30 de Julio de 2017
SI NUESTRO PADRE CELESTIAL TE HA LLAMADO NO PIERDAS TU
OPORTUNIDAD
Nos debe animar y hacer sentir bendecidos que Jesucristo
nos llame sus hermanos santos (Hebreos 2:11,12) “11 Porque El que
santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12 diciendo: Anunciaré a
mis hermanos tu Nombre, en medio de la congregación te alabaré”. Somos participantes del llamamiento
Celestial: Debido a que Jesucristo
está comprometido a llevar muchos hijos a la gloria (Hebreos 2:10) “Porque convenía a aquel
por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la
gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos”;
Somos sus hermanos en su llamado Celestial. Esto debe de ser de bendición y animarnos a seguir adelante, incluso
durante pruebas y tiempos difíciles.
Consideremos que tanto nos ama nuestro Padre Celestial,
que envió al máximo mensajero, Jesucristo. Consideremos
también lo importante que es que prestemos atención al máximo apóstol de Jehová
Dios, Jesucristo. Jehová Dios, nos dice que a Jesucristo lo Consideraremos
nuestro apóstol: Nosotros
no solemos aplicar esta palabra a Jesucristo, pero Él es nuestro Apóstol.
La palabra apóstol en realidad significa
enviado, así como embajador (Hebreos 1:1-4) “1 Dios, habiendo hablado
muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado
por el Hijo, a quien
constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la Palabra de su Poder,
habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo,
se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4 hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más
excelente Nombre que ellos”. Jehová
Dios tenía que enviar un mensaje de amor, tan importante, que lo envió
a través de Jesucristo.
EL
LLAMAMIENTO IRREVOCABLE: (Romanos
11:29) “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”. Al
observa a primera vista este versículo podríamos pensar que el llamamiento de
Dios no se pierde, es de por vida, pero es necesario observar las Sagradas
Escrituras, que es la Palabra de Dios Escrita, con más cuidado. Trasladémonos a las palabras que Jehová
Dios, dijo por medio del apóstol Pablo a Timoteo. (2Timoteo 1:9) “Quien nos
salvó y llamó con LLAMAMIENTO SANTO,
no conforme a nuestras obras,
sino según el propósito suyo
y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”. Llamamiento
santo…… Aquí encontramos la primera prueba por la cual podemos examinar
nuestro llamamiento, (Mateo 20:16) dice: “Así, los primeros serán
postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, más pocos escogidos”. Esto se
debe porque hay muchas clases de llamamientos; pero el llamamiento verdadero, y solamente este responde a ésta descripción 2Timoteo 1:9, que
mencionamos arriba. Este es un llamamiento santo, no
conforme a nuestras obras, sino conforme a la gracia de Dios, la cual nos es dada en Jesucristo antes
de los tiempos de los siglos. Si vivimos en pecado todavía, entonces no
ha sido llamado; si todavía continúa
viviendo de la misma manera que antes de su pretendida conversión, entonces no se trata de una conversión
real.
Voy a esforzarme a ser lo más claro posible, respecto al
llamado para ser escogido: El
borracho si ha recibido el llamamiento, dejara la borrachera. El drogadicto dejara la
droga. La prostituta dejara su oficio. El ladrón dejara de robar.
El mentiroso dejara de mentir. El maldiciente dejara de maldecir.
El fumador dejará de fumar. El chismoso dejará de chismear, etc.
etc. Viviendo en pecado puede una persona
recibir el llamamiento, pero después de recibirlo ya no continuara más en el
pecado, porque de lo contrario no ha recibido el llamado que está en (Romanos 11:29) “Porque irrevocables
son los dones y el llamamiento de Dios”. Si
Nuestro Padre Celestial te ha llamado no desperdicies la oportunidad, ya
que el llamado no es negociable (Ef 1:4-6) “4 según nos escogió en Él
antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha
delante de Él, 5 en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su Voluntad,
6 para alabanza de la gloria de su
Gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”. El cristianismo es algo que sucede, algo que nos confronta,
algo que nos llama. Nosotros no podemos sanar al cojo, nosotros
no producimos milagros; es Jehová Dios, siempre ha sido Dios,
cuando Él quiera, como Él quiera y a quién Él quiera sanar
y usar en su Perfecta Voluntad.
