Dios”. La falta de fe imposibilita alcanzar el potencial que se tiene en Dios y en las relaciones personales.

La fe. (Hebreos 11:1) “Es pues la fe la certeza de lo que se espera la convicción de lo que no se ve". 
La certeza significa que es la parte real y esencial de algo, lo que es sólido y real. Es como la sustancia que habla de la realidad, la esencia y parte principal de un concepto. La convicción significa la prueba de una cosa, datos e información en los que puede basarse una conclusión para establecer la prueba de una cosa. La fe no es, pues, una idea abstracta, sino una realidad concreta.
La confianza en Dios y por lo tanto en uno mismo no se basa en sentimientos, si no en una prueba tangible, y la prueba es nuestra fe en lo que salió de la boca de nuestro Dios y que no volverá a Él bacía, (Isa 55:11) “Así será mi Palabra que sale de mi Boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. Ahora bien, la fe es la seguridad la confirmación, el título de propiedad de las cosas que esperamos, la prueba de las cosas que no vemos y la convicción de su realidad porque Jehová Dios lo dijo. La fe es un hecho real que no se nos revela ante nuestros sentidos. 

Nuestra fe es, pues, la seguridad, y seguridad intelectual en ausencia de toda duda. Entonces tenemos: Certeza: calidad de estar completamente seguros. Convicción: acción de autentificar una cosa o corroborar su realidad.

(Num 11:23) “Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿Acaso se ha acortado la mano de Jehová? Ahora verás si se cumple mi palabra, o no”.

La prueba autentica de que algo te pertenece legalmente es porque Dios lo ha dicho y está Escrito. La fe basada en lo que está Escrito es la prueba de la validez de una cosa. La Palabra Escrita es la prueba que significa evidencia que establece la validez de nuestra fe sustentada y cimentada en la Palabra Escrita. A la fe siempre se le define como algo abstracto e invisible, por lo tanto, intangible. Sin embargo, la prueba tiene que ver con algo real, algo que existe. La fe es una convicción, la convicción significa convencimiento o acción de convencerse. La fe pues, es un convencimiento absoluto. 

Ladrones de la fe. (Juan 10:1,10) “1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Nuestra fe es fundamental para nuestra madurez, es por eso que el enemigo envía constantemente una gran cantidad de su gente para impedir que desarrollemos la fe y por lo tanto evitar que estemos seguros. (Salmo 25:17,19) “Las angustias de mi corazón se han aumentado; Sácame de mis congojas. Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado, Y con odio violento me aborrecen”.

A través de la ansiedad viene el ladrón de la desesperanza, y desesperanza significa, perder toda esperanza, ser vencido por la inutilidad y la derrota.  Miremos solo tres ejemplos; En una ocasión Moisés dijo: (Números 11:15) “Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal”. David escribió: (Salmo 55:5) “Temor y temblor vinieron sobre mí, Y terror me ha cubierto. Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría”. Incluso Jesús se enfrento contra este ladrón: (Mateo 26:38) “Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo”. Y podemos mencionara muchos.

Estos pensamiento inmoderados no solo causan ansiedad, sino que alimenta a su vez a esos pensamientos, que crean una adicción y que es casi necesaria, por eso es que muchas personas están en congregaciones donde no los toman en cuenta y además los maltratan y siguen ahí aferrados. Por eso proverbios dice: (Proverbios 15:13) “Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate”. También dice: (Proverbios 17:22) “Mas el espíritu triste seca los huesos”. La ansiedad es un estado de tristeza que debilita nuestras fuerzas.

El estar triste dice la Biblia que seca los huesos, los huesos son una parte fundamental en el sostenimiento de nuestros músculos mas sensibles e importantes y también intervienen en la producción de la sangre, lo que nos lleva a decir que si nuestro huesos envejecen al igual nuestros músculos y la producción de nuestra sangre no será buena, o sea, la ansiedad causada por la tristeza envejece todo nuestro cuerpo.
(Salmo 119:28) “Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra”. (Salmo 38:3, 6-8) “3 Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado. 6 Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, Ando enlutado todo el día.

