8 de Abril de 2018
DOS EJEMPLOS PARA NUESTRA VIDA LA VIDA DE ELÍ Y LA VIDA
DE SAMUEL
Jehová
Dios es un Dios de cambios, pero Jehová Dios, no cambia en su
Carácter, jamás va a cambiar en su Naturaleza, ni en la Verdad,
pero si cambia a través de los tiempos para poder ejercitar una influencia
en la humanidad. Somos llamados a caminar con guianza; Jehová Dios envió al Espíritu Santo para
guiarnos a toda Verdad, pero
hay que entender que no podemos quedarnos en lo de antes porque eso impedirá
ver lo nuevo. Elí no oía la
voz de Dios, pero la entendía y Samuel la oía, pero no la entendía, se necesitó que ambos platicaran para
que en Samuel pudiera darse un cambio. Pareciera que estamos atacando
un sistema viejo, pero no, lo de atrás tuvo su funcionalidad. Era necesario para Samuel que hubiera un
Elí que le explicara (1 Samuel
3: 10 al 13) “10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla,
porque tu siervo oye. 11 Y Jehová dijo a Samuel: He aquí
haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos. 12 Aquel
día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa,
desde el principio hasta el fin. 13 Y
le mostraré que YO juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él
sabe; Porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado”. Samuel
sabía muy bien que Elí, si iba a morir y que él debía esperar a que Jehová Dios
lo quitara para actuar. Pues no le correspondía a él cambiar el sistema ni
eliminar a Elí, sino a Jehová Dios. No podemos atacar a los Elís, sino esperar que Jehová Dios de
lo que va a venir, algo nuevo y Él se encargará de quitar a Elí.
Samuel
nos habla de un sistema diferente, un despertar, un cambio, en
el cual la VOZ de Jehová Dios se oirá para traer cosas nuevas a Su iglesia.
En estos tiempos Jehová Dios está
avivando el fuego de su corazón, para los que tienen oído para oír.
El principio de lo nuevo solamente va a existir cuando oigan Su VOZ: (Isaías 43: 18-20) “18 No os acordéis de las cosas pasadas,
ni traigáis a memoria las cosas
antiguas. 19 He aquí que YO hago cosa nueva; Pronto saldrá a luz; ¿no la
conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. 20 Las fieras del campo me honrarán,
los chacales y los pollos del avestruz; Porque daré aguas en el desierto, ríos
en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido”. Jehová Dios nos está diciendo: (Olvida lo que queda atrás para
que tengas capacidad de recibir lo nuevo). Cuando hablamos de un sistema no
hablamos de algo que no funciona. Porque
Elí tuvo su tiempo en el cual fue usado como instrumento de Dios para el pueblo.
Elí era un hombre que oyó la voz de
Dios en un tiempo. Durante
ese tiempo el pueblo tuvo voz de Dios, pero en el momento en que dejaron de oír
Su voz se produjo un ambiente de confusión. La confusión es producto de
haber perdido la sensibilidad para oír voz de Dios y el pueblo está oyendo voz
de hombres porque sus ministros no tienen intimidad con el Padre Celestial.
Enfoquemos
a los dos ejemplos Elí
y Samuel a nuestra propia vida. Y por favor te pido que, No veas
al Elí de las Sagradas Escrituras, sino al que está en ti. "Elí
es un sistema de vida", un
sistema pasado que ya no se puede aplicar al tiempo presente de Dios, porque en el sistema de Elí ya no
se oye la voz de Dios, sino la tradición, la palabra que se trata
de acomodar a los noticieros, un querer agradar al pueblo y no se
aplica la Palabra VIVA de Dios. Por lo tanto, es importante que antes
de oír a los Elís de nuestro tiempo, oigamos
la voz de Dios. Él desea enseñarnos la necesidad de oír Su Voz, no de atenderlo que viene de lo humano.
A nuestro oído le es más fácil escuchar que alguien nos diga: ¡"Así dice
el Señor"! Que nosotros tengamos la sensibilidad para poder oír voz de
Dios. Muchas veces Dios nos está
hablando y pone un pensamiento de Él en nuestra mente, tú sabes que eso no
proviene de ti, pero te
sientes inseguro y dudas si estas oyendo voz de Dios o si es algo tuyo.
Acostumbrarnos a oír voz de Dios no es fácil ya que nos hemos acostumbrado a
oír voces como la murmuración, la voz del enemigo, la voz de nuestra alma y al
oír tantas voces llega un momento en el que cuesta diferenciarlas.
En
el libro de (1Samuel 3: 1 al 9) “1 El joven Samuel
ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la
Palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con
frecuencia. 2 Y aconteció un día,
que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a
oscurecerse de modo que no podía ver, 3 Samuel
estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios
fuese apagada, 4 Jehová llamó a
Samuel; y él respondió:
Heme aquí. 5 Y corriendo luego a Elí, dijo:
Heme aquí; ¿Para qué me
llamaste? Y Elí le dijo: Yo
no he llamado; vuelve y
acuéstate. Y él se volvió y
se acostó. 6 Y Jehová volvió
a llamar otra vez a Samuel. Y
levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿Para
qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado;
vuelve y acuéstate. 7 Y
Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la Palabra de Jehová le había sido revelada. 8 Jehová, pues, llamó la tercera vez a
Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿Para qué me
has llamado? Entonces entendió Elí
que Jehová llamaba al joven. 9 Y
dijo Elí a Samuel: Vé y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar”.
Somos
hijos de Dios, y como tales se nos ha dejado al Espíritu Santo para que podamos
comunicarnos con Dios. Ahora
podemos oir la voz de Dios porque somos sus ovejas y Él es nuestro Pastor.
Lamentablemente muchas veces nos damos cuenta que hemos dejado de percibir su
voz. No que Dios no quiera hablar, Él siempre está interesado en hablarnos,
pero por ciertas razones dejamos de oír Su voz. El dejar de depender del Espíritu Santo es peligroso porque
comenzamos a depender de nuestra alma y de lo que hemos aprendido
religiosamente, lo cual nos puede llevar a caer en el humanismo, el
legalismo o misticismo. Estos son
tiempos de mucha confusión y esto
es muy peligroso porque mucha gente corre a oír diferentes maestros que
el pueblo escucha. Son Elís que ya no
tienen nada que decir porque tampoco oyen la voz de Dios. Ahora, el Señor Jesucristo está trayendo un
despertar a su iglesia, lo cual incomoda
a muchos porque no nos gusta cambiar lo que estamos acostumbrados a hacer por algo nuevo, nos hace sentir incómodos.
Los
hijos de Elí y los inicios de la vida de Samuel son un contraste por la forma
de vivir tan diferente. Porque, los hijos de Eli no fueron
enseñados de acurdo a los principios de las Sagradas Escrituras, y sin embargo,
Samuel sí. Es muy importante que tú
que eres padre o madre te motives a educar a tus hijos de acuerdo a la Palabra
Escrita para educar a tus hijos bajo las directrices de jehová Dios. El
resultado será garantizado y será mucho mejor. El principio de las Sagradas Escrituras para inculcar en los hijos
el conocer a Dios está en: (Deuteronomio 6: 4 al 9) “4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y
amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y
con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando
te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano,
y estarán como frontales entre tus
ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa,
y en tus puertas”. Eli
conocía este principio, pero se descuidó en aplicarlo en sus hijos. Pero Elí se substrajo a estas
obligaciones, porque
significaban contrariar la voluntad de sus hijos, y le imponían la
necesidad de castigarlos y de negarles ciertas cosas, veamos el concejo de nuestro Padre Celestial. (Proverbios 19: 18) “Castiga a tu hijo en tanto que hay
esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo”, (Proverbios 22: 15) “La necedad está ligada en el corazón del
muchacho; Mas la vara de la
corrección la alejará de él”. (Proverbios
23: 13 y 14) “13 No rehúses corregir al muchacho;
Porque si lo castigas con vara,
no morirá. 14 Lo
castigarás con vara, y librarás
su alma del Seol”. (Proverbios
29: 15 y 17) “15 La vara y la corrección dan sabiduría;
Mas el muchacho consentido
avergonzará a su madre. 17 Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará
alegría a tu alma”. Una cosa es corregir y otra es descargar tu ira con ellos
lo cual desaprueba nuestro padre Celestial.
Llegaron
tan lejos con usurparon el lugar de Dios. (1 Samuel 2: 15 al 17) “12
Los hijos de Elí eran hombres impíos,
y no tenían conocimiento de Jehová.
13 Y era costumbre de los sacerdotes
con el pueblo, que cuando alguno ofrecía sacrificio, venía el criado del
sacerdote mientras se cocía la carne, trayendo en su mano un garfio de tres
dientes, 14 y lo metía en el perol,
en la olla, en el caldero o en la marmita; Y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para sí.
