Predica; 20 de Enero de 2019
SALIENDO
DEL DESIERTO Y VOLVIENDO EN EL PODER DEL ESPIRITU
Someterse
significa renunciar voluntariamente al control de nuestra vida.
Y el sometimiento es aquello que más nos cuesta cumplir ya que, por naturaleza,
los seres humanos no nos gusta someternos a nadie. Pero en la vida cristiana y
en el ámbito espiritual, es la llave que abre la puerta a las Bendiciones de Jehová
Dios. (Santiago 4:7) “SOMETEOS, pues, a Dios; Resistid al diablo, y huirá de
vosotros”. Las Sagradas Escrituras, describen que antes de que Jesús principiara
su ministerio fue llevado por el Espíritu al Desierto a Ayunar 40 días, donde
estuvo expuesto a todo tipo de tentación y pruebas. (Lucas 4:1-2) “1 Jesús, lleno
del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto 2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada
en aquellos días, pasados los cuales,
tuvo hambre”. Las Sagradas Escrituras
son muy asertivas, al indicar que ya Jesús estaba lleno del Espíritu
Santo. Entonces... ¿No
es esto todo lo que necesitaba? Y ¿Qué PROPÓSITO había en Él, para
ser llevado al desierto? Como claramente podemos entender amados
hermanos, Nuestro Padre Celestial y Dios no hace las cosas por capricho,
evidentemente siempre tiene un PROPÓSITO.
Entonces, veamos que
sucedió en la vida de nuestro Salvador
al volver de este desierto, en el Libro de: (Lucas 4:13,14) “13 Y cuando el diablo hubo acabado
toda tentación, se apartó de ÉL por un tiempo. 14 Y Jesús volvió en el PODER del Espíritu a Galilea, y se
difundió su fama por toda la tierra de alrededor”. Las Sagradas Escrituras, describen que Jesús volvió en EL PODER DEL
ESPIRITU. Por favor apreciemos la diferencia, Jesús antes del desierto, fue, LLENO DEL ESPIRITU
SANTO, pero después del desierto, Jesús regreso, EN EL
PODER DEL ESPIRITU, hay una diferencia obvia, es fácil ser llenos del Espíritu Santo, pero el Poder del
Espíritu se manifiesta en hombres y mujeres de Carácter Probado.
Este es el propósito de la estadía de Jesús en el desierto. Su carácter debía ser formado en el
fuego de la prueba, donde
aprendió obediencia y dominio propio, el desierto preparo el CARÁCTER
de Jesús para enfrentar un desafío Mayor. LA CRUZ DEL CALVARIO, la
cual NO fue fácil ni romántica, todo
lo contrario, fue la tortura
más extrema a la que un ser humano, podía ser sometido. Jesucristo,
nuestro Salvador tiene un CORAZON FORJADO EN EL DESIERTO. Nuestro
Padre Celestial Jehová Dios aprovecha todo para bien. Tal vez te sientes
angustiado y sin salida… Es verdad que es muy difícil saber con precisión
porque la vida puede complicarse tanto, pero de lo que si debes estar
convencido es que Jehová Dios sacará lo mejor de cada situación, aun de las más
tormentosas, desagradable y dolorosas para nuestro bien. Dice la Palabra en el
Libro de: (Romanos 8:28) “Y sabemos
que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su Propósito
son llamados”. Por lo tanto, no debemos resistir el desierto, sino
enfrentarlo con fe, no preguntarnos ¿Por qué estamos aquí? Sino ¿Para qué
estamos aquí? Y ¿Qué Jehová Dios quiere, que aprendamos en el desierto? Por supuesto que a nadie nos gusta los
procesos. Todos queremos las recompensas, pero no todos aceptamos el
proceso, y debes saber esto, tal vez
te guste o no lo que te voy a decir, pero es mi conclusión a través de la experiencia en el ministerio
y comunión con el Padre Celestial por medio de Jesucristo, y es que
antes de Bendecirte, el deseo de Jehová Dios es perfeccionarte.
