30 de Abríl de 2017
NADIE PUEDE DAÑARNOS MÁS QUE NOSOTROS MISMOS
Lo que anida
nuestro ser en lo oculto, en lo más profundo, es el mayor interés de Dios.
(1 Crónicas 28:9) “Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre,
y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende
todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; más
si lo dejares, ÉL te
desechará para siempre”. (2Corintios
4:6) “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros
corazones, para iluminación
del conocimiento de la Gloria de Dios en la faz de Jesucristo”.
Muchos se preguntan ¿Porque hay cosas que busco y deseo,
pero no puedo recibir de ninguna forma? Y la respuesta, la mayoría de las veces
es: porque hay algo mal en nuestro corazón.
Así como la ESENCIA de nuestro Padre y DIOS ES AMOR; La del diablo, su esencia es tentación.
Como verdadero hombre, Jesús fue tentado. Pero es tentado desde fuera, nunca desde dentro, pues
no tuvo pecado original. El núcleo de las tentaciones propuestas por satanás es
apartar a Jesús de su propósito mesiánico, encomendado por el Padre, y
orientarlo hacia un diferente propósito mesiánico terrenal. En cada tentación del diablo Jesús
respondió con un “NO”
rotundo, y nos ganó la
victoria para nosotros, dándonos
ejemplo en la lucha contra el enemigo el tentador. (1Tesalonicenses 3:5) “Por lo cual también yo, no pudiendo soportar
más, envié para informarme de vuestra fe, no
sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase
en vano”. (Rom 15:4) “Porque las cosas que se escribieron antes,
para nuestra enseñanza se escribieron,
a fin de que, por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos
esperanza”. (1 Corintios 10:11) “Y estas cosas les acontecieron como
ejemplo, y están escritas
para amonestarnos a nosotros, a quienes
han alcanzado los fines de los siglos”. Cómo la vida de Jesús es un ejemplo a seguir para nosotros,
entonces veamos estas tres
tentaciones de Jesús:
PRIMERA TENTACIÓN: (Mt 4:3,4) “3 Y vino a ÉL el tentador, y le
dijo: Si eres Hijo de Dios, dí que
estas piedras se conviertan en pan. 4 El respondió y dijo: Escrito
está: No sólo de pan
vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios”. Y (Lc 4:3,4) “3 Entonces
el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí
a esta piedra que se CONVIERTA EN PAN. 4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito
está: No sólo de pan
vivirá el hombre, sino de toda
Palabra de Dios”. ESTA ES LA
TENTACIÓN MATERIALISTA. El propósito era reducir su vida a la reforma social, para satisfacer los
estómagos y solucionar los problemas sociales, económicos. Ante
este ataque Jesús vence, porque Él trae algo más importante y muy distinto: La Palabra de Dios, único alimento que
puede saciar definitivamente el corazón del hombre. ¿Desprecia con ello Jesús lo material? ¿Se
desinteresa de los estómagos de los hombres? No. El pan material es
necesario. Él lo sabe. Y hay que luchar porque todos lo tengan. Pero Jesús trae
más que pan. Ha traído la Palabra de
Dios que, si es aceptada y vivida, traerá el pan de la tierra como añadidura,
después de haber dado la plenitud
interior y por el hecho de darla. Él trae el pan de su Palabra que alimenta nuestra alma y la llena de entusiasmo, verdad,
esperanza, amor, perdón, luz. Quien se alimenta de este pan, podrá
después dar solución al hambre material y a la justicia social.
SEGUNDA TENTACIÓN: (Mt 4:5-7) “5 Entonces
el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, 6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, ÉCHATE ABAJO; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti,
y, en sus manos te sostendrán,
para que no tropieces con tu pie en
piedra. 7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios”. ESTA ES LA TENTACIÓN MATERIALISTA;
Es la tentación del charlatán, cuentista,
embaucador. “Tírate y cúbrete de gloria”. Un éxito
como éste, hará que todo el pueblo se ponga en pie tras Él. No será necesario
predicar, mucho menos morir. Bastará con triunfar. El diablo sabe que los
hombres aman lo maravilloso, lo espectacular. Están dispuestos a postrarse ante
cualquier TAUMATURGO, (Es una persona capaz de realizar milagros
o hechos prodigiosos) tanto si es diabólico como si se tratara de un
charlatán. Muchísimos cristianos ya
han caído en esta tentación; (Isaías
28:13) “La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento,
mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito
allí, otro poquito allá; hasta que
vayan y CAIGAN DE ESPALDAS, y sean
quebrantados, enlazados
y presos”. Esta tentación muestra más hondura de la
que aparenta. En ella entra en juego el mismo concepto que Jesús tiene
de Dios y el absurdo modo de entenderlo que tiene el demonio. Para éste, Dios
sería una fuente de beneficios. Por
esta razón, el diablo incita a Jesús a usar a Dios, poniéndolo al servicio de
sus intereses o de su misma misión. El demonio tienta a Jesús no tanto
para que demuestre que es el Hijo de Dios, sino para que los hombres crean en
Él. Es la misma tentación que
formularán a Cristo cuando esté en la cruz pidiéndole que baje de ella,
no como un triunfo propio, sino como un supuesto cumplimiento de su misión:
para que creamos en Él (Mt 27:42) “A
otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y CREEREMOS
EN ÉL”. Estamos ante la
incertidumbre de quien dice la Verdad, ya que todos dicen que oyen la Vos de
Dios; Todos dicen tener la absoluta Verdad; Pero esto es lo que dice Jehová
Dios: (2Juan 1:9) “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la Doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el
que persevera en la Doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al
Hijo”. La tentación de la eficacia deslumbrante, pero sin pasar por la cruz, por el sufrimiento, ni
tampoco por ningún desierto. Es como decir: queremos el triunfo, aunque no haya santidad de vida. Sabemos
que la santidad no se da sin una enorme cuota de sacrificio, sinsabores y
cruces. ¿Qué es el triunfo a los ojos de nuestro Padre y Dios? ¿Qué es la
eficacia a los ojos de Dios Padre? Muchas
veces le han pedido diferentes personas que manifieste, por medio de milagros,
la presencia de Dios en Él, para que creyeran en su Sana Doctrina de Cristo.
Pero la Sana Doctrina de Cristo
y la actitud de Jesús es siempre la misma: Jehová Dios está siempre en lo
escondido, en lo diario (Mt 6:6) “Mas
tú, cuando ores, entra en tu
aposento, y cerrada la puerta,
ora a tu Padre que está en secreto;
y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público”. Jehová Dios está continuamente en la vida de
Jesús. No tiene por qué reclamar una presencia milagrosa. El poner condiciones
a la acción de Jehová Dios, el provocarla, ha sido visto en el pueblo de Dios
que dirigió Moisés, como tentación,
es decir, piedra para que alguien caiga.
Al igual que Jesús, el cristiano no tiene que pedir
milagros espectaculares al Padre y Dios para creer, ni signos deslumbrantes. Nos debe bastar confiar en nuestro Padre Dios que sabrá
darnos lo que más nos conviene para nuestra salvación eterna.
TERCERA TENTACIÓN: (Mt 4:8-10) “8 Otra vez
le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo
y la gloria de ellos, 9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me
adorares. 10 Entonces Jesús
le dijo: Vete, satanás, porque
Escrito está: Al Señor tu
Dios adorarás, y a ÉL sólo servirás”; (Lc 4:5-8) “5 Y le
llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de
la tierra. 6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad,
y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada,
y a quien quiero la doy. 7 Si
tú postrado me adorares, todos
serán tuyos. 8 Respondiendo
Jesús, le dijo: Vete de mí, satanás,
porque Escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a ÉL solo servirás”. ESTA ES LA TENTACIÓN ES EL DEL PODER
HUMANO; La posesión de la tierra,
que es el sueño dorado de todos los miembros de su pueblo, los israelitas y que
ha seguido siendo, hasta el día de hoy, el sueño de todos los humanos. Contentarnos con el dominio del mundo y
olvidarnos del alma. Esta
tentación se da en otros momentos de la vida de Jesús, donde se le ofrece el ser “COMO
DIOS”, el poder ser nombrado rey de este mundo, el dominar y regir los
destinos de Israel. La Sana Doctrina
de Cristo sobre este punto es siempre la misma: (Mt 6:24) “Ninguno puede
servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o
estimará al uno y menospreciará al otro. No
podéis servir a Dios y a las riquezas”; Ser siervos, no señores (Mc 9:34,35) “34 Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre
sí, quién había de ser el mayor.
35 Entonces ÉL se sentó y llamó a
los doce, y les dijo: Si alguno
quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos”.
La tentación es honda y profunda: si viene a salvar al mundo, ¿No será un buen
camino empezar por dominarlo y hacerlo suyo? El diablo le propone un poder terreno y político idolátrico, sin
tener en cuenta la referencia a Dios; el poder político como competidor
de Dios. El Poder que Jesús trae es
el Poder que camina por las sendas del Amor, del fracaso aparente y de la cruz. Desde la altura de un trono es muy difícil, casi imposible, amar. El
trono aleja, la cruz acerca. Y de nada sirve que el demonio ofrezca a
cambio de su eficacia todos los reinos de este mundo. Jesús sabe que, incluso gratis, el poder corrompe. Sabe que un Jesucristo “PODEROSO”
no sería el verdadero. Y que su redención con oro sería una conquista, no
una redención. La salvación no puede
llegar bajo las especies de la fuerza, el poder y la riqueza. En el desierto Jesús tuvo que luchar contra
el diablo que le proponía otro tipo de poder mesiánico; un poder mesiánico terrenal, plano,
político, social, a ras de tierra. El
tentador propone a Jesús cumplir su misión: en la saciedad, en la gloria y el
reconocimiento admirados, en la riqueza y el poder, y todo ello obrado con la
ayuda de prodigios divinos.
Pero Jesús, antes
de comenzar su misión, propone otro camino: el de OÍR LA PALABRA DE DIOS, el de la obediencia humilde, el
de atribuir todo al Padre. Y con esto nos pone a todos, qué clase de GLORIA viene a IMPLANTAR,
por mandato de la Gloria de su Padre:
una Gloria Espiritual, que debe pasar necesariamente por el servicio, el
escondimiento, el sacrificio y la cruz. Jesús
derrota a satanás. Y cuando expulsa demonios no hace más que verificar,
ratificar su Victoria. LA
TENTACIÓN no significa que ya has pecado. Debemos aclarar una cosa: mientras las tentaciones de los hombres
provienen de tres frentes: El
mundo, el diablo y las propias pasiones desordenadas que todo hombre lleva
dentro; las tentaciones de
Jesús provienen del exterior, del mundo, del demonio y de los demás hombres.
Jamás de su interior, pues nunca experimentó las pasiones desordenados, fruto
del pecado original. Jesús es Santo,
nació sin pecado. En su interior reinaba la armonía y la identificación con la Perfecta Voluntad de su Padre. En nosotros convive la inclinación
interna a desviarnos de la voluntad de Dios. Jesús, venciendo a satanás,
nos asegura la posibilidad de vencerlo también nosotros, si nos aliamos a Él y
a la Sana Doctrina de Cristo, que es la Palabra de Jehová Dios Escrita.
Jehová Dios examina minuciosa y profundamente nuestros
corazones. Nada le importa tanto a nuestro Padre y Dios como las actitudes de nuestro corazón. Esta es una revelación que va a cambiar la vida de muchas personas.
Porque No es fácil darse cuenta lo
que nos pasa interiormente, pensamos
que nos conocemos, sin embargo, hacemos muchas cosas malas, que no podemos
aceptar o ver claramente que están equivocadas. Jesucristo dentro de tu corazón quiere quitarlas, porque no nos
puede usar grandemente, ni bendecir en este estado. Te pido que no te
distraigas por lo que te voy a decir en el Nombre de Jesucristo. La mayoría de las veces somos víctimas
de nosotros mismos. (Stg 1:13,14)
“13 Cuando alguno es tentado,
no diga que es tentado de parte de
Dios; porque Dios no puede
ser tentado por el mal, ni ÉL
tienta a nadie; 14 sino que
cada uno es tentado, cuando de su
propia concupiscencia es atraído y seducido”. Nadie más tiene la culpa,
nadie puede dañarnos más que nosotros mismos. (Marcos 7:21,22) “21
Porque de dentro, del corazón de los
hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones,
los homicidios, 22 los hurtos, las avaricias, las maldades,
el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia,
la soberbia, la insensatez”. (Romanos 7:11-13) “11
porque el pecado, tomando ocasión por
el mandamiento, me engañó, y por él me mató. 12 De manera que la ley a
la verdad es santa, y el
mandamiento santo, justo y
bueno. 13 ¿Luego lo que es
bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo
que es bueno, a fin de que
por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso”; (Efesios 4:22) “En cuanto a la pasada
manera de vivir, despojaos del viejo
hombre, que está viciado
conforme a los deseos engañosos”. Por favor quiero que dejes de
hacer lo que estés haciendo y ponme atención: Todos los que tienen vicios no importa como se llame tu
pecado ¡¡¡ESCUCHA
MUY BIEN!!!
“¡¡¡TÚ ERES UNA VICTIMA!!!”:
(Hebreos 3:13) “Antes exhortaos los
unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”.
El libro de proverbios nos muestra esto en dos versos claves: (Proverbios 16:2) “Todos los caminos del
hombre son limpios en su propia opinión; Pero Jehová pesa los espíritus”. (Proverbios
21:2) “Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová
pesa los corazones”.
LA PALABRA PESO se puede entender como
que hay algo dentro del corazón que debe ser quitado, los pecados en el corazón producen un peso que no es
apropiado para Dios, esta carga contaminante es la que impide el fluir de la
bendición en una persona, como el rey
Belsasar, dónde una mano escribió: (Daniel
5:25) “Y la escritura que trazó es: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN”. Pero hoy solo quiero que pongamos atención
en la tercera palabra; (Daniel 5:27) “TEKEL: Pesado has sido en
balanza, y fuiste hallado falto”. Por
supuesto que sus obras le condenaron cuando fueron pesadas por Jehová Dios;
Y Moisés dijo esto delante de Jehová Dios: (Núm.
11:14) “No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía”. Jehová Dios “JUZGA LOS MOTIVOS”.
Puedes ir a dar una ayuda a alguien,
pero el Jehová Dios juzga los motivos. Puedes no dar una ayuda a alguien, pero Jehová Dios, juzga los
motivos. Puedes parecer egoísta
o parecer generoso, pero Jehová Dios juzga los motivos. Puedes parecer humilde o parecer
orgulloso, pero Jehová Dios es el que juzga los corazones. Solo ÉL conoce profundamente los
corazones. (Jeremías 17:9,10)
“9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá? 10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a
cada uno según su camino, según el
fruto de sus obras”. (Romanos
8:27) “Más el que escudriña los
corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la
voluntad de Dios intercede por los santos”. Nos elegimos en jueces de los demás alegando, que debería y que no debería recibir
cada uno, pero Jehová Dios ve
más claro y más profundo que nosotros y ÉL paga a cada uno según sus obras. Es muy interesante lo
que Jehová Dios dice en este libro de: (Apocalipsis
2:23) dice: “Y a sus hijos heriré
de muerte, y todas las
iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os
daré a cada uno según vuestras obras”. Pero
¿Cuál es la base de la maldad y el pecado? la respuesta es la arrogancia,
que también podemos llamar orgullo o soberbia. (Proverbios 21:24)
“Escarnecedor es el nombre del SOBERBIO y PRESUNTUOSO que obra en la insolencia de su PRESUNCIÓN”.
RECUERDA ESTO: La arrogancia
es un sentimiento de superioridad ante los demás. Es creer que somos más valiosos que otros seres humanos. Es no reconocer nuestros errores, es
echarle la culpa de nuestros errores a los demás. Es creer que somos imprescindibles, es pensar que podemos siempre
hacer todo mejor que los demás y que nadie nos supera, es no querer pedirle
ayuda a nadie, es criticar a todo el mundo; porque en el fondo la arrogancia también nos lleva a los celos y la
envidia. No se trata de
parecer o no parecer arrogante, no
se trata de cómo es nuestro carácter o temperamento, no se trata de lo que
hagamos o no hagamos. Ni
tampoco de lo que sepamos o no. Se
trata de lo que somos o no somos en lo profundo de nuestro corazón que es nuestra alma. ¡¡Que Jehová Dios quite la arrogancia de
nuestra vida para siempre!!. La
soberbia, el orgullo o la arrogancia son la piedra fundamental de todos los
demás pecados que podamos cometer. Mientras
exista arrogancia, habrá un peso contaminante en nuestra alma.
Debemos temer a Dios con respecto a lo que hay en nuestro
corazón. No hay forma de burlar, persuadir,
manipular, o tratar de conformar al Señor Jesucristo que habita en el corazón
humano, cuando algo está mal. Para
esto, nada mejor que el arrepentimiento y la confesión. El orgullo no siempre es fácil de detectar,
ni en nosotros mismos, ni en los demás. Hay personas que se les nota al
instante su soberbia; pero otras, lo tienen más camuflado. Tal vez
ellas piensan que son superiores en su interior y tratan de no decirlo, pero
tarde o temprano esto se notará en un
simple gesto, en una mirada, en una palabra. Es como un olor desagradable que lo podremos tratar
de ocultar, pero que escapará
por alguna pequeña actitud, en cualquier momento. Jehová Dios se encarga que sus hijos sean conforme a la imagen de
Jesucristo, se encargará que
todo orgullo en nuestra vida y toda obra procedente del corazón, sean
quebrantados. Jehová Dios llama nuestra atención continuamente para que
abandonemos el orgullo en nuestro corazón. Pero
el orgullo produce ceguera espiritual, de hecho, las personas
orgullosas, en su mayoría creen no serlo, incluso se creen muy humildes, muy
agradables y solidarias. (Santiago 4:6) “Pero
Él da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios, pero da gracia
a los humildes”.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor. Si usted no tiene la
intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra
persona interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar
esta hoja (por favor no cambiar el texto).
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