07 de Mayo de 2017
UN NUEVO COMIENZO EN MI RELACIÓN CON MI PADRE CELESTIAL
EL
HIJO PRÓDIGO: Una parábola que es una de las
enseñanzas de Jesús, que sigue estando vigente para nosotros en la actualidad. De todas las parábolas que Jesús relató, la
que representa el hijo pródigo tal vez sea la más conmovedora y recordada. Este
relato sólo aparece una vez en las Sagradas Escrituras que sólo se encuentra en
el libro de Lucas. A medida que leemos la parábola, no podemos menos que
sentirnos extasiados por el amor del padre por su hijo rebelde; (Lucas 15:11-32), en esta ocasión solo la
vamos a parafrasear pues ya la conocemos todos. La parábola es muy corta. Un
padre tenía dos hijos, y cuando
el menor llegó a la mayoría de edad, le pidió que le diera su parte de la herencia. El padre le concede su petición
y pronto su hijo se va para otro país,
donde malgasta su riqueza con una
forma de vida ostentosa en la que desperdicia y hace toda clase de gastos innecesarios. Después de que ha malbaratado todo su dinero, escasamente logra sobrevivir con un
empleo en el que cuidaba cerdos. Hambriento
y sin dinero, él empieza a recapacitar. Decide volver donde su padre y pedirle perdón por su necia conducta. Espera que su padre lo acepte tan solo como uno de sus siervos.
Para su sorpresa, y el disgusto de su hermano mayor,
su padre le da la bienvenida a su
hijo menor, con una gran
celebración.
Jesús
está usando este relato para enseñarnos del Amor que Jehová Dios el Padre tiene
por cada uno de nosotros. Y, si bien todos
hemos sido pecadores, como lo fue el hijo pródigo, es consolador,
reconfortante, y sí, es casi incomprensible que Jehová Dios el Padre esté dispuesto a aceptarnos de regreso, sin importar los errores que hemos
cometido. Tener en cuenta el
contexto de las Sagradas Escrituras nos ayuda a entender mejor su significado,
y éste es el caso con la parábola del
hijo pródigo. El escenario de esta parábola lo encontramos en (Lucas 15:1,2) donde vemos a los fariseos y a los escribas criticando a Jesús por compartir y comer con
pecadores. Estos líderes
religiosos judíos del primer siglo no pensaban que fuera apropiado para una
persona de Dios interactuar de esta manera con aquellos que no eran justos.
La acusación de los fariseos y los
escribas preparó el escenario para tres parábolas (la tercera de ellas fue la del hijo pródigo), en las que Jesús les
enseña a estas autoridades judías y a nosotros en la actualidad, cómo trata
Dios con los pecadores.
La
primera parábola es acerca de la oveja perdida (Lucas 15:4-7).
En esta parábola, el pastor tiene 100 ovejas. Cuando se le pierde una de ellas,
él deja las 99 restantes para ir a buscar la que se le ha perdido. Después de
encontrarla y traerla a casa, se alegra con sus amigos y vecinos. En las Sagradas Escrituras, con frecuencia
el pueblo de Dios es llamado ovejas o el rebaño de Dios (Mateo 26:31; Lucas 12:32;
Juan 21:17; Hechos 20:28,29). A
los pastores se nos dice que debemos pastorear “el rebaño de Dios”
(1 Pedro 5:2-4) “2 Apacentad la grey de Dios que está entre
vosotros, cuidando de ella,
no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3 no
como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona
incorruptible de gloria”. El
punto de la parábola es que Dios desea traer a todos los que están perdidos
(pecadores) a una relación con Él, y se alegra cuando ellos se arrepienten.
La
segunda parábola es de una mujer que pierde una de sus 10 monedas de plata.
(Lucas 15:8-10) La mujer enciende una lámpara y barre y busca cuidadosamente por
toda su casa buscando la moneda perdida. Cuando la encuentra, también
se regocija con sus amigos y sus vecinos. SIMILITUD
DE LAS PARÁBOLAS. Veamos el tema común de las tres parábolas. Bien sea que
se trate de una oveja perdida, una moneda perdida o un hijo perdido, hay gozo y
regocijo cuando lo que estaba perdido es recuperado. Las parábolas muestran
que a Dios sí le importan los seres humanos y se regocija cuando son rescatados
de los problemas. Y así también deberíamos hacerlo nosotros.