7 Porque mis lomos están llenos de ardor, Y nada hay sano en mi carne. 8 Estoy debilitado y molido en gran manera; Gimo a causa de la conmoción de mi corazón”.
Como la ansiedad es un estado de tristeza que debilita nuestras fuerzas, el remedio para esta es la risa o el gozo. (Proverbios 15:13) “El corazón alegre hermosea el rostro”. (Proverbios 17:22) “El corazón alegre constituye buen remedio”. (Mat 11:28) “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. (1Pe 5:7) “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.

La capacidad de reír es la medida del ajuste del ser humano a su ambiente, mientras que la incapacidad de responder positivamente a las situaciones que hacen reír a las personas normales indica presencia de problemas. Se ha probado que la risa, junto con un sentido del humor bien desarrollado, es uno de los más seguros signos de inteligencia. Entonces, sabiendo todo esto debemos pedirle a Dios que nos bautice con una mayor dosis de gozo cada día.

Odio. (Pro 10:12) “El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas”. (Pro 15:17) “Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, Que de buey engordado donde hay odio”. (Pro 26:26) “Aunque su odio se cubra con disimulo, su maldad será descubierta en la congregación”. El perdón es una cualidad vital para la madurez espiritual y contribuye al crecimiento de la Confianza en Dios, por lo que el enemigo tratará de causarnos problemas con el ladrón de la ira, el cual lleva a un espíritu de odio.
Con respecto a esto la Biblia dice: (Levítico 19:17,18) "17 No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado. 18 No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová”.

La palabra rencor significa: abrigar resentimiento o mala voluntad. Pronto la mente subconsciente de la persona es un depósito de rencores. Tal persona encuentra por último recurso confiar en Dios o en otras personas. Su confianza en otras personas se ha destruido, y ha perdido toda confianza en si mismo. Y normalmente actúa con ira, es la manifestación del rencor, su expresión siempre será tendiente a la ira. El remedio para el odio es la benignidad.

El primer paso para vencer al odio es la práctica del perdón, que proviene de un espíritu benigno. Como dijo Pablo: (Efesios 4:32) "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. El odio siempre quita, pero la benignidad da. La benignidad no solo vence al espíritu de odio también lleva a muchas bendiciones personales. Por ejemplo: (Proverbios 11:17) “A su alma hace bien el hombre misericordioso; Mas el cruel se atormenta a sí mismo”. Cuando te muestras benigno tu alma se vigoriza.

Soberbia y Orgullo.  (Lev 26:19) “Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce”. El enemigo tiene otro ladrón que se llama presunción. La presunción tiene que ver con un concepto excesivamente alto de uno mismo y que está lleno del espíritu de orgullo. No me refiero a la confianza personal sino a la actitud de arrogancia. 

La Biblia advierte: (Proverbios 16:18) “Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu”. La Doctrina de Cristo por medio del apóstol Pablo nos dice: (Romanos 12:16) “Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión”. Se puede describir a la soberbia como una rotunda esclavitud, pues de este pecado fue de donde surgieron los demás. La soberbia provocó la caída de lucifer. Comúnmente la persona atrapada por la soberbia no se da cuenta de que está mal.

Por ejemplo muchos cristianos que toman le echan la culpa a Jesús por haber convertido el agua en vino y la verdad es que ese vino era no fermentado. La Biblia dice: (Salmo 73:6) “Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia”. La soberbia surge fundamentalmente, de dirigir la atención a nosotros mismos. Cuanto más quitamos nuestros ojos de las necesidades y preocupaciones de los demás, tanto más nos alimentamos de la soberbia.

El remedio para la soberbia es la humildad de reconocer que andamos mal y pedir perdón y con humildad apartarnos de ese falso camino. (Isa.28:1-3) “1 ¡Ay de la corona de soberbia de los ebrios de Efraín, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los aturdidos del vino! 2 He aquí, Jehová tiene uno que es fuerte y poderoso; como turbión de granizo y como torbellino trastornador, como ímpetu de recias aguas que inundan,  con fuerza derriba a tierra. 3 Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los ebrios de Efraín”.

La humildad jamás se debe de tomar como auto condenación. La humildad no consiste en rebajarse uno mismo, sintiéndose indigno. En verdad, la mejor manera de practicar la humildad es exaltar a los demás. Cuanto más exaltamos a otros desde una posición modesta, tanto más cultivamos la humildad. La Palabra de Dios dice: (Proverbios 22:4) “Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová”. En la Sana Doctrina de Cristo nos dice en: (Santiago 4:6) “Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”.

