Lerma, Domingo,
27 de Enero de 2013
MINISTERIO
DE RECONCILIACIÓN
(2
Corintios 5:1-21)
DESPUÉS
QUE EL CREYENTE HA EXPERIMENTADO LA GRACIA DE DIOS A TRAVÉS DE CRISTO SE LE
OTORGA EL MINISTERIO DE LA RECONCILIACIÓN.
(2
Corintios 5:18) “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo
mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación”.
INTRODUCCIÓN
El
apóstol Pablo estaba muy seguro acerca del futuro. Él abrigaba una esperanza
firme y eterna en la Doctrina de Cristo. Tampoco tenía dudas con relación al Evangelio
de Cristo. El propósito de Jehová Dios en el evangelio de Cristo era y sigue
siendo restaurar todo lo que la humanidad que ha perdido en la caída de Adán en
el huerto del, Edén. El evangelio de Cristo nos enseña
que por cuanto Jesús murió en la cruz del Calvario y pagó con su vida el precio
de nuestra redención, nosotros disfrutaremos la restauración de lo que el
hombre perdió, y mucho más. Como hijos de Dios, redimidos por la Sangre de
Cristo, nosotros disfrutamos ahora de una comunión con Jehová Dios más profunda
que la que experimentó Adán antes de su caída, cuando caminaba con Dios en el
huerto en el frescor del día.
La
gracia de Dios, su favor inmerecido, es tan grande que aun nos proporcionará un
mejor cuerpo que el de Adán antes de la caída. Cuando Cristo venga, nuestro
cuerpo será resucitado y transformado para levantarnos e ir a encontrarnos con
el Señor. Nuestro cuerpo será inmortal, incorruptible, para nunca más ser
destruido por la muerte o la descomposición. De la misma
manera que Abraham esperaba una ciudad con fundamento, nosotros esperamos la
llegada de la Nueva Jerusalén. Ese lugar que Dios ha preparado para nosotros es
aun mejor sitio para vivir por la eternidad que el huerto en que vivió Adán.
LO
QUE LA GRACIA DE DIOS PROPORCIONA POR MEDIO DE CRISTO ES:
Confianza
absoluta en Cristo (2 Corintios 5:1-10) “1 Porque
sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere,
tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.
2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de
aquella nuestra habitación celestial; 3
pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. 4 Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con
angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 5 Más el
que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.
6 Así que vivimos confiados siempre,
y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor
7 (porque por fe andamos, no por vista); 8 pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y
presentes al Señor. 9 Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes,
serle agradables. 10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que
cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno
o sea malo”.
UN MEJOR CUERPO:
Después de hacer hincapié en que
todas nuestras circunstancias presentes y visibles son temporales y pasajeras, Cristo
a través de Pablo hace mención de algo que constantemente manifiesta debilidad,
dolor y muchas limitaciones: nuestro cuerpo presente. ¿Por qué razón Cristo por
medio del apóstol se refiere al cuerpo humano aquí como un tabernáculo?
Porque el cuerpo es solamente una
habitación temporal de la personalidad humana. Jehová Dios ha preparado algo
mejor para los creyentes. Jehová Dios ha preparado un cuerpo nuevo,
completamente distinto del que fue creado en el huerto. Nuestro Nuevo Cuerpo, a
diferencia del que tenemos, será eterno e incorruptible, y nunca será
contaminado por el pecado, ni de corrupción y ni de la muerte. Será un cuerpo
hecho para vivir en Gloria por la Eternidad.
¿VERDAD
QUE CUANDO NOSOTROS HABLAMOS DE UNA CASA? Inmediatamente pensamos en un edificio
construido sobre fuertes cimientos hundidos a cierta profundidad en la tierra y
sustentado por columnas y paredes de madera o concreto. En cambio, en
tiempo de Moisés cuando hablaban de casa o morada solamente podían pensar en
tiendas o tabernáculos levantados en ciertos sitios en el desierto, sobre la
arena y sostenidos por cuerdas atadas a estacas. Y la ocupación más común en ese
tiempo era el cuidado de rebaños. Para
esto las familias iban de un lugar a otro cuidando su ganado por donde hubiera
pasto. De ahí que su morada era temporal. Debido a esta movilización
constante, la tienda o el tabernáculo que se usaba para vivienda se convirtió
en un símbolo muy adecuado de la fragilidad y brevedad de la vida humana (Isaías 38:12) “Mi morada ha sido movida y
traspasada de mí, como tienda de pastor. Como tejedor corté mi vida; me cortará
con la enfermedad; me consumirás entre
el día y la noche”.
¿POR
QUÉ GEMÍA EL APÓSTOL PABLO? (2 Corintios 5:2) “Y por
esto también gemimos, deseando ser
revestidos de aquella nuestra
habitación celestial”.
