ADVERTENCIA
CONTRA LA HIPOCRESIA
Todo
en las Sagradas Escrituras es Sana Doctrina.
La Sana Doctrina es TEOCENTRICA,
es la que busca siempre la gloria de
Jehová Dios, es la que tiene conceptos muy claros sobre el pecado en el
hombre, la salvación, las tres divinas Personas, la expiación del Hijo, la obra
del Espíritu Santo, la Iglesia, la Sana Doctrina de Cristo. (Juan 7:16-18) “16 Jesús les respondió y dijo: Mi
Doctrina no es mía, sino de
aquel que me envió. 17 El que quiera hacer la voluntad de Dios,
conocerá si la Doctrina es de Dios,
o si yo hablo por mi propia cuenta. 18
El que habla por su propia cuenta,
su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le
envió, éste es verdadero,
y no hay en él injusticia”. Hay
doctrinas que se hacen pasar por “cristianas” y NO son Sana Doctrina,
porque son HOMOCENTRICAS (ponen al hombre en el centro), no tienen
un concepto claro del pecado en el hombre al decir que el hombre es pecador,
pero aun así tiene cosas “buenas” y él puede así mismo buscar a Dios;
cuestionan las Sagradas Escrituras diciendo que hay partes de la las Sagradas Escrituras
que no son Palabra Inspirada por el Espíritu Santo, cuestionan su veracidad. Y todo esto no es Sana Doctrina, porque
poco a poco va carcomiendo el alma de los hombres haciendo que al final Jehová
Dios no sea completamente glorificado, y que el error ocupe el lugar de la Verdad. (Lucas 12:1) “En esto, juntándose por
millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a
sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es
la hipocresía”.
Uno de los ejemplos más fuertes en la
vida de Jesús lo encontramos en (Lucas
14:25-33) “25 Grandes multitudes
iban con ÉL; y volviéndose, les dijo: 26
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer,
e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su
propia vida, no puede ser mi discípulo. 27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no
puede ser mi discípulo. 28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo
edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene
lo que necesita para acabarla? 29 No
sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que
lo vean comiencen a hacer burla de él, 30
diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. 31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra
contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con
diez mil al que viene contra él con veinte mil? 32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una
embajada y le pide condiciones de paz. 33
Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede
ser mi discípulo”. Nunca olvides que
Jehová Dios es bueno y Él nos manda que nos amemos unos a los otros como el
segundo mandamiento: (Mat 22:36-40)
“36Maestro, ¿cuál es el gran
mandamiento en la ley? 37Jesús le
dijo: Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
38Este es el primero y grande mandamiento. 39Y el segundo es
semejante: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. 40De
estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. Entonces, ¿A qué se
refiere con esto de “aborrecer”? ¿Realmente quiere Jesucristo que odie a mi
familia? ¿O significa algo más? Claro que está hablando de que, ames a tus
familiares y a ti mismo, pero no sus malas costumbres.
Tratemos
de entender todo el contexto en las Sagradas Escrituras ya que ellas se
explican a si misma
de esto se trata la Sana Doctrina. Esto es lo que
Dice Jehová Dios en su contexto: (Deut.13:6-8;
33:9) “6 Si te incitare tu
hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo,
diciendo en secreto: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que ni tú ni tus padres
conocisteis, 7 de los dioses de los
pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, desde un
extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella; 8 no consentirás con él, ni le prestarás oído; ni tu ojo le
compadecerá, ni le tendrás misericordia, ni lo encubrirás”; (Sal.73:25,26) “25¿A
quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. 26Mi carne y mi corazón desfallecen;
Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”; (Mat.10:37,38) “37El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el
que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí”; (Fil.3:8) “Y ciertamente, aun estimo
todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo
Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura,
para ganar a Cristo”; (Hch.20:24) “Pero
de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal
que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para
dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”.
