LOS OJOS DE TU ALMA ES LA FE
El tema de la fe es un tema central en la Palabra de Dios, pero a la vez es un tema del cual NO muchos lo
conocen realmente, (Juan 6:40)
“Esta es la voluntad de mi Padre: que todo
aquel que VE al Hijo y cree
en El, tenga Vida eterna”.
Aquí hemos de hacer un contraste
necesario, y una visión espiritual. Por ejemplo: Los apóstoles y mucha gente más VIO con sus propios ojos físicos y
testifican lo que vieron, ellos sabían de la Palabra que dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”;
Asombrosamente dan testimonio de haber
visto, contemplado y palpado al Verbo de Vida: (1Juan 1:2,3)
“1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo
de Vida 2 (porque la Vida fue manifestada, y la
hemos Visto, y testificamos, y os anunciamos la Vida eterna, la
cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); 3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que
también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo”. Pero ahora nuestra alma, VE por medio de la FE, de esta
manera, seguimos testificando, de lo que vemos, por medio de la fe y… ¡¡¡De verdad qué, maravillosa Bendición,
que ahora podamos VER con los OJOS de nuestra FE (Juan 20:29) “Jesús le
dijo: Porque me has visto, Tomás,
creíste; Bienaventurados los
que no vieron, y creyeron”. La pregunta es: ¿Cómo
hacer para desarrollar un nuevo nivel de fe? Para comenzar, las
Sagradas Escrituras dice en (Romanos
1:17) “Porque en el Evangelio la justicia de Dios se REVELA POR FE y PARA FE, como está Escrito: Mas el justo por la fe vivirá”. Cuando
nos convertimos a Jesucristo y lo recibimos como nuestro Salvador personal, aquí, por medio de la FE tuviste que VER
a JESUCRISTO. Esta fe que Dios nos dio, sirvió para que podamos creer y
dar el primer paso para llegar después
llegar a ser hijos de Dios. Esa fe sirvió para ser declarados
justificados o justos por Dios (Romanos
5:1) “Justificados, pues, por la
fe, tenemos paz para con Dios
por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Así es como la vida cristiana comienza VIENDO por medio de la fe, y
así debemos continuar viendo a través de la fe. Es por esta razón que
el pasaje recién mencionado menciona “PARA
FE", dándonos a conocer que se refiere a la vida en Jesucristo. Al nacer de nuevo que es el segundo paso
de obediencia al bautizarnos, recibimos la llenura del Espíritu Santo dándonos
una: “MEDIDA DE FE”
(Romanos 12:3) “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está
entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener,
sino que piense de sí con cordura, conforme
a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”, la cual Jehová Dios espera que sea desarrollada con el paso del
tiempo. En (2 Tesalonicenses 1:3)
leemos: “Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es
digno, por cuanto vuestra fe va
creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con
los demás”. La fe es como un músculo, que al ejercitarlo va a ir tonificándose
y creciendo a la vez.
Nuestra alma puede VER claramente cuando la fe es
verdadera, entonces la fe está enfocada en Jehová Dios y en la persona de
Jesucristo; ¿Cómo podemos
comprobar que a Jesucristo solamente se puede ver por medio de los ojos de la
fe? (Hebreos 12:2) dice: “Puestos los OJOS en Jesús, el
autor y consumador de la fe,
el cual por el gozo puesto delante de ÉL sufrió la cruz, menospreciando el
oprobio, y se sentó a la diestra del Trono de Dios”. La fe es el medio
necesario para poder ver a las cosas
Divinas para agradar y complacer a Dios. Además, la fe trae recompensa
al cristiano de parte de Jesucristo. (Hebreos
11:6) dice: “Pero SIN FE es
imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. La FE GENUINA no proviene de la mente
sino DEL CORAZÓN. (Romanos
10:10) dice: “Porque con el
corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para
salvación”. Muchos confunden FE CON
ESPERANZA, cuando en realidad la esperanza ES RESULTADO DE LA FE. La esperanza es tan sólida que está
cimentada en Jehová Dios El Todopoderoso (1Tesalonicenses 5:8) “Pero
nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la CORAZA DE FE y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo”.
La fe proviene de Dios y es alojada
en nuestro ser interior, que es nuestra alma, para que la hagamos
desarrollar. (1Pedro 1:3,21) “3 Bendito el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una Esperanza Viva, por la resurrección de Jesucristo de los
muertos, 21 y mediante el
cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y Esperanza
sean en Dios”. ¿Hasta dónde se puede desarrollar nuestra fe? (Romanos 10:17) “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios”.
En la Palabra de Dios Escrita en las Sagradas Escrituras, se revelan diferentes tipos o niveles de fe. Veamos cuáles son: LA
FE DE TOMÁS. La fe de Tomás es
aquella que dice: (Juan 20:25) “Le
dijeron, pues, los otros discípulos: Al
Señor hemos visto. Él les
dijo: Si no viere en sus
manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y
metiere mi mano en su costado, no creeré”. “si
no lo veo no creo”. Es una fe
palpable, basada en lo que se ve no en lo que se cree. Por esta
razón Jesús, luego le dijo: (Juan 20:27-29)
“27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu
dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente. 28
Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 29 Jesús
le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; Bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.
LA FE DÉBIL. En este ejemplo, leemos
acerca de Abraham, el padre de la fe, (Romanos 4:19) “Y no se debilitó en la fe al
considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de
Sara”. La fe débil limita a Dios
y limita los beneficios y privilegios de Dios debido a la falta, del
conocimiento equivocado enseñanza de las Sagradas Escrituras. La fe débil considera lo natural,
nunca mira el Poder de Jehová Dios ni
las cosas del Espíritu Santo, no
se da cuenta que Jehová Dios es Poderoso para hacer las cosas más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos por medio de Jesucristo: (Efesios 3:20) “Y a Aquel que es Poderoso para hacer todas las cosas
mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el Poder que
actúa en nosotros”.
LA FE TEMPORAL. Menciona esta clase de fe en: (Lucas 8:13) “los de la piedra son los que, habiendo oído, reciben
la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en
el tiempo de la prueba se apartan”. Esta clase fe cree sólo de a ratos, por
algún tiempo, pero se cae o falla cuando los problemas vienen. Todos seguramente
hemos pasado por este tipo de fe, pero debemos entrenar nuestra alma a no quedarse
estancada, sino a crecer a nuevos niveles de fe.
LA FE ACTIVA. En (Santiago 2:17,26)
dice; “17 Así también la fe, si no
tiene obras, es muerta en sí misma. 26
Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras
está muerta”. La fe debe ser activada
y no dejarla estancada, sin utilizarla. Muchos han recibido de parte de
Dios una medida de fe, pero la han guardado y no la están desarrollando.
¿Podemos darnos cuenta de lo que Dios nos ha dado para desarrollar y alcanzar
lo increíble y conquistar lo imposible?
LA FE NO FINGIDA. En (1 Timoteo 1:5-7) leemos acerca de la fe no fingida. “5 Pues el propósito de este
mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe
no fingida, 6 de las cuales
cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, 7 queriendo ser doctores
de la ley, sin entender ni lo
que hablan ni lo que afirman”. Esta clase de fe no se jacta ni se burla
de los más débiles espirituales. Esta fe no conoce la hipocresía ni la falsedad
que a veces existe en nuestra iglesia moderna. Esta fe, la de Dios, es una fe
caracterizada por la humidad y la santidad.
LA FE FUERTE. (Romanos 4:20-22)
Menciona este tipo de fe: “20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la
promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 21 plenamente convencido de que era
también Poderoso para hacer todo lo que había prometido; 22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia”. Esta clase de fe es la que rehúsa darse
por vencida y rehúsa desanimarse. Esta fue la fe que tuvo Abraham,
cuando se mantuvo creyendo por muchos años que Dios era fiel para cumplir lo
que le había prometido.
GRAN FE. En el Libro de Mateo leemos acerca de la mujer cananea
en busca de Jesús; “...mujer, grande es tu fe...". (Mateo 15:22,28) “22 Y
he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba,
diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es
gravemente atormentada por un demonio. 28
Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue
sanada desde aquella hora”. El
centurión que se acercó a Jesús para pedir por la sanidad de su siervo. (Mateo 8:10) “Al oírlo Jesús, se
maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe”. La gran fe es la
que se determina recibir algo de Dios. Esta
determinación provee una gran fe.
LA FE PERFECTA O DIVINA. En éste Libro habla de la fe de Jehová Dios (Marcos 11:21-23) leemos: “21Entonces
Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha
secado. 22Respondiendo Jesús, les
dijo: TENED FE EN DIOS. 23Porque de cierto os digo que
cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en
su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”.
Esto se refiere a la fe de Dios no a
que tu tengas tu fe en Dios. La
fe Perfecta o Divina es la fe de Dios. En el pasaje de Marcos donde
Jesús dice: “Tened fe en Dios” en
el original griego dice: “Tened la fe de Dios". Esta clase de fe es la que habla y las cosas suceden. Es
interesante notar cuántas veces aparece la palabra “decir” en el pasaje. ¿Por
qué aparecen cuatro veces la palabra “decir"? Para enseñarnos que la fe de Dios está íntimamente relacionada con
decir o dar la palabra. Nuestro
hablar es la señal de nuestra fe. En (2 Reyes 4:26) “Te ruego que vayas ahora corriendo a recibirla, y
le digas: ¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido, y a tu hijo? Y ella dijo:
Bien”. leemos que la viuda que cuando su hijo murió repentinamente, ella fue a
ver al profeta y cuando él le preguntó cómo estaba, le dijo: “Ella dijo: bien”. ¡Su hijo estaba muerto! ¿Cómo le dijo que todo estaba bien? Ella le
dijo porque era una mujer de fe y sabía lo que dice (2 Crónicas 20:20) “Y cuando se levantaron por la mañana, salieron
al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo:
Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed
en Jehová vuestro Dios, y estaréis
seguros; creed a sus profetas,
y seréis prosperados". Esta mujer tenía la fe de Dios, pues si seguimos leyendo el pasaje
veremos que su hijo fue resucitado y ella tuvo gran gozo y Dios fue
glorificado. ¡Decidamos hoy crecer en
nuevos niveles de fe!
LA
TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS. Esto pasó en la transfiguración: (Marcos 9:5-8) “5 Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que
estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una
para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 6 Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados. 7 Entonces
vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a ÉL oíd. 8 Y luego, cuando miraron,
no vieron más a nadie consigo, sino
a Jesús solo”. (Lc. 9:28-36; 33,35,36) “28 Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo,
y subió al monte a orar. 29 Y entre tanto que oraba, la
apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente.
30 Y he aquí dos varones que hablaban con ÉL, los cuales eran Moisés y Elías; 31 quienes aparecieron rodeados de Gloria, y hablaban de su
partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. 32 Y Pedro y los que estaban con ÉL estaban rendidos de sueño; mas
permaneciendo despiertos, vieron la Gloria
de Jesús, y a los dos varones
que estaban con ÉL. 33 Y
sucedió que apartándose ellos de ÉL, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para
nosotros que estemos aquí; y hagamos
tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía. 34 Mientras él decía esto, vino una
nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube. 35 Y vino una voz desde la nube, que
decía: Este es mi Hijo amado; a ÉL
oíd. 36 Y cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo; y ellos
callaron, y por aquellos días no dijeron nada a nadie de lo que habían visto”. La transfiguración de Jesús constituye
uno de los acontecimientos más extraordinarios de las Sagradas Escrituras
por sus importantes repercusiones en nuestra fe. Ante todo, se trata de una visión de lo sobrenatural compartida por
tres discípulos de Jesús. Frente a ella es lógico preguntarse: ¿Cómo sería
este evento? ¿Qué es lo que realmente debió ocurrir allí, sobre aquel monte? Y,
en cualquier caso, ¿Qué implicaciones o enseñanzas tiene tal visión para el ser
humano de la actual aldea global? La
transfiguración como cambio de forma. La transfiguración de Jesús tiene que ver, ante todo, con la vista y con la imagen. “Transfiguración” significa “cambio de forma o de figura”. Estas
dos figuras en verdad representan el primer
Pacto: Moisés representa a la
Ley, y Elías a los Profetas. Y Cristo es el cumplimiento de la
Ley y de los Profetas (Mateo 5:17)
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para
abrogar, sino para cumplir”. La “Transfiguración de Jesús”, proporciona una triple revelación.
Ellos también representan a los vivos y a los muertos, pues Moisés falleció y
se conoce su lugar de sepultura, mientras Elías fue llevado al cielo vivo para
aparecer nuevamente a anunciar el tiempo de la salvación de Dios en Jesucristo.
Entonces,
apareciendo juntos a Jesús en el Monte de la Transfiguración, Moisés y Elías
confirman que el Mesías-Salvador está aquí, y que Él es el Hijo de Dios de
quien el Padre mismo da testimonio, el Señor de la Creación, del primer pacto y
del Nuevo Pacto, de los vivos y de los muertos.
La Transfiguración de Jesús en sí es
el cumplimiento de todas las manifestaciones de Jehová Dios, una
consumación perfeccionada y completada en la persona de Jesucristo. La Transfiguración de Jesús nos revela
nuestro propio destino como cristianos, el destino final de todos los
seres humanos y de la creación entera, el de la transformación radical del ser
y su glorificación por el majestuoso esplendor de Dios. “Revelación” significa literalmente “quitar el velo”; revelar es quitarle el velo a aquello que
puede estar oculto y que a primera vista no se comprende. De ahí que la revelación de las Sagradas Escrituras es entender lo
que muchas personas no lo ven y es cuando el velo todavía está puesto. (2Cor 3:14-16) “14 Pero el
entendimiento de ellos se embotó; porque
hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no
descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está
puesto sobre el corazón de ellos. 16
Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará”. La transfiguración es la revelación de un Dios fiel que mantiene sus
promesas a lo largo de la vida de la humanidad; un Dios que ha hecho
pacto con el ser humano y del que se puede uno fiar, a pesar de permanecer invisible
para muchos, pero que se revela a su pequeño remanente, y que nos permite oír
su voz, aunque sea desde la nube de su presencia.
Para
concluir.
El crecimiento espiritual es de suma
importancia para los cristianos; desdichadamente, muchos han dejado de
buscar su crecimiento, y se encuentran estancados en la niñez o adolescencia, y
no se han dado cuenta del peligro en que se encuentran. Se encuentran en peligro de ser fácilmente conducidos por caminos
que no conducen a Dios; se encuentra en peligro de entrar o permanecer
en un estado de rebeldía. ¿Qué
podemos hacer para desarrollar espiritualmente? La respuesta a esta
pregunta es fácilmente encontrada en (Efesios
4:23,24) cuando leemos: “23y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y
santidad de la Verdad”. Hermanos, solo
a través de la renovación de nuestra mente podremos ser transformados.
¿Qué significa ser transformados? Ser
transformados significa que hemos eliminado de nosotros toda personalidad,
carácter, y actitud que no agradan a
Dios, y que influencian de la
manera que actuamos y nos comportamos. Pero lograr esto en ocasiones no
es fácil, ya que nosotros somos una simple compilación de nuestras experiencias
y memorias. Pero deseo que noten muy
bien que dije que en ocasiones no es fácil, y que no dije que era
imposible. Para Dios no existe lo imposible, así que con la ayuda de Dios
podemos completamente vencer todo ataque del enemigo, para lograr establecer y
permanecer una comunión con Dios. Examinemos
ahora por un momento, y preguntémonos,
¿A qué nivel esta mi relación con
Dios? ¿A qué nivel esta mi crecimiento espiritual? Como
cristianos fieles no podemos ignorar u olvidarnos del hecho de que el diablo y
su ejército usarán todo lo que este a su alcance para tratar de separarnos de
la presencia de Dios.
Como cristianos fieles tenemos que
estar muy conscientes de que estamos en medio de una guerra espiritual, y que
nuestro enemigo tiene un arsenal grande a su disposición. Y este arsenal es
usado indiscriminadamente para detener el crecimiento espiritual, y
negativamente afectar la fe de los creyentes. Desarrolla tu vista espiritual que es: LA FE. No permitamos
que nada detenga nuestro crecimiento espiritual y relación con Dios; no caigas
en la trampa del enemigo, sino que: “…sube
ante la presencia de Jehová…” y busca siempre ver y permanecer en Su
presencia.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor. Si usted no tiene la intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de
entregarla a otra persona interesada. Para la difusión gratuita entre
cristianos, se permite fotocopiar esta hoja (por favor no cambiar el texto).
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