25 de Junio de 2017
LA CORRECCIÓN DE JEHOVÁ DIOS NO ES CONDENACIÓN
En nuestra vida
como seres humanos siempre tendremos la tendencia a pecar debido a que somos pecadores
por nacimiento, por lo tanto, tenemos que mantenernos luchando contra el pecado.
Jesucristo vino a pagar con su sangre para perdonar todos tus pecados, pero ya
cuando aceptamos este perdón Dios nos manda a pelear contra esta naturaleza
para que no nos domine, para poder vivir como a Él le agrada. ¿Cómo es el proceso del pecado? Empieza con la tentación, comienza un
diálogo en tu mente, éste es el primer pensamiento, luego; El demonio pasa a hacer una proposición directa al pecado, una mentira; Luego
viene el momento de la vacilación. En éste momento ya el alma sucumbió, dando
su consentimiento voluntario al pecado. Luego viene el momento de la
desilusión: ¿dónde está el maravilloso panorama sugerido por el enemigo? En
seguida llega el remordimiento que le sigue a la desilusión. Entonces: ¿Cómo
luchar contra las tentaciones? ¿Qué hacer ante la tentación? Despachar la
tentación de inmediato. ¿Cómo? También orando, pidiendo al Señor Jesucristo la
fuerza para no caer. La oración es el principal medio en la lucha contra
las tentaciones y la mejor forma de vigilar. (Mateo 26:41) “Velad y orad, para
que no entréis en tentación; el Espíritu a la Verdad está dispuesto,
pero la carne es débil”.
La verdad es que mientras vivamos siempre vamos a pecar, aunque digamos ser “los mejores cristianos”, (1Juan 1:8,10)
“8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en
nosotros. 10 Si decimos que no hemos
pecado, le hacemos a ÉL mentiroso, y su palabra no está en nosotros”. Pero una vez que hemos aceptado el
camino de la Salvación que ofrece nuestro Señor Jesucristo en ese mismo momento
empieza, la lucha contra la tentación para no llegar al pecado. ¿Qué pasa si pecamos? En la
lucha que cada uno de nosotros libran contra el pecado, todavía no hemos tenido
que resistir hasta derramar nuestra sangre. (Hebreos 12:4) “Porque aún no habéis resistido hasta la sangre,
combatiendo contra el pecado”. Este
versículo nos habla que debemos tener una lucha a muerte contra el pecado, pues
este es uno de nuestros grandes enemigos que nos aparta de Dios, por lo tanto
debemos aprender a defendernos contra este. Te pregunto: ¿Que tanto
luchas contra tus pecados? ¿Hasta qué punto has luchado contra ellos? ¿Estás
matando y ganándole a sus pecados?
Examinaremos algunas claves para poder luchar contra la
tentación para no caer en el pecado: PRIMERO; (Hebreos
12:1) “Por tanto, nosotros
también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado
que nos ASEDIA, y corramos
con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Si el pecado nos
está acorralando “Asediando”, por medio de la tentación, para
que, con el peso del pecado, el
diablo sabe que no podremos seguir corriendo esta carrera, ya que el por el peso que traemos nos
vamos a desanimar y seguro que dejaremos la carrera; Pero nuestro Padre Celestial nos da su
concejo: (Hebreos 3:13) “Antes
exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; Para que ninguno de vosotros
se endurezca por el ENGAÑO del pecado”. Dice que el pecado nos “ASEDIA” así que es un enemigo
despiadado que en la guerra nos rodea y nos ataca hasta destruirnos. También
como vemos dice que es “ENGAÑOSO”, esto
significa que es astuto y que nos puede ofrecer lo que más nos gusta o usar miles de estrategias diferentes para
llegar a nosotros como amigo, solo para después atacarnos en nuestra mayor
debilidad. La mejor arma del diablo son tus PROPIOS AMIGOS.
