LO MEJOR
PARA EDIFICAR, EXHORTAR Y CONSOLAR ES LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
La Sana Doctrina de Cristo, es muy importante para dar
palabra de aliento y consolación: (Isa. 35:3,4) “3 Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas
endebles. 4 Decid a los de corazón
apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución,
con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará”. Hay eventos en la vida de cada cristiano que le causan desanimo, por
estar pasando por acontecimientos y circunstancias naturales de la vida de todo
creyente, que te afligen y amargan, que te desaniman y decepcionan. Tu vida
suele ser combatida por la duda, el dolor, la tentación, el temor, las
perdidas, la persecución, la miseria y la muerte misma. Los cuales le pudieran
llevar al pecado y a una vida egocéntrica. Todos
tenemos que enfrentarnos a eventos difíciles, en nuestras vidas habrá
seres queridos que se van a morir, vendrá la enfermedad, habrá personas que nos
maltrataran, habrá accidentes, los niños saldrán de nuestro hogar algún día, y
sucederán muchas otras cosas que son parte de la vida normal.
El evento que te suceda, o lo que te sucede, no es el asunto, sino como tú
respondas a cada situación es lo que es importante. (1Corintios 14:3) “Pero el que profetiza habla a los hombres para
Edificación, Exhortación
y Consolación”. Siempre debemos
basarnos en la sabiduría de Dios, y no en los pensamientos propios o en los
deseos propios para Edificar, Exhortar
y Consolar. Porque cada uno
de nosotros siempre necesitamos palabras de aliento, y qué mejor de parte de las Sagradas
Escrituras; (Salmo 33:10,11)
“10 Jehová hace nulo el consejo de las naciones, y frustra las
maquinaciones de los pueblos. 11 El consejo de Jehová permanecerá para
siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones”. (Prov. 12:5) “Los pensamientos de los justos son rectitud; Mas los consejos de los impíos, engaño”. (Santiago 3:17) “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna,
llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”. Alguien que no te da paz en tu corazón, no es sabio.
Existe esta Bendición de parte de nuestro Padre Celestial, (Rom 9:25) “Como
también en Oseas dice: Llamaré pueblo
mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada”. Sin embargo, muchas veces te sientes sin ánimos,
las fuerzas poco a poco te van faltando, y todo parece que va en tu contra y
para colmo volviste a caer en el mismo error que habías prometido no volver a
caer. Te sientes muy mal, no encuentras de qué forma presentarte ante el Señor Jesucristo
porque te sientes indigno(a) de su presencia. Hasta estás pensando seriamente en volver atrás, pero seguramente el Espíritu Santo te
convence de esta Palabra: (2Ped.
2:22) “Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el
cieno”; (Prov. 26:11) “Como perro que vuelve a su vómito,
así es el necio que repite su necedad”;
Y tu alma que está dentro de ti te dice que esta no es la solución, y aunque
humanamente es lo que quisieras hacer, por algún motivo no puedes hacerlo.
Sientes vergüenza de llegar delante de Dios, crees que ya no te oirá más, que
ya no hay perdón para ti, que lo que hiciste fue la gota que rebalso el vaso,
que tus oportunidades se acabaron, que ahora si fue el colmo, y toda clase de
pensamientos que quieren evitar que vayas y te rindas al Señor Jesucristo, que
nos dice: (Hebreos 4:14-16) “14 Por tanto, teniendo un gran sumo
sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra
profesión. 15 Porque no tenemos un
sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que
fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al
trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro”.
La posición de las
Sagradas Escrituras, es que una persona cristiana es lo que es por su carácter
interno (alma), y podrá aguantar las tragedias de la vida, de acuerdo a lo que
es en su alma. Si tú eres ésta
persona cristiana, que estás pasando por alguna tragedia entonces oye bien esto,
el asunto no es que te enfoques en el
evento, o lo que te sucedió,
sino, enfócate, en tu persona.
Es imposible cambiar los eventos, los fracasos, o la tragedia, de tu vida cómo
persona. Sin embargo, si es posible cambiarte cómo persona. En esta forma se te puede ayudar a enfrentarte
con tu futuro efectivamente. En este libro explica que es el corazón
del hombre lo que lo contamina no son las cosas externas. Dios trata con el
corazón del hombre, y no lo justifica de lo malo que hace tan solo por las circunstancias
en que se encuentra; (Marcos 7:18-23)
“18 Él les dijo: ¿También vosotros estáis así sin
entendimiento? ¿No entendéis que todo lo
de fuera que entra en el hombre, no
le puede contaminar, 19 porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía,
haciendo limpios todos los alimentos. 20
Pero decía, que lo que del hombre
sale, eso contamina al hombre.
21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los
hurtos, las avaricias,
las maldades, el engaño, la lascivia, la
envidia, la maledicencia,
la soberbia, la insensatez. 23 Todas
estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre”. Tratemos a estas personas exactamente como
son, su hermano o hermana en Cristo. Los cristianos debemos
edificarnos, no juzgar o destruirnos cómo personas. Estamos para
levantar, no para derribar. La persona debe recibir consejo de lo
que dice la Palabra de Dios, no importa quién sea en este mundo.
(Hebreos 10:37-39) “37 Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no
tardará. 38 Mas el justo vivirá por
fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. 39 Pero
nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que
tienen fe para preservación del alma”. Y es que pruebas siempre tendrás, la
vida está llena de pruebas y obstáculos, pero ninguno de ellos se vence
huyendo, al contrario, tienes que enfrentar cada una de esas pruebas y cada uno
de esos obstáculos. ¿Por qué tu fe está
débil?, yo te pregunto: ¿Estas orando lo necesario?, ¿Estás leyendo las
Sagradas Escrituras lo suficiente?, ¿Te estas congregando frecuentemente?,
¿Estas sirviendo, según como Dios te lo ha indicado?, si hay deficiente en alguna de estas áreas, es necesario que pongas
mucha atención a cada una de ellas.
Las circunstancias de la vida, no tienen que determinar
tu ánimo, (Isaías 59:19-21) “19 Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el
nacimiento del sol su gloria; porque
vendrá el enemigo como río, más
el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él.
20 Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová. 21 Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis
palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus
hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para
siempre”. Es difícil de
comprender, pero nuestro ánimo no tendría que depender de las circunstancias de
la vida. En este caminar enfrentaremos diariamente muchas situaciones
que querrán hacernos bajar los brazos, colgar los guantes, tirarnos al suelo y
darnos por vencido, pero no podemos darle gusto al enemigo de nuestras almas. ¿No
te ha pasado que luego de un servicio en donde has dicho al Señor Jesucristo:
“A partir de ahora te buscare más”, viene el día siguiente y el enemigo pone
mil y una situaciones que roban ese momento precioso?, a mi si me ha pasado,
podría mencionar más de una docena de veces que me ha ocurrido, días en los que
después de haberme sentido en una estrecha e íntima comunicación con el Padre
Celestial, paso completamente a sentirme casi en el infierno. Y es que el
enemigo no descansara hasta vernos desfallecer, Jesús lo dijo claramente: (Juan 10:10) “El ladrón no viene sino
para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que
la tengan en abundancia”. Cada día de
nuestra existencia vendrán situaciones que querrán robar la paz de Dios en
nuestra vida, querrán evitar que el gozo del Señor se mantenga en
nuestros corazones, pero es ahí en donde NO PODEMOS PERMITIR que nuestro ánimo
dependa de las circunstancias.
Jehová Dios por
medio del apóstol Pablo nos enseña cómo controlar nuestro ánimo y es muy claro
que el ánimo del hijo de Dios no puede depender de las circunstancias que lo
rodean, lo primero que el enemigo pone en tu mente es emborracharse, (Efesios 5:18-20) “18 No os embriaguéis con
vino, en lo cual hay disolución; antes
bien sed llenos del Espíritu, 19
hablando entre vosotros con salmos, con
himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros
corazones; 20 dando siempre gracias por todo al Dios y
Padre, en el Nombre de
nuestro Señor Jesucristo”. Sin
lugar a dudas tenemos que aprender a vivir en medio de situaciones que querrán
desestabilizar nuestra vida, no podemos dejarnos llevar por la
corriente hacia donde ella quiera, tenemos pararnos firmes y comprender que
venga lo que venga, mi ánimo está fundado en la Roca que es Cristo.
No es de
valientes salir huyendo cuando las cosas se ponen en nuestra contra, debemos
comprender y creer sin duda alguna que más Poderoso es el que está con nosotros
que el que está en el Mundo y que fuera de Él nada podemos hacer, pero que con
El todo lo podemos. (Filipenses 4:13)
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (1 Tesa. 5:15-23) “15 Mirad
que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos
para con otros, y para con todos. 16
Estad siempre gozosos. 17 Orad sin cesar. 18 Dad
gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros
en Cristo Jesús. 19 No apaguéis al Espíritu. 20 No menospreciéis las profecías. 21 Examinadlo
todo; retened lo bueno.
22 Absteneos de toda especie de mal. 23 Y el mismo Dios de paz
os santifique por completo; y todo
vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para
la venida de nuestro Señor Jesucristo”.
Todos tenemos debilidades. Pero algunos
creen que tienen más, porque se ven que tienen un manojo de defectos e imperfecciones:
físicas, emocionales, intelectuales y espirituales. También se dicen tener un
sinfín de circunstancias incontrolables que le debilitan, como las limitaciones
financieras o relacionales. Lo más
importante es: ¿qué haces con ellas? Solemos negar nuestras debilidades, las
defendemos, las excusamos, las ocultamos y las resentimos. Esto le impide a
Dios usarlas de la manera que desea hacerlo. Porque Jehová Dios tiene una
perspecti+va diferente de tus debilidades. Dios dijo: (Isaías 55:9) “Como son más altos los
cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis
pensamientos más que vuestros pensamientos”. De modo que a menudo actúa en
maneras exactamente opuestas a lo que esperamos. Pensamos que Dios solo quiere
usar nuestras fortalezas, pero también quiere usar nuestras debilidades para su
gloria. Las Sagradas Escrituras dicen: (1Corintios
1:26-31) “26 Pues mirad,
hermanos, vuestra vocación, que no
sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los
sabios; y lo débil del mundo
escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28
y lo vil del mundo y lo
menospreciado escogió Dios, y lo que
no es, para deshacer lo que es, 29
a fin de que nadie se jacte en su presencia. 30 Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido
hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; 31 para que, como está escrito: El que se
gloría, gloríese en el Señor”. Tus debilidades no son un accidente. Dios
deliberadamente las permitió en tu vida con el propósito de demostrar su poder
a través de ti.
Jehová Dios no detienen nuestras limitaciones. En las
Sagradas Escrituras dicen: (2Corintios 4:7) “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la
excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”. Igual que la artesanía
común, somos frágiles, defectuosos y fáciles de quebrar.
Hay Dos Grandes Verdades que ilustran lo que necesitamos
para vivir saludablemente. La primera fue por medio de
Pedro que le dijo a Jesús: (Mateo 16:15,16) “15 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú
eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Y la segunda fue por medio de Pablo, que le dijo a la
multitud idólatra en Listra: (Hechos
14:12-15) “12 Y a Bernabé
llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la
palabra. 13 Y el sacerdote de
Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas
delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer
sacrificios. 14 Cuando lo oyeron los
apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud,
dando voces 15 y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros
también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas
vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y
todo lo que en ellos hay”. Si quieres que Dios te use, debes reconocer
quién es Dios y quién eres tú. Muchos cristianos, sobre todo líderes, olvidan
la segunda verdad. ¡Solo somos seres
humanos! Alégrate con tus debilidades. (2 Corintios 12:7-10) “7 Y para que
la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un
aguijón en mi carne, un mensajero de satanás que me abofetee, para que no me
enaltezca sobremanera; 8 respecto a
lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona
en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis
debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en
afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy
débil, entonces soy fuerte”. Al
principio, esto no tiene sentido. Aspiramos a ser libres de nuestras
debilidades. ¡Pero nos alegramos con ellas! Sin embargo, el
contentamiento es una expresión de fe en la bondad de Dios.
