domingo, 14 de julio de 2013

HA LLEGADO EL TIEMPO DE DIOS A TU VIDA, PARA QUE SEA RESTAURADA

Lerma, Domingo, 14 de Julio de 2013

HA LLEGADO EL TIEMPO DE DIOS A TU VIDA, PARA QUE SEA RESTAURADA

(Génesis 50:24-26) “24 Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob. 25 E hizo jurar José a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos. 26 Y murió José a la edad de ciento diez años; y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto”.
(Éxodo 2:23-25) “23 Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. 24  Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. 25 Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios”.
(Romanos 13:10-14) “10 El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. 11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.
12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. 13 Andemos como de día, honestamente;  no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”.

Introducción:
Dios todo lo tiene bajo control; Él tiene un tiempo señalado para cada uno de nosotros. Cuando hablamos que el Tiempo de Dios ha llegado, nos referimos a aquel momento en el que Dios da cumplimiento a aquello que en un día habló, por cualquier medio, con respecto de nosotros; y ahora lo hace una realidad. El tiempo de Dios demanda despertar, diligencia, entrega y disposición; de manera que cuando el tiempo de Dios se hace presente, nuestra reacción debe ser pronta y muy convincente. El tiempo de Dios llega para bien, y bendición de manera amplia: de modo personal, trae un despertar, y de manera congregacional, provoca un grande avivamiento que puede impactar toda una nación.

Dios habiendo mostrado su amor a la humanidad hizo un plan benéfico levantando a Israel. Primero hubo llamado a Abraham, y le habla de una gran familia que le nacería, la cual habría de conquistar la tierra de Canaán (Gén. 12:1-9) “1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. 4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. 5 Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron. 6 Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra.7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. 8 Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová. 9 Y Abram partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev”.

Vino una palabra de parte de Dios para Abraham con respecto a su descendencia y aquella tierra que habrían de poseer. (Gén. 15:13-21) “13 Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. 14 Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. 15 Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí. 17 Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. 18 En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19 la tierra de los ceneos, los cenezeos, los admoneos, 20 los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos”.

CONSIDEREMOS TRES PUNTOS CLAVES DE LO QUE DIOS HABLÓ A ABRAHAM:

1. La prueba: cuatrocientos años en Egipto bajo esclavitud (ver. 13).
2. La liberación: “visitaré” (ver. 14,16) refiriéndose al éxodo.
3. Bendición: poseer la tierra (ver. 18-21).

Nace Isaac que fue padre de Esaú y Jacob. Jacob forma en sí la propia nación de Israel con doce hijos varones (1Cro. 2:1,2) “1 Estos son los hijos de Israel: Rubén,  Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, 2 Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad y Aser”.

A partir del capítulo 37 de Génesis, comienza con detalles la propia historia de la familia de Jacob (Gén. 37:2) “Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos”. Acontecimientos recalcables:

José es vendido, lo hacen muerto a su padre, y es prosperado en Egipto (Capitulos 37-41).

José es hecho gobernador de Egipto (Gen. 41:37-57) “37 El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos, 38 y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? 39 Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. 40 Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. 41 Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. 42 Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; 43 y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. 44 Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto. 45 Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto. 46 Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto. 47 En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones”.

Hay gran hambre en la tierra y los hijos de Jacob van en busca de alimentos en Egipto, donde gobierna José, hermano de ellos, al que vendieron (cap. 42)

José se da a conocer a sus hermanos (cap. 45)

Jacob se entera de que su hijo está vivo y lo va a visitar (Gén. 45:28) “Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera”.

Al ir a Egipto Dios habla con Jacob y le dice: (Gén. 46:1-4) “1 Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. 2 Y habló Dios a Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí. 3 Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. 4 Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y la mano de José cerrará tus ojos”.

Entraron en Egipto 70 personas (Gén. 46:27) “Y los hijos de José, que le nacieron en Egipto, dos personas. Todas las personas de la casa de Jacob, que entraron en Egipto, fueron setenta”.