SEGUNDO: Debemos entender que nuestra lucha es a muerte. (Colosenses 3:5)
“HACED MORIR, pues, LO TERRENAL EN
VOSOTROS: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, MALOS DESEOS y avaricia, que es
idolatría”. El pecado es malvado por dos grandes razones: Primero, Porque
cuando no habíamos aceptado a Jesús; El diablo por medio del pecado era nuestro amo y nos obligaba a hacer
lo que él quería. Prácticamente éramos sus esclavos y nos apartaba
completamente de Jehová Dios y nos condenaba a una vida infernal. Segundo, Porque ya una vez
siendo libres por la Sangre de Cristo; Este busca vengarse y tratará por todos los medios posibles de acorralarnos
y volvernos a encadenar y dominar. (1Jn
3:8-10) “8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo
peca desde el principio. Para esto
apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 9 Todo aquel que es nacido de Dios, no
practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en Él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel
que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios”. Es por esta razón que debemos
prepararnos bien en la Sana Doctrina de Cristo. REFLEXIONEMOS: ¿Que partes de tu
cuerpo usa el diablo en tu vida, para ofender a Dios, dándole chance al pecado?
Entonces; Debes de ir apartándote
de todo aquello que te pueda volver a juntar con tu enemigo.
Nuestra lucha es por el resto de nuestras vidas, mientras
estemos en este mundo.
Esta pelea comienza
desde el día que llegamos a aceptar a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador,
y terminara hasta que Jesucristo vuelva por su pueblo. (2 Corintios 11:13-15) “13
Porque éstos son falsos apóstoles, obreros
fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. 14 Y
no es maravilla, porque el
mismo satanás se disfraza como ángel de luz. 15 Así que, no es extraño
si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras”.
El diablo es perverso porque buscará acorralarte
hasta que caigas de nuevo en pecado, para adueñarse de ti y tratará poco a poco
de crear otros pecados en ti. ¡No debes de descuidarnos un día! Todo nuestro
ser está contaminado por la concupiscencia de la carne, la persona almática,
es esclavo de las pasiones bajas; nuestros pensamientos, acciones,
miradas, palabras, sentimientos, aun nuestra voluntad nos domina; (Gn 6:5) “Y
vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo
designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el
mal”; (Mt 15:19) “Porque del corazón
salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las
fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”; (Ga 5:19-21) “19 Y manifiestas son las
obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, 20 idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras,
orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los
que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”; (Romanos 7:14-23) “14 Porque
sabemos que la ley es espiritual;
mas yo soy carnal, vendido al pecado. 15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero,
esto hago, apruebo que la ley
es buena. 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 18 Y
yo sé que, en mí, esto es, en mi carne, no mora el
bien; porque el querer el
bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien
que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no
lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Así que, queriendo
yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque
según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero
veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente,
y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros”.
Entendamos que Jesucristo vino a salvarnos para ser
Santos, porque sin santidad nadie podrá ver a Jehová Dios. (Hebreos 12:14) “Seguid la paz
con todos, y la santidad,
sin la cual nadie verá al Señor”. Él se entregó por nosotros para
rescatarnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a
hacer el bien. (Tito 2:14) “Quien se dio a sí mismo por nosotros para
redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio,
celoso de buenas obras”. Debes de
tener bien en cuenta todo lo que Jesús sufrió para liberarte y perdonarte tus
pecados. Siempre tengamos en mente que nuestra libertad es por medio de
la Sangre Preciosa de Jesucristo, por lo tanto, debemos de valorar este
sacrificio que hizo por cada uno de nosotros. Reflexionemos en qué; Si no estamos
luchando, no hemos entendido lo que Jesús hizo por ti.
¿Qué es lo que debo de tener en cuenta en la lucha contra
el pecado? Tu comandante
debe ser Jesucristo, porque tenemos que soportar, y luchar contra la tentación,
porque si cedemos a la tentación, Dios no oirá nuestras oraciones. Satanás sabe
esto, y esta es una razón por la cual trabaja tan duro tentando a los
cristianos para que pequen. (Santiago
1:12) “Bienaventurado el varón
que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba,
recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”. (Romanos 8:13) “Porque si vivís
conforme a la carne, moriréis; más si
por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”.
