NECESITAMOS
SER SENSIBLES
Dice (Gálatas 6:9-10) “9 No nos cansemos,
pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10 Así que, según tengamos oportunidad,
hagamos bien, y mayormente a los de la familia de la fe".
(1Ti
5:7,8) “7 Manda también estas cosas, para que
sean irreprensibles; 8 porque si
alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la
fe, y es peor que un incrédulo.
¿Verdad que cuándo
somos sensibles, es entonces que podemos
discernir la oportunidad de hacer bien a otros?
DEFINICIÓN:
La Sensibilidad es el valor que nos hace despertar hacia la realidad,
descubriendo todo aquello que afecta en mayor o menor grado al desarrollo personal, familiar y social y
espiritual.
Podemos entender cuando
Jesucristo a través del apóstol Pablo nos está diciendo: Ser sensibles, y hacer
el bien es verdadera espiritualidad. Jesús fue el mayor ejemplo: (Mat 22:37-39) “37 Jesús le dijo:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente. 38 Este es el primero y
grande mandamiento. 39 Y el segundo
es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Poseer
una buena sensibilidad es sinónimo de poseer una rica espiritualidad.
La sensibilidad espiritual
nos dirige a nuestra sensibilidad humana. El cristiano insensible es frío,
indiferente, mediocre, duro y cruel en sus palabras, porque aun su conciencia
está cauterizada. Su mente se vuelve estrecha, su actitud fría y calculadora.
Se olvida que amar es ayudar.
Un
cristiano insensible es un murmurador; casi nunca es un constructor de puentes
de armonía y de paz. Dice que tiene
fe pero no actúa; promete pero no cumple; habla de amor pero no da. (1Pe 3:14-17) “14 Mas también si alguna
cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os
amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, 15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad
siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante
todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; 16 teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como
de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en
Cristo. 17 Porque mejor es que padezcáis
haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal”.
Hoy en día hay
mucha gente en las congregaciones, pero ¿Qué clases de gente son? Hay cantidad
pero no hay calidad. ¿En dónde está su sensibilidad? Pablo dijo "hagamos
bien, mayormente a los de la familia de la fe, pero no nos cansemos".
La
insensibilidad es el espíritu de nuestra época. Es esa indiferencia espiritual
que no se identifica con la sensibilidad humana.
No podemos ser sensibles por interés. La iglesia ha perdido la sensibilidad. El negar el bien es insensible; el que
descuida sus valores y principios; el que endurece su corazón; el que deja
de hacer lo que debe hacer. Antes de hablar de sensibilidad hay que
distinguirla de la, superficialidad o debilidad “sensitivismo”. Ser sensibles
no es ser sensitivo. Tú puedes ser una persona sensitiva y nunca compadecerte
de alguien.
En realidad el
valor de la sensibilidad es la capacidad que tenemos los seres humanos para
percibir y comprender el estado de ánimo, el modo de ser y de actuar de las
personas, así como la naturaleza de las circunstancias y los ambientes, para
actuar correctamente en beneficio de los demás. Muchas personas dentro del reino de Dios hemos perdido la sensibilidad
espiritual y humana que por tal razón no podemos expresar el corazón de Dios a
la gente. El reino de Dios es un Reino de amor, de gracia, perdón,
misericordia, bondad y servicio.
Ahora; para
comprender la importancia de esta virtud, necesitamos recordar que en distintos
momentos de nuestra vida cada uno hemos buscado afecto, comprensión y cuidados,
sin encontrar a ese alguien que muestre interés por nuestras necesidades y
particulares circunstancias. ¿Qué podríamos hacer si viviéramos aislados? La
sensibilidad nos permite descubrir en los demás a ese “otro yo” que piensa, que
siente y requiere de nuestra ayuda.
No estamos
hablando de esa sensibilidad emocional que se manifiesta exageradamente con
risas o llanto y tal vez “sintiendo” pena o disgusto por todo. Ser sensible va más allá de un estado de
ánimo. La sensibilidad es interés, preocupación, colaboración y entrega
generosa hacia los demás. Es como el padre de familia que se preocupa por
la educación y formación que reciben sus hijos; Jesucristo que vela por el bienestar y seguridad de todos los que
estudiamos su Sana Doctrina, y la obedecemos; El análisis de sensibilidad es una parte importante en la presentación
de nuevos proyectos financieros dentro de tu propio hogar, sensibilidad es
como el Pastor quien escucha, conforta y alienta a una oveja en los buenos y
malos momentos.
PORQUE
MUCHAS PERSONAS REHÚSAN SER SENSIBLES:
La realidad es
que hay personas que prefieren aparentar ser duras o insensibles, para no
comprometerse e involucrarse en cosas que le califican como fuera de su competencia.
La verdad es que Dios no hizo competentes a todos para enfrentar cualquier
situación. Escuche bien: La indiferencia
“espiritual o humana” es el peor enemigo de la sensibilidad.
Lo peor de todo
es mostrar esa misma indiferencia en familia, algunos padres nunca se enteran
de los conocimientos que reciben sus hijos; de los ambientes que frecuentan;
las costumbres y hábitos que adquieren con los amigos; de los programas que ven
en la televisión; del uso que hacen del dinero; de la información que reciben
respecto a la familia, la moda, la religión, la política... todas ellas son
realidades que afectan a todos por igual.
EL
MEJOR EJEMPLO DE INSENSIBILIDAD ES LA INSENSIBILIDAD PERSONAL:
Ama
a tu prójimo como a ti mismo. Los seres más
sensibles no son siempre los seres más sensatos. La Gente es buena por
naturaleza, sus actitudes son las que la condenan.
En cierta forma
somos insensibles con nosotros mismos, porque mayormente no nos advertimos del
rumbo que le estamos dando a nuestra vida: pensamos poco en cambiar nuestros
hábitos para bien; casi nunca hacemos propósitos de mejora personal, familiar
o profesional; fácilmente nos dejamos llevar por el
ambiente de los amigos o del trabajo sin poner objeción alguna; trabajamos
sin orden y desmedidamente; dedicamos
mucho tiempo a la diversión personal. Ser sensibles con nuestros hijos no es
darle diversión.
Ser sensible con
nuestra esposa no es sacarla a comer o llevarla de compras, ser sensible con
Dios no es solamente venir a la congregación. Escuchen bien: Dejarse llevar por lo más fácil y cómodo es la muestra
más clara de insensibilidad hacia todo lo que afecta nuestra vida. Muchos dicen
es que no tengo tiempo para los detalles y por eso es que no soy sensible. NO
DEJES QUE LO URGENTE NO TE DÉ TIEMPO
PARA LO IMPORTANTE. Es ahí donde
debemos ser más sensibles, en las cosas de mas importantes y prioritarias.
La
insensibilidad personal se demuestra cuando fácilmente reaccionamos frente y ante
las críticas, la murmuración y el desprestigio de las personas.
A veces si podemos lograr ser más sensibles en la manera de hablar o en la
manera que reaccionamos a un comentario creo que podríamos aprender ésta virtud
de la sensibilidad. Un consejo muy
importante: Me pueden decir muchos que se arrepienten de haber hablado, pero
nunca de haber guardado silencio. (Santiago
1:19,20) “19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para
oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios”.
Otra forma es
cuando muchas veces nos limitamos a no conocer cuando nuestros familiares pasan
por una difícil etapa económica o alguien tiene graves problemas de salud es
una clara demostración de insensibilidad.
CUAL
ES EL BENEFICIO DE LA SENSIBILIDAD:
En todas partes
se habla de los problemas sociales, terrorismo, corrupción, inseguridad,
vicios, etc. y es algo tan cotidiano que ya forma parte de nuestra vida,
dejamos que sean otros quienes piensen, tomen decisiones y actúen para
solucionarlos, hasta el momento que nos vemos afectados. Si en algo nos cuidamos es cuando entramos en una zona o estado
emocional con alguien en particular, con la gente y con la cosas en nuestro
alrededor, porque es esto mismo que nos roba la sensibilidad de percibir a la
gente y las circunstancias en la manera correcta y debida.
La familiaridad
nos hace capaz de perderle el respeto a las cosas o personas que merecen un
trato especial o de reverencia. La familiaridad nos hace desvalorizar las cosas
que antes eran un tesoro para nosotros. No nos cansemos de hacer bien. No
perdamos la sensibilidad.
HAY
UNOS BENEFICIOS TANGIBLES.