Y también Jesucristo por medio del apóstol Pedro nos dice: (1 Pedro 5:5) “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad”. La humildad es más un estilo de vida que una serie de actos individuales. Francamente la persona que se esfuerza en humillarse para dar un ejemplo de humildad, está dirigiendo la mirada hacia sí mismo, lo cual es en sí una forma de soberbia. Por lo tanto, la humildad tiene que fijar su atención en los demás. Cuanto más exaltamos a otros tanto menos pensamos en nosotros, tanto más derrotamos al ladrón de la presunción. 

El Temor. (1Jn 4:18) “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”. El temor atrae el ladrón de la ansiedad, es otro enemigo enviado para destruir nuestra fe. Desde luego son imprescindibles algunas formas de temor como el temor a Dios (Pro 9:10) “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. Indudablemente no hay nada malo en el temor normal, como el de pisar un insecto venenoso.


Pero el “temor” al que nos referimos es aquel que consiste en estar siempre a la espera de peligros y sus posibles resultados que son grandemente exagerados que no nos permiten hacer nada porque nos da miedo iniciar algo. Dicho temor excluye la capacidad de Dios para intervenir a nuestro favor. Específicamente nos referimos a la ansiedad innecesaria. La Biblia nos manda continuamente a que evitemos el temor, se dice que las expresiones “no temas” y “no temáis” aparecen unas 350 veces en la Biblia. La Sana Doctrina de Cristo nos enseña acerca de nuestros afanes (Filipenses 4:6) “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. Por esto nosotros tenemos seguridad porque la Palabra dice: (Proverbios 3:25) “No tendrás temor de pavor repentino”. 

Los antiguos griegos usaban la palabra “temor” para referirse al pavor, que significa “terror”. Hay centenares de temores que son las fobias, y que plagan a la humanidad. Lo malo de esto es cuando permitimos que estas fobias se desarrollen de tal manera que excluyamos la capacidad de actuar de Dios. El temor es una especie de fe, pero a la inversa. En efecto, creer que una calamidad o circunstancia adversa es mayor a la capacidad de Dios (en eso consiste el temor) es expresar más fe a la calamidad que a Dios. Por lo tanto, cultivar el temor es reducir nuestra fe o torcerla. El remedio para el temor es el valor, algo que se cultiva aprendiendo los pensamientos de Dios por medio de la Doctrina de Cristo, (2Ti 1:7) “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. No solo se cultiva preparándonos por medio de la Sana Doctrina de Cristo en la Palabra de Dios sino que se aumenta viviendo en la presencia de Dios por la obediencia. La confianza se relaciona con el acercamiento hacia a Dios, algo que se desarrolla mediante el hábito de no dejar de congregarnos como muchos tienen por costumbre lectura devocional diaria, que incluye la oración. 

Culpa. Vemos el profeta Isaías también fue preso del miedo y Jehová Dios tubo que limpiar su pecado con un carbón encendido (Isa 6:5) “Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos”. Este es el más mortífero del arsenal del enemigo, la culpabilidad da origen al ladrón de la condenación. Se define a la culpabilidad como la conciencia, llena de remordimiento por haber hecho algo malo. Naturalmente podemos tener una desilusión que nos lleva a corregirla. Cuando es la conciencia podemos hacer o no hacer la corrección todo depende de la cantidad de valores humanos. En cambio cuando es el Espíritu Santo no nos deja en paz hasta que pedimos perdón y entendemos que estamos mal para poder corregir nuestro mal camino.

Por ejemplo, cualquier creyente que quiere madurar en Cristo agradece el proceso continuo de convencimiento ejercido por Espíritu Santo. La culpa lleva al creyente a la esclavitud espiritual. Esclavitud significa estado o sujeción a una fuerza o poder. ¿Cómo podemos diferenciar entre convicción y condenación? La convicción siempre atrae a una persona a Dios, en tanto que la condenación siempre nos aleja de Él. La culpabilidad es mortal sobre todo porque crea una especie de ceguera espiritual. (1Jn 1:9) “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. Pero el enemigo de nuestras almas siempre está recordándonos nuestra vida pasada y asiéndonos sentir culpables.