Allá en Egipto Jacob bendice a sus hijos, y a sus nietos Efraín y Manasés hijos de José (Gén. 48:1—49:27)

En Egipto muere Jacob y lo embalsaman  (Genesis 50:1-11) “1 Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él, y lo besó. 2 Y mandó José a sus siervos los médicos que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel. 3 Y le cumplieron cuarenta días, porque así cumplían los días de los embalsamados, y lo lloraron los egipcios setenta días. 4 Y pasados los días de su luto,  habló José a los de la casa de Faraón,  diciendo: Si he hallado ahora gracia en vuestros ojos, os ruego que habléis en oídos de Faraón, diciendo: 5 Mi padre me hizo jurar,  diciendo: He aquí que voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás; ruego, pues, que vaya yo ahora y sepulte a mi padre, y volveré. 6 Y Faraón dijo: Ve, y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar. 7 Entonces José subió para sepultar a su padre; y subieron con él todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa, y todos los ancianos de la tierra de Egipto, 8 y toda la casa de José, y sus hermanos, y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén sus niños, y sus ovejas y sus vacas. 9 Subieron también con él carros y gente de a caballo, y se hizo un escuadrón muy grande. 10 Y llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, y endecharon allí con grande y muy triste lamentación; y José hizo a su padre duelo por siete días. 11 Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios; por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que está al otro lado del Jordán”.

José también murió en Egipto (Gén. 50:26) “Y murió José a la edad de ciento diez años;  y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto”. Pero antes de morir, José recordó unas palabras muy verdaderas: yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob.


(Gén. 50:24) “Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob”.
Además hizo jurar al pueblo (los 70 que entraron a Egipto y que ya habitaban la fértil tierra de Gosén, Gen 50:8), diciendo: Dios ciertamente os visitará, haréis llevar de aquí mis huesos (Gén.50:25) “E hizo jurar José a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos”.

Aquella visitación se refería a la intervención sobrenatural de Dios de sacarlos de Egipto y retornarlos a Canaán; la tierra prometida por Dios. Pero él no quería quedar excluido de aquel obrar de Dios para con su pueblo, que pidió ser enterrado en Canaán. Sus huesos se irían con ellos en aquel visitar. ¡Qué hermosa escena!

La prueba como tal toma inició luego de la muerte de José; y se levanta un nuevo faraón en Egipto que desconocía de José, y oprimió duramente a aquel pueblo (Éx. 1:8-22) “8 Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo: 9 He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. 10 Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra. 11 Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje,  Pitón y Ramesés. 12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían,  de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. 13 Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza, 14 y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor. 15 Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: 16 Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. 17 Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. 18 Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños? 19 Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas. 20 Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera.
21 Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias. 22 Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al río a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la vida”.

Fueron 430 años de agonía, de opresión, de maltrato, pero también de multiplicación; cumpliéndose así la palabra dicha a Jacob: no temas descender a Egipto, porque allí yo haré de ti (descendencia) una gran nación (Gén. 46:3) “Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación”. ¡Crecieron bajo aflicción!

Allá el pueblo clamaba a Dios por auxilio; y aquel gemido llegó a la presencia de Dios (Éx. 2:24,25) “24 Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. 25 Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios”.


ENTONCES LLEGÓ EL TIEMPO DE DIOS. Se levanta Moisés como libertador y Dios permite el éxodo de Egipto; sacándolos con mano poderosa (Éx. 12: 40, 41) “40 El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años. 41 Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto”.

EL TIEMPO DE DIOS CUANDO LLEGÓ FUE NOTABLE, y se presentó como cumplimiento a las promesas divinas. Veamos en resumen:

1. Dios levantó a un tartamudo: Moisés.
2. Diez plagas de Egipto: vieron convertirse el agua en sangre, ranas por doquier, piojos en las cabezas de las egipcias, granizo caer del cielo, tinieblas en todo el país, la muerte de los primogénitos de los egipcios, etc.
3. Por medio de una vara vieron la gloria de Dios con milagros y prodigios sobrenaturales.
4. Salen de Egipto; Faraón dice que sí.
5. Cruzan el mar Rojo.
6. Caminan por la arena de la profundidad de la mar, sin sufrir daños en la salud. Por allí también pasaron los huesos de José.
7. El caballo y el jinete egipcio que los perseguían se ahogaron en el mar, cuando éste volvía a su sitio.
8. María y Moisés entonan un cántico profético.
A PARTIR DE AQUÍ NO CESARON DE VER LA GLORIA DE DIOS.
Estas fueron evidencias que el tiempo de Dios había venido.

Cuando llegaron a Canaán y tomaron posesión de ella, sepultaron los huesos de José, quien les dijo que Dios ciertamente los visitaría; y esa palabra ahora se había cumplido (Josué 24:32) “Y Josué respondió al pueblo: Vosotros sois testigos contra vosotros mismos, de que habéis elegido a Jehová para servirle. Y ellos respondieron: Testigos somos”.

ESTAMOS EN EL TIEMPO DE DIOS. Los que Dios habló de nosotros, lo que haría con nosotros, lo estamos viendo; sus promesas hacia la iglesia se están cumpliendo, cuando levantó profetas hablando de los tiempos glorioso sobre la iglesia; lo estamos viendo. ¡El tiempo de Dios ha llegado! ¡Veremos su gloria como nunca antes!
Si estás tendido en lo pasajero, y ves que el tiempo ha llegado y es firme, hoy te invito a que te levantes y hagas parte del tiempo de Dios (Rom. 13:11) “Y esto,  conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos”.

AHORA UNA VIDA RESTAURADA

Las PALABRAS que utiliza TIENEN EL PODER de calificar o descalificar a otros, a sí mismo, y también de alguna manera el obrar de Dios en su vida. A Gedeón le está ocurriendo eso en este capítulo, mira las cosas de una manera negativa. (Jueces 6:12-13) “12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. 13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas,

que nuestros padres nos han contado, diciendo: No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas”.
Puede haber 3 fuentes de donde provienen estas cosas, de Dios, del diablo o de usted mismo:

DE DIOS: puede haber una situación que no es de lo mejor, PERO DIOS HIZO UN PLAN, detrás de todas esas cosas que están pasando hay algo que Dios quiere traer a su vida. A lo mejor usted dice: ¡esto no viene más!, o ¿qué pasa que no sucede lo que estoy esperando? Pero, ese periodo de tiempo (que lo debe transitar firme), usted tiene que utilizarlo para CONSOLIDAR SU FE y seguir adelante.

DEL ENEMIGO: Puede ser que lo que ocurra venga de parte del enemigo para que retroceda, se rinda, abandone, baje la guardia y deje de pelear la buena batalla de la fe. Sin embargo, lo que debe hacer es afirmarse más, fortalecerse y creerle a Dios. Lo que utiliza el diablo es CIRCUNSTANCIAL Y PASAJERO, pero lo que Dios le da es una verdad permanente que lo hace triunfar sobre lo circunstancial. ¡Recibirá discernimiento para utilizar las armas espirituales y lograr que la victoria se manifieste!

DE USTED MISMO: Puede ser que lo que ocurra sea por usted mismo. Todos tienen algo que corregir. Medite en sus caminos, hágalo a la luz de la palabra de Dios. HAGA CORRECCIONES, permita que la palabra lo restaure para dejar fluir de la bendición de Dios sobre usted. No piense solamente en sí mismo, en lo propio y en lo personal, fije su mirada en Dios y en su palabra, avance con fe en todo.

Declare: ¡Todas las acciones que voy desarrollando en mi vida las pongo en línea con lo que Dios ha dicho, responderé al llamado de Dios y encontraré mi destino de Victoria, amén!

Si hay cosas en su vida que no están funcionando, observe como Dios habla a su pueblo sobre este asunto. En el libro de Hageo, el pueblo había comenzado a ver que no había frutos en los árboles, que a los animales les iba mal, y que no había cosecha en los campos. Entonces, se preguntaban ¿Por qué está pasando esto?, y Dios respondía:

(Hageo 1:5-7) “Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. 6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. 7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos”. Ahora, es tiempo comenzar a corregir el camino (volver a enfocarse), darle continuidad a la asignación divina, y darle lugar a la RESTAURACIÓN DE PARTE DE DIOS.

Luego, vuelve a hablar Dios, diciendo: (Hag 2:8) “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. 9 La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos”.



La perspectiva en la cual mira su vida, debe ser a través de la verdad de la palabra de Dios y así permitir que Cristo se revele y sea formado en usted; y de esta manera irradie la gloria de Dios en su vida. Entonces, desde ese día empezará a ver manifestarse las bendiciones a su alrededor.

INDUDABLEMENTE, EN CUALQUIER DE ESTAS TRES OPCIONES, LA VICTORIA ESTARÁ DE SU LADO porque:

1.- De Dios viene la bendición y Él siempre lo llevará por CAMINOS de SUPERACIÓN y de alcance glorioso.

2.- El diablo es su enemigo y nunca dejará de ser su adversario, pero usted TIENE LA VICTORIA; Dios le dará sabiduría y discernimiento para operar en las actitudes y acciones correctas.

3.- Si el responsable es usted por hacer algunas cosas mal, TIENE la GRACIA DE DIOS para corregirlas.

Dios no lo desampara, le da la palabra, le da sabiduría, y le da el Espíritu Santo. La Victoria en su vida será mayor, tiene a Cristo y está rodeado de ángeles, ¡hoy verá en su vida la Gloria de Dios, amén!

PREDICA en Lerma por: PASTOR Víctor R. Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo, estoy ofreciendo:
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Por favor si les interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin cuestionar nada y que el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido en este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes de gracia dalo de gracia.
viclaly_57_57@yahoo.com
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