29 de Abril
de 2018
NO ES LO
MISMO LLEGAR, QUE MANTENERSE CAMINANDO CON DIOS
Aquellos que han seguido el ejemplo de Enoc y de los
cuales se puede decir: “y caminó con Dios”. Enoc significa en hebreo “DEDICADO”. Fue el séptimo
en la descendencia de Adán y se dice en Gen 5:21-24 que caminó con Dios. El
verbo "caminar" en este lugar significa literalmente
"anduvo" con Dios, esto es, vivió con Dios, o como lo dice la Nueva
Versión Internacional (NVI):
"Enoc anduvo fielmente con Dios...". Esta frase incluye diferentes
conceptos, implica una variedad de aspectos que iremos enumerando. (Génesis 5:21 al 24) “21 Vivió Enoc sesenta y cinco años, y
engendró a Matusalén. 22 Y caminó Enoc con Dios, después
que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. 23 Y fueron todos los días de Enoc
trescientos sesenta y cinco años. 24
Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”; (Hebreos 11:5 y 6) “5 Por
la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque
lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; Porque es necesario que
el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan”; (Judas 1:14 al 16) “14 De
éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí,
vino el Señor con sus santas decenas de millares, 15 para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los
impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas
duras que los pecadores impíos han hablado contra ÉL. 16 Estos son murmuradores,
querellosos, que andan según sus propios deseos,
cuya boca habla cosas infladas,
adulando a las personas para sacar
provecho”.
CAMINAR
CON DIOS SIGNIFICA CONOCER A DIOS: Esto es, conocerlo personalmente, entrar en una relación estrecha con El. No es una religión
aprendida de los antepasados, ni ritos que se hacen mecánicamente. Es el reconocimiento de nuestros pecados
y la necesidad de su perdón. ¿Conoces tú a Dios? Te invito a que entres en una relación
personal con Jehová Dios por medio de su Hijo Jesucristo. Jesucristo dijo de Sí mismo: (Jn.14:6) “Jesús le dijo: Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida;
Nadie viene al Padre, sino por Mí”. Y Dice también: (Jn.10:9) “Yo soy la puerta; El
que por Mí entrare, será salvo; Y entrará, y saldrá, y hallará pastos”.
En otras palabras, para poder andar
con Jehová Dios como lo hizo Enoc, tienes
que entrar por la puerta que es Jesucristo, y caminar por el camino que también es Jesucristo. Entonces el estar de acuerdo con Jehová
Dios nuestro Padre Celestial es hacer su Perfecta Voluntad: Porque dos
personas no pueden caminar juntas si no hay acuerdo entre ellas. Deben
llevar el mismo paso y seguir la misma dirección. Así, el caminar con Jehová Dios es aceptar su Perfecta Voluntad en
nuestras vidas pues Él nos creó con un propósito y es nuestro deber el
cumplirlo. Es negarnos a nosotros mismos (Mateo 16:24) “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de Mí,
niéguese a sí mismo, y tome
su cruz, y sígame”. Estoy seguro que
muchos que estamos caminado con Jehová Dios, gran parte de nuestra vida, tuvimos
que rechazar muchas “oportunidades” que el mundo nos ofrece con tal de seguir
caminando con Jehová Dios. Por medio del apóstol Pablo lo destaca en: (Filipenses 3:13 y 14) “13 Hermanos, yo mismo no pretendo
haberlo ya alcanzado; Pero una cosa
hago: Olvidando ciertamente
lo que queda atrás, y extendiéndome
a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús”. Él desea conducirnos en cada etapa de nuestras
vidas. Debemos estar dispuestos a
permitir que ÉL pueda hacerlo. Debemos estar dispuestos a caminar a su
lado en cada momento.
CAMINAR
CON JEHOVÁ DIOS ES ESTAR EN COMUNICACIÓN CON ÉL: Enoc,
al caminar con Jehová Dios, sin lugar a duda tenía comunicación constante con
El. Si quieres caminar con Jehová Dios tienes que tener un diálogo constante
con Él. ¿Cómo funciona el diálogo con Dios? Esto es fácil de responder. Jehová Dios nos habla por medio de Su
Palabra, las Sagradas Escrituras y nosotros le hablamos por medio de la oración.
