INTRODUCCIÓN
Nadie puede negar
la inmensa confusión religiosa que existe en nuestro tiempo. Pero la confusión
no se limita tan solo a qué grupo pertenecer, sino también en qué creer. La
obra de los falsos maestros, el error y la ignorancia de la voluntad de Dios,
no solamente ha hecho estragos en cuanto a la poca seriedad que se tiene cuando
se trata de poner la membrecía en alguna iglesia, sino que también ha estado
haciendo mucho daño a la doctrina bíblica. Mucha gente no solamente cree que
puede reunirse en cualquier iglesia y agradar a Dios, sino que también están
creyendo que cualquier doctrina es buena.
Muchos que están
atentos a este fenómeno, intentan alertar desde el mismo error sobre tal mover
sectario; sin embargo, en su intento por lograr que la gente practique una sana
fe, le guían de un error a otro, dejándolos en la misma situación espiritual
caída en la que se encontraban.
Por todo esto es
que preguntamos, ¿a qué doctrina debemos ser fieles? Si logramos tener la
respuesta correcta la misma, es entonces que estaremos protegidos contra el
error, las falsas iglesias y la mala doctrina.
¿DEBO SER FIEL A
LAS DOCTRINAS FUNDAMENTALES DEL CRISTIANISMO HISTÓRICO?
La llamada
“doctrina del cristianismo histórico” es la ruta que muchos aconsejan seguir,
con el fin de estar libres del error. Pero, ¿es este el camino a seguir? Nada
más lejos de la verdad.
Antes de exponer
el error detrás de la “doctrina del cristianismo histórico”, debemos hacer
notar el por qué muchos aconsejan seguir tal camino. Como decía al principio,
el mundo religioso se ha estado viendo invadido por una serie de nuevas
corrientes religiosas bien extrañas, no solo a la Biblia, sino al antiguo
protestantismo. Las denominaciones más
¿A qué doctrina
debemos ser fieles?
antiguas y
conservadoras, que se esfuerzan por ser fieles a sus credos, se están viendo
infectadas por los brotes de subjetivismo y las falsas manifestaciones
fabulosas como la risa santa y diversos milagros estrafalarios. Es allí donde diversas
organizaciones religiosas pertenecientes al antiguo protestantismo, que hacen
el llamado para que los creyentes sean fieles y perseveren en la “doctrina del
cristianismo histórico”. El propósito del llamamiento es bueno y digno de
imitar, pero a fin de cuentas se pide seguir viviendo en el error. En un error
“antiguo” o “histórico”, pero sigue siendo error.
¿Por qué digo que
se sigue viviendo en el error, al ser fieles a “las doctrinas fundamentales del
cristianismo histórico”? Bueno, para comprender la razón de esta verdad,
debemos preguntar, ¿qué son “las doctrinas fundamentales del cristianismo
histórico”? La respuesta es sencilla. Se trata del “conjunto de doctrinas del
protestantismo histórico”. Debemos recordar que el protestantismo comenzó con
el movimiento de la reforma, pero que sólo fue eso, una reforma, y no una
restauración la fe de aquellos que estaban inmersos en las tinieblas del
catolicismo romano. La verdad es que “las doctrinas fundamentales del
cristianismo histórico”, es una frase que oculta el error, ya que, no se trata
de la sana doctrina, sino de las doctrinas enseñadas por Martín Lutero, Calvino
y muchos otros. ¡Pero muchas de las doctrinas de estos hombres no son bíblicas!
Quien persevere en “las doctrinas fundamentales del cristianismo histórico”, no
estará perseverando en la verdad, sino en el error.
He aquí un
ejemplo de las doctrinas fundamentales del cristianismo histórico:
1. La sola fe
para ser salvos.
2. La herencia
del pecado.
Estos dos breves
ejemplos bastan para mostrar que “las doctrinas fundamentales del cristianismo
histórico”, es decir, el protestantismo antiguo, no son bíblicas. ¿Enseña la
Biblia que el hombre es justificado solamente por la fe? No, “...Vosotros veis,
pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe...”
(Stgo. 2:24). La frase evangélica y tan famosa, “solamente por la fe”, se
encuentra una sola vez
¿A qué doctrina
debemos ser fieles? Lorenzo Luévano Salas
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en el Nuevo
Testamento, pero, por extraño que parezca, tal frase bíblica contradice “la
doctrina fundamental del cristianismo histórico”, es decir, el protestantismo.
Ahora, ¿enseña la Biblia que el hombre hereda el pecado? No, ya que, “...el
hijo no llevará el pecado del padre...” (Ezq. 18:20). El pecado es algo que hacemos,
no que heredamos (1 Jn. 3:4). Por tanto, las doctrinas del protestantismo
antiguo, en lugar de llevarnos a la luz de la verdad y protegernos del error
que impera a nuestro alrededor, nos lleva a doctrinas, sí, pero a doctrinas
falsas bien históricas.
¿DEBO SER FIEL A
LAS DISTINTAS TRADICIONES DE LA CRISTIANDAD ORTODOXA?
