lunes, 23 de noviembre de 2015

LA SANA DOCTRINA DE CRISTO TE ENSEÑA QUE DIOS NO TE HA OLVIDADO

LA SANA DOCTRINA DE CRISTO TE ENSEÑA QUE DIOS NO TE HA OLVIDADO

¿Has conocido alguna vez la Ansiedad (depresión)? ¿Alguna vez has estado tan preocupado y confundido(a) que has pasado noches sin dormir? ¿Tuviste tiempos cuando estabas tan apagado(a) y molesto(a) que nadie te podía consolar? ¿Has estado tan apagado(a) que tuviste deseos de rendirte, sintiendo que tu vida era un fracaso total?

No me estoy refiriendo a alguna condición física. No me estoy refiriendo a personas que tienen algún desequilibrio químico o enfermedad mental. Estoy hablando de cristianos que de vez en cuando luchan contra una ansiedad (depresión) que los azota de la nada. Su condición a menudo no viene de una sola fuente, sino de muchas. A veces son azotados de todos lados, hasta que están tan abrumados que no pueden ver más allá de su desesperación. Si esto te describe, entonces el (Salmo 77:1-20) fue escrito para ti. Su significado es para señalarte la salida de tu pena y temor.

Muchísimos hermanos en la fe caen tremendamente presos en la ansiedad o depresión como lo entiende en el mundo, lo malo es que rehúsan la Verdad de la Sana Doctrina de Cristo como la Palabra de Dios para su libertad: (Salmo 77:2) “Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo”.
Estos hombres y mujeres piadosos están en tal desesperación, que nada que les dijéramos los puede sacar de su condición. (Salmo 77:4) “No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba”.

Mas sin embargo, tenemos esta enseñanza acerca de la oración ferviente en nuestra desesperación. Vemos esto en el mismo Salmo: (Salmos 77:1) “Con mi voz clamé a Dios, a Dios clamé, y él me escuchará”. (Salmos 34:15) “Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos”. La Sana Enseñanza de nuestro Dios es muy clara porque si buscamos a Jehová, Él nos oirá y nos librará de todas nuestras ansiedades, angustias y temores. (Salmos 34:4,6) “4 Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores. 6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias”.

David tuvo que escapar del pueblo de Gat para salvar su vida porque lo perseguía el rey Saúl. David como exiliado siervo del Señor se sintió tan bajo en ese tiempo, como un gran fracasado, que él clamó a Dios. El busco al Señor en su agonía, y David testifica que él fue totalmente liberado. De hecho, Dios puso un canto en el corazón de David.
Vemos a David relatando su nuevo canto de fe a sus músicos en: (Salmos 40:1,2) “1 Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. 2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos”.
En estas alabanzas de adoración en los Salmos encontramos muchísimas Verdades que nos dan respuestas y que nos une en la fe para estudiar más la Sana Doctrina de Cristo que nos une al Cuerpo de Cristo, porque de esta manera tendremos oraciones contestadas, porque si Dios no contesta es porque existe incredulidad y Dios no contesta a causa de los pecados ocultos.


(Salmo 78:1-8) “1 Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. 2 Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos, 3 Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron. 4 No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, y su potencia, y las maravillas que hizo. 5 El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos; 6 Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, 7 A fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, 8 Y no sean como sus padres, generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu”.

Cuando tu como cristiano creyente en la Sana Doctrina de Cristo, pones limites a Jehová Dios provocan y entristecen a nuestro Dios, como lo hicieron el pueblo de de Israel. Ellos lo provocaron y lo entristecieron (Salmo 78:17-19) “17 Pero aún volvieron a pecar contra él, rebelándose contra el Altísimo en el desierto; 18 Pues tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida a su gusto. 19 Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto?”.
La Biblia no nos dice porque causa existe la ansiedad (depresión) de su pueblo. Todo lo que sabemos es, que sus almas están tan cargadas que no pueden dormir: (Salmo 77:4) “No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba”.
En este punto, muchos se sienten desilusionados por el silencio de Dios: (Salmos 77:2,7-9) “2 Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos. 7 A fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, 8 Y no sean como sus padres, generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu. 9 Los hijos de Efraín, arqueros armados, volvieron las espaldas en el día de la batalla”.
Muchos cristianos podrían concluir ¡Dios no contesta mis oraciones!.

¿En este Salmo 77 están descritos hombres y mujeres piadosas desesperados, o será que es una historia común para muchos creyentes intercesores hoy en día? ¿Será posible que este Salmo 77 describa tu propia lucha espiritual? Aquí se describe un hombre piadoso, fiel, e intercesor. No es algún malhechor sensual. Este hombre amaba la Palabra de Dios y la enseñaba en la congregación. Pero ahora él estaba enfrentando una terrible ansiedad (depresión).

El Salmo 77 realmente refleja la creencia de la mayoría de los mexicanos. Los sondeos declaran que la mayoría de la gente piensa que Dios escucha las oraciones, sin embargo, pocas de esas mismas personas cree que Dios contesta sus oraciones.
Sin embargo, hay cristianos que también experimentan las espantosas profundidades que el Salmo 77  describe. Una horrible melancolía caí sobre los cristianos de la nada, afligiéndolos por días enteros. Cristianos soportan terribles pruebas de desesperación, sin ninguna explicación racional para ellas.

Todos los que se apartan del camino de Dios describen que son abrumados por el desánimo. Y pocos pueden explicar de dónde vino su nube oscura. Rara vez parece salir por una sola cause, sino más bien es el resultado de un problema sobre otro.


Ni siquiera el apóstol Pablo fue inmune a tales depresiones. El escribió a los Corintios, (2 Corintios 1:8) “Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida”. Esta tribulación que les abrumó sobremanera los llevó a la desesperación en este versículo se traduce como, (No podíamos entenderlo, nos desesperamos, hasta la muerte). Él estaba diciendo, en resumen, (ansiamos morir, porque no podíamos comprender lo que estábamos pasando. Estábamos presionados más allá de nuestra resistencia).

Es difícil imaginar estas palabras saliendo de Pablo. ¿Quién confiaba en Dios más que este apóstol temerario? Sin embargo, vino sobre Pablo una hora de desánimo tal como el nunca experimento. ¿Cuál era esta condición?

Fueron una combinación de pruebas. Entre esta una profunda angustia mental, causada por personas que Pablo amo y que luego se volvieron contra suya. Estos amigos cercanos no solo abandonaron a Pablo sino que regaron mentiras acerca de él. Ellos difamaron su nombre. El experimento naufragio en más de una ocasión. Y complots malignos eran planeados contra él, con la meta de quitarle la vida. Además de estas cosas, Pablo tenía ansiedad por el cuidado de muchas iglesias.

Esto parecería demasiado pesado para ser llevado por un hombre. Sin embargo, todo junto aun no puede explicar la profunda desesperación que Pablo sentía. Por supuesto que Pablo fue liberado. Él salió victoriosamente. Pero el nunca olvido esa horrible hora de desesperación.

Muchas personas piadosas, devotas, santas, siervos de Jesús que oran, saben de lo que se trata el clamor del Salmo 77. Su condición no es un estilo de vida. No, simplemente son amadores de Dios quienes han sido abrumados porque Satanás ha entrado como una inundación. Como Pablo, son presionados más allá de su resistencia.

Jesucristo es nuestro ejemplo en todas las cosas concernientes a la vida, y esta baja condición no es una excepción. Jesucristo es tocado con los sentimientos de nuestras enfermedades. Y hasta él enfrento tal hora de profunda prueba. Él le dijo a Andrés y a Felipe: (Juan 12:27) “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora”. Cuando Jesús dijo esto, él estaba enfrentando la cruz, sabiendo que su tiempo de muerte estaba cerca. La palabra turbado aquí significa agitado o perturbado.

Jesús estaba enfrentando la prueba más intensa de su vida. De hecho, era tan profunda y oscura, que después él clamaría, (Mat 27:46) “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”. Jesús hasta les dijo a aquellos que lo crucificaban, (Lucas 22:53) “Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de la tinieblas”. Qué declaración hace Jesús. Sin embargo, Cristo estaba diciendo, en esencia, (Esta es la hora de Satanás). El periodo justo antes de su muerte fue el momento del enemigo para acosarlo. El diablo amontonó todo su poder para molestar el corazón de un santo hombre de oración.

De igual manera, puedes estar seguro que tu hora oscura y molesta es obra de Satanás. El Señor no pone tan terrible ansiedad (depresión) sobre su pueblo. ¿Cómo sabemos esto? Como en el Salmos 77, nosotros oramos, adoramos, buscamos hacer la voluntad de Dios, deseamos total liberación del poder del pecado. Y eso es exactamente la clase de vida que satanás viene a dañar.
Al mismo tiempo, podemos estar seguros que Dios ha permitido que esta hora llegue por una buena razón. Jesús le dijo a sus discípulos: (Juan 12:27) “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora”.  Jesús les estaba diciendo, (No puedo explicártelo plenamente. Todo lo que puedo decir es que Dios ha permitido este momento, esta hora de tinieblas).

Alguna vez te ha pasado que te preguntas, ¿Qué puedo decir? No tengo palabras para explicar lo que estoy pasando. Estoy molesto, perturbado, pero no puedo decir porque. No me pidas que lo explique porque no puedo.

¿CUÁL PUEDE SER EL PROPÓSITO DE DIOS EN UNA HORA TAN HORRIBLE?
La Sana Doctrina de Cristo a través del apóstol Pablo nos muestra el propósito específico de Dios en nuestros tiempos de profunda prueba: (2 Corintios 1:3-7) “3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. 5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. 6 Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación,  la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. 7  Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación”.

¿Pueden ver el propósito de Dios aquí? En medio de nuestras aflicciones, el Espíritu Santo nos consuela. Y a su vez, somos capaces de llevar consuelo a otros que sufre profundas aflicciones. Esta es la obra del Espíritu Santo: llevar consuelo a su pueblo a través de las voces que fueron probadas. Por lo tanto, podemos saber que mientras nuestro propio sufrimiento empeora, el consuelo del Señor es aún mayor dentro de nosotros.

¿Qué es lo que no nos deja dormir? Saber que Dios nos escucha. Pero no vemos respuestas a nuestras oraciones. (Salmo 50:15) “E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás”, Claramente, son conocidas las liberaciones a través de la oración. Muchos hemos experimentado respuestas a nuestras intercesiones. El deber de todo fiel ministro, es recordándoles a otros a confiar en Dios y no a entristecerlo con incredulidad.

Pero ahora, mientras un espíritu de desesperación viene sobre uno, no puede sacudirlo. (Salmo 77:3) “Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu”. Es importante entonces recordar de las pruebas pasadas, donde en otros tiempos cuando fuimos liberados.


Lo dice en este: (Salmos 77:5,6) “5 Consideraba los días desde el principio, los años de los siglos. 6 Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, y mi espíritu inquiría”. Este fiel siervo trató de recordar como Dios había contestado sus oraciones, y como después él había cantado gozosamente acerca de las victorias de la fe. Pero ahora él estaba enfrentado la prueba más grande de su vida, y estaba abrumado física, mental y espiritualmente.

¿Cuál era la queja de este Salmos 77? Él dice, (Salmos 77:7-9) “7 ¿Desechará el Señor para siempre, y no volverá más a sernos propicio? 8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa? 9 ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades?”.

El Samos 77 está lleno por este tipo de preguntas, (Samos 77:10) “Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo”. Dios nunca cambia. Por lo tanto los que tenemos que analizar nuestra actitud hacia Dios somos nosotros. Preguntémonos y recordemos todas sus liberaciones pasadas en nuestras vidas. Pero si no hay ninguna para mí ahora quiere decir que en algo ando mal.

Simplemente es muy fácil pensar, Dios no está ya a mi favor. Siento como que me ha echado a un lado. Estoy confundido, molesto, abrumado y siento como que Dios está alejado de mí en esta prueba. Yo sé que el escucha mis oraciones, pero no las contesta. Hasta donde puedo ver, Dios me ha olvidado. Evidentemente, Dios no está en el negocio de liberar a su pueblo.

Amados hermanos, puede que no estés deprimido. Puede que no te sientas tan devastado como lo describen los Salmos 77 en la prueba. No dudas que Dios contesta tus oraciones, y sabes que el Señor no está enojado contigo. Pero aun así, hay una desilusión en lo profundo de tu ser. Estás frustrado porque cosas en tu vida no están funcionando como esperabas o planeabas.

Esta frustración puede aparecer en cualquier número de áreas: finanzas, profesión, matrimonio, hijos o ministerio y asta en la temprana edad de la juventud. Pero todo a tu alrededor, parece estar funcionando bien para los demás. Tus hermanos y hermanas en Cristo parecen estar bien. Pero tu vida parece estar estancada, o quizás empeorando. Ahora comenzaste a pensar, ¿Cómo saldré de este tobogán en descenso? Parece no haber esperanza.

¿Cómo podemos salir de estos horribles periodos de ansiedad y desilusión?
David salió de este tobogán con un cántico. Ciertamente, multitudes de santos piadosos a través de la historia han salido de su ansiedad(depresión) y desilusión de esta misma manera.
Las escrituras demuestran que David, Job y otros santos del Antiguo Testamento salieron de sus tiempos oscuros recordando la fidelidad de Dios a generaciones pasadas. David escribió que cada vez que su corazón estaba desolado, (Salmo 143:5) “Me acordé de los días antiguos; meditaba en todas tus obras; reflexionaba en las obras de tus manos”. (Salmos 77:11) “Me acordaré de las obras de Jah; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas”. (Salmos 78:35) “Y se acordaban de que Dios era su refugio, y el Dios Altísimo su redentor”.


Es una bendición maravillosa recordar nuestras liberaciones pasadas. Deuteronomio nos dice: (Deut. 8:2,11) “2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte,  para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. 11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy”.

Sin embargo, recordar las liberaciones de Dios es más que una bendición para los santos del Antiguo Testamento. Era una disciplina necesaria. Los israelitas inventaron toda clase de rituales y observaciones para recordar la liberaciones del Señor en sus vidas.
De igual manera, hoy, la iglesia de Jesucristo es llamada a recordar las liberaciones pasadas de Dios. Sin embargo, hemos recibido una manera para recordar que es mucho mejor que en los tiempos del Antiguo Testamento. Como puedes ver, desde los días de David, Dios ha derramado su Espíritu Santo. Y el Espíritu ahora habita en nuestros cuerpos humanos.

El Espíritu Santo no tan solo nos consuela en nuestros tiempos de oscuridad. El no solamente trae a memoria las fidelidades pasadas de Dios. El Espíritu Santo también nos da un entendimiento del propósito detrás de nuestras pruebas ardientes. Y él hace esto para que nuestra fe no falle.

Vemos la diferencia en la vida del Salmo 77. Este hombre devoto y santo no comparte ningún entendimiento con nosotros. Simplemente, no sabemos lo que esta hora oscura hizo en su vida. Todo lo que él pudo decirnos era: (Salmo 77:19) “En el mar fue tu camino y tus sendas en las muchas aguas; tus pisadas no fueron halladas”.
La respuesta de la Sana Doctrina de Cristo a través del apóstol Pablo en el Nuevo Testamento es muy diferente. Él nos dice: (1 Corintios 2:10) “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”.
Entonces él añade esta importante declaración: (1 Corintios 2:11) “Del mismo modo, nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”. En resumen, sin el Espíritu Santo, los pasos de Dios en nuestras vidas no pueden ser conocidos ni entendidos.

No puedes recuperar tu gozo, paz o reposo plenamente hasta que tengas un entendimiento claro de porque Dios ha permitido tu prueba al estilo Job.
Simplemente, nunca conoceremos la paz de Dios en nuestra aflicción hasta que su propósito para ella es una verdad asentada en nuestras almas. Tenemos que entender que nuestra hora oscura, nuestra prueba dolorosa, ha sido permitida por el Señor para su propio propósito glorioso. ¿Cuál es ese propósito? Simplemente, seremos el enfoque del increíble consuelo del Espíritu Santo.

Vamos a salir del fuego limpios y más fuertes. Y obtendremos un ministerio mayor que de cualquier predicador famoso. ¿Cuál será este ministerio? Es el ministerio del consuelo comprobado y la victoria a un pueblo herido. Y el resultado de este ministerio será como lo describió Daniel: (Dan. 12:10) “Muchos serán limpios, emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá; pero los entendidos comprenderán”.


¡Que increíble llamado tenemos! Sufrimos grandes pruebas para ser las manos consoladoras de Dios para otros. Muy de seguido, Laly mi esposa cuando ve a una mujer con lágrimas que le corren por el rostro. Laly les pregunta: ¿Puedo ayudarla de alguna manera? Las mujeres responden, Usted nunca entenderá lo que estoy pasando. Finalmente, Laly anima a las mujeres para que le cuenten su dolor. Una de las veces que recuerdo en cuando Gina estaba internada una mujer le explicó, la Perdida de su hermano había muerto de repente él era un director de una secundaria.

En ese momento, la dulzura del cielo descendió. Laly puso sus brazos alrededor de esta mujer. Y mientras compartía su historia, ambas mujeres encontraron una medida del amor sanador de Dios.

Amados hermanos, Dios no te ha olvidado en tus pruebas profundas y oscuras. Los dejo con esta palabra de ánimo: (Salmo 66:10-12,19,20) “10 Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata. 11 Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. 12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste a abundancia. 19 Más ciertamente me escuchó Dios; Atendió a la voz de mi súplica. 20 Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia”.

Predica por: Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo, estoy ofreciendo:
MATERIALES BÍBLICOS GRATIS (en formato Word)
Todo es completamente gratis, como escritor de estos materiales te voy a dar los originales para que tú le pongas el nombre de tu Iglesia o tu ministerio o le hagas las modificaciones que a ti te parezcan convenientes. Mi interés es que me des la oportunidad de servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando toda basura de ignorancia.
Por favor si les interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin cuestionar nada y que el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido en este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes de gracia dalo de gracia.
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