De esta manera hacían con todo israelita que venía a Silo. 15 Asimismo, antes de
quemar la grosura, venía el criado del sacerdote, y decía al que sacrificaba:
Da carne que asar para el sacerdote;
porque no tomará de ti carne cocida,
sino cruda. 16 Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras;
Él respondía: No, sino dámela ahora
mismo; De otra manera yo la
tomaré por la fuerza. 17 Era, pues, muy grande delante de Jehová
el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las
ofrendas de Jehová”. Esta
irreverencia por parte de los sacerdotes no tardó en despojar los servicios de
su significado santo y solemne, y los del pueblo "menospreciaban
los sacrificios de Jehová". El pecado de los mozos era muy grande delante
de Jehová.
El pueblo se quejaba de sus actos de
violencia, y el sumo sacerdote sintió pesar y angustia. No osó callar por más
tiempo. Pero sus hijos se habían criado pensando sólo en sí mismos, y ahora no
respetaban a nadie. (1 Samuel 2: 22 al 25)
“22 Pero Elí era muy viejo; Y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo
Israel, y cómo dormían con las
mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. 23 Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas
semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes. 24 No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová.
25 Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán;
más si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él?
Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque
Jehová había resuelto hacerlos morir”. Los hijos de Elí, practicaban: Fornicación,
acoso sexual con persona vulnerables, además eran irrespetuosos con su padre. Veían la angustia de su padre, pero sus corazones endurecidos no se
conmovían. Oían sus benignas
amonestaciones, pero no se dejaban impresionar, ni quisieron cambiar su
mal camino cuando fueron advertidos de las consecuencias de su pecado. Porque la amonestación llego muy tarde.
Los hijos de Eli estaban corrompidos
a lo máximo, cómo lo mencionamos arriba en el versículo 22.
Después
de una descripción de la vida de los hijos de Eli se presenta las acciones de
Samuel. Samuel era hijo de Elcana y Ana. Elcana
pertenecía a la línea de los sacerdotes porque era descendiente de Levi. (1 Crónicas 6: 34 y 38) “34 hijo
de Elcana, hijo de Jeroham, hijo de Eliel, hijo de Toa, 38 hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de
Leví, hijo de Israel”. Su madre lo dedico a Dios llevándolo a vivir en Silo,
junto a Eli. Pero nunca lo descuido, siempre venía a visitarlo. (1 Samuel 2: 19) “Y le hacía su madre
una túnica pequeña y se la traía cada
año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado”. A pesar de vivir junto a los hijos de
Eli, Samuel no se corrompió.
(1 Samuel 2: 26) “Y el joven Samuel
iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres”. La educación recibida por Samuel en su
niñez por parte de sus padres contribuyo a que fuera un hombre fiel y obediente
a pesar de vivir en medio de la corrupción de los hijos de Eli.
Gracias
a la dedicación de Ana y Elcana a educar y corregir a su hijo a tiempo la
nación de Israel pudo recuperar su confianza en Jehová.
¿Qué de nuestros hijos hoy? ¿Cómo los estamos educando? Como Ofnis y Finees; Siendo
permisivos con ellos. No corrigiendo sus malas acciones. Haciéndolos más importante que Dios. Esta fue la causa por la cual Dios vio que los dos hijos de fueron
tan rebeldes y soberbios. (1 Samuel
2. 29 al 30) “29 ¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas,
que yo mandé ofrecer en el tabernáculo; y has honrado a tus hijos más que a mí,
engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel? 30 Por tanto, Jehová el Dios de Israel
dice: Yo había dicho que tu casa y la
casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca YO tal haga, porque YO honraré a los que me honran,
y los que me desprecian serán tenidos en poco”. El final de estos hombres fue
final triste. Murieron en batalla contra los filisteos. (1 Samuel 4: 10) “Pelearon,
pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y
fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a
pie”. Como a Samuel enseña a tus niños a respetar al Padre Celestial.