Entendamos
claramente que el problema no es odiar o aborrecer a nuestra familia, no tiene
nada que ver con esto; el punto clave aquí es que Jesús exige
que nos alejemos de las tradiciones del mundo: (1Jn 2:16) “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la
carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre,
sino del mundo”. (Santiago 1:13,14) “13Cuando alguno es tentado, no diga que
es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él
tienta a nadie; 14sino que cada uno
es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido”.
(2Ped.1:4) “por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas
promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza
divina, habiendo huido de la
corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”. (2Ped. 2:10) “y mayormente a aquellos
que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia,
y desprecian el señorío”. Por
ejemplo, en muchas familias existen este tipo de familiares, lo cual es malo de
por sí, lo peor es que te haces
participante cuando a tu familiar, en
lugar de exhórtalo, le sigues la corriente haciéndole sentir que
en tu casa están de acuerdo con lo que Jehová Dios aborrece, si es homosexual,
le dices (Hay manita… pásale, cuéntame cómo estás…) Si es mujeriego le permites
que en tu casa lleve a mujeres que no son su esposa. Si es borracho le permites
que en tu casa tome. Si fuma le permites que en tu casa fume. Si es mal hablado
le permites que en tu casa hable lo que quiera. Etc. etc.
Este es un ejemplo concreto en: (Lucas 14:25-33) que leímos
anteriormente y que está a continuación de cuando Jesús establece su estándar
para un discípulo; Jesucristo sabe
que Él mismo está en este momento poniendo las características de su Iglesia,
y como las “piedras vivas que la han
de formar”, recuerden que la Piedra angular es Jesucristo, dónde
se afirma la cimentación que son sus discípulos, está calculando que “tipo
de piedra” será la que le permita finalizar con buen término su obra, todo por amor a nuestro Padre Celestial,
Jehová Dios de los Ejércitos, porque ha de soportar el gran peso de su
Santidad. Jehová Dios en ninguna manera permitirá que alguien ose
burlarse de Él. Podemos estar seguros
que Jehová Dios terminará su obra. Nada, ni nadie lo detendrá. Entendamos que, en la Iglesia, que es el
Cuerpo de Cristo, no somos “piedras aisladas”, al contrario, la Iglesia se construye piedra sobre
piedra, en donde la principal piedra, “es Jesucristo mismo”; la clase
de persona que seamos en este momento afectará positiva o negativamente las
personas que nos seguirán en el camino. ¿Queremos realmente ser Sus Discípulos?
Pues ya conocemos el único requisito. ¿Te parece demasiado difícil? ¡Ánimo! Recuerda que las cosas imposibles
para los hombres son posibles para Dios.
Sí
un hombre como Pedro que negó a Jesús tres veces pudo ser transformado y utilizado por Dios como lo fue,
¡Cualquiera de nosotros tiene esperanza! Si un hombre tan religioso, como
Saulo, que encarcelaba y mataba a los que sequian a Jesús, fue transformado
a un hombre diferente ahora llamado Pablo, que predicó la Sana Doctrina de
Cristo, y utilizado por Dios como lo fue, ¡Cualquiera de nosotros tiene
esperanza!
Ahora
consideremos el Costo,
para poder llegar a ser un discípulo de Jesucristo. Pocas
personas jamás olvidan las profundas emociones que surgieron en su corazón cuando pasaron de la muerte a una vida
nueva en las aguas del bautismo. Pero
a veces nos olvidamos de que la nueva vida es una vida muy diferente de la
antigua, y que, si regresamos a nuestras antiguas costumbres y deseos,
nuestra vida eterna se pone en peligro. La
nueva vida requiere que abandonemos completamente los anteriores placeres,
metas, ambiciones y asociaciones, si es probable que impidan nuestro desarrollo
espiritual, (Mar 7:21-23) “21 Porque de dentro, del corazón de
los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones,
los homicidios, 22 los hurtos, las
avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia(persona morbosa), la envidia,
la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre”. Tenemos
que aceptar de una manera realista
las consecuencias de nuestro acto de fe. Jesús dijo: (Lucas 9:23) “Y decía a todos: Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y
sígame”. El vacío que se crea cuando
nos negamos a nosotros mismos se llena de la obediencia al mandamiento de
Cristo: "Sígueme".
