lunes, 12 de noviembre de 2012

DEVOCIONAL CON LA FAMILIA SEMANA #9


DEVOCIONAL CON LA FAMILIA SEMANA #9

DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 1 (JUAN 9:39-41)
39 Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados. 40 Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos? 41 Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.
Vv. 39-41. Cristo vino al mundo a dar vista a los espiritualmente ciegos. Además, para que los que ven sean cegados; para que los que tengan un elevado concepto de su propia sabiduría, sean sellados en su ignorancia. La predicación de la cruz era considerada locura por quienes no conocieron a Dios por la sabiduría carnal. Nada fortifica los corazones corruptos de los hombres contra las convicciones de la palabra más que la elevada opinión que los otros tienen de ellos; como si todo lo que los hombres aplauden, debiera ser aceptada por Dios.
Cristo los silenció, pero persiste el pecado del vanidoso y del que confía en sí mismo; ellos rechazan el evangelio de la gracia, por tanto, la culpa de su pecado sigue sin ser perdonada, y el poder de su pecado sigue intacto.

DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 2 (JUAN 10:1-5)
1 De cierto,  de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte,  ése es ladrón y salteador. 2 Más el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. 3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. 5 Más al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
Vv. 1-5. He aquí una parábola o símil tomado de las costumbres del Oriente para el manejo de las ovejas. Los hombres, como criaturas que dependen de su Creador, son llamados ovejas de su prado. La Iglesia de Dios en el mundo es como un redil de ovejas, expuesto a los engañadores y los perseguidores. El gran Pastor de las ovejas conoce a todas las suyas, las cuida por su providencia, las guía por su Espíritu y su palabra, y va delante de ellas, como los pastores orientales iban delante de sus ovejas para ponerlas en el camino tras sus pasos. Los ministros deben servir a las ovejas en sus preocupaciones espirituales. El Espíritu de Cristo les pondrá por delante una puerta abierta. Las ovejas de Cristo obedecerán a su Pastor y serán cautelosas y tímidas con los extraños que las quieran sacar de la fe en Él y llevarlas a las fantasías sobre Él.
DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 3 (JUAN 10:6-9)
6 Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. 7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto,  de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
Vv. 6-9. Muchos que oyen la palabra de Cristo no la entienden porque no quieren, pero nosotros hallaremos que un pasaje explica a otro al otro, y el Espíritu bendito da a conocer al bendito Jesús.
Cristo es la Puerta, ¿y qué mayor seguridad tiene la Iglesia de Dios que el Señor Jesús esté entre ella y todos sus enemigos? Él es una puerta abierta para pasar y comunicar. He aquí instrucciones claras sobre cómo entrar al redil; debemos entrar por Jesucristo en cuanto es la Puerta. Por fe en Él como el gran Mediador entre Dios y el hombre. Además, tenemos promesas preciosas para los que obedecen esta instrucción. Cristo da todo el cuidado a su Iglesia, y a cada creyente, que un buen pastor da a su rebaño; y Él espera que la Iglesia, y cada creyente, le atiendan y se mantenga en su pastura.

DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 4 (JUAN 10:10-18)
10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Vv. 10-18. Cristo es el Buen Pastor; muchos no eran ladrones, pero fueron negligentes con su deber, y el rebaño fue muy dañado por su descuido. Los malos principios son la raíz de las malas costumbres.
El Señor Jesús sabe a quienes ha escogido y está seguro de ellos; también ellos saben en quien confiaron y están seguros de Él.
Véase aquí la gracia de Cristo: puesto que nadie podría quitarle la vida, Él la entrega, por sí, para nuestra redención. Él se ofrendó para ser el Salvador: He aquí, Yo vengo. La necesidad de nuestro caso lo pedía, y Él se ofreció para el Sacrificio. Fue el que ofrenda y ofrenda, de modo que la entrega de su vida fue la ofrenda de sí mismo. De eso queda en claro que Él murió en el lugar y como sustituto de los hombres para lograr que ellos fueran librados del castigo del pecado, para obtener el perdón del pecado para ellos; y para que su muerte adquiriera ese perdón. Nuestro Señor no entregó su vida por su doctrina, sino por sus ovejas.
DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 5 (JUAN 10:19-21)
19 Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras. 20 Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís? 21 Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?
Vv. 19-21. Satanás destruye a muchos quitándoles el interés por la palabra y las ordenanzas. Los hombres no toleran que se rían de ellos por su alimento necesario, pero toleran que se rían de ellos por lo que es mucho más necesario. Si nuestro celo y fervor en la causa de Cristo, especialmente en la bendita obra de llevar sus ovejas a su redil, nos acarrea mala fama, no la escuchemos, pero recordemos que así reprocharon a nuestro Maestro antes que a nosotros.

DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 6 (JUAN 10:22-30)
22 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, 23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. 24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre uno somos.
Vv. 22-30. Todos los que tienen algo que decir a Cristo, pueden encontrarlo en el templo. Cristo nos hará creer; nosotros nos hacemos dudar. Los judíos entendieron su significado, pero no pudieron dar forma a sus palabras como acusación completa en su contra. Él describió la disposición de gracia y el estado de dicha de sus ovejas; ellas oyeron y creyeron su palabra, le siguieron como sus fieles discípulos, y ninguna de ellas perecerá, porque el Hijo y el Padre eran uno. Así, pues, pudo defender a sus ovejas contra todos sus enemigos, lo cual prueba que pretendió tener poder y perfección divina iguales al Padre.

DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 7 (JUAN 10:31-38)
31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. 32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? 33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. 34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? 35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.38 Más si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.
Vv. 31-38. Las obras de poder y misericordia de Cristo le proclaman ser. Dios bendijo sobre todo por los siglos, para que todos sepan y crean que Él es en el Padre, y el Padre en Él. A quien el Padre envía, santifica. El santo Dios recompensará y, por tanto, empleará sólo a quienes Él haga santos. El Padre era en el Hijo, de modo que por el poder divino, Aquél obró sus milagros; el Hijo era en el Padre, de modo que conocía toda su mente. Nosotros no podemos hallar esto a la perfección buscándolo, pero debemos conocer y creer estas declaraciones de Cristo.
ESTUDIO en Lerma por él
Pr. Victor R. Preciado Balderrama

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