¿POR
QUÉ PONER LOS OJOS EN SERES MORTALES? (Isaías 42:8,9) “8 Yo Jehová; este es mi
Nombre; y a otro no daré mi
gloria, ni mi alabanza a esculturas. 9 He aquí se cumplieron
las cosas primeras, y Yo
anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, Yo os las haré notorias”. La respuesta de todo ministerio, de todo predicador y siervo de Dios
debe darle la Gloria a Dios, con
toda humildad y el énfasis
y por la fuerza necesaria que nos da
El Padre Celestial. (Isaías
48:11); “Por Mí, por amor de Mí mismo lo haré, para que no sea amancillado Mi Nombre,
y Mi honra no la daré a otro”.
La gente siempre tiende a poner sus ojos
en los instrumentos y no en la fuente.
Aquí está el meollo de todo el asunto; lo importante no era el milagro,
sino hacía donde apuntaba. (Juan 5:22,23)
“22 Porque el Padre a nadie juzga, sino
que todo el juicio dio al Hijo, 23
para que todos honren al Hijo como
honran al Padre. El que no
honra al Hijo, no honra al
Padre que le envió”. Esta debe ser siempre nuestra pregunta cuando
veamos alguna señal o algo sobrenatural. ¿Qué importa mi sueño, mi visión,
lo que sentí, lo que vi, o lo que Dios está haciendo a través de mi vida?
Lo que importa es el propósito, ¿a dónde me lleva? ¿A Dios, al mundo o a la
confusión? ¿Mi gloria o la de Jesucristo?
La gente siempre se queda en el “fenómeno”. Por ésta razón, no predico acerca de milagros si no de: Jehová
Dios, Jesucristo y del Espíritu Santo.
El
llamamiento irrevocable es soberano, por ejemplo, tenemos el llamado de Saúl,
que fue ungido como rey mientras estaba buscando las asnas de su padre; y muchos hemos sido llamados mientras buscábamos
satisfacer nuestros propios deseos, pero hemos dejado las asnas y los deseos una vez que hemos sido
llamados. El llamamiento de Jehová
Dios es Santo, y por cuanto Aquel que nos llamo es Santo, seamos nosotros
santos también. (Filipenses 3:13,14) “13
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome
a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús”. Si no
vivimos en santidad es porque no hemos recibido este llamamiento irrevocable.
Tengamos presente algo, nuestro llamamiento es un llamamiento soberano, un
llamamiento que ha venido de lo alto, un llamamiento que eleva nuestro corazón,
y lo levanta a la altura de Dios, en la eternidad del cielo y la santidad de
Él.
(Hebreos
3:1) “Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial,
considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús”.
Aquí se nos presenta el llamamiento como celestial. Y la pregunta podría ser.
¿Por quién hemos sido llamados, por el hombre o por Dios? Si un hombre te ha
llamado, con todo el respeto que te mereces, no has recibido el verdadero
llamamiento de Dios. Tiene que haber evidencia si Dios te llama Por medio de
algún ungido de Él. Este llamamiento es celestial y encamina al cielo, y
podemos decir con todo nuestro corazón, quiero contemplar el rostro de aquel
que me llamó.
El
llamamiento irrevocable es para libertad no para esclavitud: Jesús
dijo no había venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. (1Pedro 2:9,10) “9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios,
para que anunciéis las virtudes de
aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 vosotros
que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia”. ¿Ha sido este tu llamamiento? ¿Vivías
en tinieblas cuando Jesucristo se te manifestó? Si no caminas en luz,
lamentablemente no has sido llamado con este llamamiento. (Gálatas 5:13) “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne,
sino servíos por amor los unos a los otros”. ¿Han sido rotas las cadenas de tu
pecado? ¿Eres una persona libre? El esclavo no ha sido llamado. Es el hombre
libre que ha sido sacado de Egipto, si no somos libres no hemos sido llamados. (1Corintios 1:9) “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor”.
El llamamiento es irrevocable
mientras nos mantengamos en el llamado dando los frutos dignos de
arrepentimiento, que debe dar este llamado, que es una obra de la
gracia de Dios, y una señal segura de mi predestinación. Como dice (Romanos 8:30) “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los
que justificó, a éstos también glorificó”.
Así comienza el Evangelio,
Dios ideó un plan de Salvación desde
antes de que tú y yo naciéramos. Esto se propuso desde el principio
cuando creó al hombre; nada le tomó por sorpresa. Y ahora se ha manifestado en
Jesucristo. Todos los profetas anunciaron a este Mesías. Nosotros somos
testigos de esto, y es por la fe en su Nombre
“Jesús de Nazaret”. (Hch 3:19,20) “19 Así que, arrepentíos y convertíos,
para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la
presencia del Señor tiempos de refrigerio, 20 y él envíe a Jesucristo, que
os fue antes anunciado”.
NUESTRA
ACTITUD ANTE EL LLAMADO DE DIOS: Cómo ejemplo tenemos a Jonás (Jonás 2:8-10) “8
Los que siguen vanidades ilusorias,
su misericordia abandonan. 9 Mas
yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; Pagaré lo que prometí. La
salvación es de Jehová. 10 Y
mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra”. Jehová Dios ha mostrado su misericordia para con sus
hijos a pesar estos ignoran su llamamiento. Tal es el caso de Jonás, hombre
elegido por Dios para predicar su Palabra. Sin embargo, este hombre se encontró con grandes y únicas pruebas
debido a su desobediencia y necedad, las cuales se apartaron de él por su
arrepentimiento y sometimiento a la palabra de Dios.
¿Qué
debemos de hacer cuando recibimos el llamamiento de Dios?
Lo debemos de aceptar con mucho gozo; Llenos de fe y amor, debemos de entregarnos a la Perfecta
Voluntad del Padre, entonces, Él obra a través de nosotros. Jesucristo, quien es el más elevado y
perfecto ejemplo de aceptación y cumplimiento del plan de salvación y gracia de
Dios. Profetas y apóstoles, seguidores fieles que aceptaron el llamado
de Dios a través de Jesucristo y no temieron morir por testificar las
bienaventuranzas. Por ningún motivo
debemos de ignorar el llamado de Dios, entonces preferir desobedecer.
Jonás
hizo oídos sordos al llamado de Dios y su actitud provocó el enojo del Padre.
Él simplemente prefirió escapar a otro pueblo antes que viajar a Nínive para
exhortar a este pueblo. Así hay muchos de nosotros que aceptamos el llamado a
medias; Aceptamos su llamado, pero
aún albergamos nuestros propios pensamientos y por esto es que hacemos un
trabajo mediocre. Cuando erramos, el Padre nos prueba, pero aún nos defiende y protege. Jehová Dios es perfectamente correcto:
Por este motivo nos prueba, porque quiere ver hasta qué punto creemos poder
huir de su voluntad. Jehová Dios nos
tiene misericordia infinita: Incluso si nos resistimos e ignoramos su Palabra,
Él sigue cuidándonos y orientándonos al arrepentimiento. Jehová Dios puso en duras pruebas a Jonás, desatando una
terrible tempestad y siendo lanzado al mar, pero al mismo tiempo no dejó de defenderlo y protegerlo (no
murió sino fue tragado por un gran pez).
La
oración es el medio de confesión para el arrepentimiento; La
oración nos acerca a nuestro Padre Celestial: Confesando de corazón y labios
que nos hemos equivocado, agradeciendo, magnificando su Gracia, y
comprometiéndonos a ser verdaderos siervos, podemos volver a ser hallados en
gracia ante nuestro Padre Celestial. La
oración de Jonás glorifica la misericordia del altísimo para con él y a través
de ella este profeta se compromete a servir al Padre. La oración nos
abre las puertas a una segunda oportunidad.
Cuando Jonás terminó de orar, Jehová Dios
mandó al gran pez a vomitar a Jonás en la tierra, dándole libertad para
emprender el plan de Dios.
ACEPTAR
EL LLAMAMIENTO ES: Estar prestos para oír su voz; Así como Samuel lo estuvo
cuando Dios lo llamo a ser su profeta (1 Samuel 1:1-11,20)
“1 Hubo un varón de Ramataim de
Zofim, del monte de Efraín, que se
llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de
Zuf, efrateo. 2 Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de
la otra, Penina. Y Penina
tenía hijos, mas Ana no los
tenía. 3 Y todos los años
aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová
de los Ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees,
sacerdotes de Jehová. 4 Y cuando
llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su mujer, a
todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte. 5 Pero a Ana daba una
parte escogida; porque amaba
a Ana, aunque Jehová no le
había concedido tener hijos. 6
Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le
había concedido tener hijos. 7 Así
hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía.
8 Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué
lloras? ¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón?
¿No te soy yo mejor que diez hijos? 9 Y se levantó Ana después que
hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una
silla junto a un pilar del templo de Jehová, 10 ella con amargura de
alma oró a Jehová, y lloró
abundantemente. 11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo
varón, yo lo dedicaré a
Jehová todos los días de su vida, y
no pasará navaja sobre su cabeza. 20
Aconteció que, al cumplirse el tiempo, después
de haber concebido Ana, dio a
luz un hijo, y le puso por
nombre Samuel, diciendo: Por
cuanto lo pedí a Jehová”.
ACEPTAR
EL LLAMAMIENTO ES: Tener fe en la Palabra Escrita de Jehová Dios; Muchas veces
somos llamados por Dios, somos capaces de aceptar la palabra de Dios, pero no
tenemos la suficiente fe para convertir en hecho su plan divino. (Heb. 11:39,40)
“39 Y todos éstos, aunque
alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; 40 proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no
fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros”. Si tenemos el llamado Santo de Dios, tenemos que confiar en que
podemos hacerlo. Ante esto,
debemos clamar por esta virtud divina de la fe, la cual es requisito
indispensable si queremos convertirnos en fieles servidores y hacedores del
plan Divino de nuestro Padre Celestial.
JEHOVÁ
DIOS ANDA EN BUSCA DE VALIENTES Y ESFORZADOS: 1)
Debes tener certeza de que tu eres una persona con un potencial provisto por
Dios, y que puedes usarlo para Él. 2)
Puedes ser un valiente para Jesucristo. 3)
¿Estás haciendo algo para lograr el objetivo, y ser un valiente para Jesucristo?
4) No se puede mantener un
ministerio poderoso sin una vida de oración. La idea central es que Jehová Dios
te ha dado dones, talentos y habilidades especiales. Podemos emplear estos
dones y ser valiente para Jesucristo y para Dios. (1 Pedro 4:10) “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a
los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”. (Salmo 101:6) “Mis ojos pondré en los
fieles de la tierra, para que estén conmigo; El que ande en el camino de la
perfección, éste me servirá”.
El
llamado de Eliseo es un ejemplo que me gusta mucho en lo particular (1 Reyes
19:19-21) “19 Partiendo
él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de
sí, y él tenía la última. Y pasando
Elías por delante de él, echó
sobre él su manto. 20 Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías,
y dijo: Te ruego que me dejes besar a
mi padre y a mi madre, y luego
te seguiré. Y él le dijo: Vé,
vuelve; ¿Qué te he hecho yo?
21 Y se volvió, y
tomó un par de bueyes y los
mató, y con el arado de los
bueyes coció la carne, y la
dio al pueblo para que comiesen. Después
se levantó y fue tras Elías, y le servía”. El llamado de Eliseo fue un llamamiento sorprendente, e inesperado para él, Elías lo halló en el campo, no leía, ni
oraba, ni ofrecía sacrificios, sino arando. (Lucas 9:62) “Y Jesús le dijo: Ninguno
que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”. Aunque era hombre rico,
dueño del terreno, de doce yuntas de bueyes y de muchos siervos, no desdeñaba
poner las manos en el arado, un oficio honrado en este mundo no nos desvía del
llamamiento Celestial. Tal así cómo fueron tomados los pescadores por Jesús.
Queridos
hermanos, quiero terminar con este otro ejemplo, porque si estamos pecando si
pensamos que no podríamos ser capaces de llevar adelante los planes de Dios en
nuestras vidas. Lo
que hagas en esta vida produce eco en la eternidad. Quiero que por
favor te pongas sobre tus pies, porque Jehová Dios te va a hablar en este libro de: (Daniel 10:11,12) “11 Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te
hablaré, y ponte en pie;
porque a ti he sido enviado ahora.
Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando. 12 Entonces me dijo: Daniel,
no temas; porque desde el primer día que
dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu
Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras Yo he
venido”. Jehová Dios está bajo control de cada situación, de manera que
es nuestra decisión de servir con ahínco y firmeza al Señor Jesucristo sin
dejar de pensar que Jesucristo y nadie más que Jesucristo maneja los tiempos y
las sazones.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo:
Víctor. Si
usted no tiene la intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de
entregarla a otra persona interesada. Para la difusión gratuita entre
cristianos, se permite fotocopiar esta hoja (por favor no cambiar el texto).
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