(Miqueas 7:19) “El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados”. Específicamente, la culpabilidad engendra ansiedad, ese ladrón que ya estudiamos. En la Palabra de Dios se refiere a la ansiedad que causa este sentimiento de culpa: (Salmo 38:4) “Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; Como carga pesada se han agravado sobre mí”. Esencialmente, el sentimiento de culpa es causado por creer las mentiras del enemigo. De modo que vencemos dicho sentimiento de colpa en nosotros: Formando una identidad que recibimos en la Doctrina de Cristo te da Seguridad en ti mismo. La seguridad es simplemente, el estado o la cualidad de estar seguro o convencido de que cierta cosa es verdad. Seguridad es sinónimo de certeza, la cual obviamente es vital para el buen desarrollo de la fe en Dios. (Isa 5:13) “Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed”.

La Sana Doctrina de Cristo nos manda a que nos acerquemos a Dios con certeza y seguridad: (Hebreos 10:22,23) “22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió”. Podemos aumentar nuestra seguridad fijando nuestros ojos en Dios. Con respecto a la culpabilidad y la condenación es muy importante que recordemos que el centro de estas actitudes somos nosotros mismos. Y Jesucristo es el centro del perdón. Así que para vencer la culpabilidad que consiste en fijar la atención en los fracasos necesitamos mirar con más cuidado a Jesucristo. La Doctrina de Cristo dice que miremos a: (Hebreos 12:2) “Jesús, el autor y consumador de la fe”. Nunca trate de despertar la fe desde adentro. No podemos estimular la fe desde las profundidades de su corazón porque la fe es un don de Dios y como tal se lo tenemos que pedir a Dios que nos sea dado por medio del Espíritu Santo.

InferioridadFue este enemigo que casi derrotó a Gedeón antes que Dios tuviera oportunidad de usarlo en Israel. A Gedeón se le dijo que Dios quería usarlo para librar a la nación, a lo que él dijo: (Jueces 6:15) “Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre”. Dios jamás le preguntó su condición, le dijo lo que tenía que hacer con él y le dio una orden, pero puso los ojos en sí mismo.
El complejo de inferioridad, da rienda suelta al ladrón de la duda en uno mismo, es el último ladrón que el enemigo envía para despojarnos de nuestra seguridad en nosotros mismos. Hablando en términos generales, la mayoría de las condiciones de inferioridad se producen por las persistentes confesiones de fracaso. La Palabra dice: (Proverbios 15:23) “El hombre se alegra con la respuesta de su boca; Y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!”, y: (Proverbios 23:7) “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo”.

Gracias a Dios que Gedeón venció este sentimiento de inferioridad y reconoció que Dios lo llamaba. Después conducía un pequeño ejército de 300 hombres a una victoria porque Dios lo había llenado el corazón con una identidad y esto le dio confianza, que es remedio para todo el sentimiento de inferioridad y de duda en uno mismo.



Formando una identidad que recibimos en la Doctrina de Cristo nos da Seguridad en nosotros mismos. La seguridad en nosotros mismos es el remedio para la inferioridad, no cabe la menor duda, y no cabe la menor duda de que se puede cultivar por estudiar la Doctrina de Cristo. Y aunque la “seguridad en si mismo” y la “confianza” estén íntimamente relacionadas, si hay una diferencia.

CONCLUSIÓN.
La confianza es básicamente una convicción de que podemos tener éxito en Cristo, factor que trata mayormente del crecimiento y la madurez. Además, el centro de la confianza está en la posición de uno en Jesucristo, mientras el centro de la seguridad en sí mismo está en el “Poder” de uno en Jesucristo. Una de las promesas más grandes de toda la Palabra respecto a nuestra seguridad en Cristo fue escrita por Pablo: (Romanos 8:38,39) “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.".

Principio de la seguridad en si mismo:
Solo puedo hallar el propósito fundamental de la vida aprendiendo los aspectos esenciales de la plena confianza en Dios para mi vida. Debo aceptar su voluntad como mi voluntad, avanzando en su plan como la nube lo hace con el viento. Debo tomar fuertemente, seguro de que obtendré, cada promesa celestial como mi título de propiedad que nunca he visto. Por tanto, resuelvo adoptar diariamente esta manera de proceder, y con el Poder de Dios lo declaro ya hecho.

Pasaje del Principio de la seguridad en si mismo:
(1 Juan 5:14,15) “Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.

PREDICA en Lerma por: PASTOR Víctor Ramón Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo. Por favor si les interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin cuestionar nada y que el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido si lo recibes de gracia dalo de gracia.
viclaly.57.57@gmail.com / viclaly_57_57@yahoo.com
También les invito con mucho respeto a todas sus creencias a visitar el BLOGSPOT.

LA FORTALEZA DEL ALMA ESTÁ EN LA PALABRA DE DIOS

LA FORTALEZA DEL ALMA ESTÁ EN LA PALABRA DE DIOS
(Génesis 2:7) “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”.
(Salmos 139:14) “Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien”.

INTRODUCCIÓN:
Espero que pueda ser para ti, de ayuda espiritual y de mucha bendición y, también, puedan ser de ayuda a todo aquel que lo necesite. Para aquel que tiene una debilidad en su alma.
(Prov 14:5) “El testigo verdadero libra las almas; Mas el engañoso hablará mentiras”.
(Salmos 103:1-8) “1 Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. 3 Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; 4 El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; 5 El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila. 6 Jehová es el que hace justicia Y derecho a todos los que padecen violencia. 7 Sus caminos notificó a Moisés, Y a los hijos de Israel sus obras. 8 Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia”.

(Job 24:12) “Desde la ciudad gimen los moribundos, Y claman las almas de los heridos de muerte, Pero Dios no atiende su oración”.
(Ezequiel 18:4) “He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá”.

COMENZAREMOS  VIENDO LAS  DEBILIDADES DEL ALMA
Al hablar de debilidades del alma, podemos llegar a preguntarnos, ¿Será que el alma puede ser fuerte o débil? Para saberlo comenzaremos primero con la palabra débil:

DÉBIL: Débil es no tanto lo que es flojo, sino aquello que es causa de su flojera, de su debilidad, que no funciona, o que lo hace deficientemente. La debilidad del alma Abram respecto a la hermosura de su esposa Sarai (Gen 12:13) “Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti”.

El origen, del término alma, se relaciona con la respiración, con el aliento, entendidos como manifestación de la vida.
El alma es la portadora de la vida; es la conciencia del ser humano y expresa la total personalidad del SER VIVIENTE como lo dice en Génesis 2:7 que leímos al empezar.
El alma es más sensible que el cuerpo, ya que está en un grado mucho mayor. Es en el alma donde están depositados nuestros sentimientos y emociones, nuestras pasiones y deseos, nuestros conocimientos y voluntad.

La biblia dice en (1 Tesalonicenses 5:23) "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo". Aquí nos dice que el hombre consta de tres partes, que claramente están en este orden divino: Espíritu, Alma, y Cuerpo.


El alma, entre el Espíritu y el cuerpo y el Espíritu del hombre, fue afectado por el pecado se cambió el orden divino, poniendo al cuerpo en primer lugar, en el huerto del Edén, cuando Adán y Eva pecaron.
(Génesis 2:16,17) “16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,  ciertamente morirás”.

Desde ese mismo momento de la caída, esa área del ser humano que es el cuerpo ha sido atacada por el diablo para destruirnos, pero creo firmemente, que el área donde más sutilmente ataca, es en el alma, y ¿Cómo lo hace? Provocándote afecciones que te debiliten, que te hieran y que te vuelvan insensible, y comiences primeramente perdiendo el iteres por la oración para desarmarte y así ser presa fácil, y perdiendo la oración, lo demás es cuestión de tiempo para estar perdido por completo, para el propósito para lo cual Dios te creó.

(Hebreos 13:17) “Obedeced a vuestros pastores, y SUJETAOS A ELLOS; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso”. El concepto aquí es de sostenerse, aferrarse para no caer y no sujetarse de sometimiento a la obediencia.

(Juan 10:7-18) “7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre”.

