18 de Marzo de 2018
¿SERÁ MI DEBILIDAD O EL DIABLO?
En
nuestra vida espiritual siempre han existido sucesos sobrenaturales, sin
explicación y lo más cercano para nosotros, es decir: ¡HE ENCONTRANDO A UN
DEMONIO! Las Sagradas Escrituras, solo revelan la Verdad respecto a
las cosas espirituales. Por ejemplo: La tentación –QUE SI LOGRA SU
COMETIDO- puede afectar nuestra relación con Dios nuestro Padre Celestial. Quiero
por favor me acompañen en: (Santiago 1:13-16) “13 Cuando
alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; Porque Dios no puede ser tentado por el
mal, ni ÉL tienta a nadie; 14
sino que cada uno es tentado,
cuando de su propia concupiscencia es
atraído y seducido. 15
Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el
pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. 16 Amados hermanos míos, no erréis”. En cuanto a la palabra “concupiscencia”, es como “lujuria”
y “deseo”, en todos los casos se usa con el significado de deseos de
la carne, deseos del viejo hombre, deseos pecaminosos, por
lo cual, un deseo que es contrario a la Perfecta Voluntad de nuestro
Dios. Es evidente en (Romanos
8:5-8) que los deseos de la carne no son para nada agradables a Dios. Ahí
leemos: “5 Porque los que son de la carne piensan en las
cosas de la carne; pero los
que son del Espíritu, en las
cosas del Espíritu. 6 Porque
el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
7 Por cuanto los designios de la
carne son enemistad contra Dios; porque
no se sujetan a la ley de Dios, ni
tampoco pueden; 8 y los que viven según la carne no pueden
agradar a Dios”. Porque los que son de la carne [vieja naturaleza]
piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas
del Espíritu [nueva naturaleza].
Citaré
algunos ejemplos en la Palabra. Puesto que hablamos de tentación,
sería bueno primero introducir al que principalmente está involucrado en ello,
el cuál por esta razón se le llama “EL
TENTADOR”. Así que vamos a (Mateo
4:3) que dice: “Y vino a él el
tentador, y le dijo: Si eres
Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”. Lo que está
registrado en este versículo, pertenece a las tentaciones que Jesús padeció en
el desierto. El que lo tentaba era el
diablo, por ésta razón se le
llama “el tentador”, éste título también se usa para él en (1 Tesalonicenses 3:5) que dice: “Por
lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra
fe, no sea que os hubiese tentado el
tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano”. La tarea del tentador es tentar, intentar,
para esa manera hacer caer al tentado.
Como
es evidente con lo anterior, el que hace
esto es el diablo. Las Sagradas Escrituras, son: (2 Pedro 1:19-21) “19
Tenemos también la Palabra profética
más segura, a la cual hacéis
bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta
que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros
corazones; 20 entendiendo
primero esto, que ninguna profecía de
la Escritura es de interpretación privada, 21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana,
sino que los santos hombres de Dios
hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”. Así que debo ir a las
Sagradas Escrituras, la Palabra cierta y fiable de Dios para saber la Verdad
respecto a los fantasmas.
Según las Sagradas Escrituras, los
fantasmas no son las almas de aquellos que ya murieron. Las Sagradas
Escrituras, nos dicen que las almas de los muertos están dormidas en la muerte.
(Salmos 13:3) “Mira, respóndeme, oh
Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para
que no duerma de muerte”. (Daniel
12:1,2) “1 En aquel tiempo se
levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo;
y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces;
pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen
Escritos en el Libro. 2 Y muchos de los que duermen en el polvo de
la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para
vergüenza y confusión perpetua”. Las
almas; No se quedan en la tierra para espantarnos. Así que, no creo que los
fantasmas son espíritus humanos sin cuerpo, pero sí creo en lo que
Escrito Está en la Palabra, y aquí dice y habla de demonios.
Las
Sagradas Escrituras,
dicen mucho de estos espíritus malignos. Creo
porque Escrito está, que Elifaz se encontró con un demonio. El primer capítulo
del libro de Job nos dice que satanás andaba tras Job. Y yo creo que satanás
envió a un demonio con este mensaje a Elifaz, para desanimar a Job. Él sufría
intensamente por varios ataques satánicos, y el consejo de su amigo Elifaz era
solamente otro truco demoníaco para desanimarlo. Veamos nuestro texto con
cuidado, aprenderemos tres grandes verdades respecto a satanás y los demonios. Leeremos versículo a versículo: Job 4:12
al 16. Acaso, ¿Existen los
fantasmas? Al único lugar donde
podemos recurrir para hallar información fiable son las Sagradas Escrituras.
Entonces, los espíritus demoníacos de
verdad existen. Acompáñenme a leer: (Job 4:12) “El asunto también me era a mí oculto; Mas mi oído ha
percibido algo de ello”. Ya era muy
de noche cuando este "espíritu" llegó a Elifaz.
Las Sagradas Escrituras, no
dicen que Elifaz ya estaba dormido, solamente que ya era
de noche (Job 4:13) “En
imaginaciones de visiones nocturnas, cuando el sueño cae sobre los hombres”. Aquí en la oscuridad Elifaz dijo:
(Job 4:15) “Y al pasar un espíritu por delante de mí, hizo que se erizara el pelo de mi cuerpo”.
Se le erizó el pelo. ¡Con razón! Él dijo: "Me sobrevino un espanto y un
temblor" (Job 4:14) “me
sobrevino un espanto y un temblor, que estremeció todos mis huesos”. ¡Él tuvo
tanto miedo que se le estremecieron los huesos! Sí, hay un diablo, y por
supuesto que, los demonios sí existen.
Las Sagradas Escrituras, lo dicen.
Nuestro Señor Jesucristo se encontró con satanás y los demonios muchas veces
durante su ministerio terrenal. El
Apóstol Pablo habla de "un mensajero de satanás" que le
fue dado para que lo abofeteara, para atormentarlo (2 Corintios
12:7) “Y para que la grandeza de
las REVELACIONES no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón
en mi carne, un mensajero de satanás
que me abofetee, para que no
me enaltezca sobremanera”. El "mensajero de satanás" que
atormentaba a Pablo era un demonio, y creo que tiene razón. Los demonios solían ser ángeles, pero
por su rebelión contra Dios fueron expulsados del Cielo con satanás. Las Sagradas Escrituras, llama a
estos demonios, (Judas 1:6) “Y a los
ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo
oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día”. Algunos de estos
espíritus malignos fueron guardados a la oscuridad, pero a otros se les
permitió rondar la tierra, esperando el juicio futuro. Se convirtieron en los
demonios con los que Jesús a menudo se encontró en el Santo Evangelio. El
Apóstol Pablo hablaba de los demonios cuando dijo: (Efesios 6:12) "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,
sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las
tinieblas de este siglo".
Todo
Cristiano
"LUCHA" contra las fuerzas demoníacas.
Por esto es importante comenzar cada día en oración para que Dios te proteja y
guíe a través de "las tinieblas de este siglo". Si no eres Cristiano verdadero
todavía, te aseguro basado en las Sagradas Escrituras, que satanás y sus
demonios harán todo lo que puedan para detenerte de venir a Creer la Sana
Doctrina de Cristo y experimentar la salvación. Jesús dijo (Lucas 8:12) “Y los de junto al camino son los que oyen, y luego
viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven”.
Cuando oigas el Evangelio por medio
de la Sana Doctrina de Cristo predicada, las fuerzas demoníacas harán todo en su poder para "quitar"
la Palabra de tu corazón, para detenerte de venir a Cristo y ser
convertido. Por esta razón, si tú quieres ser salvo debes resistir los
pensamientos que llegan a tu mente.
Pero
en nuestro texto hay otra lección. Los espíritus
demoníacos dan enseñanzas falsas. Acompáñame a ver el mensaje satánico que
el demonio le dio a Elifaz. (Job 4:16-20)
“16 Paróse delante de mis ojos un fantasma, cuyo rostro yo no conocí, y
quedo, oí que decía. 17 ¿Será el hombre más justo que Dios?
¿Será el varón más limpio que el que lo hizo? 18 He aquí, en sus siervos no confía, y notó necedad en sus
ángeles; 19 ¡Cuánto más en los que
habitan en casas de barro, cuyos cimientos están en el polvo, y que serán
quebrantados por la polilla! 20 De
la mañana a la tarde son destruidos, y se pierden para siempre, sin haber quien
repare en ello”. Ahora creo que las
enseñanzas de hombres salieron de la misma fuente de donde la
"visión" de Elifaz salió, son lo que las Sagradas Escrituras llaman:
"doctrinas de demonios". Las
Sagradas Escrituras dicen: (1
Timoteo 4:1) “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos
algunos apostatarán de la fe, escuchando
a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”. Creo que de acuerdo
a las Sagradas Escrituras que doctrina de hombres es igual a doctrina de
demonios. Porque, satanás y sus demonios son los que esparcen las doctrinas
falsas en las iglesias, tal como la doctrina de que la Sangre de Cristo ya no
está disponible para limpiar nuestro pecado. Sin embargo, las Sagradas
Escrituras nos hablan muy claramente, y nos revelan que estas doctrinas son falsas,
y demoníacas. Las Sagradas Escrituras
dicen: (1 Juan 1:7) “pero si andamos en luz, como él está en luz,
tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia
de todo pecado”. Las religiones del
mundo que no se sustentan en las Sagradas Escrituras, NO son verdaderas Cristianas,
el Budismo, el Hinduismo, Musulmanes y muchísimas que
se dicen evangélicas, que practican ritos que no están en las Escrituras,
han recibido sus "revelaciones" de fuentes satánicas
y demoníacas. Millones son llevados a la esclavitud espiritual del
Diablo, y finalmente al Infierno mismo porque escuchan lo que algún demonio le
dijo algún líder religioso, en vez de hacer de las Sagradas Escrituras su única
guía de fe y de práctica.
En
el versículo veinte se halla una de las cosas falsas que este espíritu
demoníaco dijo.
Leámoslo por favor: (Job
4:20) "De la mañana a la
tarde son [los seres humanos] destruidos, Y se pierden para
siempre, sin haber quien repare en ello". ¡Está es una mentira total! ¡Dios sí repara en nosotros!
Dios está con nosotros en
misericordia y amor cuando pasamos persecuciones y problemas. El
Apóstol Pablo fue azotado y lanzado vivo al océano. Él fue apedreado y dado por
muerto. Fue asaltado. Padeció dolores y hambres, fríos y desnudez veamos por
favor: (2 Corintios 11:23-28) “23
¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos
más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte
muchas veces. 24 De los judíos cinco
veces he recibido cuarenta azotes menos uno. 25 Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres
veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta
mar; 26 en caminos muchas veces; en
peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros
de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el
mar, peligros entre falsos hermanos;
27 en trabajo y fatiga, en muchos
desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; 28 y además de otras cosas, lo que
sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias”. Sin
embargo, Pablo sabía que Dios estaba
con él en sus sufrimientos. Pablo hubiera dicho que lo que el "espíritu" le dijo a
Elifaz estaba equivocado cuando dijo: "son destruidos, y se pierden para
siempre, sin haber quien repare en ello". Pablo sabía de estos versículos de Job, quizá hasta de
memoria. Y Pablo sabía que las palabras que el "espíritu" le dio a
Elifaz estaban totalmente equivocadas, que no eran de las Sagradas Escrituras.
Esto es lo malo que tienen los
llamados "maestros de la fe" en el canal enlace de la televisión el
día de hoy. Te dicen que si tienes
suficiente fe prosperarás y serás rico, y que en tu vida no padecerás dolor ni
sufrimiento alguno. La fuente de dichas enseñanzas es demoníaca, los
mimos demonios le dieron esas falsas doctrinas de prosperidad a Elifaz. En el
versículo siete se halla otra enseñanza falsa que el demonio le dio a Elifaz: (Job 4:7) "Recapacita ahora; ¿Qué
inocente se ha perdido? Y ¿en dónde han sido destruidos los rectos?".
¡Abre
las Sagradas Escrituras y hallarás muchas respuestas para esto! Me
sorprende que la gente crea en eso el día de hoy y hasta gente evangélica que
está en la Verdad pero que peligra al ver a estos falsos maestros.
Los "maestros de prosperidad" dicen que si eres buen Cristiano no
padecerás dolores ni persecuciones. ¿De
dónde sacaron tal idea? ¡No fue de las Sagradas Escrituras! Porque;
La sacaron directamente de satanás y los demonios. Abel el justo fue
asesinado por su hermano Caín. José el justo fue vendido por sus
hermanos para ser esclavo. El Libro de Hebreos da una larga lista de
gente justa inocente que fue "maltratado[a] con el pueblo de Dios" (Hebreos 11:24-26) “24 Por la fe
Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, 25 escogiendo antes ser maltratado con
el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, 26 teniendo por mayores riquezas el
vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía
puesta la mirada en el galardón”. Y
casi al final de Hebreos 11 se nos dice acerca de muchos inocentes y justos que:
(Hebreos 11:36-39) “36 Otros experimentaron vituperios y azotes,
y a más de esto prisiones y cárceles. 37
Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada;
anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres,
angustiados, maltratados; 38 de los
cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por
las cuevas y por las cavernas de la tierra”. Sí, ellos eran gente piadosa, maravillosa, que
padeció profundamente, no por ser pecaminosa, sino porque vivimos
en un mundo caído, influido por el poder de satanás y sus
demonios.
Jesucristo
mismo fue arrestado fraudulentamente, fraudulentamente
enjuiciado, azotado casi hasta la muerte y clavado a una Cruz por nuestros
pecados. Nadie jamás ha sido más justo y más inocente que Jesucristo. Y Él es
nuestro ejemplo ¡no cualquier demonio que susurrare ideas falsas a Elifaz en la
oscuridad de la noche! Dios está con nosotros en nuestros sufrimientos, tal
como estuvo con Job. Hay que darle esas grandes verdades Bíblicas a los falsos
profetas que enseñan por televisión la prosperidad y una vida fácil. Hay que
darle las Escrituras que he mencionado para demostrarles que ambos, ¡ellos y el
demonio de Elifaz están equivocados! A veces los buenos Cristianos necesitan
padecer grandes sufrimientos, pero Dios está contigo siempre. Los espíritus demoníacos no deben ser
nuestra autoridad ni nuestra guía. Por ésta razón me alegro tanto de
éste ejemplo cuando, Job no creyó el consejo demoníaco de Elifaz.
En lugar de esto, se mantuvo de pie
en medio de todo sufrimiento y persecución. En toda su calamidad, Job
dio una de las más grandes respuestas en las Sagradas Escrituras cuando dijo: (Job 13:15,16) “15 He aquí, aunque ÉL me
matare, en ÉL esperaré;
No obstante, defenderé delante de ÉL
mis caminos, 16 Y ÉL mismo será mi salvación, porque
no entrará en su Presencia el impío”. Estas palabras de Job me han servido de
consuelo en muchos en tiempos de aflicción que he pasado estos últimos 15 días
de una fuertísima infección intestinal. Y esta debe ser nuestra actitud
también. No importa cuales pruebas e incomodidad tengamos, debemos decir lo que
Job dijo respecto a Dios: "Aunque él me matare, en ÉL esperaré". El Señor Jesucristo murió en agonía y
sangre para salvar nuestra alma. Jesucristo resucitó físicamente de los muertos
el tercer día, y subió de nuevo al Cielo en donde ahora se sienta a la diestra
de Dios intercediendo por nuestra salvación.
Tan
pronto como le confesamos nuestros pecados a Dios,
Él nos perdona: (1 Juan 1:9)
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados,
y limpiarnos de toda maldad”. (1 Juan 2:1,2)
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere
pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2 Y ÉL es la
propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino
también por los de todo el mundo”. Lo
vimos con David. Hizo tanto mal. Incluso mató a Urías uno de sus más
fieles soldados. Sin embargo, tan pronto como confesó su pecado, “El Señor lo
redimió”. El ceder a la tentación significa pecado y el pecado necesita nada
más y nada menos que perdón y pedir perdón a aquellos que probablemente
herimos, aprender la lección que tengamos que aprender y seguir adelante. Los problemas de las concupiscencias de
la carne no se resuelven mirando a la carne y lo que se hizo. Más bien se resuelven mirando a Dios y
usando al máximo todo lo que Él nos ha dado en el nuevo nacimiento.
Como dice: (Gálatas 5:16-18) “16
Digo, pues: Andad en el Espíritu,
y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del
Espíritu es contra la carne; y éstos
se oponen entre sí, para que
no hagáis lo que quisiereis. 18
Pero si sois guiados por el Espíritu,
no estáis bajo la ley”. La vieja y la
nueva naturaleza son opuestas una de la otra y este pasaje nos dice cómo no
llevaremos a cabo las concupiscencias de la vieja naturaleza, las
cuales llevan a tentación y pecado. El camino es simple: “Camina en el Espíritu
[nuevo nacimiento]”, y [como resultado], no seguirás los deseos de la carne”
(aunque el diablo seguirá tratando de atraernos para pecar y destruir nuestra
relación con Dios).
El amo de la tentación, el tentador,
es el diablo. Cedemos a la tentación cuando somos engañados por el adversario
(explícita o implícitamente) de ir tras las cosas contrarias a la voluntad de
Dios, como está declarado en las
Sagradas Escrituras y entendemos con mucha claridad, por medio de
la revelación. El resultado es siempre pecado. Eva hizo a un lado lo
que Dios había dicho en cuanto al árbol del conocimiento del bien y del mal. Y
el resultado fue pecado. David hizo a un lado lo que la Palabra de Dios dice en
cuanto al censo. Y resultó pecado. También hizo a un lado lo que la Palabra de
Dios dice sobre el adulterio. Y el resultado fue de nuevo pecado. Por el
contrario, Jesucristo respetó la Palabra de Dios. Nunca la hizo a un lado sino
que la usó para enfrentar las tentaciones del diablo y el resultado “fue
tentado en todo como nosotros, y sin pecado”. En otras palabras, vamos a buscar
y estar conscientes de la Voluntad, la Palabra de Dios y vamos a ponerla en lo
profundo de nuestros corazones. Vamos a sostenernos de ahí y no hacerla a un
lado y el diablo no nos atraerá y no hará que la tentación logre su cometido:
hacernos pecar.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor. Si usted no tiene la
intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra
persona interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar
esta hoja (por favor no cambiar el texto).
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