DEVOCIONAL
CON LA FAMILIA SEMANA #17
DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 1 (JUAN 20:19-25)
19
Cuando llegó la noche de aquel mismo día,
el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde
los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto
en medio, les dijo: Paz a vosotros. 20
Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los
discípulos se regocijaron viendo al Señor. 21
Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así
también yo os envío. 22 Y habiendo
dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a
quienes se los retuviereis, les son retenidos. 24 Pero Tomás, uno de los
doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 25 Le dijeron, pues, los otros
discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la
señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi
mano en su costado, no creeré.
Vv.
19-25. Este era el primer día de la semana
y, después, este día es mencionado a menudo por los escritores sagrados, porque
fue evidentemente apartado como el día de reposo cristiano en memoria de la
resurrección de Cristo. Los discípulos habían cerrado las puertas por miedo a
los judíos; y cuando no tenían esa expectativa, el mismo Jesús vino y se paró
en el medio de ellos, habiendo abierto las puertas en forma milagrosa aunque
silenciosa. Consuelo para los discípulos de Cristo es que ninguna puerta puede
dejar fuera la presencia de Cristo, cuando sus asambleas pueden realizarse sólo
en privado. Cuando Él manifiesta su amor por los creyentes por medio de las
consolaciones de su Espíritu, les asegura que debido a que Él vive, también
ellos vivirán. Ver a Cristo alegrará el corazón del discípulo en cualquier
momento, y mientras más veamos a Cristo, más nos regocijaremos. —Él dijo:
Recibid el Espíritu Santo, demostrando así que su vida espiritual, y su
habilidad para hacer la obra, derivará y dependerá de Él. Toda palabra de
Cristo que sea recibida por fe en el corazón, viene acompañada de ese soplo
divino; y sin Él no hay luz ni vida. Nada se ve, conoce, discierne ni siente de
Dios sino por medio de éste.
Cristo mandó,
después de esto, a los apóstoles a que anunciaran el único método por el cual
será perdonado el pecado. Este poder no existía en absoluto en los apóstoles en
cuanto poder para dar juicio, sino sólo como poder para declarar el carácter de
aquellos a quienes Dios aceptará o rechazará en el día del juicio. Ellos han
sentado claramente las características por medio de las cuales puede
discernirse a un hijo de Dios y ser distinguido de un falso profesante y,
conforme a lo que ellos hayan declarado, cada caso será decidido en el día del
juicio.
Cuando nos
reunimos en el nombre de Cristo, especialmente en su día santo, Él se
encontrará con nosotros y nos hablará de paz. Los discípulos de Cristo deben
emprender la edificación de su santísima fe de unos a otros, repitiendo a los
que estuvieron ausentes lo que oyeron, y dando a conocer lo que han
experimentado. Tomás limitó al Santo de Israel, cuando quería ser convencido
por su propio método, y no de otra manera. Podría haber sido dejado, con
justicia, en su incredulidad, luego de rechazar tan abundantes pruebas. Los
temores y las penas de los discípulos suelen ser prolongadas para castigar su
negligencia.
DEVOCIONALES
CON LA FAMILIA DÍA 2 (JUAN20:26-29)
26
Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás.
Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a
vosotros. 27 Luego dijo a Tomás: Pon
aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no
seas incrédulo, sino creyente. 28 Entonces Tomás respondió y le dijo:
¡Señor mío, y Dios mío! 29 Jesús le
dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y
creyeron.
Vv.26-29.
Desde el principio quedó establecido que uno de siete días debería ser
religiosamente observado. Y que en el reino del Mesías el primer día de la
semana sería ese día solemne, fue señalado en que en ese día Cristo se reunió
con sus discípulos en asamblea religiosa. El cumplimiento religioso de ese día
nos ha llegado a través de toda era de la Iglesia.
No hay en nuestra
lengua una palabra de incredulidad ni pensamiento en nuestra mente que no sean
conocidos por el Señor Jesús; y le plació acomodarse aun a Tomás en vez de
dejarlo en su incredulidad. Debemos soportar así al débil, Romanos 15:1, 2. Esta advertencia es dada a todos. Si somos
infieles, estamos sin Cristo, desdichados, sin esperanzas y sin gozo. Tomás se
avergonzó de su incredulidad y clamó: ¡Señor mío, y Dios mío! -Los creyentes
sanos y sinceros serán aceptados de gracia por el Señor Jesús aunque sean
lentos y débiles. Deber de los que oyen y leen el evangelio es creer y aceptar
la doctrina de Cristo y el testimonio acerca de Él, 1 Juan 5:11.
DEVOCIONALES
CON LA FAMILIA DÍA 3 (JUAN 20:30-31)
30
Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las
cuales no están escritas en este libro. 31
Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios, y para que creyendo, tengáis vida
en su nombre.
Vv.
30, 31. Hubo otras señales y pruebas de la
resurrección de nuestro Señor, pero estas se han escrito para que todos crean
que Jesús era el Mesías prometido, el Salvador de pecadores y el Hijo de Dios;
para que, por esta fe, reciban la vida eterna, por su misericordia, verdad y
poder. Creamos que Jesús es el Cristo, y creyendo, tengamos vida en su nombre.
DEVOCIONALES
CON LA FAMILIA DÍA 4 (JUAN 21:1-14)
1
Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de
Tiberias; y se manifestó de esta manera: 2
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de
Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.3 Simón Pedro les dijo: Voy a pescar.
Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una
barca; y aquella noche no pescaron nada. 4
Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no
sabían que era Jesús. 5 Y les dijo:
Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. 6 El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis.
Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. 7 Entonces aquel discípulo a quien
Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el
Señor, se ciñó la ropa (porque se había
despojado de ella), y se echó al mar. 8
Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues
no distaban de tierra sino como doscientos codos. 9 Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de
ellas, y pan.10 Jesús les dijo:
Traed de los peces que acabáis de pescar. 11
Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento
cincuenta y tres; y aun siendo tantos,
la red no se rompió. 12 Les
dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle:
¿Tú, quién eres? Sabiendo que era el
Señor. 13 Vino, pues, Jesús, y tomó
el pan y les dio, y asimismo del pescado. 14
Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después
de haber resucitado de los muertos.
Vv.
15-19. Nuestro Señor se dirigió a Pedro
por su nombre original, como si hubiera dejado el de Pedro cuando lo negó.
Ahora contestó: Tú sabes que te amo, pero sin declarar que ama a Jesús más que
los otros. No debemos sorprendernos con que nuestra sinceridad sea cuestionada
cuando nosotros mismos hemos hecho lo que la vuelve dudosa. Todo recuerdo de
pecados pasados, aun de pecados perdonados, renueva la tristeza del penitente
verdadero. Consciente de su sinceridad, Pedro apeló solemnemente a Cristo, que
conoce todas las cosas, hasta los secretos de su corazón. Bueno es que nuestras
caídas y errores nos vuelvan más humildes y alertas. La sinceridad de nuestro
amor a Dios debe ser puesta a prueba. Y nos conviene rogar con oración
perseverante y ferviente al Dios que escudriña los corazones, que nos examine y
nos pruebe a ver si somos capaces de resistir esta prueba. Nadie que no ame al
buen Pastor más que a toda ventaja u objeto terrenal, puede ser apto para
apacentar las ovejas y los corderos de Cristo. El gran interés de todo hombre
bueno, cualquiera sea la muerte de que muera, es glorificar a Dios en ella,
porque ¿cuál es nuestro objetivo principal sino este: morir por el Señor cuando
lo pida?
DEVOCIONALES
CON LA FAMILIA DÍA 5 (JUAN 21:15-19)
15
Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me
amas más que éstos? Le respondió: Sí,
Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. 16 Volvió a decirle la segunda vez:
Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te
amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17
Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de
que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes
todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. 18 De cierto, de cierto te digo: Cuando
eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo,
extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. 19 Esto dijo, dando a entender con qué
muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.
Vv.
15-19. Nuestro Señor se dirigió a Pedro
por su nombre original, como si hubiera dejado el de Pedro cuando lo negó.
Ahora contestó: Tú sabes que te amo, pero sin declarar que ama a Jesús más que
los otros. No debemos sorprendernos con que nuestra sinceridad sea cuestionada
cuando nosotros mismos hemos hecho lo que la vuelve dudosa. Todo recuerdo de
pecados pasados, aun de pecados perdonados, renueva la tristeza del penitente
verdadero. Consciente de su sinceridad, Pedro apeló solemnemente a Cristo, que
conoce todas las cosas, hasta los secretos de su corazón. Bueno es que nuestras
caídas y errores nos vuelvan más humildes y alertas. La sinceridad de nuestro
amor a Dios debe ser puesta a prueba. Y nos conviene rogar con oración
perseverante y ferviente al Dios que escudriña los corazones, que nos examine y
nos pruebe a ver si somos capaces de resistir esta prueba. Nadie que no ame al
buen Pastor más que a toda ventaja u objeto terrenal, puede ser apto para
apacentar las ovejas y los corderos de Cristo. El gran interés de todo hombre
bueno, cualquiera sea la muerte de que muera, es glorificar a Dios en ella,
porque ¿cuál es nuestro objetivo principal sino este: morir por el Señor cuando
lo pida?
DEVOCIONALES
CON LA FAMILIA DÍA 6 (JUAN 21:20-24)
20
Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el
mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor,
¿quién es el que te ha de entregar? 21
Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? 22 Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a
ti? Sígueme tú. 23 Este dicho se
extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero
Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que él quede hasta que yo
venga, ¿qué a ti? 24 Este es el
discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos
que su testimonio es verdadero.
Vv.
20-24. Los sufrimientos, los dolores, y la
muerte parecen formidables aun al cristiano experimentado; pero, en la
esperanza de glorificar a Dios, de dejar un mundo pecador, y estar presente con
su Señor, aquel se vuelve presto a obedecer el llamado del Redentor y seguirle
hacia la gloria a través de la muerte.
La voluntad de
Cristo es que sus discípulos se ocupen de su deber sin andar curioseando hechos
futuros, sea acerca de sí o del prójimo. Somos buenos para ponernos ansiosos
por muchas cosas que nada tienen que ver con nosotros. Los asuntos de otras
personas nada son para que nos entrometamos; debemos trabajar tranquilamente y
ocuparnos de nuestros asuntos. Se hacen muchas preguntas curiosas sobre los
consejos de Dios, y el estado del mundo invisible, a las cuales podemos
responder, ¿qué a nosotros? Si atendemos el deber de seguir a Cristo, no
hallaremos corazón ni tiempo para meternos en lo que no nos corresponde. —¡Cuán
poco se puede confiar en las tradiciones orales! Que la Escritura se interprete
y se explique a sí misma; porque en gran medida, es evidencia y prueba en sí
misma, porque es luz. Nótese la facilidad de enmendar errores, como aquellos,
por la propia palabra de Cristo. El lenguaje de la Escritura es el canal más
seguro para la verdad de la Escritura: las palabras que enseña el Espíritu
Santo, 1 Corintios ii, 13. Los que no concuerdan en los mismos términos del
arte, y su aplicación, pueden, no obstante, estar de acuerdo en los mismos
términos de la Escritura, y amarse unos a otros.
DEVOCIONALES
CON LA FAMILIA DÍA 7 (JUAN 21:25)
25 Y hay también otras muchas cosas que hizo
Jesús, las cuales si se escribieran una
por una, pienso que ni aun en el mundo
cabrían los libros que se habrían de escribir.
Amén.
V.
25. Se escribió sólo una pequeña parte de los
actos de Jesús; pero bendigamos a Dios por todo lo que está en las Escrituras y
agradezcamos que haya tanto en tan poco espacio. Suficiente quedó escrito para
dirigir nuestra fe, y regir nuestra práctica; más, hubiera sido innecesario.
Mucho de lo
escrito es pasado por alto, mucho se olvida, y mucho es hecho cuestión de
controversias dudosas. Sin embargo, podemos esperar el gozo que recibiremos en
el cielo del conocimiento más completo de todo lo que Jesús hizo y dijo, y de
la conducta de su providencia y gracia en sus tratos con cada uno de nosotros.
Sea esta nuestra felicidad. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús
es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre,
capítulo 20:31.
Qué
gran ejemplo que nos da Dios a través de la naturaleza. Aprendamos a ser canal
de bendición para otros, si Dios nos bendice con su amor, demos amor a los que
nos rodean, si Él nos da perdón ofrezcamos perdón, todos hemos recibido algo
directamente del cielo para continuar fluyendo hacia los demás, no permitas que
se estanque allí. Más importante en esta vida que ganar solo, es ayudar a otros
a vencer también. Aunque eso implique disminuir el paso o cambiar el curso.
A T E N T A M E N
T E
Victor R.
Preciado Balderrama
Quien los ama en
el amor en Cristo Jesús…
ESTUDIO
en Lerma por él
Pr.
Victor R. Preciado Balderrama
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