Dice la palabra: (Filipenses 1:6)
“Estando persuadido de esto, que el
que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo”.
Y
el lugar donde Dios perfecciona nuestro carácter es en el desierto,
pero entendamos lo que mencione antes, Jesús regreso del Desierto en el Poder
de Espíritu. Alégrate entonces…. Pues después de tu desierto lo que queda es la
manifestación del Poder de Dios en tu vida para obrar un milagro en tus
situaciones. Solo hay que permanecer firmes porque Dios hará, (Salmos 37:3 al 5) “3 Confía
en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás
de la Verdad. 4 Deléitate
asimismo en Jehová, y ÉL te
concederá las peticiones de tu corazón. 5 Encomienda a Jehová tu
camino, y confía en ÉL; y ÉL hará”. Jehová Dios está con cada uno de nosotros. Aunque no lo
puedas ver en medio de tanta incertidumbre, EL, está contigo, te acompaña y te
sostiene de la mano. Dice la Palabra:
(Salmos 37:24) “Cuando el hombre
cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano”. El desierto puede destruirte o fortalecerte
todo dependerá si lo entiendes o no.
Cristo volvió del desierto EN EL
PODER DEL ESPÍRITU, o sea, volvió
mejor que como entro. El deseo de Dios no es que quedes dando vueltas
en el desierto durante 40 años como Israel en el tiempo de Moisés, Sino que el desierto sea un lugar de Enseñanza,
adoración, alabanza y júbilo. Si mantienes tus
convicciones y tu comunión con el Padre por medio de Jesucristo y del
Espíritu Santo, pronto te darás cuenta que estas en la Tierra prometida.
Apóyate en Jehová Dios: Jesucristo es
nuestro amparo y fortaleza, y su deseo en todo Tiempo es ayudarte en tus
pruebas, pero por supuesto, no lo hará si tu no se lo permites.
Los desiertos deben ser oportunidades para ver la misericordia de Jehová Dios
sobre nuestras vidas y no para volver la espalda a Dios y buscar socorro en el
hombre, los ídolos, el mundo y la pasada manera de vivir. Dice la Palabra: (Hebreos 11:27) “Por la fe dejó a
Egipto, no temiendo la ira del rey; Porque se sostuvo como viendo al Invisible”.
Moisés enfrento sus persecuciones y desiertos porque su apoyo era el invisible,
hoy apóyate y sostente en Jehová Dios; Mi
deseo como pastor de esta congregación es…, que en este año 2019, puedas
ser prosperado y bendecido, pero entiendo que Jehová Dios desea más
que bendecirte perfeccionarnos, y el lugar donde nos perfecciona es el
desierto. Pero después del el desierto se experimenta un nivel aun mayor
que la bendición, y este es;
EL PODER DEL ESPIRITU, sobre
tu vida. En el
desierto, es de vital importancia la dependencia de Jehová Dios, Jesucristo,
Espíritu Santo y las Sagradas Escrituras. Permítanme nuevamente llevarlos a las Sagradas
Escrituras en el Libro de: (Deuteronomio
8:2,3) “2 Y te acordarás de todo
el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el
desierto, para AFLIGIRTE, para PROBARTE, para SABER lo que HABÍA en tu CORAZÓN,
si habías de guardar o no sus
mandamientos. 3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que
no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de
Jehová vivirá el hombre”.
¿En
condiciones normales, cómo sobrevive un pueblo en el desierto? ¿Cómo
estuvo el pueblo 40 años caminando por el desierto? ¿Por qué anduvieron
por el camino más largo? ¿Se equivocó Jehová Dios? NO!!!
Jehová Dios nunca se equivoca,
Él conocía los corazones y quería trabajar con ese pueblo, necesitaba hacerlo, más adelante,
en Nehemías vemos cómo Esdras reconoce los pecados del pueblo de Israel, era
evidente que el pueblo Hebreo no estaba entendiendo lo que Jehová Dios estaba
haciendo: (Nehemías 1:4 al 9) “4 Cuando oí estas palabras me senté y
lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los
cielos. 5 Y dije: Te ruego, oh
Jehová, Dios de los Cielos, Fuerte,
Grande Y Temible, que
guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus
mandamientos; 6 esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír
la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los
hijos de Israel tus siervos; y confieso
los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; Sí, yo y la casa de mi
padre hemos pecado. 7 En extremo nos hemos corrompido contra
ti, y no hemos guardado los
mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.
8 Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo:
Si vosotros pecareis, YO os dispersaré por los pueblos; 9 Pero si os volviereis a
mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque
vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os
recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí MI
NOMBRE”. Este pueblo no había tenido tiempo de conocer al Dios vivo, no
existía una relación, no podían hablar con Jehová Dios, porque preferían que lo
hiciera Moisés, siempre encontramos excusas para no hablar con Dios, ellos
pecaron, ofendieron a Jehová Dios, muchos
de nosotros tenemos mucho tiempo en nuestros desiertos personales, Jehová Dios tiene que trabajar en estos
desiertos, estamos allí para aprender, solemos pensar que el desierto
es sólo para llevar golpes, NO!!!
Cuando estamos bien, nos olvidamos de orar, de buscar a Jehová Dios, pero
cuando pasamos por un desierto, clamamos, a Jehová Dios, para ver que tiene que
Enseñarnos. Cada vez que pasamos por
un desierto Jehová Dios, nuestro Padre Celestial, está allí,
el problema es que no lo creemos, porque siempre desobedecemos, en
muchas tribulaciones no entendemos por qué pasan las cosas, te exhorto
en el amor de Jesucristo que te alegres, porque Jehová Dios te está Enseñando
y algo Bueno viene, su Misericordia es la que te permite formarte.
No
Hay Tierra Prometida Sin Pasar Por el Desierto.
Ten por seguro que en el desierto
Dios no te va a dejar, nuestro Padre Celestial es nuestro sustento,
Dios con sus muchas misericordias no te va a abandonar en el desierto, a pesar
de la infidelidad del pueblo envió su buen Espíritu, los sustentó 40 años y de
ninguna cosa tuvieron necesidad ¿Hay alguna diferencia en estos tiempos? Nos ha
dado promesa, así como le dio promesa a ese pueblo, somos pueblo adoptado, vivimos tiempos difíciles, de
angustia, de quebranto, de escasez. Muchos
estamos pasando por desiertos morales, espirituales, sociales
y económicos, no sé cuál es tu desierto pero nuestro Padre Celestial
sí, Jehová Dios, que es tu sustento, tu provisión diaria, que
mitiga tu fe, sana heridas morales, espirituales, el que
levanta la columna de nube e ilumina tu camino de día y de noche,
Dios, es el que te creó, créele, aprópiate de estas promesas
que el Señor Jesucristo te ha dado, Jesucristo está pendiente hasta de
los más pequeñitos detalles. ¿Cuánto
tiempo tienes pasando por el desierto? ¿Estás obedeciendo a tu Señor Jesucristo?
No permitas que mueras en el desierto, deja que el Señor Jesucristo trabaje, Él
necesita que le entregues tu corazón, que le creas de manera absoluta, que le
reconozcamos en absoluta dependencia, todo México necesita a Dios, sí, pero
podemos ser luz en el nombre de Jesucristo.
Si
tu quieres ser un cristiano fiel que disfruta de las Bendiciones de Dios con un
corazón humilde
y agradecido, interpreta el tiempo de desiertos que hoy estás
atravesando como un tiempo determinado por Dios para prepararte para la buena
tierra que Él le ha prometido. En: (1 Pedro 3:8,9) dice: “8 Finalmente, sed todos de un mismo
sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; 9 No devolviendo mal por mal, ni
maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que
fuisteis llamados para que heredaseis bendición”. Las Sagradas Escrituras, hablan mucho y bien sobre las Bendiciones
de Jehová Dios, y como su pueblo puede recibirlas. Las Bendiciones de Jehová Dios están
reservadas exclusivamente para los hijos obedientes del Señor Jesucristo.
