APRENDIENDO DE LA LLUVIA TEMPRANA Y
TARDIA
POR MEDIO DE LA SANA DOCTRINA DE
CRISTO
Se avecina una inundación
espiritual. Jehová Dios lo ha prometido. Él nos ha prometido un derramamiento del poder del
Espíritu Santo que producirá la cosecha más grande de almas que jamás se haya
visto. (Joel 2:23) “Vosotros
también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha
dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia
temprana y tardía como al principio”.
Como
creyentes de la Sana Doctrina de Cristo, por años lo hemos leído en la Palabra
y oído desde los púlpitos. Por tanto tiempo hemos estado observando el cielo,
esperando que suceda, que ya tengamos calambres en nuestros cuellos
espirituales. Hemos tenido esta imagen mental de Dios derramando su Espíritu Santo
desde un enorme cántaro celestial encima de nosotros.
Pero,
¿Saben qué? Hemos estado mirando en la dirección equivocada. Los cántaros que
Dios va a usar para verter su poder están aquí en la tierra. Jesús lo explicó
así. (Juan 7:38) "El que cree
en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva."
El torrente del tiempo final que hemos
estado esperando va a estar compuesto de aguas vivas que se derramarán de los
creyentes de la Sana Doctrina de Cristo. El Espíritu Santo dentro de nosotros será la fuente de
todas las señales, maravillas y milagros que los profetas anunciaron. Cuando
comencemos a orar con fervor la oración de intercesión, el derramamiento de ese
Poder comenzará a fluir a través de los que pongamos por obra lo que creemos. (Santiago 1:16-23) “Amados hermanos míos,
no erréis. 17 Toda buena dádiva
y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no
hay mudanza, ni sombra de variación. 18
El, de su voluntad, nos hizo nacer por la Palabra de Verdad, para que seamos
primicias de sus criaturas. 19 Por
esto, mis amados hermanos, todo hombre
sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 20 porque la ira del hombre no obra la
justicia de Dios. 21 Por lo cual,
desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la Palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. 22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan
solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la Palabra pero no hacedor de ella,
éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural”.
(Zacarías 10:1-3) dice: “1 Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará
relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno. 2 Porque los terafines han dado vanos oráculos, y los adivinos han visto
mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor.
3 Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes;
pero Jehová de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá
como su caballo de honor en la guerra”.
Nuestras oraciones intercesoras son
las que liberarán el gran derramamiento del Espíritu Santo de Dios. Al comenzar
a unirnos y clamar a Dios, los ríos de agua viva en cada uno de nosotros se
unirán y llegarán a ser una inundación de poder espiritual en la tierra.
Así
que pida y ore por una fuerte inundación del Espíritu Santo. Interceda por el
derramamiento. Haga de este diluvio de poder espiritual una prioridad en su
vida de oración. ¡Gloria a Dios, ya ha empezado a llover
"Y
hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía". En el Estado de
México la lluvia temprana cae en el tiempo de la siembra. Es necesaria para que
la semilla germine. Gracias a la influencia de estas lluvias fertilizantes,
aparecen los tiernos brotes. La lluvia tardía, que cae hacia el fin de la
temporada, madura el grano y lo prepara para la siega. Jehová Dios emplea estos fenómenos naturales para ilustrar la obra del
Espíritu Santo.
Así como el rocío y la lluvia caen
al principio para que la semilla germine, y luego para que la cosecha madure,
se da el Espíritu Santo para que lleve a cabo a través de sus etapas el proceso
del crecimiento espiritual. La
maduración del grano representa la terminación de la obra de la gracia de Dios
en el alma. Mediante el Poder del Espíritu Santo se ha de perfeccionar en el
carácter la imagen de Jehová Dios. Debemos ser totalmente transformados a la
semejanza de Jesucristo.
La
lluvia tardía que madura la cosecha de la tierra representa la gracia
espiritual que prepara a la iglesia para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Pero a menos que haya caído la lluvia temprana, no habrá vida; la hoja verde no
aparecerá. A menos que los primeros aguaceros hayan hecho su obra, la lluvia
tardía no podrá perfeccionar ninguna semilla.
LA APLICACIÓN HISTÓRICA A LA IGLESIA
COMO CONJUNTO DE LA SANA DOCTRINA DE
CRISTO
La lluvia temprana vino en
Pentecostés en el año 31 D.C. En obediencia a la orden de Cristo, los discípulos aguardaron en Jerusalén la promesa del Padre, el
derramamiento del Espíritu Santo. No
aguardaron ociosos. (Lucas 24:49-53)
“49 He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero
quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. 50 Y los sacó fuera hasta Betania, y
alzando sus manos, los bendijo. 51 Y
aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al
cielo. 52 Ellos, después de haberle
adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; 53 y estaban siempre en el
templo, alabando y bendiciendo a Dios.
Amén”.
Mientras
los discípulos esperaban el cumplimiento de la promesa, humillaron sus
corazones con verdadero arrepentimiento, y confesaron su incredulidad... Los
discípulos oraron con intenso fervor pidiendo capacidad para encontrarse con
los hombres, y en su trato diario hablar palabras que pudieran guiar a los
pecadores a Jesucristo. Poniendo aparte toda diferencia, todo deseo de
supremacía, se unieron en estrecho compañerismo cristiano.
El
Espíritu fue derramado después que los discípulos hubieron llegado a la unidad
perfecta, cuando ya no contendían por el puesto más elevado.
(Marcos 9:32-35) “32 Pero ellos no entendían esta
palabra, y tenían miedo de preguntarle. 33
Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais
entre vosotros en el camino? 34 Mas
ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de
ser el mayor. 35 Entonces él se sentó y llamó a los doce, y
les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el
servidor de todos”.
(Mat 23:10-12) “10 Ni seáis llamados maestros; porque
uno es vuestro Maestro, el Cristo. 11
El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. 12 Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla
será enaltecido”. El derramamiento del
Espíritu en los días de los apóstoles fue el comienzo de la lluvia temprana, y
gloriosos fueron los resultados. Hasta el fin del tiempo, la presencia del
Espíritu ha de morar con la iglesia fiel.
EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
TENDRÁ CONSECUENCIAS DE LA LLUVIA
TEMPRANA COMO EN PENTECOSTÉS
Bajo
la influencia del Espíritu, las palabras de arrepentimiento y confesión se
mezclaban con cantos de alabanza por el perdón de los pecados... Miles se
convirtieron en un día...
El
Espíritu Santo... los habilitaba para hablar con facilidad idiomas antes
desconocidos para ellos... El Espíritu Santo hizo por ellos lo que los
discípulos no hubieran podido llevar a cabo en todo el curso de su vida.
Sus
corazones estaban sobrecargados con una benevolencia tan plena, tan profunda,
de tanto alcance, que los impelía a ir hasta los confines de la tierra, para
testificar del poder de Cristo.
¿Cuál
fue el resultado del derramamiento del Espíritu en el día de Pentecostés? Las
alegres nuevas de un Salvador resucitado fueron llevadas a las más alejadas
partes del mundo habitado... La iglesia
veía afluir a ella conversos de todas direcciones.
Los
apóstatas se reconvertían... La ambición de los creyentes era revelar la
semejanza del carácter de Cristo, y trabajar para el engrandecimiento de su
reino.
EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO LA PROMESA DE LA LLUVIA TARDÍA:
El
derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue "la lluvia
temprana", y glorioso fue el resultado. Pero la lluvia tardía será más
abundante.
Cerca
del fin de la siega de la tierra, se promete una concesión especial de gracia
espiritual, para preparar a la iglesia para la venida del Hijo del hombre. Este
derramamiento del Espíritu se compara con la caída de la lluvia tardía.
Antes que los juicios de Dios caigan
finalmente sobre la tierra, habrá entre el pueblo del Señor un avivamiento de
la piedad primitiva, cual no se ha visto nunca desde los tiempos apostólicos.
El Espíritu y el poder de Dios serán derramados sobre sus hijos. Esta obra será semejante a la que se
realizó en el día de Pentecostés. Como la "lluvia temprana" fue dada
en tiempo de la efusión del Espíritu Santo al principio del ministerio
evangélico, para hacer crecer la preciosa semilla, así la "lluvia
tardía" será dada al final de dicho ministerio para hacer madurar la
cosecha.
EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
LA LLUVIA TARDÍA PRODUCIRÁ EL FUERTE
CLAMOR:
La aplicación personal a los
cristianos como individuos. La
lluvia temprana produce conversión; la lluvia tardía desarrolla un carácter
semejante al de Cristo.
En ningún momento de nuestra
experiencia podemos prescindir de la ayuda que nos capacitó para comenzar. Las bendiciones recibidas en
ocasión de la lluvia temprana nos son necesarias hasta el mismo fin... Al buscar a Dios para que nos conceda el
Espíritu Santo, Él producirá en nosotros mansedumbre, humildad de mente, y una
consciente dependencia de Dios con respecto a la lluvia tardía que trae
perfección.
El Espíritu Santo busca morar en
cada corazón donde está tu alma.
Si se le das la bienvenida como a un
huésped honrado, los que lo reciban serán hechos completos en Cristo. La buena
obra que ha sido comenzada, será terminada; pensamientos santos, afectos celestiales y acciones semejantes a las de
Cristo reemplazarán a los pensamientos impuros, los sentimientos perversos y
los actos rebeldes.
Podemos
haber recibido cierta medida del Espíritu de Dios, pero mediante la oración y
la fe debemos tratar de obtener una porción más abundante. No debemos cesar
nunca en nuestros esfuerzos. Si no progresamos, si no asumimos la actitud
necesaria para recibir tanto la lluvia temprana como la tardía, perderemos
nuestras almas, y la responsabilidad será solamente nuestra... Las convocaciones de la iglesia, tales como en las que se trabaja
personalmente por las almas, son las ocasiones señaladas por Dios para dar la
lluvia temprana y la tardía. Debiéramos orar tan fervientemente por el
descenso del Espíritu Santo como los discípulos oraron en el Día de
Pentecostés. Si ellos lo necesitaban en
aquel entonces, nosotros lo necesitamos más hoy en día.
El descenso del Espíritu Santo sobre
la iglesia es esperado como si se tratara de un asunto del futuro; pero es el
privilegio de la iglesia tenerlo ahora mismo. Buscadlo, orad por él, creed en
él. Debemos tenerlo, y el cielo está esperando concederlo.
EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
DEBEMOS HUMILLAR NUESTROS CORAZONES
EN VERDADERO ARREPENTIMIENTO:
La
mayor y más urgente de todas nuestras necesidades es la de un reavivamiento de
la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera ser nuestra primera
obra.
Debe
haber esfuerzos fervientes para obtener las bendiciones de nuestro Señor
Jesucristo, no porque Dios no esté dispuesto a conferirnos sus bendiciones,
sino porque no estamos preparados para recibirlas. Nuestro Padre celestial está más dispuesto a dar su Espíritu Santo a
los que se lo piden que los padres terrenales a dar buenas dádivas a sus hijos.
Sin
embargo, mediante la confesión, la humillación, el arrepentimiento y la oración
ferviente nos corresponde cumplir con las condiciones en virtud de las cuales
ha prometido Dios concedernos su bendición. Sólo en respuesta a la oración debe
esperarse un reavivamiento.
Debe
haber un reavivamiento cabal entre nosotros. Debe haber un ministerio
convertido. Muchos que están predicando la Palabra necesitan la gracia
transformadora de Cristo en sus corazones. No
debiéramos permitir que nada nos impida hacer una obra evangelistica antes que
sea demasiado tarde para siempre.
EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
DEBEMOS DESECHAR TODA LUCHA Y
DISENSIÓN:
Cuando
los obreros de valor tengan a Jesucristo que more permanentemente en sus corazones
donde están sus almas, cuando todo
egoísmo esté muerto, cuando no haya rivalidad ni lucha por la supremacía,
cuando exista unidad, cuando se santifiquen a sí mismos, de modo que se vea y
sienta el amor mutuo, entonces las lluvias de gracia del Espíritu Santo vendrán
sobre ellos tan ciertamente como que la promesa de Dios nunca faltará en una
jota o tilde. Pero cuando es rebajada la obra de otros, para que los
obreros de valor puedan mostrar su propia superioridad, demuestran que su
propia obra no lleva la señal que debiera. Dios no puede bendecirlos.
Si subsistimos en el gran día del
Señor, con: Jehová Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo como nuestro refugio y
nuestra fortaleza, debemos abandonar toda envidia y toda contienda por la
supremacía. Debemos
destruir completamente la raíz de estas cosas impías para que no puedan surgir
de nuevo a la vida. Debemos ponernos plenamente del lado de Nuestro Señor
Jesucristo. Desechen los cristianos
todas las disensiones, y entréguense a Dios para salvar a los perdidos. Pidan
con fe la bendición prometida, y ella les vendrá.
EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO DEBEMOS AMARNOS UNOS A OTROS:
El
cristianismo en la Sana Doctrina de Cristo se ha de revelar en el más tierno
afecto mutuo... Jesucristo ha de recibir supremo amor de parte de los seres que
ha creado. Y requiere que el hombre fomente una consideración sagrada por sus
prójimos. Cada alma salvada lo será por el amor que comienza con Dios. La
verdadera conversión es un cambio del egoísmo al amor santificado para Dios y
al amor mutuo entre los hombres. Los
atributos que Dios más aprecia son la caridad y la pureza, y debieran ser
estimados por todo cristiano. El argumento más poderoso en favor del Evangelio
es un cristiano amante y amable.
EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO SE
REQUIERE UNA ENTREGA TOTAL:
Jehová Dios no aceptará nada a menos
que sea una entrega sin reservas.
Los cristianos aún cundo estén en la
Sana doctrina de Cristo pero que sean indiferentes y pecaminosos nunca podrán
entrar en la presencia de nuestro Señor Jesucristo. No encontrarían
felicidad en él, porque no saben nada de los principios elevados y santos que
gobiernan a los miembros de la familia real. El verdadero cristiano que es fiel
a la Sana Doctrina de Cristo, mantiene abiertas hacia el cielo las ventanas del
alma. Vive en compañerismo con Jesucristo. Su voluntad se conforma a la de Jesucristo.
Su mayor deseo es llegar a ser más y más semejante a Jesucristo.
Esta
Palabra me ha dado Dios para compartírselas (Isa 46:3 Oídme, oh casa de
Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde
el vientre, los que sois llevados desde la matriz. 4 Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo
hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré. 5
¿A quién me asemejáis, y me igualáis, y me comparáis, para que seamos
semejantes?”. Cada uno de Ustedes ha
sido traído a este lugar donde se predica la Sana Doctrina de Cristo por
Voluntad de Jehová Dios, para para hacer de Ustedes árboles de su prado que
llevan mucho fruto, aquí es el taller de Jesucristo dónde el Espíritu Santo
trabaja en cada uno de nosotros, puliendo toda aspereza y redarguyéndonos de
todo pecado y dándonos discernimiento para no caer en tentaciones.
NO PODEMOS EMPLEAR AL ESPÍRITU SANTO.
El Espíritu ha de emplearnos a nosotros. Por el Espíritu
Santo obra Dios en su pueblo: (Fil. 2:13) “12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido,
no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos
en vuestra salvación con temor y temblor, 13 porque Dios es el que en vosotros produce así
el querer como el hacer, por su buena voluntad. 14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas, 15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin
mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual
resplandecéis como luminares en el mundo; 16
asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme
de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado”. Pero
muchos no quieren someterse a esto. Quieren
manejarse a sí mismos. Esta es la razón por la cual no reciben el don
celestial. Únicamente a aquellos que esperan humildemente en Dios, que velan
para tener su dirección y gracia, se da el Espíritu.
EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
DEBEMOS DESPEJAR EL CAMINO PARA LA
LLUVIA TARDÍA:
En
esta revelación vi que nadie podrá participar del "refrigerio" a
menos que haya vencido todas las tentaciones y triunfado del orgullo, el
egoísmo, el amor: al mundo y toda palabra y obras malas. Por lo tanto, debemos
acercarnos más y más al Señor Jesucristo y buscar anhelosamente la preparación
necesaria que nos habilite para permanecer firmes en la batalla, en el día que
vuelva Nuestro Señor Jesucristo. Nos
toca a nosotros remediar los defectos de nuestro carácter, limpiar el templo
del alma de toda contaminación. Entonces la lluvia tardía caerá sobre nosotros
como cayó la lluvia temprana sobre los discípulos en el día de Pentecostés.
No
hay nada que satanás tema tanto como que el pueblo de Dios despeje el camino
quitando todo impedimento, de modo que Jehová Dios pueda derramar su Espíritu Santo
sobre una iglesia decaída y una congregación impenitente... Cada tentación, cada influencia opositora,
ya sea manifiesta o secreta, puede ser resistida con éxito: (Zac. 4:4-7) “4 Proseguí y hablé,
diciendo a aquel ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío? 5 Y el ángel que hablaba conmigo
respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío. 6 Entonces respondió y me habló
diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni
con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. 7 ¿Quién eres tú, oh gran monte?
Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con
aclamaciones de: Gracia, gracia a ella”.
Vendrá la lluvia tardía y la
bendición de Dios llenará cada alma que esté purificada de toda contaminación. Nuestra obra hoy es rendir nuestra
alma a Jesucristo para que podamos ser hechos idóneos para el tiempo del
refrigerio de la presencia del Señor:
idóneos para el bautismo del Espíritu Santo. Tal como las esposas idóneas a sus
maridos.
EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO DEBEMOS
CONVERTIRNOS EN OBREROS ACTIVOS EN
EL SERVICIO DE JESUCRISTO:
Cuando
las iglesias lleguen a ser iglesias vivientes y laboriosas, se les dará el
Espíritu Santo en respuesta a su sincero pedido... Entonces se abrirán las
ventanas del cielo para los aguaceros de la lluvia tardía. El gran
derramamiento del Espíritu de Dios que ilumina toda la tierra con su gloria, no
acontecerá hasta que tengamos un pueblo iluminado, que conozca por experiencia
lo que significa ser colaboradores de Dios. Cuando nos hayamos consagrado plenamente y de todo corazón al servicio
de Jesucristo, Dios lo reconocerá por un derramamiento sin medida de su
Espíritu Santo; pero esto no ocurrirá mientras que la mayor parte de la iglesia
no colabore con Dios.
Cuando
la iglesia haya dejado de merecer el reproche de insensibilidad y pereza, el
Espíritu Santo de Dios se manifestará misericordiosamente. La potencia divina
será revelada. La iglesia verá las dispensaciones providenciales de Jehová Dios
de los Ejércitos.
No
necesitamos preocuparnos por la lluvia tardía. Todo lo que debemos hacer es
mantener limpio el recipiente y ponerlo hacia arriba, listo para recibir la
lluvia celestial, y perseverar en oración.
Al buscar así a Dios, permítanme
decirles que Dios está permanentemente preparándolos, dándoles su gracia. La
respuesta puede venir con rapidez repentina y con poder abrumador, o puede
demorarse por días y semanas, y nuestra fe ser probada. Pero Dios sabe cómo y cuándo
contestar nuestra oración. Nuestra parte del trabajo es ponernos en conexión
con el canal divino. Jesucristo es responsable por su parte del trabajo. Fiel
es el que ha prometido. (Deuteronomio
7:7-11) “7 No por ser vosotros más
que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros
erais el más insignificante de todos los pueblos; 8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que
juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado
de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. 9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda
el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta
mil generaciones; 10 y que da el
pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le
odia, en persona le dará el pago. 11 Guarda, por tanto, los mandamientos,
estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas”. El asunto grande, e importante para nosotros es ser de un corazón y mente,
desechando toda envidia y malicia y, como humildes suplicantes, velar y
esperar. Jesús, nuestro Representante y Cabeza, está listo para hacer por
nosotros lo que hizo por los que estaban orando y velando en el Día de
Pentecostés.
EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO NO
TODOS RECIBIRÁN LA LLUVIA TARDÍA:
Se
me mostró que si el pueblo de Dios no hace esfuerzos de su parte, sino que
espera que el refrigerio descienda sobre ellos y elimine sus faltas y corrija
sus errores; si depende de esto para limpiarse de la inmundicia de la carne y
del espíritu, y alistarse para participar en el fuerte clamor, será hallado
falto. ¿Esperamos ver que se reavive
toda la iglesia? Entonces este tiempo nunca llegará. Hay personas en la iglesia
que no están convertidas y que no se unirán a la oración ferviente y eficaz.
Debemos hacer la obra individualmente. Debemos orar y meter las manos en la
obra de Dios más y hablar menos.
Podemos estar seguros de que cuando
el Espíritu Santo sea derramado, los que no recibieron y apreciaron la lluvia
temprana no verán ni entenderán el valor de la lluvia tardía.
Sólo los que estén activos en la
obra de Dios viviendo en este nivel de luz y que tienen luz, recibirán más luz. Amenos que estemos avanzando
diariamente en ser ejemplo de las virtudes que hemos estudiado en esta iglesia cristiana
de la Sana Doctrina de Cristo y activadas, no reconoceremos las manifestaciones
del Espíritu Santo en la lluvia tardía. Podrá estar derramándose en los
corazones de los que están en torno de nosotros, pero no lo percibiremos ni lo
recibiremos.
Los
que no hacen esfuerzos decididos, sino que simplemente esperan que el Espíritu
Santo los fuerce a obrar, perecerán en las tinieblas. No deben de sentarse
tranquilamente y permanecer ociosos en la obra de Dios.
Predica: Pastor Víctor Ramón
Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho
amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que
sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que
Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a
su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de
Cristo.
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