A través de tus experiencias que te han afectado porque aunque te dolían te aguantabas por amor a Dios según tu ignorancia de la Palabra y de la Sana Doctrina de Cristo en ese tiempo te afectaba principalmente el alma, y tu como persona y en todo tu ser, no te sentías bien, sino que te sentías incómodo, pesado, inadecuado, que no iban bien las cosas, que no funcionaban bien las cosas en tu hogar, y siempre la Palabra era insuficiente y, esto te hacía estar sin ganas de nada.
Y bueno ahora que conocemos la Sana Doctrina de Cristo, y nos ha dado un equilibrio en todas nuestras vidas, porque nos ha quitado muchos conceptos religiosos que nos tenían atados y presos de doctrinas de hombres que el padre de la mentira ha instruido en tantos seminarios a muchísimos malos pastores, que lo único que defienden


son sus intereses, y también defienden su religión y denominación, y el padre de la mentira también les ha dado el grado de liderazgo para así poder imponerse en las congregaciones en sometimiento no como lo dice la Hermosa Palabra de Jehová Dios que siempre nos da paz, tranquilidad y armonía en todo nuestro diario vivir, recuerdan que por temor que nos imponían los malos pastores, pues obedecíamos aun cuando no estábamos de acuerdo y por supuesto nada de conformes pero obedecíamos por temor porque nuestras almas estaban presas en las falsas doctrinas, miren lo que dice la Sana Enseñanza de Cristo: (Mateo 10:28) “Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”.
 
¿QUÉ SON DEBILIDADES DEL ALMA?
Comenzaremos a estudiar lo que dice la Sana Doctrina de Cristo al respecto en Biblia que nos liberta de las ataduras que nos lanzaron diciéndonos que porque somos pecadores por eso siempre estábamos sin dinero y enfermos. (Salmos 10:3) “Porque el malo se jacta del deseo de su alma, Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová”.
En (Isaías 53:4), dice: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido”. La palabra "Llevó él nuestras enfermedades" significa, que Cristo llevó en la cruz nuestros quebrantos, nuestras aflicciones, trastornos, dolencias, males, padecimientos, quebrantos, achaques, desazones, enfermedades, corporales, como una carga pesada sobre sus hombros.

Cuando habla Jehová Dios por medio del profeta Isaías de "nuestros dolores" también habla estrictamente de sustitución; pero en esta oportunidad, no se refiere tanto a las enfermedades físicas, sino a los dolores mentales, a las enfermedades o heridas del alma. Porque este mismo versículo aparece en (Mateo 8:17) y cambia la palabra dolores, por dolencias: "Él mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias". Usa la palabra "dolencias" en sentido figurado por pecados, los cuáles son la causa de las dolencias. El Salmista David también habla de ello en el (Salmo 103:3) "El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias".
El pecado y la enfermedad están relacionados como causa y efecto. Cristo llevó en la cruz del calvario todas nuestras enfermedades físicas, mentales y espirituales con el propósito de que nosotros no tuviéramos que sufrirlas y que si llegáramos a tenerlas, confiar que Él nos puede sanar y liberar.

Cuando hablamos de las debilidades del alma, hablamos de éstos "dolores" descritos por Isaías, de éstas "dolencias" descritas por David y por Mateo; pero también hablamos de las "debilidades", o flaquezas, mencionadas en la Sana Doctrina de Cristo por medio del apóstol Pablo en (Romanos 8:26) "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles".

Este versículo expresa los deseos de nuestro corazón, las emociones contenidas, las tristezas acumuladas, y no poder hacerlo; entonces el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos indecibles para que le expresemos lo que hay dentro de nuestra alma y así ayudarnos. Quiero de todo corazón que con la ayuda de Espíritu Santo de Dios, podamos descubrir cuáles son nuestras debilidades del alma para convertirlas en fortalezas.


CONCEPTO DE AMARGURA
(Efesios 4:30,31) “30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,  gritería y maledicencia,  y toda malicia”.
Según el diccionario amargura significa: Aflicción o disgusto, sinsabor, gusto amargo, disgusto, pesadumbre, melancolía. (Jeremías 4:18) “Tu camino y tus obras te hicieron esto; esta es tu maldad, por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón”. Es una insatisfacción profunda y existencial con la vida, como resultado de que comprendemos nuestras propias deficiencias.
La angustia del alma, es un estado de tristeza muy profundo que lleva al desespero, a la decepción carga muy pesada, y también amarga hiel.
(Hechos 8:22,24) “22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; 23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás”. Pero a la vez mezclado todo esto con hostilidad y resentimiento.