Los únicos que pierden Bendiciones siempre son los desobedientes. ¡Por eso vale
la pena ser obedientes al Señor Jesucristo! (Deuteronomio 28:1-2) dice: “1
Acontecerá que si oyeres atentamente
la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy,
también Jehová tu Dios te exaltará
sobre todas las naciones de la tierra. 2
Y vendrán sobre ti todas estas
bendiciones y te alcanzarán”. Muchos hacen promesas a Jehová Dios y le
dicen: Padre Celestial en el Nombre de
Jesucristo, el día que tú me otorgues lo que te pido, voy a ser
fiel como nunca antes lo he hecho. El
deseo de Dios, nuestro Padre Celestial, es precisamente al revés.
Nuestro Padre Celestial y Jesucristo
quieren que seamos primero obedientes para luego recibir sus bendiciones o
añadiduras. Nuestro Padre Celestial y nuestro Señor Jesucristo, nos dan
la libertad de que podamos escoger el
camino de la obediencia o el de la desobediencia. Cada uno de estos caminos tiene su recompensa o su consecuencia. Si hacemos un
recorrido del pueblo de Dios luego de salir del yugo de esclavitud de Egipto y
Faraón, obtenemos una preciosa Enseñanza espiritual para nuestras vidas:
1.
EGIPTO
representa el mundo lleno de pecado y esclavitud;
2.
La
LIBERACION del yugo de esclavitud representa a Jesucristo
dándonos libertad;
3.
El
DESIERTO es el tiempo donde el Padre, por medio
Espíritu Santo nos moldea;
4.
La
TIERRA PROMETIDA es el lugar donde Jesucristo nos
bendice con toda bendición.
Si leemos detenidamente notarán que
entre el proceso de liberación y la llegada a la tierra prometida, ESTA LA TRAVESIA POR EL DESIERTO.
No se puede llegar a la tierra de bendición si primero no aprendemos las
lecciones en la tierra del desierto. Esto lo vemos en la vida del pueblo de
Israel. Dios los llevaría un tiempo determinado por el desierto para darles
algunas lecciones espirituales para ellos y las generaciones siguientes y
permitirles entrar en la tierra prometida... Pero un viaje de sólo 40 días se transformó en un pesado peregrinaje
de 40 años (Números 14:34) “Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que
reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un
año por cada día; Y conoceréis mi castigo”. Así como un viaje de 40 días se transformó en uno de 40 años, aprendemos
que depende de nuestra capacidad de obediencia acortar o alargar la
llegada a la tierra de bendiciones. El pueblo de Israel atravesó 7 desiertos antes de entrar en
la tierra prometida. El número 7 en la tipología bíblica significa: “Perfección” “Consumación”.
Estos ejemplos nos Enseñan que parte del trato de Dios es que atravesemos por
el desierto para la consumación de su
Preciosa y Perfecta Voluntad en
nuestras vidas. Los desiertos fueron; DESIERTO DE…:
1) Shur
(Ex. 15:22) “E hizo Moisés que
partiese Israel del Mar Rojo, y salieron
al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar
agua”.
2) Sin
(Ex. 16:1) “Partió luego de Elim
toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los
quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto”.
3) Sinaí
(Ex. 19:1) “En el mes tercero de la
salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de Sinaí”.
4) Parán
(Números 12:16) “Después el pueblo
partió de Hazerot, y acamparon en el
desierto de Parán”.
5) Zin
(Números 20:1) “Llegaron los hijos
de Israel, toda la congregación, al
desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; Y allí
murió María, y allí fue sepultada”.