Es muy probable que sus sufrimientos
y los males que aquejaban su cuerpo hacían que Pablo gimiera y deseara ser
revestido "de aquella nuestra habitación celestial" y recibir su cuerpo transformado (1 Corintios
15:51, 52; Romanos 8:20-28).
Pablo no daba la impresión de estar
deseando que la muerte destruyera su cuerpo presente. Pablo más bien tenía la esperanza de no ser despojado del mismo, sino
tener la dicha de ser revestido del cuerpo celestial con el cual vestirá Jehová
Dios a todos los que son suyos a la venida de su Hijo. En otras palabras, a
Pablo le hubiera gustado seguir viviendo hasta el momento del rapto de la
iglesia. En realidad esta experiencia de no morir sino ser transformados
para ir a encontrarse con el Señor en el aire será maravillosa para los que
todavía estén viviendo en el cuerpo.
Por eso es que a los que hayan
muerto se les dará cuerpos glorificados, y a los que estén vivos se les
transformará permitiendo que el nuevo cuerpo, el celestial, absorba al
terrenal. ¿Qué garantía nos ha dado Dios para asegurarnos que tiene todo esto
preparado para nosotros? La Biblia se
refiere a este hecho como "las arras del Espíritu", o un anticipo
de las bendiciones que habremos disfrutar a plenitud en la vida venidera. En (Romanos 8:23) se le llama "primicias del Espíritu",
porque nos es dada esta plenitud espiritual mientras esperamos la adopción (la entrada final a participar de nuestros
privilegios y la herencia que nos corresponden como hijos de Dios), dentro de lo cual está incluida la
redención de nuestro cuerpo a la venida del Señor Jesús (1 Juan 3:2 y Romanos
8:11).
¿Tenía Pablo alguna seguridad de que
viviría en este mundo hasta el momento de la resurrección de los cristianos o
el rapto de la iglesia? Pues Pablo, deseaba
que llegara ese día. Mientras permanecía en el cuerpo físico se encontraba
ausente del Señor en el sentido de que no podía ver a Jesús con sus ojos
materiales. Como el resto de los cristianos, Pablo vivía por fe, no por vista.
Es cierto que se mantenía en contacto con el Señor, pero al mismo tiempo se
sentía como si estuviese en un país extraño.
¿Qué
efecto tuvo en la vida y ministerio de Pablo este intenso deseo de estar cara a
cara con el Señor? Esto le ayudaba a tener confianza
en el Señor y sentir valor al enfrentarse a la oposición de los enemigos del
evangelio de Cristo. Pablo sabía que
eran muchos los que deseaban matarlo. Pero nada de esto le asustaba ni tampoco
hacerlo desistir de su intensa tarea de proclamar el mensaje de la Sana
Doctrina de Cristo. Parte de su valor era porque el siempre tuvo presente la
preferencia de estar delante del Señor es por eso que su fe era inquebrantable.
¡Qué
actitud más maravillosa la de Pablo! A él realmente no le importaba ya seguir
viviendo o morir. Todo lo que le interesaba era ser verdaderamente agradable a Jesucristo
nuestro Señor. Ya él les había escrito a los filipenses
en los siguientes términos: (Filipenses
1:20, 21) “20 conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré
avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será
magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. 21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”. Eso
quería decir que si la vida tiene algún significado tiene que ser Cristo, la
muerte sólo puede significar el ganar más de Cristo.
¿Qué
más le daba a Pablo el incentivo de vivir solamente para agradar al Señor?
Él sabía que se aproximaba el día en que
tal grado de fidelidad recibiría la debida recompensa, porque todos los
cristianos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo.
¿Sentía
temor el apóstol Pablo por el hecho de tener que comparecer ante el tribunal de
Cristo? La Biblia enseña que los que han creído en el
sacrificio de Jesús que fue ejecutado en la Cruz del Calvario y derramó su
Sangre para que todo pecado y toda ofensa sea totalmente perdonada y olvidada
por parte de Dios. Por lo tanto, este
tribunal de Cristo al que se refiere el apóstol aquí no puede ser otra cosa que
el momento en el cual el Señor dará la recompensa merecida a cada uno de los
cristianos. Por eso él vivía
deseando que llegara ese momento. En
las Escrituras también encontramos indicaciones claras de que el tribunal de
Cristo. (Apocalipsis 20:5, 11).
EL
AMOR DE CRISTO CONSTRIÑE AL CREYENTE (2 Corintios 5:11-15) “11 Conociendo, pues, el temor del
Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y
espero que también lo sea a vuestras conciencias. 12 No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos
ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que
se glorían en las apariencias y no en el corazón. 13 Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es
para vosotros. 14 Porque el amor de
Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos
murieron; 15 y por todos murió, para que
los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por
ellos”.
¿Era
el Temor de Dios el motivo principal de Pablo para la predicación del
evangelio? La expresión "el temor del Dios" puede entenderse aquí como la
convicción que tenía el apóstol acerca de la realidad de que los pecadores que
rechacen a Cristo tendrán que enfrentarse al terrible juicio de condenación. Pero
a la vez debemos admitir que la palabra "temor" usada aquí es la
misma que aparece en muchos otros lugares en la Biblia para referirse a la
reverencia que se debe tributar al Señor.
Notemos
los siguientes ejemplos en los que se usa la palabra "temor" en referencia
a la reverencia que se debe a Dios. Job dice que (Job 28:28) "el temor del Señor es
la sabiduría". Moisés escribió al pueblo de Israel lo siguiente: (Deuteronomio 10:12) "¿Qué pide
Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios?". El escritor de
Proverbios dice que (Proverbios 1:7;
9:10) "el principio de la sabiduría es el temor de Jehová" y, (Proverbios
16:6) "con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal".
Este no es un temor nacido de
cobardía, ni puede calificarse como miedo. El temor al que se hace referencia
aquí es la reverencia que cualquier individuo siente ante lo sagrado. El
salmista dijo que (Salmos 19:9) “El
temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová
son verdad, todos justos”. Ya dijimos anteriormente que Pablo reconocía que
Dios obra en los cristianos, preparándolos para recibir nuevos cuerpos y para
una gloriosa resurrección. Luego el
apóstol da a entender que a raíz de su gratitud por lo que Dios estaba haciendo
en su vida él se esforzaba en persuadir insistentemente a los hombres para que
buscaran al Señor.
En Pablo no había ni sombra de miedo
porque sabía que era bien conocido delante de Dios y también en la conciencia
de los hombres. Pablo estaba seguro de
la clase de mensaje que proclamaba con la Doctrina de Cristo tan diferente de
todas las demás que estaban fuera de la Gracia
de Jehová Dios a través de Cristo y de la clase de vida que vivía. Sin
embargo, sólo así estarían capacitados para dar respuesta a los enemigos de
Pablo los cuales solamente se interesaban en las cosas exteriores, como la
circuncisión, sin importarles que su
corazón no fuera recto delante de Dios.
¿En
qué forma parecía Pablo estar fuera de sí en algunas ocasiones? Por amor a
Cristo Pablo arriesgaba su vida por proclamar el mensaje de la Doctrina de
Cristo. Pero todo lo hacía en la voluntad de Dios, impulsado por el poder del
Espíritu Santo. En cuanto a la gente, Palo estaba
en su juicio cabal, con una honda preocupación por ellos y anhelando que todos
recibieran las mejores bendiciones que Dios les ofrecía por medio del Evangelio de Cristo.
¿Qué cosa lo mantenía bajo control o
en equilibrio, y a la vez lo impulsaba a seguir adelante? El amor de Cristo era
la gran fuerza motivadora de su vida y ministerio. No se trataba solamente de su amor hacia Cristo, sino del mismo amor
del Señor, el amor que Cristo manifestó en el Calvario, el amor que nos
impartió y sigue impartiendo, el amor que es la característica principal del fruto
del Espíritu Santo.
¿A
qué conclusión se llega en la Palabra de Dios en cuanto al hecho de que Cristo
murió por todos? El apóstol escribe aquí que (2 Corintios 5:14) "si uno murió por todos, luego todos murieron". Es decir,
de una manera u otra todos estamos involucrados en la muerte de Cristo. La
Biblia declara enfáticamente que la paga del pecado es la muerte (Romanos 6:23). Por otra parte se
señala en las Escrituras que el ser carnal o tener una mente carnal es en sí la
muerte espiritual porque la mente carnal es enemistad con Dios (Romanos 8:6-7). También leemos que el
que no ama a su hermano está muerto (1
Juan 3:14). De manera que el pecador se encuentra en un estado de muerte.
Pero Jesús resucitó triunfante de entre los muertos. Nosotros pasamos de muerte
a vida por la fe en el Señor (Juan
5:24). De esta manera todos nosotros participamos en su victoria sobre la
muerte y por ello hemos entrado a un nuevo estado de vida por la sangre de
Cristo que fue derramada en el calvario.
¿Qué
responsabilidades nos son impuestas como resultado de este nuevo estado de
vida? De aquí en adelante nosotros ya no vivimos para nosotros mismos. Por el
contrario, debemos vivir consagrados a la causa de Aquel que murió en nuestro
lugar y resucitó victorioso de entre los muertos.
EMBAJADORES
DE RECONCILIACIÓN (2 Corintios 5:16-21) “16 De manera que nosotros de aquí en
adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la
carne, ya no lo conocemos así. 17 De
modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas. 18 Y
todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y
nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en
Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres
sus pecados, y nos encargó a nosotros
la palabra de la reconciliación. 20
Así que, somos embajadores en nombre
de Cristo, como si Dios
rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos
con Dios. 21 Al que no
conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”.
Por cuanto ahora estamos viviendo en
un nuevo estado de vida, somos una creación nueva en Cristo Jesús, Pablo no
fundamenta sus relaciones personales ni su manera de pensar en cosas externas. Es decir que Pablo ya no juzgaba a los
demás desde un punto de vista meramente humano o según las normas del mundo.
Hubo un tiempo en que aun a Cristo juzgaba de esa manera, pero desde el momento
en que encontró la nueva vida en Cristo todo en Pablo cambió, hasta su manera
de pensar, ahora Pablo buscaba las características del Fruto de Espíritu Santo
en las personas.
Entonces ¿Cuál es el propósito de Dios en reconciliarnos consigo mismo? Todos los que estamos en Cristo somos una nueva
creación, ya que a todo nuestro ser le ha sido renovada en la vida de Cristo
Jesús. Las cosas viejas, las costumbres y modales de la antigua manera de vivir
han pasado, han llegado a su final. Todas las cosas han sido hechas nuevas
porque ahora nuestra vida se encuentra en comunión con Dios. Todo esto puede
ser realizado solamente porque Dios ha hecho desaparecer la barrera del pecado
que había entre el hombre y Jehová Dios. De esa manera Jehová Dios nos
reconcilió consigo mismo por medio del Señor Jesucristo.
Entonces
el ministerio de la reconciliación nos fue entregado; ¿Cuál es el propósito de Jehová
Dios al reconciliarnos con Él? Al encomendarnos el ministerio de la
reconciliación, nos ha responsabilizado para que vayamos a todo ser humano y le
llevemos las buenas nuevas de reconciliación. El
mensaje de la Doctrina de Cristo por medio del Evangelio de Cristo, donde
declara a los hombres que Jehová Dios está reconciliando a los que crean en Jehová
Dios por medio de Jesús, a fin de tener comunión con ellos. Los beneficios que
hemos recibido de Dios no los podemos guardar egoístamente sólo para nosotros,
sino que tenemos que compartirlos con otros, para que el Rio de Dios Fluya Con Poder.
¿En
qué sentido Jehová Dios, no toma en cuenta a los hombres sus pecados? Por
cuanto Cristo pagó el precio para rescatarnos de nuestros pecados, estos ya no
son una barrera entre nosotros y nuestro Dios.
Tomemos en cuenta que nuestra función
como embajadores de la reconciliación no consiste en suplicarle a Dios que se reconcilie
con el hombre. Esto ya está hecho. Más bien, como embajadores de Cristo nuestra
misión consiste en exhortar e implorar a los hombres para que se reconcilien
con Dios. (2 Corintios 5:21) "Al que no conoció pecado, por nosotros
(Dios) lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos lechos justicia de Dios en
él".
Cristo llevó en sí mismo nuestros
pecados cuando dio su vida para salvarnos en la cruz del Calvario. Ahora
nosotros, por medio de su sacrificio hemos llegado a recibir su perfecta
justicia. De manera que podemos decir
que así como Cristo se identificó con nosotros al morir en nuestro lugar,
nosotros podemos también identificarnos con Jesucristo en su justicia, la cual
resplandece mucho más ahora que Él ha sido resucitado de entre los muertos.
¿Por
qué a muchos les resulta difícil responder al llamado del evangelio? Las
únicas paredes que separan al hombre de Dios son las que el pecador ha
edificado. Sin embargo, Dios quiere
usarnos para ir al mundo con este mensaje de reconciliación. El Espíritu Santo
hace uso de la Palabra de Dios para derribar las barreras de separación. Pablo
nos da un cuadro claro del ministerio de reconciliación. "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo." Sólo
Dios puede realizar esta reconciliación.
Pero
no debemos olvidar que uno de los propósitos de Dios al reconciliamos con Él es
que nosotros sirvamos como embajadores para negociar, aconsejar y medrar para
que otros también puedan ser reconciliados con el Señor.
El elemento de pago, rescate y negociación para la reconciliación es el
sacrificio de Cristo en la cruz. ¡Qué
privilegio Dios nos da al designamos como sus embajadores de reconciliación
para atraer a los humanos hacia Él por medio de Cristo!
PREDICA en Lerma
por:
Pr. Víctor R.
Preciado Balderrama
sanadoctrinavictor@gmail.com
http://viclaly5757.blogspot.com/?spref=fb
viclaly5757.blogspot.com
Buen día les
invito con mucho respeto a visitar el BLOGSPOT
que Dios me ha regalado y que, con mucho amor he puesto algunos estudios que
Dios me ha regalado en revelación, Efesios
3:8 A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada
esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables
riquezas de Cristo. Efesios 4:29
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
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