También esta palabra se usa para definir a una persona que se niega a perdonar; alguien que alimenta un resentimiento y arde en rencor. Albergar amargura tiene un efecto devastador sobre nuestros cuerpos y también en nuestra alma y espíritu. Una vez infectados con la amargura, es algo imposible de contener.

El veneno de la amargura será arrojado fuera de nosotros hacia los demás, ya sea en palabras o en acciones. Debemos ser rápidos para perdonar; como Dios nos ha perdonado, así también nosotros debemos perdonar.
Conociendo el significado de amargura, podemos preguntarnos ¿cuáles son las causas de la amargura, por qué muchas veces llenamos nuestro corazón de este veneno mortal?

DOS CAUSAS DE LA AMARGURA
1. AMARGURA POR ENVIDIA.- (Salmo 73:1-3,21) “1 Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón. 2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. 3 Porque tuve envidia de los arrogantes,  Viendo la prosperidad de los impíos. (v.21) Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas”.

El razonamiento es: Yo trato de vivir una vida honesta, trato de ser honrado y las cosas me salen mal, mientras las personas deshonestas, impías son prosperadas y no tienen ningún mal. ¿Vale la pena servir a Dios? Al no tener la respuesta y pensar que estamos perdiendo tiempo, el alma se llena de amargura y resentimiento. Muchas veces nosotros también nos llenamos de amargura cuando comparamos lo que somos o lo que tenemos con lo de los demás y vemos que los demás tienen más y nos llenamos de envidia.

2. AMARGURA POR UNA MALA RELACIÓN FAMILIAR.- (Génesis 26:34,35) “34 Y cuando Esaú era de cuarenta años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri heteo, y a Basemat hija de Elón heteo; 35 y fueron amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca”.


CONSECUENCIAS DE LA AMARGURA
LAS SIETE CONSECUENCIA QUE PODEMOS DETALLAR SON:
1) EL ENOJO, LA IRA, EL ODIO. (Salmos 37:8) “Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo”. La persona amargada, siempre está enojada, pelea con todo el mundo y lo peor de todo es que, la mayoría de veces, no sabe el por qué está enojado, no sabe el por qué todo le da rabia. Tiene arranques de ira e insulta al que tiene delante y después sale trastornado con sentimientos de culpa. Detrás del enojo siempre hay algún conflicto no resuelto.

2) LA CRÍTICA. (Mateo 7:1-7) “1 No juzguéis,  para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. 3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5 ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”.

La persona que está amargada siempre ve primero, lo negativo o lo feo. Todo el tiempo está criticando y enjuiciando a las personas según su criterio. Nunca puede ver el lado bueno de las cosas y en vez de ver todo color de rosa, ve todo gris. Una persona amargada se ve a sí misma sin valor, con complejos, sucia y por eso proyecta su discernimiento torcido a cualquiera y a todo lo que ven.

3) RELACIONES ROTAS. (1Pedro 1:22-25) “22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido,  amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 24  Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; 25 Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada”.

Las personas amargadas suelen no tener amistades íntimas y si las consiguen no les dura mucho tiempo. Su forma de pensar y actuar, aleja de ellos todo lo bueno; todo lo que les queda, es la familia natural, y a veces incluso ellos rechazan el compañerismo de esos parientes tan problemáticos.

4) INSENSIBILIDAD. (Mat 22:37-39) “37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

La ruptura de relaciones lleva a la persona a ser insensible. La dureza empieza a invadir el alma. La persona se vuelve inconsciente de las heridas que pueda estar causando a los demás, a través de las palabras, de las actitudes, y de las acciones.
La persona encerrada en sí misma, la influyen sentimientos egocéntricos y no considera los sentimientos y necesidades de otros. Este endurecimiento del alma lleva a la persona a perder la capacidad de sentir y el alma que no siente está muerta. Esta raíz de amargura no solo contamina a la persona que la lleva, sino como hemos dicho varias veces, contamina también a todos aquellos que lo rodean.

5) AISLAMIENTO. (Gálatas 6:9-10) “9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien, y mayormente a los de la familia de la fe".
(1Ti 5:7,8) “7 Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles; 8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
La amargura lleva a menudo a una persona a aislarse. Prefiere la soledad a estar acompañado. Este comportamiento no es normal, porque Dios nos hizo gregarios, nos hizo con la necesidad de estar con otros; cuando creó a Adán dijo: "No es bueno que el hombre esté solo" y creó a Eva para que fuera su compañera. Así que si tú eres uno de esos que siempre busca estar a solas, mira dentro de tu alma, porque puedes tener amargura.

6) LA DEPRESIÓN. (Salmos 119:28) “Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra”. (1Pedro 5:6-9) “6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios,  para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él,  porque él tiene cuidado de vosotros. 8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”. Una persona de manera natural no se amarga de un día para otro, sino que entra en un proceso. Primero recibe una ofensa y no perdona, al no perdonar, la ofensa se transforma en Ira, posteriormente, la Ira se transforma en resentimiento y el resentimiento da lugar a la amargura; sí la amargura no la eliminamos, dará paso a la depresión y si no eliminamos la raíz del problema, en algunos casos, lleva al suicidio y a la muerte.

7) LAS ENFERMEDADES. (Éxodo 15:26) “y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti;  porque yo soy Jehová tu sanador”. En el estudio de la psicología, se conocen enfermedades con el nombre de enfermedades Psicosomáticas, que son afecciones en el alma que se reflejan en el cuerpo. En el aspecto espiritual, se puede entender que pueden existir problemas en el alma, reflejándose en el cuerpo a través de enfermedades. Las enfermedades son inevitables y normalmente numerosas en las personas amargadas.

Las drogas, los medicamentos, pueden aliviar los síntomas durante algún tiempo, pero no quitaran la fuente de la amargura y por tanto seguirá sufriendo la agonía de la enfermedad. Pudiera ser que al llegar a este punto, ya te sientas perfectamente identificado con todo lo que estoy diciendo y te estarás dando cuenta que hay amargura en tu alma.

La Biblia dice en (Proverbios 14:10) "El corazón conoce la amargura de su alma; Y extraño no se entremeterá en su alegría."
Hasta este punto ya sabes lo que es la amargura, sabes de sus causas y sus consecuencias, pero quiero en este momento decirte lo que la biblia dice de la amargura.


¿QUE DICE LA BIBLIA DE LA AMARGURA?.
(Hebreos 12:14,15) "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados"

La primera cosa que encontramos en este pasaje es que tenemos que mirar bien dentro de nuestros corazones hasta hallar la amargura (1Pe 3:14-17) “14 Más también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, 15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; 16 teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. 17 Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal”.

1. Necesitamos hacer una minuciosa búsqueda. No es casualidad que el texto comience diciéndonos: "Mirad bien...". A veces nos metemos en serios problemas por no mirar bien. No es fácil encontrar la raíz de la amargura. Bien pudiera esconderse detrás de una máscara de falsedad, que nos dice constantemente: "No pasa nada, no tienes nada".

2. Necesitamos sacar la amargura completamente. No existe otra manera de sacar la amargura, que la de perdonar a la persona que te ha hecho daño.
En (Efesios 4:31,32) "Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
Aquí está el secreto para quedar sano de la amargura. Tienes que perdonar completamente a la persona que te ha hecho daño. Tu amargura te hace mas daño a ti que a la otra persona.

3. Necesitamos reemplazar lo sacado. (Hebreos 12:14) comienza diciéndonos: "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor". No es suficiente que matemos la raíz de amargura, debemos anhelar la paz con nuestros hermanos. Debemos desear vivir reconciliados.

PREDICA en Lerma por: PASTOR Víctor R. Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo, estoy ofreciendo:
MATERIALES BÍBLICOS GRATIS Todo es completamente gratis, como escritor de estos materiales te voy a dar los originales para que tú le pongas el nombre de tu Iglesia o tu ministerio o le hagas las modificaciones que a ti te parezcan convenientes. Mi interés es que me des la oportunidad de servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando toda basura de ignorancia.
Por favor si les interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin cuestionar nada y que el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido en este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes de gracia dalo de gracia.
También les invito con mucho respeto a todas sus creencias a visitar el BLOGSPOT que Dios me ha regalado y que, con mucho amor he puesto algunos estudios que Dios me ha regalado en revelación, Efesios 3:8.

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