Jesucristo en Espíritu vive en tu corazón, por lo tanto, Él debe de tener el
control de las acciones, de tu mente y cuerpo, y te dirige por el camino de la
santidad, por medio del Espíritu Santo. Porque el Espíritu te recuerda lo que
has aprendido de la Palabra y te ayuda a combatir contra el pecado. Es tu amigo
fiel de batallas.
Por otra parte, es ponerse la armadura de Dios. (Efesios 6:13)
“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día
malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. Para que cuando llegue el día
malo podamos resistir hasta el fin con firmeza.
¿Que incluye la armadura de Dios? (Efesios 6:10-17) “10 Por lo
demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios,
para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque
no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de
Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar
firmes. 14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos
con la coraza de justicia, 15
y calzados los pies con el apresto
del evangelio de la paz. 16
Sobre todo, tomad el escudo de la fe,
con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”.
El cinturón de la verdad (Es conocer las verdades de Jesucristo)
La coraza de justicia (Es la justicia que Dios te da por la sangre de
Jesucristo)
El calzado (El evangelio que debemos de caminar siempre)
El escudo de la fe (Es la confianza en Dios ante las dificultades)
El casco de la salvación (Manteniendo siempre en la cabeza lo que Dios hizo en la
cruz)
La espada del Espíritu (Es la Palabra de Dios con la cual atacamos al enemigo)
NO HAY QUE ALIMENTAR AL ENEMIGO. (Romanos 13:13,14) “13 Andemos como de día,
honestamente; no en glotonerías y
borracheras, no en lujurias y lascivias, no en
contiendas y envidia, 14
sino vestíos del Señor Jesucristo, y no
proveáis para los deseos de la carne”. Porque si todavía estamos
haciendo y viviendo de ésta misma manera, estaremos dándole oportunidad al
diablo, porque éste es su alimento, el que tú seas vencido de la tentación y
caigas en pecado. No planifiques o hagas cosas que le den fuerza al pecado. ¿Cuáles podrían ser provisiones para el
pecado en tu vida? Lo primero en la lista negra están tus amigos del mundo,
porque siempre te estarán invitando a fiestas, Hacer y ver
cosas indecentes, Dañar tu cuerpo con vicios, Escuchar música del
mundo, etc. (1Corintios 15:33) “No erréis; las malas
conversaciones corrompen las buenas costumbres”. (2Pedro 2:18-20) “18 Pues hablando palabras infladas y vanas,
seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente
habían huido de los que viven en error. 19 Les prometen libertad,
y son ellos mismos esclavos de
corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del
que lo venció. 20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las
contaminaciones del mundo, por
el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que
el primero”.
Es muy importante que pongamos de nuestra parte. (1Corintios 9:26,27) “26
Así que, yo de esta manera corro,
no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien
golpea el aire, 27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que,
habiendo sido heraldo para otros,
yo mismo venga a ser eliminado”.
Hay personas que agarraban este versículo de manera literal y se golpean el
cuerpo para no dar lugar a los deseos carnales. Lo que realmente dice este versículo es que te sacrifiques con tal
de no dejar que la tentación te atrape y el pecado reine en tu vida para que
después no seas de mal testimonio ante los hermanos. Muchas veces
debemos tomar decisiones dolorosas con tal de seguir a Jesús y dejar el pecado
atrás.
Es verdad que Jehová Dios nos perdona, pero… No se
aproveche de la Gracia. (Romanos 6:1,2) “1 ¿Qué, pues,
diremos? ¿Perseveraremos
en el pecado para que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado,
¿cómo viviremos aún en él?”. Muchos
llegan a decir “Bueno, como Dios ya me perdono seguiré en el
pecando”. Hermanos Dios no quiere esto, no usemos la Gracia como:
“Licencia para pecar” ¡No seamos Cristianos Carnales sino espirituales!
