¡DIOS
MUESTRA SU AMOR PARA CON NOSOTROS!
(Romanos
5:8) “Más Dios muestra su amor para con nosotros,
en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Estas palabras quizá sean difíciles de entender para la mayoría de
jóvenes hoy en día. Las Sagradas Escrituras dicen: (Rom. 5:1-11) “1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo; 2 por
quien también tenemos entrada por la
fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones,
sabiendo que la tribulación produce
paciencia; 4 y la paciencia, prueba; y la prueba,
esperanza; 5 y la esperanza
no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
por el Espíritu Santo que nos fue dado. 6
Porque Cristo, cuando aún éramos
débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera
ser que alguno osara morir por el bueno. 8
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros. 9
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de
la ira. 10 Porque si siendo
enemigos, fuimos reconciliados con Dios por
la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos
por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor
nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación”. Este
versículo nos dice que Dios mostró Su amor para con nosotros en dos maneras.
PRIMERO,
Dios mostró Su amor para con nosotros en la muerte de Cristo. Dios te salva por
Su gracia, no por Su amor... Dios ha demostrado Su amor por ti, en que Él ha
dado a Su Hijo para morir por ti. Él pagó la pena por tu pecado. Las Sagradas Escrituras dicen: (Juan 3:16)
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. Jehová Dios
ha dado a Su Hijo unigénito a morir en la Cruz, para pagar la pena de nuestros
pecados y reconciliarnos para consigo mismo. Nosotros no somos salvos por el
amor de Dios por así decirlo. Somos salvos
por el Hijo de Dios. ¡Por medio de Su muerte en la Cruz y resurrección
de la tumba!
Las
Sagradas Escrituras enseñan que la raza humana entera se apartó de Dios,
y ahora yace en un estado arruinado. (Romanos 5:12) “Por tanto, como el
pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la
muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. Y fue en este
estado impío, arruinado que Dios mostró Su amor por nosotros al enviar a Cristo
a morir en la Cruz. (Romanos 5:8) “Mas Dios muestra su amor para con nosotros,
en que...Cristo murió por nosotros”.
Las
Sagradas Escrituras enseñan la muerte vicaria de Cristo.
La palabra “vicaria” significa “sustituto,
tomar el lugar de otra persona, el sufrir de una persona en lugar de otra”.
Y esto es exactamente lo que Cristo hizo por ti y por cada uno de nosotros. El Hijo unigénito de Dios bajó del
Cielo, nació en un pesebre, y fue a la Cruz a pagar vicariamente por tu pecado.
Él murió por nuestros pecados, en nuestro lugar, como nuestro sustituto, para
que nosotros no seamos castigados por el pecado si vienes a Jesucristo y crees
en Él.
Jesucristo murió por nosotros. Cristo
padeció todo lo que significa morir, entregó Su Espíritu, dejó de respirar, se
hizo un cuerpo sin vida, y su cuerpo fue enterrado. Cristo murió por nosotros.
Considera las circunstancias de su muerte. No fue una muerte común la que Él
padeció, fue una muerte de afrenta pública, porque fue ejecutado por muerte
legal, fue una muerte de dolor indescriptible, porque fue crucificado, y ¿qué
dolor hay más fuerte que ser clavado a una cruz? Fue una muerte lenta y larga,
porque colgó en el madero de tormento por horas... con sus manos y pies
perforados... Él padeció una muerte, que según las circunstancias aún sigue sin
igual.
Ve
como de Su cabeza, Sus manos, Sus pies, Fluyen mezclados el dolor y el amor
¿Se habrá juntado antes tal amor y tal dolor, las espinas compuesto tal rica
corona? Quisiera que tu corazón fuese
conmovido al pensar en Cristo crucificado. Si te dijera una historia de ficción sobre alguien sufriendo en
dolor, te conmovería. Pero
cuando te digo la vida real de la crucifixión del Hijo de Dios, no sientes nada.
Quizás porque la has oído muchas
veces, así que tu corazón está duro y frío.
¡Oh,
como quisiera que nuestros corazones se abrieran sinceramente a Jesucristo,
quien murió una muerte vicaria por el hombre pecaminoso!
La Sangre que fluyó de aquellas manos y pies heridos, ¡fluyó por ti! El cuerpo
que se retorcía adolorido en la Cruz, ¡se retorcía adolorido por ti! ¡Mira por
fe a Él quien cargó el peso y culpa de tu pecado! ¡Mira por fe a Él quien tiene
las llaves del Cielo y de la vida eterna! El instante que confíes en Él, toda
la culpa se va, todos los expedientes de tus pecados son borrados, y se
restaura la paz con Dios, (Isa 53:2-5)
“2 Subirá cual renuevo delante de
ÉL, y como raíz de tierra seca; no
hay parecer en ÉL, ni hermosura; le
veremos, más sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado
entre los hombres, varón de
dolores, experimentado en
quebranto; y como que escondimos de ÉL el rostro, fue menospreciado, y
no lo estimamos. 4 Ciertamente llevó ÉL
nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos
por azotado, por herido de Dios y abatido. 5
Mas ÉL herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre ÉL, y por su llaga fuimos nosotros
curados”. Herido fue Jesús por cada uno de nosotros. Ahí en la cruz, Él fue
herido por nosotros, Gratis redención, por nuestras culpas las cuales quitó,
Todo porque Jesús fue herido por nosotros. Dios mostró Su gran amor por
nosotros enviando a Cristo Jesús a morir en nuestro lugar y a tomar nuestro
castigo (Romanos 5:8) “Mas Dios
muestra su amor para con nosotros, en que...Cristo murió por nosotros”.
SEGUNDO,
Dios muestra Su amor para con nosotros
en la muerte de Cristo, “siendo aún pecadores”. (Romanos 5:8) “Mas Dios
muestra su amor para con nosotros, en
que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. No debemos
pensar que Dios nos aceptará si tratamos de ser buenos. Ningún método externo nos
puede limpiar, la lepra muy adentro está en nuestro corazón. Los tentáculos de tu naturaleza pecadora
son heredados del primer hombre que murió, Adán, la cabeza de nuestra raza.
(Romanos 5:12) “Por tanto, como el
pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la
muerte pasó a todos los hombres”.
Así
nace cada ser humano, nace “muertos en... delitos y pecados” (Efesios 2:1-3)
“1 Y ÉL os dio vida a vosotros,
cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe
de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo
en los deseos de nuestra carne,
haciendo la voluntad de la carne
y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”. El
pecado ha matado tu entendimiento de Dios. El pecado ha plantado dentro ti un
corazón rebelde contra Dios. El pecado te ha cortado de Dios y lo ha hecho
parecer irreal para ti. Pero, gracias a Dios, ¡Él Mismo ha provisto una manera
para que puedas escapar de la sentencia del juicio por el pecado, que cuelga
sobre ti! (Romanos 5:8) “Mas Dios
muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió
por nosotros”.
En otro versículo de la Sagrada Escritura,
el Apóstol Pablo dijo: (1 Timoteo 1:15) “Palabra
fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero”. Jesucristo murió por
nosotros cuando éramos todavía pecadores continuos. No hemos pecado una sola
vez o dos, sino que miles de veces. Pese a cuan limpio y bueno parezcas ser por
fuera, has sido manchado por pecados innumerables.
Fíjense que Jesús murió por ti y por mí,
pese a que con el tiempo te has empeorado más y más. Sé que hay varios aquí que
rápidamente se están convirtiendo en grandes pecadores. ¿No muestra esto el
amor de nuestro Padre Celestial por ti, en que Jesús muriera para salvar a
pecadores tan grandes y continuamente pecaminosos? Pensemos otra vez. ¡Estás
pecando contra la persona que murió por ti! ¡Es cosa extraña pecas en contra del mismo Jesucristo que murió por nosotros!
¿Has hemos mofado a Jesucristo alguna vez? ¿Alguna vez has rehusado venir a
Cristo? ¿Lo has considerado una persona sin importancia en tu vida? Si has
hecho alguna de esas cosas, ¡has pecado
en contra de la misma persona que murió para salvarte!
Otra vez, recuerda que algunos de nosotros
hemos pecado contra Jesucristo al despreciarlo. ¿No han pensado que podríamos
ser salvos de otra manera, y que no necesitábamos a Jesucristo para salvarnos?
¿Qué es esto, si no despreciar al Hijo de Dios que murió para que nosotros pudiéramos
vivir y ser perdonados, y entrar al paraíso por medio de Él? Sé que no quisieras admitir que lo
desprecias, ¿pero no es un hecho, cuando en verdad sí lo desprecias, lo
miras de menos, y piensas que Su muerte en la Cruz no es importante?
He
conocido gente que hizo lo más que pudo para detener a un Cristiano de
testificarle a un pariente que moría. Yo he conocido gente que le gritó al
Cristiano para detenerlo de testificar. Esto es lo
que queremos decir con despreciar a Cristo.
Pudieras
dices tú, ¡Yo jamás haría esto! Pero, de una
manera más callada y civilizada, ¿no haces lo mismo cuando se te pide que
vengas a Cristo? ¿No rehúsas a Cristo de igual manera que las personas que
detienen al Cristiano de testificarle al pariente que se muere? Oh, yo sé que
tienes buenos modales y eres demasiado civilizado para ponerte a gritar, o para
decir abiertamente que rechazas a Cristo. ¿Pero
no es esto igual de agresivo que los que tratan de detener al Cristiano de
testificarle a parientes que mueren? Cuando vez tras vez rehúsas venir a
Cristo en fe simple, ¿no te estás rebelando en contra del amor de Dios en
Cristo? Sin embargo, Jesús murió por los pecadores rebeldes que lo desprecian. ¡pecadores tal como tú y como era yo antes!
Él murió por ti aunque lo has despreciado y rechazado. (Romanos 5:8) “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.
(1
Timoteo 1:15) “Palabra fiel y digna de ser recibida por
todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero”. ¿Qué te he
predicado esta mañana? Te he predicado el mensaje puro de la Cristiandad,
dado página tras página en las Sagradas Escrituras. He predicado el Evangelio
eterno:
¿Abandonarás tus prejuicios y
opiniones religiosas en este día, y vendrás a Cristo Jesús, quien te amó tanto
que dio Su vida en la Cruz para salvarte del juicio por tus pecados? El último
sermón que Cristo dio en el Evangelio de Marcos tiene estas palabras: (Marcos 16:16) “El que creyere y fuere
bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”.
Si
rechazas y desprecias a Jesucristo, ¿qué esperanza
tienes tú de ser reconciliado con Dios? ¿Qué esperanza tienes de escapar las
llamas eternas?
¿Vendrás a Jesucristo? ¿Confiarás en
Él con todo tu corazón? ¿Aceptarás el amor que Dios ha mostrado por ti al
enviarlo a Él a la Cruz para expiar tus pecados? ¿Recibirás el amor el amor de
Dios al enviarlo a Él a salvarte “siendo aún pecador”? ¿Confiarás en Cristo
Jesús, y lo tendrás como tu Salvador y Señor? ¡Que Dios te ayude a recibirlo a
Él y ser salvo este mismo día! Con todo tu corazón y con toda tu mente y con
todo tu ser.
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