Como
solía ser en ésta cultura se nombraban a las personas con nombres que
significaran algo de trascendencia, podía ser de
agradecimiento, o de desgracia, como fue en este caso. ICABOD, nació mientras su madre moría. Cuando él nació fue
robada el ARCA DE DIOS, que simbolizaba la presencia de Dios. Cuando él nació
murió el sacerdote de Israel; el hombre que ministraba para el pueblo para que
las personas pudiesen ofrecer ofrendas o sacrificios a Dios. Cuando él nació el
pueblo huyo delante de sus enemigos y murieron muchos dirás tú "Pobre
Icabod": (1 Samuel 4: 21) “Y llamó al niño ICABOD, diciendo: ¡Traspasada es la gloria de Israel!
por haber sido tomada el Arca de Dios,
y por la muerte de su suegro y de su marido”. Como todo en la vida hay un origen del porque las cosas suceden,
pero muchas veces se nos olvida,
o quizás, voluntariamente las
olvidamos mientras tanto, vivimos en medio del fango, y "Lejos de
la gloria de Dios" y ahora somos; Los
ICABODS del siglo 21. ¿Debe haber un error dirás? estos eran hombres de
Dios, como es posible que las sagradas Escrituras digan que eran IMPÍOS, pues efectivamente lo eran, a pesar de
ser siervos de Dios vivían en impiedad lejos de Dios.
CÓMO
RECUPERAR LA GLORIA DE DIOS,
veamos este ejemplo; Porque hay razones por las cuales, en
algún momento pareciera que "La Gloria de Dios" se aleja
de nosotros y de muchas personas. (2 Reyes 18: 1 al 8) “1
En el tercer año de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías hijo de Acaz rey de Judá. 2 Cuando comenzó a reinar era de
veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años. El nombre de su madre fue Abi hija de Zacarías. 3 Hizo
lo recto ante los ojos de Jehová, conforme
a todas las cosas que había hecho David su padre. 4 El quitó los lugares
altos, y quebró las imágenes,
y cortó los símbolos de Asera,
e hizo pedazos la serpiente de bronce
que había hecho Moisés, porque
hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustán. 5 En
Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de
Judá. 6 Porque siguió a Jehová, y no se apartó de ÉL, sino
que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. 7 Y Jehová estaba con él; Y adondequiera que salía, prosperaba.
Él se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió. 8 Hirió también a los filisteos hasta Gaza y sus fronteras, desde
las torres de las atalayas hasta la ciudad fortificada”. Esto está sucediendo, que
a muchos les da igual venir o no a la casa de oración de Jehová Dios, porque su
estado espiritual y emocional parece ser el mismo. Sabemos
nosotros, y estamos conscientes, que lo único que es capaz de quebrantar los
corazones endurecidos por el pecado es la gloria de Dios. Porque su gloria en medio de nosotros,
sencillamente va a producir: Adoración,
reverencia, alabanza, entrega, servicio y pasión.
Hay dos cosas en la ausencia de la Gloria de Dios: Muerte Espiritual y Muerte física. Veamos por favor: (Éxodo 25:10) “Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud
será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y
medio”. Dios manda a construir El Arca
del Pacto, determinación de parte de Dios.
El
arca del pacto representaba la Presencia de Dios para Su Pueblo,
donde ellos iban, el arca salía adelante de ellos cubriéndolos. Dentro del Arca
había tres elementos importantes:
1)
Las dos tablas de la ley. Representaban La Poderosa Palabra de
Dios. Si nosotros anhelamos tener bendiciones en nuestro caminar, Su Palabra
tiene que ser lámpara a nuestros pies. Amén.
2)
La vara de Moisés. Representaba el poder y autoridad de
Dios en medio de Su Pueblo; es decir, no solamente Su Presencia en nosotros de
conocer Su Palabra, sino que, además, el conocer La Palabra de Dios iba a
desatar en la Iglesia en medio de su pueblo, Poder y Autoridad.
3)
El Maná. Una porción del maná, lo cual nos habla de
provisión Divina. Si la Presencia de Dios está con nosotros, siempre habrá una Palabra
que nos dé dirección, guía. Siempre habrá Poder y Autoridad en la Iglesia
contra todo poder o fuerza contraria; y siempre habrá provisión de Dios para
sostener la visión que Dios nos ha entregado tanto como Iglesia, individuo o
nación. Amén. Su presencia es
importante en nuestras vidas. ¿Por qué se nos aleja o se ausenta la Gloria
de Dios en medio de su pueblo?, por nuestro estado espiritual que vivimos. Con
este mensaje, mi deseo es guiarlos a que entendamos que es muy importante que
la Gloria de Dios esté en nuestra vida. Amén.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo:
Víctor. Si
usted no tiene la intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de
entregarla a otra persona interesada. Para la difusión gratuita entre
cristianos, se permite fotocopiar esta hoja (por favor no cambiar el texto).
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