Es también muy importante que reconozcamos que el pecado
endurece el Corazón.
(Hebreos 3:12,13) “12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros
corazón malo de incredulidad para
apartarse del Dios vivo; 13
antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”.
A medida que vas dejando que el Mundo y el Pecado vayan dominando tu vida, poco
a poco te iras enfriando en las cosas de Dios. Pronto se te irán quitando las ganas de ir a la congregación, de
leer las Sagradas Escrituras, de orar y de reunirte con tu
familia para escudriñar el Sagrado Manual, etc. ¡Por esta razón nunca
desistas en las cosas de Dios!
Recordemos que Jehová Dios disciplina a sus hijos por
amor. (Salmos 89:30-32) “30 Si dejaren sus hijos mi ley, y no anduvieren en mis juicios, 31 Si
profanaren mis estatutos, y no
guardaren mis mandamientos, 32
Entonces castigaré con vara su
rebelión, y con azotes sus
iniquidades”. Jehová Dios, como nuestro Padre, Porque nos ama nos
disciplina con vara, por amor a nosotros, para que seamos mejores para Él cada
día ¿Acaso si ustedes ven que su hijo se porta mal, no lo castigaría? Y si no
lo hace es porque no lo ama, (Proverbios
3:12;13:24) “12 Porque Jehová al que ama castiga,
como el padre al hijo a quien quiere. 24 El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas
el que lo ama, desde temprano
lo corrige”. REFLEXIÓNENOS: Si nosotros decimos ser “Cristianos”
y andamos en una vida pecaminosa
pero no ve, ni siente la disciplina del Padre y Dios, entonces: ¡PREOCÚPENSE! pues a lo mejor no son hijos.
En todo esto de
la tentación y el pecado: ¿Dónde queda el diablo? Él es el tentador que solo
aparece rápidamente para tentarte y después él sabe que tu concupiscencia te va
acorralar y tú serás el que pague por el pecado, porque él es astuto y quiere
que tú seas el culpable.
Si solo con la
naturaleza pecaminosa estamos mal, no digamos con los ataques de satanás. ¡Debes de prepararte para la guerra!
No solo debemos luchar con tu tentación que te hace pecar más frecuente,
¡SINO CON TODOS! No solo debemos luchar con nuestras debilidades,
sino con los otros pecados también, recordemos que tanto tu naturaleza
pecaminosa, como el diablo quieren verte derrotado. REFLEXIONEMOS: ¡Si no peleas, es porque no sientes motivación
por Dios! ¡SI NO LUCHAS CONTRA TUS ENEMIGOS, ELLOS TE TERMINARAN DERROTANDO A
TI!
NO
menospreciemos la disciplina del Padre nuestro Dios. La disciplina nos prepara
para producir frutos: (Lucas 13:6-9) “6 Dijo también esta
parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar
fruto en ella, y no lo halló. 7 Y
dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta
higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? 8 El entonces, respondiendo, le dijo:
Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la
abone. 9 Y si diere fruto, bien; y
si no, la cortarás después”. Cavar alrededor, meter el azadón y abecés hay que
apodar tus ramas. Jehová Dios recure a estos métodos para hacernos producir.
La
disciplina corrige al que es recibido por hijo: (Hebreos 12:6)
“Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo”.
Jehová Dios trata con la vida de aquel
que le ha tomado por hijo, (Hebreos
12:8) “Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido
participantes, entonces sois bastardos, y no hijos”. Ningún padre va ha corregir al que no es su hijo, porque no le
interesa.
La
disciplina es para forjar un carácter que expresen a Jesucristo en su diario
vivir.
(Hebreos
12:11) “Es verdad que ninguna disciplina al
presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto
apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”. Pero cuando ha logrado su propósito,
produce un fruto de bendición.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor. Si usted no tiene la
intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra
persona interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar
esta hoja (por favor no cambiar el texto).
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