A menudo, Jehová Dios
nos conecta a una debilidad o a una fortaleza mayor para mantener nuestro ego
controlado. Una limitación puede
actuar como un regulador que nos previene de no ir muy rápido y adelantarnos de
Dios. Tenemos este ejemplo:
Cuando Gedeón reclutó un ejército de 32,000 soldados para pelear contra los
madianitas, Dios lo redujo a 300 hombres, estableciendo una desigualdad de 450
a 1, ya que fueron a pelear contra 135,000 de las tropas enemigas. Esto pareció una fórmula para el
desastre. Sin embargo, Dios lo hizo para que Israel reconociera que no
fue por sus propias fuerzas sino por el poder de Dios que se salvaron. Nuestras debilidades también nos animan
al compañerismo entre los hermanos. Mientras la fuerza cultiva un espíritu
independiente, “Yo no necesito de nadie”, nuestras limitaciones muestran cuánto
nos necesitamos unos a otros.
Todos los ejemplos
en las Sagradas Escrituras que Jehová Dios, escogió, fueron personas débiles.
Ejemplos tenemos la debilidad de
Moisés que era su temperamento que le condujo a matar a un egipcio, golpear la
roca cuando se suponía que debía hablarle, y a romper las tablas de los Diez Mandamientos. No obstante, Jehová
Dios transformó a Moisés en “el hombre más manso de la tierra”. (Número 12:3) “Y aquel varón Moisés era
muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”. Otro ejemplo es el de la debilidad de
Gedeón que era su baja autoestima y una inseguridad profunda. Sin
embargo, Jehová Dios lo transformó en “un varón esforzado y valiente”. (Jueces 6:12-16) “12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está
contigo, varón esforzado y valiente. 13
Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos
ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros
padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová
nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. 14 Y mirándole Jehová, le dijo: Vé con
esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío
yo? 15 Entonces le respondió: Ah,
señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en
Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. 16 Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a
los madianitas como a un solo hombre”.
Otro ejemplo es la debilidad de Abraham que era el temor. No una, sino dos veces, para protegerse, dijo que su esposa era su
hermana. No obstante, Jehová Dios transformó a Abraham en “el poder de todos
los creyentes”. (Romanos 4:11) “9 ¿Es, pues, esta bienaventuranza
solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión?
Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. 10 ¿Cómo, pues, le fue contada?
¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión,
sino en la incircuncisión. 11 Y
recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo
estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no
circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia;
12 y padre de la circuncisión, para
los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado”.
Jehová Dios quiere tomar tu debilidad más grande y
transformarla. Comparte sinceramente tus debilidades. Ministrar
empieza con ser VULNERABLE. Quítate la máscara y comparte todo lo que
guardas –tus luchas- de manera que Dios pueda usarte en servir a otros. Jehová Dios nos da este ejemplo del
apóstol Pablo, que mostró ser vulnerable en todas sus cartas. Expresó con
sinceridad: Sus fallas (Romanos
7:19) “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso
hago”. Sus sentimientos (2Cor. 2:4,) “Porque por la mucha tribulación y
angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que fueseis
contristados, sino para que supieseis cuán grande es el amor que os tengo”. (2Cor. 12:15) “Y yo con el mayor placer gastaré lo mío,
y aun yo mismo me gastaré del todo
por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos”. (2 Corintios 6:11) “Nuestra boca se ha
abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha ensanchado”. También sus frustraciones (2
Corintios 1:8) “Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra
tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal
modo que aun perdimos la esperanza de
conservar la vida”. También sus temores (1 Corintios 2:3). “3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 4 y ni mi palabra ni mi
predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de Poder,
5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres,
sino en el poder de Dios”. Por supuesto, ser vulnerable es un riesgo,
pero Jehová Dios se hace presente en tu debilidad cuando tu confías en Él.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo. Víctor
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