lunes, 17 de diciembre de 2018

“LAS COSAS MÁS IMPORTANTES PARA NUESTRO PADRE CELESTIAL”


Predica; 16 de Diciembre de 2018
“LAS COSAS MÁS IMPORTANTES PARA NUESTRO PADRE CELESTIAL”
Algunas personas tienen buena apariencia. Ellos visten bien, actúan bien, todo en ellos parece bien porque tienen buenas maneras y están bien educados. Pero un problema con tales personas es que a veces, esto es todo lo que ellos son. Voy darles una ilustración; Imaginemos a un pastor con su traje bien combinado con su corbata, su biblia con una pasta de muy buena calidad bien peinado y una gran sonrisa agradable. Obviamente tomó mucho tiempo prepararse para la congregación. El parece un pastor perfecto. Y entonces expone su sermón, el cual no estaba bien entendible porque nadie comprendió el mensaje central. Su arreglo personal del cual seguramente tomó el tiempo necesario para estar bien vestido, el tiempo para arreglarse el pelo, pero no tomó el tiempo para hacer una oración, porque es realmente importante en la exposición de la Palabra. Así pasaba con los Fariseos, y así es con muchas personas hoy. (Mateo 23:23-39) “23¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: La Justicia, la Misericordia y la Fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. 24¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello! 25¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. 26¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio. 27¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad. 29¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, 30y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. 31Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. 32¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres! 33¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? 34Por tanto, he aquí YO os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad; 35para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. 36De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación. 37¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! 38He aquí vuestra casa os es dejada desierta. 39Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el Nombre del Señor”.

Ustedes guardan los detalles, y se olvidan las cosas más valiosas. Nuestro Salvador Jesucristo, declara que los escribas y los Fariseos están bajo la condenación, porque son hipócritas. Más atrás en mismo Capítulo Jesús explicó lo que es un hipócrita, leámoslo en: (Mateo 23:3) “Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; Más no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”. ¿Qué es lo que dicen? Ellos dicen las palabras de Moisés, que son las Palabras de Jehová Dios. Pero no las obedecieron. Pero su clase de hipocresía es diferente de solamente decir una cosa y hacer otra, lo cual, por supuesto, es muy común. Si les hubieran preguntado, “¿Ustedes creen en Dios?” habrían contestado, “Sí, con todo corazón”. Y entonces, supongamos que si ustedes hubieran dicho a ellos, “¿Pueden demostrármelo?” Ellos habrían dicho, “Sí, podemos. Mire cómo guardamos la ley de Dios. Adoramos a Jehová Dios tanto que guardamos toda la ley, aún al diezmo de las especias más pequeñas en la cocina”. ¿Y quién podría discutir con esto? Pues, Jesucristo pudo. Porque él entendió de sus palabras eran una sutil, pero muy verdadera, forma de hipocresía. En el versículo 23 él dice, “…Porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: La Justicia, la Misericordia y la Fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”. Se ve que nuestro Salvador dice que estas personas tienen una apariencia de rectitud, porque ellos guardan los detalles de la ley, como la ilustración del pastor bien arreglado. Pero no hay sustancia aquí. Su rectitud es solamente una forma de guardar la ley. Ellos no están interesados en la rectitud, ni en la justicia, ni lo más importante, que es confiar en Dios, por la fe.

Para exponerlo en otra manera, nuestro Señor Jesucristo dice en el versículo 24, “¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, más tragáis el camello!”. La primera cosa que él dice es que son los guías ciegos. Solo imaginémonos que queremos encontrar algún destino importante y procuramos un guía para éste propósito. ¿Vamos acaso acercarnos a una persona ciega para pedir las direcciones? Seguramente no, porque aunque a veces las personas ciegas pueden viajar bien, ellos no pueden ver para decirle qué señales buscar. Así que también Jesucristo acusa a estos hombres de ser los guías ciegos, porque ellos dirigen la gente sin entender realmente lo que quiere decir seguir  a Dios. Jesucristo, dice que ellos cuelan un MOSQUITO, esto quiere decir, cuando una persona es muy fastidiosa y delicada, acerca de los detalles de la vida. Pero cuando dice que tragan un CAMELLO, esto quiere decir, que las personas están dispuestas NO aceptar las Sagradas Escrituras, porque el siervo de Dios, los ha ofendido en algún punto secundario. La analogía es rota, porque nadie puede tragar realmente un camello, pero esto es lo que está diciendo el Señor Jesucristo. El asunto más pequeño de la ley parece crítico a ellos, pero en el mantener de estos asuntos más pequeños, ellos se han olvidado el PROPÓSITO principal de la ley, que es dirigirnos guiarnos a Jesucristo en nuestra falta de rectitud.

La obediencia verdadera a la ley no es meramente, ni aun principalmente, un asunto de lo que hacemos. Lo que hacemos muestra lo que está en nuestros corazones. La razón de que Jesucristo llama a estos hombres hipócritas es porque ellos declararon que eran creyentes en Dios, pero la manera en que guardaron la ley mostró que no era la verdad. O, sí, ellos hablarían acerca de Dios, y ellos dijeron que guardaron los detalles de la ley porque adoraron a Dios, pero si los corazones hubieran cambiado realmente, ellos NO habrían descuidado los asuntos más valiosos de la ley como, es el juicio, la misericordia, y la fe. A veces no sabemos precisamente la aplicación exacta de la ley de Dios a una situación específica, pero si Jesucristo vive en nuestros corazones, tenemos una conciencia santa que nos lleva en la dirección del juicio, de la misericordia, y de la fe. Pero si Jesucristo no vive en nuestros corazones, podemos mantener unos aspectos externos de la ley, pero cuando venga una prueba moral verdadera, vamos estar perdidos, porque no entendemos de verdad el propósito y la razón para la ley.

La ley de Jehová Dios, tiene como su propósito mostrarnos que es el Amor Verdadero primeramente el amor para Dios y también el amor para los hombres.
Y entonces mostrarnos nuestra NECESIDAD de un SALVADOR, cuando no podemos mantener perfectamente esta ley. Pero si se mira a la ley como un método o modo de salvación, no se tiene esperanza, y de verdad, se ha traicionado a Dios en torcer a su ley. Y así, Jesucristo en el versículo 27 dice: “Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que de fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más de dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad...”. Todos ustedes han ido a un cementerio. Parece bonito, con céspedes verdes, y con las flores hermosas. Pero si permanece allí un rato, ustedes verán también a personas que lloran, porque han sido confrontadas con la realidad de la muerte de un ser querido. Jesucristo dice que éstos son como este cementerio: Parecen buenos, pero al fin, son llenos de muerte.

Ustedes Honran a los Profetas, y a la vez los deshonran. Otra vez, si ustedes hubieran dicho a estos hombres que ellos habían negado a Dios, ellos les contestarían “Mira cómo cuidamos de las tumbas de los siervos de Dios, los profetas. Nosotros les construimos tumbas, y las conservamos, y las decoramos, para que  honrar a estos hombres santos”. Y en verdad ellos así lo hicieron. El problema es que ignoraron las palabras de los profetas en sus propias vidas diarias. Y así es hoy en día. Muchas personas se llaman a sí mismos buenos, dicen que ellos son cristianos, o por lo menos que creen en Dios. Y hacen una gran exposición de honrar a Dios. Quizás van a la iglesia, o hacen una contribución, o algún otro acto religioso. Pero cuando son confrontados con lo que Dios mismo dice, se dan la vuelta, porque realmente no quieren oírlo. Quieren jugar a la Sana Doctrina de Cristo, pero sólo en sus términos, sólo de una manera que ellos pueden controlar.

Y tales personas dicen, en el versículo 30 “Si fuéramos en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus compañeros en la sangre de los profetas”. Dicen que ellos habrían sido diferentes. Pero nuestro Señor Jesucristo dice que no, porque son los descendientes directos y verdaderos de los que oyeron a los profetas hablar la Palabra de Dios, y los mataron por hacer así. Y por esta razón Jesucristo les hace una pregunta dolorosa, la cual es más una acusación que una pregunta, “¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo evitaréis el juicio del infierno?”. No es una pregunta académica ni teórica. ¿Cómo puede escapar usted a la condenación del infierno? Los Fariseos y escribas pensaron que ellos podrían escapar por vivir como justos. Pero Jesús indica que su rectitud era sólo del grosor de su profunda de la piel. ¿Cómo podrían escapar ellos? La respuesta más obvia es volver al Señor Jesucristo e implorar misericordia. Pero entonces notemos lo que Jesucristo dice. “Por tanto, he aquí, yo envío a vosotros profetas, y sabios, y escribas: y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros de ellos azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad”. Respecto a lo que Jesús dice; Que ellos estaban yendo al infierno y la condenación, Jesús les mandó mensajeros de su Palabra a librarles. Y ellos rechazaron a esos mensajeros tan seguramente como ellos rechazaban al mismo Jesús en ese momento del tiempo. Pero como la Palabra de Dios es para ejemplo de nosotros lo pudiéramos aplicar todos diciendo, “Ah, si hubiera estado allí cuándo Jesús estaba aquí, yo lo habría oído”. Y si es así,  ¿Por qué muchos ahora no lo oyen ahora, cuando ÉL habla por mensajeros? Es verdad que como ser humano, no soy perfecto y además tengo errores, pero soy un mensajero y predicador de Jesucristo aun cuando no soy perfecto. Pero cuando se oye la Palabra de Dios de un predicador, y sabe que es la Palabra de Dios, y la rechaza, ¿Piensan ustedes que escaparán el juicio de Dios en ignorarla? Jesucristo utiliza los ejemplos, del primer hombre justo que fue asesinado, Abel, hasta el último de los profetas asesinados, Zacarías. Y él dice, “Para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra”. Esto es, ellos pagarán el precio por su rechazo de los que proclamaron la palabra a ellos. Y él les advierte, que ellos pagarán, porque él les dice, (Versículo 36) “De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación”. No es que Jesús sea insensible hacia estas personas. Al contrario. Jesús clama, en el (versículo 37) “¡Jerusalem, Jerusalem, que matas a los profetas, y apedreas a los que son enviados a ti! ¡Cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus pollos debajo de las alas!” Jesucristo no aminora la profundidad de su pecaminosidad. Jesús dice que ellos mataron a los profetas y apedrearon hasta la muerte a los que Dios mandó a ellos. Y todavía, Jesús dice que Él los había reunido bajo sus alas como una gallina reúne sus polluelos. Pero Jesús dice también, “Y NO QUISISTE”. El problema con este tipo de personas con actitudes religiosas, es que su religiosidad ha excluido al Dios Verdadero del cielo y la tierra. OH, ellos son muy religiosos, y ellos hablan acerca de Dios todo el tiempo, y dicen que confían en ÉL. Pero cuando Jehová Dios habla, ellos cierran los oídos y dicen, “NO”. Ellos van a permitir a Dios en sus vidas tanto tiempo como él mantiene una distancia respetuosa, pero cuando EL venga  acerca a ellos y empieza a afectar sus vidas, ellos no quieren que ÉL se acerque. Jesucristo es Dios en carne, y ÉL vino a los hombres, pero los hombres no lo recibieron, porque ÉL no fue lo que ellos quisieran que fuera. Nuestro Salvador concluye diciendo a ellos que su resistencia es inútil. Jesús dice, “He aquí vuestra casa os es dejada desierta”. Su religiosidad está vacía.

Y Jesucristo dice también, “Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Estos eran las palabras gritadas por el pueblo cuando Jesucristo entró en la ciudad de  Jerusalén allá en el capítulo Mateo 21:9) “Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”. Pero, ¿por qué dice Jesús que ellos no lo verán hasta que ellos dirán estas palabras? Porque advierte a ellos que Jesús será victorioso, y no importa lo que piensan. Jesús irá a la cruz, Jesús morirá, Jesús resucitará, Jesús subirá a lo alto, y entonces Jesucristo volverá. Y cuando Jesucristo lo haga, todos los argumentos y las hipocresías, y la incredulidad terminarán. Y toda la humanidad, tanto los creyentes que se regocijan en su venida como los incrédulos que lo temen, gritarán, “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Por medio del apóstol Pablo, nuestro Padre Celestial nos dice en este Libro de: (Filipenses 2:10,11) “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que en la tierra, y de los que debajo de la tierra; Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, a la gloria de Dios Padre”. Los Fariseos, con toda su religiosidad, estaban completamente desprevenidos para su venida. ¿Y ustedes? ¿Confían ustedes en Jesucristo como su Esperanza para el futuro, o piensan ustedes  que pueden salvarse por su propia rectitud? El Señor Jesucristo me ha escogido para hablarte por medio de mi boca. ¿Le has oído a ÉL? Si es así entonces di…….. Amén.

Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor . Si usted no tiene la intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra persona interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar esta hoja (por favor no cambiar el texto).

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