1)
La sensibilidad nos hace ser más previsores y participativos, porque no
es
correcto contemplar el mal creyendo que somos inmunes.
2)
La sensibilidad nos hace despertar hacia la realidad,
3)
La sensibilidad nos hace descubrir todo aquello que afecta en
mayor o menor
grado al desarrollo personal, familiar y social.
4)
La sensibilidad nos hace sentir que podemos hacer frente a todo tipo de
inconvenientes,
con la seguridad de hacer el bien poniendo todas nuestras
capacidades al servicio de los demás.
5)
La sensibilidad nos llena de expectaciones. Ella nos hace volver a soñar, volver
a creer en el amor, en las relaciones
afectadas, en las nuevas oportunidades y
en
nuestro potencial.
6)
La sensibilidad nos abre un camino de esperanza y de destino.
7)
La sensibilidad nos lleva a reconciliar a otros con Dios.
La
insensibilidad es el antiprincípio de la sensibilidad.
Pero recuperemos la sensibilidad en el ejemplo que nos dio de esto el Centurión
Romano en (Mateo 8:5-10) “5 Entrando
Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, 6 y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico,
gravemente atormentado. 7 Y
Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 8 Respondió
el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente
dí la palabra, y mi criado sanará. 9 Porque
también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo
a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo
a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta
fe”.
Este
hombre era un Centurión del poderoso ejército del Imperio Romano.
Este hombre era un Centurión del poderoso ejército del Imperio Romano. Cuando
uno estudia la sensibilidad de este Centurión, llegamos a la conclusión de que
no podemos condenar a todos los seres humanos por la conducta generalizada de
la mayoría.
Este Centurión
echa por tierra el de la observación incompleta que es esa manera equivocada de
razonar y juzgar. Casi todos tratamos de condenar a todo un conglomerado: Que "todos los políticos son unos
corruptos", que "todos los abogados son unos sinvergüenzas", que
"todos los pastores son unos pícaros o estafadores", que "todos
los árabes son unos terroristas" y que "todos los hombres son
iguales", que "todos los que predican gracia, están en
libertinaje", eso es una observación incompleta, injusta y prejuzgada.
El ejemplo de
sensibilidad del Centurión nos enseña que un individuo puede proceder diferente
del resto de los demás. Observa la sensibilidad social que tenía este Centurión
Romano, (Mateo 8:6) dice: “Señor, mi criado está postrado en casa,
paralítico, gravemente atormentado” ¿Qué hace un jefe insensible con un
empleado así? Despide a su siervo enfermo y lo reemplaza por un joven más
fuerte. ¿Qué hacen las empresas hoy en día? Te despiden.
Ahora
nota que el Centurión poseía un corazón lleno de sensibilidad social.
En su época, un esclavo equivalía a un animal, pero este hombre no miró a su
prójimo como un animal de carga, sino como un ser humano a quien podía ayudar
en su necesidad, (Lucas 7:2) “Y el
siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de
morir” dice que el Centurión "quería mucho a su siervo".
El
poder de la sensibilidad es el amor.
Si se pierde el amor, se pierde la sensibilidad. Fíjate que este Centurión no
sólo poseía sensibilidad social hacia un hombre, sino
también hacia una
nación y hacia un culto, (Lucas 7:5)
“porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga”. ¡Imagínense! Un romano amando a un
esclavo de menos posición social que la de él; amando a una sinagoga que no era
su culto, y amando a un pueblo judío que no era su pueblo. ¡Esto es sensibilidad espiritual y humana!. Es como si el alcalde
de esta comunidad edificara una congregación para que el pueblo cristiano para
que nos congregáramos. ¿Verdad?
Cuando el Señor
Jesús le dijo al Centurión en (Mateo 8:7,8)
“7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le
sanaré. 8 Respondió el centurión y
dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente dí la palabra, y
mi criado sanará”.
¿Qué
estaba demostrando con esto? Sensibilidad espiritual.
La sensibilidad
espiritual de un hombre se conoce en los términos
"no soy digno" y "sé propició a mí". Observa que cuando
Jesús oyó de la sensibilidad espiritual del Centurión, dijo "No he hallado
en Israel tanta fe", y cuando oyó del Publicano "sé propició a
mí", dijo que éste había salido del templo justificado.
(Lucas
18:10) “10 Dos hombres subieron al templo a orar uno era fariseo, y el otro
publicano. 11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta
manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones,
injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al
cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el
otro; porque cualquiera que se enaltece,
será humillado; y el que se
humilla será enaltecido”.
¡Se
dan cuenta! La sensibilidad espiritual tiene
que ver con un reconocimiento de hechos. Hay que sensibilizar la mente, las
emociones y la voluntad que comportan el alma de uno. Dios nunca despreciará al
corazón contrito y humillado. (Salmos
51:17) Los sacrificios de Dios son el
espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh
Dios”.
¿CÓMO
PUEDO COMENZAR A SENSIBILIZAR MI CORAZÓN?
La Sana Doctrina
de Cristo nos da la enseñanza por medio del apóstol Pablo que nos dice en (2 Corintios 13:5) “Examinaos a
vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os
conocéis a vosotros mismos, que
Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”.
(1Co
11:31,32) “31 Si, pues, nos examinásemos a
nosotros mismos, no seríamos juzgados; 32
más siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo”.
Examínate
para ver si estás en la fe santísima de Jesucristo;
si estás en el amor; si estas en la gracia; si estás haciendo el bien; si estas
en la Sana Doctrina de Cristo y si estás en la iglesia que Jesucristo
estableció, la cual no le puso nombre pero si la afirmó en su enseñanza de que
nos amemos unos a los otros, sin embargo las religiones y denominaciones nos
dividen como si fuéramos Naciones. Déjate de reunir y comenzarás a perder
sensibilidad espiritual.
El Centurión
poseía sensibilidad social, sensibilidad espiritual y finalmente tenía
sensibilidad a la obediencia, porque (Mateo
8:9) nos dice: “Porque también yo
soy hombre bajo autoridad, y
tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y
viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace”. ¿Qué es un hombre bajo autoridad?
Un hombre que está bajo autoridad; está bajo órdenes, bajo obediencia.
¿QUIÉNES
SON LOS QUE NO TIENE SENSIBILIDAD? Aquellos
que no están bajo órdenes, bajo disciplinas, bajo autoridades, bajo la
dirección de un padre de familia o un pastor de iglesia.
El Centurión
estaba bajo las órdenes del emperador romano, y él a su vez tenía bajo sus
órdenes a soldados. El Centurión al ser obediente tenía toda la autoridad moral
para ser obedecido. El Centurión nos da una tremenda lección de sometimiento a
la autoridad.
EL
REINO DE DIOS FUNCIONA BAJO EL MISMO PRINCIPIO.
Cuando se quebranta el principio de autoridad, reina la insensibilidad y viene
el caos. Pero el amor que es el poder de
la sensibilidad espiritual y humana te libera de la indiferencia a las
necesidades de la iglesia, de la familia, y de la sociedad.
"EL
QUE NO VIVE PARA SERVIR..., NO SIRVE PARA VIVIR...”.
(Marcos 10:45) “Porque el Hijo del
Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos”.
La vida es como
una escalera, si miras hacia arriba siempre serás el último de la fila, pero si
miras hacia abajo verás que hay mucha gente que quisiera estar en tu lugar.
Detente a escuchar y a ayudar a tus hermanos, familiares y amigos que te
necesitan.
PREDICA
en Lerma por: PASTOR Víctor R. Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho
amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que
sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que
Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a
su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo,
estoy ofreciendo:
MATERIALES
BÍBLICOS GRATIS Todo es completamente gratis, como
escritor de estos materiales te voy a dar los originales para que tú le pongas
el nombre de tu Iglesia o tu ministerio o le hagas las modificaciones que a ti
te parezcan convenientes. Mi interés es
que me des la oportunidad de servirles pues me queda muy claro que mi llamado
no es de ser titular sino el de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra
como un río poderoso arroyando toda basura de ignorancia.
Por favor si les interesan estos
materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes correos, y
con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin
cuestionar nada y que el Espíritu Santo
los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido en este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes de gracia dalo de
gracia.
También les
invito con mucho respeto a todas sus creencias a visitar el BLOGSPOT que Dios me ha regalado y que,
con mucho amor he puesto algunos estudios que Dios me ha regalado en
revelación, Efesios 3:8.
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