Existen muchos
otros que al intentar ponerse a salvo de las innovaciones en el sectarismo,
deciden ser fieles a las distintas “tradiciones de la cristiandad ortodoxa”. Y
desde luego, la palabra “ortodoxa” juega un papel importante en tal decisión.
Pero, ¿acaso no se dan cuenta que la palabra “ortodoxia” seguirá siendo
ambigua, especialmente con la variedad de significados que existen? Por
ejemplo, el Diccionario Enciclopédico Océano Uno, dice con respecto a
ortodoxia, “...Rectitud dogmática o conformidad con el dogma católico...”, y
también, “...conformidad con la doctrina fundamental de cualquier secta o
sistema...”. ¿Debemos ser fieles a las tradiciones religiosas del sectarismo?
Toda secta tiene “sus doctrinas fundamentales”, y cada agrupación presentará,
según su entendimiento, “su conjunto de doctrinas fundamentales”, para luego
afirmar que la fidelidad a su doctrina, será un ejemplo de ortodoxia.
Las tradiciones
religiosas, tales como el milenio, los tiempos del fin, etc., del
protestantismo primitivo, no es compatible con lo que enseña la Biblia. Por
tanto, quien sea fiel a las distintas tradiciones de la cristiandad ortodoxa,
seguirá, repito, inmerso en el error y en la confusión de la que intenta salir.
¿DE QUIEN
ESCUCHAREMOS EL CONSEJO?
Es verdad que
muchas personas están cansados del error y el sectarismo que ve a su alrededor,
pero, ¿cómo logrará librarse de los credos históricos y las tradiciones
religiosas que ofertan un camino al
(2 Tim. 4:2);
mientras que la doctrina del cristianismo histórico y las 6:3), es sana (Tito
2:1), es útil para enseñar, redargüir, reprender y exhortar ¿A qué doctrina
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cielo, pero que
en la realidad conduce a la perdición? Deberá seguir el consejo correcto. No el
mío, no el de cierto predicador, pastor, profeta, gurú, iluminado o ángel le
dé, sino el consejo bíblico.
¿Qué dice la
Biblia? La Biblia dice que si no seguimos la doctrina correcta, nunca lograremos
dar y tener cercas nuestro corazón de Dios (Mt. 15:8, 9). También nos exhorta a
no aferrarnos a las tradiciones de los hombres (Mr. 7:8), pues las mismas
impiden nuestra obediencia a la voluntad de Dios. Las doctrinas de los hombres,
así como sus tradiciones, son sino el producto de la voluntad de ellos, y no de
la voluntad de Dios (2 P. 1:21)
¡SEAMOS FIELES A
LA DOCTRINA DE CRISTO!
No debemos ser
fieles a “las doctrinas fundamentales del cristianismo primitivo”, ni a “las
distintas tradiciones de la cristiandad ortodoxa”, sino a la doctrina de
Cristo. Quien sigue la doctrina de Cristo, tiene a Dios y al Salvador (2 Jn.
:9), pero quien sigue las doctrinas del protestantismo, o del sectarismo
moderno, no tiene a Dios, ya que, diversas doctrinas de tales movimientos no
son conforme a la Palabra de Dios. La doctrina de Cristo tiene autoridad (Lc.
4:32), porque es la doctrina de Dios (Jn. 17:16), pero la doctrina del
protestantismo antiguo, como del nuevo, no tiene autoridad, pues se origina en
los hombres, y depende de la astucia y el uso de las artimañas del error (Ef.
4:14). La doctrina de Cristo debe ser retenida (2 Ts. 2:15), la del
protestantismo antiguo y el sectarismo moderno debe ser rechazada (1 Tim. 1:3),
pues a la sana doctrina se opone (1 Tim. 1:3). La doctrina de Cristo es buena
(1 Tim. 4:6), nos mantiene en la salvación (1 Tim. 4:16), es conforme a la
piedad (1 Tim. tradiciones de la cristiandad ortodoxa, no logran nada de esto.
CONCLUSIÓN
¡Seamos fieles a
la doctrina de Cristo! Usted no la encontrará en un credo, o en artículos de fe
de cierta Iglesia; ni tampoco le será revelada por algún profeta, sueño o don
moderno. No la encontrará en los libros de teología, historia o enseñanza de
cierta Iglesia, sino única y
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¿A qué doctrina
debemos ser fieles? Lorenzo Luévano Salas
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exclusivamente,
en el Nuevo Testamento. Es allí donde podemos encontrar la doctrina a la que
debemos ser fieles. Es allí donde está el credo infalible. Es allí donde está
la sana, buena, perfecta e infalible doctrina. La doctrina de los apóstoles
(Hch. 2:42), que es la doctrina de Cristo (3 Jn. :9; Mt. 28:18-20), es en la
cual debemos perseverar (Hch. 2:42), retener (2 Ts. 2:15), obedecer de corazón
(Rom. 6:17), estar de acuerdo con ella (Tito 2:1), adornar (Tito 2:10), cuidar
(1 Tim. 4:16) y no causar tropiezos y divisiones en contra de ella (Rom.
16:17). Así que, ¿a qué doctrina es fiel usted?...
Lorenzo Luévano
Salas
Enero, 2007.
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