23 de Julio de 2017
“NO ES CUESTIÓN DE OÍR SINO DE HACER”
Jesús
quería pasar inadvertido, pues llegó no abiertamente sino en secreto, como de incógnito,
sin embargo, el resultado es que todo el pueblo se dio cuenta de que Jesús ahí
estaba, (Juan 7:10–16) “10
Pero después que sus hermanos habían
subido, entonces Él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino
como en secreto. 11 Y le
buscaban los judíos en la fiesta, y decían: ¿Dónde está aquél? 12
Y había gran murmullo acerca de Él entre la multitud, pues unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino
que engaña al pueblo. 13 Pero
ninguno hablaba abiertamente de Él, por miedo a los judíos. 14 Mas a la mitad de la fiesta subió
Jesús al templo, y enseñaba. 15
Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras,
sin haber estudiado? 16 Jesús
les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió”.
A pesar de que su idea era no ser
visto, el celo por la predicación lo lleva al templo, y todos lo reconocen.
Esta es una de las características
naturales del cristiano: No puede pasar inadvertido, todo el
mundo se da cuenta. Quien
tiene a Jesucristo porque no lo puede ocultar y quien no lo tiene no lo
puede fingir. Y es que la vida, el pensamiento, las actitudes, en fin,
todo el ser del cristiano le descubre como seguidor(a) del Maestro. Su ansia de comunicar el Evangelio, le
hace ponerse al descubierto, aun en circunstancias que pudieran considerarse
peligrosas.
Jesucristo
ha venido para llamarnos a la conversión. No quiere
que lo pasajero nos domine. Tampoco
nos quiere cautivos de nuestras pasiones desenfrenadas, pensando que es lo
único que nos da felicidad. Quien
tenga sólo la visión de lo temporal y de la satisfacción de sus gustos
personales no podrá vivir el amor fraterno; antes al contrario se convertirá en
el peor azote para los demás. Sólo
en Jesucristo encontramos el verdadero camino que nos conduce a la verdadera
paz, a la auténtica felicidad: el amor en su doble dimensión, a Dios y al
prójimo. No importaría tener todos los bienes materiales y el disfrutar
pasajeramente de los placeres de este mundo. Mientras no haya alguien a quien amemos y nos ame en profundidad,
nuestra vida no tendrá sentido alguno. Jesús no sólo nos habla del amor de Dios hacia nosotros; Él mismo es
la manifestación del amor que Dios nos tiene.
Por
medio de los Salmos Jehová Dios nos dice; Que
está dispuesto a librarnos de temores, angustias, desencantos
y penas del corazón, (Salmos 34:18,19)
“18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.
19 Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová”. Jehová Dios nos ama
profundamente, pero no nos promete una vida fácil y sin dificultades; sin
embargo, cuando nos sentimos agobiados, nuestro Padre Celestial nos promete
librarnos de todo lo que nos cause males y sufrimiento. En este divino intercambio, nos acercamos más a Dios cómo Padre: Jehová
Dios, está cerca para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos (Salmo 34;1-9) “1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. 2 En
Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se alegrarán. 3 Engrandeced a Jehová conmigo, y
exaltemos a una su Nombre. 4 Busqué
a Jehová, y Él me oyó, y me
libró de todos mis temores. 5
Los que miraron a Él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados. 6 Este
pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias. 7 El
ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. 8 Gustad,
y ved que es bueno Jehová dichoso el hombre que confía en Él. 9 Temed a Jehová, vosotros sus santos,
pues nada falta a los que le temen”.
CARACTERÍSTICAS
DE UN CORAZÓN ENFERMO (2
Crónicas 12:14) “E hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para buscar a
Jehová”. Millones de personas mueren por
causa de las enfermedades cardiovasculares y hoy en día constituyen una de las
principales causas de muerte entre la humanidad. Estas enfermedades afectan directamente al corazón y generalmente
son resultado de la ansiedad en exceso, muy conocido por los médicos cómo: (stress)
excesivo que se vive, la mala alimentación y los problemas. El corazón funciona como una gran bomba
la cual bombea la sangre a todas las partes del cuerpo a través de las venas,
arterias y tubos capilares, pero en las Sagradas Escrituras, el corazón es más
que una bomba, es el centro donde nacen nuestros sentimientos y
emociones, y si éste está enfermo por el pecado, todo el hombre interior y
exterior está dañado por el pecado y nos conduce a la condenación eterna. Por
ello nuestro Señor Jesucristo dijo que es del corazón malo de donde salen todas
las maldades que actualmente conocemos. (Mateo
15:19) “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios,
los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las
blasfemias”. En las Sagradas
Escrituras, encontramos el ejemplo del rey Roboam el cual nunca dispuso su
corazón para seguir a Dios y esto lo llevo a la desgracia. Veamos que, así como los médicos se
auxilian de los signos y síntomas de una persona para identificar la enfermedad
de una persona, así nosotros podemos identificar ciertas señales externas e
internas que nos puede ayudar a identificar un corazón enfermo.