El no tener diálogo constante con Jehová
Dios, se va a manifestar en tu vida. Es como meterse en el tránsito de
una gran Ciudad desconocida, sin fijarse en el mapa. Es como querer manejar una
sofisticada máquina sin leer el manual. Evidentemente
las consecuencias no serán positivas, (Salmos 127:1 y 2) “1 Si Jehová no
edificare la casa, en vano
trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, en vano
vela la guardia. 2 Por demás es que os
levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores;
Pues que a su amado dará Dios el sueño”. Más si todavía, sabemos que nuestras
armas defensivas y ofensivas en nuestra batalla espiritual son justamente la
Palabra y la oración: (Ef.6:17,18) “17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que
es la Palabra de Dios; 18 orando en todo tiempo con toda oración y
súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y
súplica por todos los santos”. Creo que
la razón por la cual hay tantos cristianos derrotados y constantemente caídos
se debe a la falta de comunicación, a la falta de comunión con Jehová Dios.
Enoc sólo se pudo mantener firme en una sociedad completamente corrupta, por su
íntima comunicación con Jehová Dios. ¿Cómo está tu comunicación con Dios?
¿Estas aprovechando bien tu tiempo, las oportunidades para crecer?
MUCHO TIENE QUE VEER NUESTRO CORAZÓN.
Porque en el corazón espiritual,
es dónde se conglomeran todas las
partes internas del hombre, cómo el
alma, el Espíritu Santo, Jesucristo, en las Sagradas
Escrituras, que
es la Palabra de Jehová Dios hay un
remedio apropiado para todas las enfermedades del alma: (1 Tesalonicenses 3:13) “Para que sean afirmados vuestros
corazones, irreprensibles en
santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus
santos”; (Proverbios 4:23) “Sobre
toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida”.
En nuestro corazón está compuesto por todas las partes de nuestro ser interior,
por ejemplo: Alma, nuestra
mente, nuestra parte emotiva y nuestra voluntad: (Mateo 9:4) “Y conociendo Jesús los
pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?”; (Hechos 4:12) “Y en ningún otro hay
salvación; Porque no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que
podamos ser salvos”; (Juan 14:1) “No
se turbe vuestro corazón; Creéis en Dios, creed también en Mí”; (Juan
16:22) “También vosotros ahora tenéis tristeza; Pero os volveré a ver, y se
gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo”; (Hch. 11:23) “Este,
cuando llegó, y vio la Gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles
al Señor”; (1 Juan 3:19 y 20)
“19 Y en esto conocemos que somos de la Verdad, y aseguraremos
nuestros corazones delante de ÉL; 20
pues si nuestro corazón nos reprende, mayor
que nuestro corazón es Dios, y ÉL sabe todas las cosas”. "Agradar a Dios" significa que Dios se complace en ti;
Es ser aceptable delante de Él.
A Jehová Dios le agrada, le llena de alegría y satisfacción
cuando una persona busca hacer Su Perfecta Voluntad. Como resultado nuestro
Padre Celestial nos llenará de bendiciones, que podremos comprobar en nuestras
vidas, por ejemplo: La Paz de Enoc demuestra
su intimidad con Dios, porque vivió en los días de Noé, cuando estaban pasando momentos
de gran maldad. (Isa. 26:3) “Tú
guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; Porque en Ti
ha confiado”. Todo el tiempo traía gozo a pesar de las circunstancias de su
entorno (Salmo16:11) “Me mostrarás
la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu
diestra para siempre”. La alegría es pasajera, el gozo es parte del fruto del Espíritu
y es permanente pues no depende de las circunstancias sino de la relación
íntima con Jehová Dios en nuestras vidas.
Existe un
obstáculo, en nuestro corazón, muy grande, en cada uno de nosotros, es tan grande que ha existido siempre,
desde Adán y Eva hasta nuestros tiempos. Y se llama “DESOBEDIENCIA”.
Por ejemplo: ¿POR QUÉ RESPETAR LA AUTORIDAD? Porque
Nuestro padre Celestial lo manda y nos manda que honremos a todos los seres
humanos de toda clase: (1 PEDRO 2:15 al 17) “15
Porque esta es la Voluntad de Dios:
Que, haciendo bien, hagáis callar la
ignorancia de los hombres insensatos; 16 Como libres, pero no
como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino
como siervos de Dios. 17 Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey”. La cara desfigurada de
los hijos, son un reflejo de la lucha que se libra en su interior. cuando un hijo oye la voz de su padre
mandándole algún asunto y sabe
que debe respetarlo; Pero, en este caso, sencillamente no quiere obedecerlo. ¡Qué dilema! Pues bien, de vez en cuando nos ocurre
algo parecido a todos nosotros. Nos resulta siempre muy difícil respetar
a quienes tienen cierto grado de autoridad. ¿Tú has tenido este
problema alguna vez? Si, así es, puedes
estar seguro de que no eres el único. Sin embargo, las Sagradas
Escrituras, nos mandan acatar la autoridad, independientemente de
que el mundo sea cada día más rebelde (Proverbios 24:21) “Teme a
Jehová, hijo mío, y al rey; No te
entremetas con los VELEIDOSOS
(son de poca
constancia en sus actos, gustos o ideas)”. Es
más, si queremos mantenernos en el amor de Dios, nuestro padre
Celestial, entonces es imprescindible que obedezcamos este mandato de
las Sagradas Escrituras. Ahora bien, ¿Por qué nos cuesta obedecer tanto? ¿Por qué nos pide Jehová que lo
hagamos? ¿Qué nos ayudará a obedecerlo, y de qué maneras podemos cumplirlo?
A continuación, responderemos estas preguntas.
Nos resulta difícil respetar la
autoridad, porque todos somos imperfectos,
y porque los hombres y mujeres que ejercen la autoridad también
lo somos. El pecado y la imperfección que nos afligen surgieron hace
miles de años en el jardín de Edén, cuando Adán y Eva se rebelaron contra
Jehová Dios. Como vemos, el pecado comenzó con una rebelión. Y hasta el día de
hoy, nacemos con la tendencia a rebelarnos (Génesis
2:15 al 17) “15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto
de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 16 Y mandó Jehová Dios al
hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
17 Más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; Porque
el día que de él comieres, ciertamente
morirás”; (Génesis 3:1 al 7)
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová
Dios había hecho; La cual dijo a la mujer: ¿Conque
Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2 Y la
mujer respondió a la serpiente: Del
fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto del
árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni
le tocaréis, para que no
muráis. 4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 Sino que sabe Dios que el día que comáis
de él, serán abiertos
vuestros ojos, y seréis como
Dios, sabiendo el bien y el
mal. 6 Y vio la mujer que el
árbol era bueno para comer, y que era
agradable a los ojos, y árbol
codiciable para alcanzar la sabiduría; Y tomó de su fruto, y comió;
Y dio también a su marido, el cual comió, así como ella. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de
ambos, y conocieron que
estaban desnudos; Entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales”;
(Salmo 51:5) “He aquí, en maldad he
sido formado, y en pecado me concibió
mi madre”; (Romanos 5:12) “Por
tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”.
Porque somos pecadores por naturaleza, el
orgullo y la arrogancia suelen brotar fácilmente en nosotros, a diferencia de
la humildad, que tanto trabajo nos cuesta cultivar y mantener. De hecho, aunque llevemos años sirviendo
fielmente a Jehová Dios, podemos volvernos orgullosos y testarudos.
Esto fue lo que le ocurrió a Coré. Este israelita había superado muchas
dificultades junto al pueblo de Dios. Sin embargo, acabó cediendo a las ansias
de poder y cometió la osadía de iniciar una rebelión contra Moisés, el hombre
más manso de aquella época; (Números
16:1 al 3) “1 Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán
y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron
gente, 2 y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los
hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones
de renombre. 3 Y se juntaron contra Moisés y
Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de
vosotros! Porque toda la
congregación, todos ellos son
santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿Por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación
de Jehová?”. Algo similar sucedió
con el rey Uzías, quien, llevado
por el orgullo, se atrevió a
penetrar en el templo de Jehová y efectuar
una función sagrada reservada a los sacerdotes (2 Crónicas 26:16 al 21) “16
Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios,
entrando en el templo de Jehová para
quemar incienso en el altar del incienso. 17 Y entró tras él el
sacerdote Azarías, y con él
ochenta sacerdotes de Jehová, varones
valientes. 18 Y se pusieron contra el rey Uzías,
y le dijeron: No te corresponde a ti,
oh Uzías, el quemar incienso a Jehová, sino a los sacerdotes hijos de Aarón,
que son consagrados para quemarlo.
Sal del santuario, porque has prevaricado
(Abuso de
autoridad), y no te será para gloria delante de Jehová
Dios. 19 Entonces Uzías, teniendo en la mano un incensario para
ofrecer incienso, se llenó de ira; Y en su ira contra los sacerdotes,
la lepra le brotó en la frente,
delante de los sacerdotes en la casa
de Jehová, junto al altar del incienso. 20 Y le miró el sumo sacerdote Azarías, y todos los sacerdotes, y
he aquí la lepra estaba en su frente; Y le hicieron salir apresuradamente de
aquel lugar; Y él también se dio
prisa a salir, porque Jehová lo había herido. 21 Así el rey Uzías fue
leproso hasta el día de su muerte, y habitó leproso en una casa
apartada, por lo cual fue excluido de
la casa de Jehová; Y Jotam su
hijo tuvo cargo de la casa real, gobernando al pueblo de la tierra”. Coré y Uzías pagaron muy cara su
rebelión. Con todo, lo que les sucedió nos enseña una importante lección: tenemos que luchar contra el orgullo, y
nuestro cochino carácter, pues esta actitud nos dificulta respetar la autoridad.
El tener
una buena relación con nuestro Padre Celestial nos da Él, protección y guía en nuestro
camino, porque no andaremos solos, Jehová Dios estará con nosotros en nuestro
diario vivir (Salmo 23:4)
“Aunque ande en valle de sombra de
muerte, no temeré mal alguno,
porque tú estarás conmigo; Tu VARA y tu CAYADO me infundirán aliento”. La vara de la disciplina y el cayado de Su cuidado. Porque necesitamos saber que tan Bueno
es nuestro Padre Celestial, que tiene
no solamente la vara de disciplina, sino el cayado que utiliza nuestro
Padre Celestial, para rescatar la oveja que ha caído. Muchos cristianos conocen la vara, pero no el cayado que infunde aliento. El cayado, es la Autoridad
y seguridad de nuestro Padre Celestial, que está cuidando de nosotros y que no nos
va a dejar caer por el precipicio. El
cayado da la seguridad en un amor que no nos dejará. Necesitamos
conocer a nuestro Padre Celestial, que dio la vida de su Hijo Jesucristo por
las ovejas. Su cayado nos dice que Jehová Dios tomará las medidas necesarias
para evitar que nos perdamos, que Su Mano
fuerte nos sostendrá. (Salmo
103:3 al 6) “3 Él es quien
perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; 4 El
que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y
misericordias; 5 El que sacia de bien
tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila. 6 Jehová
es el que hace justicia y derecho
a todos los que padecen violencia”. El cayado de nuestro padre
Celestial nos infundirá aliento y confianza.
Sus promesas nos darán seguridad. (Romanos
8:31 al 34) “31 ¿Qué, pues,
diremos a esto? Si Dios es por
nosotros, ¿Quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por
todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con Él todas las cosas? 33 ¿Quién
acusará a los escogidos de Dios? Dios
es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará?
Cristo es el que murió; Más aún, el que también resucitó, el que además está a
la diestra de Dios, el que también
intercede por nosotros”. Algunos predican solamente la vara. El que predica la ley, produce el sentimiento de condenación.
Los que se sienten condenados,
también condenan, y no inspiran vida. El diablo utiliza la
ley y la conciencia para oprimir y deprimir. Muchos cristianos viven bajo condenación y otros ya han dejado de luchar y han ido al mundo y al dinero para su aliento, buscando encontrar el fruto del Espíritu en
las obras de la carne.
Que
seguridad nos da el estar al lado de nuestro Padre y Dios. Él no
nos dejará ni desamparará, Él no nos traicionará. Si Dios es con nosotros,
¿Quién contra nosotros? (Romanos 8:31)
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?”.
Con su vara y cayado nos da aliento y
nos guía. Cuántas decisiones hay que tomar a diario. Algunas son cotidianas y otras
trascendentes que determinarán el curso de toda la vida, el éxito o la ruina,
la bendición o el castigo, el fruto o la falta del mismo, vida o muerte.
Muchas veces el tomar la decisión no se nos hace fácil, pero si confías plenamente
en nuestro Padre Celestial entonces experimentarás: (Salmo 32:8 al 10) “8 Te
haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti
fijaré mis ojos. 9 No seáis como el caballo, o como el mulo,
sin entendimiento, que han de
ser sujetados con cabestro y con freno, porque
si no, no se acercan a ti. 10 Muchos
dolores habrá para el impío; Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia”. Nos podemos someter a la vara de la disciplina, sabiendo
que Jehová Dios nos quiere librar del dominio y esclavitud del pecado. Podemos
tener seguridad con Su cayado que nos infunde aliento, sabiendo que nada, ni
nadie nos puede separar del amor de Dios que está en Cristo Jesús.
El tener
una buena relación con nuestro Padre Celestial, seremos más útiles en nuestra vida: Tendremos
abundante, fruto siempre y cuando caminemos con Jehová Dios. Aun en la tercera
edad podemos dar frutos (Salmo 92:13 al 15)
“13 Plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios
florecerán. 14 Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, 15 Para anunciar que Jehová mi
fortaleza es recto, y que en ÉL no hay injusticia”. Estaremos vigorosos. Solo aquel que haya caminado con Jehová
Dios puede ver en su vida la plenitud del fruto del Espíritu. Este fruto se hace vivo, tangible, real
a través de nuestro servicio a Dios y al prójimo. No dejes que este
mundo consumista y egoísta te aleje de la oportunidad de testificar y servir. Enoc lo hizo en tiempos tan difíciles
como los de ahora y tuvo palabras proféticas (Judas 1:14 y 15) “14 De
éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí,
vino el Señor con sus santas decenas de millares, 15 para hacer juicio
contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras
impías que han hecho impíamente, y de
todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra ÉL”. Servir a Dios no es hacer cosas
extraordinarias, es hacer lo
ordinario en forma extraordinaria. Toma
tu vida cotidiana, tu vida de todos los días, tu descanso, tus comidas,
tu trabajo, tus idas y venidas, ponlas como una ofrenda ante Jehová Dios, tu
Padre Celestial. El trabajo se convierte en adoración cuando se lo dedicamos a ÉL
y lo llevamos a cabo conscientes de su Presencia.
En
nuestra Iglesia en Cristo Jesús “Mi Libertador” hay oportunidades diversas de servicio, incorpórate
a algún ministerio y da fruto. Porque así podremos ver la Gloria de
Dios: “LE LLEVÓ DIOS…”
Enoc pudo disfrutar de la gloria por
la cual estuvo dispuesto a pagar el precio de una vida andando en sus caminos.
Pudo ver lo que anhelaba y fue
premiado por su fidelidad. Esto
será para cada hombre y mujer que le es fiel. Esta recompensa ya la
empezamos a tener incluso aquí en la tierra. Una vida que ha sido entregada por completo al Señor Jesucristo ya
conlleva su premio en sí misma. El seguir a Jesucristo nos da un gozo y
satisfacción, que es vida en el más amplio sentido de la Palabra. Es vida
verdadera: (Jn.10:10) “El ladrón no
viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo
he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
Jesucristo dijo reiteradas veces: (Marcos
8:35) “Porque todo el que quiera
salvar su vida, la perderá; Y todo el que pierda su vida por causa de
mí y del Evangelio, la salvará”. El caminar con Jehová Dios nos llena de Esperanza
porque sabemos que al final del camino tendremos preparada unas moradas
celestiales (1 Timoteo 1:12) “Doy
gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por
fiel, poniéndome en el ministerio”. (2
TIMOTEO 1:12) “Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído,
y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día”. Enoc caminó con Dios, confió en Dios,
agradó a Dios y fue llevado por Dios
directo a su Presencia. Hoy podemos caminar con Dios, descansar en El y
disfrutar de sus bendiciones aquí en la tierra y por la eternidad. Hoy Estoy
seguro que no lamentas ésta decisión, de caminar con Jehová Dios, nuestro Padre
Celestial. Porque es la más
importante de tu vida. Si aún no lo has hecho, te invito hoy a que
camines con Jehová Dios, entregando tu vida a Él. Y si ya lo has hecho,
aprovecha su compañía, acércate más a Él, disfruta de su Presencia, descansa en
El, (Salmo 37:5) “Encomienda a
Jehová tu camino, y confía en ÉL; y ÉL hará”.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor. Si usted no tiene
la intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra
persona interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite
fotocopiar esta hoja (por favor no cambiar el texto).
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