Hablando
de la parábola de la oveja perdida, Jesús explicó: (Lucas 15:7) “Os digo que así habrá más
gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve
justos que no necesitan de arrepentimiento”.
Y más adelante, al hablar de la parábola de la moneda
perdida, dijo: (Lucas 15:10)
“Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se
arrepiente”. Al continuar con el tema
del arrepentimiento, vemos lo
que el hijo pródigo le dijo a su padre cuando regresó: (Lucas 15:21) “Padre, he pecado contra
el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo”. El
regocijo de Dios el Padre y su Familia Espiritual, que incluye a los ángeles,
es producto del arrepentimiento.
ARREPENTIMIENTO: Es un
tema central en la enseñanza de Jesucristo. El énfasis de Jesús en el
arrepentimiento no era un tema nuevo que estaba tocando en estas parábolas. Con
frecuencia, Él hablaba de la necesidad que tenemos de arrepentirnos. Cuando
comenzó su ministerio público, Jesús dijo: (Mateo 4:17) “Arrepentíos,
porque el reino de los cielos se ha acercado”. Ya que el arrepentimiento es un tema tan importante para todos los que
quieren ser parte de la familia eterna de Dios, no debe sorprendernos que Jesús
incluyera esta enseñanza en la parábola del hijo pródigo y en las dos parábolas
que la preceden en Lucas 15. El título de la parábola. Las Sagradas Escrituras, no nos da
específicamente nombres para las parábolas. Los seres humanos les hemos
dado nombres que nos ayudan a identificarlas y recordarlas. Jesús dijo
que Él venía a revelar al Padre (Mateo 11:27) “Todas las cosas me
fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al
Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”; Y la parábola del hijo pródigo
realmente lo hace. De hecho, sí tenemos un Padre Celestial que desea
inmensamente que cada uno de nosotros se arrepienta de sus pecados, para que
podamos ser parte de su familia eterna.
La
manera de comunicarnos con Jehová Dios es a través de la oración.
Pero a lo largo de la humanidad la
gente siempre se ha preguntado cuál es la manera correcta de orar. De hecho, aun los discípulos de Jesucristo le pidieron que les enseñase cómo
hacerlo y, al responderles,
Él les dio un modelo a seguir en
Lucas 11:1-4. Muchos suponen que estos versículos, más conocidos como
el “Padre Nuestro”, registran
las palabras que deberíamos repetir cada vez que oramos. Pero Jesús no
estaba orando cuando las dijo; simplemente
estaba dando un ejemplo de oración.
El
hablar con Jehová Dios es como cuando tú hablas con tu papá natural; A medida que
la conversación avanza, hay participación de ambos lados. Esto es básicamente lo que Dios espera cuando hablemos con Él; Esto
es oración. De hecho, Jesús
mismo nos advierte acerca de no usar vanas repeticiones al hablar con el Padre
(Mateo 6:7) “Y orando, no uséis
vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su
palabrería serán oídos”. Como vemos en
las Sagradas Escrituras, cuando un siervo de Dios apartaba tiempo para orar, lo
más común era que lo hiciera de RODILLAS (1 Reyes 8:54) “Cuando
acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar
de Jehová con sus manos extendidas al cielo”; (Daniel 6:10) “Cuando Daniel supo que el edicto había sido
firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia
Jerusalén, se arrodillaba tres veces
al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios,
como lo solía hacer antes”; (Lucas
22:41) “Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró”; (Hechos 9:40) “Entonces, sacando a
todos, Pedro se puso de rodillas y
oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los
ojos, y al ver a Pedro, se incorporó”; Y
estos dos ejemplos por medio del apóstol Pablo en: (Hechos 20:36) “Cuando
hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos”; Y (Hechos 21:5) “Cumplidos aquellos
días, salimos, acompañándonos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la
ciudad; y puestos de rodillas en la
playa, oramos”.
Pero, también es común hablar con
nuestros amigos ESTANDO DE PIE,
y podemos hacer lo mismo al hablar con Nuestro Padre y Dios (Lucas 18:10-13) “10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el
otro publicano. 11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo
mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, doy
diezmos de todo lo que gano. 13 Mas el
publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se
golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador”. O si prefieres conversar con tu Papá
Celestial cómodamente sentado,
puede seguir el ejemplo de Moisés
y sentarte para hablar con Jehová Dios también (Éxodo 17:11,12) “11 Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; más cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. 12 Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el
uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se
puso el sol”. También tenemos el ejemplo de Elías (1Re 19:4) “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y
se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová,
quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”. Y también en la versión de las Américas dice que el rey David se sentó para hablar
con el Señor en: (2Sam. 7:18) “Entonces el rey David entró y se sentó
delante del SEÑOR y dijo: ¿Quién soy yo, oh Señor DIOS, y qué es mi casa para
que me hayas traído hasta aquí?”. Sin duda, habrá ciertas ocasiones en que
necesitemos orar y buscar a Dios,
pero no podamos arrodillarnos. Cuando
esto sucede, la postura no es lo importante. La actitud con que nos dirigimos a Dios es mucho más importante para
Él. Sin embargo, cuando oramos en la tranquilidad de nuestros hogares y
en el tiempo que hemos apartado específicamente para ello, lo más correcto es
hacerlo de rodillas, una postura que
demuestra humildad y respeto, si es que no tenemos impedimento.
Primero
que todo, debemos conocer a Jesucristo y Jehová Dios;
y Él se da a conocer a través de su Palabra en las Sagradas Escrituras. El
diablo, el gran engañador, y tentador quiere hacernos pensar que Dios es un Ser estricto, rígido e impersonal a
quien sólo debemos obedecer y temer, y que sólo está esperando que le fallemos para mandarnos al olvido.
¡Pero nada podría estar más lejos de la
verdad! Nuestro Padre Celestial, sabe que no somos perfectos
y que pasamos por altibajos
emocionales al afrontar las pruebas y problemas que la vida nos trae. Por lo general, nuestras primeras
conversaciones con un nuevo amigo suelen parecer forzadas, como si ninguno
supiera qué decir después.
Cuando
comenzamos una relación
con nuestro Padre celestial, probablemente sentiremos lo mismo. Pero no tienes de qué preocuparte.
Jehová Dios sabe que apenas estamos aprendiendo a comunicarnos con Él.
Él nos escuchará sin importar cuán vacilantes o inseguros estemos al expresarle
nuestras necesidades o las de otros. Debemos aprender a hablar con Dios de la manera que lo haríamos con un Padre amable y
afectuoso, pues esto es justamente lo que es (Juan 16:23-28) “23 En aquel día no me preguntaréis
nada. De cierto, de cierto os digo, que todo
cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. 24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi
nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. 25
Estas cosas os he hablado en alegorías;
la hora viene cuando ya no os hablaré
por alegorías, sino que claramente
os anunciaré acerca del Padre.
26 En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros,
27 pues el Padre mismo os ama,
porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios. 28 Salí del Padre, y he venido al
mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre”. TAMBIEN ES NECESARIO ESCUCHAR A DIOS. Todos hemos participado
en una conversación donde la otra persona acapara toda la plática, ¿VERDAD? Pues
bien, aunque Dios quiere escuchar lo que tenemos que decir, también quiere que
lo escuchemos a Él.
En
LAS Sagradas Escrituras, Jehová Dios habló en persona con Adán, Noé y Moisés,
por mencionar algunos, mientas otros recibieron sus mensajes a través de
ángeles. Las palabras de todos estos profetas han sido preservadas para
nosotros en las Sagradas Escrituras. Además, quienes estuvieron con
Jesús durante su ministerio en la tierra, también están registradas sus palabras
en la Escritura Sagrada. Entonces, ¿CÓMO NOS HABLA DIOS EN LA ACTUALIDAD?
(Hebreos 1:1-2) “1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro
tiempo a los padres por los profetas, 2
en estos postreros días nos ha
hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien
asimismo hizo el universo”. Jehová
Dios nos habla a través de las Sagradas Escrituras, que es su Palabra Escrita,
disponible para que la leamos y estudiemos. Ya que hay muchos como lo
dice la Palabra, que prosperan debido a que tuercen las Escrituras, (2Cor.
2:17) “Pues no somos como muchos,
que MEDRAN falsificando la Palabra de Dios,
sino que, con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en
Cristo”. (Jer.23:27-32) “27 ¿No piensan cómo hacen que mi
pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su
compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal? 28 El profeta que tuviere un sueño,
cuente el sueño; y aquel a quien
fuere mi Palabra, cuente mi palabra
verdadera. ¿Qué tiene que ver
la paja con el trigo? dice Jehová. 29 ¿No es mi Palabra como
fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? 30
Por tanto, he aquí que yo estoy
contra los profetas, dice
Jehová, que hurtan mis Palabras cada uno de su más cercano. 31 Dice
Jehová: He aquí que Yo estoy
contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: Él ha dicho. 32 He aquí, dice Jehová, Yo estoy contra
los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo
con sus mentiras y con sus lisonjas, y YO no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová”. En las
Sagradas Escrituras es la Voz del Padre Celestial que cada uno de nosotros
necesitamos poner mucha atención, lo que a cada uno en particular nos está
diciendo, porque si estás hablando con el Padre tendrá que ser por estos
motivos: (2 Tim. 3:16-17) “16 Toda la Escritura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar,
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. (2 Ped. 1: 19-21) “19 Tenemos
también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que
alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la
mañana salga en vuestros corazones; 20
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es
de interpretación privada, 21
porque nunca la profecía fue traída
por voluntad humana, sino que
los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”.
El mejor consejo que podemos recibir es del mismo Señor Jesucristo cuando nos
dice: (Juan 5:39) “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas
tenéis la vida eterna; y ellas
son las que dan testimonio de mí”. Claro que cada vez que quieras oír
la Voz del Padre Celestial, en la mayor claridad tendrá que ser a través de las
Sagradas Escrituras.
Nuestro
Padre Celestial también habla por medio del Espíritu Santo; (Heb. 3:7-13) “7 Por
lo cual, como dice el Espíritu Santo:
Si oyereis hoy su voz, 8 No
endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la
tentación en el desierto, 9 Donde me
tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. 10 A causa de lo cual me disgusté
contra esa generación, y dije: Siempre
andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos. 11 Por tanto, juré en mi ira: No
entrarán en mi reposo. 12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno
de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros
cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se
endurezca por el engaño del pecado”. (Juan
16:13-15) “13 Pero cuando venga el Espíritu de Verdad,
ÉL os guiará a toda la Verdad;
porque no hablará por su propia
cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 El
me glorificará; porque tomará
de lo mío, y os lo hará saber. 15
Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os
lo hará saber”. LAS SAGRADAS
ESCRITURAS, son to esto y mucho más porque, es la PALABRA VIVA Y EFICAZ
del Dios vivo y Todopoderoso. (Isa. 55:9-11) “9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos
más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos. 10 Porque como
desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega
la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al
que come, 11 así será mi Palabra que sale de mi Boca; no volverá a mí vacía,
sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.
Jehová Dios ha hablado y Él continúa hablando a través de Su Palabra Escrita. Recordemos esto: (1 Tes. 5:16-18) “16 Estad siempre gozosos. 17
Orad sin cesar. 18 Dad
gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros
en Cristo Jesús. 19 No apaguéis al Espíritu”. (Mt.6:7) “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles,
que piensan que por su palabrería serán oídos”. (Sal.145:18) “Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a
todos los que le invocan de veras”. (Jer.33:3)
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú
no conoces”.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor. Si usted no tiene la
intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra
persona interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar
esta hoja (por favor no cambiar el texto).
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