NO
ESCUCHA EL CONSEJO DE DIOS. (2 Crónicas 10:12-14) “12 Vino, pues, Jeroboam con todo el
pueblo a Roboam al tercer día, según el rey les había mandado diciendo: Volved
a mí de aquí a tres días. 13 Y el
rey les respondió ásperamente; pues dejó el rey Roboam el consejo de los
ancianos, 14 y les habló conforme al
consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo
añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo con escorpiones”.
Una de las caracterizticas de un
corazón enfermo es que no está dispuesto a oír el consejo de Dios. Para la época de Roboam, los reyes
acostumbraban oír el consejo de los ancianos ya que ellos eran los más sabios
del pueblo; sin embargo, Roboam decidió oír más el consejo de los
jóvenes que se habían criado con él, y esto lo llevo a perder diez tribus de
Israel. Muchas personas como Roboam
también han cerrado sus oídos a Dios, no consideran el camino que Jesús ofrece,
sino por el contrario, siguen el consejo y sabiduría de este mundo lo cual los
conduce a la tragedia, desilusión, fracaso y condenación. (Proverbios 16:25) “Hay camino que
parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte”.
PIERDE
LA SENSIBILIDAD HACIA DIOS Y SE HUNDE EN EL PECADO. (2 Crónicas 12:1)
“Cuando Roboam había consolidado el reino, dejó la ley de Jehová, y todo Israel
con él”. Otra característica de las
personas que no tienen un corazón perfecto para Dios es que pierden
completamente su sensibilidad hacia Dios y se hunden en el pecado.
Roboam fue una persona que de alguna manera conocía la ley de Dios, sin
embargo, no dispuso su corazón para obedecer, antes siguió el mal camino para
perseverar en el pecado: (2 Crónicas
12:14) “E hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para buscar
a Jehová”. Hoy en día, muchas personas no están dispuestas a obedecer la palabra de Dios, antes
deciden amar más el pecado que al mismo Dios. (Juan 3:19) “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y
los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas”. Así los hombres que poseen un corazón
enfermo aman más el pecado que el camino de salvación.
SON
DE DOBLE ÁNIMO. (2 Crónicas 12:5,6) “5 Entonces vino el profeta Semaías a
Roboam y a los príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por causa
de Sisac, y les dijo: Así ha dicho Jehová: Vosotros me habéis dejado, y yo
también os he dejado en manos de Sisac. 6
Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y dijeron: Justo es Jehová”. Roboam fue una persona inconstante en
toda su vida a tal punto que cuando por causa de su pecado venía el castigo
sobre él, corría a Dios implorando su misericordia, pero solo lo hacía durante
la crisis, ya que nunca estuvo dispuesto a convertirse de corazón. Aunque Dios es: (Salmo 103:8) “Misericordioso
y clemente es Jehová; Lento para la ira, y Grande en Misericordia”. Por su falso arrepentimiento, nunca lo
liberaba completamente de sus problemas. (2 Crónicas 12:7,8) “Y cuando Jehová vio que se habían humillado,
vino palabra de Jehová a Semaías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré;
antes los salvaré en breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalén por mano
de Sisac. Pero serán sus siervos, para que sepan lo que es servirme a mí, y qué
es servir a los reinos de las naciones”. Muchas
personas de hoy son como Roboam, los cuales no quieren dar su corazón a Dios,
éstos corren a Él cuando se ven
abatidos por los problemas de la vida; pero cuando se ven aliviados vuelven a sus malo hábitos. Sin
embargo, nuestro Padre Celestial, demanda un verdadero arrepentimiento. (Santiago 4:8) “Acercaos a Dios, y él
se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble
ánimo, purificad vuestros corazones”.
VIVEN
EN UN MUNDO DE APARIENCIAS. (2 Crónicas 12:9-11)
“9 Subió, pues, Sisac rey de Egipto
a Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa
del rey; todo lo llevó, y tomó los escudos de oro que Salomón había hecho. 10 Y en lugar de ellos hizo el rey
Roboam escudos de bronce, y los entregó a los jefes de la guardia, los cuales
custodiaban la entrada de la casa del rey. 11
Cuando el rey iba a la casa de Jehová, venían los de la guardia y los llevaban,
y después los volvían a la cámara de la guardia”. Otro signo de un corazón enfermo es que se acostumbra de vivir de
apariencias. Cuando Roboam
heredo el reino, lo heredo con grandes riquezas, pero por su rebeldía lo perdió
cuando Sisac lo invadió robándole todos los tesoros que sus padres habían
acumulado y entre estos los escudos de oro que su padre Salomón había hecho.
Para poder disimular el asunto mando a hacer escudos de bronce los cuales se
parecían a los originales de oro, fingiendo así en medio del pueblo que todavía
los poseía. Muchas personas como
Roboam viven en un mundo de mentiras, muchos fingen ser felices con lo que este
mundo les ofrece. Muchos
viven sufriendo las consecuencias de sus pecados, pero se consuelan con el
placer temporal que el pecado les ofrece. (Hebreos 11:24-26) “Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó
llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el
pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por
mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque
tenía puesta la mirada en el galardón”. La
carta a los Hebreos nos ofrece un buen ejemplo de esto. Moisés tuvo la oportunidad de gozar de
los placeres temporales que Egipto le ofrecía, sin embargo, decidió antes
sufrir con el pueblo y tener en alto las riquezas de Dios para heredar el
galardón completo.
Roboam
jamás dispuso su corazón para seguir a Dios y esto lo llevo a una vida de
fracaso y condenación, sin
embargo, el deseo de Dios es transformar nuestro corazón para que podamos llevar
una vida de victoria y alcanzar la salvación de Dios y para ello necesitamos
que Jesús transforme nuestra vida. (Proverbios
23:26) “Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos”.
Cómo
mencionamos anteriormente, la sanidad del alma se fundamenta en el propósito
que Jehová Dios tiene para la vida de sus hijos.
REITERO, pues, es de suma importancia
lo que Nuestro padre Celestial, por medio del apóstol Pablo nos dice en
Filipenses: (Fil. 1:6) “Aquel que
comenzó la buena obra LA PERFECCIONARA
hasta el día de Jesucristo”. Esto nos
enseña que desde el día que aceptaste a Jesucristo en tu vida, Jesucristo y el
Espíritu Santo, comenzaron un proceso que habrá de continuar hasta que
Jesucristo venga, por segunda vez a buscar a su iglesia, en cada uno de sus
hijos. El propósito de Jehová Dios es no dejar nada incompleto en sus
hijos, perfeccionando sus vidas mediante una sanidad total.
Otra
expresión de Jehová Dios por medio del apóstol Pablo sumamente importante es la
de (1 Tesalonicenses 5:23) “Y
el mismo Dios de paz os santifique
por completo; y todo vuestro
ser, espíritu, alma y cuerpo, sea
guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”, aquí nuevamente por medio del apóstol
afirma que Dios dará fin a la obra que comenzó en sus hijos. En esta
obra gradual, cada parte será finalizada por Dios; y el texto hace referencia a
tres áreas de la vida donde se efectuará esta obra: espíritu, alma y cuerpo. Se hace referencia, en ambos casos,
al día en que Jesús vendrá a buscar a los suyos. Y la iglesia de Dios, está de
alguna manera, llamada a prepararse para ese día. Las Sagradas Escrituras, enseñan que Jesucristo viene a buscar a su
iglesia, pero no a una iglesia cualquiera, ni a una determinada denominación
religiosa; El viene a buscar una iglesia sin manchas y sin arrugas. Una
iglesia libre de pecado al que El haya sanado todas y cada una de sus heridas. Entonces decimos que la sanidad interior
es la obra de Jesucristo en armonía con el Espíritu Santo, sanando, limpiando y
liberando las áreas del espíritu, alma y cuerpo, con la finalidad de que el
creyente viva y experimente el Señorío absoluto de Jesucristo y la plenitud del
Espíritu Santo sobre su vida.
