DEVOCIONAL
CON LA FAMILIA SEMANA # 4
1
(JUAN5:10-16)
10
Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no
te es lícito llevar tu lecho. 11 El
les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. 12 Entonces le preguntaron: ¿Quién es
el que te dijo: Toma tu lecho y anda? 13
Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado
de la gente que estaba en aquel lugar.
14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado;
no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. 15 El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el
que le había sanado. 16 Y por esta
causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas
cosas en el día de reposo.
Vv.
10-16.
Los aliviados del castigo del pecado corren
el peligro de volver a pecar cuando se terminan el terror y la restricción, a
menos que la gracia divina seque la fuente de su pecado. La miseria desde la
cual son hechos íntegros los creyentes, nos advierte que no pequemos más,
habiendo sentido el aguijón del pecado. Esta es la voz de cada providencia:
Vete y no peques más. Cristo vio que era necesario dar esta advertencia, porque
es frecuente que la gente prometa mucho cuando está enferma; y cuando están
recién sanados, cumplen sólo algo, pero después de un tiempo, olvidan todo.
Cristo habla de la ira venidera, la cual supera la comparación con las muchas
horas, sí, con las semanas y años de dolor que tienen que sufrir algunos
hombres impíos, como consecuencia de sus indulgencias ilícitas, y si tales
aflicciones son severas, ¡cuán temible será el castigo eterno del impío!
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CON LA FAMILIA
2
(JUAN5:17-23)
17
Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 18 Por esto los judíos aún más
procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que
también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios. 19 Respondió entonces Jesús, y les
dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo,
sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo
hace el Hijo igualmente. 20 Porque
el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras
que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. 21
Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también
el Hijo a los que quiere da vida. 22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo
el juicio dio al Hijo, 23 para que
todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al
Padre que le envió.
Vv. 17-23. El poder divino del milagro demuestra que
Jesús es el Hijo de Dios, y Él declara que obraba con su Padre, y como para Él,
según le parece bien. Los antiguos enemigos de Cristo le entendieron y se
pusieron aún más violentos, acusándolo no sólo de quebrantar el día de reposo,
sino de blasfemar al llamar Padre a Dios, e igualarse con Dios. Sin embargo,
todas las cosas estaban encomendadas al Hijo, ahora y en el juicio final,
intencionalmente para que todos los hombres honren al Hijo, como honran al
Padre; y todo aquel que no honre de este modo al Hijo, piense o pretenda lo que
sea, no honra al Padre que lo envió.
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3
(JUAN5:24-29)
24 De
cierto, de cierto os digo: El que oye mi
palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación,
mas ha pasado de muerte a vida. 25 De
cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán
la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. 26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha
dado al Hijo el tener vida en sí mismo;
27 y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del
Hombre. 28 No os maravilléis de
esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su
voz; 29 y los que hicieron lo bueno,
saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de
condenación.
Vv.
24-29.
Nuestro Señor declara su autoridad y carácter como Mesías. Iba a llegar el
tiempo en que los muertos oirían su voz como Hijo de Dios y vivirían. Nuestro
Señor se refiere a que, por el poder de su Espíritu, primero levanta a una vida
nueva a los que estaban muertos en pecado y, luego, levanta a los muertos desde
sus sepulcros. El oficio de Juez de todos los hombres puede ser ejercido sólo
por Quien tenga todo el conocimiento y el poder omnipotente. Creamos nosotros
su testimonio: así, nuestra fe y esperanza serán en Dios y no entraremos en
condenación. Que su voz llegue a los corazones de los que están muertos en
pecado, para que puedan hacer las obras del arrepentimiento, y prepararse para
el día solemne.
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4
(JUAN5:30-38)
30
No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es
justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del
Padre. 31 Si yo doy testimonio
acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. 32 Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el
testimonio que da de mí es verdadero. 33
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad.34 Pero yo no recibo testimonio de
hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos.
35
El era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un
tiempo en su luz.36 Mas yo tengo
mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que
cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me
ha enviado. 37 También el Padre que
me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su
aspecto, 38 ni tenéis su palabra
morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis.
Vv.
30-38. Nuestro
Señor regresa a su declaración del completo acuerdo entre el Padre y el Hijo, y
se declara Hijo de Dios. Tenía un testimonio superior al de Juan; sus obras
daban testimonio de todo lo que decía. Pero la palabra divina no tenía lugar
permanente en sus corazones, porque ellos se negaban a creer en Él, a quien el
Padre había enviado, según sus antiguas promesas. La voz de Dios, acompañada
por el poder del Espíritu Santo, hecha eficaz para la conversión de los
pecadores, aún proclama que éste es el Hijo amado en quien se complace el
Padre. Pero no hay lugar para que la palabra de Dios permanezca en ellos cuando
los corazones de los hombres están llenos de orgullo, ambición y amor al mundo.
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CON LA FAMILIA
5
(JUAN5:39-44)
39
Escudriñad las Escrituras; porque a
vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan
testimonio de mí; 40 y no queréis
venir a mí para que tengáis vida. 41
Gloria de los hombres no recibo. 42 Más
yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. 43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro
viniere en su propio nombre, a ése recibiréis. 44 ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los
otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?
Vv.
39-44. Los judíos consideraban que la
vida eterna les era revelada en sus Escrituras, y que la tenían porque tenían
la palabra de Dios en sus manos. Jesús les insta a escudriñar esas Escrituras
con más diligencia y atención. “Escudriñáis las Escrituras” y hacéis bien en
hacerlo. Indudablemente escudriñaban las Escrituras, pero con un enfoque en su
propia gloria. Es posible que los hombres sean muy estudiosos de la letra de
las Escrituras, pero estén ajenos a su poder. O “Escudriñad las Escrituras” y
así se les habló de la naturaleza de la aplicación. Vosotros profesáis recibir
y creer las Escrituras, dejad que os juzguen, lo que se nos dice precaviendo o
mandando a todos los cristianos a escudriñar las Escrituras. No sólo leerlas y
oírlas sino escudriñarlas, lo cual denota diligencia para examinarlas y
estudiarlas.
Debemos
escudriñar las Escrituras en busca del cielo como nuestro gran objetivo: Porque
en ellas os parece que tenéis vida eterna. Debemos escudriñar las Escrituras en
busca de Cristo, como el Camino nuevo y vivo, que conduce a este objetivo.
Cristo agrega a este testimonio las reprensiones a la incredulidad e iniquidad
de ellos; el rechazo de su persona y su doctrina. Además, les reprueba su falta
de amor a Dios. Pero con Jesucristo hay vida para las pobres almas. Muchos que
hacen una gran profesión de religión muestran, no obstante, que les falta el
amor de Dios por su rechazo de Cristo y el desprecio a sus mandamientos. El
amor de Dios en nosotros, el amor que es principio vivo y activo en el corazón,
es lo que Dios aceptará. Ellos desdeñaron y valoraron en poco a Cristo porque
se admiraban y se supervaloraban a sí mismos. ¡Cómo pueden creer los que hacen
su ídolo del elogio y aplauso de los hombres! Cuando Cristo y sus seguidores
son hombres admirados, ¡cómo pueden creer aquellos cuya suprema ambición es dar
un buen espectáculo carnal!
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CON LA FAMILIA
6
(JUAN5:45-47)
45 No
penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en
quien tenéis vuestra esperanza. 46
Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. 47 Pero si no creéis a sus escritos,
¿cómo creeréis a mis palabras?
Vv.
45-47.
Muchos de los que confían en alguna forma de doctrina o partido, no penetran
más que los judíos en las de Moisés, el verdadero significado de las doctrinas,
o de los puntos de vista de las personas cuyos nombres llevan. Escudriñemos las
Escrituras y oremos sobre ellas, como intento de hallar vida eterna; observemos
cómo Cristo es el gran tema de ellas y acudamos diariamente a Él en busca de la
vida que otorga.
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CON LA FAMILIA
7
(JUAN6:1-14)
1
Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. 2 Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los
enfermos. 3 Entonces subió Jesús a
un monte, y se sentó allí con sus discípulos. 4 Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. 5 Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que
había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para
que coman éstos? 6 Pero esto decía
para probarle; porque él sabía lo que
había de hacer. 7 Felipe le
respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos
tomase un poco. 8 Uno de sus
discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: 9 Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos
pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? 10
Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel
lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. 11 Y tomó Jesús aquellos panes, y
habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos
entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. 12 Y cuando se hubieron saciado, dijo a
sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. 13 Recogieron, pues, y llenaron doce
cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían
comido. 14 Aquellos hombres
entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente
es el profeta que había de venir al mundo.
Vv.
1-14. Juan narra el milagro de alimentar
a la multitud para referirse al sermón que sigue. Obsérvese el efecto de este
milagro sobre la gente. Hasta los judíos comunes esperaban que el Mesías
viniera al mundo y fuese un gran Profeta. Los fariseos los despreciaban por no
conocer la ley, pero ellos sabían más de Aquél que es el fin de la ley. Sin
embargo, los hombres pueden admitir que Cristo es ese Profeta y aún hacer oídos
sordos.
ESTUDIO
en Lerma por él
Pr.
Victor R. Preciado Balderrama
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