6) Ije-abarim
(Números 21:11) “Y partiendo de
Obot, acamparon en Ije-abarim,
en el desierto que está enfrente de Moab, al nacimiento del sol”.
7) Anón (Números 21:13)
“De allí partieron, y acamparon
al otro lado de Arnón, que
está en el desierto, y que sale del territorio del amorreo; Porque
Arnón es límite de Moab, entre Moab y el amorreo”.
Aquí aprendemos también que dentro del
desierto existen diversos lugares, para nosotros hoy la lección es que durante
el desierto debemos atravesar
diferentes etapas de pruebas. Pareciera que cuando atravesamos tiempos
de desiertos las pruebas se nos vinieran todas encima. Jehová Dios ha preparado
esto para formarnos y capacitarnos para disfrutar sus Bendiciones
posteriormente. Si caminamos con fidelidad avanzaremos al siguiente paso hasta
entrar en la tierra de bendición. Para muchos el desierto fue un final, para
otros un comienzo (Números 14:29-35)
“29 En este desierto caerán vuestros
cuerpos; Todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte
años arriba, los cuales han murmurado contra mí. 30 Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé
mi mano y juré que os haría habitar en ella; Exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué
hijo de Nun. 31 Pero a
vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los
introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. 32 En
cuanto a vosotros, vuestros
cuerpos caerán en este desierto. 33
Y vuestros hijos andarán pastoreando
en el desierto cuarenta años, y ellos
llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos
en el desierto. 34 Conforme
al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra,
llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis
mi castigo. 35 Yo Jehová he hablado; Así haré a toda esta multitud perversa
que se ha juntado contra MÍ; En
este desierto serán consumidos, y
ahí morirán”. ¿Para qué sirven los tiempos de desiertos en la vida
del creyente hoy? (Deuteronomio 8:2)
“Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos
cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón,
si habías de guardar o no sus mandamientos”.
Notemos que dice “todo el camino por
donde te ha traído Jehová tu Dios”. Quizás
estuvimos pensando que todo lo que nos pasó en el desierto era del diablo,
has invertido tiempo reprendiendo y reprendiendo, ¡¡Y la situación no cambió sino que empeoró!!! ¡¡Pensar que era
la mano del Gran Alfarero trabajando sobre nuestra vida para prepararla para
llegar a la tierra de bendición, la tierra que Él nos ha prometido y nosotros
no nos habíamos dado cuenta!!! ¿Cuál es el propósito de los tiempos de
desierto en nuestras vidas? “Para AFLIGIRTE”.
Es fácil alabar a Dios y serle fiel cuando todo sale de maravillas, pero ¿Qué pasa en la adversidad y cuando
todo sale mal? ¿Seguimos fieles en medio de los problemas? Allí
Dios nos prueba la CALIDAD de la vida
espiritual que tenemos. Muchas veces pensamos o decimos con un tono de
orgullo y soberbia que somos los “invencibles” y Dios nos aflige para mostrar
nuestra realidad carnal que debe ser tratada y quebrada por el Señor Jesucristo
que está trabajando en nuestro corazón. “Para
PROBARTE” ¿Probar qué? El
NIVEL de nuestra espiritualidad. Aquí
nuestro Padre Celestial mide nuestra madurez y crecimiento espiritual. Tener años de creyente NO significa
alcanzar madurez. “Para saber
lo que HABÍA EN TU CORAZÓN”. Aquí el Señor prueba nuestra INTENCION interior de obedecer o desobedecerle.
Podemos engañar a todos los que nos rodean con una fachada de “fieles y llenos
de obediencia” pero nuestro Padre Celestial siempre mira la intención del
corazón. Los tiempos de desiertos
siempre nos muestran LO QUE EN REALIDAD SOMOS ANTE DIOS. Por cierto Jehová Dios ya lo sabe de
antemano pero quiere que nosotros los sepamos para que nos humillemos, arrepintamos y volvamos al sendero de la obediencia.
¿Qué hace nuestro Padre Celestial, que fluya de SU SER en los tiempos de
desiertos? ¿Fluye SU PRESENCIA
de Jehová Dios en nuestra naturaleza carnal NO quebrantada?
Jehová Dios siempre mira nuestras
actitudes pues ellas revelan lo que hay oculto en el corazón. El pueblo de Israel en el desierto
reveló su rebeldía, queja, desobediencia, incredulidad,
tibieza, murmuración e idolatría. A ellos no les
interesaban las lecciones de Dios en el desierto sino que querían solamente la
bendición de Dios en la tierra prometida. Muchos
de nosotros también somos así, somos
tan necios de corazón y egoístas que en vez de tomar los tiempos de
desiertos como un tiempo necesario de formación y crecimiento espiritual
para llegar posteriormente a la tierra bendecida, nos rebelamos y lo único que nos importa es tener en nuestras
manos lo que habíamos pedido. Debido
a nuestra rebeldía y por NO tener
el conocimiento de la Sana Doctrina de Cristo en nuestras vidas, es posible que Jehová Dios, si
nos dé lo que queremos, pero SIN SU BENDICION. Esto mismo le
sucedió al pueblo rebelde de Israel. (Números
11:19,20) dice: “19 No comeréis
un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días, 20 sino hasta un mes entero, hasta que
os salga por las narices, y la aborrezcáis, por cuanto menospreciasteis a
Jehová que está en medio de vosotros, y llorasteis delante de ÉL diciendo: ¿Por
qué salimos acá de Egipto?”. Cuantos de nosotros hemos exclamado: (Mejor me
hubiera que dado en el mundo, me iba mejor cuando no conocía las cosas de Dios).
(Números 11:31 al 34) dice también:
“Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el
campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor
del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra. Entonces el pueblo
estuvo levantado todo aquél día y toda la noche, y todo el día siguiente, y
recogieron codornices; el que menos, recogió diez montones; y las tendieron
para sí a lo largo alrededor del campamento. Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese masticada, cuando la ira de Jehová se encendió en
el pueblo, e hirió Jehová al
pueblo con una plaga muy grande. Y llamó el nombre de aquel lugar
Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso”.
Allí
NO todos murieron en el desierto, solo perecieron los codiciosos.
La palabra codicia significa: “Apetito desordenado por la riqueza, deseo
desesperado por las cosas”. Hoy día
hay mucho pueblo de Dios que en vez de desear más del Señor Jesucristo,
desear ser enseñados y corregidos por El, lo único que les interesa es
su bienestar material. Nunca lo olvidemos: La añadidura sin la Bendición de Jehová Dios se transforma en
maldición. Si nosotros hoy somos tan desobedientes de no aceptar lo que
Dios nos da en el desierto, es probable que recibamos lo que pedimos pero con
maldición. En el (Salmo 106:13 al 15)
dice: “Bien pronto olvidaron sus obras; No esperaron su consejo. Se
entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la
soledad. Y ÉL les dio lo que Pidieron; Mas envió mortandad sobre ellos”. Jehová Dios nos llama en este tiempo a
que aprendamos sus lecciones en el desierto y las aprobemos. Cuando eso
suceda estaremos calificados para llegar a la tierra de bendición. Sin
obediencia no hay bendición, pues Jehová Dios siempre bendice a los fieles. Y nos dice cuál es otra importante
lección que debemos aprender y aprobar en el desierto: (Deuteronomio 8:3) “Para hacerte saber
que no solo de pan (representa las cosas materiales) vivirá el hombre, más de
todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”.
Predicador de la Sana Doctrina de Cristo: Víctor. Si usted no tiene la
intención de guardar esta hoja, tenga la amabilidad de entregarla a otra
persona interesada. Para la difusión gratuita entre cristianos, se permite fotocopiar
esta hoja (por favor no cambiar el texto).
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