Miércoles, 22 de Junio de 2016
EL FRUTO DEL ESPÍRITU SANTO
LA CARNE
ES DÉBIL POR ESTO QUE LA TEMPLANZA ES IMPORTANTE
LECCIÓN DE TEMPLANZA #4 (Romanos 7:15-25)
PROPOSITO DE
ESTA LECCIÓN:
Es para que muchos cristianos ya no traten de justificar su manera de vivir diciendo
que “DEBIDO” a la debilidad de la carne, hoy día no se pude ser fiel a Jehová Dios.
Muchos entienden que el problema o la razón de su situación personal es
“EXTERNA” a ellos, por ejemplo: Los programas de televisión, los compañeros de
trabajo o escuela, familiares, otros. La realidad es que el problema comienza por y en nosotros mismos. Las
Sagradas Escrituras lo dicen en Romanos 7:21 Así que, queriendo yo hacer
el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22Porque según el hombre
interior, me deleito en la ley de Dios; 23pero veo otra ley en mis
miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la
ley del pecado que está en mis miembros. 24¡Miserable de mí! ¿quién me
librará de este cuerpo de muerte? 25Gracias doy a Dios, por Jesucristo
Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con
la carne a la ley del pecado. Tenemos que comenzar, aceptando como realidad,
que el problema se origina en nosotros mismos, y debemos dejar, el tratar de
justificarnos ante Jehová Dios, la razón por la cual no podemos vencer nuestros
deseos carnales.
OBSERVACIÓN
15) ¿Qué es lo que haces que no entiendes y que no quieres hacer? R:
lo que aborrezco, eso hago.
16) ¿Qué es lo que ese está probando cuando estamos haciendo lo que no
queremos? R: que la ley es buena.
17) Entonces si no eres tu… ¿Quién es el que está haciendo aquello? R:
el pecado que mora en mí.
18) Sabemos que en nuestra carne no mora el bien, porque el querer el
bien está en nosotros ¿Qué es lo que también está en nosotros, aunque el querer
esté en nosotros? R: no el hacerlo.
19) ¿Por qué es este mal? R: Porque no hago el bien que quiero,
sino el mal que no quiero, eso hago.
20) Entonces si no eres tu… ¿Quién es el que está haciendo aquello? R:
el pecado que mora en mí.
21) ¿Cuál es la ley que encontramos queriendo hacer el bien? R: que
el mal está en mí.
22) ¿En que se deleita el hombre interior? R: en la ley de Dios.
23) ¿Qué vemos en la ley de nuestros miembros? R: que se rebela
contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está
en mis miembros.
24) ¿Cuál es la pregunta cuando nos vemos miserablemente? R: ¿quién
me librará de este cuerpo de muerte?
25a) ¿Cómo damos gracias a Dios? R:
por Jesucristo Señor nuestro.
25b) ¿Cuál es la conclusión que estamos aprendiendo dónde tenemos que
aplicar la templanza? R: Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley
de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
INTERPRETACIÓN
15) ¿Qué significa estar haciendo lo que se aborrece y no se quiere hacer?
R: comprender que uno solo no puede librarse de este azote constante que
día a día atormenta; y que únicamente el Poder liberador de Jesucristo puede
hacerlo.
16) ¿Qué quiere decir Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la
ley es buena? R: Se trata de La ley del pecado. Es la tendencia
constante de pensar, desear y proceder en contra de lo que Jehová Dios ha
establecido.
17) ¿Qué significa que ya no soy yo quien hace aquello? R: Es
reconocer que en nuestro interior que es nuestra alma está dominada por el
maligno.
18) ¿Qué quiere decir que el querer el bien está
en mí? R: El Espíritu Santo.
20) ¿Qué significa ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí? R:
Significa que todavía existen áreas en tu vida que no has entregado a
Jesucristo.
21) ¿Qué quiere decir hallo esta ley: que el mal está en mí? R: Quiere
decir que es necesario nacer de nuevo.
22) ¿Qué significa el hombre interior? R: (Salmos 139:13-16) El
alma.
23) ¿Qué quiere decir la ley en mis miembros? R: Es nuestra
naturaleza carnal.
APLICACIÓN
15) ¿Cómo puedes llegar a entender y dejar de hacer lo que aborreces? R:
Solamente Por medio de la Sana Doctrina de Cristo.
16) Si estás haciendo lo que no quieres hacer entonces ¿Cuál es esta ley?
R: (Juan 3:6;Isaías 29:13) es la ley de la naturaleza en la cual nacimos
todos.
17-21) ¿Puedes explicar por qué el diablo puede atacar a un escogido de
Jehová Dios? R: (Marcos 14:38) El diablo conoce nuestras
debilidades solo espera que te confíes y te quita la oración sutilmente y
entonces ya puede realizar el ataque.
22) ¿Cómo puedes hacer que tu alma sea más fuerte aplicando la TEMPLANZA,
para resistir la ley del pecado? R: ¿Acaso puede justificarse esta
situación? No...! Al contrario, Jehová Dios nos da los medios cómo es la
“TEMPLANZA”, para que nos enfrentemos día a día con esta condición pecaminosa. Tú
te conoces perfectamente. Y Sabes cuál es tu debilidad QUE NECESITAS FRENAR,
porque constantemente te atormenta en cada día. Sabes que no tienes que hacerlo,
y lo haces. La “TEMPLANZA”, es el freno interno que se necesita
desarrollar en tu alma. ¡Qué terrible es estar en este proceso de caídas
constantes! ¿Cómo proceder entonces? ¿Qué actitudes prácticas
tomar al respecto? Ante todo, recuerda que Jehová Dios conoce
y comprende tu condición. Pero el hecho que la conozca y la
comprenda, no te está dando licencia para pecar; no justifica ni aprueba tu
debilidad. Precisamente porque te conoce te está dando el recurso de la
“TEMPLANZA”, para que no caigas en la tentación. Mira lo que te dice al
respecto: (Mateo 26:41) “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el
espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. Oración...Oración...Oración...Esto
es lo que necesitas hacer ahora mismo.
Tu bien sabes que el hecho de estar transgrediendo deliberadamente lo que Jehová
Dios ha establecido, trae consecuencias irreparables. Son las consecuencias de
nuestros actos las que nos destruyen, y para evitarlas, hemos de perseverar en
la oración. Necesitamos tener cada día un tiempo a solas con Jehová Dios en que
revitalicemos nuestras aéreas débiles en nuestra ALMA.
Cada quien sabe cuál es su punto débil, o su “talón de Aquiles”, por esto
es necesario reforzarlo. Este es el peligro constante que nos exponemos si no
oramos cada día: CAER EN TENTACIÓN. Hemos estado hablando la forma de
prevenir los actos pecaminosos. Es posible que muchos de nosotros NO hayamos
tomado las medidas pertinentes, y por esto estemos hundiéndonos en sus desdichadas
consecuencias. Entonces ¿Qué hacer entonces? ¿Qué pasa si sigues pecando en lo
mismo? ¿Qué pasa si la frecuencia de caídas se multiplica en vez de disminuir? ¿Qué
tienes hacer?
En primer lugar; Pídele perdón a Jehová Dios ahora mismo. Jehová Dios no
desprecia el corazón contrito y humillado. No desprecia el corazón que reconoce
que ha fallado y que necesita todo el tiempo de su gracia y misericordia
infinita y que quieres dar frutos dignos de arrepentimiento. He aquí lo que Jehová
Dios, por medio del apóstol Juan escribe al respecto: (1 Juan 1:9,10) “Si
confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados,
y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él
mentiroso, y su palabra no está en nosotros”. El perdón de Jehová Dios está
totalmente a tu disposición; pero tienes que hacer un firme propósito de
no volver a incurrir en lo mismo, y sobre todo tomar las medidas de
prevención cada día. No se trata de una medida ocasional, se trata de todos los
días. Ya viste que, con un solo día que te descuides, las cosas se complican. ¡Y
vaya que sí! Necesitas fuerza de voluntad para quitar todo aquello que te
induce a pecar.
Necesitas “TEMPLANZA”, para decir NO, aunque tus tendencias pecaminosas te
reclamen, aunque sufras por desapegarte de ello. Necesitas “TEMPLANZA”, para
vivir de acuerdo a los lineamientos que Jehová Dios ha establecido en su
Palabra. Necesitas “TEMPLANZA”, para vivir de acuerdo a lo que Jehová Dios por
medio del apóstol Pedro escribe en su carta: (1 Pedro 1:14-16) “Como hijos
obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra
ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos
en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy
santo”.
¡QUÉ CLARO ESTÁ! Santos en toda nuestra manera de vivir. En toda. No solo
en algunas aéreas. Vida de obediencia y santidad. Es posible que algunos de los
hermanos que estudian “TEMPLANZA”, estén ahora viviendo consecuencias
terribles por haberse dejado llevar por la “ley” del pecado. Personas
que a pesar de llamarse “cristianas” e incluso de tener ministerios
fructíferos, se encuentran atrapadas en estas consecuencias terribles de las
que ya no pueden salir. Son consecuencias que ya no les permiten levantarse. Consecuencias
de desastre total en su vida matrimonial, familiar, financiera o en cualquier
otra área. No hay más que un lamento constante después de tanto tiempo. Pero
ahora reconocen que están como están por haber persistido en la desobediencia;
sin embargo, HOY quieren cambiar totalmente el rumbo de sus vidas,
quieren que su cristianismo cobre razón de ser como lo fue al principio.
Pero ahora, después de haber reconocido sus faltas reconocen y claman de la
siguiente manera: (Lamentaciones 5:15-21) “Cesó el gozo de nuestro corazón; Nuestra
danza se cambió en luto. Cayó la corona de nuestra cabeza; ¡Ay ahora de
nosotros! porque pecamos. Por esto fue entristecido nuestro corazón, Por esto
se entenebrecieron nuestros ojos, Por el monte de Sion que está asolado; Zorras
andan por él. Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre; Tu trono de generación
en generación. ¿Por qué te olvidas completamente de nosotros, y nos abandonas
tan largo tiempo? Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos
volveremos; Renueva nuestros días como al principio”.
Pídele ahora a Jehová Dios que renueve tus días como en el principio. Recuerda
aquel día que tuviste este encuentro personal que hizo que cambiara todo por
completo. Jehová Dios puede renovarlo todo. Deja que ÉL se encargue de hacerlo
todo, pero pon de tu parte en llevar una vida de obediencia radical a su Palabra.
Ya viste que tú no puedes hacer nada, a menos que su Poder sobrenatural
sea el que te sostenga. Leamos por favor: (Romanos 8:1-9)
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