El músculo conocido
como el corazón se considera como el centro de la vida física. Es el enfoque de
todas las funciones vitales del cuerpo. Sin embargo, en el
sentido figurado, el corazón se ha venido a conocer como el centro mental y
espiritual de la persona. El corazón,
en lenguaje de las Sagradas Escrituras, está muy conectado con el intelecto
(Mateo 13:15) “Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado
sus ojos; Para que no vean con
los ojos, y oigan con los
oídos, y con el corazón
entiendan, y se conviertan,
y Yo los sane”, LOS PENSAMIENTOS (Lucas 6:45) “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca
lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón
habla la boca”, ACTITUDES (Hebreos
4:12) “Porque la palabra de Dios
es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el ALMA y el
ESPÍRITU, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”, DECISIONES (Prov. 16:1) “Del hombre
son las disposiciones del corazón; Mas de Jehová es la respuesta de la lengua”; (2 Cor. 9:7) “Cada uno dé como propuso en su corazón:
no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”, DESEOS (Salmo 37:4) “Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón”;
(Rom. 1:24,25) “24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las
concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios
cuerpos, 25 ya que cambiaron la
verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes
que, al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén”, EMOCIONES
(Salmo 4:7) “Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando
abundaba su grano y su mosto”; (Juan
16:6) “Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro
corazón”, y VERDADERO CARÁCTER de la persona (1 Sam.
16:7) “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande
de su estatura, porque yo lo desecho; porque
Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová
mira el corazón”.
Tomando todo esto en
consideración,
es importante saber sobre la
naturaleza del corazón. Las
Sagradas Escrituras, nos enseñan claramente que el corazón es algo en que no
podemos confiar. Considera lo que dice Jeremías (Jer 17:9) "Engañoso
es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá?" Claro, la pregunta "quien lo conocerá" es retórica. La respuesta es obvia: nadie lo puede
entender, solo Jehová Dios, lo conoce. Jesús dijo: (Mat 15:19) “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los
adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las
blasfemias”. Lo que nos hace impuros no es lo que entra en la boca,
sino lo que sale del corazón. El
corazón es la fuente de los obstáculos entre la confianza y fe que debemos
tener. Por esto (Prov. 28:26)
dice, "El que confía en su
propio corazón es necio; Mas el
que camina en sabiduría será librado" ¿Cómo debemos caminar? Con
sabiduría. ¿De dónde viene? De Jehová Dios cómo lo dicen las Sagradas
Escrituras (Prov. 2:6) “Porque Jehová da la sabiduría, y
de su boca viene el conocimiento y la
inteligencia”; (Sant. 1:5) “Y
si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a
todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”; (2 Tim 3:15-17) “15 y
que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden
hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16 Toda la Escritura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, 17 a fin de que el hombre
de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Es Jehová Dios quien dirige nuestros
pasos (Prov. 20:24) “De Jehová son los pasos del hombre;
¿Cómo, pues, entenderá el hombre su
camino?”. Ora por un corazón puro y deja que las palabras de Jesús vivan en
ti ricamente. ¡Ora que tu motivación sea Jehová Dios por medio de Jesucristo
y Su amor!
Preguntémonos
si consideramos a las tribulaciones como un medio para acercarse a Jehová Dios,
nuestro padre Celestial, o más bien excusas para alejarse de Él.
El sufrimiento y las dificultades son oportunidades para acercarnos a nuestro
Padre y Dios, si tenemos esperanza y fe. Jehová
Dios cómo nuestro Padre Celestial nos ha prometido fortaleza, sabiduría, guía y
misericordia. Volvámonos al Señor y Él nos recibirá. ¡Qué asombroso es el plan de Dios! No
sólo nos ofrece liberación, sino que usa la adversidad como ocasión para
hacernos experimentar el amor y la compasión. A pesar de que seamos malinterpretados o incomprendidos esforcémonos
constantemente en amar y en llamar a todos a dejar sus egoísmos y a vivir en el
amor. Sólo así podremos
encontrar la auténtica paz y la felicidad verdadera. ¡¡¡Padre, Tú conoces nuestras debilidades.
Enséñanos a esforzarnos con alegría y seguir confiadamente tus caminos.
Ayúdanos a darnos cuenta de lo cerca que estás de los que te necesitan!!! Que
el Padre Dios te bendiga y te proteja, te mire con agrado y te muestre su
bondad. Que el Padre Dios te mire con amor y te conceda la paz.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor. Si usted no tiene la
intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra
persona interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar
esta hoja (por favor no cambiar el texto).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario