LA SANIDAD INTERIOR; Miércoles, 21 de
julio de 2017
INTRODUCCIÓN: (sanidad interior) A veces no
entendemos porque somos rebeldes a Dios, o porque herimos a nuestros seres
amados, o porque no crecemos en el Señor Jesucristo… aunque Israel era el
pueblo de Dios, siempre su actitud hacia Dios era la de un pueblo pagano, a veces
comparado con Sodoma y Gomorra… por qué? Es esencial un acercamiento genuino a
Dios, donde permitimos su obra en los más profundo de nuestro ser...
I. ¿QUÉ ES LA SANIDAD INTERIOR?
A) Es un proyecto divino que procura la
restauración del hombre.
Nota:
Jehová Dios ha diseñado restaurar al hombre caído y a la creación que sufrió
las consecuencias de ésta caída en el Edén. Al principio el hombre era
completamente espiritual (quiero decir su espíritu gobernaba su ser), pero con
la caída se volvió almática, víctima de sus pasiones y sentimientos (perdiendo
las virtudes del principio).
Es por
esta razón que el hombre debe ser redimido en su totalidad, espíritu, alma y
cuerpo (Éste cuerpo es sanado y será transformado, nuestra alma es restaurada y
transformada, y nuestro espíritu recibe nueva vida y restauración, pues las
sagradas Escrituras, hablan del espíritu algunas aflicciones, por eje. “tribulación de espíritu”,
“quebrantamiento y aflicción de espíritu” y otros). Esto implica un trabajo
desde lo profundo del hombre, desde su corazón (por eso la expresión
"sanidad o sanación interior"), hablamos de salvación, restauración,
sanidad, liberación, santificación…
B)
Es un proceso divino (No es algo inmediato, se inicia con el nuevo nacimiento).
C)
Es un tratamiento divino (Es una obra de Dios; sólo él puede sanar y restaurar
el corazón del hombre, pues al fin y al cabo es su Creador).
II.
RESULTADOS DE LA SANIDAD INTERIOR:
A)
UNA VIDA SANA. Nota:
Hablamos de una sanidad integral = en el cuerpo, alma y espíritu. Por Ej: la
falta de perdón produce multiples enfermedades (por ej: en el corazón, la piel,
parálisis, tumores, etc), un ejemplo en
las Sagradas Escrituras, lo vemos en Ana, esposa de Elcana (1 Sam. 1:1-7) “1Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se
llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf,
efrateo. 2 Y tenía él dos mujeres;
el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas
Ana no los tenía. 3 Y todos los años
aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová
de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees,
sacerdotes de Jehová. 4 Y cuando
llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su mujer, a
todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte. 5 Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque
Jehová no le había concedido tener hijos. 6
Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le
había concedido tener hijos. 7 Así
hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual
Ana lloraba, y no comía”.
B)
UNA VIDA SANTA. Nota: Una
vida que camina en la voluntad de Dios, una vida que irradia la presencia de
Dios. La santidad es el resultado de un corazón sano y restaurado.
C)
UNA VIDA DE SERVICIO. Nota: Es
decir llevaremos fruto para Dios, seremos vasijas que portan la gloria de Dios,
que llevan la unción del Espíritu Santo, el apóstol Pedro lo dijo: “de lo que
tengo te doy”. La sanidad interior nos hace instrumentos idóneos para Dios.
III.
EL FUNDAMENTO DE LA SANIDAD INTERIOR:
A)
El sacrificio de Cristo, (Isa. 53:4,5) “4 Ciertamente llevó él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por
herido de Dios y abatido. 5 Mas él
herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de
nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. Nota: Jesús sufrió todo esto no sólo
para darnos seguridad de la salvación eterna en el cielo, sino para darnos
sanidad aquí en la tierra: (Lucas
4:16-19) “llevó nuestras enfermedades… sufrió nuestros dolores… por su llaga
fuimos nosotros curados…”. Esto lo demostró Jesús aún en su ministerio terrenal
antes de la cruz: la frase: “Me ha enviado a sanar a los quebrantados de
corazón”. Nos habla de una labor al interior del hombre (esto es sanidad
interior) en corazones quebrantados, que según el término griego quiere decir
que han sido despedazados, estropeados, quebrados, derrotados completamente…
Así como también cuando nos habla de libertar a los cautivos y oprimidos, no
habla de cárceles físicas, sino espirituales… (Muchas cosas en nuestra vida
provocaron el quebrantamiento o heridas del corazón, y el encarcelamiento
emocional).
B)
La Palabra de Dios, (Sal. 107:20) “Envió
su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina” y (Heb. 4:12) “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más
cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el
espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las
intenciones del corazón”. Nota: la
Palabra de Dios produce vida, es cortante (como un bisturí que corta los
tumores del pecado), genera orden en la estructura del ser humano (espíritu,
alma y cuerpo) y saca a la luz las malas intenciones de nuestro corazón…
C)
La acción sobrenatural del Espíritu Santo, (Isa. 61:1-4) “1El
Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha
enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de
corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la
cárcel; 2 a proclamar el año de la
buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a
todos los enlutados; 3 a ordenar que
a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en
lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán
llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. 4 Reedificarán las ruinas antiguas, y
levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas,
los escombros de muchas generaciones”. Nota:
Éste pasaje nos expresa la voluntad de Dios para su pueblo: sanidad de corazón,
sanidad física, libertad para aquellos que están en cárceles espirituales,
consolación, gozo, reedificación, restauración… Hoy día estamos en el
ministerio del Espíritu Santo y esto es lo que él quiere traer a su
pueblo.
Reflexión: Jehová
Dios quiere trabajar en lo profundo de tu corazón, traer libertad, sanidad,
restauración y orden a tu corazón, Jehová Dios requiere un acercamiento
sincero, genuino, humilde, que reconoce su condición y necesidad, el Espíritu
Santo quiere ayudarte. Permitamos a Jehová Dios hacer su obra en nosotros. En
Jesucristo encontramos la sanidad interior. Podemos ver la sanidad
interior y su importancia en la vida de José el hijo de Jacob: (Génesis 42:7,9) “José reconoció a sus
hermanos en cuanto los vio; pero hizo como que no los conocía, y hablándoles
ásperamente les dijo: ¿De dónde habéis venido?... De Canaán, para comprar
alimentos… y les dijo: Espías sois”. Las
Sagradas Escrituras nos enseñan que José ha tenido un respaldo maravilloso de
Dios. De tal forma que ahora era el gobernante de la tierra, era quien vendía
trigo a todos los pueblos (Génesis 42:6) “Y José era el señor de la tierra,
quien le vendía a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José,
y se inclinaron a él rostro a tierra”. Era un hombre de poder y autoridad, el
faraón tenía completa confianza en él. Entonces desde el punto de vista norma y
natural José estaba en su mejor tiempo. Sin embargo, aparecen sus hermanos y
traen con ellos los tristes y dolorosos recuerdos de la adolescencia de José y
las difíciles relaciones que hubo entre ellos.
Como cualquier persona, José reacciona
ante la presencia de sus hermanos de acuerdo a las heridas producidas años
atrás (dolor y heridas que no habían sido
curadas), habían transcurrido unos
veintidós años, y José los trató como enseña las Sagradas Escrituras, con
indiferencia, aspereza, también los acusa de ser espías y finalmente los envió
a la cárcel por tres días (Génesis
42:17) “Entonces los puso juntos en la cárcel por tres días”. Esto nos deja ver que el paso del tiempo
no sana por si solo las heridas, pues quien realmente sana las heridas del
corazón se llama Jesucristo, es él quien con su poder y amor trae sanidad interior.
Las reacciones que podemos ver en de José son un espejo de las nuestras cuando
no hemos sanado el corazón, es decir cuando no hemos perdonado. La indiferencia (“hizo como que no los
conocía”) con la cual se procura ignorar la realidad, la aspereza (“hablándoles ásperamente”) con la que
se busca demostrar la ausencia de cualquier debilidad, y la falsa acusación y
encarcelamiento de sus hermanos. Estos son actos con los cuales probablemente
quería que sintieran el dolor que él vivió años atrás cuando lo lanzaron a una
cisterna (estos son los deseos de venganza o justicia propia, muy ocultos en el
corazón herido, al igual que aquellos deseos de fracaso ajeno por las
injusticias recibidas).
Es muy interesante ver que es posible
vivir, alcanzar éxitos y grandes metas, y aun llegar a gobernar con el corazón
herido. A pesar de aquellos grandes logros José requería la sanidad de su
corazón, y es Dios mismo quien prepara el escenario.
No importa cuánto poder o unción
llegues a alcanzar, o cuan prospero llegues a ser, o los niveles de autoridad a
los cuales el Señor te permita llegar, siempre estaremos aprendiendo y siendo
procesados por las poderosas y bondadosas manos del Alfarero, quien da la forma
a la vasija como él quiere. Es muy importante que la sanidad interior
venga al corazón del hijo de Dios, que éste la acepte y asimile, pues de lo
contrario el corazón herido dañará a los que están bajo su dirección, por su
inseguridad emocional provocará deserción en sus filas y conducirá al caos y
fracaso a aquellos que dirige (esto es su familia, iglesia, empresa,
ministerio, entre otros).
Conclusión: Perdonar es un estilo de
vida, nos acerca a Dios, nos libra de la amargura, de la tristeza y trae
sanidad y libertad. La
sanidad interior nos conduce por el camino del propósito divino, y esa sanidad,
esa libertad, será cada vez mayor y como un bálsamo del Dios sanador y
restaurador, que nos impulsa y fortalece a seguir por la senda del llamado del
Señor Jesús.
Salmos 3:5,6 "Fíate de Jehová de todo tu
corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus
caminos, Y él enderezará tus veredas."
Salmos 34:15;17 "Los ojos de Jehová están sobre
los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos. Claman los justos, y Jehová
oye, Y los libra de todas sus angustias."
Salmos 41:4 "Yo dije: Jehová, ten misericordia
de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado."
Salmos 46:1 "Dios es nuestro amparo y
fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones."
Salmos 55:22 "Echa sobre Jehová tu carga, y él
te sustentará; No dejará para siempre caído al justo."
Salmos 73:26 "Mi carne y mi corazón
desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre."
Salmos 103:3 "El es quien perdona todas tus
iniquidades, El que sana todas tus dolencias"
Salmos 107:20 "Envió su palabra, y los sanó, Y
los libró de su ruina."
Salmos 120:7 "Yo soy pacífico; Mas ellos, así
que hablo, me hacen guerra."
Salmos 147:3 "El sana a los quebrantados de
corazón, Y venda sus heridas."
Filipenses 3:13,14 " Hermanos, yo mismo no pretendo
haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda
atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús."
Isaias 41:10 "No temas, porque yo estoy
contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te
ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia."
Mateo 11:28-30 "Venid a mí todos los que estáis
trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y
aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga."
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