15 de Abril de 2018
LA OBEDIENCIA ES LA ÚNICA SEÑAL DE QUE LE CREES A DIOS
Jehová
Dios no se conforma con que solo tengamos el conocimiento de que Él existe. Porque en las Sagradas Escrituras
dicen: (Hebreos 11:6) “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; Porque es necesario que
el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan”. Creer que Dios existe es
sólo el comienzo, en las Sagradas Escrituras, encontramos que aun los
demonios creen, (Santiago 2:19) “Tú crees que Dios es uno; bien haces.
También los demonios creen, y
tiemblan”. Jehová Dios,
quiere una relación personal y dinámica con cada uno de nosotros, que
transformará nuestra vida. Quienes
con sinceridad lo buscan hallarán que son premiados con la Presencia íntima de
Jehová Dios, es importante que cada uno reflexione si verdaderamente
cree en Jehová Dios y su Poder por medio de su Hijo Jesucristo. Veamos cómo podemos creer sin ver.
Porque uno de los principios más comunes en nuestro tiempo se fundamenta en ver
para creer como fundamento para el desarrollo de su fe. Tales personas en muchas ocasiones se denominan
cristianos y hasta creyentes, pero no
pueden creer hasta que todo tenga una explicación lógica, haya evidencias de lo
ocurrido y se pueda explicar el proceso como se produjo. Sin embargo, la fe va más allá de la
lógica, los procesos y las evidencias. Es avanzar simplemente creyendo
que Jehová Dios es Poderoso para hacer todo aquello que pedimos y necesitamos
en conformidad con Su Voluntad.
Para
creer tenemos que tener un objetivo. Por ejemplo: Si estudias lo haces para la vida y no
para solo un rato. Y Si trabajas es para ganar un sueldo.
Entonces, todo lo que hacemos tiene
un objetivo, en las cosas de nuestro Padre Celestial y Dios es de la misma
forma y es aquí donde la fe tiene su objetivo el cual es Dios. Porque
es como le agrada a Él que tengamos una intimidad con Él por medio de
Jesucristo. Porque es allí donde encontraremos nuestra fortaleza. Porque las Sagradas Escrituras, declaran
que es imposible agradar a Dios sin fe. Se llama incredulidad al
hecho de “VER PARA CREER”, porque pone una barrera
al mover de Dios: (Juan 20:24, 25) “24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba
con ellos cuando Jesús vino. 25 Le
dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los
clavos, y metiere mi dedo en
el lugar de los clavos, y metiere
mi mano en su costado, no
creeré”. Este es un ejemplo de las inclinaciones más comunes de las
personas es ver para creer. El apóstol Tomás, aun cuando fue testigo de
los milagros obrados por el Señor Jesús y de las afirmaciones del Maestro en
torno a que, al tercer día después de muerto, resucitaría (Juan 20:24) “Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no
estaba con ellos cuando Jesús vino”. El
apóstol Tomás personifica a quienes, llamándose creyentes y cristianos, se mueven para el principio de ver para creer (Juan 20:25) “Le dijeron, pues, los otros
discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la
señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere
mi mano en su costado, no creeré”. Tomás no creyó a las palabras
de sus consiervos discípulos sobre la resurrección de Jesús; Tomás
necesitaba evidencias para creer. La fe auténtica reta nuestra lógica humana. La
fe auténtica no obedece a procesos lógicos. La fe auténtica no siempre nos
arroja evidencias para explicar.
Jehová Dios espera que seamos hombres y mujeres con una
fe de “CREER PARA VER”. Tomás comenzó a ver rotas las
barreras de la incredulidad al ser testigo de la aparición del Señor Jesús
en el espacio donde se encontraban reunidos (Juan 20:26) “Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos
dentro, y con ellos Tomás. Llegó
Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les
dijo: Paz a vosotros”. El Señor Jesús le enseñó a Tomás las
evidencias de su resurrección para despejar las dudas que albergaba su
lógica humana (Juan 20:27) “Luego
dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca
tu mano, y métela en mi costado; Y no seas incrédulo, sino
creyente. 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!”. Entonces Tomás… Tuvo un encuentro con el Señor Jesús que
derribó en su vida las fortalezas de incredulidad (Juan 20:28) “Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!”. Necesitamos
un encuentro personal con el Señor Jesús que avive nuestra fe. Necesitamos
caminar de la mano de Jesucristo, para que nuestra fe crezca. El Señor Jesús dejó claro que Tomás era
incrédulo a pesar de que había estado con Él todo el tiempo (Juan 20:29 a) “Jesús
le dijo: Porque me has visto, Tomás,
creíste…”. El Señor Jesús declara bienaventurados a quienes creen sin haber visto (Juan 20:29
b) “…Bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.
Abraham es un ejemplo de quien “CREE PARA VER”.
Abraham es ejemplo de quien creer para ver (Romanos 4:16, 17) “16 Por tanto, es por fe, para que sea por Gracia, a fin de que la promesa
sea firme para toda su descendencia; No solamente para la que es de la
ley, sino también para la que es de
la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros 17 (como
está Escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes)
delante de Dios, a quien
creyó, el cual da vida a los muertos, y llama
las cosas que no son, como si
fuesen”. Abraham creyó que Jehová Dios es un Dios que resucita a los
muertos, convicción de fe en la que no le inquietó la lógica, los procesos o
las evidencias. Abraham creyó a la
promesa de Dios.
Creer en una promesa es creer para ver. Abraham creyó que Dios llama las cosas
que no son como si fueran. Abraham
siguió creyendo aun cuando tenía todas las circunstancias en contra (Romanos 4:18) “El creyó en esperanza
contra esperanza, para llegar
a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia”. Abraham
no se debilitó en la fe aun cuando el cumplimiento de la promesa parecía
imposible (Romanos 4:19) “Y no se debilitó en la fe al considerar su
cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo
de casi cien años), o la
esterilidad de la matriz de Sara”. Abraham
tenía claro que la duda siembra en nuestro corazón la semilla de la
incredulidad (Romanos 4:20) “Tampoco
dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe,
dando gloria a Dios”. Abraham se fortaleció en fe. Abraham glorificó a Jehová Dios aun
cuando no veía el pronto cumplimiento de la promesa. Abraham estaba convencido que Jehová Dios
hace posible lo imposible (Romanos
4:21) “plenamente convencido de que era también Poderoso para hacer todo lo
que había prometido”. Las Sagradas Escrituras, nos enseñan sobre la vida
de dos hombres que en su momento, y en circunstancias aisladas, marcaron la
diferencia. El primer de
ellos es Tomás, el discípulo de Jesús quien a pesar de estar con el
Maestro mucho tiempo y de ostentar el rótulo de creyente, era incrédulo. La otra persona es Abraham, el padre de la fe. Él simplemente creyó para ver.
Se movió en la dirección correcta, tomado de la mano de Jehová Dios. Creer es
tener la certeza de que Jehová Dios cumplirá las promesas. No permitir que la duda siembre en nuestros corazones la semilla de
la incredulidad porque, de lo contrario, crecerá hasta convertirse en una
enorme barrera para el mover de Dios.
Jehová
Dios, quiere una relación personal y dinámica con cada uno de nosotros para
transformar nuestra vida, si tan solo creemos en ÉL.
Si creemos con sinceridad y lo buscamos, hallaremos que seremos premiados con
la Presencia íntima de Jehová Dios. La cual: Transformara nuestra vida.
Cambiará todo lo que necesita ser cambiado. Cuando creemos que EL existe, somos
impactados por este Poder maravilloso de Jehová Dios.
El que cree en Dios, irá a Él. (Mateo 14:28–33) “28 Entonces le
respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y ÉL dijo: Ven.
Y descendiendo Pedro de la barca,
andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo
miedo; Y comenzando a
hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor,
sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo
la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre
de poca fe! ¿Por qué dudaste?
32 Y cuando ellos subieron en la
barca, se calmó el viento. 33
Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo:
Verdaderamente eres Hijo de Dios”. Podemos
ver a un Pedro que creyó en Jesús y enseguida fue impactado positiva mente y
fue a Él. Pedro caminó sobre el agua, no por diversión ni por
jactancia, sino porque creía en Él y quería ir a Jesús, y en eso fue sostenido
maravillosamente. No podemos siquiera creer en Jesús a menos que seamos
sostenidos por su Poder. Cuando
dejamos de creer en Jesucristo para mirar la grandeza de las dificultades que
se nos oponen, empezamos a desfallecer, pero cuando le invocamos, Él extiende
su brazo y nos salva. Jesucristo
es el gran Salvador; Quienes serán salvados deben creer en Él y clamar
pidiendo salvación; Nunca somos llevados a este punto, sino hasta que nos
hallamos hundidos: El sentido de la necesidad nos lleva a Él.
Ahora
quiero citar otro ejemplo donde dice la Palabra de Dios, que se levantó Gedeón
muy temprano con su campamento, más bien, el pueblo que estaba con él, junto a
la fuente de Harod, o sea junto a una fuente de agua y que tenía el campamento
de los Madianitas al norte, más allá del collado de More.
Cuando Jehová Dios, le dijo a Gedeón
que el pueblo que traía era demasiado para pelear contra los Madianitas,
la Escritura menciona “el pueblo que estaba con él”. (Jueces 7:2) “Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los
madianitas en su mano, no sea
que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado”. Veo dos razones por las que Jehová
Dios, no quería que asistieran todos a la batalla; Primero, dice la palabra de
Dios que: “… no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: mi mano me ha
salvado”. Segundo, es porque Jehová Dios separaría los corazones que deberás
sabrían ser honestos y reconocer que Dios les daría la victoria. Así
que Jehová Dios le indicó a Gedeón que diera una cierta instrucción, que
deberás se vería, quien estaba dispuesto a pelear, y quien
estaría ahí, solo por “Orgullo” o “A mí sí me escogieron”
o “Si que soy valiente” o “No nos harán nada, somos muchos”. Así
que Dios, en Su Sabiduría de conocernos, dio la instrucción a
Gedeón para comenzar la “selección”. (Jueces 7:3) “Ahora, pues,
haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de
Galaad. Y se devolvieron de
los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil”.
¡Miren
nada más cuantos eran! treinta y dos mil y de estos
madrugaron como dice la Palabra y comenzaron a regresar, pienso
que al comenzar unos a hacer los movimientos de “Regresar” fue
como una cadenita: Al ver uno que se iba su compañero, pienso que
decían entre sí: “Vámonos, pues quedarán pocos y perderán la batalla”
así que solo quedaron diez mil. Pero para Jehová
Dios los que quedaban eran Muchos, porque Dios le dio otra instrucción a Gedeón
para que seleccionara a los Hombres que lo acompañarían a la batalla para
conquistar a los Madianitas… Jehová Dios le dio la instrucción numero dos a
Gedeón para seleccionar a los hombres valientes y arriesgados que irían a
pelear la batalla con él. (Jueces 7:4,5)
“4 Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos
a las aguas, y allí te los probaré; y
del que yo te diga: Vaya éste
contigo, irá contigo; Mas de
cualquiera que YO te diga: Este
no vaya contigo, el tal no irá. 5
Entonces llevó el pueblo a las aguas; Y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su
lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; Asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. 6 Y fue el número de los que lamieron llevando el agua
con la mano a su boca, trescientos hombres; Y
todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas”.
Solo trescientos hombres lamieron el agua, los demás doblaron sus rodillas para
beber, pero antes Dios, selecciono a los que irían y se quedarían, vemos con
esto, que Dios hizo tres selecciones de Hombres.
Así que Dios le mencionó a Gedeón que
con estos trescientos hombres El le daría al pueblo de los madianitas, con solo
estos hombres seleccionados por Dios, Gedeón tendría la batalla ganada, aquí hay algo importante que resaltar,
Gedeón en ningún momento cuestionó a
Dios sobre la selección de Hombres, Gedeón solo obedeció lo que Dios le estaba indicando hacer con el
pueblo, a pesar de que el pueblo-ejercito era numerosísimo, y
seguramente Gedeón, sabia la importancia numérica que llevaba, pero también
sabia y sabia mejor, que él tenía que
confiar en lo que Jehová Dios le indicaba. (Jueces 7:7) “Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os SALVARE,
y ENTREGARE a los madianitas en tus manos, y
vallase toda la demás gente cada uno a su lugar”. Aquí está la respuesta de
algo importante, Jehová Dios hablándole a Gedeón en tiempo futuro, tres
palabras que seguramente reconfortaron a Gedeón: 1 Os salvare. 2 Entregare. 3 A los madianitas en tus manos. Tres
promesas de Jehová Dios en un solo versículo, la victoria adelantada para
Gedeón, pero Gedeón aquí tenía que obedecer para que esto que le decía Dios, se
cumpliera. Ahora quiero porque es el
tiempo de preguntarte: ¿Tú crees en las promesas de Dios? Las Promesas de Jehová Dios hay que
guardarlas en el corazón, porque
de estas promesas dependen muchas cosas que Jehová Dios tiene preparadas para
nosotros, aunque a veces no
sepas como Dios te puede dar esto o aquello, o de qué forma lo hará, porque el panorama se ve tan incierto
y contrario que nuestra mente humana
no llega a comprender lo que está pasando, o como Dios hará lo que nos está
diciendo en el corazón que hará, pues si Él lo dice, Lo hará, pues, no es
hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.
¡Imaginemos a Gedeón, de 32,000 hombres
que llevaba a la batalla, solo Dios selecciono 300! ¿Podría Dios hacer que
Gedeón les ganara a los madianitas con solo trescientos hombres? Creo que los
madianitas saldrían con todo, a la batalla, pues Gedeón había derribado la
imagen de baal, y esto tenía muy enfadado a los amalecitas, madianitas y a los
del oriente, (Jueces 6) Ya que el padre de Gedeón, tenía este altar a este dios, pero Jehová, le dio la instrucción a
Gedeón para que derribara este altar. Del hato del padre sacrificara un
toro de siete años y también derribará la imagen de asera que estaba junto al
altar de baal. Gedeón, hizo todo esto,
por eso se levantaron contra él, así que imagínate como saldrían
estos tres pueblos contra Gedeón, no con flores ¿verdad? Además,
debemos pensar que las situaciones numéricas a veces nos hacen dudar, pues
estas situaciones a veces superan a la realidad que estamos viviendo, pero
debemos confiar en Dios porque sabemos y entendemos que Él es un Dios de Poder,
y que El usara ese “poco” o ese “mucho” a nuestro favor si en El confiamos,
veamos que paso con Gedeón y su Ejercito: Así que Dios le dijo a Gedeón que
descendiera al campamento de los madianitas, los cuales tenían por compañía a
los amalecitas y a los hijos del oriente… pero ¿Que crees? Gedeón, tuvo temor
de descender a donde se encontraban los madianitas, (Jueces 7:9-11) “9 Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento;
porque yo lo he entregado en tus manos. 10
Y si tienes temor de descender,
baja tú con Fura tu criado al
campamento, 11 y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán,
y descenderás al campamento.
Y él descendió con Fura su criado
hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento”.
Fíjate cuán grande eran los que combatirían contra Gedeón que dice la Palabra
de Dios que Los Madianitas, Los Amalecitas, y Los Hijos del Oriente, estaban
“tendidos” como langostas en multitud, o sea que se veían una gran cantidad de
ellos, la Palabra de Dios, nos dice que se veía una gran multitud
de ellos, así como sus camellos, que eran innumerables, o sea que a
simple vista, no se podían contar, pero, recuerda que Dios ocupa las
diferencias numéricas a favor nuestro, ya sea que veamos poco o veamos mucho,
Dios actúa en nuestro favor, para El no hay diferencias numéricas, porque para Él,
esto, ni tus Aparentes desventajas, es nada, porque Jehová Dios, es Dios Grande. (Jueces 7:12) “Y Los Madianitas, Los
Amalecitas, y Los Hijos del Oriente, estaban tendidos en el valle como
langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está
a la rivera del mar en multitud”. Ya
que de lo débil ha escogido Dios siempre lo mejor, (Jueces 7:16) “Y repartiendo los trescientos hombres en tres
escuadrones, dio a todos ellos trompetas
en sus manos, y cántaros
vacíos con teas ardiendo
dentro de los cántaros”. Veo aquí
solo el confiar ampliamente en Dios, ya que como hombre, podría temer a lo que
vería, pelar solo con esto, si requeriría de fe.
Ahora
veamos que significan las palabras: Tea: Astilla o palo de madera
impregnados en resina y que, encendidos, sirven para alumbrar o prender fuego: Para
entrar a la cueva improvisaron unas teas de pino. Cántaro: vasija grande de barro o metal, estrecha de boca y
de base y ancha en el centro, con una o dos asas: el cántaro de la leche. Trompeta: Instrumento musical de
viento que consiste en un tubo largo de metal que va ensanchándose desde la
boquilla al pabellón. Sí que Gedeón, sabía
que él confiaría en Dios, porque con esto si que se necesita fe para poder
vencer: Gedeón les dio indicaciones que hicieran
lo que él haría, como todo buen capitán él, estaba poniendo el ejemplo para que
sus soldados lo siguieran y vieran que él pelearía con ellos, creo que Gedeón, le había ya creído a
Dios, y el bien sabía que Dos
lo respaldaría en lo que el emprendería en ese momento: Derrotar a ese
tremendo ejército, pues como te dije, para Dios no hay desventaja que nos pueda
ganar, ni siquiera cuando vemos mayor numero contra nosotros, o que vemos menor
número que nos ayude, ya que como te dije Dios hace que tengamos victoria en lo
que Él nos ha dicho. Gedeón dijo que
lo siguieran y que tocaran la trompeta todos como él lo haría,
alrededor del campamento enemigo, y que dijeran: ¡Por Jehová y por Gedeón! Así
dice la Escritura que llegaron Gedeón y sus hombres, tocaron las trompetas y
quebraron los cantaros, justo cuando
los enemigos habían cambiado de guardia a la media noche. Los tres
escuadrones entraron en acción, tomaron los cantaros, los quebraron, tomaron
las teas con la mano izquierda, y en la derecha las trompetas con las que
tocaban, y gritaron: ¡Por la espada de
Jehová y de Gedeón! Los soldados de Gedeón estuvieron firmes en derredor
del campamento, entonces todo él ejercito echo a correr dando gritos y huyendo,
los soldados de Gedeón tocaban las trompetas (El sonido o toque de trompeta
puede significar señal de victoria) y dice la palabra de Dios: (Jueces 7:22) “…Y Jehová puso la espada
de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyo hasta
Bet-sita, en dirección de cerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat”.
Podemos ver, como Dios es fiel,
podemos ver también que cuando Él dice algo, lo cumple, este es solo un ejemplo
de su fidelidad, solo tenemos que ver el rostro de Jehová y creerle, no
ver la situación en la que nos encontramos, sino ver que EL es un Dios de Poder
que nos respaldara siempre, como te dije, solo tenemos que creer.
Quiero
decirte la revelación que Jehová Dios me hablo a cerca de esto.
CÁNTARO: Somos nosotros, solo
tenemos que saber que aunque somos barro, él nos ocupa como si fuéramos acero,
pero tenemos que romper con el orgullo que no nos deja creer que Dios nos puede
ocupar para Bendición, solo tenemos que rompernos, hacernos pedazos, dejar que
Dios nos ocupe, quebrantarnos y dejar que salga la…: TEA: O sea la luz que hay en ti, esa perfecta luz que puso
Dios en ti para que puedas ser “lumbrera” a otros y poder luchar juntos, como
él ejercito de Gedeón, contra las huestes del diablo, o todas aquellas cosas
que piensas que las puedes hacer solo y sin romperte. De esto se trata: Rompe
tu Corazón, Quebrántalo, así podrás ser ocupado, el ejército venció
cuando quebraron las cantaros y salieron las teas encendidas, la luz los
deslumbro y comenzaron a herirse entre ellos, esa luz que salió de ellos fue
una instrucción de Jehová Dios, que obedeció Gedeón, y pudieron vencer, así
que, quebrántate y rómpete para que salga la luz que ha puesto Dios en ti, y
puedas ser ocupado efectivamente. TROMPETA:
La victoria, el sonido de trompeta significa victoria. Recuerda que Cuando sonó
la trompeta, los soldados comenzaron a enloquecer, así el hombre de Dios ganó
la batalla. ¡Atrévete a creerle a DIOS y no a las circunstancias naturales que
vean tus ojos!
Predicador
de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor. Si usted no tiene la intención de guardar esta hoja,
tenga la amabilidad de entregarla a otra persona interesada. Para la difusión
gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar esta hoja (por favor no
cambiar el texto).
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