DEVOCIONAL
CON LA FAMILIA SEMANA #16
DEVOCIONAL CON LA FAMILIA DÍA 1 (JUAN 18:33-40)
33
Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo:
¿Eres tú el Rey de los judíos? 34
Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
35 Pilato le respondió: ¿Soy yo
acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí.
¿Qué has hecho? 36 Respondió Jesús:
Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores
pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de
aquí. 37 Le dijo entonces Pilato:
¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he
nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo
aquel que es de la verdad, oye mi voz. 38 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y
cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en
él ningún delito. 39 Pero vosotros
tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os
suelte al Rey de los judíos? 40 Entonces todos dieron voces de nuevo,
diciendo: No a éste, sino a Barrabás. Y
Barrabás era ladrón.
Vv.
33-40. ¿Eres el Rey de los judíos, ese Rey
de los judíos que ha sido esperado tanto tiempo? Mesías, el Príncipe, ¿eres tú?
¿Te llamas así y deseas que así se piense de ti? Cristo respondió esta pregunta
con otra, no por evadirla, sino para que Pilato considerara lo que hizo. Él
nunca se tomó ningún poder terrenal; nunca hubo principios ni costumbres traicioneras
atribuidas a Él. Cristo da cuenta de la naturaleza de su reino. Su naturaleza
no es de este mundo; es un reino dentro de los hombres, instalado en sus
conciencias y corazones; sus riquezas son espirituales, su poder es espiritual,
y su gloria es interior. Sus sustentos no son mundanos; sus armas son
espirituales; no necesita ni usa fuerza para mantenerse y avanzar, ni se opone
a ningún reino, sino al del pecado y Satanás. Su objetivo y designio no son
mundanos. Cuando Cristo dijo: Yo soy la Verdad, dijo efectivamente Yo soy Rey.
Él vence por la evidencia de la verdad que convence; Él reina por el poder
autoritativo de la verdad. Los súbditos de este reino son los que son de la
verdad. Pilato hizo una buena pregunta cuando dijo, ¿qué es la verdad? Cuando
escudriñamos las Escrituras y atendemos al ministerio de la palabra, debe ser
con esa interrogante, ¿qué es la verdad? Y con esta oración: Guíame a tu
verdad; a toda la verdad. Sin embargo, muchos de los que formulan esta pregunta
no tienen paciencia para perseverar en la búsqueda de la verdad ni tienen la
humildad suficiente para recibirla. De esta solemne declaración de la inocencia
de Cristo surge que, aunque el Señor Jesús fue tratado como el peor de los
malhechores, nunca mereció ese trato. Pero eso muestra el objetivo de su
muerte: que Él murió como Sacrificio por nuestros pecados. Pilato quería
complacer a ambos bandos y era gobernado más por la sabiduría mundana que por
las reglas de la justicia. El pecado es un ladrón, pero es neciamente escogido
por muchos en vez de Cristo, que verdaderamente nos enriquece. Propongámonos
avergonzar a nuestros acusadores, como lo hizo Cristo, y cuidémonos de volver a
crucificar a Cristo.
DEVOCIONAL
CON LA FAMILIA DÍA 2 (JUAN19:1-18)
1
Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó. 2 Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron
con un manto de púrpura; 3 y le
decían: ¡Salve, Rey de los judíos! y le daban de bofetadas. 4 Entonces Pilato salió otra vez, y les
dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en
él. 5 Y salió Jesús, llevando la
corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!
6 Cuando le vieron los principales
sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale!
¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no
hallo delito en él. 7 Los judíos le
respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque
se hizo a sí mismo Hijo de Dios. 8
Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo. 9 Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres
tú? Mas Jesús no le dio respuesta. 10
Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para
crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte? 11 Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el
que a ti me ha entregado, mayor pecado
tiene. 12 Desde entonces procuraba
Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no
eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone. 13 Entonces Pilato, oyendo esto, llevó
fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata. 14 Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces
dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey! 15
Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro
Rey he de crucificar? Respondieron los
principales sacerdotes: No tenemos más rey que César. 16 Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado.
Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron. 17
Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo,
Gólgota; 18 y allí le crucificaron,
y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.
Vv.
1-18. A Pilato no se le ocurrió con qué
santa consideración estos sufrimientos de Cristo iban a ser materia de
reflexión y conversación entre los mejores y más grandes hombres. Nuestro Señor
Jesús salió adelante dispuesto a exponerse a su burla. Bueno para todos los que
tienen fe es contemplar a Jesucristo en sus sufrimientos. Contémplalo y ámalo;
sigue mirando a Jesús. Su odio estimuló sus esfuerzos en su contra, y ¿nuestro
amor por Él no estimulará nuestros esfuerzos en favor de Él y su reino? -Parece
que Pilato pensó que Jesús podía ser una persona superior al promedio. Hasta la
conciencia natural hace que los hombres se asusten de ser hallados peleando
contra Dios.
Como nuestro
Señor sufrió por los pecados de judíos y gentiles, fue una parte especial del
consejo de la sabiduría divina que los judíos primero propusieran su muerte y
los gentiles la ejecutaran efectivamente. Si Cristo no hubiera sido rechazado
por los hombres, nosotros hubiéramos sido rechazados para siempre por Dios.
Ahora era
entregado el Hijo del hombre en manos de hombres malos e irracionales. Fue
llevado en nuestro lugar, para que escapásemos. Fue clavado a la cruz como
Sacrificio atado al altar. La Escritura se cumplió: No murió en el altar entre
los sacrificios, sino entre delincuentes sacrificados a la justicia pública.
Ahora, hagamos una pausa y miremos con fe a Jesús. ¿Hemos tenido alguna vez una
tristeza como la suya? ¡Vedlo sangrando, vedlo muriendo, vedlo y amadlo!
¡Amadlo y vivid para Él!
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CON LA FAMILIA DÍA 3 (JUAN 19:19-30)
19
Escribió también Pilato un título, que
puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS
NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. 20 Y muchos de los judíos leyeron este título;
porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el
título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. 21 Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No
escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos. 22 Respondió Pilato: Lo que he
escrito, he escrito.23 Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus
vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su
túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. 24 Entonces dijeron entre sí: No la
partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para
que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos, Y
sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados. 25 Estaban junto a la cruz de Jesús su
madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. 26 Cuando vio Jesús a su madre, y al
discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí
tu hijo. 27 Después dijo al
discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su
casa. 28 Después de esto, sabiendo
Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese:
Tengo sed. 29 Y estaba allí una
vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y
poniéndola en un hisopo, se la acercaron
a la boca. 30 Cuando Jesús hubo
tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó
el espíritu.
Vv.
19-30. He aquí algunas circunstancias
notables de la muerte de Jesús narradas en forma más completa que antes. Pilato
no satisfizo a los principales sacerdotes permitiendo que se cambiara el
letrero; lo que indudablemente se refería a un poder secreto de Dios en su
corazón, para que esta declaración del carácter y autoridad de nuestro Señor
continuase. Muchas cosas hechas por los soldados romanos fueron cumplimiento de
profecías del Antiguo Testamento. Todas las cosas allí escritas se cumplirán.
Cristo proveyó
tiernamente para su madre cuando moría. A veces, cuando Dios nos quita un
consuelo, levanta otro para nosotros donde no lo buscamos. El ejemplo de Cristo
enseña a los hombres a honrar a sus padres en la vida y en la muerte; a proveer
para sus necesidades, y a fomentar su bienestar por todos los medios a su
alcance.
Nótense especialmente
la palabra de moribundo con que Jesús entregó su espíritu: Consumado es; esto
es, los consejos del Padre en cuanto a sus sufrimientos estaban ahora
cumplidos. Consumado es: se cumplieron todos los tipos y las profecías del
Antiguo Testamento que apuntaban a los sufrimientos del Mesías. Consumado es:
la ley ceremonial es derogada; ahora vino la sustancia y todas las sombras se
disipan. Consumado es: se puso fin a la transgresión y se ha introducido la
justicia eterna. Sus sufrimientos estaban ahora terminados, tantos los de su
alma como los de su cuerpo. Consumado es: la obra de la redención y salvación
del hombre está ahora completada. Su vida no le fue quitada por la fuerza;
libremente entregada.
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CON LA FAMILIA DÍA 4 (JUAN 19:31-37)
31
Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que
los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de
reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las
piernas, y fuesen quitados de allí. 32
Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al
otro que había sido crucificado con él. 33
Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las
piernas. 34 Pero uno de los soldados
le abrió el costado con una lanza, y al
instante salió sangre y agua. 35 Y
el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice
verdad, para que vosotros también creáis. 36
Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será
quebrado hueso suyo. 37 Y también
otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Vv.
31-37. Se probó si Jesús estaba muerto.
Murió en menos tiempo que el empleado por las personas crucificadas. Eso
muestra que había puesto su vida. La lanza rompió las fuentes mismas de la
vida: ningún cuerpo humano hubiera podido sobrevivir esa herida, pero el haber
sido atestiguado solemnemente demuestra que hubo algo peculiar en eso. La
sangre y el agua que brotaron representaban esos dos grandes beneficios de los
cuales participan todos los creyentes a través de Cristo: justificación y
santificación: sangre para la expiación, agua para la purificación. Ambos
brotaron del costado traspasado de nuestro Redentor. A Cristo crucificado
debemos el mérito de nuestra justificación, y el Espíritu y la gracia para
nuestra santificación. Que esto silencie los temores de los cristianos débiles
y aliente sus esperanzas; del costado atravesado de Jesús salieron agua y
sangre, ambas para justificarlos y santificarlos.
La Escritura se
cumplió al no permitir Pilato que le quebraran las piernas, Salmo 34:20. Había un tipo de esto en
el cordero pascual, Éxodo 12:46.
Miremos siempre a Aquel que traspasamos con nuestros pecados, ignorantes y
desconsiderados, sí, a veces contra las convicciones y las misericordias; y que
derramó agua y sangre de su costado herido para que nosotros fuésemos
justificados y santificados en su nombre.
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CON LA FAMILIA DÍA 5 (JUAN 19:38-42)
38
Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero
secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse
el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el
cuerpo de Jesús. 39 También
Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un
compuesto de mirra y de áloes, como cien
libras. 40 Tomaron, pues, el cuerpo
de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es
costumbre sepultar entre los judíos.
41
Y en el lugar donde había sido crucificado, había un huerto, y en el huerto un
sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno. 42 Allí, pues, por causa de la
preparación de la pascua de los judíos, y porque aquel sepulcro estaba cerca,
pusieron a Jesús.
Vv.
38-42. José de Arimatea era discípulo
secreto de Cristo. Los discípulos debieran reconocerse francamente como tales,
pero, algunos que han sido temerosos en pruebas menores, han sido valientes en
las más grandes. Cuando Dios tiene obra que hacer, puede hallar a los que son
aptos para ella.
El
embalsamamiento fue hecho por Nicodemo, amigo secreto de Cristo, aunque no un
seguidor constante. Esa gracia que primero es como caña cascada, puede, más
adelante, recordar un cedro firme.
He aquí a estos
dos ricos que mostraron el valor que daban a la persona y doctrina de Cristo y
que no fue disminuido por el oprobio de la cruz.
Debemos cumplir
nuestro deber conforme a lo que sean el día y la oportunidad presente, dejando
a Dios que cumpla sus promesas a su manera y a su debido tiempo.
Se había
determinado que la sepultura de Jesús fuera con los impíos, como ocurría con
los que sufrían como delincuentes, pero con los ricos fue en su muerte,
conforme a lo profetizado, Isaías 53:9;
era muy improbable que estas dos circunstancias se juntaran en la misma
persona.
Fue sepultado en
un sepulcro nuevo; por tanto, no se podía decir que no era Él, sino otro quien
resucitó. También aquí se nos enseña que no seamos melindrosos con referencia
al lugar de nuestra sepultación.
El fue enterrado
en el sepulcro que estaba más a mano.
Aquí está el Sol
de Justicia oculto por un tiempo, para volver a salir con mayor gloria y,
entonces, no volver a ponerse.
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CON LA FAMILIA DÍA 6 (JUAN 20:1-10)
1
El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro,
al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro. 2 Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel
al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no
sabemos dónde le han puesto. 3 Y
salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. 4 Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa
que Pedro, y llegó primero al sepulcro. 5
Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. 6 Luego llegó Simón Pedro tras él, y
entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí,
7
y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los
lienzos, sino enrollado en un lugar aparte. 8 Entonces entró también el otro discípulo, que había venido
primero al sepulcro; y vio, y creyó. 9
Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él
resucitase de los muertos.
10
Y volvieron los discípulos a los suyos.
Vv.
1-10. Si Cristo hubiera dado su vida en
rescate sin volver a tomarla, no se hubiera manifestado que su ofrenda había
sido aceptada como satisfacción.
Fue una gran
prueba para María que el cuerpo hubiera desaparecido. Los creyentes débiles
suelen hacer materia de lamento precisamente aquello que es fundamento justo de
esperanza, y materia de gozo. Está bien que los más honrados que otros con los
privilegios de los discípulos sean más activos en los deberes de los
discípulos: más dispuestos a aceptar dolores y correr riesgos en una buena
obra. Debemos hacer lo mejor que podamos sin envidiar a quienes puedan hacer
aun mejor, ni despreciar a los que hacen lo mejor que pueden aunque se queden
atrás.
El discípulo a
quien Jesús amaba de manera especial y que, por tanto, amaba de manera especial
a Jesús, llegó primero. El amor de Cristo nos hará abundar en todo deber más
que en cualquier otra cosa. El que se quedó atrás fue Pedro, que había negado a
Cristo. El sentido de culpa nos obstaculiza en el servicio de Dios.Todavía los
discípulos no sabían la Escritura; no consideraban ni aplicaban lo que conocían
de la Escritura: que Cristo debía resucitar de entre los muertos.
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CON LA FAMILIA DÍA 7 (JUAN 20:11-18)
11
Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se
inclinó para mirar dentro del sepulcro; 12
y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la
cabecera, y el otro a los pies, donde el
cuerpo de Jesús había sido puesto. 13
Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi
Señor, y no sé dónde le han puesto. 14
Cuando había dicho esto, se volvió, y
vio a Jesús que estaba allí; mas no
sabía que era Jesús. 15 Jesús le
dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el
hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo
lo llevaré. 16 Jesús le dijo:
¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir,
Maestro). 17 Jesús le dijo: No me
toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles:
Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. 18 Fue entonces María Magdalena para
dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había
dicho estas cosas.
Vv.
11-18. Probablemente busquemos y
encontremos cuando buscamos con afecto y buscamos con lágrimas. Sin embargo,
muchos creyentes se quejan de las nubes y tinieblas bajo las cuales se hallan,
que son métodos de la gracia para humillar sus almas, mortificar sus pecados y
hacerles querido a Cristo. No basta con ver ángeles y sus sonrisas, sin ver a
Jesús y la sonrisa de Dios en Él. Nadie, sino quien las ha saboreado, sabe las
penas de un alma abandonada, que tuvo las consoladoras pruebas del amor de Dios
en Cristo, y esperanzas del cielo, pero que, ahora, las perdió y anda en
tinieblas; ¿quién puede soportar ese espíritu herido? -Al manifestarse a
quienes le buscan, Cristo sobrepasa a menudo sus expectativas. Véase como el
corazón de María anhelaba encontrar a Jesús. El modo de Cristo para darse a
conocer a su pueblo es su palabra que, aplicada a sus almas les habla en
particular. Podría leerse: ¿Es mi Maestro? Véase con cuánto placer quienes aman
a Jesús hablan de su autoridad sobre ellos. Él le impide esperar que su
presencia corporal continúe, Él no estaba más en el mundo; ella debe mirar más
arriba y más allá del estado presente de las cosas.Nótese la relación con Dios
por la unión con Cristo. Al participar nosotros de la naturaleza divina, el
Padre de Cristo es nuestro Padre; y, al participar Él de la naturaleza humana,
nuestro Dios es su Dios. La ascensión de Cristo al cielo para interceder por
nosotros allí es como un consuelo inexplicable. Que ellos no piensen que esta
tierra será su hogar y reposo; sus ojos y sus miras y sus deseos anhelosos
deben estar en otro mundo y aun hasta en sus corazones: yo asciendo, por tanto,
debo procurar las cosas que están en lo alto. Y que los que conocen la palabra
de Cristo se propongan que otros obtengan el beneficio de su conocimiento.
ESTUDIO
en Lerma por él
Pr.
Victor R. Preciado Balderrama
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