Se usa para describir el hecho de
obedecer total e incondicionalmente a Jesucristo.
También, se usa en el soldado que llevaba
a cabo o sigue absolutamente las órdenes de su capitán,
o la forma en que el esclavo obedecía a su amo, o la manera en que el ciudadano
obedecía totalmente las leyes de su país. (1Sam.
15:22) “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y
víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los
sacrificios, y el prestar
atención que la grosura de los carneros”. Este es el sentido en que Jesús usaba la palabra seguir:
obediencia incondicional a sus mandamientos.
Jesucristo
requiere que consideremos prudentemente el costo de la nueva vida, en (Lc.14:28-32) versículos que
leímos anteriormente; para que entender las responsabilidades del llamado.
Ilustra este principio de una manera realista, dándole a la multitud
que le seguía dos ejemplos prácticos. Primeramente,
describió la sabiduría del constructor quien calculó el costo de los materiales
que necesitaba para edificar y terminar una torre, señalando Jesús a sus
oyentes lo insensato que parecería el hombre ante sus vecinos, si intentara
proceder con la construcción sin calcular el costo, y no la pudiera terminar. Su segundo ejemplo trata de un
rey que sale a la guerra, pero que es suficientemente astuto para investigar
acerca de la fuerza numérica del ejército opositor, de modo que, si descubre
que es demasiado poderoso para él, pueda enviar una embajada y negociar las
condiciones de paz.
Difícilmente
podríamos hallar para nosotros mismos unos ejemplos más claros y directos.
Pero, ¿es verdad que cada uno de nosotros ha considerado de modo realista el
costo de la nueva vida que llevamos? O ¿hemos
perseguido la vida espiritual de una manera tan desordenada que en el juicio
estaremos obligados a confesar que no hemos logrado terminar la obra que se nos
encomendó?, y que nunca
intentamos averiguar la fuerza del enemigo que combatíamos.
La
demanda de Jesús para ser un seguidor de Él se encuentra en: (Lc. 14:33)
“Así, pues, cualquiera de vosotros
que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”. Nadie
queda exento, todos pueden ser su discípulo, el costo es igual para cualquiera
que desea ser su seguidor. “Debe
renunciar”; Abandonar voluntariamente las cosas que se posen o algo a lo que se
tiene derecho. Desistir de hacer lo que se proyectaba o deseaba hacer.
(Filipenses 3:7,8) “7Pero cuantas cosas eran
para mí ganancia, las he estimado
como pérdida por amor de Cristo. 8Y
ciertamente, aun estimo todas las
cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús,
mi Señor, por amor del cual lo he
perdido todo, y lo tengo por
basura, para ganar a Cristo”. Es la renuncia absoluta de uno mismo.
¿Cuál es propósito de Jesús al hacer una tan alta demanda? Al hacer esta renuncia, no hay motivo natural para volver atrás, hay
un desprendimiento de preocupaciones de cosas que quedan, y pueden traer
tristeza y hasta volver hacia atrás, es una verdadera renuncia a lo natural
para seguir a Jesucristo.
Ser
un discípulo va mas allá de ser un creyente;
Es dejar todo por seguir a Jesús, sin
pensar, ni sentir dolor por lo que queda atrás, con el fin de ser propiedad
absoluta de Jesucristo para siempre.
El cristiano está en la posición del
soldado que obedece y sigue inmediatamente a Jesucristo, (Hebreos 12:1,2) “1Por tanto, nosotros
también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que
tenemos por delante, 2puestos
los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo
puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios”. Siguiendo y sirviendo a su Rey
Jesucristo. Esto tiene que ver con el
cristiano para estar pronto a obedecer a lo que habla nuestro Señor Jesucristo,
(Marcos 3:13-15) “13Después subió al monte,
y llamó a sí a los que Él quiso;
y vinieron a Él. 14Y estableció a doce, para que
estuviesen con Él, y para enviarlos a
predicar, 15y que tuviesen autoridad para sanar
enfermedades y para echar fuera demonios”.
El
cristiano debe pedir consejo al Señor Jesucristo, porque Él nos concede por medio
del Espíritu Santo. (Juan 16:13) “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a
toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo
lo que oyere, y os hará saber las cosas
que habrán de venir”. Aceptar como norma de vida y conducta, cada cristiano debe aceptar
las leyes de del reino celestial, como parte de conducta de vida espiritual.
El cristiano sigue paso a paso atentamente la palabra de Dios, darle atención (Hebreos 2:1) “Por tanto, es necesario
que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que
nos deslicemos”. Es para nuestro bien y para bendecir a
otro.
Encontramos
tres tipos de personas que no son aptas para ser discípulos de Jesús.
(Lucas 9:57-62) “57Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor,
te seguiré adondequiera que vayas. 58
Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos;
mas el Hijo del Hombre no tiene dónde
recostar la cabeza. 59 Y
dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60 Jesús le dijo: Deja que los muertos
entierren a sus muertos; y tú ve,
y anuncia el reino de Dios. 61 Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame
que me despida primero de los que están en mi casa. 62 Y Jesús le dijo:
Ninguno que poniendo su mano en el
arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”. En cada una
cada
No
tengo la menor duda que la demanda es una entrega absoluta e incondicional. Jesucristo
el Señor busca personas que coloquen sus vidas a su entera disposición, tomar
el camino de la negación de sí y de todo lo que posee por seguir a Jesucristo,
es darle lo mejor no la sobra de la vida, el tiempo o el dinero, es todo o nada. Debemos
tener en cuenta que hemos sido llamados a ser discípulo.
El
amor propio, la soberbia y la desobediencia; Son unos de los obstáculos más
persistentes para el discípulo. El verdadero discípulo se caracteriza por la
estabilidad, la obediencia a las Sagradas Escrituras. Jesucristo desea que los que le siguen lo hagan obedeciendo en forma
constante y continua. En varias veces se destaca lo que las personas
dejaron por seguir a Jesús, (Lucas 5:11)
“Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le
siguieron”;
(Mateo 4:20-22) “20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le
siguieron. 21 Pasando de
allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en
la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22 Y ellos, dejando al instante la barca
y a su padre, le siguieron”.
(Mateo 19:27-30) “27 Entonces respondiendo
Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido;
¿qué, pues, tendremos? 28 Y Jesús
les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre
se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os
sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. 29 Y cualquiera que haya dejado casas,
o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi
nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. 30 Pero muchos primeros serán
postreros, y postreros, primeros”. Estamos comprometidos con el Señor
Jesucristo y ser su testimonio vivo donde estamos. El discípulo es una persona
que dejo todo para seguir a Jesucristo en un verdadero servicio, por amor
incondicional.
En el mar te enseña Jesucristo, pero
en el desierto te enseña Jehová Dios; Adentro hay circunstancias que son la
escuela donde nos enseña Dios las Verdades con Gran dolor; El pueblo de Israel
es el ejemplo: (Jeremías 33:6-9) “6 He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de
verdad. 7 Y haré volver los
cautivos de Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al
principio. 8 Y los limpiaré de toda su maldad con que
pecaron contra mí; y perdonaré
todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron. 9 Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre
todas las naciones de la tierra,
que habrán oído todo el bien que yo
les hago; y temerán y temblarán
de todo el bien y de toda la
paz que yo les haré”. Siempre Dios permite circunstancias para que la persona vuelva a la
verdad; El hijo prodigo volvió en
sí, conoció la verdadera realidad de sí y la de su casa. La Verdad de la Sana
Doctrina de Cristo, es nuestra luz, no podemos desobedecerla.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario