sábado, 23 de junio de 2018

JEHOVÁ DIOS CONOCE NUESTRAS DECISIONES


24 de Junio de 2018
JEHOVÁ DIOS CONOCE NUESTRAS DECISIONES
A pesar de todo, ninguna de las decisiones humanas, sean correctas o no, toman de improvisto y por sorpresa a nuestro Padre Celestial y Eterno Dios. No olvidemos que Jehová Dios es OMNISCIENTE, (Hebreos 4:13) “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su Presencia; Antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. Todo lo tiene presente a la hora de programar y desarrollar de forma general la vida de la Humanidad, (Daniel 2:22)El revela lo profundo y lo escondido; Conoce lo que está en tinieblas, y con ÉL mora la luz”. Jehová Dios, acepta también la elaboración de un plan previo en forma particular, (Ezequiel 11:5) “Y vino sobre mí el Espíritu de Jehová, y me dijo: Di: Así ha dicho Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu, YO las he entendido”. Esto es, nuestro Padre Celestial que sabe todo acerca de cada individuo. Por ésta razón debemos de orar según la instrucción en las Sagradas Escrituras, (Mateo 6:7,8,32)7 "Y al orar no repitan Ustedes palabras inútiles, como hacen los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les hará Dios. 8 No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan, antes que se lo pidan. 32 Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero Ustedes tienen un Padre Celestial que ya sabe que las necesitan”. Resulta apropiado pensar que nuestra vida futura se construya, en buena medida, sobre la base de todas las decisiones que Dios sabe que vamos a tomar: (Salmo 139:2 al 5) “2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. 3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5 Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano”. Basándonos en éste conocimiento, tiene sentido que nuestras vidas estén previamente determinadas por el Creador, que bajo su infinita sabiduría se preocupa con anterioridad de todos los aspectos prácticos de la existencia humana en general, y también en forma particular para cada individuo, sea incrédulo o creyente.  

En primer lugar, hemos de aclarar los conceptos: «Dios ya sabe lo que va a ocurrir», o en términos expuesto en las Sagradas Escrituras, que hemos leído: «sabe lo que necesitamos». Éstas son expresiones del lenguaje humano para que nosotros entendamos el proceder de Dios, contemplado desde nuestra perspectiva. La OMNISCIENCIA DIVINA va mucho más allá, pues no está sujeta a la limitación del tiempo. Para Jehová Dios, el pasado o futuro también es presente: (2 Pedro 3:8) “Mas, oh amados, no ignoréis esto: Que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”. En cierta manera podemos advertir que Dios crea un destino específico en función de las decisiones que Él ya sabe de antemano, y que corresponden a las intenciones de cada persona en particular. Creo que no puede ser de otra manera... Por supuesto, las líneas maestras de la vida de la humanidad y su plan general, pertenecen solamente a los infinitos Decretos de Jehová Dios, que no se sujetan a la voluntad humana. Él establece sus designios y sitúa los límites de la vida de la humanidad, según su sola Soberanía. Pero, el benévolo, bondadoso es Jehová Dios que en su Soberanía no ha querido ser indiferente a la voluntad del hombre. En este sentido, Dios planificó la muerte de Cristo antes de la fundación del mundo, porque precisamente sabe que el ser humano, voluntariamente va a pecar contra sus mandamientos, y es por esta razón, que, en función de esta errónea decisión humana, dispuso de la vida de Jesucristo. (1 Pedro 1:20) “ya destinado (al sacrifico de Cristo) desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros”. ¡Cuánto nos ama el nuestro Buen Padre Celestial, que hasta en su plan eterno respetó nuestras futuras decisiones personales! En cuanto a la dirección de Dios sobre lo que ya está predestinado, hemos de saber que en cierto sentido el Espíritu no nos dirige si hemos de comer manzanas rojas o verdes, si hemos de comprar un lapicero azul o marrón En términos generales hay ciertos aspectos de la vida que no poseen unas consecuencias eternas, y, por lo tanto, si bien es Jehová Dios quien controla todo detalle, muchos NO conllevan un carácter de predestino específico, y por ende carecen de importancia.

En definitiva, visto desde nuestra práctica en cómo vivimos, cómo cristianos, podemos admitir que Dios construye un entorno social, familiar, profesional, congregacional, ministerial, etc., que representa el camino preparado para cada uno de nosotros cómo creyentes, teniendo en cuenta previamente, y desde la eternidad, el futuro, dependiendo del grado de compromiso y obediencia a su Palabra, enseñada por medio de la Sana Doctrina de Cristo. Todas las buenas obras del cristiano están preparadas de antemano: (Efesios 2:10) “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. También, si pecamos, también incluirá las consecuencias de su pecado, así como las posibilidades de contención y restauración espiritual. ¡Qué gozo da saber que todo está provisto por nuestro Padre y Dios!

La predestinación, incluye o excluye las bendiciones de acuerdo a nuestra fidelidad a Dios. Algunos podrán ver la postura planteada aquí como desánimo, desaliento y desilusión; Suponiendo que hemos de resignarnos pacientemente y tolerantes ante cualquier situación. Ésta no es la idea. No solamente es lícito, sino que también es necesario, cambiar todos los acontecimientos que favorezcan nuestra vida aquí en la tierra, los que están quebrantando la ley de Dios. Estamos llamados a cambiar para bien de nuestra vida, y a colaborar en lo posible para mejorar la vida de los demás. Pero, sabemos que estos cambios efectuados, es decisión propia y no ajena, también están previstos por Dios, y por consiguiente los incluye en su predestino. Con toda seguridad, nuestro Padre Celestial, interviene con anterioridad planificando nuestra vida, para que todas nuestras decisiones contribuyan a su plan final. Pensemos bien, porque de lo contrario sería absurda la promesa de las Sagradas Escrituras, para el cristiano fiel: (Romanos 8:28) “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.

Asimismo, la predestinación, incluirá las bendiciones de nuestra obediencia a Dios, pero también los resultados de nuestra desobediencia. La Enseñanza por medio de la Sana Doctrina de Cristo, NO reside en que Dios tiene un plan para mí, y dicho plan fracasará si no lo cumplo, dado que entonces Él no lo puede aplicar. (Deuteronomio 30:15-19)15 Mira, YO he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; 16 porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. 17 Más si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, 18 YO os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella. 19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; ESCOGE, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. En ningún modo pensemos que los planes del Creador, nuestro amado Padre Celestial, se frustrarán, porque no andemos conforme su Voluntad. El OMNIPRESENTE no pierde el tiempo creando un destino que el hombre no va a poder cumplir, ni queda defraudado por la rebeldía humana. Las bendiciones de Dios están preparadas (en Cristo) para aquellos que las van a recibir, dependiendo del grado de disposición, consagración y buena voluntad, porque a Dios así le ha placido bendecirnos por los méritos de Cristo.

Pensemos por favor como nuestro Padre Celestial, porque es su deseo que pensemos cómo Él, (Romanos 12:2) “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la Buena Voluntad de Dios, Agradable y Perfecta”. Entonces nuestro Padre Celestial quiere que dejemos nuestra forma de pensar y pensemos como Él piensa; (Filipenses 4:8) “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; Si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Porque de todas maneras ha de ser lo que Jehová Dios quiere y no lo que nosotros queremos: (Proverbios 19:21) “Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá”. Porque lo que hagamos de bien en la vida, sea mérito o buena obra, sea disposición u obediencia, no merece recompensa ni bendición alguna por parte del hombre; NO necesitamos ahondar mucho en el problema del pecado para ver que todas nuestras buenas obras son hechas en imperfección; Como trapo de inmundicia, cita el profeta (Isaías 64:6) “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; Y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento”. Ahora bien, reitero la Enseñanza de que soberanamente, y a través de los méritos de Jesucristo, Jehová Dios mismo ha determinado recompensar, la buena disposición del creyente. Ni un vaso de agua, dado en su Nombre, a uno de sus discípulos, carecerá de recompensa, según el Libro de: (Mateo 10:42) “Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que NO perderá su recompensa”. Esta promesa en ningún caso es justicia, sino Benevolencia Divina.

Quiero hacerles una pregunta a todos Ustedes hermanos, para poner un ejemplo muy simple: ¿Levanten la mano los que quieren que les predique de AMOR y de CONSOLACIÓN en lugar de exhortación? Ahora veamos lo que Dios dice: (Salmo 78: 56, 18) “56 Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, y no guardaron sus testimonios; 18 Pues tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida a su gusto”. Hasta cuando hermanos hemos de entender que no es lo que tú quieras, sino lo que Dios disponga. No quiero que me contestes, porque el que ve tu corazón sabe la verdad: ¿Cuántas veces después de cada predicación te vas murmurando de mí, en tu carro o en tu casa? (Salmo 106:25)Antes murmuraron en sus tiendas, y NO oyeron la voz de Jehová”. Cuando Ustedes se van de aquí, Jehová Dios te oye cuando tu estás, Diciendo; ¡¡El pastor está equivocado!!! No cabe duda de que Jehová Dios lleva a cabo sus planes teniendo en cuenta de antemano nuestras decisiones futuras, para así proporcionarnos una vida adecuada a sus Decisiones. Y en todo esto, por supuesto, se halla la absoluta GRACIA DIVINA, de principio a fin. De manera que, las bendiciones de nuestra fidelidad a Dios (bendiciones fundamentalmente espirituales) y las consecuencias de nuestro pecado (bien sean temporales o eternas) están previstas por Dios, nuestro Padre Celestial. Pongamos otro ejemplo del siervo, Jonás que decidió desobedecer el mandamiento, y Dios lo sabía, por esto le predestinó un gran pez: (Jonás 1:17) “Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches”. La vida para Jonás, estaba conformada según la decisión que él tomaría, y que no sorprendió a Jehová Dios. Otro ejemplo: Tenemos a éste hombre fuerte como ninguno, Sansón, que no tenía otro destino que la piedra de molino, preparada por Dios, porque sabía la errónea decisión que iba a tomar. Otro ejemplo: Planificado por Dios fue el episodio de la traición de Jesús, las treinta monedas de plata, el campo y la horca donde se desarrolló el fatal final de Judas Iscariote. Fue un destino creado por el Eterno Jehová Dios de los Ejércitos, conforme a su Voluntad permisiva, no así establecida, porque Dios no destina lo malo, sino que más bien lo incluye en su destino como consecuencia propia.

Ahora veamos otro ejemplo, en las vidas del relato del rico y Lázaro, presentado por nuestro Señor Jesucristo, resulta altamente claro. Aunque en el Libro, de Lucas se muestra a modo de parábola, hacemos bien en aceptar su veracidad para nuestras vidas: (Lucas 16:22 al 26)22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; Porque estoy atormentado en esta llama. 25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; Pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá”. Lázaro recibió males en la vida, y con toda seguridad éstos fueron dispuestos por Dios con predestinación a su nacimiento. Desde luego, había un propósito de orden Eterno; De hecho, el resultado final fue positivo. Podía haber sido también un buen final para el rico, pero decidió voluntariamente no compartir sus bienes con Lázaro; y también esta injusticia estaba prevista por Dios. Evidentemente el pecado del rico no fue en sí las riquezas, sino más bien el no querer compartirlas; Seguramente pensaba que sus bienes eran suyos y merecidos, y no providencia Divina, y por esta razón tampoco creía en la Palabra de Dios, que además nos manda amar a nuestro prójimo en forma práctica. Esta gran insensibilidad e indiferencia hacia la necesidad ajena, evidencia su incredulidad hacia los mandamientos Divinos, ya establecidos en este Libro de: (Deuteronomio 15:11) “Porque no faltarán MENESTEROSOS(Que NO tiene lo necesario para vivir o lo tiene con escasez) en medio de la tierra; por eso YO te mando, diciendo: ABRIRÁS tu MANO a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra”. Como consecuencia, el rico se condenó por no haber creído en la Palabra de Dios, esto es, su vida egoísta fue consecuente con su incredulidad.

Por naturaleza humana, pensamos de ésta manera: ¡Qué importaba la eternidad! Lo que al parecer interesa es vivir el presente lo mejor posible (porque no es otra la mentalidad de hoy). Jehová Dios lo sabe, y por esta razón, predestinó algunos de nosotros cómo vasos de destrucción, dándole una prueba difícil de superar, que es el amor al dinero, y no pueden desprenderse de alguna cosa para beneficiar, al hermano en Cristo en necesidad: (1 Timoteo 6:9y10) 9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”. Finalmente, las riquezas fueron solamente una prueba para delimitar su grado de sufrimiento eterno, y para demostrar que el hombre es egoísta por naturaleza.

Alguien podría preguntarse: Entonces, aquel que es pobre, que padece necesidad, o que sufre injusticias en este mundo, ¿Está destinado por Dios para tal propósito? Debo de afirmar la respuesta con un rotundo «». Puede parecer confuso, pero en cualquiera de sus formas el sufrimiento contiene, en manos de Dios, una dimensión gloriosa y a la vez profundamente transformadora, para todo creyente fiel. Comprendamos bien que la pobreza o riqueza no suponen en sí un bien o un mal; es algo temporal que el hombre administra para la eternidad. El Libro de Santiago es muy enfático a este respecto: (Santiago 2:4 al 6)4 ¿No hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? 5 Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha ELEGIDO Dios a los POBRES de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? 6 Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales?”. Esta declaración no supone que la pobreza sea voluntad original de Dios, ni tampoco que hemos de promover la vagancia, o apoyar la injusticia social. En lo posible el cristiano ha de contribuir con el bienestar social, y así compartir sus bienes, mayormente con los que NO tienen posibilidad de trabajar. (Hechos 20:35) “En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”. La norma en las Sagradas Escrituras, es que el rico comparta con el pobre, el que tiene con el que no tiene nada, y así haya igualdad social para todos. (Lucas 3:11) “Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo”.

En fin, la pobreza, así como las demás injusticias de este mundo, son medidas con las que Dios prueba al ser humano, que también al creyente, para determinar el estado de nuestra eternidad, que corresponderá entonces con nuestras decisiones tomadas en el hoy, respecto a la Voluntad de Dios. Cómo predicador de la Sana Doctrina de Cristo, reflexiono sobre las injusticias de la vida, y afirmo ésta enseñanza: (Eclesiastés 3:18) “Dije en mi corazón: Es así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios los pruebe, y para que vean que ellos mismos son semejantes a las bestias”. Quiero terminar esta predicación con esta Palabra de Dios: (Deuteronomio 8:2y3) “2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. 3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la Boca de Jehová vivirá el hombre”.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor. Si usted no tiene la intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra persona interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar esta hoja (por favor no cambiar el texto).

No hay comentarios.: