03
de Julio de 2016
LA
SANA DOCTRINA DE CRISTO DICE, EL QUE VIENE DEL CIELO ES SOBRE TODOS
INTRODUCCIÓN:
Empezaré recordándoles que “TODA”,
desde Génesis hasta Apocalipsis
toda la Escritura, es Obra de Jehová Dios: (2
Timoteo 3:16,17) “16 Toda la Escritura es inspirada por Dios,
y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. El Autor de las Sagradas Escrituras, es Jehová Dios y que
todas las vidas que Él escogió fueron con el propósito de que sean nuestro
ejemplo de vida: (Romanos 15:4) “Porque
las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a
fin de que, por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos
esperanza”. (1 Corintios 10:11) “Y
estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a
nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos”. Entendiendo esto entonces entendemos que
Jehová Dios por medio de Juan Bautista nos enseña diciéndonos: (Juan 3:31-36) “31 EL QUE DE ARRIBA VIENE, ES SOBRE TODOS; el que es de
la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es
sobre todos. 32 Y lo que vio y oyó,
esto testifica; y nadie recibe su testimonio. 33 El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz. 34 PORQUE
EL QUE DIOS ENVIÓ, LAS PALABRAS DE DIOS HABLA; pues Dios no da el Espíritu por medida.
35 El Padre ama al Hijo, y todas
las cosas ha entregado en su mano. 36
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo
no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. También sabemos porque Escrito está que fue por medio del Espíritu
Santo que Jehová Dios inspiró a hombres (2Pe 1:19-21) “19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual
hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro,
hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros
corazones; 20 entendiendo primero
esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, 21 porque nunca la profecía fue traída
por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo”.
En cuanto al contenido de nuestro
texto, "EL QUE DE ARRIBA VIENE, ES
SOBRE TODOS", encontramos que nuevamente se destacan las diferencias
fundamentales entre Juan el Bautista, y el
último y más grande de todos los profetas, en la Divina Persona de Jesucristo,
el Hijo de Jehová Dios, confirmado por el Espíritu Santo. (2Pe 1:16-21) “16 Porque no os hemos dado a conocer el Poder y la venida de
nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo
visto con nuestros propios ojos su majestad. 17 Pues cuando Él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue
enviada desde la Magnífica Gloria una Voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.
18 Y nosotros oímos esta Voz enviada del cielo, cuando
estábamos con Él en el Monte Santo. 19
Tenemos también la Palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en
estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día
esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; 20 entendiendo primero esto, que
ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, 21 porque
nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”.
Primeramente, vemos cómo su origen determina su
naturaleza. Así
pues, el heraldo "es de la tierra", y por lo tanto "es
terrenal", lo que quiere decir que es simplemente un hombre. En
comparación, Jesucristo "viene del cielo" y tiene una naturaleza
divina y por lo tanto "ES SOBRE TODOS". Con esta afirmación, de
Jehová Dios usando al evangelista dónde le está señalando como el supremo
Soberano que tiene autoridad sobre todas las criaturas que Él mismo ha creado. Veamos cómo Jehová Dios por medio del apóstol
Pablo suscribió esta misma verdad: (Col 1:15,16) “15 Él es la imagen del
Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16 Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los
cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean
dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de Él y
para Él”. En las Sagradas Escrituras
vemos la suprema autoridad de su revelación en comparación con cualquier otro
testimonio verídico dado por los profetas que le habían precedido. Su conclusión es que el origen de una
persona determina también la naturaleza de sus palabras: "El que es de la tierra, es terrenal,
y cosas terrenales habla", pero en contraste, "el que viene del
cielo, es sobre todos" y puede hablar de "lo que vio y oyó" en
la misma presencia del Padre, es decir, de cosas celestiales.
Esto
fue también algo que nuestro Señor Jesús, había tratado de hacer entender a
Nicodemo durante su entrevista: (Juan 3:11-13)
“11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos
hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís
nuestro testimonio. 12 Si os
he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿Cómo creeréis si os
dijere las Celestiales? 13
Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que
está en el cielo”. En este sentido, Juan
el Bautista era simplemente "una voz que hablaba en el desierto",
un eco de la voz celestial que
llegaba desde el cielo. Hablaba lo que el Espíritu Santo le revelaba para
que hablase, en cambio el "Verbo" encarnado que había estado durante
toda la eternidad en el Seno del Padre y que con suma claridad le daba a
conocer (Juan 1:18) “A Dios
nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha
dado a conocer”.
La
autoridad divina con la que Jesús hablaba no se puede comparar con la de ningún
otro ser humano.
La razón está precisamente en que Jesús ha
venido de "arriba", del cielo. (Hebreos 1:1-4) “1 Dios,
habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a
los padres por los profetas, 2 en
estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó
heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria,
y la Imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la Palabra de su Poder,
habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad
en las alturas, 4 hecho tanto superior a los ángeles,
cuanto heredó más excelente Nombre
que ellos”.
Todos sabemos que los primeros rayos
de la mañana no iluminan lo mismo que cuando el sol está en su cenit. (Proverbios 4:18) “Mas la senda de los
justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es
perfecto”. Y de la misma manera, la
luz de la revelación divina alcanza su mayor fuerza y claridad con la
venida de Jesús. Notemos, sin embargo, que ya sea que Jehová Dios hablara
por medio de los profetas, o de su propio Hijo, se trata siempre de la misma
revelación en las Sagradas Escrituras, y no hay diferencias ni contradicciones
de contenido, porque es Jehová Dios el mismo Autor. En todos los casos es
una revelación que tiene el mismo origen celestial. Y tiene que ser necesariamente así, porque ningún hombre puede
conocer la mente de Jehová Dios a no ser que Jehová Dios mismo tome la
iniciativa de darse a conocer primero. Pero
todo lo que salga del corazón humano, o de su sabiduría terrenal, está
manchado por el pecado y siempre estará lejos de darnos una idea real de
quién es Jehová Dios. Tenemos un claro ejemplo de esto en los 12 dioses del panteón griego, que,
por supuesto no eran reales, sino producto de la imaginación del hombre que los
creó con sus mismas debilidades y bajezas, aunque con más poder. Por esa razón, no podían hacer nada por
los hombres y con el tiempo quedaron en el olvido, sin que nadie los adore o crea en ellos desde hace siglos. Pero en contraste, la Revelación
Divina que nos ha llegado a través de las Sagradas Escrituras, siempre ha
sobresalido de forma asombrosa en todas las épocas y culturas, siendo en Verdad
la Palabra Escrita de Jehová Dios que nos llega de la eternidad hasta la eternidad. Este es el Propósito de nuestro Manual de Vida: No se trata de opiniones humanas que son válidas durante un tiempo y en
cierta cultura concreta, para después quedar obsoletas, sino que es una
revelación de la Mente Divina de Jehová Dios que se expresa en
términos absolutos y que permanece para siempre, no es un libro común sino más
bien Divino y Sagrado que no necesita actualización no contiene los caracteres
de los escritores sino El Carácter de Jehová Dios su Autor no existen historias
sino vidas de ejemplo para nosotros que hemos alcanzado el último tiempo.
(Mateo
24:35) “El cielo y la tierra pasarán, pero mis
palabras no pasarán”. Y marcando su
sola Majestuosa Soberanía como Padre de todos, solo Jehová Dios, sabe
el día y la hora del fin de los tiempos nos lo dice por medio de
Marcos: (Marcos 13:32,33) “32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo,
ni el Hijo, sino el Padre. 33 Mirad,
velad y orad; porque
no sabéis cuándo será el tiempo”.
Jehová
Dios, usando a Juan Bautista nos habla diciéndonos: (Juan 1:9-11)
“8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
9 Aquella luz verdadera, que
alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba,
y el mundo por Él fue hecho; pero
el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le
recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron,
a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos
de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”. ¿Cómo puede ser que después de que Jehová
Dios haya Hablado de una forma tan clara, el hombre todavía lo rechace?
La razón no es que Jehová Dios haya fallado en darse a conocer, sino que el ser
humano no quiere creer por la maldad de su propio corazón.
Por medio del evangelista Juan nos
Habla del profundo lamento de Jehová Dios; al ver la obstinada incredulidad de
la mayoría de los seres humanos. Veámoslo tal como lo dice por medio del
apóstol Pablo: (Romanos 1:17-23) “17 Porque en el evangelio la justicia
de Dios se revela por fe y para fe, como está Escrito: Mas el justo por la fe
vivirá. 18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la Verdad;
19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de Él, su eterno Poder y Deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas
hechas, de modo que no tienen
excusa. 21 Pues habiendo conocido a Dios, no
le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos,
y su necio corazón fue entenebrecido.
22 Profesando ser sabios, se
hicieron necios, 23 y cambiaron
la gloria del Dios incorruptible en
semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de
reptiles. 24 Por lo cual también Dios
los entregó a la inmundicia, en
las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí
sus propios cuerpos, 25 ya que cambiaron la Verdad de Dios
por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas
antes que, al Creador, el cual es Bendito por los siglos. Amén”.
Y
aun también entre los que dicen creer en Cristo, hay muchos que seguramente no
son auténticos cristianos. (Mat
7:20-23) “20 Así que, por sus
frutos los conoceréis. 21 No todo el
que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace
la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en
aquel día: Señor, Señor, ¿no PROFETIZAMOS en tu nombre, y en tu
nombre ECHAMOS
FUERA DEMONIOS, y en tu nombre HICIMOS MUCHOS MILAGROS? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos
de mí, hacedores de maldad”.
Esto mismo ya pasaba en la época de
Jesús, cuando había hombres que por algún tiempo se sentían emocionados
y le seguían en busca de milagros, o impresionados por muchos
milagros y echar fuera demonios aspectos de su ministerio, pero
que después, cuando
comprendían las demandas del Evangelio, lo abandonaban (Juan 2:23-25) “23
Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. 24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, 25 y no tenía necesidad de que nadie le
diese testimonio del hombre, pues Él sabía lo que había en el hombre”.
(Juan
6:66-71) “66
Desde esto, muchos de sus discípulos volvieron atrás,
y ya no andaban con Él. 67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis vosotros iros también? 68
Y respondióle Simón Pedro: Señor,
¿a quién iremos? tú tienes palabras de vida eterna.
69 Y nosotros creemos y conocemos que tú eres el Cristo, el
Hijo de Dios viviente. 70 Jesús le respondió: ¿No he escogido yo a vosotros doce, y uno de vosotros es diablo? 71
Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón, porque éste era el que le había de
entregar, el cual era uno de los doce”.
(Juan
8:31-38) “31
Dijo entonces Jesús a los judíos que
habían creído en Él: Si
vosotros permaneciereis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32 y conoceréis la Verdad,
y la Verdad os hará libres. 33 Le respondieron: Linaje de Abraham
somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? 34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo
aquel que hace pecado, esclavo
es del pecado. 35 Y el
esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. 36 Así que, si el Hijo os libertare,
seréis verdaderamente libres.
37 Sé que sois descendientes de
Abraham; pero procuráis matarme,
porque mi Palabra no halla cabida en
vosotros. 38 Yo hablo lo que
he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de
vuestro padre”. Lo que nos dice Jehová Dios es que somos "manada
pequeña", tan solo un pequeño remanente: (Lucas 12:32) “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le
ha placido daros el reino”. Por esta
razón, debemos tener muchísimo cuidado de la enseñanza de la cual nos
estamos alimentando porque lo que comes va a determinar tu naturaleza; El
cristianismo de masas tan popular en algunos lugares de nuestro mundo hoy en
día ¡¡¡NO!!! es la forma ni la manera más inteligente de escoger dónde
congregarnos.
En
las Sagradas Escrituras dice Jehová Dios que: (Juan 3:33)
“El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz”. Siempre hay excepciones a la
incredulidad, y este versículo trata de los que sí que reciben su
testimonio, de aquellos que son verdaderos creyentes y que se benefician de
todo lo que Jehová Dios dice en su Palabra Escrita. Por medio de Juan Bautista nos dice que éstos atestiguan que Jehová Dios
es veraz. Para ello usa un ejemplo que era común entonces. Se trata del sello que alguien colocaba
sobre algo para mostrar su autenticidad. Jehová Dios envió a su Hijo al
mundo y lo “SEÑALÓ” (Juan 6:27) “Trabajad, no por la comida que
perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del
Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre”, poniendo su sello de aprobación sobre Él, verificando que es
su mensajero y por lo tanto digno de todo crédito. Ahora, los que creen en Él,
aceptan que el testimonio que Cristo da es veraz.
Existen
dos
fe’s, la fe natural que no salva y la fe que salva y en
esto consiste la fe que salva: Dios ha puesto su
sello sobre Jesucristo, y ahora nosotros debemos ponerlo también sobre Él. La fe auténtica consiste en hablar lo
mismo que Jehová Dios, estar de acuerdo con lo que Él ha dicho, creerlo y obedecerlo en nuestras vidas.
(Mateo 3:17) “Y hubo una Voz de los cielos, que decía: Este es
mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia”. Esta misma Verdad,
pero vista desde una perspectiva negativa, la encontramos en el libro de: (1 Juan
5:10) “El que cree en el Hijo de
Dios, tiene el testimonio en
sí mismo; el que no cree a
Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que
Dios ha dado acerca de su Hijo”. Notemos
la seriedad de no creer en el testimonio que Jehová Dios, ha dado a través de
su propio Hijo. No es otra cosa que hacer a Jehová Dios mentiroso, lo cual es extremadamente grave.
No
puede haber una revelación más clara que la que Jehová Dios nos ha dado a
través de su Hijo unigénito, por lo tanto,
rechazarla tendrá implicaciones terribles para aquel que lo haga, tal como más
adelante nos va a decir por medio del evangelista Juan, en este pasaje: (Juan 3:36) “El que cree en el Hijo
tiene vida eterna; pero el que rehúsa
creer en el Hijo no verá la vida, sino
que la ira de Dios está sobre él”. El
Señor siempre tuvo plena consciencia de que había sido enviado a este mundo con
una misión. Una y otra vez se refiere al hecho de que ha sido enviado
por el Padre para: (Juan 18:37) “Le
dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy
rey. Yo para esto he nacido,
y para esto he venido al mundo,
para dar testimonio a la verdad. Todo
aquel que es de la verdad, oye mi Voz”.
Tal vez esta insistencia se deba a que
en su mente había quedado grabada de forma muy especial la escena final cuando
el Padre se separó del Hijo para enviarlo a este mundo. Durante toda su vida
aquí en la tierra, él nunca tuvo duda de que "había salido de Dios y a
Dios iba" (Juan 13:3) “Sabiendo Jesús que el Padre le había
dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a
Dios iba”. Pero su insistencia en recordar constantemente a sus oyentes
que había sido enviado por Jehová Dios, tenía
el propósito de mostrarles que Él no era un mensajero de sí mismo. Fue enviado para revelarnos al Padre,
y como buen mensajero, no hablaba sus
propias palabras, sino "las
Palabras de Dios". (Juan 7:16)
“Jesús les respondió y dijo: Mi
Doctrina no es mía, sino de aquel que me envió”. (Juan 12:49) “Porque Yo no he hablado por mi propia cuenta;
el Padre que me envió, Él me dio mandamiento de lo que he de
decir, y de lo que he de
hablar”. Al decirnos esto, quiere llevarnos a depositar nuestra
confianza en Jesucristo y no buscar la salvación en ninguna otra parte. Quiere que dejemos todo lo demás a un
lado, por muy sabio y erudito que pudiera parecer, y sigamos lo que Jesús
nos ha dicho acerca del Padre.
Para mostrarnos la suprema autoridad
de la revelación dada por Jesucristo, ahora por medio del evangelista Juan
añade otro detalle más: Aquel a quien
Dios envió de esta forma tan especial, no recibe el Espíritu por medida.
Jehová Dios ha dado a Jesucristo su
Santo Espíritu en toda su plenitud de una manera que no lo ha hecho con nadie
más.
Cuando
pensamos en el Señor Jesucristo nos damos cuenta de que el Espíritu de Jehová
Dios estuvo presente en su vida terrenal en todo momento de una forma plena:
1.
FUE
CONCEBIDO POR MEDIO DEL ESPÍRITU SANTO (Mateo 1:18) “El nacimiento de
Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se
juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo”. UNGIDO POR SU SANTO ESPÍRITU EN SU
BAUTISMO (Mateo 3:16) “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego
del agua; y he aquí cielos le fueron
abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía
sobre Él”.
2.
CONDUCIDO
POR SU SANTO ESPÍRITU AL DESIERTO (Mateo 4:1) “Entonces Jesús
fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo”.
3.
LLENADO
DEL ESPÍRITU SANTO PARA LLEVAR EL MENSAJE DE SALVACIÓN (Mateo 4:18-21)
“18 Andando Jesús junto al mar de
Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que
echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19 Y les dijo: Venid en
pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20 Ellos entonces, dejando
al instante las redes, le siguieron. 21 Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de
Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban
sus redes; y los llamó”.
4.
FUE
OFRECIDO EN LA CRUZ POR SU SANTO ESPÍRITU (Hebreos 9:14) “¿Cuánto más la
sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin
mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis
al Dios vivo?”.
5.
LEVANTADO
DE ENTRE LOS MUERTOS POR EL ESPÍRITU DE SANTIDAD (Romanos 1:4)
“Que fue declarado Hijo de Dios con Poder, según
el Espíritu de Santidad, por la resurrección de entre los muertos”.
6.
COMO
CULMINACIÓN DE SU OBRA BAUTIZA CON EL ESPÍRITU SANTO (Marcos 1:8) “Yo
a la verdad os he bautizado con agua; pero Él os bautizará con Espíritu Santo”.
7.
DECLARÓ
QUE EL SANTO ESPÍRITU LE DIO PODER PARA LUBERTAR (Lucas 4:18-21) “18
Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón; A pregonar
libertad a los cautivos, y vista
a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del
Señor. 20 Y enrollando el libro, lo
dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos
en Él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura
delante de vosotros”.
8.
En
nuestro propio caso,
sí que recibimos el Espíritu Santo por medida, pero no es porque Dios no
quiera llenarnos más de Él, sino debido al tamaño tan insuficiente de
nuestro "vaso" para recibirle.
Reconocer
con humildad que es Jesucristo el único que ha bajado del cielo y ha subido al
cielo, y es nuestro Señor y que Él está sobre nosotros esto le agrada al Padre,
y reconocerle es obedecerle en todo. (Lucas 6:46) “¿Por qué me llamáis, Señor,
Señor, y no hacéis lo que yo digo?”.
PREDICADOR
DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO: Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama; Mi interés es que me des la oportunidad de servirles pues me
queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el de servir y que la
Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando toda basura de
ignorancia. Por favor si les interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a
cualquiera de los siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo
se los enviaré inmediatamente sin cuestionar nada y que el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo
les pido en este mismo amor NO LO
VENDAN: lo recibes de gracia dalo de gracia. 52 (722) 336-1411
http://viclaly5757.blogspot.com/?spref=fb viclaly5757.blogspot.com
https://www.bible.com/es/bible/149/jhn.6.rvr1960
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